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𝄈𝄈Veinticuatro𝄈𝄈

Jisung tuvo que regresar a dormir con Minho.

Todo se tornó diferente, cada uno tenía un lado de la cama y se mantenían en silencio la mayoría del tiempo. El ambiente era incómodo, pero Minho no quería sentir lejos a su omega, su alfa lo necesitaba, así que prefería tenerlo a su lado que en otra habitación, y claro, Jisung debía obedecerle para evitar cualquier tipo de discusión al respecto.

Por momentos, Jisung podía notar como Minho bajaba totalmente la guardia y se comportaba de manera más docil, le hablaba con tranquilidad, incluso podía sentirlo menos frío. Pero eso no significaba que estuvieran bien, al contrario, solo eran fugaces ilusiones que lograban confundirlo, lo hacían preguntarse si realmente era Minho o su alfa el que actuaba de esa manera, por momentos con autoridad, y en otros, como si fuera él mismo de nuevo; no lo comprendía en su totalidad y temía preguntarle.

Durante las noches, Minho no lo buscaba, ni siquiera para satisfacerse como en un principio, Jisung creyó que sería al sentir la fuerte presencia de su instinto alfa. Fue un alivio para él que no quisiera tocarlo, no sabía qué tanto podría soportar una situación así, por lo que no se sentía del todo bajo amenaza.

De todas formas, dormir se había vuelto muy difícil.

—¿Tomaste medicina?—preguntó Minho cuando vio a Jisung saliendo del baño.

—Si, justo acabo de hacerlo—asintió sin mirarlo.

—Bien, ven a dormir entonces—se giró, dándole la espalda sin mucho interés.

Jisung suspiró, odiando completamente esa rutina. ¿Por qué seguía con Minho de todas formas? Se hizo la pregunta un montón de veces en medio del silencio con el que vivía ahora, llegando a la misma conclusión: estaba enamorado de él. El sentimiento lo hizo sentir patético, no creyó que estar enamorado fuera así de terrible, ya no quería estarlo. Además, tenía la esperanza de que las cosas volvieran a la realidad.

Al cabo de unas horas, Jisung seguía removiéndose inquieto en la cama como todas las noches, llorando en silencio por el ardor en su marca, ¿es que Minho no se daba cuenta de que seguía lastimándolo? Era increíble como es que incluso dormido, Minho podía afectarle tanto. Se levantó sigilosamente y se dirigió al baño, encendió la luz y se miró en el espejo, notando su cuello demasiado rojo e irritado. Enjuagó un paño y lo puso sobre su piel lastimada, buscando alivio, y gracias a la frescura del agua, pudo sentirse un poco mejor momentáneamente. Se sentó en la fría cerámica del baño, sintiendo sus párpados pesados con el pasar de los minutos, hasta que otra vez, el ardor se volvió intenso.

Se quejó en voz baja, tirando el paño a un lado, y entonces escuchó a Minho llamarlo.

—¡Jisung!

Se levantó lo más rápido que pudo y corrió hacia Minho, viéndolo sentado sobre la cama bajo la tenue luz de la lámpara de noche. Por un momento creyó que iba a regañarlo por haberse levantado, pero su sorpresa y preocupación se hicieron presente cuando lo escuchó sollozar. Se acercó lo suficiente para acunar su rostro con mucha timidez, notando la presencia de lágrimas en sus ojos que mojaban sus mejillas.

—¿Qué pasa?—preguntó en voz baja, viéndolo a los ojos después de un tiempo.

Minho no supo como responder, tenía un nudo en la garganta y su pecho se oprimía con fuerza, casi faltándole el aire. Jisung se atrevió a abrazarlo, dejando que llorara de esa forma, sobando su cabello a manera de relajarlo.

Estuvieron en esa posición por un momento, el silencio demasiado presente en la habitación. Jisung sintió como poco a poco, Minho se tranquilizó, percibiendo fuertes feromonas de tristeza que lo hizo sentirse de la misma manera, afectándole su estado de ánimo. Todavía en silencio, Minho se alejó del abrazo, levantando la mirada hacia el omega que seguía a la expectativa y muy preocupado.

