✭FIVE✭
Jisung sostenía su mentón en la palma de su mano mientras veía desde la orilla de su cama a Minho profundamente dormido. Observó con detalle el interesante tatuaje que abarcaba desde su hombro hasta el inicio de su antebrazo, preguntándose qué significaba.
Había logrado convencer a los guardias de que él estuvo en su habitación todo el tiempo que duró el ataque, pidió no ser molestado sin excepción. Sabía que debido a la gravedad de la situación, Hyunjin no tenía permitido salir de su habitación y sabiendo como era él, no iba a romper ese protocolo, por lo que estaba seguro que tampoco sería molestado por su hermano.
Suspiró aburrido sin quitar la mirada del pelinegro, tocando con su índice el vendaje improvisado que había logrado hacer en un tiempo límite tratando de detener el sangrado de la herida. No iba a negar que también estaba muy asustado, ¿Minho era un cazador? ¿qué hacía con ese grupo de hombres? ¿debió dejarlo morir? Todo daba vueltas en su cabeza, preguntándose también por qué lo había llevado hasta su habitación, era demasiado peligroso. Por eso Hyunjin siempre le decía que era un irresponsable, un imprudente que hacía las cosas sin pensar, no quería ni imaginar que había llevado a un cazador a su hogar, sería desastroso, y aunque no quisiera, le tocaría encerrarlo.
Salió de su nube de pensamientos cuando escuchó a Minho quejarse, dándole la señal de que estaba despertando. Rápidamente se escondió tras uno de sus muebles, dejando a la vista únicamente sus ojos, bajó sus alas con cautela y lo observó moverse incómodo.
Minho despertó totalmente, sintió el fresco aire pegando en su piel, causando que se erizara. Hizo el amago de levantarse, pero una punzada en su abdomen lo detuvo, sacándole un jadeo de dolor. Miró a su alrededor, muy confundido, el color de las paredes eran rosa pálido, adornado con pinturas elegantes y fotografías. Talló sus ojos con la finalidad de fijarse mejor en los detalles. Se sobresaltó al escuchar que algo se movía tras uno de los muebles, encontrándose rápidamente con los ojos de Jisung que lo miraban con miedo y curiosidad. Lo reconoció al instante, especialmente por sus alas que sobresalían un poco del escondite.
ㅡ¿Jisung?ㅡhabló por fin con voz ronca, sobando su cabeza para suavizar el dolor en esa zonaㅡSal de ahí, ¿qué fue lo que pasó?
Jisung se encogió en su lugar ante la voz del mayor. Segundos después, salió de su escondite a paso lento y se posicionó frente a él. Minho lo recorrió de pies a cabeza con la mirada, tratando de buscar una respuesta lógica porque no entendía cómo es que después de pelear con cazadores, apareció ahí.
ㅡT-Tú casi m-moristeㅡdijo casi en voz baja, agachado la mirada hacia sus dedos con nerviosismo.
Minho asintió, recordando los eventos de hace unas horas atrás. Tocó el vendaje en su abdomen y empezó a doler de nuevo. Hizo una mueca lastimera, ¿cómo es que seguía vivo? Él estaba seguro de que iba a morir en ese momento.
ㅡEspera, no te toques ahí ㅡJisung se acercó con un poco de duda y puso sus manos sobre el vendajeㅡ¿Puedo quitarlo?ㅡpreguntó, Minho asintió.
Lo ayudó a sentarse en la orilla con un poco de dificultad, y al posicionarlo bien, tocó su abdomen, apartando las vendas con sumo cuidado. Minho respiraba con dificultad, pero no dolía como antes.
ㅡEstás casi curado.
Minho miró su herida y se llevó una gran sorpresa al notar que estaba casi cicatrizando. Sabía que eso no era posible, una flecha lo había atravesado, literalmente, una herida como esa no cicatrizaba en unas horas, es más, él tuvo que morir.
ㅡPero-
ㅡTranquiloㅡdijo en voz baja, lo suficientemente audible para el mayorㅡSolo no vayas a moverteㅡse arrodilló frente a él, inhalando profundamente.
