✭SEVEN✭
Jisung azotó con brusquedad la puerta de su habitación, lleno de furia, desesperación e impotencia; su hermano no podía hacerle eso, ¿es que acaso no se daba cuenta de que estaba arruinando su vida? Caminó por toda su habitación con ansias, debía buscar una solución antes de que llegarán por él.
ㅡNo voy a irme, no voy a irmeㅡse repitió a sí mismo mientras negaba con la cabeza.
En el silencio total del castillo, Jisung podía escuchar los suaves murmullos de los guardias que hablaban del tema, todos concluyendo en que se lo merecía por rebelde.
No creía ser una persona rebelde, él solo quería vivir su vida tranquilamente antes de que su madre llegara al castillo a imponer muchas más reglas, quería vivir su vida antes de tomar un cargo mucho más importante que no lo iba a dejar ni respirar tranquilo sin tener miles de guardias a su alrededor. Estaba agobiado, no le importaban los lujos ni nada de lo que tenía, él quería ser libre.
Tomó una pequeña mochila y empezó a meter unas cuantas prendas junto a cosas de uso personal; lo tenía muy claro, él debía irse del castillo, pero no para donde su hermano quería enviarlo. Pensó unos segundos en las consecuencias de dicha acción, sin embargo, poco le importó al estar cegado debido al enojo enojo y desesperación por no quedarse encerrado en un lugar que no conocía. Lo más seguro es que irían por él tan pronto supieran que no está. Pensó en Félix, no lo había visto desde el ataque, sabía que estaba bien únicamente porque supo que había llegado hasta el castillo por ayuda, fuera de eso, no sabía absolutamente nada, no quería dejarlo en el pueblo, quería llevárselo, pero Hyunjin tenía razón, eso sería exponerlo, y prefería exponerse él solo a tener que cargar con una vida más.
Respiró hondo, sintiendo las lágrimas acumularse en sus ojos, él debía sólo obedecer y todo se arreglaría, tal vez si se portaba bien, Hyunjin desistiría de enviarlo lejos, pero su estúpido espíritu inconsciente y rebelde lo seguía empujando a irse. Se acercó a la ventana, no habían guardias cuidando la zona por el momento, así que sin pensarlo tanto posicionó la mochila en su espalda y bajó, ya no tenía tiempo que perder, ya estaba afuera. Sabía las consecuencias, podría morir él solo, su hermano estaría destrozado al no encontrarlo, mandarían a muchos soldados por él, así que debía se cuidadoso, no mostrar sus alas por nada del mundo.
Por el momento, tenía la ventaja, se darían cuenta hasta el día siguiente cuando vayan por él a su habitación. Se dispuso a correr a toda prisa, importándole muy poco las hojas y ramas que golpeaban su rostro, se sabía el camino a la perfección, llegaría rápido a la ciudad y estando ahí, buscaría la manera sobrevivir.
Porque si lo iban a encontrar, al menos ya habrá vivido como quiso.
Muy temprano, toques en la puerta despertaron de su profundo sueño a Hyunjin, apartó el brazo de Jeongin que lo rodeaba y bajó de su cama en busca de su ropa de dormir para poder atender. Peinó su cabello hacia atrás y abrió la puerta, miró al guardia con seriedad antes de animarlo a hablar.
ㅡSu madre ya está aquíㅡanunció, hizo una reverencia y se dio la vuelta para irse.
Hyunjin se tensó, su madre había regresado mucho antes de lo establecido, se supone que llegaría en un par de meses más, ¿qué hacía ahí tan de repente? Corrió hasta su cama y con sumo cuidado despertó a Jeongin, debía irse a su puesto lo más rápido posible para no ser reprendido.
ㅡCariño, despiertaㅡlo movió suavemente, notando como sus ojos se abrían poco a pocoㅡDebes asearte e ir a tu puesto.