En ese momento, una fuerte culpa lo acaparó a tal punto de hacerlo quebrarse. Inesperadamente, jadeó de dolor al sentir como su lobo buscaba tener de nuevo las riendas de la situación, casi obligándolo a reprimir sus sentimientos, llenándose de absurdas ideas y pensamientos malintencionados. Llevó ambas manos a su cabeza al mismo tiempo que empezaba a dolerle, sintiéndose tan perdido y frustrado, metido en una pelea en la que su parte alfa le estaba ganando a su parte humana, sometiéndolo y resguardándolo en el sentimiento de traición para empujarlo hacia el dolor que eso le causó.

—Alejáte...—balbuceó en un susurro.

—¿Qué?

—¡Que te alejes!—gritó, asustando al omega—¡Aléjate, aléjate!—repitió.

Jisung se apartó con rapidez, sintiendo el sufrimiento de su alfa ardiendo en su marca.

Definitivamente, algo no estaba bien, eso iba más allá de solo el enojo por lo que pasó, podía sentirlo. Se llenó del valor suficiente para acercarse de nuevo, ignorando el lloriqueo de su omega que se negaba a estar cerca de su alfa, todavía asustado. Volvió a abrazarlo, ejerciendo un poco de fuerza ante el intento de Minho de apartarse, como si su tacto quemara.

—¡Minho, ya basta!—empezó a llorar desesperado, podía sentir que Minho no estaba molesto, podía sentir el desgarrador sufrimiento por el que estaba atravesando—Por favor... Ya basta.

Y entonces, Minho se detuvo, escuchándose solamente los suaves sollozos junto a su respiración agitada.

—No sé qué me pasa—habló con voz quebrada, rodeando el cuerpo del omega en un abrazo real, sintiéndose demasiado bien de esa forma—Jisung, no sé qué pasa con mi lobo, siento que no puedo controlarlo...

—Está bien, vas a estar bien, ¿si? No voy a irme.

Minho asintió en silencio, volviendo a ese momento en el que Jisung lo consoló después de haber sido golpeado por sus compañeros de trabajo, haciéndolo sentir a salvo, protegido, valioso. Su lobo se opuso a ese pensamiento, como alfa, debía hacer eso por el omega, no al revés; otra vez, entrando en un debate entre ambas partes.

—Eres un buen alfa, Minho, siempre lo has sido, no importa lo que tu papá diga—dijo Jisung cuando volvió a sentirlo agitado—No eres como los demás, tú eres especial, lo sabes.

El alfa bajó totalmente sus defensas, sintiéndose cansado y aturdido con las suaves feromonas de Jisung rodeándolo junto a sus palabras que salían con suavidad. Luego de unos cuantos minutos, Minho logró quedarse dormido en los brazos de su omega, aferrándose por un momento a esa sensación que extrañó sin darse cuenta.

Porque de alguna u otra forma, Jisung siempre terminaba siendo su salvación.

🌙

Minho se obligó a olvidar lo ocurrido esa noche.

De alguna manera, le resultaba vergonzoso siquiera recordarlo, viéndose a sí mismo en ese momento tan vulnerable al que no quería regresar.

Ahora era un alfa diferente, más fuerte y con valor.

Jisung preguntó solo una vez sobre eso al despertar en la mañana, y al conseguir un fuerte gruñido negativo por parte del alfa, supo que no habría oportunidad de hablarlo.

Que decepcionante le resultaba eso porque de verdad creyó que, de alguna manera, podría recuperar al alfa del que se enamoró, de ese alfa que le sonreía y dejaba que lo cuidara a pesar de solo ser un omega, sin importar los roles que se supone que debían seguir, se complementaban tal y como eran.

Dejando todo eso atrás, Jisung intentó enfocarse en el hecho de que una nueva semana estaba iniciando, y se sentía especialmente de humor porque Minho dijo que podían regresar a clases, los dos, así que por fin podría salir de ese lugar al que ya no podía llamar un verdadero hogar.

