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✭EIGHT✭

Minho no esperó que le dijeran dos veces cuando aceptó a la propuesta del menor de quedarse con él esa noche. Y es que Jisung sólo buscaba excusas para seguir cerca de él, sabía muy bien la tensión sexual existente entre ambos e invitarlo a quedarse solo era un pretexto para que pasara algo entre ambos, podía sonar un poco desesperado, pero la idea lo encendía de sobremanera.

ㅡEs una bonita habitación de hotelㅡcomentó el mayor al entrar tras el peligrisㅡ¿Seguro que puedes pagarla?

ㅡSoy un príncipe, claro que puedoㅡsonrió con suficiencia.

ㅡLo olvidabaㅡrió, acostándose sobre la espaciosa y cómoda cama, se quitó las botas negras que llevaba puesta y cerró sus ojos por un momento, escuchando como el menor se movía inquieto de un lado para otro. Abrió uno de sus ojos sutilmente para encontrarse con el peligris moviendo sus dedos con nerviosismo, causándole un poco de gracia.

Jisung apagó la luz de la habitación después de colocarse su ropa de dormir, dejando únicamente la luz de una fina lámpara en el mueble que estaba a un lado de la cama.

ㅡ¿Cómo sigue tu herida?ㅡse sentó en la orilla de la cama, mordiendo su labio inferior con nerviosismo, tratando de buscar un tema que apartara de su mente cualquier cosa que no debía pensar. 

Había fracasado rápidamente con su plan de coqueteo.

ㅡYa no duele, ¿quieres ver?ㅡpatética excusa para desnudarse.

Jisung asintió con una pequeña sonrisa.

Minho obedeció, sacándose la camiseta bajo la atenta mirada del menor. Estaba de más decir que, Minho, tenía un asombroso cuerpo, su abdomen ligeramente marcado y sus brazos también, luciendo fuertes y sensuales con aquel tatuaje en su brazo izquierdo.

Jisung no pudo contener las ganas que tenía de tocarlo, por lo que con su dedo índice delineó el cuerpo de Minho, llegando hasta la orilla de sus pantalones. Minho observaba con atención cada movimiento del menor, sintiendo su piel erizarse ante el suave y sutil toque.

ㅡEstos anillos me parecen familiaresㅡdijo Minho, sosteniendo en alto la mano derecha de Jisung en donde sus dedos estaban decorados con algunos anillos de diferentes estilos.

ㅡLos dejaste en mi bañoㅡrespondió casi en voz baja, perdido en la oscura mirada sobre él.

En un rápido movimiento, Minho posición a Jisung entre sus piernas, la espalda del menor pegada a su pecho, respirando el agradable olor de su cuello y cabello, perdiéndose unos segundos en él.

ㅡMinho...ㅡlo llamó en un susurro cuando sintió suaves besos en su cuello, echando su cabeza hacia atrás para más comodidad.

ㅡ¿Quieres hacer algunas cosas que sé que te van a gustar?ㅡhabló en su oído de forma coqueta, sonriendo ante el asentimiento del contrario.

Jisung quería controlarse, pero en ese momento, sus hormonas no estaban cooperando. Sentir las manos de Minho metiéndose bajo su camisa de dormir solo fue el inicio del desequilibrio de su cordura, sentía el calor recorrer todo su cuerpo ante sus toques y ocasionales besos en su cuello, necesitaba más que solo eso.

ㅡDéjame quitarte la camisaㅡfue más una orden que una sugerencia.

El peligris no hacía nada más que asentir y acceder a todo lo que Minho le decía, ni siquiera lo estaba pensando, solo escuchaba sus palabras y las cumplía.

Minho tiró la camisa hacia alguna parte de la habitación, sintiendo bajo sus manos la piel descubierta de Jisung. Se sintió maravillado al instante, la piel de Jisung no era del todo blanca, su tono de piel era más acanelada, dándole un sensual toque a toda su imagen.

Jisung soltó un sonoro suspiro al sentir la boca de Minho sobre uno de sus pezones, enviándole una corriente de placer. Minho había pasado su cabeza bajo el brazo izquierdo del menor para poder alcanzar su pezón y besarlo con suavidad.

