𝄈𝄈Treinta y dos𝄈𝄈
Por primera vez en un buen tiempo, Minho despertó totalmente descansado, su cuerpo no dolía y no habían rastros de cansancio o de sueño acumulado; se sentía muy bien, y si no fuera porque estaba impregnado del olor de Jisung, estaría convencido de que lo que había pasado el día anterior, fue solo un sueño. Pero no, Jisung seguía ahí, a su lado.
Se giró hacia el omega y lo observó todavía profundamente dormido. Anoche, Minho creyó que Jisung querría dormir en otra habitación para evitar cualquier incomodidad, incluso la había limpiado y ordenado minuciosamente para él, pero fue Jisung el de la iniciativa de dormir juntos. Claramente, eso lo hizo muy feliz, tan feliz que quiso llorar otra vez; pero no, se contuvo muy bien de hacerlo, seguramente hubiera sido vergonzoso. Al principio, no sabía qué debía hacer, no sabía qué actitud tomar, por lo que se mantuvo quieto en la orilla de la cama, dejando el mayor espacio posible entre ellos con la intención de no incomodar al omega, y otra vez, fue Jisung el que se acercó a él, refugiándose entre sus brazos justo antes de dormir.
No quería admitirlo, tampoco quería demostrar lo débil que se había vuelto de nuevo, tanto que cada acción que Jisung hacía, lo quebraba hasta el punto de hacerlo llorar. Tal vez era de felicidad, tal vez era de alivio o incluso, de nostalgia, no estaba seguro, pero tenía la certeza de que no era de tristeza, ni de pena y tampoco de desdicha.
Se sentía bien no tener esos sentimientos.
—Deja de verme—murmuró Jisung todavía con los ojos cerrados, apenas despertando.
Minho salió de su trance al escucharlo hablar, poniéndose nervioso por haber sido descubierto.
—Perdón—murmuró también, alejándose con rapidez hacia la orilla de la cama.
Jisung rió en voz baja, enternecido por su evidente timidez. Estiró su brazo y agarró la muñeca del alfa, tiró un poco de él, dándole a entender que quería que se acercara. Y Minho lo hizo.
—¿Por qué te sigues alejando?—le preguntó al abrir los ojos.
—Porque... Porque no quiero molestarte—respondió, apartando la mirada mientras jugueteaba nerviosamente con sus dedos.
—No me molestas—sonrió, sobando su mejilla con suavidad y lentitud—Extrañé dormir contigo.
Minho sintió su corazón acelerarse ante el tacto de la mano del omega en su rostro, sonrojándose al instante por la cercanía y por sus palabras, recordando ese tiempo en el que Jisung hacía de todo por estar cerca de él, y él era muy tímido para manejarlo.
Estaba viviéndolo de nuevo.
—Yo también—respondió, agachando la mirada con cierta vergüenza—Realmente te extrañé... No sabes cuánto—mordió su labio inferior, sintiendo de nuevo ese horrible nudo en la garganta.
Jisung siguió sobando su mejilla, concentrado en esa acción. Luego de un corto silencio, pasó su brazo alrededor del cuerpo del alfa, acercándose lo suficiente para apoyar su cabeza contra su pecho. Automáticamente, Minho hizo lo mismo, abrazándolo con cariño y sin intenciones de soltarlo por un buen rato, aprovecharía muy bien esos pequeños momentos que esperó con anhelo.
—Lo siento tanto, Sunggie—susurró con la voz quebrada—De verdad lo siento mucho.
—Sé que si—asintió el omega, dejando escapar algunas lágrimas silenciosas—Te perdono, Minho. Está bien. No te preocupes más por eso.
—No merezco que estés aquí conmigo, deberías odiarme al igual que todos.
Los sollozos de Minho se hicieron audibles, y mientras más lloraba, más se aferraba al delicado cuerpo de su omega, aterrado por ser abandonado otra vez, aterrado por tener que vivir nuevamente en ese lugar oscuro y sin ilusiones que se había creado con su ausencia, ese pozo en el que no había más que tristeza y felicidad momentánea que nunca lo llenaba por completo.
Pero de nuevo, Jisung le prometió quedarse.