Ambos entraron a la facultad como si nada, caminando por los pasillos como si fueran felices, tomados de la mano, demasiado juntos, y vaya que Minho podía disimularlo perfectamente, tanto que le causaba escalofríos de lo realista que era. Al llegar al salón de clases de Jisung, Minho se despidió con un casto beso que el omega no pudo responder ni procesar correctamente, sintiéndose afectado por lo mucho que había extrañado ese tipo de contacto.

Suspiró dolido, tomando asiento en una banca posicionada fuera del salón en lo que empezaba la clase, demasiado metido en sus pensamientos para notar que Chan se estaba aproximando hacia él con una mueca confusa en su rostro.

—Justo hoy iba a ir a tu casa si no te encontraba aquí.

Jisung levantó la mirada hacia su mejor amigo y sintió como la emoción y el alivio lo llenó por completo, obligándose a quedarse sentado y no lanzarse hacia sus brazos para demostrar que lo había extrañado en todo ese tiempo en el que su mundo se tornó de un horrible color gris. El solo pensamiento de que no podía ni siquiera abrazarlo por miedo a que Minho reaccionara mal, lo hizo sentir impotente y estúpido, negándose a llorar en ese momento para no levantar ningún tipo de sospechas.

—Te dije que no era nada grave, estoy bien—sonrió hacia el alfa.

Chan sonrió también, sentándose a su lado para darle un corto abrazo al cual, Jisung apenas respondió. Estuvo a punto de quejarse por la falta de afecto cuando sintió algo que lo hizo fruncir el ceño. Se acercó nuevamente al omega, olfateando su cuello sin vergüenza alguna, causando que Jisung se alejara un poco, extrañado.

—¿Qué haces, tonto?

—Jisung, hueles diferente.

—Estoy usando diferente perfume, qué bueno que lo notes.

—No, no es tu perfume—su expresión se volvió más seria, olfateándolo de nuevo, pero con más detenimiento.

—Chan, ya basta—Jisung sonó un poco irritado por la cercanía del alfa, la gente estaba empezando a prestar atención, y eso solo lo ponía más nervioso—Deja de meter tu nariz en mi cuello, eso no se ve bien.

Ignorando sus palabras, Chan se levantó y tomó la muñeca del omega, casi arrastrándolo al interior de los baños. Revisó cada cubículo para cerciorarse de que no había nadie, y cuando estuvo seguro, cerró la puerta con llave para poder hablar.

—¿Has estado tomando las pastillas de emergencia durante tus celos?

—¿Qué clase de pregunta es esa?—frunció el ceño—No voy a hablarte de mis celos.

—Una pregunta normal. Soy tu mejor amigo, literalmente, he estado en algunos de tus celos, sé cómo son, así que responde.

Jisung resopló, cruzándose de brazos.

—Si, me las he estado tomando. Minho se protege también, ¿a qué quieres llegar exactamente?

—¿Estás seguro de eso? ¿No me estás mintiendo?

—Chan, tengo un alfa ahora, ¿está bien? Eso solo debe preocuparle a él.

—Mierda, Sung, ¿qué te pasa a ti? Si te pregunto es porque te aprecio muchísimo, porque te conozco desde hace mucho y quiero que estés bien, no voy a hacerte nada malo.

Jisung mordió su labio inferior con fuerza, esforzándose por no quebrarse frente al alfa. Necesitaba muchísimo apoyo, lo necesitaba, sentir el dolor en su marca y a través del lazo lo estaba debilitando demasiado con cada minuto que pasaba gracias al rechazo, tenía miedo de que eso terminara matándolo. Minho no le daba la atención que como omega necesitaba, y su lobo lo exigía a pesar del miedo que sentía porque al ser destinados, se negaba a dejar a su alfa, prefería vivir de esa manera que morir por su lejanía.

Aclaró su garganta, tragándose el nudo que se había formado para poder hablar.

—El primer celo que pasé con Minho en el hotel no tomé la pastilla.

