𝄈𝄈Ocho𝄈𝄈
Minho nunca pensó que estaría a solas en una habitación con un lindo omega, que, además, tenía interés en él. Jisung había sido muy comprensivo en cuanto al desorden de la habitación, ordenando todo con mucha paciencia sin ningún tipo de quejas, incluso se había tomado el tiempo para curar sus heridas sin hacer ninguna mueca de asco o de enojo en el proceso, lo cual, hizo sentir a Minho muy agradecido.
—¿Tú hiciste esto?—preguntó el omega, revisando con detenimiento algunas páginas esparcidas en su escritorio junto a un gran desorden de lápices y pinceles.
—Si... Suelo dibujar en mi tiempo libre o cuando necesito hacerlo—explicó, acercándose con timidez para ver también sus dibujos a medias. No eran los mejores, pero no se veían tan mal.
—Eres muy talentoso, dibujas muy bien—halagó, delineando con delicadeza las líneas remarcadas del dibujo—¿Qué haces en una carrera como administración de empresas si sabes dibujar así?—cuestionó, mirándolo esta vez.
—Mi papá cree que el arte no es para los alfas—dijo con un tinte de desilusión, a él le hubiera encantado seguir sus propios sueños en lugar de hacerle frente a una red de hoteles que no le interesaban.
—Bueno, lo siento, pero tu papá no sabe lo que dice, no puede clasificar lo que un alfa puede hacer o no—dejó las páginas de manera ordenada a un lado del escritorio, recogiendo ahora todos los lápices para acomodarlos dentro de una de las muchas lapiceras que habían ahí—¿Tienes más dibujos?
—Si, pero no son tan buenos, no soy profesional.
—Nada de eso, de seguro son muy buenos, déjame verlos, ¿si~?—pestañeó varias veces hacia el alfa, tratando de convencerlo con un gesto tierno, que con éxito, consiguió hacerlo.
Minho asintió con una media sonrisa he hizo que Jisung lo siguiera a través de la gran habitación hasta llegar al fondo en donde se encontraba un enorme ventanal. Jisung se sorprendió de inmediato, la vista era muy bonita. Se percató de las paredes ligeramente pintadas y de las mezclas de colores que se encontraban plasmadas en algunas páginas, incluso en el suelo.
—Lamento que todo se vea tan sucio y desordenado—dijo casi en voz baja—Pero a veces es muy difícil tener todo tan limpio cuando dibujo en lienzo—explicó cortamente.
Jisung no comentó nada al respecto, era entendible que su área de dibujo luciera así. Se acercó al caballete para inspeccionar un poco más el dibujo que había sobre el lienzo, maravillándose con los detalles que éste tenía. ¿Cómo es que Minho podía minimizar tanto su talento? Cuando le dijo que no eran tan buenos, realmente creyó encontrarse con algo diferente, pero ahora que estaba viendo lo que podía hacer, no iba a aceptar que dijera de nuevo algo como eso.
—Esto es impresionante—murmuró más para sí mismo, todavía encantado.
—No es para-
—No te atrevas—lo señaló, interrumpiéndolo al girarse hacia él—No te atrevas a decir que no es para tanto o que no es bueno, ¡es demasiado increíble!
Minho sintió algo fuerte en su pecho al escuchar los halagos del omega, sintiéndose satisfecho y orgulloso de sí mismo, algo que hace mucho no sentía, y realmente le gustaba ese sentimiento, era cálido y muy satisfactorio.
—Gracias—dijo luego de unos segundos, esbozando una sonrisa sincera en sus labios.
Jisung siguió viendo algunos de sus dibujos, dándole más cumplidos, hasta que se encontró una libreta que llamó mucho su atención; la tomó y se dispuso a revisarla. Adentro habían más dibujos mucho más simples, bocetos y algunos sin terminar, pero no perdían su belleza. Siguió ojeando hasta que se encontró con un dibujo que pudo reconocer automáticamente.
—Este soy yo—dijo seguro sin apartar la vista del papel—Soy yo el día de la cena.
Se vio a sí mismo en la página, reconoció su ropa, su cabello rubio resaltando y sus ojos color miel brillando, haciendo contraste con lo demás del dibujo que no estaba coloreado.