Minho asintió sin cuestionar. Jisung puso sus suaves manos en su abdomen y se concentró, tratando de llevar su poder hasta la palma de sus manos y transmitirla a la herida, causando que una leve luz apareciera en esa zona. Minho sintió un extraño cosquilleo, aterrado y sorprendido por lo que sus ojos veían, ni siquiera sabía que las hadas tenían ese tipo de poderes, de seguro nadie lo sabía. Intentó no hacer movimientos bruscos mientras tanto a pesar de que moría por gritar del miedo, en su intento de distraerse, posó sus ojos en las alas de Jisung, preguntándose si eran visibles para todos o solo para él, quería preguntarle, pero eso sería exponerse con su don, y no, nadie debía saber que lo tenía. No conocía muy bien a Jisung, no podía confiar en él algo como eso.
ㅡYa estáㅡavisó, poniéndose de pie frente al mayor.
Al verse, Minho se dio cuenta de que la herida estaba totalmente cicatrizada, dejando a la vista únicamente el rastro del daño que sufrió, pasó sus dedos sobre esta, aún impresionado.
ㅡ¿Qué fue eso?
ㅡYo... Yo puedo sanar heridas rápidamenteㅡexplicó nerviosoㅡEs uno de mis poderes.
ㅡEso es...
ㅡExtraño, lo sé.
ㅡSorprendente, es muy sorprendente.
La habitación se vio inmersa en un incómodo silencio. Jisung quería preguntar qué hacía en el bosque, esperando tener una respuesta diferente a lo que suponía, no quería ni pensar que estuvo coqueteándole a un cazador, o peor aún, que estuvo dispuesto a entregarse a él. La situación lo estaba agobiando, estaba horrorizado con esa idea, dándose cuenta de que merecía cada regaño que su hermano le daba.
ㅡ¿Qué hacías en el bosque?ㅡfue directo, necesitaba saberlo antes de si quiera dejarlo quedarse ahí más tiempo, no quería que en medio de la noche le hiciera algo para quitarle sus alas; el pensamiento lo hizo estremecerse y retroceder unos pasos inconscientemente.
Minho lo miró aún en silencio, no podía exponerse él solo, menos en territorio de hadas, lo más seguro era que Jisung lo entregaría y luego de eso, no podría escapar nunca, lo tendrían prisionero hasta el último de sus días.
ㅡVi al grupo de cazadores y decidí seguirlosㅡno dudó, mintiendo con total seguridadㅡEstaba esperando por ti en el parque y no llegasteㅡguardó silencio unos segundos, tomándose el tiempo para analizar la avergonzada expresión en el menorㅡLos vi entrar, y pues soy muy curioso así que los seguí junto a mi mejor amigo, y durante el camino, lo perdí de vistaㅡJisung asentía, escuchando atentamente. Sentía que un gran peso desaparecía al saber que no tenía nada que ver con los cazadores que los atacóㅡAsí que mientras lo buscaba, me perdí y terminé en medio de una pelea de cazadores... es todo lo que recuerdo.
Jisung suspiró aliviado y sonrió, sintiéndose más tranquilo.
ㅡAhora estás a salvo.
ㅡGracias a tiㅡsonrió también. Su vista viajó por toda la habitación, poniendo más atención a los finos detallesㅡ¿Esta es tu habitación? Es enorme.
ㅡSiㅡsoltó una leve risitaㅡEs muy grande ¿no es así?
ㅡDemasiado para alguien tan pequeño como tú.
ㅡNo soy tan pequeñoㅡhizo un puchero, cautivando al mayor por unos segundos ante tal gesto.
ㅡ¿Eres millonario?
ㅡAlgo asíㅡrascó su nucaㅡSoy... un príncipeㅡsonrió apenadoㅡPor eso mis alas son asíㅡse giró un poco y las movió con orgullo.
¿Príncipe? ¿Estaba tratando de cazar al príncipe del bosque de las hadas?
ㅡSon muy bonitasㅡhalagó al asegurarse de que las tenía visibles.
ㅡGracias, me gustaría poder mostrarlas más, pero ya sabes, me cazarían muy rápido en la ciudad.
Minho se levantó de la cama y se acercó al menor con la mirada fija en sus alas.
ㅡ¿Puedo tocarlas?
Jisung asintió.
Minho estaba hipnotizado por los colores tan brillantes, por el tamaño y la gracia de las mismas, definitivamente las quería. Pasó sus dedos con delicadez, tocándolas tan suave que tenía miedo de romperlas debido a un movimiento brusco, estaba encantado.
ㅡ¿No te da miedo ir a la ciudad?ㅡpreguntó en un susurro muy cerca de él, tocando su espalda ocasionalmente mientras seguía apreciando sus alas, dándole simples caricias.
ㅡSolo he ido una vezㅡJisung cerró sus ojos inconscientemente ante el tacto, avergonzado ante su reacciónㅡLa vez que nos conocimos.
