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𝄈𝄈Tres𝄈𝄈

—¿Por favooooooor?—Jisung hizo un tierno puchero sin apartar la vista del alfa que se mantenía serio y en negativa ante su petición—No seas malo conmigo~—lo empujó levemente, pestañeando repetidas veces con falsa ternura e inocencia.

—Ugh, eres el ser vivo más molesto del mundo—rodó los ojos el mayor, dándose por vencido ante la insistencia del rubio—Está bien, te ayudaré, pero me vas a deber una muy grande.

Jisung cambió su tierna expresión, esbozando una gran sonrisa mientras daba unos pequeños aplausos al escuchar la respuesta que necesitaba.

—Bueno, vamos entonces—agarró de su armario un suéter delgado y se lo puso.

—Es decir, ¿justo ahora?—se quejó, tirándose de espaldas a la amplia cama del menor, acomodándose entre las almohadas con su agradable y llamativo aroma.

—Uhm, si—respondió con obviedad—Así que vamos ya, no seas holgazán.

Chan volvió a quejarse en voz baja al mismo tiempo que se levantaba de la cómoda cama, pero sabía lo insistente y molesto que Jisung podía llegar a ser si no le obedecía en ese momento, porque lo que tenía de lindo, lo tenía de insoportable.

Cuando Chan y Jisung se conocieron, Jisung sentía cierto desprecio hacia el alfa, asqueado con su aroma a menta que no hacía más que molestar su nariz. Y es que no era para menos, la primera vez que se vieron fue en la escuela, Jisung se había sentido extremadamente molesto cuando sintió una nalgada inesperada a mitad del pasillo mientras hablaba con uno de sus compañeros, interrumpiéndolo. Estuvo a punto de explotar en ese momento, las risas de sus compañeros no tardaron en escucharse junto a unos cuantos silbidos.

—¡Lo siento!—se había disculpado el alfa castaño, aparentemente asustado. Había escuchado de Han Jisung, y de ninguna manera quería problemas con él—¡No es lo que crees, en serio!

—¿Ah, no?—estaba rojo de la furia y de la vergüenza, ¿cómo se atrevía a si quiera tocarlo?—Entonces explícame, porque no veo el por qué, tus sucias manos debían tocar mi trasero.

Bueno…—rascó su nuca, viendo al rubio frente a él con aparente arrepentimiento—Va a sonar muy estúpido, pero debes creerme—el menor siguió viéndolo con seriedad, esperando—Tenías un mosquito en el trasero y quise matarlo.

Jisung abrió los ojos ante tal excusa, enfureciendo aún más. Chan miró hacia todos lados en busca de un escape, y no es como si fuera un alfa débil, él podía fácilmente actuar con superioridad y poner en su lugar a Jisung, sin embargo, él no era así, prefería mantenerse educado y gentil con los omegas, muy diferente a como sus padres lo habían criado.

—Un mosquito—rió Jisung con sarcasmo—Vaya excusa. Eres un asqueroso pervertido, aléjate, idiota—lo miró de forma despectiva, arrugando su nariz ante el aroma a menta que percibía del alfa.

—¡Es la verdad!—extendió su mano, mostrándole el pequeño insecto muerto en su palma, causando que la mirada de Jisung ahora se fijara en la del alfa—No quería tocarte, no soy un pervertido, ¡lo juro por mi mamá!—exclamó, desesperado porque le creyera.

Jisung no supo qué decir, ese alfa estaba diciendo la verdad y él le había dicho pervertido frente a muchos de sus compañeros, pero en su defensa, los alfas a veces llegaban a ser muy atrevidos con los omegas sin importar si se sentían cómodos o no, invadiendo su espacio personal y pasando por alto sus sentimientos solo por ser omegas, así que inevitablemente lo juzgó.

Luego de ese día, Jisung trató de compensar el escándalo ocasionado por un muy estúpido e inusual malentendido. Cada vez que lo veía, le pedía disculpas, y cada vez que alguien le preguntaba sobre si Bang Chan lo había tocado, explicaba cómo se habían dado las cosas para que ese rumor dejara de recorrer los pasillos de la escuela hasta que nadie más habló del tema; y todo quedó completamente olvidado cuando ambos se hicieron más cercanos a tal punto de ser mejores amigos, quedando ese recuerdo como el más gracioso de todos.