Minho reaccionó rápidamente, tratando de quitarle la libreta y que no siguiera viendo lo demás, de seguro creerá que es un raro obsesivo. Jisung lo miró sorprendido por la reacción cuando la libreta ya no estuvo en sus manos, notándolo cohibido y avergonzado por haber sido descubierto.
—No creo que debas seguir viendo—apretó la libreta contra su pecho, asegurándose de que no se la quitara.
—¿Por qué?
—Porque no, solo ya no lo mires—apartó la mirada—Es vergonzoso. De verdad, lo siento.
Jisung estuvo a punto de insistir de nuevo, pero toques en la puerta llamó la atención de ambos. Caminó hacia ésta a sabiendas de que era la comida que había ordenado hace varios minutos atrás.
—Buenas tardes, servicio a la habitación—dijo el alfa al otro lado, viendo a Jisung de pies a cabeza mientras una sonrisa traviesa se dibujaba en su rostro.
—Gracias—dijo el omega, haciendo una mueca de disgusto. Se hizo a un lado para dejarlo entrar con el carrito lleno de comida.
—Hey, Minho, no sabía que estabas tan ocupado—comentó de forma sugerente, mordiendo su labio inferior—Te conseguiste uno muy bueno, solo mira ese culo—le susurró, creyendo que Jisung no podía escucharlo.
Las alarmas en Minho se encendieron automáticamente al notar la manera tan asquerosa en la que su compañero de trabajo veía a Jisung, casi comiéndoselo con la mirada. Gruñó en advertencia, causando que el otro diera un paso hacia atrás.
—Deja de verlo así—le advirtió de manera pausada, sintiendo demasiadas cosas dentro de él que no eran normales, su alfa en posición de ataque.
—Mierda, que territorial eres con una simple prostituta—soltó de forma despectiva—No es como si fuera a quedarse contigo, puedes conseguir otro después, no tienes por qué cuidarlo tanto—se encogió de hombros, indiferente.
Jisung estaba tan sorprendido que no salía palabra alguna, es como si de repente, su omega se sintiera indefenso al percibir las feromonas de enojo que Minho había empezado a soltar en abundancia junto al fuerte olor del otro alfa. No estaba comprendiendo porqué su lado omega no lo dejaba reaccionar como quería, sino que se mantenía escondido a la espera de ser ayudado, a la espera de sentirse protegido.
Minho tampoco estaba teniendo control de sí mismo, su alfa gruñendo enojado y ofendido por la manera en la que se estaba refiriendo a Jisung, se acercó al otro alfa y lo tomó del cuello de la camisa con fuerza, viéndolo sin temor alguno a los ojos, sintiéndose sorpresivamente fuerte y con valor, algo que no había sentido antes.
—En tu miserable vida vuelvas a referirte así a él, imbécil—lo arrastró con fuerza hasta la puerta sin quitar esa fría y dura mirada que lo hizo temblar un poco, empujándolo bruscamente contra la pared del pasillo sin siquiera darle la oportunidad de defenderse o de responder—No lo mires de nuevo, no le hables, aléjate—su voz salió profunda, vibrando desde su pecho, amenazante.
Lo soltó, regresó a la habitación y cerró de un portazo. Se quedó un rato ahí, tratando de regular su respiración sin comprender qué había pasado, pero no se arrepentía en lo absoluto, su instinto lo empujó a defender al omega, convirtiéndolo en un alfa que no había visto nunca en sí mismo. Se giró hacia Jisung quien seguía en silencio, viéndolo con una chispa diferente en sus ojos, tan curioso y lleno de asombro.
—Perdón... Ese idiota lo merecía y no sé qué me pasó—siguió viéndolo, ya un poco más tranquilo, pero lleno de muchas dudas, esperando algún tipo de respuesta.
Jisung sonrió ampliamente y sin decir nada, lo abrazó, rodeándolo con ambos brazos y pegando su cabeza en su pecho, restregándose de manera juguetona para llenarse de su olor. ¿Por qué de repente su omega buscaba tanto la atención de un alfa? Es como si su lado valiente simplemente desapareció, comportándose como un omega que necesitaba ayuda, ayuda que Minho no dudó en brindarle, y a pesar de que era muy impropio de él, no estaba molesto, ni se sentía humillado, simplemente agradecido.