ㅡAh~ㅡgimió por lo bajo, revolviendo el cabello de Minho mientras seguía estimulando esa zona.

Al escucharlo gemir, Minho perdió su total autocontrol; elevó su rostro e hizo que Jisung se girará levemente de lado para mirarlo con deseo antes de por fin acercarse a besarlo. Ninguno había dicho nada al respecto, pero habían estado muriendo por besarse desde que se conocieron, ninguno sintiendo el valor suficiente para dar el paso.

Jisung correspondió gustoso el beso, tornándose a uno más apasionado y agresivo con cada segundo que pasaba. Se apartó por falta de aire y le sostuvo la mirada con anhelo, invitándolo a que hiciera con él lo que quisiera.

ㅡNecesito que te quites los pantalones, ahoraㅡordenó.

El menor asintió e hizo caso, quedando ahora solo en ropa interior. Minho sonrió ladino y volvió a besarlo, pero más suave, dejando leves mordidas en sus labios mientras bajaba su mano hasta la erección del peligris, sobándola sobre la tela de sus bóxers. Jisung ahogó un gemido en la boca de Minho ante el tacto, respirando con dificultad cuando su mano lo estaba tocando directamente.

La mezcla de sensaciones era intensa, nunca nadie lo había tocado de esa manera, nadie tenía permitido hacerlo, además, con todo eso de que no podía tener pareja por ser el príncipe, ni siquiera tenía tiempo para conocer a alguien que lo hiciera sentir de esa manera, tan deseado.

ㅡ¿Te gusta, Jisung?ㅡpreguntó el mayor, pegando su frente con la del mencionado mientras movía su mano en todo su miembro.

ㅡSiㅡrespondió en un gemido, arrugando su rostro debido al placer, gimiendo en sus labios.

Minho sabía lo que hacía, tocándolo y masturbándolo de la manera correcta para hacerlo delirar solo con eso. Volvió a besar uno de sus pezones mientras movía con más velocidad su mano, sintiendo los leves temblores en el delgado cuerpo del menor. Volvió a girar el rostro de Jisung para encontrarse con sus labios, sintiéndose terriblemente adicto a besarlo.

ㅡE-Estoy cercaㅡavisó, rompiendo el beso por unos segundos para luego inclinar su cabeza hacia atrás, apoyándola en el hombro de Minho.

El pelinegro aprovechó el acceso para besarlo con rudeza en el cuello, pasando su lengua de manera sensual mientras Jisung soltaba agudos gemidos, anunciando su orgasmo.

Un par de chupetones más y Jisung acabó, manchando completamente la mano del mayor con su esencia. Cerró sus ojos con fuerza sin apartarse de Minho, tratando de estabilizar su respiración.

ㅡMinho.

ㅡDimeㅡbesó su mejilla.

ㅡQuítate los pantalones, ahora.

Hyunjin seguía sentado en su trono al lado de su madre, tratando de no perder la compostura ante la terrible situación. Tuvo que imaginar que algo así pasaría, él conocía a su hermano, su deber era prevenirlo. Sentía que la culpa seguía recayendo en él y su incapacidad para controlarlo.

ㅡEl joven Félix está aquí, como ordenóㅡapareció un guardia en el salón principal siendo seguido por el pelimorado.

Tan pronto las puertas del salón se cerraron, Hyunjin caminó a paso rápido hasta el menor que rápidamente agachó sus alas en señal de temor, dándole una mirada desafiante.

ㅡDime en dónde está Jisungㅡordenó con voz firmeㅡDime en dónde está mi hermanoㅡrepitió.

ㅡY-Yo no tengo i-ideaㅡtartamudeó un poco, sintiéndose aterrado ante la presencia del príncipe heredero.

ㅡ¡Mientes! ¡Siempre cubres sus estupideces!

ㅡHyunjin, bastaㅡhabló la reina al ver la aterrada mirada de Félix, sus ojos cristalinos y manos temblorosasㅡNo puedes dirigirte así ante tu pueblo.

Hyunjin apretó la mandíbula y cerró sus manos en un puño, frustrado.

ㅡPerdónㅡmurmuró, se alejó sin quitarle la mirada, estaba casi seguro de que ese chico sabía algo.

ㅡ¿Sabes algo del paradero de mi hijo?ㅡpreguntó con calma la mujer, viéndolo desde su trono con suavidad.

