Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

𝄈𝄈Siete𝄈𝄈

Seungmin le sonrió a los alfas por última vez cuando tomó asiento en su mesa, viéndolos salir del salón con sonrisas en sus rostros. Se acomodó en su silla, viendo que, a su lado, el asiento seguía vacío; revisó la hora en la pantalla de su celular y frunció el ceño debido a que las clases estaban a punto de empezar. ¿Por qué su nuevo amigo no había llegado?

Al finalizar la clase, Jisung también se acercó al salón con la intención de encontrarlo, pero no sintió su aroma por ningún lado, desconcertándolo un poco por la ausencia, sin embargo, no le daría demasiadas vueltas al asunto porque a lo mejor, solo no pudo llegar.

Y al principio así fue, pudo haberlo pasado por alto el primer día, pero cuando pasaron dos días más sin verlo, supo que algo le había pasado, no podía solo faltar tres días seguidos sin ninguna razón, además de que no respondía sus mensajes, ni siquiera le caían.

—De seguro se fue del país porque no quiere que lo cortejes—se burló Chan mientras conducía en dirección al hotel, recibiendo un golpe del omega. No sabían en donde vivían, pero tal vez, podrían conseguir algo de información de ahí ya que era su lugar de trabajo.

—¿Que Jisung qué?—preguntó sorprendido desde los asientos traseros Seungmin quien se había mantenido en silencio hasta ese momento.

El omega pelirrojo pidió ir con ellos cuando Jisung tuvo la idea de ir a buscarlo bajo la excusa de que Minho era su nuevo amigo y no podía ignorar su ausencia, obligando a Chan a llevarlo a pesar de las quejas que tuvo al principio, y por eso, se encontraba en el auto escuchando esa peculiar conversación que llamó su atención. ¿Cómo pensaba Jisung siendo un omega, cortejar a un alfa?

Por otro lado, estaba de más decir que Chan se encontraba demasiado nervioso con la presencia del omega en su auto, nunca creyó que llegara a convivir tanto con él, siempre lo admiró desde lejos y tenerlo tan cerca lo hacía sentir como en un sueño, irreal, así que aprovecharía cada segundo.

—No es nada del otro mundo, ¿está bien?—se cruzó de brazos el rubio, viendo a través de la venta que ya estaban por llegar al hotel—Él aceptó el cortejo y eso es suficiente para mí.

Seungmin asintió dudoso, sintiéndose atraído por esa idea. Durante mucho tiempo, infinidad de alfas buscaban cortejarlo, dándole regalos caros, invitándolo a citas y cumpliendo sus caprichos, eso le gustaba mucho, sin embargo, se le hacía muy difícil imaginar a un omega en esa posición, especialmente porque debido a su naturaleza, no solían ser tan imponentes como para dar el primer paso en algo tan importante como lo era el cortejo. La naturaleza omega se limitaba a aceptar el cortejo de los alfas, y eso causaba que el omega se sintiera feliz, querido e importante, ¿un alfa se sentiría de la misma manera si un omega tomaba las riendas? De seguro no, para los alfas, eso podría ser incluso un insulto para su raza, como si eso los hiciera ser menos.

—Llegamos—avisó el mayor, deteniéndose frente a las puertas del hotel—Adelántense en lo que busco en donde estacionarme.

Ambos omegas asintieron y bajaron del auto, caminaron hacia la entrada y vieron al recepcionista de turno, sonriente y con ojos brillantes cuando los vio entrar.

Genial, un alfa.

—Hola, lindos omegas, ¿desean hacer alguna reservación?

Jisung controló sus ganas de responder ante ese tono coqueto con el que el alfa se refirió a ellos sin ningún tipo de vergüenza.

Seungmin por otro lado, no tuvo reacción alguna, analizando muy bien al alfa para idear una manera en la que pudiera conseguir la información necesaria utilizando sus encantos.

—Hola—sonrió amable el pelirrojo—No estamos aquí para una reservación—se recargó sobre el mostrador—Estamos buscando a alguien.