Luego de un rato, el llanto de Minho cesó por completo, estaba casi dormido; la habitación se sumergió otra vez en total silencio, escuchándose únicamente sus lentas respiraciones. Jisung pudo sentir a su lobo plenamente tranquilo, pudo sentir lo feliz que estaba con su alfa, acurrucados, consolándose mutuamente, llenando con su compañía el dolor que todavía quedaba adentro hasta hacerlo sentir completo, como dos perfectas piezas que encajaban fácilmente en un complicado rompecabezas. Sin embargo, fue gracias a esa sensación que un fuerte dolor recorrió su cuerpo entero, erizando su piel, causando que se quejara en voz alta debido al ardor, incómodo por la repentina humedad en su ropa.
Minho enmudeció al despertar de nuevo al percibirlo a través del enlace, dándose cuenta de inmediato de lo que estaba sucediendo, iba a apartarse por el bien de los dos, pero fue difícil cuando él también empezó a sentirse de la misma manera, aumentando el deseo de estar junto a su omega, de protegerlo, de complacerlo, de amarlo, de tomarlo.
Ambos, perdidos en sus deseos, sabían lo que estaba pasando en ese preciso momento, sabían lo que sus lobos exigían y lo que sus cuerpos pedían con urgencia ante el tiempo en el que se ausentaron del otro, recompensando el recién reencuentro.
Sin preverlo, entraron en celo.
🌙
Debido a la ausencia de su omega y la incapacidad de sentirlo al otro lado del enlace, Minho no experimentó ningún celo a lo largo de casi siete meses, su lobo no tenía a quién recurrir, por lo tanto, no sintió la necesidad de estar con un omega que no fuera el suyo, reprimiéndose en su totalidad de algo tan normal como lo era el deseo sexual. Por otro lado, Jisung si que tuvo sus celos con normalidad, dolorosos, largos y tortuosos, porque a diferencia de Minho, él si podía sentir a su alfa a pesar de que su lobo se mantuvo escondido, más no había desaparecido, su instinto omega seguía presente a la espera de ser complacido.
Jisung tuvo la suerte de que pasó esos momentos en su habitación y no en la calle; un par de veces, Chan lo ayudó, especialmente con el tema de los supresores, pero después de marcar a Seungmin, tuvo que sufrirlo solo, poniendo toda su fuerza de voluntad para tomar los supresores por su propia cuenta, porque era eso, o sufrir por una semana los síntomas del celo hasta que en el peor de los casos, otro alfa se hiciera cargo de calmar su dolor. Agradeció que Changbin se interesara en ayudarlo en algún momento, le ofreció cuidarlo durante ese tiempo sin intenciones de tocarlo, sin intenciones de aprovecharse, y aunque sus intenciones como amigo eran buenas, no confiaba lo suficiente en él, así que se negó y prefirió sobrellevarlo por su propia cuenta por más difícil que le resultara.
Changbin no volvió a sugerir nada al respecto y le dio su espacio.
Minho sintió que su cuerpo quemó por completo, sentir el celo de nuevo después de tanto tiempo era realmente doloroso. Su mente se nubló, su cuerpo se erizó y su lobo recibió con gusto las fuertes feromonas de Jisung, jadeando descaradamente por la satisfacción que ese olor le producía. No recordaba haber sentido un celo así de intenso, cuando estaba con Jisung, podía sobrellevarlos sin tanto dolor de por medio, la sensación de tener cerca a su omega era reconfortante en esos momentos, causando que fuera más fácil de manejar. Pero ahora, el dolor era insoportable, y aunque Jisung estaba ahí con él, no era suficiente para calmarse, él debía saciar su deseo para que dejara de doler tanto; no estaba seguro de si en esa ocasión, los supresores fueran a funcionar.
Jisung, quien estaba un poco más consciente de su entorno, pensó vagamente en que debía hacerse cargo de su alfa, su lobo no dejaba de insistir en ello, y siendo sincero consigo mismo, no tenía las intenciones de negarse o apartarse porque él también lo estaba deseando con fuerzas, lo admitía completamente.
—¿Qué... Haces?—jadeó Minho cuando el omega se subió a su cuerpo, poniendo una pierna a cada lado de él—Debes... Debes irte—luchó contra el deseo de tocarlo, cerrando sus manos en puños sobre las sábanas, ¿qué tal si después le reclamaba o se arrepentía de haber accedido? Estaba cansado de seguir lastimándolo por culpa de su poco control, y aunque estaba muy necesitado, no podría hacerle daño una vez más.
