𝄈𝄈Veintitrés𝄈𝄈
Esa noche, Jisung apenas pudo dormir.
Cuando todos se fueron, Jisung se mantuvo quieto durante un buen rato, asimilando todo lo que había pasado en tan solo un momento. Su omega estaba escondido, negándose a salir, podía sentir su llanto y no sabía cómo controlarlo o como tranquilizarlo. Se levantó luego de un tiempo, empezó a levantar el desorden ocasionado con la pelea, y no pudo evitar llorar mientras lo hacía.
Estaba preocupado, a pesar de todo, no podía negar que le preocupaba el estado de su alfa, incluso el de Hyunjin. No tenía la estabilidad suficiente para analizar lo que había pasado, así que se propuso mantener su mente ocupada en lo que hacía. Por otro lado, Minho... Ni siquiera sabía qué pensar al respecto, se sentía demasiado herido como para enfrentarlo, solo deseaba encerrarse y sumirse en su propia miseria, tan vulnerable y frágil; nunca se le cruzó por la cabeza que le hablaría con voz de mando, y eso definitivamente lo destruyó por completo.
Sollozó alto cuando terminó de limpiar el pequeño rastro de sangre en el piso, quedándose ahí, viendo hacia sus manos manchadas, ignorando el dolor físico que el golpe le ocasionó, ignorando el ardor en la piel en la zona de la marca debido al rechazo que sentía por parte del alfa, porque el dolor que sentía en el pecho era mucho más fuerte que cualquier otra cosa.
El reloj marcó las diez de la noche y Minho no regresaba, y para ser sincero, no sabía si eso lo aliviaba más de lo que le preocupaba, por alguna razón se sentía un poco más tranquilo de esa manera. No supo en qué momento dejó de llorar, sus ojos se secaron sin darse cuenta, apenas dándose cuenta de que la cabeza le empezó a doler por el montón de emociones acumuladas y el cansancio.
A paso lento se dirigió hacia una de las habitaciones, evitando por completo entrar a la habitación que compartía con su alfa, de solo pensar en su olor le causó nauseas. Corrió directo al baño, abrió la tapa y vomitó lo poco que había consumido antes de que Hyunjin llegara. Estuvo con sus manos apoyadas en el inodoro por un rato, asegurándose de que no volvería a vomitar. Tiró la cadena y cerró la tapa, se apoyó esta vez en el lavamanos del baño, lavó sus dientes y enjuagó su rostro con la esperanza de no verse tan enfermo.
Solo han pasado unas horas y me veo fatal...
Regresó a la habitación de invitados, cerró la puerta con seguro, y sin cambiarse de ropa, se metió bajo las sábanas sin olor alguno que pudiera molestarlo, dispuesto a dormir, pero a esas alturas, le era imposible conciliar el sueño. Su pecho volvió a oprimirse y se permitió llorar un poco más, y tal vez con eso, podría dormir.
🌙
No estaba arrepentido de lo que hizo.
Minho todavía podía sentir demasiado latente el enojo, recorriendo cada rincón de su cuerpo. Se encerró en su auto y condujo sin sentido alguno, dejándose dominar por su alfa que se encontraba igual de traicionado, dolido y enojado.
La mezcla de emociones era totalmente nueva para él, porque si bien ya se había molestado antes, nunca lo mezcló con otros sentimientos que lo hicieran sentir así de vulnerable, llevándolo hasta ese punto en el que no podía pensar de manera correcta.
Al otro lado del lazo, no podía sentir al omega de Jisung, sin embargo, poco le importaba, lo que menos quería por el momento era pensar en él.
Se detuvo luego de un rato en la orilla de la oscura y solitaria carretera, y mientras estuvo en silencio, un sollozo escapó de sus labios inevitablemente. Negándose a llorar, respiró hondo y exhaló, buscando la forma de calmarse, pero fue imposible segundos después cuando sus lágrimas no se detenían, cerrando sus manos en puños hasta que sus uñas se marcaron en sus palmas.
¿Por qué Jisung tuvo que hacerle eso? Pensar en que nunca fue suficiente solo incrementaba su enojo, repitiéndose una y otra vez que todas las cosas que Jisung le dijo alguna vez solo eran mentiras. Hyunjin estuvo mucho tiempo entre los dos, y por su omega, permitió esa amistad, por su omega, confiando plenamente en que Jisung solo tenía ojos para él, porque era lo que le decía, porque se lo aseguraba siempre, porque eran destinados.