Minho se sorprendió, cuando lo conoció, no esperaba que fuera un chico primerizo, se veía como un chico atrevido, y actuaba como tal, tan caliente y confiado, como si fuera un experto, tentándolo hasta casi el límite de su cordura. Por alguna razón, le parecía demasiado sexy el hecho de que fuera un chico inocente hasta cierto punto, llenándolo de deseo por corromperlo de todas las maneras posibles.
Un príncipe hada... Demasiado tentador para él.
ㅡAsí que... ㅡse detuvo frente a élㅡSaliste a coquetear en tu primera noche en la ciudad.
Jisung se sonrojó bajo la profunda mirada de Minho, sintiéndose tímido y para nada confiado, a lo mejor era porque se sentía expuesto con sus alas, o tal vez porque estaban solos en su habitación.
ㅡSolo quería divertirmeㅡrespondió avergonzado.
Minho le sostuvo la mirada, pensando en lo maravilloso que era ese pequeño peligris. Jisung trataba con todas su fuerzas que sus ojos no inspeccionaran a fondo el trabajado abdomen del mayor, quería analizar mejor los pequeños tatuajes que lo adornaban, en especial el que estaba en su abdomen bajo, cerca del hueso de la cadera, pero no podía, sería darle una invitación a algo de lo que ya no estaba tan seguro, era tan difícil cuando le hablaba de esa forma tan sensual a escasos centímetros de su rostro. Muy patético de su parte no aprovechar esa oportunidad.
ㅡ¿Me dejarás quedarme aquí?ㅡinterrumpió sus pensamientos, viéndolo con una sonrisa ladina. Minho no era idiota, sabía lo que causaba en él.
ㅡC-Claroㅡsintió que pudo respirar con normalidad cuando se alejóㅡYo, eh, puedo... puedo dormir en el sofáㅡsus palabras salían atropelladas, tratando de calmar los latidos de su corazón. Caminó hasta el sofá de su habitación con la intención de dejarle toda la cama, pero Minho lo detuvo
Negó con la cabeza, sonriéndole de manera tranquilizadora.
ㅡVas a dormir conmigoㅡlo atrajo hacia élㅡNo te haré nada, no te preocupesㅡle susurró en el oído, mordiendo levemente el lóbulo de manera coqueta antes de alejarse y meterse en la cama.
A Jisung se le erizó la piel totalmente, sintiendo cosquillear su estómago, recordando que la noche que se conocieron, hizo esa misma acción que lo había enloquecido en aquel momento en el que el alcohol recorría su sangre. Desapareció sus alas para más comodidad, se acostó a su lado y apagó la luz de la lámpara que se encontraba en la mesa de noche, convencido de que no podría conciliar el sueño compartiendo la misma cama con un chico así de caliente.
Porque, ¿quién podría?
Félix sabía que no debía seguir en el castillo, ser el mejor amigo del príncipe era una cosa, desobedecer la orden de Hyunjin y los guardias era otra, y mucho más grave, por lo que no podía darse el lujo de meterse en alguna de las habitaciones como hacía siempre para dormir más cómodo. Empujó la vieja puerta de la habitación en donde Seungmin estaba escondido, la oscuridad no era profunda, aún se podía ver algo; cerró la puerta tras él y se acercó hacia el rincón en donde había dejado al pelirrojo, cuando estuvo ahí, lo encontró totalmente encogido, su rostro estaba escondido en sus piernas, temblando ligeramente.
ㅡHey, soy yoㅡsusurró, poniendo su mano en el hombro contrario.
Seungmin se sobresaltó, pero al reconocer la voz, se sintió más tranquilo.
ㅡJesús, estoy muerto del miedoㅡrió suave, no quería llorar de nuevo.
ㅡLo sé, lamento que te hayas perdido aquíㅡse sentó a su lado. Apoyó la cabeza en la pared, suspirando aliviado y cansado, había sido una noche desastrosa y movida.
ㅡNo, no fue tu culpa, es más, yo lo siento por hacer que me trajeras hasta aquí cuando no era tu responsabilidad. Posiblemente allá afuera estaría en peligro, soy un asco para los espacios libres.
Félix rió por lo bajo con sus ojos cerrados, solo debía esperar unas horas para poder sacarlo de ahí y posiblemente no verlo de nuevo, porque después de eso, probablemente no va a querer salir con él o hablarle.