—No importa, no te disculpes—lo abrazó con más fuerza—Gracias.
Minho respondió el abrazo con cierta timidez, acercando la cabeza del omega más hacia sí mismo, complacido y con un sentimiento de protección hacia él.
Su alfa había despertado en cuestión de segundos como una reacción inmediata, ¿cómo había sido eso posible?
🌙
Un par de semanas habían pasado desde que Lee Joongi salió del país, y le parecía demasiado extraño no haber recibido ninguna queja en cuanto a Minho.
Hasta ahora.
Suspiró con cansancio mientras veía el nombre del gerente del hotel en la pantalla de su celular, llamando con insistencia.
—Buenos días, señor Lee.
—Dime qué sucede ahora—respondió fríamente, escuchándose cansado.
—Es Minho, tiene algunos días sin presentarse a trabajar.
—¿Y ahora por qué?—sobó sus sienes, sintiendo como a la lejanía empezaba a aparecer un leve dolor de cabeza.
—No sabemos, solo no quiere salir de su habitación.
Claro que lo sabían, pero no le iban a decir a su jefe que habían golpeado a su hijo.
—Bueno, hablaré con él en unos minutos para que se presente a trabajar.
—Hay algo más...
—Habla entonces—estaba irritado, ya le parecía demasiado raro no escuchar noticias de su hijo cuando siempre tenían algo que decirle.
—Hoy vinieron dos omegas y un alfa preguntando por él, fueron a buscarlo.
—¿Dos omegas?—se acomodó mejor en su asiento, prestando más atención. Eso sí que era algo nuevo y de suma importancia para él.
—Si... Uno de los omegas se fue con el alfa, el otro sigue con él en su habitación y no han salido en algunas horas.
—No los molestes entonces—ordenó con voz dura—Déjalos, de seguro Minho por fin se animó a buscar a alguien para su celo.
—No creo que sea eso, ese omega no es de esa clase de omegas, si usted me entiende.
Joongi frunció el ceño.
—¿Entonces?
—El chico vino diciendo que Minho era su alfa, pero no tenía marca...—guardó silencio por un momento—No tiene mucho sentido para mí, señor Lee.
Lo extraño de toda esa información lo mantuvo pensativo, tratando de encontrar alguna explicación que tuviera un poco más de sentido para él, pero no se le ocurría nada más que Minho por fin estaba cortejando a un omega.
—Por el momento no los molestes, hablaré con él, ¿algo más?
—También agredió a uno de sus compañeros hace unos momentos... Lo sacó a golpes de la habitación.
—¿Estás seguro de que hizo eso? ¿Mi hijo?
El hombre hizo un sonido de aprobación, dejándolos en un corto silencio.
—Muy bien, si eso es todo, debo irme.
Tras una corta despedida, la llamada terminó.
No sabía qué sentir al respecto, su único hijo, un alfa que consideró inútil por mucho tiempo, por fin había avanzado un poco en cuanto a los omegas, pero al mismo tiempo, le parecía muy extraño que de la nada, apareciera alguien diciendo que es el omega de su hijo cuando jamás había dado el paso con uno, al menos no que él conociera.
Pero, ¿quién era ese omega?
🌙
Minho se mantuvo en silencio y atento a todo lo que Jisung le decía sin perder ningún detalle de sus expresiones, pensando en cómo es que el omega podía hablar tanto y comer al mismo tiempo sin ahogarse o algo por el estilo; le parecía muy divertido, Jisung era bastante entretenido y agradecía totalmente que no lo obligara a hablar mucho porque por el momento, mantenerse atento y escuchando le parecía mucho más cómodo.
—Creo que estoy hablando más de la cuenta...—dijo luego de un rato, viendo a Minho que permanecía en silencio—Lamento si te aburro en algún momento, cuando me dan la oportunidad, hablo demasiado y no sé cuándo parar—sonrió avergonzado, removiendo con el tenedor algunos trozos de carne de su plato.
—No creo que seas aburrido—le sonrió también—El aburrido soy yo, eres el único hablando.
—Háblame de ti entonces—se acomodó mejor en su silla, sosteniendo su mentón sobre su palma sin dejar de mirarlo.