Vaya estupidez...
Toques en su ventana lo sobresaltaron, limpió sus mejillas y sus ojos, viendo a la persona al otro lado.
Gruñó molesto ante su presencia.
—¿Qué quieres?—preguntó Minho sin mirarlo cuando bajó el vidrio.
—Solo quiero saber cómo está mi hijo—Minho bufó irritado—Baja del auto, hablemos—dijo casi como una orden.
Minho lo hizo sin oponerse demasiado, si hablaba con él, tal vez se iría más rápido.
—Sé que no estás preocupado, mejor dime qué quieres para que pueda largarme—se cruzó de brazos, apoyándose en su auto.
—¿Piensas volver con él?
—Es mi omega, claro que lo haré—respondió con simplicidad—No tengo más opción mientras tenga mi marca.
—¿Cómo te sientes entonces?
Cada pregunta iba encaminada con un propósito: saber qué tan presente seguía el alfa de su hijo. Y por primera vez, pudo sentir que seguía tan presente a pesar de que estaba emocionalmente quebrado. Esperaba verlo llorando, lamentándose, pero en cambio, seguía enojado.
—Quiero matar a Hyunjin—respondió en voz baja—Ese estúpido alfa se metió conmigo y mi omega... Tuve que haberlo evitado desde el principio, pero Jisung no me dejó.
—Matarlo solo te traerá problemas—trató de hacerlo razonar de sus deseos—Pero no te preocupes, posiblemente no lo verás dentro de un tiempo.
Minho asintió en silencio. No estaba satisfecho con eso, pero su padre tenía razón, las consecuencias de esos actos solo traería problemas a su vida.
—¿Lo amas? A tu omega—preguntó de repente el alfa mayor, arrepintiéndose de inmediato al ver que la expresión de su hijo se suavizó, dejando atrás el enojo para darle paso a la tristeza.
—Eso qué importa—dijo con voz suave, mirando hacia el cielo lleno de estrellas—¿Él me amará a mi?—susurró, sintiendo a su lobo herido en su interior con el recuerdo de su omega besando a otro alfa.
''Tal vez somos destinados. Sólo piénsalo, ¿qué otra cosa podría ser?'', aún recordaba las palabras de su omega cuando recién se estaban conociendo, ¿de verdad lo eran? Nunca se sintió tan feliz como cuando le pidió cortejarlo, nunca se sintió tan feliz como cuando tenían citas y toda la atención era solo para él, porque Jisung lo hizo sentir que valía la pena seguir vivo.
No podía negarlo a esas alturas, estaba enamorado.
Pero no lo diría en voz alta, no ahora que estaba tan arruinado.
—Además...—interrumpió los pensamientos del menor, desviándolo para que no bajara la guardia—Si lo piensas bien, dejarse dominar por un omega ha traído estas consecuencias... Desde el principio debiste poner a Jisung en su lugar para no entremeterse, ¿no lo crees? Si no hubieras hecho caso, Hyunjin no habría llegado a tanto con tu omega. Te traicionó—eso fue suficiente para que Minho dejara esos estúpidos pensamientos a un lado, escondiéndolos en un rincón muy profundo de su corazón, volviendo a su expresión irritada y molesta. Joongi sabía que, en ese estado, podía manipularlo con facilidad, llegando más hacia su lado alfa de forma directa.
—Lo sé... Pero ya cállate—su voz salió más fuerte, demandante—Yo me haré cargo, déjame en paz.
Joongi pudo darse cuenta de que, Jisung seguía siendo su debilidad, pudo notarlo vacilar al preguntarle si lo amaba. Y eso no era bueno porque ahora que su alfa estaba más presente, fácilmente el omega podría controlarlo de nuevo y reducirlo al alfa inútil al que estaba acostumbrado a ver.
Ya no sabía si Jisung era de ayuda o no.
Sin decir más, el pelinegro regresó a su auto, cerró la ventana y se fue de ahí, dejando a su padre en la carretera.
