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𝄈𝄈Once𝄈𝄈

El sábado por la mañana, Jisung apareció en su puerta con un desayuno casero en sus manos con la intención de sorprenderlo y de pasar tiempo con él, hablaron sobre cualquier cosa mientras comían entre risas y cortas anécdotas en las que poco a poco iban conociéndose mejor, y al cabo de un par de horas, Jisung le dijo que debía irse ya que tenía planes con Chan y su familia. Minho lo entendió perfectamente a pesar de que el tema de Chan todavía lo ponía un poco incómodo, pero debía dejar de lado los malos pensamientos e inseguridades si quería avanzar con él. Agradeció la corta visita, dejándolo con un mejor estado de ánimo, porque últimamente, solo con la presencia del omega podía sentirse tranquilo.

Se dispuso a ordenar su habitación, sacó la basura y volvió a recostarse un rato, decidiendo qué podía hacer para pasar el tiempo. Pensó durante unos minutos, y decidió que quizás, ya era hora de volver al trabajo. La idea no lo emocionaba en lo absoluto, pero debía pagar su habitación y comprar más comida, así que no podía quedarse más tiempo encerrado sin trabajar.

Los fines de semana solían ser más movidos que los demás días, así que estaba mentalizado en que sería un día pesado, sin embargo, eso no era lo que lo estaba molestando, sino que era el hecho de que debía ver de nuevo a sus compañeros de trabajo y, a decir verdad, lo que menos deseaba era tener discusiones con ellos.

Cuando por fin terminó de ordenar, toques en la puerta lo sacaron de sus pensamientos. Por un instante creyó que era Jisung que había regresado, pero sus ilusiones se esfumaron totalmente al encontrarse con su padre al otro lado del umbral, viéndolo seriamente y con ese egocentrismo de siempre.

—Buenos días, hijo—saludó el mayor, haciéndose paso dentro de la habitación sin esperar respuesta del pelinegro.

Minho suspiró sonoramente y cerró la puerta, quedándose ahí mientras veía con interés a su padre, ¿por qué no le avisó que ya estaba de regreso y por qué regresó tan pronto? Tenía dudas en cuanto a la presencia de su padre, y no saberlo estaba empezando a asustarlo.

—Estaba justo por ir a trabajar.

—¿Tan tarde?—preguntó, viendo que ya pasaban de las diez de la mañana.

—Yo... Uhm, estuve un poco ocupado—trató de explicar sin saber exactamente qué decirle al respecto.

—¿Ocupado con Jisung?

Minho guardó silencio y su expresión cambió, ¿cómo es que su padre sabía eso? Lo más seguro era que alguno de los empleados del hotel dijese algo al respecto, pero de igual manera, le parecía muy extraño que hiciera esa pregunta tan directa puesto que Jisung se acababa de ir.

—Tranquilo, no pongas esa cara—el señor Lee se acomodó mejor en el sillón de la habitación sin dejar de verlo—Me parece perfecto que pases tiempo con un omega.

El alfa menor asintió, sorprendido por la suavidad en la voz de su padre, él nunca le hablaba de esa forma, y en lugar de hacerlo sentir aliviado, lo hacía sentir preocupado.

—Pero tengo curiosidad, ¿qué clase de omega es él?—recordó su recién encuentro con el omega y estaba totalmente curioso sobre la actitud que tenía con su hijo, porque si era así de indisciplinado, debía enseñarle a Minho como ponerlo en su lugar para que nunca le falte al respeto.

—Es... Diferente a muchos omegas, es un gran chico—respondió cortamente, no quería entrar en detalles en cuanto a su personalidad, por el momento, lo que menos quería era que su padre empezara con esa actitud asquerosa de alfa dominante, lo conocía muy bien, y entrar en discusión con él no era conveniente.

