𝄈𝄈Trece𝄈𝄈
Jisung le dio vuelta a todo su armario buscando algo que se viera lo suficientemente bueno para la cena con el señor Lee. Estaba nervioso, lo aceptaba, le daba miedo no agradarle al padre de su futuro alfa, y caerle bien era algo que realmente le importaba, quería darle una buena impresión para ser aceptado en la familia de los Lee.
—Hijo, ¿cómo vas?—la señora Han entró con cuidado a la habitación del omega, encontrándose con un desorden de ropa y zapatos por todos lados.
—Estoy bien—dijo sin mirarla, volviéndose a preguntar si ese cuarto conjunto de ropa lo hacía lucir bien para esa ocasión.
—No te muy bien con esa expresión—sonrió vagamente la mujer, sentándose en la orilla de la cama—¿Estás muy preocupado?
Jisung se giró hacia su madre con un pronunciado puchero en sus labios.
—¿Y si no le agrado? Me conozco, si dice algo sobre mi que no debería, voy a reaccionar, mamá.
—Lo sé—suspiró, palmeando a su lado para que tomara asiento. Jisung obedeció—Pero así eres tú, eso no puedes cambiarlo. ¿Vas a fingir ser alguien que no eres?
—No quiero hacer eso… Pero es el papá de Minho—agachó la mirada hacia sus manos, debatiéndose sobre cómo realmente debía comportarse. No quería fingir ser diferente, un omega perfecto, porque estaba muy lejos de serlo, y él estaba bien con eso—¿Qué tal si pasa algo y Minho me rechaza?
—Si te rechaza, entonces no es el fin del mundo, Sunggie—acarició su mano con cariño, desprendiendo feromonas maternas para relajarlo—Conocerás a otro alfa.
—Minho es mi destinado—murmuró casi inaudible, llamando la atención de su madre—No quiero a otro alfa.
—Cariño, los destinado ya no existen.
—No lo digo como un capricho—suspiró cansado—Lo digo en serio. Cuando conocí a Minho esa vez en el hotel, fue una conexión inmediata, mi lobo estaba inquieto, reclamándolo como suyo sin siquiera conocerlo… ¿Eso suena normal para ti?
La señora Han se mantuvo en silencio sin procesarlo correctamente. Sabía que las relaciones entre alfa y omega no surgían de la nada, la conexión entre los lobos se formaba con el tiempo, no en cuestión de segundos.
—¿Él sintió lo mismo?
—Si… Él percibe un olor diferente en mí, a café con leche. Sabes que ese no es mi aroma.
La mujer asintió lentamente sin creerlo. Después de tanto tiempo sin escuchar sobre los destinados, que su hijo le estuviera diciendo justo eso le parecía increíble; escuchó muchas historias de su madre sobre los destinados, pero a ella nunca le pasó, por lo que simplemente no le prestó atención e ignoró que pudieran existir.
—Si es tu destinado no va a rechazarte, el destino los quiere juntos pase lo que pase—dijo con voz suave y amable.
—¿De verdad me crees?-la miró sorprendido.
—Sé cómo eres, detestas a los alfas y nunca estuviste interesado en uno… Que de repente sientas la necesidad de estar con alguien me parece sorprendente, así que si, te creo—le sonrió, sobando su mejilla.
Jisung sonrió ampliamente y la abrazó, recostándose en su pecho, sintiéndose más seguro y tranquilo.
—¿Y papá?—preguntó sin apartarse de ella, disfrutando todavía de la dulzura de su madre.
—Vino hace unos minutos, de seguro solo quiere descansar.
—Mejor así, no quiero escuchar sus reproches justo ahora—suspiró aliviado—Terminaré de arreglarme, Minho vendrá en unos minutos.
La señora Han asintió, separándose del menor para sonreírle dulcemente.
—Recuerda que no debes ser perfecto, solo debes ser tú mismo. Además, también quiero conocer a Minho, dile que venga un día de estos a cenar.