Jeongin lo miró confundido, su turno empezaba hasta más tarde, pero hizo caso sin cuestionar. Se vistió con rapidez y antes de salir se acercó al más alto y lo besó con suavidad en forma de despedida. Hyunjin sonrió en medio del beso, deseando más tiempo para ellos dos, pero sabía que con su madre estando ahí, sería mucho más difícil verse, y es por eso que en ese beso sintió demasiadas emociones, no una despedida como tal, sino un "hasta pronto".
Ser el príncipe heredero era algo que tampoco pidió, no podía hacer nada al respecto más que aceptarlo. Desde que se enamoró de Jeongin, sus deseos de escapar a su lado aparecieron, haciéndose más latente con el pasar del tiempo. Saber que Jeongin un día tendría que enamorarse de alguien que si podría ser una pareja real para él, causaba que su corazón doliera, por eso pasaba todo el tiempo que podía con él, porque no sabía cuándo sería su última vez.
ㅡMamá, es un gusto tenerte de regresoㅡHyunjin hizo una reverencia al ver a la hermosa mujer sentada en su trono, sus joyas resaltando, su cabello muy bien peinado y sus alas tan brillantes como siempre.
ㅡEstoy feliz de estar en casaㅡsonrió, extendió sus brazos para que Hyunjin pudiera acercarse y abrazarlo. Tenía alrededor de cuatro meses sin ver a sus hijos, y estar con ellos la hacía muy feliz.
El pueblo estaba satisfecho con la familia real, los reyes habían demostrado ser personas muy amorosas durante todo ese tiempo, por eso, cuando el rey murió, el pueblo entristeció también. Sin embargo, la reina supo manejar todas las situaciones que se les presentaba con mucha responsabilidad, ética y compromiso, una mujer muy recta con sus decisiones y estricta cuando se ameritaba.
ㅡDime, ¿Todo bien por aquí? ¿En dónde está Jisung?ㅡpreguntó con una dulce sonrisa, deseosa de ver a su más grande adoración, su hijo menor.
ㅡMamá, enviaré a Jisung al otro lado del paísㅡdijo sin más, sosteniendo una mirada seria que denotaba decisión.
ㅡ¿Por qué harías eso?ㅡpreguntó con más intriga que preocupación.
ㅡJisung es un chico muy rebelde, me desobedeció en dos ocasiones cuando después de la primera situación ya estaba castigado...ㅡse detuvo, pensando en si debía decirle sus escapadas a la ciudad, era su madre y tenía que saberloㅡSe escapó dos veces a la ciudad, y en la segunda vez, un grupo de cazadores entró al bosque.
ㅡ¿Mi hijo está bien?ㅡse preocupó, el miedo llenando todo su ser, los cazadores ya le habían quitado a su esposo, no podían hacerle lo mismo con sus hijos.
ㅡSi, está totalmente bien. Decidí enviarlo al otro lado por su seguridad, allá no está la ciudad cerca, se verá obligado a quedarse en el castillo como aprendiz, tengo todo planeado.
La mujer sintió su pecho doler, pensar en que enviarían lejos a su hijo no era una noticia que esperaba escuchar tan pronto llegara, pero no podía desautorizar a su primogénito, por algo lo había dejado a cargo, y si él creía que, de esa forma, Jisung iba a enderezarse y evitarse peligros, entonces lo dejaría proceder con su castigo, sabía que amaba mucho a su hermano y que lo hacía por su bien y seguridad.
ㅡEstá bien, pero quiero verlo antes, ordena que venga.
Hyunjin asintió y se dirigió a uno de los guardias del salón, dándole la orden de que Jisung hiciera acto de presencia en el salón. El guardia asintió, hizo una reverencia y se retiró en busca del menor de los Han.
ㅡJoven Jisung, su madre está aquí y solicita verlo en el salón principalㅡhabló al otro lado de la elegante puerta de la habitación de Jisung, esperó unos segundos y no escuchó respuesta, por lo que se atrevió a tocarㅡJoven Jisungㅡllamó de nuevo.