ㅡNo sabía que no estaba aquí, Su Majestadㅡrespondió tímido, insultando mentalmente a su idiota mejor amigo por hacer ese tipo de cosas.

ㅡ¿Tienes alguna idea de a donde puede estar?

Si, si la tenía, estaba seguro de que había huido a la ciudad. Debía guardarse esa información para sí mismo, aunque eso conllevaba un terrible castigo si descubrían que había mentido.

ㅡNo tengo ni la más mínima ideaㅡno era del todo una mentira, la ciudad era demasiado grande para saber en donde estaba escondido.

La reina asintió no muy convencida, pero lo dejó ir.

ㅡÉl lo sabe, estoy seguro.

ㅡHyunjin, calma, Jisung debe regresar.

ㅡEstá en la ciudad, es demasiado obvio, pero no quieres aceptarlo y por eso no mandas a un equipo de búsqueda, lo cual es estúpido porque si no hacemos algo ahora mismo, será demasiado tarde, ¡lo sabes, y si pasa algo será tu culpa!

ㅡ¡Hyunjin! Como te atreves a hablarle así a tu madreㅡlo regañó con voz fuerteㅡVete de aquí y encárgate de otras cosas, entiende cuál es tu lugar, no vuelvas a hablarme de esa manera.

ㅡSi, Su Majestadㅡhizo una reverencia y se fue hecho una furia.

La mujer miró con asombro el comportamiento de su hijo, ¿desde cuando era así? No lo entendía, él, mejor que nadie sabía sobre los modales con la realeza, y el hecho de que fuera su madre, no significaba que podía tratarla así. Suspiró con cansancio, pensando en las palabras del castaño. Tenía razón, no quería aceptar que su pequeño hijo había huido a la ciudad, un lugar tan terriblemente peligroso para las hadas. No quería aceptarlo por temor a que al decirlo en voz alta sonara mucho peor que una suposición. Un par de lágrimas mojaron sus mejillas, las apartó rápidamente y retomó su compostura, solo estaba esperando el informe de los soldados para saber si debía o no mandar un grupo de búsqueda a la ciudad por su hijo.

Solo esperaba que no fuera demasiado tarde.

Jeongin tomó sorpresivamente la muñeca de Hyunjin cuando lo vio acercarse, se encerró a ambos en una habitación vacía del pasillo, viéndolo directamente a los ojos con preocupación pura.

ㅡInnie... me asustaste.

ㅡLo siento, debo decirte algo importante.

Hyunjin asintió, animándolo a seguir. La mirada tan asustada de Jeongin no lo tranquilizaba, lo ponía mucho más nervioso, ya no quería más problemas, hasta ese punto, sentía que podía colapsar ante cualquier cosa.

El menor mordió su labio inferior con duda.

ㅡJisung fue a la ciudad.

El más alto no apartó la mirada de la de Jeongin al escuchar esas palabras, lo sabía, tenía un gran presentimiento al respecto. Quiso llorar, pero Jeongin tomó su mano y la entrelazó con la propia, sobando el dorso de manera cariñosa con su pulgar.

ㅡLo séㅡhabló con un hilo de voz.

ㅡAyer en el baño de su habitación había ropa y cosas que no eran de él. En el lavabo había una camiseta con sangre. Yo creo que-

ㅡDejó entrar a un cazador y lo curó, eso fue lo que pasóㅡterminó la frase, recibiendo un lento asentimiento por parte del rubio.

ㅡTambién creo que fue a buscarlo.

ㅡJeongin, ¿por qué simplemente no puede quedarse sin causar problemas?ㅡsu voz empezó a quebrarse, dándose cuenta de que el asunto era mucho más grave de lo que pensó, ¿a qué hada se le ocurría meter a un cazador? Literalmente le había dado la ubicación del castillo para atacar, ¿es que acaso nunca pensaba en las consecuencias?

ㅡIré a la ciudad a buscarloㅡdijo decidido, limpiando sus lágrimas con el pulgarㅡNo te estoy pidiendo permisoㅡse apresuró a aclarar.

Hyunjin tomó la mano con la que Jeongin estaba limpiando sus lágrimas y se recostó sobre esta, sintiendo la suavidad y el cariño con el que lo tocaba. Cerró sus ojos, inhaló y exhaló.