—¿Por qué no lo hiciste? Le dije a Minho que tenías todo en tu mochila y que-

—Según él, si la tomé—interrumpió, agachando la mirada con vergüenza por sus acciones—Es solo que estaba empezando el celo y me sentía muy sensible—su voz se quebró en cuestión de segundos—Sabes como me pongo, el deseo de tener cachorros se intensifica y...

Sabía que había actuado mal, que había sido un error haberlo escondido durante todo ese tiempo. En su cabeza, lo resolvería en algún momento, pero con el pasar del los días, lo olvidó por completo como el gran irresponsable que era. Simplemente lo arruinó todo.

—Fingí tomarla porque Minho insistió en ello y quería que dejara de hacerlo para que me atendiera, después lo olvidé durante esos días y volví a recordarlo cuando el celo había terminado... Ya no había nada más que hacer.

Chan suspiró, apartando la vista del omega que sollozaba en voz baja.

—Estás preñado, Jisung, puedo sentirlo, tu olor es diferente—soltó directamente, seguro de sus palabras a pesar de no tener las pruebas para confirmarlo. Era un alfa, claro que podía sentir cuando un omega estaba en cinta, su olor bajaba de intensidad hasta que no resultara atrayente para ningún alfa, avisando que estaba cargando los cachorros de alguien más, actuando como un repelente—¿Qué dijo Minho?

—Él solo cree que estoy enfermo, no ha prestado atención—limpió sus lágrimas con el dorso de la mano con fuerza, cansado de que todo se le estuviera viniendo encima.

¿Ahora qué iba a hacer?

Aunque se sentía curioso del por qué, Minho no podía sentir el embarazo de su propio omega, que además, era su destinado, Chan decidió no preguntar más al respecto, eso era algo que debían resolver entre ellos.

—¿Te has hecho alguna prueba?

Jisung negó, había estado evitando hacerlo desde que empezó con los vómitos, convenciéndose de que estaba enfermo de otra cosa y de que no era eso a lo que tanto temía, porque hacerle frente a esa conclusión era demasiado para él, incluso más ahora que estaba prácticamente solo.

—Chan, estoy jodido—murmuró el omega, sollozando con preocupación.

El alfa atrajo a su mejor amigo en un abrazo, sintiéndolo aferrarse a él como si hubiera añorado ese contacto, quebrándose en llanto.

—Tranquilo, Sung. Sabrán como manejarlo, sé que tomarán la mejor decisión. Minho es un gran alfa, me lo dices siempre, además, tienen una casa espaciosa y una buena posición social, no deben preocuparse tanto, ¿está bien?

Jisung asintió, afligido porque nada era como parecía ser, afligido por esa fuerte realidad que ahora lo estaba golpeando con fuerza, sumergiéndolo en un abismo lleno de desesperación y desamparo del que no sabía como escapar. Tenía miedo de la reacción de Minho, no sabía ni siquiera como acercarse a su propio alfa, ¿cómo le daba la noticia entonces? ¿eso lo haría feliz o sería un arma en su contra para tenerlo más controlado? Podía posponerlo por un tiempo; si hizo bien sus cálculos, estaba con tres meses, su abdomen estaba ligeramente hinchado, nada fuera de lo normal, pero ya vendría el tiempo en el que no podría seguir ocultándolo, así que debía ser rápido y buscar el momento adecuado para soltar una noticia como esa.

Pero para estar seguro, debía hacerse una prueba confiable.

Minutos después, salieron del baño. Jisung se encontraba más calmado, y Chan tuvo que irse a su facultad no sin antes dejarle en claro que, aunque tuviera un alfa, nunca dejaría de ser su mejor amigo y que lo seguiría queriendo como tal. Con eso, Jisung pudo sonreír brevemente en medio del caos.

Ojalá hubiera podido sonreír más cuando tuvo la oportunidad.

🌙

Seungmin apenas notó las llamadas perdidas de su padre junto a algunos mensajes en donde le exigía saber en donde estaba.

Bufó molesto, ¿por qué querría saber sobre él si no tuvo problemas con que se fuera? De seguro solo era para seguir haciéndole la vida imposible, simplemente no tenía sentido. Decidió borrar todos los mensajes sin siquiera leerlos en su totalidad hasta que se topó con uno que llamó su atención.

