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𝄈𝄈Seis𝄈𝄈

Seungmin se mantuvo de pie afuera del salón a la espera de que Minho saliera para poder ir por algo de comer. Miró disimuladamente al alfa que acompañaba a Jisung, quién por cierto, se veía demasiado ansioso y no apartaba sus ojos de él; estaba acostumbrado a eso, pero le desconcertaba un poco que llevaran minutos ahí sin que le dijera algún tipo de cumplido; estaba ahí, solo viéndolo, así que se decidió por hablarle él mismo, tenerlo enfrente sin decirle nada ya lo estaba poniendo incómodo.

—Me llamo Seungmin—se presentó de repente, con naturalidad.

—Lo sé—respondió de inmediato, demasiado sonriente—Estás en segundo año, te gustan las uvas, el color amarillo, te gusta cantar y amas el pastel de zanahoria.

El omega elevó sus cejas en sorpresa, pareciéndole ciertamente tierno y un poco extraño que supiera tanto de él, aunque quizás podía ser obvio, era un chico popular, solo que había un gran detalle, él no le decía esas cosas a nadie, por lo que su conclusión remitía en que ese alfa, le prestaba demasiada atención, y no de la que estaba acostumbrado.

—Me llamó Chan—se presentó segundos después—Estoy en tercer año de lenguas modernas en el edificio de al lado.

—Eso es genial, Chan—le sonrió, pareciéndole mucho más interesante de cerca—¿Cómo sabes eso de mi?

—Yo, uhm...—rascó su nuca, nervioso, no quería parecer un intenso, aunque de seguro, se veía exactamente como uno—He visto que te gusta usar mucho el color amarillo en tu ropa y accesorios, también te he visto en el comedor del campus, pides de postre el pastel de zanahoria y llevas tus propias uvas.

—Eso quiere decir que me observas seguido—confirmó, riendo por lo bajo por la expresión del alfa.

—Tal vez...—confesó, odiándose por ser tan débil en su presencia.

—¿Por qué nunca te habías acercado a hablarme?

—Tienes a muchos alfas, no creo que necesites a un tonto más—rio apenado—Verte desde lejos está bien... Aunque de cerca es mucho mejor—dijo con honestidad y sin ninguna pizca de coquetería en su voz.

Complacido, el omega se sonrojó ante el inocente cumplido, ese tipo de cumplidos a los que no estaba acostumbrado, soltando suaves feromonas de comodidad que Chan pudo sentir, logrando que su alfa se sintiera a gusto.

Segundos después, Minho salió del salón con expresión tímida en su rostro. Vio a Chan y su alfa se sintió amenazado al percibir el aroma de Jisung en él, ¿por qué olía a Jisung? Apenas lo estaba notando. Estuvo a punto de preguntar porque su alfa necesitaba saber una razón, posesivo, pero Jisung salió del salón también, parándose a un lado del alfa mayor con esa misma sonrisa en sus labios que lograba distraerlo, calmando a su lobo interior.

—Nos vemos, Minho—se despidió con voz suave.

Minho asintió sin despegar la mirada del otro alfa, manteniendo un semblante un poco más serio, alerta.

—¡Adiós, Seungmin!—Chan se despidió animadamente, agitando su mano mientras se alejaba junto a Jisung.

—¿Quién es él?—Minho preguntó a Seungmin cuando ya no los vio más en el pasillo.

—Bang Chan—respondió. Claro que sabía quién era ese alfa, lo había visto en diferentes ocasiones, solo fingió no conocerlo, porque Kim Seungmin nunca debía demostrar que también le prestaba atención a algunos alfas que raramente llamaban su atención—El mejor amigo del gran Han Jisung—explicó con una sutil sonrisa en sus labios.

—Mejores amigos—susurró para sí mismo, asintiendo.

—Mentiste, dijiste que no conocías a Jisung.

—Es complicado—ladeó la cabeza—No somos cercanos... O eso creo.

—Es un omega interesante y complicado, repele a todos los alfas.

—Lo sé—sonrió, recordando cuando lo conoció y rechazó a ese alfa adinerado solo por halagarlo.