ㅡEstá bien, tal parece que mi posición de príncipe heredero no significa nada para tiㅡrió, tratando de apartar la tristeza de su pecho.

ㅡEstoy entrenado para defenderme, podré cuidarme.

ㅡIré contigo.

ㅡNo, no es deber del príncipe heredero exponerse, tú deberías de estar encerrado con muchos guardias cuidándote.

ㅡTambién quiero encontrar a mi hermano, y mi madre está retrasando todo, como si no fuera importante.

ㅡElla sabe lo que haceㅡnegó con la cabezaㅡNo irásㅡhabló con dureza. Se acercó a dejarle un casto beso en los labios y se alejóㅡDebo irme, podremos hablar luego, ¿está bien?

El mayor asintió, soltando su mano para dejar que se fuera. La idea de acompañar al grupo de búsqueda era muy en serio, él también quería participar, buscar a su hermano y llevarlo de regreso a su hogar.

Iría a la ciudad, estaba decidido.

Desde que Jisung empezó a pasar su lengua por la piel expuesta, Minho no pudo quedarse en silencio, sus gemidos se tornaban cada vez más sonoros y roncos, enviándole corrientes de placer por todo su cuerpo, especialmente cuando el peligris se atrevió a delinear con su lengua el tatuaje de su cadera. Nunca en su vida se había sentido tan avergonzado de la rapidez en la que su cuerpo respondía ante los toques indecentes en sus piernas, acercándose peligrosamente hasta su marcada erección.

ㅡTe gusta provocar, ¿no es así?ㅡlevantó la cara del menor con su mano, haciéndolo conectar sus intensas miradas llenas de lujuriaㅡYa hazloㅡmovió sus caderas, dándole una clara señal de lo que deseaba.

Jisung sonrió con orgullo y asintió, bajó por fin la ropa interior del mayor, dejando a la vista su prominente erección. Volvió a sonreír ante la imagen tan caliente ante sus ojos, estaba amando esas sensaciones en su cuerpo, esos placeres que tanto quería probar.

Con su mano derecha tomó el miembro de Minho y empezó a masturbarlo lentamente, escuchando sus suspiros placenteros, acercó su rostro y comenzó una serie de besos por toda la zona, pasándose de vez en cuando al interior de sus muslos. Minho cerró sus ojos con fuerza, entregándose totalmente al placer cuando sintió la pequeña boca del más bajo rodear toda su extensión. Agarró su cabello y empezó a embestir suavemente su boca con cuidado de no lastimarlo, tomando en cuenta de que a lo mejor era su primera vez haciendo algo así.

Jisung estaba encantado, muy concentrado en su trabajo hasta que escuchó un fuerte gemido por parte del mayor, anunciando su orgasmo. Sacó el miembro de su boca y lo masturbó hasta hacerlo acabar totalmente, besando sus piernas y dejando suaves mordidas en estas.

Minho sonrió satisfecho, su pecho subiendo y bajando por su intenso orgasmo.

ㅡVen aquíㅡpidió el pelinegro cuando terminó de limpiar su cuerpo y Jisung terminó de limpiar la comisura de su boca.

El menor hizo caso y se recostó a su lado, subió su pierna sobre el abdomen del mayor y se pegó más a su cuerpo, buscando su calor.

ㅡ¿Alguna vez había hecho algo como esto?ㅡpreguntó luego de un rato en silencio, sobando su cabello.

ㅡNuncaㅡrespondió con sus ojos cerrados, disfrutando de las cariciasㅡSer un príncipe me mantiene privado de muchísimas cosas.

ㅡUna total mierdaㅡrió, notando como Jisung empezaba a quedarse dormidoㅡPero no te preocupes, estás aquí ahora.

ㅡMjm. Contigoㅡsoltó, quedándose dormido por fin.

Minho sintió incomodidad en su pecho, ¿qué eran todas esas sensaciones que de repente sentía? Sentir lástima por un hada era inaceptable. En ese momento, podía simplemente atacarlo, pero también pensó en que no tenía ninguna de sus armas consigo, todas estaban en su auto.

Excusas, puras excusas.