—Eres mi alfa, Minho, ¿por qué tendría que irme?—tomó las manos del alfa y las puso sobre sus piernas, permitiendo que lo tocara.
Minho no fue capaz de responder, no fue capaz de contenerse ni un poco más al obtener el permiso de su omega, así que simplemente cerró los ojos y subió ambas manos alrededor de su cintura, guiando con precisión los movimientos en su entrepierna. Jisung gimió al sentirlo duro contra su trasero, humedeciéndose cada vez más con el roce descarado y con esa sensación de placer que hace mucho no experimentaba. Sin dejar de moverse sobre él, Jisung retiró su camisa, dejando su torso desnudo; las manos de Minho subieron automáticamente por toda la zona descubierta, impaciente, deleitándose con la suavidad de su piel, exactamente como lo recordaba. Jisung echó la cabeza hacia atrás cuando sus pezones fueron pellizcados, totalmente ido e inmerso en la excitación que eso le causaba, respondiendo automáticamente a la mínima estimulación. Minho se sentó, todavía con el omega sobre él, rodeó con un brazo su cuerpo para sostenerlo con firmeza y reemplazó sus dedos con su lengua, satisfecho con los suspiros que salían de la boca del menor con esa acción.
El cuerpo entero de Jisung se calentó, sentir la lengua de Minho sobre sus pezones era realmente placentero, tanto que no pudo dejar de moverse con ansias, restregando su trasero sobre la marcada erección del alfa. Desesperado, Minho se alejó un poco para quitar la parte superior de su ropa, quedando descubierto ante los hambrientos ojos de su omega.
Jisung no pudo hacer más que apreciar y deleitarse con el calor del cuerpo de su alfa, aumentando su necesidad de ser tomado por completo por él. Con sus manos, atrajo el rostro de Minho hacia el suyo, atrapando sus labios en un beso intenso que lo hizo gemir de satisfacción. Los suspiros de Minho se volvieron pesados con cada segundo con el que el beso se profundizaba, hasta que, sin darse cuenta, ya tenía a Jisung explorando su boca descaradamente con su lengua.
Sin mucha dificultad, Minho rompió el beso y logró poner a Jisung sobre el colchón, tomando ahora él el control de la situación. Sin dudarlo, bajó el pantalón junto a la rompa interior del omega, desnudándolo por completo. Jisung trató de estabilizar su respiración a pesar de la pesada mirada sobre él; no hizo nada por cubrirse, no tenía razones para esconderse de su alfa después de todo, es más, la sensación de ser observado con tanto deseo lo hizo humedecer, así que inmerso en sus propios deseos, llevó su mano hacia su erección y se masturbó sin dejar de verlo, calmando un poco sus ganas. Minho gruñó complacido, apresurándose a desnudarse también para no perder más el tiempo.
—Alfa... Te necesito—suplicó con voz melosa, moviendo su mano con más velocidad sobre su miembro, expulsando líquido pre-seminal en grandes cantidades, mezclándose con sus demás fluidos .
Minho relamió sus labios y quitó la mano del omega, haciéndose cargo ahora él de esa acción mientras se inclinaba sobre él para volver a besarlo. Jisung rodeó con ambos brazos el cuello de Minho, acercándolo lo más que pudo al mismo tiempo que rodeaba su cuerpo con sus piernas para que no se alejara, gimiendo provocativamente sobre sus labios abiertos. Luego de unos segundos, Minho dejó de masturbarlo y bajó su mano hacia su entrada, apenas rozando sus dedos en la zona. Jisung gimió alto, sensible y necesitado.
Cuando Minho introdujo el primer dedo, lo hizo sin dificultad alguna debido a la dilatación del omega, por lo que al introducir el segundo, Jisung suspiró sonoramente, soltando cortos gemidos sobre los labios hinchados del alfa, retorciéndose con las repetitivas embestidas dentro de él, rozando por lo lejos su punto más placentero.
—Estoy listo, Minho—aseguró Jisung, impaciente e inquieto, moviendo sus caderas en círculos alrededor de los dedos de su alfa.
—Solo quiero estar seguro—respondió con media sonrisa, deleitándose con sus expresiones con cada vez que sus dedos golpeaban en su interior, escurriéndose sus fluidos en cada movimiento.