—Claro, dime en qué puedo ayudarte, precioso—le guiñó el ojo, viéndose más interesado—Lo haré con todo gusto.

Jisung mordió su labio inferior y trató de no hacer contacto visual para no reír, los alfas eran realmente patéticos.

—¿Conoces a Minho?

—Uhm, si—asintió con una mueca—¿Vienes por ese absurdo intento de alfa?

Jisung no pudo evitar que un suave gruñido escapara ante la forma despectiva en la que se refería a él, su omega sintiéndose molesto, ofendido. Seungmin lo miró con advertencia al escucharlo, pasando totalmente desapercibido para el alfa que no apartaba la mirada coqueta.

—Algo así... ¿Sabes en dónde puedo encontrarlo?—volvió a sonreír—Es realmente importante, ¿podrías ayudarme con eso?—pestañeó repetidas veces con un gesto tierno, esperanzado con que eso fuera suficiente para persuadirlo.

El alfa los vio de pies a cabeza, relamiendo sus labios sin vergüenza alguna, notándose perfectamente lo mucho que los estaba deseando con esa mirada tan lasciva.

—Ah, ¿vienen a ofrecerle servicios? No sabía que estaba tan desesperado—rió por lo bajo—Puedo pagarles mucho mejor que él, a los dos, ¿les interesa?—los miró detenidamente.

Eso fue suficiente para que Jisung perdiera toda la paciencia que tenía, caminó un poco más hasta el mostrador y lo miró con furia en sus ojos, soltando fuertes feromonas de enojo que hicieron que el recepcionista arrugara la nariz y también molestara a su alfa por el atrevimiento.

—¡Que hijo de puta eres! ¿Por quiénes nos tomas? ¿Crees que porque somos omegas automáticamente tenemos que prostituirnos?

—Jisung, tranquilo, no vamos a conseguir nada de este idiota si nos comportamos así—susurró Seungmin cerca de su oído, siéndole imposible controlar al omega.

—A la mierda con ser amables—espetó furioso.

—Lárguense entonces—se encogió de hombros el alfa—No pueden molestar a las personas del hotel si no vienen por algo importante.

—Es importante, ya te lo dijo él—Jisung levantó el mentón en señal de seguridad—Es mi alfa, debo hablar con él—dijo sin dudar, notando la expresión de sorpresa del recepcionista.

—Minho no tiene omega, no tienes ninguna marca en tu apetecible cuello y es ilógico que siendo su omega, tengas que preguntar por él, se nota que no lo conoces—rió con suficiencia, dándole una mirada despectiva.

Jisung apretó la mandíbula, no podía contradecir eso ya que tenía razón en todo.
Sus sentidos se agudizaron en cuestión de segundos y su pecho dolió, sintió a su omega herido, causando que su expresión se suavizara, dejando de lado al recepcionista para caminar con pasos inseguros hasta el elevador del lobby.

Estaba ahí, podía sentirlo, y debido a la incomodidad y preocupación, supo que había algo malo.

—Vamos, sé en donde está—dijo Jisung, ignorando totalmente al alfa que seguía diciéndole que no podía pasar.

Chan apareció segundos después en la recepción, encontrándose con el alfa que trataba de detener a los omegas sosteniéndolos del brazo con brusquedad. Lo miró con seriedad y lo hizo a un lado de un solo tirón, y a pesar de que el otro alfa era más alto, no se comparaba con la fuerza de Chan, por lo que apartarlo no fue tan difícil.

—Dime en dónde dice que no podemos entrar al maldito hotel—demandó Chan con voz dura hacia el alfa quien gruñó en respuesta, negándose a sentirse intimidado.

—Si no van a reservar ninguna habitación, no pueden quedarse—respondió, mezclándose sus feromonas alfas de disgusto con las de Chan.

—Pero queremos ver a alguien, eso no está prohibido, ¿o sí?

