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✭SIXTEEN✭

ㅡMinho... Minho, despierta.

Minho sintió aquella conocida voz demasiado lejana, reaccionando ante el movimiento en su cuerpo. Abrió los ojos, viendo como la luz del día había desaparecido casi por completo, volviéndose cada vez un poco más oscuro. Sintió su cuerpo doler tan pronto reaccionó, recordando por qué se sentía de esa manera, tan adolorido y cansado. Miró a su alrededor y se encontró con la mirada de preocupada de Chan, ambos dentro de lo que parecía ser una camioneta demasiado espaciosa.

ㅡJisung... Dime en dónde está Jisungㅡmurmuró, sintiendo un horrible dolor de cabeza al sentarse.

ㅡ¿Por qué no me dijiste que ese chico era un príncipe hada?ㅡcuestionó, un poco dolido por haberle ocultado algo como eso justo a él que era su única persona de confianza.

ㅡNo quería cazarloㅡnegó con la cabeza, sintiendo su pecho oprimirse ante el recuerdo de cómo se lo habían llevado encadenado y arrastrado, dañando su piel y golpeando su cuerpoㅡTú sabes a dónde los llevan, dime.

ㅡMinho, eres un Lee, ¿no lo entiendes? Un cazador, tu deber es cazar hadas, no acostarte con ellas.

ㅡ¡Es que no lo entiendes!ㅡexclamó desesperado, otra vez sus ojos llenándose de lágrimasㅡ¿Aún siguen atacando?ㅡquiso salir de la camioneta, pero las puertas estaban bloqueadas, solo se podían abrir desde afuera.

ㅡNo puedes irte, tus hombres no saben que básicamente nos traicionaste a todosㅡsobó sus sienes, cansado de la actitud de MinhoㅡEl ataque está por terminar, algunas camionetas ya están en camino con algunas hadas.

ㅡDéjame salir, rápidoㅡordenó con seriedad, molesto y desesperado por irse, debía ir por Jisung, buscar una manera de salvarloㅡDéjame salirㅡrepitióㅡHazlo, no me importa tener que romper estas malditas ventanas.

Chan suspiró, nunca lo había visto de esa manera, tan desesperado, al borde del llanto por algo así. Creyó que estaría feliz, rebosando de alegría por el montón de hadas que sus hombres habían logrado atrapar, porque eso era lo que el padre de Minho quería, que su único hijo fuera exitoso, respetado y admirado. ¿Qué imagen daría hacia todos los cazadores si un Lee se arrepiente de su trabajo? Eso no era posible, no podía dejar que arruinara su vida por un hada del que no sabía nada.

ㅡNo puedo, Minho, lo sientoㅡvolvió a negarㅡLas ventanas son blindadas, tampoco podrás hacer mucho si intentas romperlas.

ㅡ¡Mierda, Chan!

ㅡ¿Por qué estás tan desesperado por ir? Solo es un hada, ya te acostaste con él, ¿por qué preguntas tanto? Deberías estar feliz, atrapamos al príncipe, sus alas deben valer millones.

ㅡNo quiero cazarlo, ya te lo dijeㅡguardó silencio un momento, levantando la mirada hacia el mayor, sus ojos cristalinos y su expresión lastimera era demasiado notoriaㅡÉl me gusta, me gusta en serio.

Chan rió, pensando que le estaba jugando algún tipo de broma, pero al ver que la expresión del pelinegro no cambiaba supo que hablaba en serio.

ㅡPero-

ㅡLo sé, solo cállate y ayúdame.

El mayor soltó un suspiro, demasiado impactado aún por esa confesión, era la primera vez que lo escuchaba admitir algo como eso, admitir que alguien le gustaba. Todo ese tiempo conociéndolo lo veía como alguien muy frío y dispuesto a cazar hadas, tal y como su padre le había enseñado; todos esos años de entrenamiento en los que se limitó de muchas cosas que eran normales para un chico de su edad por entrenar y mantener el apellido de los Lee, todos esos años en los que apenas y salía de casa a divertirse porque siempre tuvo en claras sus metas, todos esos años se estaban reduciendo a nada por un fugaz enamoramiento, y justo de un hada.