Un poco molesto, Jisung empujó a su alfa hacia un lado de la cama, y antes de que tratara de levantarse, se posicionó de nuevo sobre él sin dejar de mirarlo.
—Si te digo que estoy listo, debes hacerme caso—dijo con evidente tono de berrinche, frunciendo el ceño.
Agarró con su mano el miembro erecto del alfa, lo masturbó unos segundos, se elevó un poco y lo guio hacia su entrada con seguridad. Le sonrió con descaro, frotando la punta alrededor de la zona ya húmeda, gimiendo bajito por la agradable sensación que eso provocaba en su cuerpo entero hasta concentrarse en su vientre, cosquilleando.
Minho sonrió también, pareciéndole divertido el coqueteo y la evidente provocación, llenándolo de ternura que se mezclaba con el fuerte deseo que tenía por su omega.
Realmente lo amaba.
—¿Tú estás listo?—le preguntó al alfa, sonriéndole.
Minho se limitó a asentir repetidas veces, esforzándose por no penetrarlo de una sola vez en ese preciso instante, dándole tiempo a su omega de hacer lo que quisiera con él, porque, a decir verdad, se sentía muy bien ser atendido en su celo, convirtiéndose totalmente en un alfa mimado y no en uno que quisiera tener el control.
Jisung gimió alto cuando todo el miembro del alfa entró en él después de un rato, su mirada brilló en deseo y su instinto salió por completo, dejándose llevar por la necesidad y el placer. Empezó a moverse de atrás hacia adelante con cierta experiencia, siendo lento al principio para acostumbrarse a la intromisión. Minho flexionó sus piernas, aprovechando para llevar sus manos hacia la cintura del omega, presionando con fuerza hasta el punto de enrojecer su piel; quiso embestirlo en esa posición, lo necesitaba, pero Jisung se inclinó hacia atrás, apoyó sus manos en sus muslos y dio cortos saltos sobre él, montándolo placenteramente, escuchándose únicamente sus gemidos, jadeos y el golpeteo de sus pieles expuestas.
—Min... Minho~—gimió con la voz entrecortada, cerrando los ojos con fuerza y echando la cabeza hacia atrás ante la estimulación por parte de su alfa en su pene, masturbándolo mientras lo montaba.
Sin dudas, Minho tenía la imagen perfecta frente a él, tan erótico y satisfactorio que sería imposible olvidarlo alguna vez. Jisung no dejó de saltar sobre él, llegando lo más profundo que pudo, lloriqueando de placer al golpear su próstata, hasta que después de unos minutos, alcanzó el ansiado orgasmo, y al verlo terminar, Minho no pudo contenerse por mucho más tiempo porque a pesar de que Jisung había terminado, seguía saltando sobre él, ayudándolo a terminar; cerró sus manos alrededor de su fina cintura para sostenerse debido al fuerte y duradero orgasmo que lo golpeó y que lo hizo encogerse, dejándolos temblorosos y cansados.
Jisung se desplomó sobre Minho sin que dejara de penetrarlo, haciéndose presente el dolor del nudo formándose en su interior. Se quejó por lo bajo, frunciendo el ceño hasta que Minho atrajo suavemente su rostro para besarlo, distrayéndolo solo un poco de esa incómoda sensación.
—Te amo—susurró sobre los labios de su alfa, dejando cortos y dulces besos.
De nuevo, un montón de emociones se dispararon dentro de Minho, poniéndose aún más sensible debido a su estado. Tomó con ambas manos el rostro de su omega y volvió a besarlo, siendo cariñoso, amable y cuidadoso mientras acariciaba su rostro, dejándole en claro sus sentimientos, transmitiéndolos a través de su enlace, asegurándole que se sentía de la misma manera, o incluso, más.
Jisung rompió el beso luego de unos segundos e inclinó la cabeza hacia un lado, dándole al alfa total acceso de su cuello. Minho comprendió totalmente esa acción, el lobo de Jisung sometiéndose, siendo sumiso y complaciente con él. Sin pensarlo demasiado, Minho acercó sus labios hacia el cuello de su omega, disfrutando de su aroma antes de encajar sus dientes sobre la anterior cicatriz de su marca, fortaleciendo el lazo en ese íntimo acto.
Ante eso, Jisung jadeó adolorido, como si fuera la primera vez, y al mismo tiempo, complacido y satisfecho por obtener lo que quería. Todavía sobre Minho, sintió su pene endurecerse de nuevo, frotándose sutilmente sobre el abdomen de su alfa para auto complacerse, humedeciéndose en cuestión de segundos.
Minho, quién se encargaba de lamer la zona recién mordida, percibió la excitación de su omega, causando que volviera a sentir una fuerte necesidad de tomarlo, y todavía dentro de él, su erección creció y embistió suavemente como una pequeña provocación de su parte, sacándole gemidos entrecortados y agudos, rodeando con ambos brazos su cuerpo sudoroso, empujándose con más fuerza y profundo dentro de él.
—Tengamos sexo todo el día—dijo el omega, agitado y jadeante, disfrutando de las embestidas que sacudían su cuerpo entero.
—Lo que tú quieras, cariño—sonrió de lado antes de volver a besarlo desordenadamente y sin control.
Minho podría jurar que era feliz de nuevo, y esperaba que esta vez, fuera para siempre.
🌙
La señora Han limpió bruscamente las lágrimas que mojaron sus mejillas mientras veía con furia a su esposo, cruzada de brazos y con una dura expresión.
—¿Y eso es todo? ¿Vas a tirar a la basura todos estos años juntos por un pequeño error?
—¿Disculpa?—preguntó indignada—Tú tiraste todo a la basura al acceder a hacerle daño a tu propio hijo, ¡Eres una mierda, Heejun!—se levantó de su asiento, luciendo terriblemente dolida y molesta.
—Jisung ha mejorado—respondió, apartando la mirada—Y no es mi culpa que el plan haya resultado diferente—murmuró lo suficientemente audible para la omega, enfureciéndola más.
—¿¡Cómo te justificas con eso!?—gritó exaltada—Jisung está con su destinado—sollozó, dejando caer sus brazos a cada lado, rendida—Nuestro hijo iba a morir si le quitaban su marca, ¡no se iba a salvar!
—Los destinados no existen—dijo con seguridad e indiferencia, rodando los ojos—Es solo que Jisung se encaprichó con él desde que lo conoció, por eso inventó toda esa estupidez.
La señora Han no podía creer lo que estaba escuchando, nunca se había sentido tan herida por su alfa, porque a pesar de que su matrimonio no era perfecto, siempre trató de ser bueno con ella, y la mayoría del tiempo, con Jisung. Sin embargo, dejar pasar ese horrible incidente no estaba en sus planes.
—Ya pasaron muchos meses, dile a tu hijo lo que hiciste—demandó con valentía, tragándose el nudo en su garganta para seguir hablando.
—¿Por qué quieres que recuerde lo que pasó? Él está bien ahora, es innecesario.
—Porque por culpa de ustedes, Jisung ha estado lejos de su alfa, porque gracias a ustedes, Jisung perdió a sus cachorros, ¡qué más razones quieres! Tú hijo no está bien, está herido... Aunque haya pasado el tiempo, sigue herido y lo estará por mucho más tiempo.
El señor Han suspiró, desesperado por encontrar una solución que no sea exponerse, pero viendo la situación, se estaba quedando sin opciones, y estaba seguro de que si Jisung se daba cuenta de lo que hizo, jamás se lo iba a perdonar.
—Debes calmarte.
—No me pidas eso—sacó unos papeles de su bolso y los tiró sobre la mesa—Firma el divorcio de una maldita vez, estoy harta de pedírtelo—lo miró directamente con dureza—Ya fingimos demasiado durante este tiempo porque era un poco reciente, y realmente pensé que harías lo correcto.
—No voy a firmarlos—se negó decidido—Estás exagerando, piénsalo bien, tú pierdes con todo esto.
La omega asintió lentamente, agarró sus cosas y se dirigió en silencio hacia la puerta, dispuesta a irse, dispuesta a alejarse de ese alfa que solo creó problemas con tal de mantener una absurda posición social, y ella no podía aceptar el daño causado hacia su hijo, simplemente se negaba a hacer como si nada, a ignorar el hecho de que su hijo tendría daños irreparables durante toda su vida gracias a la cobardía y ambición de su padre.
Jisung merecía la verdad, y al final, él decidirá qué acciones tomar al respecto, era lo justo.