Jisung asintió con una corta sonrisa, viéndola salir de su habitación segundos después.
Conocer al señor Lee no debía ser tan malo, no tenía que preocuparse tanto después de todo.
🌙
Jisung seguía viendo el perfil de Minho mientras conducía, sonriendo con cada vez que Minho también se giraba a verlo, olvidando por un momento lo que lo estaba agobiando. El silencio era cómodo, escuchándose únicamente el sonido de la música de fondo hasta que luego de un rato, se detuvieron frente a una gran casa en una de las residenciales más exclusivas de la ciudad.
—¿Esta es tu verdadera casa?
—La de mi papá, no me deja vivir aquí todavía—apagó el motor del auto, luciendo ahora un poco nervioso—Dice que podré mudarme cuando tenga a un omega.
Jisung se sorprendió, el señor Lee en serio estaba empeñado en buscarle pareja a su hijo hasta el punto de no dejarlo vivir en su casa. Eso si que sobre pasaba los límites.
—Bueno, seré ese omega, así que no te preocupes—le sonrió.
Minho respondió el gesto y tomó su mano, llamando su atención. Jisung sintió un cosquilleo en su estómago por esa acción, viéndolo atentamente.
—Antes de entrar… Quiero que sepas que mi padre es en serio una persona muy complicada. Él todavía tiene una idea muy conservadora en cuanto a los alfas y omegas, así que si dice algún mal comentario, lo siento—estaba muy nervioso, si tan solo su padre no lo hubiera obligado a presentarle a Jisung, no lo hubiera hecho. Jisung no necesitaba conocerlo—No le tomes importancia a lo que te diga.
—No te preocupes—acarició su mejilla con su mano libre, manteniendo una expresión calmada—No debes disculparte por él, intentaré mantener la calma ante cualquier situación, prometo que no me sentiré ofendido—sería difícil, lo sabía, pero si quería llevar en paz la situación, no le quedaba de otra que mantenerse en la línea.
Odiaba completamente tener que ser así, solo esperaba ser lo suficientemente fuerte para no responder de mala manera ante un comentario fuera de lugar.
Minho asintió dudoso y ambos salieron del auto en dirección a la puerta principal de la casa. Jisung pasó su brazo alrededor del de Minho, sintiéndose más cómodo y seguro de esa manera, esperando pacientemente ser atendidos.
Una mujer de mediana edad que lograron percibir como omega, abrió la puerta, los saludó educadamente y los dejó entrar, les indicó en donde sería la cena y tras una leve reverencia, se alejó en dirección a la cocina. Jisung reforzó su agarre en el brazo de Minho mientras caminaban hacia el comedor, sintiendo también su corazón latir con fuerza contra su pecho.
No fue difícil llegar a pesar de lo grande que era la casa, Minho sabía por donde debían irse, por lo que en cuestión de segundos, llegaron al comedor, encontrándose con su padre sentado en un extremo de la mesa, usando su celular hasta que sintió la presencia de ambos jóvenes. El señor Lee levantó la cabeza e inmediatamente la posó sobre Jisung, haciéndolo sentir peor.
—Buenas noches, sean bienvenidos, pueden sentarse—señaló las sillas a cada lado, invitándolos a acercarse.
Jisung abrió los ojos en sorpresa y se sonrojó fuertemente al reconocer al alfa. Quiso desaparecer en ese preciso momento, ¿Cómo podían pasarle esas cosas justo a él?
—Pareces asustado, ¿pasa algo?—habló el señor Lee con una sonrisa burlona.
—¿Estás bien?—preguntó en voz baja Minho, preocupado por esa repentina reacción.
—Resulta que Jisung y yo nos conocimos hace unos días—empezó a hablar Joongi sin apartar la mirada del omega—¿Cómo fue que me llamaste? Ah si, me dijiste 'viejo asqueroso'—rió cortamente—En realidad, aún no sé por que lo hiciste.