ㅡTus alas son realmente hermosasㅡdijo de repente el pelirrojo, recordando cuando las extendió antes de salir, porque ahora estaban ocultas de nuevo.
Félix abrió los ojos con sorpresa y lo miró, sus alas eran comunes, no eran la gran cosa y tampoco tenían un color especial, en el pueblo, nunca se las halagaban debido a que no destacaban, menos en el castillo, la familia real tenían alas realmente asombrosas, nada que ver con las suyas. A lo mejor no las apreciaba tanto porque siempre que veía las de su mejor amigo quedaba encantado, deseando que las suyas fueran la mitad de hermosas, aunque Jisung le decía cada vez que podía que eran alas preciosas.
ㅡG-Graciasㅡrespondió tímidoㅡDeberías ver las de la familia real, son una cosa totalmente diferente.
ㅡDe seguro que si son diferentes, pero eso no le quita lo bonito a las tuyas.
Félix se sonrojó fuertemente, tratando de entender como un chico tan atrevido como Seungmin estaba diciendo cosas así, porque en la fiesta, no dejaba de darle comentarios calientes cada que podía. Según él, esa clase de chicos solo eran rompe corazones que hablaban únicamente de sexo, pero al verlo tan vulnerable, asustado y tímido lo hizo cambiar totalmente la imagen que tenía sobre él. Lo había juzgado antes de tiempo, y eso estuvo mal.
ㅡAhora lo mejor es dormir para que pase el tiempo, de seguro estás cansadoㅡlo miró a su ladoㅡMañana te acompañaré hasta la ciudad para que no vuelvas a perderte por ahíㅡle sonrió amable.
Seungmin asintió con una corta sonrisa, apoyándose totalmente en la pared, cerró sus ojos y dejó que poco a poco, el sueño lo consumiera.
Deseaba con todas sus fuerzas que Minho estuviera bien, a pesar de que era un hombre entrenado, cualquier cosa podría pasarle, y al menos él, tuvo la suerte de encontrarse con Félix, más suerte aún que fuera un hada. Un sentimiento de terror lo inundó repentinamente, no quería que Minho conociera a Félix, sabría que es un hada y lo iba a cazar, y no podía permitir eso, su visión sobre las hadas había cambiado totalmente en una sola noche, una noche fue suficiente para saber que debían ser protegidas y no cazadas. Él creía ser una persona que se mantenía al margen sobre el tema, no le importaba si las hadas vivían o morían, pero ahora, teniendo a Félix a su lado supo con certeza que no quería que algo malo le pasara a alguien tan bueno como él que confió en un chico que conoció por unas horas y que de repente apareció en el bosque en medio de un ataque de cazadores, le había salvado la vida, lo puso en un lugar seguro para pasar la noche y lo llevaría de regreso a la ciudad, arriesgándose a encontrarse con algún cazador escondido entre los árboles, eso lo llevó a pensar en por qué haría eso por él, apenas se conocían, no tenía mucho sentido.
Abrió sus ojos y analizó al pelimorado en medio de la oscuridad, era un chico realmente lindo, su pequeña nariz, su cabello un poco largo, y si se acercaba más, podía ver con más claridad las pecas que adornaban su rostro, el rostro digno de un hada. Toda su vida escuchó que las hadas poseían una belleza superior a la del ser humano, y ahora lo confirmaba, Félix era el chico más lindo que había visto en toda su vida, no cabía duda.
Jisung despertó mucho tiempo después cuando la luz del día entró con más fuerza en su habitación, denotando que ya era pasada de la hora del almuerzo, afuera, todo estaba en total silencio, dándole un poco de miedo que el castillo estuviera tan tranquilo, no escuchaba los pasos de los soldados o sirvientes como todos los días, simplemente todo era un silencio sepulcral.
Estiró sus brazos junto a un bostezo, aún se sentía cansado. Se quedó un momento sentado, pensando en qué hacer hasta que sintió una fuerte mano sosteniendo su cintura, acostándolo de nuevo sobre el colchón.
ㅡTienes una cintura muy tentadora, ¿lo sabías?ㅡfue lo primero que dijo el pelinegro al despertar, metiendo su mano bajo la camisa de dormir de Jisung, dejando pequeñas caricias ahí.
ㅡPues... eh, no, la verdad noㅡdijo avergonzado, su piel cosquilleando bajo los dedos de Minho.