El recepcionista soltó un bufido, su alfa enojado y con ganas de imponerse. Le sostuvo la mirada unos segundos y tuvo que ceder a regañadientes, alejándose de ellos para retomar su puesto sin mirarlos de nuevo por la vergüenza y su orgullo herido.

Seungmin se sintió fascinado por la forma tan dura en la que Chan se comportó frente al otro alfa, luciendo tan dominante y centrado en denfenderlos. Su omega se removió inquieto en su interior, complacido y atraído, fascinado.

Jisung se dirigió hacia el elevador cuando el alfa desapareció de su vista, aliviado porque ya no tendría que seguir lidiando con eso. Chan y Seungmin lo siguieron, nerviosos y en silencio.

—Puedo sentir a Minho—dijo, presionando un botón que los llevaría al tercer piso del hotel.

—¿Sabes en dónde está, entonces?—Jisung negó—¿Cómo vamos a encontrarlo? Dijiste que trabaja aquí y puede estar en cualquier parte.

—Vamos a preguntar, tengo el presentimiento de que no estamos tan lejos.

Al llegar al tercer piso, sintió el aroma de Minho levemente, haciendo a su omega lloriquear de tristeza. Caminaron por el pasillo hasta encontrarse con una omega saliendo de una de las habitaciones, y según su ropa, parecía trabajar ahí también. Tras preguntarle con sutileza, lograron obtener información importante, como por ejemplo, que Minho no solo trabajaba en el hotel, sino que también estaba viviendo en una de las habitaciones más grandes, en una suit.

—Su habitación es la última del piso cuatro—les dijo con amabilidad, alejándose segundos después.

Volvieron al elevador.

—¿Crees que de verdad está huyendo de mí?—preguntó el rubio, analizando mucho mejor la situación con los nervios haciéndose paso—No quiero que me rechace ahora—confesó en voz baja.

—Solo estaba bromeando—habló Chan—No era en serio eso de que huyó del país. Y si ya no quiere que lo cortejes, te buscaré otro alfa, no te preocupes.

Jisung se negó de inmediato a esa idea, no quería a otro alfa, ningún alfa le había interesado hasta que Minho apareció, y aunque su omega estaba tomando casi todo el control en ese hecho, su parte humana también se negaba, quizás porque la idea de tener que lidiar con otras personas le resultaba demasiado molesto, su omega había hecho una elección sin dudar, y eso lo hacía partícipe a él como humano también.

Minho sería su alfa, no había discusión sobre eso.

🌙

Minho sintió su nariz picar ante su propio aroma a tristeza y desdicha dentro de su habitación, los golpes todavía eran visibles y sus ánimos parecían no volver por más que intentara tener los motivos suficientes para salir de la cama.

Descuidó sus estudios desde que decidió faltar tres días a clases, pero no podía levantarse sin sentirse miserable; ni siquiera dibujar podía lograr que algo cambiara, quiso pintar algo, pero cada intento fue en vano, terminando por romper todo por la frustración, el dolor físico y emocional que no podía controlar.

Pensó en Jisung durante todo ese tiempo, cayendo en cuenta de que, de seguro, había arruinado todo sin siquiera iniciarlo, se odió a sí mismo por no tener la capacidad de mantener algo bueno en su vida, siempre terminaban por arrebatarle cualquier pizca de felicidad y él simplemente dejaba que eso pasara sin poner lucha. A esas alturas, Jisung ya ni siquiera estaría interesado en él.

Levantó la cabeza de su almohada cuando su alfa lloriqueó con desesperación, causando que sus ojos se llenaran de lágrimas de manera automática por el golpe de sentimientos que apareció sin aviso alguno. Respiró hondo, deleitándose con el olor a café con leche que estaba alterando a grandes niveles a su lobo.

Se removió ansioso en la cama, intentando que su llanto terminara; podía sentir a Jisung y estaba hecho un enorme desastre, no tenía que verlo en ese estado, solo terminaría asqueado, pero ya no podía evitarlo, toques en su puerta avisaron que el lindo omega se encontraba al otro lado.
Pudo sentir en el aire el aroma a menta de Chan y a caramelo de Seungmin, pero el olor de Jisung opacaba poco a poco cualquier aroma que pudiera haber cerca.