—Sobre mi...—guardó silencio unos segundos, pensando en algo que decir al respecto. No había nada interesante sobre él, su vida siempre fue de la misma manera, habían muchas cosas que no había hecho a pesar de que tenía casi veinte años, por lo tanto, no tenía anécdotas que contar, y eso le daba un poco de vergüenza—Bueno, soy hijo único, tuve una infancia un poco difícil debido a mi naturaleza. Desde pequeño, creyeron que sería un omega por mis actitudes dóciles e introvertidas, y cuando me presenté como un alfa, incluso yo me sorprendí, estaba casi seguro de que sería un omega.
—Me pasó lo mismo—rió por el recuerdo de él mismo en sus primeros años de vida—Mi papá creyó que sería un alfa porque me la pasaba saltando y gritando por todos lados, peleando con mis compañeros y así, pero mi mamá siempre supo que sería un omega, ella solía decir que sería un omega muy diferente porque percibía mi olor dulce—recordó las palabras que su madre le dijo cuando estaba por presentarse a los doce años—Pero mis actitudes siempre fueron un tanto cuestionables, sin embargo, fue muy comprensiva conmigo, y lo es todavía a pesar de que no está de acuerdo con mi forma de ser en su mayoría.
Podía comprenderlo, esa sensación de no encajar con los demás por tener comportamientos diferentes a los que todos esperan, la presión de tener que actuar como los demás quisieran con tal de no obtener malos comentarios o el rechazo, porque claro, a nadie le gusta sentirse rechazado. De alguna manera, sabía cómo se sentía Minho, pero sus vidas fueron muy diferentes a pesar de que su situación era similar.
—Me hubiera gustado ser tratado de esa manera también, pero mi papá estaba casi exigiéndome ser un alfa—suspiró sonoramente—Él nunca comprendió que no puedo ser un alfa como él desea. Incluso tengo algunos familiares que me tratan como un omega a pesar de que no lo soy, y eso enfurece muchísimo a mi papá—rió un poco, llegando a su cabeza el recuerdo de sus primos tratándolo con sumo cuidado y delicadeza para no lastimarlo, y eso a su padre le molestaba porque creía que, si lo seguían tratando así, jamás aprendería a ser un alfa—En todo caso, es mejor cuando él no está cerca, me siento menos presionado.
—Un alfa como él desea...—repitió en un murmullo—Es decir, ¿qué tipo de alfa quiere que seas?
—Ya sabes, quiere que sea protector, frío y con más carácter.
—A mi parecer, no luces como un omega—comentó el menor con decisión—Eres un alfa muy interesante, además, sabes actuar como uno sin tener que ser un total idiota como la mayoría en estos tiempos; me defendiste de ese chico hace ratos, ¡hasta le gruñiste y le hablaste con voz de alfa!
Minho sonrió, dirigiendo la mirada hacia sus manos con un leve color rosa en sus mejillas. Su corazón latía fuerte contra su pecho mientras su alfa se encontraba feliz en su interior por los cumplidos. Nunca había utilizado su voz de alfa antes, y aunque no tenía el mismo efecto como en un omega, sabía que, de seguro, su compañero de trabajo lo tomó como una clara amenaza para que no volviera a comportarse de esa manera con Jisung.
Pudo sentir la adrenalina en su interior cuando su lobo tomó las riendas, no podía permitir que alguien más se refiriera así al omega, porque a pesar de que no existía una marca, su lobo ya lo reclamaba como su pareja.
Jisung revisó la hora en su celular, dándose cuenta de que ya pasaban de las cuatro de la tarde, ni siquiera sintió lo rápido que pasó el tiempo en todo lo que ordenaron, comieron y hablaron. Estaba satisfecho, el aroma a tristeza desapareció por completo, sintiendo únicamente el del alfa, haciéndolo sentir a gusto y conforme.
—Creo que debo irme—avisó el menor, poniéndose de pie.
—¿Ya? ¿Tan rápido?
Jisung sonrió cortamente ante la respuesta, pareciéndole muy tierno.
—Son pasadas las cuatro de la tarde—rió, viéndolo asentir apenado—¿Irás mañana a clases?
—No lo sé... Todavía me veo muy mal y no quiero que me vean así—dirigió la mirada hacia sus brazos aún lastimados, habían pequeños moretones, y en su rostro también se notaban todavía algunos rasguños.