ㅡIré con los demás cuando el ataque termine y tú te irás a casa, es lo que todos han decidido y no puedes solo ignorarlo, Minho, entiende, esta es tu vida. Si vas tras ese príncipe para salvarlo, tus propios hombres van a darte la espalda; todos esos años de historia familiar se irán a la basura, ¿cómo piensas que voy a defenderte yo solo de eso?ㅡlo miró, tratando de ser amable para no alterarlo más de lo que ya parecía estarㅡPiensa en tus padres que lucharon toda su vida por mantener el título, no ha sido fácil.

ㅡ¿Alguna vez te has detenido a pensar en cómo te escuchas cuando dices esas cosas?ㅡlimpió las lágrimas que se habían acumulado con el dorso de su mano y se acomodó en su asientoㅡSon hadas, ellas nunca nos hicieron nada.

ㅡAntes no decías nada de eso, estabas tan feliz por atraparlas.

ㅡPorque era muy idiota, porque creía que mantener ese estúpido título lo era todo. Amo a mi padre, y sé que estaría decepcionado de mí, de seguro pensaría que soy un cobarde que se dejó llevar por un hada, pero no me importa, ¿sabes? Me di cuenta de que las hadas realmente no merecen nada de lo que les hacemosㅡse detuvo un momento, recordando la sonrisa de Jisung con cada cosa que veía en la ciudad, lo feliz que se había puesto al probar comida de humanos por primera vezㅡÉl salvó mi vida en dos ocasiones, yo realmente casi muero y me ayudó sin pedirme nada a cambio, sin conocerme, ¿por qué haría eso?

ㅡNo lo sé, tal vez porque-

ㅡNo, no lo sabes, nadie lo sabe. Simplemente sabemos que ellos nunca han hecho algo para ponernos en riesgo a nosotros los humanos... Jisung siempre quería que le pusiera atención, dando vueltas a mi alrededor como si yo fuera la cosa más maravillosa, y ahora... Ahora se lo llevaron y no pude hacer nada, no puedo hacer nada aún. Incluso tienen a Seungmin, no les importó que también fuera un humano.

ㅡ¿Al menos tienes un plan?ㅡpreguntó, Chan luego de un corto silencio. Jamás lo había escuchado hablar de esa manera, no podía evitar sentirse decepcionado, había pasado muchos años de su vida tratando de guiarlo, entrenándolo como para que ya no quisiera seguir con su vida de cazador; pero también era su amigo, casi un hermano menor al que tuvo que cuidar cuando el señor Lee murió, y no podía ignorar sus sentimientosㅡTal vez dejen ir a Seungmin. Sé a dónde los llevarán, pero no puedes ir ahora, por favor entiende eso, si no haces nada fuera de lo normal, te dejarán ir con ellos. Tengo entendido que esperarán unos días antes de hacerles algo, así que descansa para tener las energías suficientes y enfrentarlo.

Minho lo miró esperanzado, esbozando una sonrisa de alivio. Aún estaba a tiempo y tenía un plan, un plan que podría fallar fácilmente porque nadie confiaba en él.

Debía ir al reino de las hadas.

El último cazador se subió a la camioneta estacionada a las afueras del bosque, riendo con satisfacción al poder escapar sin daño alguno luego de haber sacado de manera violenta a una joven hada con maravillosas y brillantes alas color verde de su casa, tirando de su rojizo cabello y amarrándola cual animal.

El ejército de hadas tuvo un número considerable de pérdidas, quedando muy heridos y cansados los sobrevivientes de tan brutal ataque, pero había valido la pena para ellos, el príncipe heredero y la reina estaban a salvo dentro del castillo; habían sido resguardados en una habitación de emergencia muy escondida, un lugar que solo la familia real y sus guardias de más confianza conocían.