—Vas a pagar por lo que hiciste, tú y el idiota de Lee Joongi—dijo, sonando como una fuerte amenaza.
Heejun iba a decir algo más antes de que su esposa saliera sin darle oportunidad de responder, cerrando la puerta de un portazo que resonó demasiado fuerte. Dejó escapar todo el aire retenido, revolvió su cabello con frustración y se sentó en una silla del comedor, observando los papeles sobre la mesa.
Estaba jodido, lo sabía perfectamente porque conociendo a su esposa, seguiría insistiendo en decir la verdad y en el divorcio. Afligido, agarró su celular y marcó directamente al señor Lee, porque algo dentro de él le decía que su esposa era capaz de denunciarlo con tal de proteger a su hijo, con tal de que sufriera las consecuencias, y eso solo lo hizo preocuparse, porque un escándalo así arruinaría por completo su vida y su trabajo, no volvería a tener el poder que ya tenía.
—Heejun, ¿se te ofrece algo?
—Necesito que hablemos en persona.
—Por el momento, no creo que sea posible, estoy fuera del país.
—Es importante.
—¿De qué se trata?
—De lo que pasó... Ya sabe.
—Ah. ¿Por qué eso debería ser importante? Ya pasó mucho tiempo y todo tomó su lugar nuevamente.
—Mi esposa no deja de hablar del tema, quiere hacer algo al respecto.
—Ese es su problema, señor Han, no mío—sonó indiferente, tanto que Heejun se puso de los nervios.
—Eso lo involucra directamente a usted, es más culpable que yo.
El señor Lee suspiró despreocupado antes de soltar una corta risa.
—¿Tiene pruebas de eso?
—No, pero-
—Yo tengo grabaciones suyas, señor Han, grabaciones en las que accede a todo lo hablado en mi oficina.
—Pero... Pero su voz se escucha también—su cuerpo se tensó completamente, asustado.
—No hay nada que una buena edición no arregle, ¿cree que sería así de descuidado?—rio, dándole una advertencia con esas palabras, porque aunque no iba a admitirlo, estaba empezando a preocuparse—Así que le sugiero que ponga en su lugar a esa imprudente y entrometida omega, sino, va a terminar en la cárcel.
El señor Han se quedó en silencio, atónito, y luego de unos segundos, la llamada se cortó. Tiró el celular sobre la mesa, molesto y preocupado por lo que fuera a suceder.
Estaba acorralado.
Por otro lado, el señor Lee tiró las cosas que tenía sobre su escritorio en un ataque de rabia, ¿quién se creía Han Heejun? No podía permitir que se armara un escándalo de ese tamaño, mucho menos si él estaba involucrado en el ataque del omega de su único hijo, suficiente tuvo con lo que había pasado durante la reunión hace meses atrás, desviar la atención no fue sencillo en su momento, y volver a dar declaraciones y entrevistas le resultaba agotador, ya no quería seguir en el ojo público con algo tan grave.
Con más razón, Joongi debía volver, tenía que poner en orden todo y evitar que llegara a más, porque si bien no habían pruebas de que él estuvo detrás de ese ataque, tampoco podía dar por hecho de que estaría protegido siempre, porque además de Heejun, Hyunjin podría hablar en su contra, e incluso, su propio hijo podría delatarlo.
Claro, Minho.
Estuvo pensando durante en tiempo el tema de Minho, supo por medio de sus contactos que otra vez, se volvió un alfa débil, deprimido e inútil, una total vergüenza, y pensar en que todo su esfuerzo por corregirlo no sirvió de nada, lo enfurecía de gran manera porque eso lo llevaba a la conclusión de que definitivamente, Minho jamás iba a cambiar, Minho jamás sería el alfa que el deseaba que fuera, seguiría siendo por siempre su mayor decepción.
Y honestamente, estaba harto de tener que lidiar con él, sin embargo, podría utilizarlo para sacarse a los Han de encima porque tenía el presentimiento de que el problema se haría más grande si no encontraba una pronta solución, solo bastaba un poco de manipulación y Minho estaría culpándose frente a las autoridades por su propia cuenta, desligándolo de todos los cargos posibles.
Después de todo, Minho debía servirle para algo.
🌙
Me tardé un poquito en actualizar, pero aquí está por fin🥺✨espero que les guste, cada vez más cerca del final.
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