No, no tiene que verme así, voy a darle asco.

Se encogió en su cama, abrazando sus sábanas. Su alfa empezó a llorar con más fuerza, obligándolo a buscar consuelo en el omega, y tratar de reprimir ese sentimiento le estaba resultando demasiado difícil.

—Minho, soy Seungmin, abre la puerta—siguió tocando.

El alfa volvió a encogerse, evitando emitir cualquier sonido, solo quería que todos se fueran y que lo dejaran solo.

Mentira, quiero ser consolado.

—No—logró decir en voz alta, limpiando sus mejillas.

—Abre, Minho, queremos saber cómo estás—pidió Jisung, sintiéndose demasiado ansioso y preocupado al escuchar la voz rota del alfa más los sollozos que se escucharon después.

La voz de Jisung fue suficiente para que el alfa cediera por completo ante el omega, soltando un sonido lastimero mientras más feromonas de tristeza se esparcían en la habitación sin poder evitarlo.

—S-Sólo Jisung, solo omega puede entrar, n-nadie más—dijo cuando se acercó a la puerta, escuchando algunos murmullos y el sonido de los pasos haciéndose cada vez más lejanos.

—Ya puedes abrir, solo estoy yo—aseguró, sintiendo la tristeza del alfa.

Minho volvió a limpiar sus mejillas con brusquedad, respiró hondo y exhaló, le quitó el seguro a la puerta y tomó asiento en el suelo alfombrado mientras evitaba la mirada del omega que acababa de entrar con lentitud.

Jisung entró en silencio y cerró la puerta tras él, encontrándose con Minho sentado a los pies de la cama con sus piernas encogidas en su pecho. Se acercó con rapidez y se sentó a su lado, esparciendo feromonas de tranquilidad para alejar la tristeza, notando como poco a poco parecía funcionar.

—Minho... ¿Qué es lo que pasa?

El pelinegro levantó la vista y sus miradas se encontraron. Jisung podía notar perfectamente el dolor en esos bonitos ojos cafés, tan rojos y cristalinos. Sin pensarlo mucho más, atrajo a Minho a sus brazos, evitando preguntar sobre los golpes en su rostro, por el momento, le interesaba tranquilizarlo y hacerle saber que no estaba solo.

—Ellos me golpearon—soltó Minho luego de un suave sollozo, recargado en el pecho del omega, deshaciéndose en el llanto incontrolable—Me golpearon y no me defendí como debía, yo n-no puedo pelear como un a-alfa.

—¿Por qué lo hicieron?—preguntó con voz suave, pegándolo más a su cuerpo con la impotencia recorriéndolo.

—Estaba feliz porque querías cortejarme, porque me elegiste—confesó, dejando de lado la vergüenza, sintiéndose cada vez más seguro con el omega—Ellos no quieren que sea feliz, por eso me golpearon, porque me vieron feliz.

Jisung sintió su interior quebrarse con esas palabras, ¿cómo era posible que le hicieran algo como eso? Era inhumano y cruel, nadie merecía ser tratado de esa manera.

—Entenderé si crees que soy un idiota—murmuró luego de un corto silencio en el que logró tranquilizarse lo suficiente para hablar con estabilidad.

—La verdad, solo creo que eres un alfa demasiado tonto—dijo con suavidad el omega—Tontísimo.

—No serías el primero—su voz se llenó de decepción, no quería darle esa imagen, y ahora más que nunca, sabía que desistiría de su propuesta. Ese hecho solo lo hacía odiarse un poco más.

Jisung rió por lo bajo y soltó un suspiro, recargando su mejilla contra el cabello del mayor con mucha confianza.

—Eres tonto por no decirme y no dejar que tu omega te consuele.

Minho se separó lentamente de él y lo miró a los ojos sin procesar muy bien esas palabras.

Mi omega, mi omega, solo mío.