—Un gran chico—repitió y asintió. Su hijo estaba ocultando la mayoría de información que necesitaba, pero por el momento, no iba a presionarlo, pronto sabría lo que quería—Está bien, no lo eches a perder con tus tonterías.

Minho asintió sin decir nada más, esperando a que se fuera ya de ahí, tenerlo cerca lo ponía de los nervios, y todo ese cuestionamiento sobre Jisung no le parecía nada normal.

—Muy bien. De ahora en adelante dejarás de trabajar aquí.

—¿Por qué?

—Enfócate en el omega—exigió, levantándose del sillón para irse—Enfócate en prestarle atención y cortejarlo, yo pagaré las cuentas que tengas y te depositaré dinero, pero debes tener en claro que no será en vano.

—No entiendo.

—Debes marcarlo pronto, no quiero que andes por ahí jugando con ese omega, a menos que creas que solo es para el rato.

—No creo que sea para el rato—respondió rápidamente, negándose a esa idea—Pero tampoco hemos hablado de eso, es muy pronto, nos estamos conociendo.

—Los omegas son fáciles de convencer, ¿por qué te preocupa tanto eso? Solo regálale cosas, sácalo a pasear o lo que sea, no te preocupes mucho por eso, así son todos—dijo con indiferencia, encogiéndose de hombros.

—Él no es así—contradijo el pelinegro con dureza—Marcarlo no es algo que se pueda tomar a la ligera—su voz ya no sonaba temblorosa, ni suave.

El señor Lee enarcó una ceja al escucharlo hablar con tanta decisión en cuanto a Jisung. Sonrió de lado y se encaminó hacia la puerta, convencido de que definitivamente, el omega sería un peón importante en la formación de su hijo.

—En todo caso, quisiera conocerlo, espero que me lo presentes pronto antes de que tenga que presentarme yo mismo—amenazó con decisión y seriedad—¿Entendido?

Minho suspiró derrotado y asintió, viéndolo salir de la habitación con la misma superioridad de siempre en la que le dejaba en claro que siempre conseguía lo que quería, y no pudo evitar sentir el pánico con solo pensar en que Jisung debía conocer a su padre. Muchas cosas malas podrían salir de ese simple suceso, porque estaba seguro de que, a la mínima provocación, insinuación o insulto hacia Jisung, él podría reaccionar en contra de su propio padre debido a su alfa que no sabía controlarse, y eso sí que sería un gran problema.

🌙

—Quiero cortejar a Seungmin.

Chan estaba muy decidido en cuanto a sus sentimientos por el pelirrojo, había llegado a un punto en el que no le importaba ser parte de los demás alfas que iban tras él, solo que no pensaba en hacerlo de esa forma, de verdad quería cortejarlo formalmente y demostrarle que podía ser un alfa respetuoso y detallista. Estaba consciente de que no sería sencillo, pero podía esforzarse.

—¿Qué te hace pensar que aceptará tu cortejo?—Jisung preguntó mientras tomaba de su refresco, dudoso de los planes de su mejor amigo.

—No lo sé—se encogió de hombros el alfa, inseguro—Pero me gusta mucho, Sung—suspiró derrotado. Pensar en que Seungmin podría rechazarlo era algo que lo desanimaba, pasó mucho tiempo observándolo desde lo lejos, y ahora que había podido hacer contacto directo con él, ahora que era capaz de hablarle, no quería desaprovechar la oportunidad, su miedo a hablarle ya lo había superado, solo debían conocerse más—Sé que él es muy selectivo y que tiene otras opciones, pero estoy seguro de que soy su mejor opción—trató de sonar seguro, intentando no dudar de sí mismo con algo así a pesar de que no se lo creía del todo.

Conocía al montón de alfas que siempre andaban tras el omega, y a decir verdad, estaba claro que nadie lo quería para algo más serio, y eso lo molestaba mucho, porque Seungmin no merecía ser perseguido por alfas así de interesados.