💬: Tu madre te está buscando, ven a casa antes de que yo mismo vaya por ti y habla con ella.

Sintió que su cuerpo se tensó, lo que menos quería ahora era tener relación con alguno de ellos. Pensó que yéndose, podría vivir en paz, pero al parecer, no querían dejarlo ir. No comprendía la necesidad de comportarse de esa manera, estaba viviendo por su cuenta ahora, y a pesar de que su cuenta estaba llena de dinero debido a la vida que sus padres le dieron, se mantuvo sosteniéndose con lo que estaba ganando, tomando ocasionalmente solo cuando era demasiado necesario de ese dinero para cubrir los gastos de piso, comida y universidad.

Suspiró sonoramente y se recostó sobre sus brazos, pasando por alto que las clases habían terminado y que todos estaban saliendo ya de clases.

—¿Estás bien?—Minho preguntó al verlo de esa forma.

—No—respondió enseguida sin levantar la cabeza.

—¿Quieres hablar al respecto?

Seungmin negó, no quería ser grosero, pero Minho no lo entendería, y no tenía muchas ganas de contar todo lo que estaba sucediendo, no era tan sencillo de explicar.

—No te preocupes, Minho, gracias por preguntar—le sonrió.

Minho asintió no muy seguro, guardó sus cosas y se despidió amablemente del omega, asegurándole que todo estaría bien y que si necesitaba algo, podía hablar con él. Seungmin agradeció el gesto y volvió a recostarse sobre su mesa, cansado y desanimado, deseando poder descansar por mucho tiempo para olvidarse de su realidad.

Cerró los ojos, aprovechando el tiempo que tenía para dormir un poco, pero sus sentidos se alteraron con la presencia de alguien más dentro del salón. No se movió, se quedó ahí hasta que sintió al alfa tomar asiento a su lado y recostarse igual que él, viéndolo de frente.

—¿Qué haces aquí?—preguntó el omega en voz baja por la cercanía.

—Vine a ver a Jisung, pero acaba de irse con Minho—respondió de la misma forma sin dejar de verlo—¿Qué haces tú aquí?

—Estoy descansando, presiento que tendré un mal día.

—¿Por qué lo dices?

Seungmin suspiró.

—Mi papá me llamó.

—¿Le respondiste?—el enojo fue evidenciado en su voz, no quería que Seungmin tuviera que verse de nuevo con ese hombre.

—No... Pero me mandó mensajes, alcancé a leer uno antes de borrarlos y decía que mi mamá estaba buscándome para hablar, quiere que vaya a casa.

—Oh... Es primera vez que dices algo sobre ella.

—No hay mucho que decir—le restó importancia—Me dejó con mi papá hace años porque le fue infiel con otro alfa en dos ocasiones, por eso mi papá odia a todos los omegas, incluyéndome—rió secamente por su propia desgracia, él no tenía la culpa de nada, sin embargo, fue castigado como si la tuviera.

Chan no sabía qué más decir, no quería ni imaginar por todo lo que tuvo que pasar por culpa de la mujer que lo trajo a la vida, abandonándolo como si no valiera nada. Eso lo hizo pensar en lo que escuchó la otra vez en su casa, preguntándose si así vivía todos los días, si habían discusiones peores o si incluso le habían hecho daño de otras maneras. El solo pensamiento le dio escalofríos y lo llenó de impotencia.

—No quiero hablar de eso, Channie—cerró los ojos, buscando un poco de tranquilidad—Solo debo enfrentarlo, ¿verdad?

Apretó los ojos con fuerza, dándose cuenta de que no pudo detener las lágrimas que mojaron apenas sus mejillas.

Chan sintió a su lobo desanimado con solo ver al omega de esa forma, percibiendo las leves feromonas de tristeza que emanaban de él. Sin detenerse a preguntarle, se acercó al menor, juntando sus frentes al mismo tiempo que pasaba uno de sus brazos sobre sus hombros, los dos recostados sobre la mesa. Cerró los ojos también, volviéndose un momento íntimo entre ambos, buscando desesperadamente por la atención del otro sin saber como decirlo. Porque a pesar de todo, Chan todavía lo quería como su omega, y Seungmin sabía que no necesitaba a otro alfa que no fuera él.

—¿Quieres que te acompañe? No me gustaría que vayas solo a esa casa.

—¿Lo harías?

—Sabes que sí.

Chan estaba confundido, su corazón y su lobo seguían tras el atractivo y lindo omega, pero al mismo tiempo, la desconfianza se hacía paso como un recordatorio de que, Seungmin en algún momento intentó aprovecharse de su enamoramiento.

¿Estaría tan mal querer arriesgarse una vez más? Porque, a decir verdad, su fachada de alfa molesto estaba cayéndose poco a poco con cada vez que estaba cerca de Seungmin, volviéndolo un tonto enamorado con solo escuchar su voz o ver su sonrisa.

Tal vez solo necesitaba saber los sentimientos reales de Seungmin, porque si lo rechazaba, no haría nada más. Al principio, hubiera aceptado un rechazo de su parte, habría hecho lo posible por hacerlo cambiar de opinión, pero ahora, un rechazo sería suficiente para olvidarse de él y seguir adelante.

Al final, todo dependía de Seungmin.

🌙

Chan condujo hacia el hogar de los Kim, se quedó dentro del auto a petición de Seungmin; aceptó bajo la condición de que, si tardaba demasiado, iba a entrar. Seungmin asintió con una leve sonrisa, prometiéndole que no tardaría mucho en regresar, no era su intención tener una gran conversación con ellos.

Tocó el timbre un par de veces hasta que fue atendido tiempo después por su padre, luciendo sospechosamente agitado y empapado de un fuerte aroma que le desagradó. Pasó por alto eso y entró sin pedir permiso, sintiendo muy fuerte en el aire el olor a feromonas sexuales que se mezclaban con otros olores, haciéndolo sentir nauseas.

—Si quieres vengo más tarde—dijo con disgusto, dándose la vuelta, pero alguien lo detuvo tomándolo de la muñeca.

—Hijo, no te vayas, acabas de venir.

Seungmin se soltó con brusquedad al ver de quien se trataba, sintiéndose tan enojado, abrumado y asqueado.

Una mujer de estatura mediana, de cabello castaño y con un notable olor a vainilla estaba frente a él, usando tan solo una bata de baño, y, al igual que su padre, estaba agitada y con el maquillaje corrido. Estaba hecha un desastre.

Era fácil deducir lo que estaba ocurriendo ahí dentro, pero, ¿no que su padre la odiaba?

—No me toques—advirtió con voz dura—Dime qué quieres para poder irme.

—Seungminnie, no seas así conmigo—la omega lo miró—¿No estás feliz de verme?

—¿Por qué lo estaría?—rió con sarcasmo—Me dejaste con este hombre ¿y te atreves a preguntar eso?

—Bueno, tu padre no es tan malo después de todo—dijo con tono coqueto hacia el alfa, recibiendo una sonrisa traviesa de su parte también.

—Que asco—murmuró, apartando la mirada de esa escena.

—No seas tan duro con tu padre, ¿si?

—¿Viniste a decirme ese tipo de mierdas? Porque si es así, no tengo absolutamente nada que hacer aquí—hizo el amago de irse, pero la voz de su padre lo detuvo, poniéndolo rígido.

Vas a quedarte a escucharla, omega estúpido.

Seungmin estaba furioso, odiaba cuando su padre lo trataba de esa manera, importándole poco si tenía miedo o estaba llorando, simplemente yendo en contra de su voluntad.

—Seonho, no seas así con él, déjalo tranquilo.

—No necesito que me defiendas, solo dime qué quieres para largarme de este asqueroso lugar, no tengo otra maldita opción.

La omega suspiró y caminó hacia la sala, el alfa y Seungmin la siguieron, tomando asiento para estar más cómodos, pero Seungmin sentía de todo menos comodidad, la sola imagen de ellos en esa casa le causaba repulsión y rechazo.

