𝄈𝄈Veintiocho𝄈𝄈
Habían pasado cuatro días desde que Jisung vio a Minho por última vez. No sabía cómo tomarlo; una parte de él se encontraba tranquila con no tenerlo cerca, era esa parte llena de rencor que no quería aceptar nada del alfa, pero también estaba esa otra parte que pedía su presencia, casi como una necesidad que no lo dejaba en paz por más que luchara por no sentirse así. Se quiso convencer de que lo mejor era tenerlo lejos por un tiempo, quiso convencerse de que debía odiarlo para que fuera más fácil, pero no podía hacerlo, muy en el fondo, seguía buscándolo para sentirse bien.
—¿Estás escuchándome?—Chan se cruzó de brazos al darse cuenta de que el omega se había quedado viendo a un punto en específico, inmerso en sus pensamientos, sin prestarle atención.
—Uhm, perdón—sonrió avergonzado, ahora viéndolo a él—Mi cabeza es un desastre.
—Está bien—comprendió el alfa. Sabía que su mejor amigo seguía con muchas cosas encima, exigirle atención no era lo mejor por el momento—¿Otra vez pensando en tu estúpido alfa?
—No puedo evitarlo—suspiró, viendo sus manos en su regazo—Mi marca arde mucho a veces cuando sus emociones son muy fuertes, de seguro está pasándola muy mal y eso me está afectando también.
—Deja de preocuparte por él—rodó los ojos, haciendo una mueca de disgusto—Tú debes recuperarte, eso es lo más importante, lo que le pase a él es su problema. Solo unos días más y podrás salir de aquí.
Jisung asintió lentamente sin mirarlo, otra vez con esa abrumante sensación en su pecho que solo dolía y lo incomodaba. Todo seguía siendo muy reciente, ni siquiera estaba seguro de que lo superaría pronto. Pensar en todo lo que había perdido solo aumentaba su tristeza y desilusión, por lo que con mucho esfuerzo, intentaba distraerse en otras cosas durante el día, porque en las noches, era imposible simplemente no pensar al respecto, sus pensamientos simplemente se dirigían a todo eso que lo ponía intranquilo, y terminaba llorando hasta quedarse dormido con un fuerte dolor de cabeza y con los ojos rojos. El hecho de que le esperaban más días así, le preocupaba mucho, odiaba sentirse de esa manera, lo llenaba de desesperanza ver la felicidad tan lejana.
—¿No irás con Seungmin hoy?—cambió de tema, enfocándose en otra cosa que no lo hiciera sentir triste.
—Tal vez más tarde.
—¿Tal vez?
—No quiero que te quedes tanto tiempo solo, él entiende que por ahora, no puedo darle toda mi atención—explicó cortamente.
—Que tonto eres, Chan—Jisung negó, golpeando con su pie la pierna de su mejor amigo que también estaba sobre la camilla.
—¿Qué clase de agradecimiento es ese?—frunció el ceño, apartando el pie del omega.
—Yo estaré bien—aseguró—Estás cortejándolo, no puedes descuidarte.
—Él dice que entiende la situación, Sung, de verdad.
—Si, puede que si, pero no por eso debes de darlo por hecho. Así que vete y no regreses hasta que me den de alta—le dijo con seriedad, empujándolo de la camilla con muy poca fuerza, todavía no podía esforzarse demasiado para hacer las cosas, su cuerpo estaba débil.
Chan hizo expresión sorprendida, bajándose de la cama, indignado.
—¿Me estás echando?
—Así es—asintió, esbozando una sonrisa divertida.
La idea de dejarlo en esa habitación de hospital, a Chan no le gustaba para nada, pero muy en el fondo, sabía que Jisung tenía razón. Es decir, Seungmin no estaba exigiéndole nada, incluso había ido un par de veces para acompañarlo, pero de igual manera, no era lo mismo que pasar tiempo con él en alguna cita o salida para fortalecer la relación.
Tras la insistencia del omega, Chan accedió a irse. Jisung se sentía bien sabiendo que su mejor amigo estaba cumpliendo su propio sueño de cortejar al omega que tanto quiso por mucho tiempo, no podía ser impedimento para eso.