Ambos empezaron a caminar hacia las afueras de la facultad en busca de algo de comer, pronto regresarían a clases de nuevo y debían aprovechar el tiempo libre que tenían.

—Él es muy conocido por aquí, así como yo, solo que él odia tener alfas a su alrededor, eso lo hace ser deseado por muchos por aquí.

—Pero Chan es un alfa.

—Así es, pero a él no le gusta Jisung, ni a Jisung le gusta él, son muy unidos, pero no son nada más que amigos—dijo con seguridad, atrayendo la atención de Minho con ese comentario.

—¿Cómo sabes que no le gusta? Si pasan mucho tiempo juntos, podría pasar.

—A Chan le gusto yo—sonrió con la idea, su omega sintiéndose feliz al decir esas palabras en voz alta.

—Entiendo—asintió Minho, evitando que una sonrisa se escapara de sus labios—¿Tú crees que Jisung algún día acepte a algún alfa?

—¿Por qué? ¿Quieres serlo tú?

—S-Solo es una pregunta—desvió la vista, sintiendo la mirada divertida de Seungmin en él.

—Supongo que si—se encogió de hombros—Estoy seguro de que encontrará un alfa que sea tan raro como él, ya sabes, alguien que se adapte a su omega tan salvaje y maleducado.

Minho asintió, viendo sus pies al caminar para que Seungmin no se diera cuenta de su vergonzoso y evidente sonrojo al seguir pensando en que Jisung lo había elegido para cortejarlo, ¿eso lo convertía en alguien especial?

—Pero dejemos de hablar sobre él y hablemos de mí.

Seungmin empezó a hablar sobre lo difícil que era a veces tener que aceptar los regalos de todos los alfas y lo contradictorio que era eso porque también amaba que le dieran regalos, pero Minho dejó de prestarle atención algunos segundos después, teniendo en su cabeza la bonita sonrisa del omega, intentando calmar a su alfa bajo la promesa de que se esforzaría en no arruinarlo.

Todavía tenía dudas en cuanto a todo eso en lo que se estaba involucrando tan de repente, no podía confiar totalmente en Jisung que era un desconocido, sin embargo, no tenía nada que perder con intentarlo.

🌙

Chan tenía los ojos acuosos de tanto reír, sosteniendo su estómago con su mano mientras con la otra trataba de mantener firme el volante del auto, conduciendo con un Jisung muy molesto a su lado.

—Eres el peor, te lo juro que eres el peor—le dijo con molestia, remarcando su ceño fruncido—¡Ya deja de reírte, vas a matarnos!

—Es que dices puras estupideces, ¿realmente eso era lo importante que debías decirme después de clases?

Jisung golpeó su brazo derecho, haciendo un mohín mientras veía a través de la ventana, soltando feromonas de disgusto, indignado por la poca seriedad que su mejor amigo le tomaba al tema, ¿por qué era tan difícil de asimilarlo?

—No son estupideces, es un hecho—sonó seguro, no se echaría para atrás cuando ya se lo había dicho a Minho, no quería decepcionarlo.

—Tus capacidades de conquistas son nulas. Además, los omegas no pueden cortejar a un alfa—dijo con obviedad, limpiando las pequeñas lágrimas que la risa habían provocado con anterioridad.

—¿Tú qué sabes de mis habilidades de conquista?—murmuró, dándose cuenta de que Chan tenía razón, él jamás había intentado algo como eso, y a decir verdad, tampoco quería actuar como había visto que los alfas trataban de conseguir a su pareja.

—Hannie, los omegas reciben el cortejo porque se sienten complacidos de esa forma, los alfas sabemos como hacerlo porque está en nuestro instinto, ustedes solo deben recibirlo si les gusta y ya—se detuvo, estacionando el auto a las afueras de la casa de los Han—Y considerando que tú nunca has dejado que te cortejen, ni siquiera sabes cómo un alfa lo hace, al menos para tener un tipo de guía.

—Oh, si, claro que lo sé, actúan como idiotas y eso es todo, los omegas son felices con eso.

—Ves, es su instinto—se encogió de hombros, quitando su cinturón de seguridad para bajarse. Jisung imitando sus acciones—No me lo tomes a mal, pero conquistar a un alfa no será fácil para un omega.