—¿Y bien?

—Bueno, tengo una agradable noticia para ti—la mujer sonrió, dejando a la vista sus perfectos dientes.

A Seungmin le daba un poco de miedo.

—¿Qué noticia?

La omega extendió su mano hacia el alfa y entrelazó sus dedos, viéndolo con una sonrisa llena de cariño. Podía jurar que nunca los había visto sonreír de esa manera.

—Tu padre y yo vamos a regresar—dijo con mucha emoción—¿No es eso genial? Seremos una familia de nuevo.

Seungmin se quedó inmóvil, de seguro estaba escuchando la ridiculez más grande de toda su vida. Soltó una risa, negándose a creer esa gran estupidez, pero se detuvo cuando los vio muy serios ante el tema, todavía tomados de la mano.

—¿Una familia de nuevo?—repitió con una sonrisa burlona—¿Cuándo fuimos realmente una familia, mamá? Jodiste todo con tus malditas infidelidades, y luego él se desquitó conmigo de maneras horribles como si fuera mi puta culpa, ¿y aún así esperas que celebre toda esta estupidez? Estás muy equivocada.

—Vamos, Seungminnie, no seas tan negativo y grosero, de verdad es una buena noticia, queremos enmendar nuestros errores.

—Hagan lo que quieran, ni siquiera vivo aquí—se levantó del sillón, decidido a irse.

—Sabes que si te comportas de esa manera con nosotros, no tendrás derecho a la herencia—habló su padre con tono amenazante—Así que sé educado al menos por una vez y compórtate.

—¿Y eso qué? Pueden podrirse con todo y su dinero. Prefiero empezar desde cero antes que tener que soportarlos a los dos juntos.

El alfa iba a responder, pero la puerta sonó de manera insistente. La omega se levantó rápidamente y abrió la puerta, viendo de pies a cabeza al joven que estaba ahí parado con una sonrisa coqueta en sus labios mientras desprendía sutiles feromonas atrayentes para el alfa, olfateando en el aire el fuerte y varonil aroma a menta.

—Vámonos, Seungmin—habló en voz alta cuando vio al omega en el interior de la casa.

Seungmin suspiró aliviado por la interrupción, pasó a un lado de su madre, haciendo una mueca al sentir el característico olor a omega en el aire, sintiendo a su lobo gruñir en advertencia cuando se dio cuenta de que su madre estaba buscando la atención de Chan.

—¿Es tu novio?—preguntó con una ceja alzada la mujer, mordiendo su labio inferior sin dejar de verlo.

—Si, así que deja de verlo de esa forma porque estás frente a papá—gruñó molesto, tomando la mano de Chan de manera posesiva—No sé quién de los dos me da más asco, espero jamás tener que verlos de nuevo.

La omega abrió la boca en sorpresa por la altanería del menor, y antes de poder responder, ya se encontraban subiéndose al auto del alfa.

—¿Escuchaste lo que dijo?—se victimizó frente al mayor—Dijo que le damos asco.

El señor Kim simplemente suspiró, molesto por el comportamiento de la omega frente al alfa menor.

—Sigues siendo la misma omega fácil de siempre.

Y ambos entraron a la casa, empezando una fuerte discusión en la que el alfa terminó por someter a la omega, reclamándole su descaro e irrespeto hacia él que era el alfa.

Pero ese ya no era problema de Seungmin.

Dentro del auto, Seungmin todavía estaba muy molesto, limpiando bruscamente algunas lágrimas mientras veía a través de la ventana, escondiéndose de los ojos del alfa, fallando tan pronto un sollozo se escapó de sus labios.

—No tienes por qué regresar ahí, ni siquiera porque ellos te lo pidan.

—Lo siento, Chan, no sabía que mamá se iba a comportar de esa manera—sintió mucha vergüenza, había sido demasiado incómodo y él todavía se sentía asqueado.

—A mi solo me interesa que no los veas de nuevo—respondió tranquilo.

—Espero no hacerlo de nuevo.

Luego de algunos minutos, llegaron por fin al edificio de departamentos de Seungmin.