Al encontrarse solo de nuevo, inconscientemente se enfocó el ardor intenso en su marca, preguntándose qué estaría haciendo Minho en ese momento para que doliera tanto hasta el punto de hacerlo llorar. Siseó en voz baja mientras presionaba con su mano sobre su cuello, intentando inútilmente que el dolor fuera menos. Hizo una mueca adolorida y se removió sobre la camilla, buscando alguna posición cómoda para descansar por lo menos un momento.
El dolor cesó minutos después, sintiéndose muy lejano, dándole la oportunidad de dormir un rato antes de que los enfermeros llegaran con su cena. Cuando estuvo dispuesto y acomodado para dormir, el sonido de la puerta abriéndose lo hizo sobresaltarse un poco, poniéndose nervioso al percibir un aroma a pinos que reconoció al instante.
—Hola...
—Hyunjin—se reincorporó sobre las frías sabanas, viendo al alfa dentro de la habitación.
—¿Puedo hablar contigo?
Jisung asintió inseguro, dándose cuenta de que el alfa tenía un golpe bastante notorio en su mejilla. Recordó vagamente que lo escuchó el día que fue atacado al otro lado de la puerta, forcejando y golpeando para entrar. Luego de eso, no recordaba mucho que había pasado con él, y ahora viéndolo, se dio cuenta de que también fue víctima de ese horrible y violento alfa.
Hyunjin cerró la puerta tras él y caminó a paso lento hasta sentarse sobre la orilla de la camilla, sin poder ver realmente al omega a los ojos. Se sentía apenado, no lo había visto desde la última vez en la que lo obligó a besarlo, ni siquiera se le acercó para explicarle, y viendo las condiciones en la que se encontraba, se sintió peor, porque si se lo hubiera explicado antes, tal vez no estaría ahí, luciendo pálido y con feas marcas en su rostro.
—¿Cómo estás? Chan me dijo que estás aquí desde el día del evento...
—Uhm... Dijeron que pronto podré irme a casa—guardó silencio unos segundos antes de seguir hablando—¿Y tú? ¿Estás bien?
—Yo... Si, hoy me dieron de alta, de hecho. Todavía debo tener algunas precauciones, pero creo que dentro de poco podré volver a mi rutina normal—asintió, por fin alzando la mirada hacia él—Lamento mucho todo lo que pasó...
—No fue tu culpa—se apresuró a decir, negando repetidas veces—Te lastimaron por buscarme... Así que gracias por llegar e interrumpir—le sonrió débilmente.
—No, Jisung, tú no sabes como fue realmente todo, y no solo me refiero a lo de esa noche, sino que a todo lo que ha estado sucediendo entre tú y Minho.
—¿Tú... Tienes algo que ver?—preguntó en un hilo, temeroso de obtener una respuesta que no quería oír, porque sin importar lo que sucedió meses atrás, de alguna forma, le seguía teniendo aprecio. Conocía a Hyunjin, él nunca hubiera sido capaz de hablarle con voz de alfa, quería tener eso en mente para no odiarlo—¿Cómo puedes saber sobre eso?
Hyunjin suspiró, tratando de calmarse antes de empezar a hablar.
—Hace unos meses, el papá de Minho se contactó conmigo. Él ha sido amigo de la familia por mucho tiempo, así que cuando me pidió reunirnos, creí que sería algo relacionado con trabajo, no creía que habían más motivos por los cuales quería verme solo a mi, pero solo fue para hacerme parte de un absurdo plan que tenía con Minho.
—¿Qué clase de plan?—Jisung estaba atento, tratando de comprender cada palabra para no perderse.
—El señor Lee hablaba de algo así de sacar el alfa de Minho. No sé por qué estaba tan empeñado en eso, pero lo repetía a cada momento... Él me amenazó con algo muy importante para mi si no le obedecía, así que me ordenó meterme en tu relación con Minho, quería que lo hiciera enfurecer—agachó la mirada, avergonzado y con un nudo en la garganta—Que nosotros ya nos conociéramos, fue casualidad, y al final, me comporté como un idiota contigo ese día en tu casa porque estaba muy herido y cansado de toda esa situación... Solo terminé arruinando todo por no manejar mis propios sentimientos... Eso fue totalmente mi culpa, nadie me exigió que te obligara a besarme... El señor Lee me repetía una y otra vez que debía hacer algo que sirviera como punto de quiebre entre Minho y tú, y bueno, terminé actuando como un estúpido.