Decidió que la mejor opción por el momento, era dormir.

Muy temprano en la mañana, Hyunjin salió de su enorme y lujosa habitación, apretando con decisión la mochila en su hombro. Caminó hasta el salón principal bajo la asombrada mirada de los guardias y sirvientes debido a su vestimenta, había cambiado sus finas telas por ropa común. Una camisa blanca con una frase bordada en el centro, unos pantalones negros y tenis a juego era lo que lo hacía lucir totalmente diferente; su cabello suelto totalmente y algunas cadenas en su cuello reemplazando los delicados collares de oro que normalmente usaba. Miró seriamente al personal del castillo y éstos solo apartaron la mirada, haciendo reverencia cuando pasaba.

Entró al salón principal, llamando la atención de la reina tan pronto hizo presencia en el lugar. Su rostro se desfiguró en una expresión de preocupación, negándose.

ㅡ¿Por qué usas de nuevo esas ropas?ㅡpreguntó, asombrada y temerosa ante la respuesta que ya estaba suponiendoㅡSe supone que ya no debes tenerlas, dijiste que las tirarías.

ㅡIré a la ciudadㅡsoltó directamente, decididoㅡNo puedo ir con ropas de aquí, así que tengo que usar estoㅡseñaló su vestimentaㅡVoy a regresar con Jisung.

ㅡNoㅡfue su respuesta inmediata, dirigiéndose de nuevo al sirviente con el que hablaba anteriormente, ignorándolo.

ㅡNo te estoy pidiendo permiso, madre.

La mujer volvió a verlo, hizo que todo el personal se fuera para quedarse a solas con su hijo. Y es que no daba crédito a lo que le estaba diciendo, ¿desde cuando tenía tan poca autoridad?

ㅡSoy tu madre, y tu reina, debes obedecerme.

ㅡ¡No estás haciendo nada por Jisung!ㅡexclamó con desesperación, sintiendo sus ojos cristalizarse por la impotenciaㅡNo quiero que le pase lo mismo que a papáㅡdijo por fin, limpiando las lágrimas que se habían escapado sin darse cuenta con sólo la idea de que su hermano estaba dando vueltas en un lugar tan peligroso.

La mujer se levantó y se acercó a su hijo, suspirando con derrota, su pecho doliendo por esas palabras. Acarició su cabello y lo abrazó con fuerza, un abrazo de despedida, un abrazo de ''nos vemos pronto'', dándole el pase libre para que se fuera. Conocía lo terco que podía ser su primogénito, y negarse no servía de nada, sabía que seguiría insistiendo hasta conseguirlo. Como madre, estaba realmente asustada, ¿qué tal si Jisung no estaba en la ciudad? Había una posibilidad, pero la mención de su difunto esposo la hizo estremecerse, sabía lo afectado que estaba Hyunjin todavía por eso.

ㅡNo vayas solo, dile a uno de los soldados que vaya contigoㅡle susurró, mirándolo con adoraciónㅡMandaré a un grupo para buscarlo por todo el bosque por si acaso, luego los enviaré a la ciudad, ¿está bien? Por favor cuídateㅡlo miró con suplicaㅡpromete que vas a cuidarte, no soportaría que algo les pasaraㅡsu voz salió en un hilo, ahogando su llanto.

Hyunjin asintió con una pequeña sonrisa, tomando las manos de su madre con delicadeza, prometiéndole que estaría de regreso.

ㅡPrepara tus cosas, vamos a la ciudadㅡdijo sin rodeos el castaño al entrar a la habitación de Jeongin.

ㅡEspera, ¿qué?

ㅡMi madre sabe que te llevaré conmigoㅡlo tomó de la cintura y se acercó a besarlo suavementeㅡApresúrate.

Jeongin asintió sin preguntar nada más. Analizó al más alto, sintiéndose demasiado atraído hacia esa nueva imagen sin sus ropas reales. Mordió su labio inferior con ansias y preparó sus cosas; estaba un poco sorprendido ante la idea de irse solo con Hyunjin a un lugar totalmente diferente para ambos.

Pero lo que no sabía era que Hyunjin ya conocía muy bien la ciudad.

Holi~ les traigo una mini maratón para los que habían pedido maratón de esta historia🥺 espero que les guste.

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