Jisung bufó en desacuerdo, rodando los ojos ante el comentario en el que claramente, estaba desestimando su capacidad para lograrlo; sabía que no lo hacía con intención, vivir dentro de una sociedad en la que te enseñan que los alfas son los únicos con la capacidad necesaria para dar el paso, naturalmente te hace creerlo sin quejas.

Ambos entraron a la casa con la conversación a medias, Jisung no tenía ganas de seguir discutiendo algo que Chan no iba a entender, y Chan no iba a tener otra opinión al respecto a menos de que lo confirmara por él mismo que eso podía suceder. Chan sabía que Jisung no era alguien predecible, sabía que era muy especial en una manera muy peculiar, y debido a eso, nunca terminaba de sorprenderlo, siempre con ideas cada vez más alocadas, siendo una de ellas, el querer cortejar a un alfa.

—¿Te pusiste a pensar en si podrías herir su orgullo con el simple hecho de cortejarlo?—preguntó, tomando asiento en el desayunador mientras Jisung se movía en la cocina con la intención de preparar alguna merienda—Quizás no lo tomaste en cuenta, pero dejar que un omega tenga la iniciativa demuestra que el alfa es sumiso e incapaz.

Jisung se detuvo de golpe y se giró a verlo con sorpresa, dejando un paquete de fideos instantáneos en la mesa del desayunador con más fuerza de la que debería, ¿estaba escuchando bien?

—Déjame adivinar... Eso daña su intocable y delicado ego—rió sin gracia, cruzándose de brazos—¿Tanto les cuesta por una vez darse cuenta de que no está mal no tener el control por una maldita vez?

Fuertes feromonas de enojo se expandieron por toda la cocina, alertando al alfa ante esa reacción. No quería molestar a Jisung, discutir con él siempre terminaba muy mal, y lo que menos quería era que su alfa empezara a tomar las riendas debido al comportamiento indebido que percibía del omega, no deseaba dañarlo ni tener que comportarse como un idiota sin control, eso sería imperdonable, pero muchas veces, su mejor amigo se lo ponía difícil.

—Jisung, es que no lo entiendes—habló con suavidad y gentileza para no alterarlo—Las cosas no van a cambiar de un momento para otro, nuestros lobos no dejan de tener su propio instinto, ¿si comprendes eso, cierto? Sabes que apoyo lo que dices, de verdad lo hago, me esfuerzo por no comportarme como la mayoría de alfas porque no considero que sea correcto ese comportamiento y porque tú me has enseñado a que podemos ser diferentes... Pero no todos creen lo mismo, cambiar una sociedad jerarquizada lleva mucho tiempo, incluso más si quieres que nuestros lobos nos hagan caso.

La expresión del rubio se suavizó en cuestión de segundos, dejando que sus brazos cayeran a sus costados, rendido, analizando las palabras del mayor, que, aunque le disgustara, debía aceptar que tenía razón. Su idea de una sociedad perfecta seguía siendo muy utópica e irrealista, pero no dejaba de tener esperanza.

—Lo siento—dijo con honestidad, agachando la mirada—Yo no... No quiero que Minho sienta que es un mal alfa, tienes razón, no pensé en cómo podría sentirse.

—Si él está de acuerdo... Hazlo—empujó muy lejos de sí mismo su desacuerdo para alentar a su mejor amigo quien había puesto sus ojos en él nuevamente—Pero también hazte la idea de que pueda cambiar de opinión.

—Ojalá las cosas pudieran ser diferentes—dijo con desánimo—Dar el primer paso no es cuestión de quien es más poderoso, es solo estar seguro de querer hacerlo.

—Y está muy bien que lo creas, siempre fuiste más fuerte que tu lado omega, y no todos tenemos ese control.

—Lo sé—suspiró rendido—Odio todo esto.

Chan sonrió enternecido con las intenciones de su mejor amigo, él no era malo, no quería dañar a nadie, lo tenía claro, porque muy dentro de todo ese aspecto rebelde y frío con las personas desconocidas, existía un omega muy dulce, cariñoso y amable; realmente ningún alfa promedio lo merecía.