Actualmente, Chan cedía ante las peticiones del omega, no quería tener que lidiar con un pequeño berrinchudo que estuviera molestándolo todo el día, y es por eso que se encontraba en ese mismo momento conduciendo hasta el hotel que Jisung le había indicado después de su patética historia con el misterioso mesero que por alguna razón, había llamado la atención de su mejor amigo hasta el punto de tener que ir a buscarlo.

—Irás a recepción, darás un nombre falso, preguntarás por Minho y ya—repitió el plan cuando llegaron—Si logras dar con él, le das mi número.

—¿En serio esa es tu forma de conseguir novio?—enarcó una ceja, obteniendo un suave golpe en su hombro.

—¡No quiero un novio!—exclamó indignado—Solo quiero saber si está bien.

—Entonces solo preguntaré si está bien.

—No, debes darle mi número—repitió, dándole una mala mirada—Sabes que tienes más oportunidad tú porque eres un alfa.

Chan rió por lo bajo. Asintió.

—Apresúrate entonces, si mis padres saben que estoy aquí, van a matarme.

—Y a mi me matarán contigo, muchas gracias—sonrió falsamente—Ya regreso—salió del auto, dirigiéndose a la entrada a paso rápido.

Al llegar al llegar a la recepción, se dirigió rápidamente hacia el mostrador, encontrándose con una amable y sonriente omega de mediana edad de aspecto limpio y ordenado.

—Buenos días, ¿desea hacer alguna reservación? Todavía tenemos algunas habitaciones disponibles.

—Buenos días, me llamo Christopher, no vengo por una reservación—dijo de manera directa, obteniendo una mirada confundida por parte de la omega—¿Trabaja aquí alguien llamado Minho?

—Si, joven Christopher, es uno de nuestros empleados—asintió—Pero no puedo proporcionarle información sobre él si es eso lo que necesita, lo siento.

—¿Puedo hablar con él personalmente, lindura?

La omega se sonrojó ante el cumplido, y Chan lo notó, pero ella trató de mantenerse tranquila ante la imponente presencia del menor.

—Lo siento, debe estar en horario de trabajo—siguió hablando con amabilidad, siendo lo más profesional posible para no dejarse llevar por la belleza del alfa.

—Bueno, esperaba poder hablar con él. Verá, tengo un amigo muy insoportable que desea contactarse con él, pero no puede venir personalmente, así que si es muy amable, podría por favor entregarle esto—le extendió un papel con un número anotado. La omega lo seguía mirando con extrañez—Dígale que Jisung quiere hablarle.

La chica asintió dudosa sin dejar de ver los números en el papel, aspirando silenciosa y disimuladamente el aroma del alfa.

—Muchas gracias, es usted muy amable—le guiñó el ojo antes de salir en dirección al auto.

Jisung esperaba ansiosamente en el auto hasta que el mayor entró, soltando un sonoro suspiro.

—¿Le diste el número?

—Si, ahora deja de molestarme, dame un poco de paz.

—Eres el mejor, Channie~—se enganchó en su brazo y empezó a restregarse de forma cariñosa y juguetona, dejando su aroma en él.

—Deja de hacer eso, ningún omega se me acerca porque siempre tengo tu feo olor por todos lados.

—Mejor así—sonrió sin despegarse, restregándose con más fuerza con la intención de impregnarlo aún más con su aroma.

—Tonto omega malcriado, vamos a comer—se resignó, poniendo el auto en marcha.

Jisung rió suave y miró su celular con la esperanza de obtener señales de ese alfa que conoció hace un par de días, su omega necesitaba saber de él para dejar de comportarse tan ansioso.

🌙

Minho suspiró aliviado al terminar de lavar la montaña de platos sucios que se habían acumulado en la cocina, tuvo la intención de quitarse los incómodos guantes para empezar con otros de sus deberes, pero uno de sus compañeros dejó otra pila de platos y vasos sucios, riéndose en su cara al verlo cansado. Volvió a suspirar, pero esta vez, desanimado.