—Yo… Uhm…—estaba nervioso, nervioso y muy apenado por haberle dicho eso justo al padre de Minho, pero en el fondo, sabía que se lo merecía, solo que en esas circunstancias, lo mejor era solo olvidarlo—Lamento ese inconveniente—no estaba de acuerdo con disculparse, tenía muchas ganas de recordarle las razones, sin embargo, debía guardar silencio.
Y como odiaba guardar silencio.
—No te preocupes—negó Joongi, no fue la gran cosa, entiendo que no me conocías—dijo con tono amable—Ya tomen asiento, la comida pronto será servida.
Minho no sabía si reír o ignorar el hecho de que Jisung hiciera eso, en lugar de sentirse molesto, le pareció muy divertida la situación porque estaba seguro de que de alguna forma, su padre tuvo que haber provocado a Jisung para que le respondiera de esa forma, por eso, se mantuvo en silencio ante esa conversación y se fue a su asiento.
Jisung y Minho quedaron frente a frente mientras que el señor Lee, estaba en medio de ambos en la cabeza de la mesa. Jisung no quería estar de esa forma, él quería estar junto a Minho para tomar su mano en caso de que el ambiente se pusiera tenso para sentir su apoyo, pero parecía que el señor Lee no estaba de acuerdo con eso. Hizo un puchero involuntario mientras veía su plato vacío, escuchando la suave risa de Minho al otro lado de la mesa quién no dejaba de mirarlo. Jisung sonrió cortamente y se acomodó mejor en la silla, viendo a Minho también.
El señor Lee estaba atento ante esos gestos, notando claramente el sutil coqueteo entre ambos, concluyendo que definitivamente, Minho estaba interesado en ese omega más de lo que imaginó, hace mucho que no veía sonreír tan genuinamente a su hijo.
—Entonces, te llamas Jisung.
—Si, soy Han Jisung—asintió con una sonrisa nerviosa hacia el mayor—Tengo diecinueve años y estoy en segundo año de Universidad.
—Me parece bien que seas un chico que se dedica al estudio, aunque personalmente, me gustaría que aprendieran más cosas del hogar… ¿si sabes que eso también es importante, cierto?
Minho suspiró, entendiendo muy bien por donde iba esa conversación.
—A él no le interesan esas cosas, papá—interrumpió el pelinegro, viendo la expresión incómoda del omega.
—Le pregunté a él—le respondió, regresando su mirada al menor—Saber cómo mantener un hogar es importante también, incluso más para los omegas, debes saber cómo atender a tu alfa y a tus cachorros.
Jisung tenía muchas cosas que decir al respecto, claro que si, pero debía ser más fuerte que sus rebeldes impulsos.
—Si sé sobre esas cosas, señor Lee, pero por el momento deseo dedicarme al estudio, las cosas en relación al hogar, se pueden aprender poco a poco, no considero que todo mi tiempo deba ser para eso, aún no estoy pensando en cachorros—respondió lo más tranquilo que pudo, sonando demasiado amable para su propio gusto.
El señor Lee asintió, atento.
Antes de poder seguir hablando, entraron al comedor los empleados con la comida, sirviéndole a cada uno una porción de lasaña con algunos acompañamientos y la bebida. Jisung estaba demasiado nervioso para comer a pesar de lo apetitosa que se veía la comida, y por alguna razón, sentía que no podría comer nada de eso.
—Pueden empezar a comer—animó el señor Lee, dejando las demás preguntas para después.
Minho agradeció que su padre guardara silencio por un momento, temía que todo se descontrolara, solo quería irse de ahí con Jisung y jamás tener que verlo de nuevo.
Jisung por su parte, creía que estaba haciendo un buen trabajo consigo mismo para no comportarse cómo siempre, así que por el momento, todo estaba bien para él.