Minho rió, alejó sus manos y se sentó sobre la cama, sintiendo el dolor de los golpes de la noche anterior. Apartó la sábana y con confianza se levantó hacia el espejo de cuerpo completo de la habitación, al ver su reflejo, notó que tenía varios moretones en su cuerpo y pequeñas cortadas en su rostro. Se fijó a través del espejo que Jisung lo miraba con atención, y sonrió orgulloso, sabía perfectamente que su cuerpo era llamativo y varonil, y según la mirada de Jisung, lo había cautivado.
Pero bueno, ¿qué más podía hacer? No tenía sus armas, no tenía nada para lanzarse a él y cazarlo, además, estaba en territorio de hadas, hacer un movimiento brusco ahí era mucho peor que en la ciudad, un leve grito por parte del príncipe y todos los guardias estarían sobre él, así que, por el momento, no podía hacer nada, otra vez.
La situación lo estaba frustrando, todo indicaba que las oportunidades para atraparlo se volvían nulas, siempre pasaba algo que lo detenía de hacerlo. Al salir de ese bosque, quizás no lo volvería a ver de nuevo debido a los riesgos que salir conllevaban, Jisung no iba a arriesgarse de nuevo solo por ir a la ciudad y verlo; siendo un príncipe, tampoco lo dejarían salir por protegerlo. Estaba molesto, ¿qué diría su padre? De seguro que era un inútil, que no era digno. No sabía lo difícil que era atrapar un hada hasta ese momento, no parecía así en sus entrenamientos.
ㅡSi deseas bañarte, el baño está por ahíㅡescuchó la dulce voz de Jisung a sus espaldas, señalando el baño de la habitaciónㅡTu ropa está totalmente arruinada, así que puedo prestarte algo mío para vestirte.
Jisung se levantó de su cama y se acercó a su armario en busca de ropa para Minho y una toalla limpia para bañarse. El pelinegro no podía apartar la mirada del menor, la camisa de dormir le quedaba un poco grande por lo que dejaba a la vista sus bonitas clavículas. Negó con la cabeza y apartó la mirada, estaría mintiendo si dijera que no quería empotrarlo sobre la cama y hacerlo suyo hasta el cansancio, la tensión sexual era tan grande que ignorarla se le complicaba. Jisung lo miró apenado y le entregó las prendas para que pudiera bañarse, le sonrió en agradecimiento y se metió al baño.
Jisung escuchó el agua de la ducha correr, sus mejillas sonrojadas y un extraño calor recorría su cuerpo, concentrándose en su vientre. Apartó todos los pensamientos indecentes que pasaron por su cabeza, tenía que estar tranquilo para cuando Minho saliera.
Se acercó a la ventana, encontrándose con que nadie vigilaba esa zona, lo cual era una buena noticia ya que salir por ahí se le haría mucho más fácil sin ser visto ya que la puerta de su habitación estaba llena de guardias.
Un sentimiento de tristeza llenó su pecho, no sabía si volvería a verlo después de todo el caos ocasionado la noche anterior. Minho le llamaba mucho la atención, y más allá de los placeres físicos que estaba seguro que podía darle, por alguna razón, también deseaba conocerlo más a fondo. Recargó su mentón en su mano, distraído en el bonito paisaje que se podía ver desde su ventana, deseando una vez más no ser de la realeza para que su vida no fuera así de complicada, podría salir cuando quisiera, podría escabullirse con Minho todos los días sin pensar en que debía regresar a su castillo en donde tenía muchas responsabilidades y reglas que seguir.
Unos fuertes brazos alrededor de su cuerpo lo sobresaltaron, el dulce aroma de su jabón de baño llenó sus fosas nasales y supo de inmediato que se trataba de Minho, hizo su cabeza hacia un lado al sentir sus labios dejando pequeños y húmedos besos en su nuca y cuello, dándole mejor acceso. Se giró rápidamente hasta quedar frente a él, sintiendo su respiración muy cerca de sus labios.
ㅡMinho... Debes irteㅡdijo en voz baja, decepcionado, cada vez se hacía más tarde y en cualquier momento irían por él para reportarlo con Hyunjin, y no podía exponerlo.
Minho asintió y dejó su agarre en el más bajo con mucho esfuerzo, mirándolo todavía con deseo.
¿Por qué no pudo simplemente nacer como un humano?
Hasta aquí dejaré las actualizaciones u.u debo adelantar más la historia porque me he quedado en un bloqueo jaja espero que hayan disfrutado estos cinco capítulos seguidos❤️
Probablemente publique otra historia que tengo adelantada por ahí, espero que también la apoyen uwu
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