Habían pasado dos días desde que conoció a ese peculiar omega del cual no podía olvidar su olor, era como si estuviera impregnado en su nariz todo el tiempo, preguntándose si algún día lo vería de nuevo y cómo sería su propia reacción ante tal momento. Recordó lo avergonzado que se sintió cuando lo regañaron en su presencia, pero también recordó la manera en la que quiso defenderlo y una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios, sintiéndose un poco soñador. ¿Cómo podía un omega enfrentarse así a un alfa sin una pizca de temor? Sin duda alguna, era un chico muy valiente.

—¡Apúrate, Lee, son para hoy!—dio un corto respingo a la fuerte voz a sus espaldas, sacándolo de sus pensamientos.

—En eso estoy—respondió en un suave murmullo, empezando de nuevo con la horrible tarea.

En la noche de la fiesta, cuando conoció a Jisung, en el momento en el que todos se fueron y terminaron de asear el lugar, Minho subió en el ascensor hasta la suit en la que estaba viviendo. Ese hotel y muchos más eran de su padre, por lo tanto, algún día serían suyos también, pero debido al desprecio del señor Lee, estaba obligado a pagar su propia habitación para tener un lugar en donde vivir. Muchas veces pensó en vivir solo en otro lugar y pagarlo con lo que ganaba trabajando, pero eso le saldría más caro, porque a pesar de que estaba pagando una habitación, no era tan caro como pagar un departamento con todo lo que necesitaba para subsistir, además, su padre quería tenerlo siempre a la vista para seguir recordándole lo patético que era, para controlarlo.

Al entrar, se encontró con su padre usando un costoso traje color gris leyendo algún artículo en internet. Verlo ahí lo tomó por sorpresa, casi nunca lo visitaba a no ser que tuviera algo que reprocharle, y fue entonces que comprendió el motivo de su visita.

—Buenas noches.

—¿No te he dicho ya que debes comportarte en el trabajo?

Minho suspiró, dejó su tarjeta sobre un mueble, guardando silencio porque en esas situaciones, no podía hacer nada más que eso.

—Siempre tengo que estar escuchando más y más quejas tuyas, ¿crees que no me avergüenza que me digan que mi hijo es un alfa incompetente?—se cruzó de brazos, viéndolo con molestia—Un alfa no puede ser tan idiota, Minho, te lo he dicho un montón de veces, pero parece que nunca entiendes—negó con la cabeza con clara decepción.

—Lo siento—solo sabía disculparse, no tenía nada con qué defenderse porque sabía que no sería escuchado ni comprendido—No volverá a pasar.

—¡Es lo que siempre dices! Necesitas aprender a ser un maldito alfa de una vez por todas.

—Lo haré, solo ya deja de gritarme—pidió en voz baja, manteniéndose con la mirada gacha.

—Hasta el día en el que me lo demuestres, voy a creerte, mientras tanto, sigues siendo la misma basura inútil de siempre—dijo con repudio y salió de la habitación.

El pecho de Minho dolió, el rechazo de su padre seguía doliendo a pesar de lo acostumbrado que estaba a escuchar lo mismo, golpeando cada vez más su autoestima, hundiéndola más si es que era posible hasta dejarla en la miseria.

Recordar los sucesos de ese día le sabía agridulce, porque a pesar de como fue tratado, el recuerdo del omega le daba cierta tranquilidad, y eso era suficiente para mantenerse distraído de todo lo que le sucedía a su alrededor.

—Minho, la recepcionista te busca—avisó uno de sus compañeros al notar que había terminado con los platos—Pasa a verla cuando te vayas.

Minho asintió dudoso, preguntándose qué querría hablar ella con él puesto que solo se hablaban para saludarse. Retiró los guantes de sus manos, y se quitó la ropa de cocina, quedando en su uniforme del hotel. Salió de la cocina sin despedirse de nadie, de todas formas nunca le regresaban el saludo, caminó hasta la recepción y se encontró con la omega un poco ocupada con algunos papeles desordenados sobre el mostrador.

—Hola… ¿quería verme?

—Oh, si, Minho, ¿cierto?

El pelinegro asintió, viéndola rebuscar entre el montón de papeles algo en especial, hasta que por fin lo encontró, sonriendo aliviada por no haberlo extraviado.

—Un alfa vino a buscarte esta mañana—empezó a hablar, notando la confusión en la expresión del menor—Preguntó por ti, pero no le di tu información, así que dijo que te diera este número—le extendió el papel.