Silencio.
Jeongin detuvo su entrenamiento al notar el alboroto dentro del castillo, se acercó un poco hacia las ventanas mientras secaba el sudor de su frente.
ㅡ¡Busquen en toda el área!ㅡgritó uno de los guardias de alto cargo. Los guardias se dividieron en grupos, buscando primero en todo el castilloㅡ¡No pudo haber ido tan lejos!
ㅡ¿Qué está pasando?ㅡse apresuró a preguntar el rubio a uno de sus compañeros designado a buscar en las afueras.
ㅡEl príncipe Jisung no está, la reina lo mandó a buscar y su habitación está vacíaㅡexplicó rápidamente antes de adelantarse y dejar a Jeongin parado en su lugar.
Caminó rápidamente hacia la habitación de su amigo, haciéndose paso entre el montón de personas dentro de los pasillos, todos demasiado concentrados en encontrar al peligris.
Entró de golpe a la habitación y se fue directo al baño, se tensó completamente al darse cuenta de que los anillos y la ropa que vio ahí el día anterior ya no estaban, cayendo en cuenta de que eso tenía algo que ver con su huida. Analizó muy bien la situación, queriendo llegar a la conclusión de que simplemente estaba escondido en algún lado del castillo para que no se lo llevaran. Se acercó con duda hasta la caja en donde Jisung decía que tenía guardado su dinero y cosas de valor, solo ellos sabían en donde estaba; la sacó de su escondite y la abrió.
ㅡ¡Mierda!ㅡexclamó, tirando la caja a un lado de la habitaciónㅡ¡Qué mierdas, Jisung!
La caja estaba vacía.
Al caer la noche, Minho se encontraba en su pequeña casa, la cual compartía con Chan. Limpió sus manos y dejó sus armas a un lado de la mesa, había sido un día tedioso y al mismo tiempo, especial de una muy extraña manera.
Minho había cazado su primer hada, pero no era la que quería, por lo que el sentimiento no era del todo de orgullo, más bien, sentía decepción e impotencia. Se apoyó sobre la mesa, recordando la manera tan suplicante en la que el hada le pidió no hacerle daño, sus ojos llenos de terror y lágrimas mojando sus mejillas, intentando escapar. Logró arrebatarle sus alas, vendiéndolas al instante a un excéntrico coleccionista de la ciudad. Suspiró cansado y se sentó en una silla del comedor, pensando en lo cruel que había sido y lo poco que le había importado en ese momento; en cuanto al hada, no la mató, simplemente la dejó ir, de seguro su padre lo hubiera presionado a matarla cruelmente.
Mientras recordaba los eventos de ese día, el rostro de Jisung apareció en su mente, ¿sería capaz de hacerle lo mismo teniéndolo de frente? Se estuvo preguntando lo mismo por mucho tiempo, el estómago se le revolvía con una incómoda sensación con solo imaginarlo suplicando por sus alas; debía estar volviéndose loco, no podía tenerle compasión, no a un hada con tan maravillosas y valiosas alas, sería como tener un importante premio como cazador profesional y experto, dignas de presumir con sus colegas. Suspiró dudoso, sobando sus sienes, tratando de olvidar eso y prestar atención en buscar una manera para encontrarse con Jisung de nuevo, solo que ahora dudaba si era por querer cazarlo o simplemente pasar tiempo con él.
ㅡEl señor Kim está encantado con las alas que le vendiste, no todos pueden obtener alas de ese colorㅡcomentó Chan, sacándolo de sus pensamientosㅡEs un maldito loco- rióㅡPlanea coleccionar un par de alas por cada color.
ㅡCosas de millonarios, no saben en qué gastar su dineroㅡcomentó con indiferencia, se levantó de la silla, ordenando sus armas para guardarlas en la pequeña bodega designada para eso.
ㅡDijo que está feliz de que tú se las hayas vendido, ya sabes, por ser un Lee. Además, los demás cazadores son demasiado lentos y tú lo hiciste en un solo día.
Minho rió no muy convencido de los halagos, le dio una corta sonrisa y se dispuso a guardar sus cosas.
Unos toques resonaron en la puerta principal, se encaminó a esta y al abrirla se encontró con un muy enojado Seungmin.
ㅡTú... ¡Maldito traidor!ㅡexclamó al verlo.
El mayor abrió sus ojos con sorpresa y salió de su casa para hablar con su mejor amigo sin que Chan pudiera escucharlo, no le había dicho que se había adentrado al bosque la otra noche.
ㅡEstás vivoㅡsonrió el pelinegro, acercándose para abrazarlo, pero Seungmin se alejó, frunciendo el ceño.
ㅡ¡Y no gracias a ti!
ㅡLo siento, pasaron muchas cosas, casi muero.
ㅡTú sabes como cuidarte, yo no, y aún así no saliste a buscarmeㅡhizo un puchero, aún muy molesto.
ㅡ¿Cómo sobreviviste?
ㅡNo lo sé, caminé hasta salir del bosqueㅡmintió, poniéndose nervioso.
ㅡMjmㅡasintió para nada convencido, sabía perfectamente que su amigo le estaba escondiendo algo, pero iba a dejar que eventualmente con el tiempo, lo dijeraㅡVamos al barㅡpalmeó su hombro, caminando hasta su auto.
ㅡ¿Eso es todo?ㅡlo siguióㅡ¿Así te haces llamar mi mejor amigo?
ㅡSeungmin, lo lamento, ¿si?ㅡsuspiróㅡUna flecha me atravesóㅡlevantó su camisa para enseñarle la cicatriz.
ㅡNo me jodasㅡlo miró preocupado, tocando la herida totalmente cicatrizada, lo cual le parecía extrañoㅡ¿Qué pasó?
ㅡ¿Recuerdas al chico con el que estuve en el bar?
El pelirrojo asintió, recordando haberlo visto un par de veces con su amigo, su rostro un poco borroso, pero si recordaba haberlo visto.
ㅡEs un hada, Seungmin.
ㅡEspera, me dijiste que no habías visto ninguna hada ese día.
ㅡPues... Mentíㅡsonrió con inocenciaㅡComo te decía, es un hada, y no cualquier hada, sino que el segundo príncipe de las hadas del bosque, ¿puedes creerlo?
ㅡEso es... Demasiado.
ㅡÉl me salvóㅡdijo por fin, notando la mirada asombrada del menorㅡDesperté en su habitación con vendas, y me curó con unos poderes muy extraños que sigo sin entender.
Seungmin, analizaba cada cosa que Minho le decía, haciéndolo caer en cuenta que esa noche también estuvo en el castillo, y eso no era todo, Félix le habló sobre que su mejor amigo era un príncipe y que por esa razón, sabía exactamente a donde ir.
En conclusión, Félix y el chico misterioso de Minho eran mejores amigos, agregando que ambos eran hadas. Todo tenía sentido, el día que conoció a Félix en el bar, iban juntos.
Vaya mierda.
ㅡNo le hagas daño a Félixㅡdijo luego de un corto silencioㅡNo te acerques a él, sé que es tu trabajo, pero no lo dañesㅡpidió, viéndolo a los ojos.
ㅡ¿Félix?
ㅡLa otra hada que viste en el bar, ellos son mejores amigos.
ㅡSeung, escucha-
ㅡNo, él me salvó en el bosque, me encontró y me ayudó a esconderme mientras los cazadores atacaban, por él estoy aquí, a salvoㅡy ahí estaba, lo dijo sin que Minho preguntara.
Unos segundos en silencio pasaron hasta que el mayor asintió.
ㅡ¿Vienes o no conmigo?
ㅡNo, déjame en mi casaㅡle dijo en voz baja.
Minho accedió en silencio, cayendo en cuenta de que era peor de lo que pensaba.
Jisung llegó sano y salvo hasta la ciudad, acomodó la mochila en su hombro y se dispuso a caminar a la luz de los focos de las calles. Estaba tan fascinado con los colores, las imágenes, los olores de los restaurantes, la música de los bares, todo era perfecto para él; su plan era ir al bar de la primera vez, con suerte encontraría a Minho ahí, si no, tendría que buscar otra manera porque ni siquiera sabía su apellido para preguntar, aunque también sería un poco estúpido, en la ciudad habían demasiadas personas como para que se conozcan entre sí. Suspiró y empezó a caminar, sintiéndose un poco perdido al principio, pero logró reconocer algunas tiendas que estaban cerca del bar. A lo lejos logró identificar el nombre del lugar y sonrió aliviado, caminó con decisión, ignorando la mirada de las personas sobre él, especialmente la de algunos hombres que le sonreían de manera extraña.
ㅡHey, bonito, ¿te diriges hacia algún lugar?ㅡse acercó un hombre, demasiado mayor ante los ojos de Jisung.
ㅡEh, si, voy hacia el barㅡseñaló la puerta azul del lugar. A Jisung nunca le enseñaron que no debía dar cierta información a personas extrañas debido a que se supone que nunca tendría algún tipo de peligro, el bosque era muy seguro al igual que sus habitantes.
ㅡTe acompaño, preciosuraㅡpuso su mano en la pequeña cintura del peligris, sobresaltándolo de inmediato.
Jisung le sonrió incómodo y con gentileza movió la mano del hombre y la apartó de su cuerpo, quería pensar que estaba siendo amable al acompañarlo, pero había algo en su mirada y sonrisa que lo hacía sentir demasiado incómodo, como un mal presentimiento.
Minho se detuvo en seco en medio del estacionamiento al ver unas brillantes alas a lo lejos, si no se equivocaba, esas inolvidables y únicas alas eran de Jisung, ¿qué hacía ahí con un hombre mayor a su lado? Luego de unos segundos pensándolo, corrió hasta la entrada en busca de la linda hada que estaba ocupando últimamente sus pensamientos más de lo que le gustaría.
Se adentró al lugar luego de pagar la entrada, guardó su ticket en el bolsillo trasero y se sumergió en el mar de personas, estaba totalmente lleno. Siguió caminando hasta que encontró la barra, por fin pudo identificar a Jisung cuando notó sus alas, moviéndose lentamente, como si quisiera huir de ahí. El hombre a su lado no dejaba de susurrarle cosas al oído, tocando sus muslos ocasionalmente; desde lo lejos, podría verse como una escena normal de un chico ligando con un hombre mayor, pero al notar las expresiones del menor, entendió que estaba lejos de ser algo como eso.
Con paso decidido se acercó hasta el par, una inexplicable molestia lo recorría, más al ver como ese hombre tocaba a su preciada hada con demasiado descaro, incluso en la mirada se le notaba que quería devorarlo. Al estar cerca, tocó su hombro, haciendo que se girara a verlo, y sin previo aviso, cerró su puño y golpeó al hombre, haciéndolo caer de su asiento. Jisung se asustó, odiaba la violencia, no estaba acostumbrado a eso, por lo que se levantó y retrocedió, muy perdido en la escena como para prestar atención en que Minho lo estaba defendiendo.
ㅡ¿Te gusta acosar a chicos mucho menores, ah?ㅡdejó ir una patada justo en el estómago del hombre, mirándolo con furiaㅡImbécil.
Buscó con la mirada a Jisung que se encontraba demasiado sorprendido y sin palabras, no sabía ni como sentirse al respecto, una mezcla de miedo e interés llenándolo. No podía ni siquiera negar que, en cierta parte, le pareció sexy verlo de esa manera.
ㅡVen conmigoㅡtomó su mano y lo guió hasta la salida sin dejarlo ver hacia el hombre que estaba tirado y quejándose en el suelo.
ㅡGraciasㅡdijo el menor al estar afuera del barㅡNo sabía cómo quitármelo de encima, era demasiado incómodoㅡhizo una mueca de disgusto al recordar la manera en la que lo estaba tratando de tocar sin su permiso.
ㅡ¿Qué haces aquí?
ㅡVine a buscarteㅡlo miró apenado, quizás se había equivocado con ir por él, a lo mejor le había mentido y no quería verloㅡLo sientoㅡsusurró.
ㅡNo te disculpesㅡpuso su mano en su mejilla, mirándolo con amabilidadㅡLa ciudad no es tan segura para alguien como tú, menos en las noches.
ㅡLo sé, esto de ser un hada me pone en mucho riesgo, créeme que lo séㅡrodó los ojos junto a un suspiro cansado, eran las mismas palabras que escuchaba en su hogar.
ㅡMe refiero para alguien tan llamativo y lindo, Jisungㅡle dijo con voz ronca, mirando esos ojos color miel que lo hipnotizabanㅡHombres como ese solo quieren una cosa, y no creo que vaya a gustarte.
Jisung se sonrojó, Minho no esperaba ni dos veces para halagarlo de manera coqueta. Se regañó a sí mismo por ponerse así de tímido, la primera noche que lo conoció había sido totalmente diferente, quería sacar de nuevo a ese Jisung.
ㅡ¿Por qué no me dices entonces qué cosas podrían gustarme?ㅡpreguntó en voz baja, sonriéndole sutilmente mientras se pegaba más a él con la intención de sentir su respiración más cerca.
ㅡNo juegues, Jisung, incluso yo podría ser peligrosoㅡrozó sus labios con los del más bajo.
ㅡNo te tengo miedo, Minhoㅡaseguró, viendo sus labios con deseoㅡPor eso vine a buscarteㅡrepitió.
Minho se alejó levemente sin entender a qué se refería con eso exactamente, debía sentirse feliz por tener una oportunidad para atraparlo, pero la idea no se le cruzó, solo estaba expectante.
ㅡ¿Por qué?
ㅡ¿No te alegra verme?ㅡpreguntó desanimado ante la reacción.
ㅡClaro que si, solo estoy sorprendidoㅡacarició su mejilla con su pulgar, haciéndolo reír por lo bajo.
Demasiado tierno para alguien tan caliente.
ㅡSolo necesito que me ayudes a encontrar un lugar en donde quedarme.
ㅡ¿Vivirás aquí por un tiempo?
ㅡAlgo asíㅡasintióㅡTraje dinero suficiente para pagar una habitación de hotel o lo que seaㅡseñaló su mochila.
Desde el punto de vista de Minho, la idea era maravillosa, tenerlo en la ciudad hacía que muchas posibilidades se abrieran para él, pero al mismo tiempo, de manera irónica, la idea era pésima. No quería aceptarlo, Jisung era mucha tentación para él en muchos sentidos, su cuerpo lo llamaba al igual que sus majestuosas alas, y siendo sincero, no sabía qué deseaba más.
ㅡTe ayudaré a encontrar un hotel entoncesㅡaceptó. La posibilidad de llevarlo a su casa era nula, descubriría sus armas, además, Chan podría decirle también sobre su trabajo, así que no, llevarlo a su casa no era una buena idea.
Jisung asintió con una amplia sonrisa, dejando que Minho pusiera su mano en su espalda baja para caminar hasta su auto. La sensación de ser tocado por las fuertes manos del pelinegro era muy diferente a la sensación que le daba el hombre de hace un rato.
''Quieto, Jisung, controla tus hormonas''
Spoiler, no será posible.
Hola~ estoy muy enamorada de la foto de la multimedia. Espero que les guste🥺
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