—No eres mi omega—limpió el rastro de sus lágrimas y apartó la mirada, sintiendo sus mejillas calentarse.

—Pero lo seré—dijo con seguridad, viéndolo con una cálida sonrisa—No debes soportar nada tú solo si me tienes a mí para acompañarte. Tal vez no confíes en mi todavía, tal vez no me conoces lo suficiente, pero jamás tienes que estar solo de nuevo, Minho, pedir ayuda no te hace débil.

Minho seguía sin saber qué decir. Nunca nadie se había preocupado por él, ¿Qué tan real era todo eso que le estaba diciendo? De ninguna manera, Jisung querría ser su omega en algún momento, estaba viéndolo en su peor estado, con sus ojeras remarcadas, sus ojos rojos de tanto llorar, su desorden en la habitación, su cabello sin arreglar y sus labios resecos; no había manera en la que Jisung quisiera estar ahí con él.

—Pediré algo de comer a la habitación, tengo mucha hambre—dijo de repente, levantándose del suelo para dirigirse al teléfono que daba directo con la recepción—Y sé que no es un gran plan quedarnos aquí haciendo limpieza, pero debemos arreglar este desorden, considéralo una pre-cita. Ya mañana saldremos a comer a otro lado, ¿te parece bien?

Minho asintió repetidas veces ante la dulzura con la que estaba siendo tratado, extraño ante ese tipo de trato, pero muy complacido en el fondo.

Definitivamente, Jisung era un omega excepcional.

🌙

Seungmin sostuvo su mentón sobre la palma de su mano mientras esperaba por la limonada que había ordenado hace unos minutos, un poco impaciente por lo sucedido con Minho a pesar de no saber qué era lo que estaba pasando, pero sin duda alguna, el fuerte olor a tristeza dentro de esa habitación lo hizo preocuparse un poco.

Chan se mantuvo en completo silencio, limitándose a admirar las preciosas facciones del omega que suspiraba frente a él, pensando en algo no tan estúpido para decir. Realmente, Seungmin lograba ponerlo nervioso.

—¿Crees que fue algo muy grave?—preguntó el omega sin apartar la mirada del ventanal de la cafetería, pensativo.
—¿Hablas de Minho?—preguntó en respuesta.

Seungmin puso su mirada en él y asintió, acomodándose en su silla.

—Tuvo que haber pasado algo muy malo para tener que faltar. Su habitación olía a tristeza pura.

—Esperemos que no sea tan malo. De seguro, Jisung sabrá como ayudarlo.

Chan no sabía qué más decir al respecto, Minho era un desconocido para él, y no es que le fuera totalmente indiferente, pero no sabía qué más podía opinar en cuanto a esa situación de la que no sabían nada.

El mesero apareció con sus bebidas momentos después, dejando la limonada con fresas frente al omega, y el café helado frente al alfa. Chan pudo notar la manera poco disimulada en la que le sonreía a Seungmin, viéndolo con picardía y sonriéndole coqueto. El chico se quedó un rato parado, como si estuviera esperando por algo más, poniendo un poco incómodo a Seungmin.

—¿No necesitas algo más?—le dijo en voz baja al pelirrojo.

—Uh, no, gracias—dijo con desinterés el omega, apartando la mirada del chico.

—¿Seguro? Tú solo pídelo y yo lo traigo sin problemas.

—De verdad, no es necesario, con esto es suficiente—Seungmin volvió a negarse. Habían ocasiones en las que ese tipo de insistencia lo irritaban, y en ese momento, estaba empezando a molestarse.

—En ese caso... Puedo dejarte mi número en caso de que necesiten cualquier cosa, ya sabes...—le dijo en tono sugerente, dejando su número escrito en una servilleta.

Seungmin suspiró, y Chan ya no podía contener su molestia hasta ese punto, no creyó que llegara tan lejos sin importarle que él estaba también ahí.

—Te dijo que no, ¿tienes tapados los oídos o qué?—le gruñó con disgusto, levantándose de su silla para enfrentar al otro alfa.