—Claro que eres mejor que todos esos idiotas de la universidad—le sonrió Jisung—Además, ninguno tiene estos brazotes tuyos—presionó con fuerza sus músculos, haciéndolo reír sonoramente, alejando todo ese mal ánimo que los estaba rodeando.

—¡Jisung, Chan, guarden silencio!—el señor Han los miró con seriedad a ambos antes de regresar al comedor en donde estaban reunidos con algunos socios y compañeros de trabajo.

Jisung rodó los ojos y se recostó de lado en el sofá con sus piernas sobre los muslos de Chan quién seguía aguantando la risa por ser regañados.

—No me gusta que tu padre me regañe—dijo con más calma el alfa—Se siente extraño.

—No le hagas caso—dijo con indiferencia—Él siempre está enojado con el mundo entero.

—Si fuera tu alfa no me trataría de esa forma.

—Confórmate con ser tratado como un hijo innecesario.

Chan rió en voz baja mientras le tiraba un cojín en el rostro.

—Recuérdame por qué debemos estar aquí si nuestros padres son los que están en esa aburrida reunión—se quejó el menor, dando un corto bostezo.

—Cuestiones familiares—se encogió de hombros, viendo hacia el patio a través de la puerta de vidrio—Solo mira a todos esos chicos allá afuera, están tan aburridos como nosotros. De seguro sus padres esperan que se emparejen o algo así.

—Odio que usen mi casa como centro de reuniones, no me gustan las visitas—se cruzó de brazos—Estaría con Minho justo ahora—suspiró con aburrimiento, cubriendo su rostro con el cojín que Chan le había tirado tiempo atrás.

—No empieces con los berrinches ahora—advirtió, empujando sus piernas para hacerlo reaccionar.

—¡Grosero!—exclamó, dándole una seria mirada—No estoy haciendo berrinche—hizo un puchero, acomodándose mejor sobre el sofá—Quiero ir con Minho—lloriqueó, dejándose ir sobre el hombro de Chan.

Claro que estaba haciendo berrinche.

—Bueno, tendrás que esperar hasta mañana porque tenemos todo el día ocupado.

—Es una total mierda si me lo preguntas—comentó como si nada, observando como los adolescentes en su patio habían empezado a socializar entre ellos.

—¿Todo bien con Minho?

Jisung asintió, esbozando una sonrisa automática con solo pensarlo. No supo en qué momento había empezado a tener sentimientos reales por el alfa, pero ciertamente eso lo asustaba un poco, nunca había llegado tan lejos con alguien en el sentido emocional, y esa nueva sensación le provocaba muchas preguntas que solo iría respondiendo con el tiempo.

—Hoy desayunamos juntos en su habitación—empezó a contarle, recordando la bonita sonrisa del alfa cuando lo vio parado al otro lado de la puerta.

—¿Solo eso?

—¿Y qué más haríamos, tonto?—lo empujó levemente, ahora sentado frente al mayor con el ceño fruncido.

—Bueno... No lo sé, la otra vez se supone que solo te quedarías un rato y regresaste muy tarde oliendo a él—lo miró divertido, notando como su expresión había cambiado a una de nerviosismo.

—E-Eso que te importa—respondió, apartando la mirada mientras sus mejillas se pintaban de rosa.

—No te juzgo—se apresuró a decirle—Pero eso significa que te gusta lo suficiente como para ir más allá que solo palabras bonitas y besos.

—Igual no ha vuelto a pasar nada—jugueteó con sus dedos, hablando en voz baja.

—¿Ni un beso?

Jisung negó con la cabeza, haciendo un pequeño puchero.

Desde lo sucedido entre Jisung y Minho hace casi una semana, ninguno habló del tema de nuevo, actuando como si nunca pasó para evitar las incomodidades que eso pudiera generar. Sin embargo, cada vez que Jisung lo visitaba, sentía la necesidad de estar siempre muy cerca de él, recibiendo cariño o simplemente llenándose de su olor. Quiso culpar a su omega que se volvía débil con la presencia de Minho, pero no solo era cuestión de su lobo, sino que también de él mismo, aceptando que disfrutaba de esa compañía.

—Dale tiempo, parece ser un chico tímido y de seguro tiene vergüenza de besarte de nuevo—animó.

—¿Tú crees que termine aceptando ser mi alfa?

—Seguro que sí, aunque personalmente, lo compadezco demasiado—hizo un gesto exagerado, dejándose caer en el respaldo del sofá—Eres insoportable.

—¡Ojalá Seungmin no acepte tu cortejo!—exclamó entre risas, tirándose sobre Chan de manera juguetona—¡Eres un alfa feo y apestoso!

Explotaron en risas, metidos en su propio mundo mientras algunos los veían desde afuera con extrañez.

—¡Afuera, los dos!—alzó la voz el señor Han cuando apareció de nuevo en la sala, señalando hacia el patio mientras negaba en desaprobación con la cabeza.

—¡Perdón!—dijeron ambos al unísono, saliendo rápidamente de ahí sin dejar de reír.

🌙

El domingo por la mañana, Minho se miró en el espejo y pudo notar que los golpes ya no eran visibles, al menos la mayoría habían desaparecido casi por completo, así que podía salir con más tranquilidad sin que lo miraran raro por su aspecto y sin sentir vergüenza alguna.

Recordó el mensaje de Jisung en el que le pedía que se vieran ese día, pareciéndole totalmente perfecto salir a otro lado que no fuera ese aburrido hotel, estaba cansado de estar encerrado, y ahora que tenía un poco más de libertad debido a que no seguiría trabajando, decidió aprovechar al máximo ese tiempo libre.

Se apresuró a salir del hotel bajo la mirada de muchos de sus compañeros, ignorándolos completamente sin detenerse siquiera a prestarles atención. Días atrás, tal vez hubiera agachado la mirada, sin embargo, en esa ocasión se sentía mucho mejor y menos temeroso que antes. Quizás era el omega el que le daba cierta fuerza y seguridad, y esperaba que ese sentimiento fuera duradero porque se sentía realmente bien.

Sabía que todos en el hotel sabían sobre Jisung, incluso estaba seguro de que decían cosas sobre ellos, pero mientras no los escuchara, no parecía ser un gran problema para él, no soportaría escuchar algún tipo de insulto al respecto.

Se encaminó directo a la casa de los Han para recoger al omega, habían quedado en salir al cine para pasar el rato y distraerse. Minho necesitaba toda la distracción posible, no quería seguir pensando en las amenazas de su padre en cuanto a conocer a Jisung y sus exigencias sobre marcarlo tan rápido.

Hablar sobre la marca con Jisung lo ponía nervioso, todo el proceso que llevaba terminar con una marca en el omega lo hacía sonrojarse, incluso pensarlo lo avergonzada a pesar de lo que había pasado ya entre los dos, pero tener sexo ya iba más allá que unos besos y roces calientes; tenía claro que si estaban dispuestos a emparejarse, debía suceder. Quitó esos pensamientos de su cabeza, evitando llevarlos más lejos, no quería que Jisung lo viera en una incómoda situación.

Se estacionó al otro lado de la casa de los Han, esperó unos minutos y por fin lo vio, luciendo tan radiante y sonriente como siempre. ¿Qué era lo que sentía realmente por el omega? No era simple atracción, tampoco era algo pasajero, estaba más que seguro. Recordó lo que Jisung le dijo sobre que eran destinados, y parecía que mientras más se negaba a eso, más lo exigía su alfa, más lo reclamaba, llevándolo a un debate sobre qué tan real era que justo él estuviera viviendo su momento con su pareja destinada.

Demasiado bueno para ser cierto.

—Hola, Min—Jisung lo saludó con un beso en la mejilla sin temor alguno, sonriente.

Minho se sonrojó y le sonrió también, aventurándose a saludarlo de la misma manera, notando también el sonrojo en el omega que apartó la mirada con cierta vergüenza. Sentía su estómago cosquillear muy seguido, esa nueva sensación también le gustaba porque hacía que su corazón se sintiera feliz, y no triste a como siempre estuvo acostumbrado durante mucho tiempo.

—¿Listo para nuestra cita?—preguntó el omega, poniéndose el cinturón de seguridad.

—Creo que si—asintió con media sonrisa, poniendo en marcha su auto.

Para Jisung, actuar de esa manera tan dócil, amable y cariñosa con un alfa que no fuera Chan, lo hacía cuestionarse demasiado, sin embargo, no había ningún tipo de disgusto cuando estaba con Minho, tenía ganas de abrazarlo todo el tiempo, de sentir contacto físico e incluso deseaba besarlo otra vez; no sabía como dar el paso, se ponía muy nervioso, como si no lo hubiera hecho antes y fuera primera vez, todo se sentía así cuando de Minho se trataba.

Durante la película, Jisung no dejó de aferrarse al brazo de Minho, restregándose de manera cariñosa y posesiva, llenándolo de su olor, y es que no pudo pasar por alto las miradas coquetas de algunas omegas hacia su alfa, nadie podía negar la belleza de Minho, y su omega se sentía muy amenazado al respecto. Minho por su parte, no se quejaba en lo absoluto, su corazón se derretía con cada muestra de cariño del omega, era realmente abrumador para él recibir esas atenciones, pero no las cambiaría por nada del mundo.

Luego del cine, pasaron a una heladería. Jisung insistió en tomarse fotos con Minho quien parecía un poco en desacuerdo, alegando que no era fotogénico y que arruinaría las tomas.

—¿No te has visto en un espejo, Lee Minho?—preguntó con el ceño fruncido—¡Eres muy guapo!

—N-No digas e-eso—apartó al mirada, viendo a su alrededor como las personas empezaban a prestarles atención por el ruido.

—Solo serán unas cuantas, por favooooor—un puchero se formó en sus labios al mismo tiempo que pestañeaba repetidas veces para convencerlo.

Minho sintió una corriente recorrer todo su cuerpo ante ese gesto tan tierno, llenándolo del valor suficiente para inclinarse hacia el omega en un rápido movimiento y alcanzar sus labios, dejando un casto e inocente beso que tomó por sorpresa al menor.

—Me besaste—parpadeó sorprendido.

—L-Lo siento, fue un impulso—explicó casi en un susurro.

—¡No te disculpes!—lo detuvo, mordiendo su labio inferior de la emoción—Es lindo que lo hagas, me gusta que lo hagas, hazlo más seguido.

Minho no sabía qué decir al respecto, sintiéndose de nuevo sin el valor suficiente para volver a besarlo, sin embargo, ese corto beso había significado mucho para él y agradecía que Jisung no se hubiera enojado.

Ese beso bastó para que Jisung no dejara de sonreír como un niño emocionado durante el resto del día. A su parecer, fue una cita muy tranquila, Jisung se encargó de pagar la mayoría de las cuentas, complaciendo a Minho en lo que quisiera hacer, además de regalarle algunos detalles que habían hecho sonrojar al alfa en varias ocasiones.

-—Vamos al hotel—pidió el omega mientras iban de regreso.

—Es tarde, debes ir a casa.

—¿No quieres pasar más tiempo conmigo?

—No es eso—contradijo rápidamente—Es solo que no quiero que vayan a regañarte o algo por el estilo.

—No te preocupes por eso—dijo despreocupado—Le diré a mamá que me quedaré contigo y ya—se encogió de hombros.

—¿Vas a quedarte conmigo?—preguntó un tanto nervioso sin dejar de mirar el camino—Es decir, ¿toda la noche?

—¿Quieres que me quede toda la noche?

—Yo... Uhm... N-No lo sé, Sung—empezó a tartamudear, ¿cómo le hacía preguntas así?

—Tranquilo—Jisung tomó la mano del alfa y sobó el dorso con suavidad en un intento de relajarlo—No pasa nada, puedo regresar a casa más tarde.

—¡No!—exclamó, girándose levemente a verlo—Puedes quedarte, está bien.

—¿Seguro?

Minho asintió sin saber de donde estaba sacando el valor para responder sin quedarse en blanco.

El resto del camino estuvieron en un silencio cómodo, Jisung se sentía un poco cansado debido a que estuvieron yendo de un lado a otro, por lo que empezó a sentir un poco de sueño a pesar de que apenas eran pasada las nueve de la noche. Cuando por fin llegaron al hotel, ambos se dirigieron hacia el elevador, Minho sintiéndose más nervioso que Jisung.

—Traeré algo para que puedas cambiarte—dijo Minho al entrar a la habitación, yéndose directo al armario para sacar un conjunto de ropa que pudiera usar durante la noche.

Jisung asintió y se dirigió al baño momentos después cuando tuvo la ropa en sus manos. Quitó su ropa y se puso la que Minho recién le había dado, cerrando los ojos por la satisfacción de sentir el aroma del alfa sobre él; no podía explicar lo mucho que le gustaba, parecía adictivo.

Cuando salió del baño, se encontró con Minho usando también ropa de dormir, sentado en la orilla de la cama en silencio y con cierta timidez.

—¿Aún no tienes sueño?—le preguntó al pelinegro, subiéndose a la cama.

—Un poco... Si—jugueteó con sus dedos mientras ordenaba sus ideas en su cabeza, ¿qué se supone que debía hacer ahora?

—Yo también. Ven, vamos a dormir—llamó al alfa, acomodándose bajo las sábanas.

En realidad, Jisung solo quería sentir cerca a Minho, quería dormir cómodamente junto al chico que le gustaba, porque a esas alturas, era obvio que le gustaba y podía aceptarlo sin problemas para sí mismo.

Minho asintió y apagó las luces, tomando posición a un lado del omega, dejando distancia en medio de los dos. Jisung suspiró sonoramente.

—¿Puedes abrazarme?—pidió en voz baja—Quisiera que lo hicieras.

—S-Si.

Jisung se giró hacia el lado derecho de la cama y Minho pasó su brazo alrededor de su cintura y lo acercó a su cuerpo, pegándose su pecho a su espalda, su nariz deleitándose con el olor del omega mientras olfateaba su cuello, acomodándose mejor en esa posición.

—Aún creo que somos destinados, Minho—dijo de repente el rubio, sintiendo más fuerte el agarre del alfa—No sé cómo más podría explicar todo esto que hay entre nosotros, nunca había dejado que un alfa se acercara de esta manera—confesó sin dudarlo, sintiendo su corazón latir con fuerza contra su pecho—Nunca lo dije como una broma, ¿sigues creyendo que es una broma? Yo no te haría algo así—su voz salió un poco más baja, temeroso a lo que pudiera responderle. No quería sentirse como un tonto si obtenía una respuesta negativa.

—No creo que sea una broma—respondió contra su cuello, cerrando los ojos.

—Bueno... Espero que no dudes más porque para mí es muy real, no quiero ilusionarme si tú no crees en lo mismo.

Ambos guardaron silencio hasta que poco a poco, Jisung se quedó dormido sin recibir otra respuesta, por primera vez demasiado cómodo en los brazos de un alfa a quién no le temía ni le sentía odio, algo que no creyó que pasaría en un buen tiempo.

Minho no podía seguir negando lo obvio, Jisung era su destinado, y ese solo hecho lo hacía un alfa afortunado.

🌙

Que capítulo más zzzZZZZzzzZZZz, de igual forma espero que les haya gustado<3

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