Las feromonas de Jisung se disiparon en cuestión de segundos, retomando lo que estaba haciendo mientras pensaba en cómo haría para cortejar a un alfa cuando verdaderamente, apenas sabía sobre tener pareja.

¿En qué se había metido?

🌙

Minho llegó sonriente al hotel, dejando un leve rastro de feromonas de felicidad, llamando la atención de algunas personas que pasaban a su lado, especialmente la de sus compañeros de trabajo quienes lo miraban con curiosidad.

Se encerró en su habitación con la intención de descansar un rato, todavía tenía algunas horas antes de empezar el turno de la noche. Sonrió con un poco de vergüenza, asimilando el hecho de que alguien se había fijado en él, pareciéndole tan increíble porque nunca creyó que pasaría, ¿realmente, Jisung tenía la intención de ser su omega? No se quejaba en lo absoluto, su alfa se sentía muy complacido con la idea de ser cotejado, y aunque sabía que era algo muy fuera de lo común, no le interesaba, no parecía ser tan malo.

Toques en su puerta lo sacaron de su pequeña ensoñación, caminó hacia esta, preguntándose quién estaría tocando puesto que nunca recibía más visitas que no sean la de su padre, y ya que se encontraba de viaje, imposible que fuera él. Abrió la puerta, encontrándose con un compañero de trabajo, un alfa.

—Entrarás en este turno—dijo con seriedad, percibiendo las feromonas de felicidad esparcidas en la habitación. Enarcó una ceja, curioso de las razones por las cuales, Lee Minho, quien siempre se mantenía en las sombras, se encontraba remotamente feliz.

—¿Por qué? Mi turno es hasta dentro de tres horas—se quejó.

El alfa se encogió de hombros, indiferente.

—Sólo no hagas molestar al jefe.

Minho suspiró rendido y asintió, no podía discutir con sus compañeros, de por sí, ya le hacían la vida imposible, y empezar a darles verdaderas razones para que se molesten con él, no era una idea que le pareciera tan atractiva.

Cerró la puerta y se recostó en su cama, haciendo un pequeño berrinche porque no quería trabajar, quería seguir descansando, pero nada podía hacer más que obedecer, lo que menos necesitaba era a su padre insultándolo por teléfono.

Se puso su uniforme habitual luego de una corta ducha y bajó a la cocina sin perder sus buenos ánimos, muchas miradas se pusieron sobre él, poniéndolo nervioso. Carraspeó la garganta y caminó hasta el salón de eventos para empezar a limpiar y ordenar las mesas en lo que los invitados llegaban, porque al parecer, habría otra cena más tarde.

—Lee, deja eso y ven aquí—uno de sus superiores le habló con seriedad, un omega que parecía ser solo unos cuantos años mayor que él.

Sin quejas, Minho dejó de mover las sillas un tanto confundido y se acercó dudoso. El omega empezó a caminar mientras una sonrisa burlona se formaba en sus labios, haciéndole señas al menor para que lo siguiera, llegando hasta el baño del personal. El primer pensamiento de Minho fue que lo pondrían a asear el lugar, pero en cuestión de segundos ya se encontraba dentro del amplio cubículo, rodeado de tres compañeros más, dos alfas y un omega.

—¿Qué pasa?—les preguntó en voz baja, intimidado por las miradas no tan amables de los presentes.

—Nada grave, solo queremos conversar un poco—dijo uno de ellos, Jonyoung, con expresión divertida, recargándose sobre la pared sin dejar de mirarlo.

—N-No tengo tiempo para conversar—dijo Minho, haciendo el amago de irse, pero fue detenido inmediatamente por la otra omega.

—No seas irrespetuoso con tus mayores, idiota—escupió con molestia, apretando su agarre alrededor de la muñeca del alfa.

Minho podía fácilmente defenderse de esa omega, intimidarla para ponerla en su lugar y enseñarle que no debía tratarlo como si nada siendo él un alfa, pero al parecer, su lobo no reaccionaba de esa forma, ni siquiera para cuidarse a sí mismo, su instinto de supervivencia simplemente no existía, convirtiéndolo en alguien débil y miedoso.