Jisung quería procesar todo lo que estaba escuchando, más no podía comprenderlo del todo, especialmente porque no sabía como sentirse.
—Minho empezó a rechazarme desde que me besaste... Todo cambió desde ahí—recordó, siguiendo una línea temporal en sus propios recuerdos—Apenas me hablaba y se comportaba con frialdad porque estaba seguro de que lo traicioné—su voz se quebró, doliendo mucho en su pecho al darse cuenta de que la mayoría de las cosas, fueron forzadas a que sucedieran.
—Sé que no sirve de nada ahora disculparme, mis acciones no se pueden justificar, y tampoco pretendo hacerlo. Ese día estaba muy molesto y triste porque el omega del que estoy enamorado terminó conmigo... Él me había visto contigo y creyó que lo estaba traicionando.
—Dios... Son tantas cosas—apartó las lágrimas de sus ojos, negándose a seguir llorando—Son tantas cosas que no sé cómo tomarlas... No sé...
—El señor Lee me comentó que haría algo el día del evento... Y yo no dije nada porque quería alejarme totalmente de toda esa mierda—inevitablemente, empezó a llorar, echándose la culpa por haber sido egoísta con Jisung sabiendo que estaba involucrado, echándose la culpa por haber sido tan cobarde de no hablar desde el principio, creyendo que alejándose del problema, se resolvería—Quizás si te hubiera advertido, o a Minho, no estarías aquí.
Luego de escuchar todo, Jisung únicamente podía pensar en el señor Lee, en su cabeza, todo recaía en él y en su deseo de cambiar a Minho, y pensar en que tuvo que involucrar incluso a Hyunjin, alguien de su pasado a quien pudo utilizar como peón en su horrible plan, simplemente le causaba terror. ¿Cómo podía llegar a tanto? Minho era su hijo, no entendía cómo llegó tan lejos con tal de lograr sus absurdos objetivos.
Y lastimosamente, lo logró. Todo ese tiempo, Minho estuvo actuando como un auténtico alfa idiota, imponiéndose, hablando con voz dura, manteniéndose firme ante él, tratándolo como un omega débil e indefenso, y aunque no volvió a usar su voz de alfa, el tono de voz que siempre usaba cuando le hablaba, lo empujaban a obedecer con tal de no crear más problemas.
Ahora entendía lo que había pasado, sin embargo, el rencor no desaparecía del todo.
—Lo importante es que llegaste a tiempo...—dijo al final, rompiendo el silencio con un amargo sentimiento apareciendo en su pecho sin los ánimos de indagar más sobre el tema, procesarlo le estaba costando—Habría muerto si no hubiera sido así.
Hyunjin apenas sonrió, inconforme. Jisung había sufrido demasiado, incluso con el tema de los cachorros que supo gracias a Chan, y hablar sobre eso no era adecuado ni de su incumbencia. No quiso decir nada más, la culpa que llevaba adentro sería su castigo a pesar de que Jisung no lo consideraba de esa forma.
Sin decirse mucho más, Hyunjin decidió que era hora de irse. Jisung se despidió cortamente del alfa, lleno de pensamientos demasiado confusos en su cabeza, así como la mezcla de sentimientos en su interior que tiraban para dos lados opuestos, sin saber cuál debía elegir, sin saber cuál era el correcto.
Lo único que deseaba era dejar de sufrir.
🌙
Desorientado, Minho despertó en el sofá de la sala principal de la casa. Se fue directamente al baño sin despertar del todo, tomó una ducha, cambió su ropa y peinó su cabello, tomándose el tiempo necesario para lucir decente, aunque no lo logró del todo.
Estuvo viéndose en el espejo de cuerpo completo de su habitación, ignorando el caótico desorden que había ahí dentro y que podía ver en el reflejo. Inhaló y exhaló repetidas veces, esforzándose por calmar el llanto interno que estaba a nada de aparecer. Sus ojos seguían hinchados, las ojeras eran más notorias de lo normal y lucía cansado.
Caminó a paso decidido hasta la puerta principal, y cuando puso la mano sobre el pomo, la mantuvo ahí durante unos segundos, dudando. Jisung no quería verlo, no quería tenerlo cerca, no quería ni siquiera escuchar su voz. Esos pensamientos causaron que lágrimas volvieran a mojar sus mejillas, haciéndolo sollozar en el vacío de esa casa que era demasiado grande para él solo.
Y entonces quitó la mano, cerrándola en un puño.
Últimamente, esa había estado siendo su rutina.
Se despertaba en cualquier lugar que no fuera su cama, se duchaba, se arreglaba lo suficiente y cuando estaba a punto de salir, simplemente se quedaba ahí parado, sintiendo como todo el valor que tenía, abandonaba su cuerpo con solo pensar en la reacción de Jisung al verlo o al sentirlo cerca. Ya era el cuarto día, cuatro días habían pasado y todavía no podía ni siquiera abrir la puerta.
Patético.
Cerró los ojos con fuerza y se deslizó hasta sentarse en el suelo frente a la puerta, abrazó sus piernas y escondió su rostro, deseando tener más fuerza para salir de ahí e intentarlo una vez más, pero no podía, sabía que el daño que había hecho no tenía reparación, su omega lo recordaría por siempre, jamás volvería a verlo de la misma forma, y lo comprendía totalmente, no iba a exigirle nada, lo menos que podía hacer por el momento era mantenerse lejos, aunque su lobo lo necesitaba cerca.
Cuando el llanto se detuvo, se levantó del suelo con lentitud, apoyándose en la pared para no volver a caer, porque si por él fuera, se mantendría en esa posición todo el día, lamentándose. Subió las escaleras y entró a la habitación, quedándose parado mientras analizaba todo el desorden que había adentro. Suspiró sonoramente, limpió las últimas lágrimas en su rostro y poco a poco, empezó a ordenar lo que había causado anteriormente cuando no logró mantener a raya sus sentimientos, cuando su dolor fue tanto que no pudo mantenerse quieto y tiró todo.
No le dijeron cuando darían de alta a Jisung, siempre que llamaba, le decían que sería pronto, así que debía mantener todo en orden en caso de que apareciera sin avisar, porque él regresaría a casa, ¿cierto? Se quería convencer de ello por su propio bien. Su lobo lloriqueaba sin cesar, negándose a mantener la calma ante la situación, sintiéndose vulnerable, herido y débil, buscando sin éxito a su omega que seguía sin responder a su llamado al otro lado del enlace, todavía oculto en alguna parte.
Se dijo mil veces que se lo merecía, lo que estaba sufriendo no se acercaba al sufrimiento por el que hizo pasar a Jisung, y se odió tanto porque si él no lo soportaba, no quería ni imaginar el infierno por el que su omega tuvo que pasar por su culpa. Como su alfa, debió cuidarlo, protegerlo, darle toda su atención sin esperar a que se la pidiera. Ese era su deber, y falló en cada cosa sin detenerse a pensar en las consecuencias.
Pensar en sus hijos ardía insoportablemente en su interior, su instinto alfa se emocionaba con la idea de tener pequeños cachorros corriendo por toda la casa, pero volvía a llorar destrozado cuando la realidad lo golpeaba cruelmente, diciéndole una y otra vez que eso no sucedería. Deseaba acompañar a su omega, consolarlo, decirle que todo iba a estar bien, que iban a superarlo con el tiempo y que estaría a su lado hasta que lograran sobrellevarlo, pero no, él no era el indicado para eso, y así como Jisung le había dicho días atrás, ya no podía ayudarlo, ya no podía hacer nada.
Volvió a llorar. Estaba cansado de esa rutina.
Las palabras de su padre resonaron con mucha fuerza en su cabeza, torturándolo, culpándolo de todo, y al final, no podía negarlo, buscar otros culpables solo era una excusa para que doliera menos.
Estaba lejos de doler menos.
🌙
—¿Saben algo de Minho?
—No, y tampoco importa—la respuesta de Chan fue un poco brusca, sorprendiendo a Seungmin por el disgusto que logró percibir—No se ha acercado, así que de seguro se fue lejos de aquí.
—¿Y Jisung está de acuerdo con eso?
—Supongo que si—se encogió de hombros—No necesita tenerlo cerca de todas formas.