Condujo de nuevo hacia su casa, tomándose el tiempo necesario para tranquilizarse del todo. Ya era muy tarde, y, a decir verdad, no sabía que haría al ver a Jisung, no sabía cómo iba a reaccionar, solo sabía que su lobo seguía a la defensiva, gruñendo, sintiendo el fuerte rechazo con solo pensar en el omega.
Abrió la puerta con sus llaves, extrañado porque Jisung la había asegurado sabiendo que en algún momento tendría que regresar. O tal vez creyó que no regresaría.
¿Eso quería Jisung?
El interior de la casa estaba a oscuras, ni una luz estaba encendida, no había ruido alguno, pero si pudo notar que todo estaba en orden y limpio. Arrugó la nariz con disgusto al sentir la tristeza y terror en el aire mezclado con un olor nuevo que no sabía como descifrar, probablemente del omega. Subió las escaleras y abrió la puerta de su habitación, encontrándola totalmente vacía. Si no fuera porque podía sentir el olor a café con leche sobre el olor a tristeza de Jisung, creería que se fue, sin embargo, ese pensamiento no generó mucha preocupación de todas formas.
Salió de nuevo al pasillo, percibiendo un suave sollozo apenas audible junto al dolor del omega a través de su lazo, caminó con sigilo hasta la habitación de invitados e intentó abrir, pero al girar el pomo, se dio cuenta de que la puerta estaba cerrada con seguro.
No insistió, pero los sollozos se detuvieron, volviendo al completo silencio. Sin decir una palabra, se alejó de ahí y regresó a su habitación, agarró sus sábanas y las tiró a un lado con cierta brusquedad, poniendo unas nuevas. Cambió su ropa por una más cómoda, y se durmió con el pensamiento de que había pasado ya un tiempo desde que no dormía solo.
Y después de tanto, no se quejó por la soledad.
🌙
A la mañana siguiente, Jisung despertó antes de que el sol saliera en su totalidad. Gracias al cansancio, supo que durmió muy tarde en la madrugada, no estaba muy seguro de cuantas horas pudo descansar, solo estaba seguro de que no había sido suficiente para cómo se sentía, y la sensación de no despertar con su alfa al lado, oprimía más su pecho en un triste sentimiento de desilusión.
Decidió salir de la cama a pesar de que no se sentía con los ánimos de hacerlo, porque tal vez si se iba temprano, todavía no tendría que enfrentar a Minho; en la universidad tenía el alivio de que estaría rodeado de más personas como para que su alfa creara alguna escena que llamara mucho la atención. Ahí estaría seguro, al menos por un tiempo.
Se dirigió hacia el baño con sumo cuidado de no hacer demasiado ruido, tomó una corta y rápida ducha, y al salir, recién recordó que toda su ropa estaba en su armario, en la otra habitación con Minho. Suspiró temblorosamente, debía entrar y salir lo más rápido que pudiera. Se paró frente a la puerta con demasiado nerviosismo, como si fuera a pasarle algo realmente malo, pero ¿qué tal si ese era el caso? No quería ni hacerse la idea, Minho enojado resultó ser más peligroso de lo que alguna vez imaginó.
Abrió la puerta en silencio, agradecido de que siguiera durmiendo, se fijó en las sábanas y almohadas tiradas en el suelo, e inevitablemente, su pecho volvió a doler por lo que eso significaba. Caminó hacia el armario, tomando varias prendas sin siquiera revisarlas, ya luego vería que haría con eso; trató de ser lo más silencioso posible, pero su corazón latió con fuerza cuando escuchó al alfa moverse sobre la cama.
—¿A dónde vas?—preguntó Minho desde la cama, reincorporándose sobre esta para mirarlo por sobre la opaca luz que entraba desde las ventanas.
—V-Voy a clases—apenas respondió, evitando su mirada a toda costa. Quiso regañarse por su comportamiento tan temeroso, sin embargo, toda esa parte suya que se oponía y era fuerte, simplemente desapareció.
—Son las seis de la mañana, tus clases inician a las nueve—dijo con tono neutro sin dejar de verlo.
—Lo sé, pero-
—No irás a clases hoy—sonó a una orden, poniendo rígido al omega.
—Ya perdí muchas clases, no puedo seguir faltando.
—Tendrás que hacerlo—se encogió de hombros, indiferente—¿Crees que soy idiota, Jisung?
—No...—susurró, sintiendo su labio temblar ante la dura mirada en el alfa—No lo eres.
—Es gracioso—rió secamente, peinando su cabello hacia atrás—Es gracioso porque es así como me haces sentir. Quizás creíste que era un pobre y tonto alfa llorón... Puedo demostrar que no es cierto, yo soy el alfa, Jisung, no tú.
—No puedes prohibirme ir a clases—dijo con un poco más de valentía, mordiendo su labio para evitar llorar.
—¿Quieres ver si puedo o no?—enarcó una ceja con cierta superioridad.
Jisung apretó la ropa con nerviosismo en sus brazos, aterrorizado con esa amenaza directa. ¿Cómo su alfa pudo haber cambiado de un momento para otro? Ni siquiera habían hablado del tema, y aunque quisiera aclarar todo, ahora estaba asustado de hacerlo, ¿Cómo se iba a defender él solo?
—No intentes retarme ahora, Jisung—su voz se tornó más dura—Te dejé pasar muchas cosas, y mi papá tiene razón, nada de esto hubiera sucedido si desde el principio hubiera sacado a Hyunjin de nuestras vidas, pero no, tú insististe en dejar que se quedara, siendo tan jodidamente molesto para mí. Ahí están tus resultados, Jisung. Así que ahora harás caso y vas a quedarte aquí.
Jisung agachó la mirada.
—Está bien, lo siento, alfa—su omega se rindió completamente luego de unos segundos. No iba a oponerse, tampoco a discutirlo, ya no sabía cómo hacerlo.
No cuando se trataba de Minho.
🌙
A Chan le pareció extraño no saber de Jisung en los siguientes tres días desde la última vez que habló por teléfono con él. Intentó marcarle en diferentes ocasiones, pero seguía sin responder, y eso ya estaba empezando a alarmarlo de sobremanera.
Nunca vio en su mejor amigo acciones que demostraran algún tipo de peligro, menos estando con Minho en quién había aprendido a confiar por su personalidad tan llevadera y sobre protectora con el omega. Sin embargo, tenía un muy mal presentimiento.
El jueves por la mañana, fue directamente hacia el salón de clases de Seungmin con la idea de encontrarse con Minho y preguntarle sobre Jisung, a lo mejor, estaba enfermo y por eso no había llegado, pero de igual manera, necesitaba confirmarlo antes de que empezara a ponerse paranoico.
—Hola, Chan—Seungmin se acercó hacia al alfa con una sonrisa corta cuando lo vio asomarse en el pasillo—¿Qué haces por aquí?
—¿Sabes si ya vino Minho?—preguntó, viendo hacia todos lados para encontrarlo con la mirada.
—No, ha faltado estos días a clases—respondió, notando la preocupación en el alfa. Extendió su mano y con timidez tocó el hombro del mayor, apartándola rápidamente cuando éste fijó sus ojos en él—¿Estás bien?
—Uhm, si, todo bien... Supongo—susurró lo último con inseguridad, viendo hacia otro lado con cierta vergüenza. ¿Por qué Seungmin tenía que gustarle tanto a pesar de todo?—Creo que iré a buscarlo después de clases.
—¿Puedo ir contigo?—preguntó casi en voz baja, temiendo ante una respuesta negativa. Ese era su día libre, por lo que podía aprovechar para no quedarse solo en su nuevo y pequeño departamento.
Chan lo dudó un momento. Tener que convivir con Seungmin se había vuelto un poco doloroso. Antes, estaba bien con la idea de conquistarlo y demostrarle qué tipo de alfa era, incluso estaba bien cuando era hecho a un lado por el omega, pero después de descubrir los planes que Seungmin tenía con él, su corazón dolió mucho, así que la convivencia entre ambos se hizo casi nula, hablándose ocasionalmente en los pasillos o cuando Chan se interesaba por saber como se encontraba. Seungmin por otro lado, no sabía como reparar el daño causado, era obvio que había traicionado su confianza; su lejanía le afectó más de lo que creyó, y durante todo ese tiempo se odió mucho por no haber apreciado los pequeños detalles, haciéndolo sentir realmente estúpido. Su estado de ánimo había cambiado hasta el punto de que no se sentía con el humor suficiente para coquetear con otros alfas, ignorándolos por completo, ahora, solo deseaba un poco de la atención que antes le daba Chan.
Patético.
—Te esperaré a la salida de la facultad—se limitó a decir, despidiéndose fugazmente con la mano antes de desaparecer entre la multitud de alumnos.
Seungmin no pudo evitar sonreír débilmente, quedándose en medio del pasillo con su pecho doliendo por el peso de sus acciones. Suspiró y apartó las lágrimas que empezaron a nublar su vista, acomodó su mochila y entró como si nada a su salón de clases.
Al cabo de unas horas, el horario de clase había terminado, y tal como Chan le dijo, al salir de la facultad lo encontró hablando con algunos de sus compañeros, sonriéndoles tan brillante hasta el punto de que sus lindos y pequeños ojos desaparecían, así como solía sonreírle a él cuando lo veía salir de clases o cuando le daba regalos en sus tiempos libres. Se mantuvo a un lado mientras terminaba de hablar con ellos, y fue hasta que Chan notó su presencia que se despidió de sus compañeros para acercarse.
—Vamos.
Seungmin asintió y lo siguió hasta su auto. Hace un tiempo que no se sentía tan cerca de él, llenando sus pulmones con su agradable olor a menta que satisfacía a su omega. Se permitió disfrutar de ese corto viaje en silencio, cerró los ojos e imaginó que todo era como antes, haciéndolo sentir nostálgico, como si hubiera sido hace muchos años atrás y no hace unos meses.
Era increíble lo mucho que podía destruir en tan poco tiempo.
—¿Estás llevando todo en orden?
El omega abrió los ojos y lo miró.
—Si, todo está muy bien—asintió, acomodándose mejor sobre su asiento—Aún no sé nada de mi papá y tampoco se ha molestado en contactarme.
—Mejor así, ojalá nunca se entere de donde vives.
—Espero que no—estuvo de acuerdo, volviendo su vista hacia el frente. Mordió su labio inferior con duda ante lo que estuvo rondando en su cabeza, debatiéndose sobre si sería buena idea decirlo en voz alta, pero, a decir verdad, necesitaba saberlo—¿Puedo preguntarte algo?... Sobre nosotros.
—Pregunta—animó inseguro. Enfrentar ese tema siempre lo ponía nervioso.
—¿Algún día volveremos a ser como éramos?—su corazón latía muy rápido, odiaba esa sensación.
—¿Y cómo éramos, Seungmin?
—Es decir... Me refiero a cuando salíamos y hablábamos más—su voz sonaba más suave con cada palabra, regañándose por haber preguntado algo así.
—También me lo he preguntado—no quiso arriesgarse a ver al omega, así que se mantuvo serio en su posición—Era motivacional para mi despertar y saber que te vería aunque sea de lejos, sabes—sonrió, recordándose como ese alfa ilusionado.
Seungmin se mantuvo en silencio, alejando el nudo en su garganta por el simple hecho de pensar en el dolor que le causó a alguien tan bueno como Chan, nunca lo quisieron de manera desinteresada, pero sus propios problemas lo cegaron a tal punto de no pensar en otras opciones que no involucraran las buenas intenciones de terceros. Se merecía la amargura por la que estaba pasando, estaba consciente.
—Eres el mejor alfa que conocí—soltó, cayendo en cuenta de que pensó en voz alta. Pero ya qué más daba, Chan no volvería a creerle.
Chan no respondió, sintiendo a su alfa corretear emocionado otra vez al percibir la sinceridad en esas palabras. Quiso tranquilizarlo, pero al igual que su corazón, era imposible simplemente negarse al sentimiento que eso le causó.
Dejando el tema atrás, ninguno volvió a hablar hasta que llegaron a su destino. Ambos caminaron hacia la entrada y tocaron la puerta. Al no obtener respuesta, insistieron un poco más, Chan negándose a creer que ni siquiera estaban ahí; Jisung no podía solo desaparecer sin siquiera hacerle saber que estaba bien, eran mejores amigos, se contaban todo.
—¿Y se hablas con sus papás?—sugirió Seungmin al ver que Chan estaba empezando a impacientarse.
—Me dijeron que estaba aquí, no creo que hayan mentido al respecto.
El celular de Chan sonó tiempo después, deteniendo los toques en la puerta.
Era Jisung.
—¿Sunggie? He estado llamándote, estoy fuera de tu casa con Seungmin, ¿puedes dejarnos pasar?
—Si... Uhm, no puedo.
—¿Por qué no puedes?—frunció el ceño, viendo a Seungmin.
—Estoy enfermo... Sé como eres con las enfermedades, se te pegan rápido y no quiero que te pase algo por mi culpa.
—¿Y Minho? ¿Está contigo?
—Si, si, él ha estado cuidándome, no ha ido a trabajar por estar conmigo, ¡no te preocupes, Channie!
—Vendré a verte en un par de días más, ¿entendido?
—Está bien, adiós.
Chan observó su celular al notar que había cortado la llamada. No estaba convencido con la vaga explicación de su mejor amigo, pero estaba decidido a regresar si no lo veía, botaría la puerta si era necesario hacerlo.
Mientras tanto, al interior de la casa, Jisung dejó el celular en un mueble de la cocina para retomar su labor de hacer el almuerzo. Minho estaba a su lado, ayudándolo, en silencio, dirigiéndole la palabra únicamente cuando era necesario.
—Chan está preocupado—cortó el silencio el omega.
—Claro que lo está.
Minho sonaba tranquilo, más no parecía cambiar pronto esa actitud fría.
La conversación no siguió, todo volvió al mismo silencio hasta que el alfa se quejó en voz alta, soltando el cuchillo con el que estaba cortando algunas verduras, sobresaltando al omega.
—¡Mierda!—exclamó, viendo la cortada en su dedo de la que no paraba de salir sangre.
Jisung se acercó rápidamente y tomó su mano, analizando la herida antes de llevarlo casi arrastrado hacia el lavamanos del baño para limpiarlo. Y en ese instante, Minho pudo sentir como su alfa se relajó completamente ante el toque del omega.
Extraño sentirlo. ¿Y si...?
—Te he dicho que seas cuidadoso con eso—murmuró en tono de regaño, buscando el botiquín de emergencias tras el espejo.
Minho no pudo evitar apreciar el puchero en los labios de su omega quien curaba minuciosamente su herida, aplicando cosas a las que no prestó atención por seguir viéndolo, finalizando con una bandita amarilla con estrellas alrededor de la cortada, de las que le gustaban al omega.
Su alfa se emocionó por un breve momento con el fugaz recuerdo de Jisung emocionado mientras las compraba.
—Terminaré yo de hacerlo—dijo Jisung, guardando las cosas en su lugar nuevamente—No te preocupes.
—Solo es una herida—dijo con simpleza, otra vez mostrándose serio—Puedo manejarlo.
La sensación de sentirse débil otra vez lo hizo disgustarse, como si una simple herida fuera impedimento para seguir en sus actividades; pero Jisung solo quería cuidarlo.
Jisung asintió sin mirarlo, porque Jisung ya no lo miraba, ahora era como si estuviera hablándole a alguien más para evitar sus ojos. Y muy en el fondo, a Minho le dolía ser el causante de eso.
—Sé que puedes hacerlo, no estoy diciendo que no—respondió con sutileza, volviéndolo a sentir molesto a través del lazo—Solo digo que podría ser incómodo para ti seguir cocinando con-
Y se detuvo, sintiéndose levemente mareado antes de arrodillarse frente al inodoro y vomitar.
Asqueroso, Jisung odiaba vomitar, la sensación era horrible.
Minho se agachó a su altura, preocupado al verlo de esa manera. Esperó a que terminara, tiró de la cadena y lo ayudó a levantarse con cuidado, guiándolo hacia el lavamanos para que pudiera limpiarse.
—¿Estás enfermo?
—Eso creo—respondió con un hilo de voz, notando sus ojos rojos. Volvió a agachar la mirada, avergonzado—No me he estado sintiendo bien últimamente.
Minho podía confirmarlo, su omega tiraba del lazo de manera insistente, avisándole el malestar, sin embargo, prefirió ignorarlo durante ese tiempo.
No tenía por qué prestar demasiada atención ahora tampoco.
—Bueno, toma algo y descansa.
Con eso salió del baño, dejándolo solo, débil y enfermo.
Jisung no pudo hacer nada más que volver a llorar.
🌙
Holis, ojalá les guste y no les parezca aburrido🥺<3
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