Pero claramente, eso no iba a durar mucho tiempo.
—Tengo curiosidad…—el señor Lee interrumpió el silencio, causando que ambos lo miraran—¿Por qué quieres ser el omega de mi hijo? Supongo que has notado que no es un buen material como alfa.
Minho apretó sus manos en un puño bajo la mesa. En lugar de sentirse tímido o triste por el comentario, empezó a sentirse molesto.
—A mi me parece que es un buen alfa, me hace sentir seguro—respondió Jisung sin dudar, manteniéndose con una expresión seria. No iba a dejar que el señor Lee hiciera comentarios así de su alfa, su propio omega gruñía en disgusto—Quiero ser el omega de su hijo porque me siento muy bien a su lado, mi lobo lo quiere también.
—Es gracioso que lo digas, porque Minho no sabe protegerse ni siquiera a sí mismo.
—Ya basta, papá—habló con advertencia el pelinegro—No estamos aquí para que hables de eso.
Tiempo atrás, simplemente hubiera agachado la cabeza en silencio, pero estar frente a Jisung lo hacía sentir con más valor de hablar y comportarse diferente.
—Está bien—rió, volviendo su visita hacia su plato—Solo digo que lo pienses bien antes de que este bueno para nada te marque—dijo como si nada.
Jisung se levantó de golpe, furioso por el comentario. Ahora entendía muy bien por qué Minho era tan tímido, ese hombre se había encargado de arruinar a su propio hijo, y aún así tenía el cinismo de cambiarlo a su antojo.
—¡No tiene por qué referirse así a él!—obtuvo la mirada burlona del mayor, como si estuviera jugando a provocarlo—¡Es un buen alfa, se lo puedo asegurar yo!
—Deja de gritarme—pidió con calma, como si nada estuviera pasando—Deja de gritarme o no respondo—le dijo con advertencia.
—¿Lo estás amenazando?—interrumpió Minho, sintiendo a su alfa gruñir inconforme y enojado en su interior—¿Estás amenazando a mi omega?
—No es tu omega, Minho—contradijo el mayor con una risa—Mientras no tenga una marca en su cuello seguirá siendo un cualquiera.
—¿¡Un cualquiera!?—Jisung estaba a punto de explotar totalmente. Ese hombre era muy bueno para arruinar todo de un momento para otro.
Minho gruñó hacia su padre, tomándolo por sorpresa, satisfecho por la reacción.
—¡Silencio, omega, siéntate!
Jisung se tensó por completo y obedeció al instante, tomando asiento de nuevo con la cabeza agachada en señal de sumisión.
Minho reaccionó de inmediato, levantando a su padre de jalón, poco le importaba que fuera más fuerte, estaba realmente furioso y a esas alturas, no sabía cómo controlarse.
—¿Cómo te atreves a hablarle con tu asquerosa voz de mando?—su mirada se oscureció, enojándose aún más al ver la sonrisa en el rostro de su padre.
—Así debe ser tratado un omega tan indisciplinado, aprende.
El señor Lee empujó bruscamente a Minho con facilidad debido a la diferencia de edad y fuerza, haciéndolo caer a un lado de la mesa. Jisung quería hacer algo al respecto, pero su omega estaba tan asustado que no reaccionaba. Se sintió tan impotente, nunca habían utilizado la voz de mando con él, ni siquiera su padre que lo amenazó en muchas ocasiones con usarla si no obedecía. Lágrimas empezaron a salir de sus ojos debido al miedo y la impotencia, quería irse de ahí, nunca imaginó que todo se tornaría de esa manera.
Minho miró desde el suelo cómo su padre se acercaba a Jisung con lentitud, notando el miedo en el omega.
—Eres un omega muy bonito, Jisung—lo tomó del mentón con fuerza e hizo que lo mirara—Pero tu indisciplina, desobediencia y rebeldía arruinan todo en ti—dijo con una mueca de disgusto.
Jisung apartó la mirada, viendo a Minho levantarse del suelo con una expresión furiosa en su rostro. ¿Qué más quería el señor Lee?
—Suéltalo, nos vamos de aquí—dijo Minho con decisión.
—Jisung es un omega interesante—sobó la mejilla húmeda por sus lágrimas—Por alguna razón, tu alfa responde cuando se trata de él—siguió acariciándolo, bajando poco a poco hasta su cuello en donde la marca debía ir, viéndolo con una perversa sonrisa—¿No es eso bueno?
—Por favor, solo deje que me vaya—dijo Jisung con la voz quebrada, asqueado por cómo el padre de Minho lo estaba tocando.
Minho apartó a su padre de un empujón y levantó a Jisung de la silla, poniéndolo tras él para protegerlo.
—¡No vuelvas a tocarlo!—le gritó, esparciendo feromonas de enojo por todo el comedor—Querías verme enojado, listo, estoy furioso y me importa una mierda tener que pelear contigo—su voz sonó más grave en advertencia, no temía tener que enfrentar a su padre por Jisung, lo tenía claro y no dudaba al respecto.
—¿Me estás retando?
El señor Lee no podían sentirse más feliz al ver esa reacción tan amenazante e inmediata por parte de su hijo, sintiéndose tan orgulloso de por fin ver ese lado que creía inexistente. No tenía planeado pelear con su propio hijo, pero su alfa quería responder a ese reto. Sabía que Minho estaba actuando momentáneamente por la situación en la que estaba el omega, pero al menos era un avance.
—Omega, vete de aquí—demandó otra vez con voz de mando el señor Lee sin importarle que Minho se enojara más.
Jisung no dudó ni un segundo y se fue a paso rápido, su omega obedeciendo automáticamente al alfa. Minho quiso correr tras él, pero su padre lo detuvo agarrándolo del brazo con fuerza.
—Tú te quedas—le ordenó sin soltarlo—Deja que se vaya.
—¿Qué está mal contigo?—lágrimas empezaron a acumularse en sus ojos, tan desesperado y triste por toda la situación—¿Por qué hiciste todo eso?
—Quería verte actuar como un alfa—respondió con simplicidad.
Minho intentó soltarse de su agarre hasta que lo logró, estuvo a punto de irse, pero dos de los empleados de su padre se pusieron en la entrada del comedor, bloqueando el paso. Se sintió intimidado, su alfa lloriqueaba en busca del omega.
—¡Qué más quieres!—exclamó hacia su padre, viéndolo comer sentado en la mesa otra vez—¡Deja que vaya con él!
—Hasta que dejes de llorar como un débil dejaré que te vayas.
Y entonces Minho lloró con más fuerza.
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Tan pronto Jisung salió de la casa de los Lee, sacó su celular sin dejar de caminar hacia la salida de la residencial, temblando por el frío y el temor. Nunca se había sentido tan débil en su vida, siempre supo como responder, pero la voz de mando de un alfa realmente daba miedo, no quería vivir eso de nuevo.
—¿Chan?—su voz tembló, sintiéndose aliviado porque su mejor amigo respondió.
—Sung, ¿qué pasa?
—¿P-Puedes venir p-por mi?
—Claro, ¿qué pasó con Minho?
—S-Solo ven, p-por favor—pidió, dejando escapar un suave sollozo que alertó al alfa.
—Voy enseguida, no te preocupes, mándame la dirección y estaré ahí en unos minutos, ¿está bien?
Jisung hizo un sonido de aprobación y colgó la llamada, encendiendo el GPS de su celular para enviarle su ubicación a Chan, de esa manera podría ver en donde se encontraba exactamente mientras seguía caminando.
No supo en qué momento todo se volvió de esa manera, pero tenía en claro que no quería encontrarse de nuevo con el señor Lee.
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Odiamos al señor Lee😤 espero les guste<3
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