Seungmin guardó silencio durante unos segundos, pensando al respecto. Podía entender que, Chan se sintiera molesto y enojado por las condiciones en las que su mejor amigo se encontraba, pero al final, Jisung decidiría qué hacer con su alfa, solo él decidiría qué hacer al salir del hospital.
No terminaba de creer todo lo que había pasado sin que nadie se diera cuenta, él incluso hablaba con Minho y se mostraba totalmente normal, con esa personalidad tranquila con la que lo conoció. Escuchar que Jisung estuvo viviendo tanto tiempo siendo sometido y con muchos problemas, simplemente no tenía sentido para él. No podía asegurar totalmente que conocía a Minho, pero podía identificar claramente cuando un alfa tenía todas las intenciones de ser un completo idiota con los omegas, y definitivamente, Minho no era así.
Estaba seguro de que ahí había algo más.
—¿Crees que eso sea lo mejor para él? Ya sabes, estar lejos de su alfa.
—Claro que si—respondió de inmediato y sin dudarlo, acomodándose en su asiento—Jisung no debe seguir con ese idiota, solo mira todo lo que causó.
—Entiendo que te sientas de esa manera... No quiero ni imaginar el dolor por el que Jisung está pasando, pero según me han dicho, ellos son destinados... ¿No será peor si solo se alejan?
—No lo sé...—suspiró. Seungmin tenía un punto, pero no quería inclinarse ante ese hecho, su mejor amigo era más fuerte que eso—Jisung ya tuvo suficiente, espero que no tenga que verlo pronto.
Seungmin suspiró, hacerlo entender no sería sencillo.
Es por eso que, muy temprano al siguiente día, se dirigió a casa de Minho sin decirle a Chan, sabía que no estaría de acuerdo con eso, y aunque no quería ocultárselo, debía hacerlo, al menos hasta que pudiera hablarlo tranquilamente sin que se exalte al escuchar el nombre de Minho.
Tocó la puerta principal un par de veces, dándose cuenta a simple vista que todo estaba cerrado, no había ninguna ventana abierta, eso lo hizo dudar sobre si realmente había alguien ahí. Esperó algunos minutos más hasta que fue atendido, totalmente sorprendido por lo que pudo presenciar.
Hizo una mueca cuando lo primero que sintió fue el horrible olor a tristeza y miseria que había acumulado adentro, era tan fuerte que tuvo que tapar su nariz para no seguir oliendo. Minho lo vio sin expresión alguna y sin reaccionar a ese gesto, no estaba en condiciones ni con ánimos de recibir visitas, así que, en silencio, hizo el amago de cerrar la puerta en su cara.
Seungmin lo detuvo.
—Quiero hablar contigo—dijo, esforzándose por soportar el olor—¿Puedo pasar?
—No—respondió en voz baja, otra vez cerrando la puerta—No puedo...
—Minho, solo quiero hablar y luego me iré—insistió, empujando la puerta para verlo mejor.
Minho no reaccionó, pero se hizo a un lado segundos después, dejándolo pasar.
Seungmin estaba sorprendido, todo ahí dentro era un completo desastre, habían cosas tiradas, basura en todo el suelo, las cortinas tapaban la luz que pudiera entrar por las ventanas, dándole un aspecto tétrico a la casa, y la tristeza era casi palpable. Sabía que, Minho estaba pasándola realmente mal, especialmente porque estaba seguro de que nadie más había preguntado por él o se había tomado el tiempo de saber cómo estaba.
—¿De qué quieres hablar?—Minho se cruzó de brazos, manteniéndose inexpresivo.
—Jisung podrá salir del hospital mañana—soltó sin rodeos, notando que la expresión del alfa se relajó en gran medida.
—¿D-De verdad?—preguntó ansioso, sintiendo su corazón latir con fuerza con esa gran noticia.
Seungmin asintió, triste por su reacción llena de ilusión y alivio.
—Tú... ¿Irás por él?
—N-No... No lo sé, creo que... Él no quiere verme—su voz se apagó al igual que el brillo en sus ojos, sus ilusiones desplomándose—He pensado en que venga aquí, y yo... Yo puedo mantenerme al margen, tal vez... Tal vez si dormimos en habitaciones separadas. Esta casa es muy grande, él puede elegir en donde estar y yo no voy a acercarme... ¿Crees que eso funcione?