—¿Hoy no trabajas?

—Pedí permiso para faltar—explicó cortamente, quitándose el cinturón de seguridad.

—Seungmin... Hay algo sobre lo que quiero hablar contigo.

—¿Vas a dejar de hablarme para siempre?—su expresión se tornó afligida, obteniendo una corta risa del mayor.

—No es eso, no te preocupes.

—Bueno... ¿Quieres hablarlo aquí?

—Si te parece cómodo aquí, por mí no hay problema.

—Subamos al departamento, hablaremos mejor ahí.

Ambos nerviosos, subieron en silencio al elevador. Chan estaba ansioso, balanceándose de un lado a otro sin saber cómo tranquilizarse, mientras que Seungmin, evitaba ver al alfa, sentía que si lo hacía, terminaría balbuceando estupideces; no era primera vez que Chan llegaba a su departamento, pero el hecho de que estuviera tan serio con respecto a hablar sobre algo de lo que no sabía que era, le daba cierto temor, su madre le había dicho lo mismo y terminó todo muy mal.

—Puedo ofrecerte jugo, ayer compré algunas cosas y-

—Seungmin, tú me gustas—interrumpió el alfa cuando cerraron la puerta del departamento—Me sigues gustando mucho y no puedo evitarlo por más herido que me sienta. Quise convencerme de que podría superarte después de lo que pasó, pero no pude—miró fijamente al omega, su estómago todavía haciendo cosquillas por el nerviosismo—Siempre quiero estar cerca de ti, quiero saber como estás, quiero ayudarte y hacerte sentir bien, pero tengo mucho miedo de que me lastimes de nuevo, así que necesito una respuesta de tu parte, necesito saber si puedo demostrarte que soy el alfa indicado para ti, o si debo rendirme de una vez por todas contigo para seguir adelante y olvidarte.

El omega sintió su corazón acelerarse, lleno de emoción y alegría al igual que su omega que correteaba feliz en su interior, asegurándole que efectivamente, ese era el alfa que realmente quería y necesitaba.

—Creo que merezco una respuesta concreta... No un punto medio, es un sí, o un no, Seungmin, eso será suficiente para saber qué camino debo tomar—finalizó, sintiendo un enorme peso desaparecer, porque si bien, Seungmin lo sabía desde antes, nunca lo dijo como una confesión, nunca se abrió totalmente con sus sentimientos, mucho menos le dio un ultimátum, y ese ya fue su último recurso.

Seungmin no necesitaba más que eso, hace mucho que tenía una respuesta, pero temía darla. Ahora, el panorama era diferente.

Sin perder más el tiempo, Seungmin se acercó al alfa lo suficiente para alcanzar sus labios en un beso que resultó ser más significativo de lo que ambos esperaban. Chan rodeó la cintura del menor y lo atrajo a su cuerpo de inmediato con ansias, profundizando el beso mientras Seungmin envolvía su cuello con ambos brazos, sintiendo desde su pecho la necesidad de tenerlo cerca, de demostrarle también que podía ser el omega que el alfa necesitaba porque por nada del mundo lo dejaría ir ahora que estaba seguro de cómo se estaba sintiendo.

Ya no quería estar rodeado de alfas idiotas que lo halagaban con la intención de meterse en su cama, ya no quería a más alfas llenándolo de regalos para hacerlo cargar con una marca, ya no le importaba ni siquiera su tonto ego. Solo quería a Chan.

-—¿Eso es un sí?—murmuró sobre sus labios, dejando cortos y juguetones besos que hacían reír al omega.

—Eso es un acepto que me cortejes—rió tiernamente, recostándose sobre el pecho del alfa, todavía abrazándolo.

Chan sonrió ampliamente, consiguiendo por fin lo que tanto había deseado, permitiéndose vivir esa felicidad sin llenarse la cabeza de malos pensamientos, porque si decidió darle la oportunidad, no era para echarle en cara lo que había pasado, sino que para empezar desde ahí una nueva vida junto a él.

Lo demás sería solo cuestión de tiempo.

🌙

Cap tranquilito (o eso creo)😋

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