Minho los analizó un momento, todavía sin entender quién podría estarlo buscando; él no tenía amigos, no conocía ningún alfa que quisiera buscarlo, mucho menos las razones.

—Gracias—sonrió amable, guardando el pequeño papel en sus pantalones, dispuesto a subir a su habitación.

—¡Espera!—lo detuvo rápidamente, obteniendo su atención—Dijo que Jisung quiere hablar contigo.

Minho sintió una inexplicable corriente recorrer su cuerpo al escuchar su nombre, ¿de verdad era el mismo Jisung? Sus ojos brillaron con emoción y esbozó una sonrisa inevitable en sus labios.

—¡Muchas gracias, buenas noches!—se despidió, subiendo al ascensor con ansias de llegar a su habitación.

Sacó la tarjeta y la puso frente al panel de reconocimiento, su puerta se abrió automáticamente y entró, tiró sus zapatos y sin quitarse el uniforme se tiró sobre su cama sin borrar la sonrisa de su rostro. Se estaba comportando como un tonto, lo sabía, pero no podía evitar emocionarse con la idea de que Jisung hubiera hecho algo para buscarlo.

Mientras escribía los números en su celular, el horrible pensamiento de que fuera una broma pasó por su cabeza, causando que su estómago diera un vuelco y su emoción disminuyera, no sería la primera ni última broma. Tuvo que haberlo pensado antes, ¿qué tal si era un plan de sus compañeros solo para reírse de él? No sería extraño. Suspiró sonoramente, menos seguro que antes.

Lo pensó durante unos minutos hasta que por fin decidió no pensar en lo peor, por una vez trataría de pensar positivo, y realmente esperaba no estar siendo tan ingenuo, lo deseaba con todas sus fuerzas.


Jisung

Hola, soy Minho, recibí tu número
¿de verdad eres Jisung?

Ahora solo le quedaba esperar no terminar siendo la burla de todos, porque por primera vez en mucho tiempo, se sentía verdaderamente animado a pesar de la mierda con la que vivía a diario, se sentía bien no tener que pensar en todo eso que lo lastimaba.

El sonido de notificación de su celular lo sacó de su nube de pensamientos y se llenó de nerviosismo, abrió el mensaje e inevitablemente, su alfa se removió con emoción.

💭: ¡Si soy yo!🤗

Dudó un poco, una broma así sería muy devastadora, así que debía estar seguro.

¿Cómo sé que no es una broma de alguien más?

💭: Me tiraste el jugo encima y me llevaste al jardín que estaba cerrado

💭: Además, te regañaron mi culpa, así que lo siento por eso :C

Minho volvió a sonreír, un poco convencido de que si era él. ¿Qué significaba todo eso de todas formas? Un omega nunca iba tras un alfa, era impropio de los omegas hacer tal cosa. Pero recordó que Jisung no era un omega cualquiera, pasar un rato con él lo hizo darse cuenta de eso.

💭: Quiero conocerte👀

💭: Sé que parecerá raro, pero pude sentir tu aroma desde muy lejos

Su cuerpo se tensó al leer ese mensaje, ¿entonces no solo había sido él?

También pude sentir el tuyo desde muy lejos

💭: ¡Con más razón!

💭: El chocolate amargo no pasa desapercibido

💭: Estoy seguro de que eras tú

¿Chocolate amargo? Ese no era su aroma, no según los demás y él mismo, ¿de qué estaba hablando Jisung?

Todo estaba siendo demasiado extraño, estaba seguro de que su aroma era un fuerte olor a madera, no a chocolate amargo. De seguro lo confundió.

💭: Debemos vernos, dime cuando y donde

💭: Por fiiiiiiiiiiiiiis🥺

Bien, su felicidad fue momentánea, demasiado bueno para que le estuviera pasando a él. Lo más probable era que Jisung sintiera el olor de otro alfa y lo estuviera confundiendo, pero aún no se explicaba por qué sintió el de Jisung desde muy lejos. Tal vez viéndose podrían aclarar sus dudas y aclarar los malos entendidos.

Y, una vez más, no se trataba de él.

🌙

Gracias por el apoyo, los amo💖

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