Preocupado, Seungmin lo agarró de la muñeca y lo llevó hacia el sofá, se sentaron lado a lado en silencio, escuchándose solamente el suave sollozo del alfa que al mismo tiempo, intentaba mantener la calma; a ese paso, se quedaría sin lágrimas.
—Dime qué fue lo que realmente pasó—pidió el omega en voz baja.
Inestable, Minho trató de explicar a detalle todo lo que había pasado sin saltarse nada, describiendo cada sentimiento y cada acción suya, avergonzándose al escucharse a sí mismo por todo lo que fue capaz de hacer cuando su lobo tomó el control; jamás creyó que era así de inestable, nunca se le cruzó tener que hacerlo porque su lobo estuvo siempre muy tranquilo, sin la necesidad de hacerse presente, nunca fue necesario.
Todo se escapó de sus manos cuando sus emociones se volvieron más fuertes, cuando empezó a experimentar las emociones de su lobo.
Seungmin escuchó atentamente al alfa, dejándolo desahogarse sin presionarlo, porque así como Jisung, él también estaba sufriendo. Tal vez no por las mismas circunstancias, pero al final de todo, estaban pasando un momento duro.
—Si Jisung no regresa, no sé qué voy a hacer—escondió su rostro entre sus manos.
—Creo que deben hablarlo, Minho—opinó Seungmin, acariciando suavemente el cabello del alfa que se negaba a levantar la mirada—Tal vez no todo regrese a la normalidad durante un buen tiempo, pero hablen para llegar a un acuerdo.
—Él no quiere—negó con la cabeza, recordando la forma en la que le gritó con solo escuchar su voz, tan lleno de rencor y odio.
—Porque recién estaba despertando, de seguro muy desorientado también, además, recuerda que sus emociones estaban a flor de piel con lo de los cachorros, debió ser muy duro recibir una noticia así—dijo en voz baja. Hablar sobre eso no le gustaba, pero era algo que debía decir para que Minho comprendiera la magnitud de las cosas.
Minho no respondió, simplemente se mantuvo en su posición sin estar seguro de cuales debían ser sus siguientes acciones. Si iba a buscarlo, tenía miedo de que lo volviera a echar sin escucharlo, aunque de todas formas, ¿qué iba a decirle? ¿disculparse? Incluso en su cabeza sonaba patético, pero también sabía que se lo debía a pesar de que quizás, no significaría nada para él.
Cuando se tranquilizó, levantó la mirada hacia el omega y le sonrió débilmente. Por primera vez en esos días, pudo expresar como se estaba sintiendo, por primera vez, fue escuchado sin ser atacado. A lo mejor, no merecía cosas buenas, no merecía que alguien se preocupara por él, lo tenía claro, pero aún así, no podía negar que se sintió muy bien el poder hablarlo por fin.
—Entonces, ¿qué dices si ordenamos todo por aquí? Jisung no puede encontrar todo este montón de basura y desorden.
—¿Crees que si acepte regresar?—preguntó ilusionado, viéndolo con ojos brillantes.
—Esperemos que si—asintió, levantándose del sofá para animarlo a hacer lo mismo.
Minho sonrió de nuevo, un poco más motivado que antes por la pequeña ilusión de que quizás, Jisung podría escucharlo, y aunque no estarían juntos, al menos podría tener la seguridad de que estaría cerca de él, lo suficiente para que sus lobos pudieran estar satisfechos y no sufrieran por la lejanía del otro, lo que menos quería ahora era que sufrieran por la necesidad de sus lobos, porque llegar a un punto de quiebre por el abandono, era demasiado riesgoso para los dos.
Podría llevarlos incluso a la muerte.
🌙
Holi, disculpen la tardanza en la actualización :c he estado ocupada con la uni y no me he estado sintiendo bien últimamente, he estado teniendo bajones feos, pero todo bien c: sé que siempre me dicen que me tome mi tiempo y que no me presione, pero créanme que no actualizo obligada🥺 escribir me relaja mucho, aunque me tarde un poco más, pero ajá, no se preocupen, espero poder tener la siguiente actualización pronto😋 los tqm, sus comentarios siempre me animan, y aunque no pueda responderlos todos, sepan que si los leo💖
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