Seo había logrado entrar al gran salón real, sintiéndose demasiado molesto al no encontrar a nadie, con sus armas en mano y junto a algunos cazadores, buscaron por todos lados, tratando de encontrar algún pasillo escondido o alguna habitación que los guiara hacia otro lugar secreto, pero no encontraron nada. Se sintió un fracaso, estaban tan cerca y a la vez tan lejos, pero sus ánimos subieron al recibir la noticia que habían capturado a uno de los príncipes, y mientras salía del salón principal siendo perseguido por unos guardias que aparecieron, pensó que, por el momento, eso era suficiente, ya tendría tiempo después para otro ataque, porque el ejército de hadas quedó sumamente debilitado y sería difícil reponer las pérdidas.

Sonrió con suficiencia al estar lejos del radar de los soldados, había logrado escapar con éxito, dirigiéndose por fin al lugar en el que tenía a todas sus hadas capturadas. Pensó momentáneamente en Minho, sin duda alguna los había traicionado, y eso daba mucho de qué hablar; de primeras, su plan era matarlo, quitarlo del camino, pero con esa información, no necesitaba llegar a tanto, cuando todos sepan que el gran Lee Minho había traicionado a los cazadores, todos le darían la espalda, dejando en el olvido a la gran familia Lee para que los Seo por fin obtengan su merecido reconocimiento, sería conocido como el gran cazador que logró entrar al castillo de las hadas, el que logró capturar a un príncipe, algo totalmente histórico y memorable.

Ese reconocimiento era todo lo que quería y necesitaba.

Hyunjin llegó hacia el río que dividía el bosque con demasiada agitación luego de algunas horas cuando todo se calmó y le aseguraron que no había ningún cazador alrededor, aún así, fue acompañado por algunos soldados. Su corazón yendo muy rápido, su rostro húmedo por las lágrimas, manteniendo una pequeña y latente esperanza de encontrarse con su hermano menor y con Jeongin, pero el dolor en su pecho fue demasiado sofocante y desgarrador al no verlos ahí, quiso guardar la calma, aunque sea un poco, pensando en que tal vez habían huido al bosque, en que habían sido capaz de escabullirse durante la pelea, en que-

ㅡNo están en el bosque, ni en el castilloㅡconfirmó uno de sus soldados de alto rango, agachando la mirada con total pena por la pérdida del menor de los príncipes y con el más pequeño de sus soldados.

ㅡYa... ¿Ya buscaron bien?ㅡpreguntó en un hilo de vozㅡBusquen de nuevo... Deben estar por ahíㅡsu voz se quebró, negándose a lo obvio.

ㅡLo siento mucho, Su Majestad.

Hyunjin no lo soportó, cayó sobre sus rodillas, sintiendo que llorar ya no era suficiente, ni siquiera gritar calmaría su dolor.

Los había perdido, había perdido a las dos personas que más amaba, los había perdido cuando había prometido cuidarlos. Lloró en silencio, siendo vigilado por sus soldados desde lo lejos, ninguno teniendo el valor suficiente para acercarse, dándole su espacio.

Félix se mantuvo un momento observando a Hyunjin, en silencio, culpándose de todo lo sucedido, y no sabía cómo arreglar ese desastre en el que muchas vidas fueron arrebatadas. Jisung le había dicho que no era su culpa, que todo saldría bien, pero ambas cosas eran una mentira, porque él merecía morir, debió morir antes que aceptar ser partícipe de ese terrible plan. Seungmin apareció en su cabeza como un fugaz destello, causando que el dolor se intensificara, pidiendo con todas sus fuerzas que estuviera bien a pesar del daño que también le causó.