—La plática es con él, no contigo—frunció el ceño, hablándole con indiferencia.

Chan volvió a gruñir, tomándolo por la camisa con fuerza.

—Das mucha vergüenza, aléjate de aquí si no quieres que termine golpeándote—le dijo con advertencia—¿Qué te da el maldito derecho de insistirle si dijo claramente que no?

El mesero gruñó también, remarcando su ceño fruncido sin poder zafarse del agarre de Chan.

—¿Y eso qué importa? No tiene marca, puedo hacer lo que se me dé la gana.

Esas palabras lo asquearon, avergonzándose de compartir raza con ese alfa tan miserable.

—Chan... Vámonos, deja a ese idiota, no vale la pena que discutas con un desesperado como él—pidió Seungmin en voz baja, tocando su hombro para llamar su atención.

El otro chico miró al omega, ahora con disgusto por la forma en la que se refirió a él.

Chan lo soltó con la brusquedad suficiente para hacerlo caer, soltando un último gruñido de advertencia antes de irse tras Seungmin quien ya había empezado a caminar hacia la salida bajo la curiosa mirada de algunos clientes del lugar. El mesero se levantó, arregló su camisa y regresó tras el mostrador como si nada, ofendido e indignado.

—No te metas en problemas por cosas así—dijo el pelirrojo luego de un corto silencio—Sé manejar a ese tipo de alfas.

—¿Sabes manejarlos? ¡El idiota no dejaba de decir estupideces! No tienes por qué aguantar comentarios así—negó con la cabeza—Te vi incómodo, no pretendas que sabes manejarlo.

—No te preocupes—insistió, sintiéndose un poco enternecido por sus palabras—Me topo con alfas así a diario—le dio un sorbo a su bebida, tratando de no demostrar el alivio que sintió al ser defendido de esa forma.

—¿Y te sientes bien de esa manera?

Seungmin lo pensó por unos segundos, nunca se había puesto a pensar detenidamente en eso. Le gustaba la atención, ese era un hecho, ¿pero por qué? Habían muchos alfas descarados que le decían cosas muy subidas de tono y él solo escuchaba todo eso sin decir mucho al respecto, pretendiendo que no le importaba porque en su estúpida cabeza, eso subía su ego, cuando en muchas ocasiones, si llegó a sentir miedo de que le hicieran algo. Por eso, la necesidad de tener un alfa que lo cuidara era muy latente, y se suponía que Minho cumpliría ese papel dentro de su facultad, pero cuando él no estuviera, ¿tendría que seguir aguantando esos tratos? Algo estaba muy mal en él como para tomar esos tratos como señal de halago y atención.

No le estaba gustando ser cuestionado de esa manera.

—Olvídalo—lo miró directamente, notando la confusión en la mirada del alfa—Estoy acostumbrado a que se comporten así.

—Eres muy increíble para estar acostumbrado a que los alfas no te respeten.

Seungmin no sabía cómo debía tomar ese comentario, no estaba seguro si se sentía ofendido o halagado por verlo de esa forma, porque si prestaba atención, eso era exactamente lo que había estado haciendo, dejando que los alfas le faltaran el respeto con tantas malas intenciones disfrazadas de regalos y citas bajo la excusa de sentirse inalcanzable, superior y deseado.
Su omega aulló herido, buscando esa protección que nunca se le había brindado, pero Seungmin hace mucho que había dejado atrás a su lado omega, olvidando por completo sus deseos para darle paso a su necesidad de sentirse querido por muchos.

—¿Podemos irnos?—dijo en voz baja.

Chan se sintió un poco culpable por el notable cambio de ánimo del omega, no quería hacerlo sentir mal, ni mucho menos incomodarlo, pero no podía evitar decirle lo increíble que era, no quería verlo rodeado de alfas inútiles que no le podían brindar lo que se merecía.

Sabía que Seungmin era inalcanzable, incluso para él, pero no lo volvería a dejar a su suerte, al menos no si estaba presente.

🌙

¿Qué les pareció?🥺

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro