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✭THREE✭

Una larga y tensa semana había pasado, Jisung se mantenía en contacto con Minho, hablando ocasionalmente de cosas superficiales, nada fuera de lo normal, ni siquiera mantenían una conversación fluida, solo se mandaban unos cuantos mensajes en el día. Con Félix, las cosas eran similares, hablaban por teléfono o se mandaban mensajes para saber que estaban bien, no podían simplemente romper su amistad solo porque Hyunjin los había separado.

Ya estaba cansado de estar en su aburrida habitación, veía disimuladamente por la ventana y se encontraba con la atenta mirada de varios guardias del castillo, dándole siempre miradas muy serias, ¿Cómo los iba a distraer? Era imposible. Se sentó en la orilla de su cama con mucha resignación, necesitaba salir y encontrarse con Minho, quería ir de nuevo a una fiesta para divertirse, dejando de lado sus aburridas y estúpidas obligaciones.

Por otro lado, Hyunjin trataba de todas las maneras poder encontrarse con Jeongin, estaba consciente de se había pasado con su comentario, pero el menor siempre lo evitaba, cada vez que se encontraban, él se desviaba y no podía solo perseguirlo, las miradas de sus sirvientes y guardias siempre estaban sobre él y no sería muy bien visto si se escabulle para buscarlo, por lo menos no en el día. Así que en un momento, aprovechó que lo encontró de espaldas para poder hablar con él; tan pronto el menor lo sintió, trató de alejarse, pero la voz de Hyunjin lo hizo detenerse, no podía seguir evitando al príncipe.

ㅡNecesitamos hablarㅡdijo firme en voz baja, percatándose de que no hubieran soldados o sirvientes a su alrededor.

ㅡNo tenemos nada de qué hablar, estoy haciendo guardiaㅡrespondió simple, sin mirarlo.

ㅡVe a mi habitación a eso de las once, es una ordenㅡvolvió a hablar con voz firme y se fue.

Jeongin dejó escapar el aire que tenía retenido, aún desconcertado por el atrevimiento del mayor de acercarse y decirle eso en un lugar en donde fácilmente podría ser escuchado. Miró a través de la ventana, pensando en que no podía desobedecerlo, porque, aunque fueran cercanos, seguía siendo el príncipe, y él todavía era un soldado en entrenamiento.

Tiempo después, Jeongin entró a la habitación de Jisung, necesitaba hablarlo con él, era su único amigo-hermano en ese enorme lugar, no contaba con nadie más, y aunque habían muchas cosas que le escondía, no significaba que no lo tomara en cuenta como alguien importante de manera personal.

ㅡPor fin vienesㅡdijo Jisung al verlo entrar, esbozando una sonrisaㅡEstoy aburrido, siéntate aquíㅡpalmeó el lado vacío a su lado en la cama.

ㅡLo siento, he estado un poco ocupadoㅡsonrió apenado, sentándose en donde le señalóㅡ¿Cómo vas con tu castigo?

ㅡMuy mal, no lo soporto más, necesito salirㅡdijo con desesperaciónㅡEs agotador estar aquí aprendiendo sobre cosas que no me interesan.

ㅡUn príncipe debe saber sobre muchas cosas.

ㅡY sé sobre muchas cosas, pero es tan aburrido.

Jeongin rió, anhelando por un momento estar en esa posición, pensaba que siendo alguien de la realeza, las cosas serían más fáciles, podría descansar de muchas cosas, llenarse de comida y aprender sobre cualquier cosa que le gustara. Pero al ver a Jisung y a Hyunjin, también entendía que no era tan sencillo, seguir reglas y protocolos parecía algo muy pesado para un par de jóvenes.

ㅡHyunjin quiere hablar conmigo esta nocheㅡsoltó de repente, viendo sus manos con nerviosismo.

ㅡ¿Hiciste algo malo?ㅡpreguntó preocupado.

ㅡNo sé, creo que fue por lo de la última vezㅡrió por no llorarㅡNo quiero irme de aquí, no tengo otro lugar en donde vivir.

ㅡNo va a sacarte, sabe la deuda que tenemos contigo. De verdad lo siento por arrastrarte en estoㅡsobó su espalda de manera cariñosa, tranquilizándoloㅡNo me importa enfrentarlo de nuevo, de verdad que no, así que no te preocupesㅡle sonrió cálidamente, limpiando las lágrimas que habían salido del rubio.

ㅡGraciasㅡle sonrió tambiénㅡSé que no debería decirte esto, pero puedes aprovechar a dar una vuelta en el bosque, él estará ocupado y puedo distraer un momento a los guardias, pero solo al jardín o el bosque cerca del castillo, Jisung, sabes que sigues castigado y si algo pasa, Hyunjin va a ir contra mi tambiénㅡrecalcó con más seriedad. Estaba rompiendo reglas, reglas importantes, pasando por alto las órdenes del príncipe heredero, pero conocía a Jisung, y de seguro estaba desesperado y ansioso por salir aunque sea un momento.

El rostro de Jisung se iluminó con felicidad instantáneamente, viendo la oportunidad perfecta para escabullirse y ver a Minho solo por un par de horas, pero claro que no le diría eso a Jeongin, rápidamente se iba a negar a ayudarlo.

ㅡ¡Le diré a Félix, gracias!ㅡlo abrazó con fuerza, siendo ese un acto muy impropio de un príncipe con su guardia, pero Jisung no era un príncipe normal y lo sabía perfectamente.

Estuvieron hablando por unos minutos más, sintiéndose a gusto con la compañía del otro, hasta que Jeongin tuvo que regresar a su puesto.

Jisung corrió por toda su habitación en busca de su celular, abrió el chat de Minho y con mucha confianza escribió un corto mensaje.

Veámonos esta noche

Félix saltó emocionado cuando Jisung le contó sobre su plan. Estaba terriblemente asustado, pero no podía negarse si su mejor amigo estaba tan emocionado y con un plan que no podría fallar. Cualquiera pensaría que con el castigo que Hyunjin les había dado, sería suficiente para no volver a desobedecer, pero Jisung no podía quedarse de brazos cruzados en su aburrida habitación si sabía que tenía la mínima oportunidad de salir. No quería poner en riesgo a Félix, y haría lo posible por cuidarlo de cualquier peligro, no le importaba tener que exponerse como un hada si debía salvarlo, tampoco le importaba utilizar sus poderes con tal de salvar la vida de su mejor amigo, y tal vez estaba siendo egoísta, pero el solo hecho de pensar que no tendría una oportunidad de nuevo, le daba más valor para poner en marcha su plan.

Tomó sus cosas y salió rápidamente de su habitación, dándose cuenta de que Jeongin efectivamente había distraído a los guardias que estaban fuera de su puerta, caminó hacia la última habitación del pasillo y abrió la ventana, revisó que no hubieran guardias cuidando esa zona, y cuando se aseguró, saltó por la ventana y con la ayuda de un enorme árbol logró bajar. Se estarán preguntando, ¿por qué no simplemente volaba para no complicarse? Fácil, sus alas eran realmente llamativas, podrían notarlas en el pueblo muy rápido si lo veían andando por ahí, en cambio, si se iba caminando hasta el río, pasaba más desapercibido, en el bosque de las hadas, esperaban verlas en los cielos y no caminando en medio de los frondosos árboles.

Jisung acomodó su chaqueta y corrió hasta encontrarse con Félix, debía aprovechar lo que pudiera todo su tiempo estando afuera. Saludó a su mejor amigo con un fuerte y cariñoso abrazo, repitiéndole lo mucho que lo había extrañado a pesar de haber sido solo una semana, ambos se quitaron sus chaquetas y dejaron a la vista sus alas, listos para emprender camino hacia la entrada del bosque, siendo un parque cercano al bosque el lugar de encuentro con Minho.

Habían quedado en que Félix buscaría a su cita de esa noche y que se reunirían nuevamente en el parque para regresar, tenían el límite de dos horas, se aseguraron de tener comunicación cada cierto tiempo para saber que estaban bien, debían cuidarse entre sí.

Pero no se esperaban con que justo esa noche, un grupo de cazadores planearon reunirse para atacar el bosque mientras las hadas dormían, causando que las cosas tomaran un giro inesperado.

Jeongin se detuvo frente a la enorme y dorada puerta de la habitación de Hyunjin, trató de mantener la calma, dispuesto a recibir cualquier tipo de regaño o castigo por lo sucedido hace una semana, porque se le había hecho extremadamente extraño que siendo él el responsable de cuidar a Jisung, no recibiera ningún reproche por haberse descuidado.

Miró con seriedad al par de guardias en la puerta, haciendo una reverencia antes de que abrieran la puerta para él. Caminó hacia el interior de la habitación con sigilo, la luz era muy tenue y apenas lograba ver. La puerta se cerró sonoramente tras él, haciéndolo sentir más nervioso.

ㅡVinisteㅡhabló Hyunjin por fin desde su cama, dejando de lado un libro que había estado leyendo con la intención de distraerse un momento en lo que Jeongin llegaba.

ㅡMe lo ordenasteㅡrespondió con seriedad y frialdad sin perder la postura.

Hyunjin asintió un poco dolido ante tal respuesta, caminó hacia él, sintiéndose ansioso por tocarlo de nuevo después de tanto tiempo. Y es que Yang Jeongin no era un simple soldado para él, claro que no, Jeongin era el amor de su vida, se dio cuenta de eso hace un par de años atrás, cuando vio al hermoso chico de dieciséis años empuñando su espada con gran valor; decir que no se había cautivado por su singular belleza, sería una enorme mentira, porque en aquel momento, cuando tenía diecinueve, sabía que verlo con otros ojos estaba mal, muy mal. La diferencia de edad a pesar de no ser mucha, era demasiado notoria, además, él era el príncipe heredero, ¿Qué imagen daría si el pueblo supiera que estaba viendo de esa manera a uno de sus soldados? Y además de eso, un soldado que había estado creciendo y conviviendo como un hermano menor. Su madre tampoco lo permitiría, sería inaceptable para la realeza compartir su vida amorosa con el hijo de unos sirvientes. Estaba cansado de esconderlo.

Cuando Jeongin cumplió los diecisiete años y Hyunjin los veinte, no pudo evitar acercarse con otras intenciones. Lo había visto crecer entre su familia, siendo hijo de sus sirvientes, y poco tiempo después, se convirtió en un hermanoㅡsegún sus padresㅡpero a medida que fue creciendo, no podía verlo de esa forma.

Una noche, en medio de una cena importante entre gente importante de otros reinos, Hyunjin aprovechó para escabullirse y encontrarse con el bonito chico de cabello rubio, practicando en la oscuridad con su espada, sus alas azules brillando y contrastando con la noche, quedando encantado con la belleza que irradiaba.

Recordaba que el menor fue muy tímido al principio, se sonrojaba notoriamente con cada palabra que le decía, incluso lo trataba con mucha formalidad. Pero con el pasar de los días, Hyunjin buscaba más formas de acercarse y poder conocerlo mejor, causando que las formalidades desaparecieran y la confianza aumentara, hasta que un día, Hyunjin se atrevió a besarlo en una de las habitaciones de limpieza del castillo. Siendo él un príncipe, sabía que estaba totalmente prohibido hacer algo como eso, eran tan peligroso como emocionante desafiar las reglas, aunque sabían que esa relación no los llevaba a nada. 

El tiempo siguió pasando y cuando Jeongin cumplió los dieciocho, fue él mismo el que apareció en la habitación del príncipe a mitad de la noche, mostrándose seguro y decidido cuando le dijo que lo tomara y lo hiciera suyo, seduciéndolo hasta que luego de unos minutos, Hyunjin por fin cedió, entregándose completamente a su fiel soldado, y Jeongin a su futuro rey.

Luego de unos segundos en los que sus recuerdos pasaban por su mente como una cinta de video, concentró su mirada en el menor, éste mirándolo con demasiada seriedad, tanto que dolía.

ㅡ¿Por qué me ordenaste venir?

ㅡNo seas tan serio, por favorㅡle pidió casi en súplica, acercándose cada vez un poco más.

Alcanzó la mejilla del menor con el dorso de su mano, acariciándolo suavemente. Jeongin no pudo resistirse ante el cariñoso toque, por lo que se permitió disfrutarlo, cerró sus ojos e inclinó su cabeza en busca de más caricias. Extrañaba a Hyunjin, lo extrañaba más de lo que pensaba, no necesitó de mucho para caer completamente por él.

Jeongin puso su mano sobre la del mayor, abriendo sus ojos para mirarlo con anhelo, tomó el valor de acercarse y besarlo con lentitud; sabía perfectamente que eso estaba mal, tan mal que podría costarle su vida si la reina se enteraba. Rodeó su cuello con urgencia, pegándose más a su cuerpo en busca de más contacto físico. Jugueteó con los mechones que caían en su nuca, enredando sus dedos entre estos, presionándolo más, sintiendo sus lenguas danzar con perfecta sincronía, no sabía lo mucho que lo estaba necesitando hasta ese momento.

Hyunjin caminó con el menor entre sus brazos hasta su espaciosa cama, dejándolo sobre sus finas sábanas. Se quitó el largo ropaje de seda que llevaba puesto, quedando únicamente con ropa interior. Jeongin lo miró con deseo, atrapando sus labios de nuevo en un beso muy hambriento, permitiéndose tocar todo su cuerpo, disfrutando de su suavidad.

ㅡMe gustas tantoㅡsusurró el mayor sobre los hinchados labios del rubio, bajando sus manos hasta su entrepiernaㅡTe estuve extrañandoㅡvolvió a besarlo, presionando la notoria erección sobre su pantalón, arrebatándole suaves gemidos.

ㅡTambién te extrañé muchoㅡjadeó el menor momentos después, sintiéndose expuesto al haber sido desnudado en cuestión de segundos.

Hyunjin sonrió satisfecho y empezó un viaje de besos desde su mejilla hasta sus clavículas, delineándolas con su lengua. Amaba la manera en la que el rubio se retorcía de placer bajo su cuerpo, tan desesperado y ansioso por ser tocado y besado, él quería ser el único que tocara su cuerpo y besara sus labios, era muy egoísta a sabiendas de que su relación muy posiblemente quedara en la nada, pero no podía evitarlo, su corazón latía solo por él.

Jeongin disfrutaba de cada prohibida sensación, no cualquiera podía estar en la cama del príncipe heredero, y el tenía la suerte de ser deseado y querido por él, algo que le gustaría gritar sin ningún temor, pero no, no debía, no podía; por el momento, solo se estaba conformando con lo poco que habían construido entre los dos. Definitivamente, eso no era lo mejor, fácilmente podría encontrarse a alguien más que pudiera amarlo sin ataduras, alguien que pudiera presumirlo, sacarlo a cenar, alguien con quien pudiera pasar sus noches enteras sin tener que irse a escondidas por la mañana, pero no, prefería quedarse con Hyunjin, con un amor incierto, con un amor a medias, con un amor pasajero.

Y por el momento, estaba bien con eso.

Minho movía con ansias su pierna derecha, mirando el reloj a cada momento, ¿será que la pequeña hada le mintió? Peor aún, ¿había descubierto quién era y por eso no decidió aparecer? Diferentes preguntas rondaban por su mente, ya había pasado media hora de la hora acordada. Seungmin a su lado, parecía totalmente tranquilo, esperando a su cita la cual no recordaba quien era, no solía prestarle mucha atención cuando empezaba a hablar de sus ligues. Puso sus ojos en el oscuro y frondoso bosque, estaba muy cerca, ¿y si entraba a buscarlo? Esa era una opción viable viendo que había escapado de nuevo, solo debía ir por sus cosas a su casa y regresar, pero a lo lejos, hubo algo que llamó su atención.

Un grupo de cazadores entraron totalmente armados al bosque, intentando hacer un ataque justo cuando sabían que las hadas dormían, sabían que podrían encontrarse con algunos soldados del castillo, pero no les temían, iban totalmente seguros a ganar.

Minho sabía que iban directo al fracaso, se notaba que eran unos novatos, pero una incomodidad se instaló en su pecho, ¿qué tal si en el camino se encontraban con Jisung? Aunque escondiera sus alas, sería demasiado obvio, ningún chico aparece a esas horas dentro de un bosque si no es un hada. Lo pensó por unos minutos hasta que finalmente decidió que ir sería una buena idea, aunque no llevara las armas necesarias, tenía un par que podría funcionar.

ㅡIré al bosqueㅡle dijo a su mejor amigo que muy tranquilamente revisaba su celular.

ㅡ¿Y tu cita? No me digas que vas a dejarla por trabajo.

Minho no hizo caso y empezó a caminar. Seungmin, muy desconcertado lo siguió, tratando de convencerlo que no debía meterse al bosque a esas horas sin protección alguna, pero Minho era terco e iba decidido a que no le ganaran la presa.

El pelinegro se adentró al oscuro bosque, sintiéndose demasiado valiente para hacerlo sin revisar el perímetro, sabía por boca de otros que las trampas estaban esparcidas por todos lados, sin embargo, nunca se detuvo a revisar qué tan cierto era. Iba siguiendo con sigilo al grupo de cazadores, siendo iluminado únicamente por la brillante luna. Quería parecer seguro, pero la verdad era que tenía mucho temor, adentrarse a lo desconocido no era algo que hiciera habitualmente, pero la situación lo ameritaba.

Seungmin iba a su lado, quejándose en voz baja de lo idiotas que habían sido al meterse ahí, porque al menos Minho sabía de supervivencia, en cambio él, no. Básicamente iba confiando en que su mejor amigo lo salvaría de cualquier cosa.

Al otro lado del río, Jisung extendió sus alas, dispuesto a volar todo el camino que le faltaba, ya iban retrasados gracias al pelimorado que se había perdido en el camino. Lo regañó un poco antes de tomar su mano para empezar a volar juntos, pero unos sonidos al otro lado del ruidoso río llamaron su atención rápidamente, causando que se detuviera.

ㅡLix, no hagas ningún ruidoㅡadvirtió en voz baja, escondiéndose ambos tras un enorme tronco.

ㅡ¿Qué pasa?ㅡpreguntó temeroso, viendo a su alrededor, notando como los troncos de los árboles se movían con el vientoㅡSung, no me asustes.

Jisung hizo un gesto con la mano para que guardara silencio, agudizó su oído lo más que pudo hasta escuchar varios murmullos y el sonido de varios metales chocando junto a unas pisadas. Abrió sus ojos con temor, su respiración se agitó y sus manos empezaron a sudar.

ㅡHay cazadores rodeando toda la zonaㅡsoltó directamenteㅡalgunos ya están en este lado del río, pero vienen más.

Félix empezó a llorar del miedo tan pronto escuchó la primera oración, estaba asustado, muy asustado. Estaban expuestos, solo eran ellos dos, fácilmente podrían atraparlos, no tenían el poder suficiente para enfrentarse a todos sin salir lastimados. Miró sus alas, no quería perderlas, no quería morir, pero en esa situación, solo una cosa era cierta.

Estaban acabados. 

Holi👀 probablemente esté actualizando seguido porque tengo un poco de tiempo libre y algunos capítulos adelantados, igual me gustaría que dejaran sus votos porque me motivan mucho🥺

Si les está gustando, háganmelo saber, amo leer sus comentarios❤ 

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