Se odiaba por eso.

—Tranquila, Yengmin—ordenó el otro alfa.

La chica bufó por lo bajo y soltó con brusquedad a Minho, molesta.

—Entonces, a lo que veníamos—sonrió Jonyoung, dándole una oscura mirada a Minho quién no dejaba de pensar en que debía salir de ahí—Cuéntanos, Minho, ¿a qué se debe tanta felicidad?

—No les importa—espetó con rudeza, haciendo su mayor esfuerzo por alejar el miedo que había empezado a recorrerlo—¡Solo déjenme ir!—quiso irse de nuevo, pero ambos alfas se pusieron frente a él, interrumpiendo su camino.

—Ustedes, omegas, vigilen la puerta y avísennos si alguien viene.

Ambos omegas asintieron ante la orden sin quejarse y se pusieron en la entrada, tratando de lucir lo más casual posible por si alguien se acercaba, aunque dudaban que alguien apareciera.

—¿Eso es todo? ¿Van a golpearme solo porque sí?—Minho preguntó, deseando poder huir, pero a esas alturas, ya solo debía aceptar que no tenía escapatoria, porque aunque quisiera defenderse, dos alfas mayores contra él era una pelea perdida.

—No—rió divertido—No solo porque sí, pero hay algo que nos ha estado molestando, y por eso sí que te vamos a golpear.

Minho se tensó completamente, no había duda de que siempre buscaban la manera de acabar con él sin un motivo en particular, simplemente era el inútil favorito de todos, y nada de eso iba a cambiar hasta que, de una vez por todas, decida enfrentarse a ellos o encuentre otro lugar para vivir.

—Apestas a miedo—se burló el otro alfa, Naesung—Patético, eres un alfa patético y bueno para nada—se acercó, tomándolo con fuerza por el cuello de su camisa—¿Qué es lo que te tiene tan feliz? Alfas como tú no merecen ni una pizca de felicidad, solo mereces miseria por decepcionar a nuestra raza.

Jonyoung rió por lo bajo al notar los ojos cristalinos de Minho, logrando su cometido con asustarlo.

Minho recibió el primer golpe en su mejilla, sintiéndola arder fuertemente junto a un jadeo; el siguiente golpe fue en su nariz, y juraba que, si le hubieran dado un poco más fuerte, de seguro la hubieran quebrado. El sabor metálico de la sangre lo asustó por completo, mareándolo.

—No seas llorón, Minho, ¡pelea como un puto alfa!

Naesung lo soltó con brusquedad, golpeándolo superficialmente contra los azulejos del cubículo. Minho trató de sostenerse, pero sus piernas flaquearon debido a la fuerza con la que fue empujado, cayendo al suelo; un golpe fue directo a su estómago, dejándolo sin aire. Jadeó cansado, su rostro ardía y su cuerpo se sentía débil, ni siquiera sabía exactamente cuánto lo golpearon, su cuerpo se sentía cada vez más liviano, sus brazos cubriendo inútilmente su rostro para protegerse. Sabía que no podían matarlo, su padre se volvería loco si regresaba y él ya no estaba, pero eso no significaba que lo dejarían fácilmente.

Inútil, cobarde, débil, vergüenza, basura...

Las voces se escuchaban lejanas, pero nítidas, todo se escuchaba a la perfección, su mente estaba acostumbrada a recibir perfectamente ese tipo de comentarios, porque, aunque no quisiera, no había mejor forma de describirlo.

Minho no supo en qué momento el ataque terminó, su vista estaba borrosa debido a las lágrimas, su pómulo dolía, su nariz seguía sangrando y su cuerpo estaba débil. Se quedó dentro de ese cubículo hasta que pudo recuperar la fuerza para levantarse, ¿por qué tenían que pasarle ese tipo de cosas cuando apenas y le hablaba a los demás?

Miró su propio reflejo en el espejo; se veía fatal, cansado e indispuesto. Esos golpes no se quitarían fácilmente, necesitaba descansar y dormir durante días si fuera posible.

O mejor aún, no quería despertar nunca más.

🌙

En este fic, Minho es muy inseguro, así que tenganle paciencia 🥺

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