Los fuertes sollozos del príncipe heredero lo hicieron salir de sus pensamientos, sintiendo su pecho doler también ante tanto sufrimiento. Mordió su labio inferior con duda y limpió sus propias lágrimas, caminó a paso lento hasta posicionarse frente al mayor; ninguno de los soldados se opuso, simplemente dejaron que se acercara, confiando en que esa pobre y lastimada hada no le haría nada.

En silencio, rodeó al mayor en un abrazo, compartiendo el dolor que estaba cargando para que fuera más soportable. Hyunjin sintió que las lágrimas salían con más fuerza ante el contacto del menor, dejándose llevar por sus sentimientos para poder desahogarse de una vez por todas, dejando que uno de sus súbditos le regalara cariño y apoyo, algo que estaba necesitando con todas sus fuerzas. Se aferró más a esa sensación, sintiéndose cada vez más débil hasta que se quedó sin energías, cayendo en un profundo y oscuro sueño.

Changbin miraba con una enorme sonrisa como todas sus hadas cazadas estaban siendo encadenadas y encerradas en celdas que su familia tenía en el sótano de una de sus enormes casas en los límites de la ciudad. La mayoría de ellas llorando, reflejando el temor puro en sus ojos, algo que Seo disfrutaba en demasía.

Dos cazadores aparecieron con Seungmin, éste aún con su boca tapada y sus manos amarradas, forcejando para soltarse. Changbin sonrió al verlo tan desesperado.

ㅡ¿Qué hacemos con él?ㅡpreguntó uno de ellos, haciendo fuerza para mantener al menor quieto.

Seo se acercó y quitó lo que tapaba su boca, animándolo a hablar si es que aún tenía algo que decirle antes de dejarlo ir.

ㅡ¡Eres una mierda!ㅡfue lo primero que dijo, viendo el montón de hadas atrapadas a su alrededor.

ㅡ¿Algo más?ㅡrespondió burlón.

ㅡ¿En dónde está Félix?

ㅡLo solté hace unas horas, sus horribles alas no me sirven para nadaㅡse encogió de hombrosㅡAdemás, no creo que quiera verte luego de darse cuenta de que entregó a su mejor amigo por salvarle la vida al amigo de un cazadorㅡrióㅡEs realmente estúpido, Seungmin.

El pelirrojo quiso lanzarse a golpearlo, pero fue detenido de nuevo. Sus ojos se llenaron de lágrimas ante el recuerdo de la mirada herida y llena de odio de Félix al enterarse de que estuvo escondiendo la identidad de Minho. Y es que era algo de esperarse, el mejor amigo de Félix estaba con un Lee y él no dijo nada a pesar de que sabía que Minho no le haría nada a Jisung, pero, ¿quién creería eso? Se llevaron a Félix horas después y no supo más de él, sintiéndose miserable por no haber dicho la verdad, por haber dejado que entregara a su raza por salvar a un insignificante y traicionero ser humano como él, pero así eran las hadas, siempre sacrificándose, poniendo a todos antes que a ellos mismos.

ㅡNecesito saber en dónde estáㅡrepitió, aclarando su garganta para apartar el nudo que se había formado por el llanto.

ㅡEn el bosqueㅡfue lo único que respondió, haciendo un movimiento con su cabeza, indicando que lo sacaran de ahí.

Seungmin debía buscar una manera de encontrar a Minho y hablar con él para parar toda esa locura, no podían matar a ese montón de hadas, era demasiado cruel y despiadado. Luego iría por Félix y rogar por su perdón, ya no importaba si no lo quería ver, se lo merecía, solo quería ser escuchado y después, él mismo desaparecería de su vida por más que ese mínimo pensamiento doliera en su pecho.

Fue jalado a la fuerza y metido a una de las camionetas, todo en silencio por varios minutos hasta que lo soltaron en un solitario callejón de la ciudad, un poco desorientado porque no sabía exactamente en dónde estaba. Con ayuda de algunas personas, logró llegar a calles conocidas; debía encontrarse con Minho, hablar con Félix y descansar un poco de toda esa mierda.

Por otro lado, Changbin esperó a que todos sus hombres subieran a la sala principal de la casa para dirigirse hasta otra de las habitaciones más alejadas del sótano, encontrándose con la oscuridad total al abrir la puerta. Todo estaba en silencio, escuchándose únicamente hasta el fondo el lamento de las demás hadas. Cerró la puerta tras él y encendió la pequeña lámpara de la habitación, dejando a la vista su más valiosa presa; sonrió ladino mientras lo miraba aún inconsciente, debatiéndose sobre si debía conservar sus alas y presumirlas como trofeo, o hacerse increíblemente millonario con ellas. Era algo que debía pensar bien, analizar cuál de las dos opciones era más beneficiosa.

Escuchó un quejido proveniente del peligris, al parecer, estaba despertando.

ㅡJeongin...ㅡbalbuceó el menor mientras despertaba, sintiendo su cuerpo doler, sus muñecas siendo presionadas por un frío metal y sus pies apenas tocando el suelo. Estaba cansado, muy mareado y demasiado confundido.

ㅡAl fin despiertas.

Jisung reaccionó muy lentamente, acostumbrándose a la posición en la que estaba, no soportaba sentir su cuerpo de esa manera, sus brazos dolían, casi adormecidos. Su mirada se enfocó por fin en el hombre frente a él, sonriéndole de manera perversa.

ㅡEn dónde... ¿En dónde está Jeongin?ㅡpreguntó, sintiendo su garganta demasiado reseca.

ㅡEstá encerrado en otro lado, no te preocupesㅡrespondió indiferente, acercándose más hacia élㅡ¿Te duele mucho el cuerpo?

Jisung le dedicó con una mirada molesta, sin responder. Quería enfocarse en encontrar una manera de huir, pero estaba tan cansado que ni siquiera sus poderes podrían funcionar, se sentía tan inútil sin poder hacer algo por su pueblo, por esas hadas que seguían lloriqueando a la lejanía.

ㅡEstoy tratando de ser amableㅡse acercó a tocar sus brazos, específicamente en las áreas que tenía lastimadas, causando que el menor hiciera una mueca de dolor ante el toqueㅡLes dije a esos animales que te trataran con especial cuidadoㅡnegó con la cabeza en desaprobación.

ㅡEres una total basuraㅡmurmuró molesto sin mirarlo.

ㅡDime algo que no me hayan dicho antesㅡlo rodeó, poniéndose a sus espaldasㅡMuéstrame tus alas.

ㅡNoㅡdijo con seguridadㅡAléjate de mí.

ㅡEs mejor que seas obediente, no puedo maltratar tus alas, pero las e Jeongin son reemplazables.

Jisung se aterró ante la amenaza indirecta; forcejeó de nuevo con la intención de soltarse, pero era inútil, no podía escapar de ahí.

Empezó a llorar de impotencia, agachando la mirada con derrota.

ㅡMuéstralasㅡrepitió con voz dura.

No le quedó de otra más que obedecer. Cerró los ojos con fuerza, aterrado, haciendo notar sus delicadas y hermosas alas poco a poco. Changbin sonrió enormemente, sus ojos brillando con emoción al tenerlas tan cerca. Extendió su mano hasta tocarlas con sumo cuidado, temiendo a dañarlas con el más mínimo movimiento.

Jisung se estremeció ante la cercanía, sintiéndose tan expuesto y observado, como si fuera un animal enjaulado que no podía hacer nada por defenderse. Lloró más fuerte al escuchar los susurros del mayor, elogiando sus perfectas alas; quería que se alejara, que no volviera a tocarlo, quería estar con su madre, con Félix, con Hyunjin...

ㅡHyunjinㅡsusurró, sintiendo su corazón romperse. Sabía que de seguro estaba muy mal, desconsolado sin saber nada de él ni de Jeongin.

ㅡEres preciosoㅡdijo el mayor, interrumpiendo sus pensamientosㅡNi siquiera sé que haré contigo, tendré que decidir lo y pensarlo muy bienㅡsuspiróㅡEn fin, vendré mañana, tengo cosas que hacer.

ㅡEsperaㅡlo detuvo de golpe, desesperadoㅡPor favor, bájame, no haré nada, me duele mucho el cuerpo y no lo soporto.

Changbin lo pensó un momento, Jisung estaba lo suficientemente agotado como para usar sus poderes, pero aún estaba demasiado inseguro, no quería arriesgarse, porque también sabía que era muy poderoso.

ㅡNo lo creo.

ㅡPor favor... Prometo que no intentaré nada, yo... No puedo irme sin Jeongin ni mi pueblo, no pienso huir.

ㅡSi intentas algo, juro que los mataré a todos y será tu completa responsabilidad, ¿entendiste eso?

Jisung asintió, agachando la mirada.

Changbin procedió entonces a soltar sus manos, causando que el menor cayera de una sola vez debido a lo débil que estaba, no podía ni mantenerse en pie. Se arrastró hasta una esquina de la habitación y se permitió llorar por todo; sus músculos estaban adormecidos, su cuerpo magullado y su garganta demasiado reseca, estaba en un estado muy miserable, pero al menos seguía vivo.

ㅡBuenas noches, mi hermosa hadaㅡdijo con una sonrisa en sus labios, apagando la luz y saliendo de ahí de una vez por todas.

Jisung lloró hasta quedarse dormido, todo el escenario era demasiado desalentador, sin esperanzas de ser salvado.

Estaba claro que moriría sin siquiera dar pelea por su pueblo, moriría sin hacer algo por ellos, y ese solo pensamiento lo hacía decepcionarse de sí mismo.

Había fallado de muchas maneras, no merecía ser un futuro rey, no merecía ser alguien que los demás admiraran, no merecía si quiera estar con vida.

Changbin llegó por fin a su habitación, disfrutando del silencio y la tranquilidad, estaba harto del constante quejido de las hadas en su sótano, pero al estar por fin en su cama, pudo pensar con claridad sobre su siguiente movimiento.

Algo le decía que, si el príncipe heredero y la reina de las hadas se enteraban de que su precioso príncipe seguía con vida, irían por él, o al menos intentarían negociar su libertad junto al menor de los soldados. Había investigado y se había dado cuenta de que Jeongin era la pareja actual del príncipe heredero, y eso aportaba mucho a su plan, ya que él daría todo por salvarlo, por salvarlos a ambos. Sonrió para sí mismo, teniendo algo perfecto en mente, pero para eso, necesitaría a alguien que estaba seguro que estaría dispuesto a ayudar para no terminar de hundirse.

Lee Minho.

Minho salió en busca de su mejor amigo tan pronto Chan le dijo que había sido liberado, no tuvo tiempo ni siquiera de llegar a su casa, estaba demasiado desesperado como para poder descansar. Mientras manejaba, estuvo concentrado en todas las calles, tratando de encontrarse con el menor que de seguro, andaba vagando sin sentido por las calles, buscando un lugar conocido. Una hora después, por fin lo vio a las afueras de una muy luminosa tienda, a lo mejor para no estar en total oscuridad, ya era muy tarde para andar sin protección alguna por esas zonas.

Bajó de su auto y sin decirle mucho, lo abrazó. Seungmin no tuvo tiempo de reaccionar, quedándose quieto unos segundos, sintiéndose realmente extraño por esa acción de su mejor amigo, pero luego de unos segundos, el dolor en su pecho apareció, sintiendo sus lágrimas caer sin aviso alguno al sentirse seguro luego de unos terribles días encerrado. Minho lo sintió sollozar, por lo que muy preocupado, lo abrazó con más fuerza; estaba consciente de que, a lo mejor, Seungmin debió pasar por momentos muy horribles a pesar de estar bien.

ㅡTe llevaré a casa, vamosㅡle susurró sin soltarlo, sintiéndolo asentir entre lágrimas.

El auto se sumergió en un extraño silencio, Seungmin aún temblaba levemente por lo sucedido, sin borrar de su memoria los eventos sucedidos con Félix, sus alas, y las hadas que vio siendo brutalmente maltratadas. Fijó la vista en sus manos, dándose cuenta por primera vez lo dañadas que estaban sus muñecas, ¿qué iba a decirle a sus padres? De seguro se iban a escandalizar, pero por el momento, solo deseaba tranquilizarse y encontrar una manera de verse con Félix sin que se niegue al momento de proponerlo.

ㅡ¿No quieres ir primero a un hospital?ㅡpreguntó el pelinegro al notar las muñecas lastimadas de su mejor amigo, no era grave, pero se veían muy mal.

ㅡNoㅡnegó en voz bajaㅡQuiero ver a Félix.

Minho se sintió curioso al respecto, sin saber exactamente qué tan prudente era preguntar por lo sucedido.

ㅡÉl está bienㅡaseguró, recordando como había desaparecido junto a HyunjinㅡJisung lo protegió antes de que todo se fuera a la mierda.

ㅡFélix me odia por no haberle dicho que eres un cazador... Él cree que yo te ayudé a atrapar a Jisungㅡdijo casi en voz baja, sintiendo su voz quebrarse de nuevoㅡYo solo quería alejarlo de esta maldita ciudad, no fue buena idea traerloㅡempezó a llorar, sintiendo toda la culpa recaer sobre élㅡNo sé cómo nos encontraron, íbamos de camino al bosque y nos atacaron entre varios... Y yo... Yo no pude hacer nada para ayudarlo, arruinaron sus alas, lo maltrataron, lo golpearon y todo porque le dije que nos viéramos aquí.

ㅡSeung... Lo siento muchoㅡno encontraba más que decir, su pecho seguía doliendo por su propia situación, sintiéndose agradecido en cierta parte con su mejor amigo por no haberlo delatado con Félix, había perdido a alguien especial por su culpa, y eso era otra cosa con la que tendría que cargarㅡPero él está bien, ¿sí? Te lo aseguroㅡiba a encontrar la manera de arreglarlo, de salvar a todas esas hadas y a Jisung, había cometido un enorme error, debía repararlo.

ㅡ¿Lo viste?

Minho asintió, tratando de tranquilizarlo.

ㅡEl príncipe heredero de las hadas se fue con él, de seguro se resguardaron en el castillo con su familia.

Seungmin asintió, un poco menos asustado, era muy poca información, pero al menor era algo.

Minutos después, llegaron a la casa del menor, se despidieron y Minho ya se encontraba de regreso a su casa, hundido en un mar de pensamientos que no lo dejaban en paz; apartó las lágrimas que amenazaban con salir, ya había llorado demasiado y necesitaba estar alerta, estaba confiado en que iba a salvar al peligris.

Su hogar se sintió especialmente vacío, de seguro, Chan ya estaba dormido. Entró a su habitación y sintió una punzada de dolor al estar ahí, culpándose una y otra vez, recordando la mirada de terror y odio que Jisung le dio antes de que se lo llevaran.

Su cabeza por fin tocó la almohada, dejándose llevar por el enorme cansancio, y justo cuando estaba a punto de dormir, su celular sonó con un nuevo mensaje entrante. Quiso ignorarlo, pero podría ser importante, nadie le escribiría tan tarde en la noche, por lo que tomó el aparato entre sus manos y sintió la ira apoderarse de él tan pronto leyó de quién era el mensaje.

Seo Changbin

Necesitamos hablar.

No puedes negarte, es sobre Jisung.

Definitivamente iba a matar a Seo.

Ya casi tengo vacaciones de la universidad, díganme faitin o lloro😩🤙🏼

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