—Está bien, no te preocupes—lo tranquilizó al notarlo incómodo—Vendré mañana también, traeré a Seungmin para que te ayude con los apuntes de estos días, lo haría yo, pero no compartimos clases.
—N-No te molestes...
—Para nada—negó con la cabeza, interrumpiendo sus palabras—No vas a perder las clases, Seungmin te ayudará a ponerte al día. En cuanto a nuestra cita, podemos salir cuando te sientas mejor, pero no me canceles, ¿está bien?
Minho asintió con lentitud, sorprendido por la facilidad con la que el omega hablaba sobre el tema de salir juntos en una cita, como si fuera algo de todos los días.
—Muy bien, Min—se acercó al mayor con una sonrisa—Nos vemos mañana~—canturreó con tono aniñado, dejando un beso en su mejilla antes de salir casi corriendo hacia la puerta, yéndose de ahí antes de escuchar alguna respuesta del alfa.
Estaba terriblemente nervioso, ¿de dónde salió eso?
Minho por su parte, sintió que su respiración se cortó por unos instantes ante esa pequeña acción que lo sonrojó por completo. Agradeció que Jisung saliera corriendo porque, a decir verdad, no sabía cómo reaccionar. Aspiró una vez más el aroma del omega que quedó en su habitación, buscando la calma, siéndole inevitable no sonreír, olvidando la tristeza que lo estuvo sofocando en esos días para darle paso nuevamente a esa felicidad fugaz que no quería que desapareciera nunca, porque son esos momentos los que no lo dejaban rendirse del todo, aferrarse a ese sentimiento lo estaba motivando a seguir adelante.
Recogió los platos sucios del almuerzo, sabía que nadie iría por ellos así que le tocaría llevarlos él mismo a pesar de que odiaba la idea de tener que salir y ver a los demás empleados, no tenía intenciones de enfrentarlos por el momento, eso sería arruinar su felicidad.
El sonido de su celular lo sacó de su pequeño debate, lo tomó y suspiró al ver que su padre estaba llamándolo. Sabía el motivo de esa llamada.
—¿Hola?
—Minho, ¿qué tal todo por allá?
El pelinegro frunció el ceño por la inesperada pregunta, era primera vez que le preguntaba algo así, normalmente solía ir directo al regaño y terminaba colgando la llamada, nunca se detenía a preguntar o a decir algo más.
—Normal...—no supo qué más responder, sí mencionaba lo de los golpes, terminaría regañándolo también por no defenderse, y ya estaba cansado de eso—Nada nuevo.
—Mjm... ¿Seguro de que nada nuevo?—insistió.
—Pues... Empecé clases ya—dijo apenas, obviando la información de Jisung, obviando que también había faltado tres días.
—Claro. ¿Puedes decirme quiénes son las personas que fueron a buscarte?
Minho sobó sus sienes y se sentó en su cama. Eso era algo que no quería compartir con su papá, sabía lo insistente que se pondría al respecto.
—Unos amigos de la universidad, solo vinieron a visitarme—siguió ocultándolo, pero supo que no debió hacerlo al escucharlo suspirar al otro lado de la línea, eso significaba que ya lo había hecho irritarse.
—Mira, Minho, deja de darle tantas vueltas, ¿crees que no me daría cuenta? Mejor dime quién ese ese omega con el que has estado encerrado toda la tarde, ¿es por tu celo?.
—Su nombre es Jisung... Y no, no ha venido a ayudarme con mi celo—el impulso de colgar la llamada era latente, pero hacer eso solo lo metería en problemas—Es un amigo de la universidad y eso es todo.
—¿Seguro, Minho? No tengo intenciones de regañarte, sabes que me parece muy bien que tengas contacto con omegas, no importa para qué lo utilices, ya es hora de que aprendas a manejar a un omega como se debe, te lo he dicho.
¿Cómo su padre podía ser tan irrespetuoso?
—No lo estoy utilizando, no vuelvas a insinuarlo-su voz sonó dura, haciendo puño la sábana bajo su mano libre—Si eso es todo, ya voy a colgar.
El señor Lee enmudeció ante el tono de su hijo, nunca lo había escuchado hablar así, y eso sí que llamó su atención porque ni siquiera para defenderse se comportaba así. Estaba seguro de que el omega tenía algo que ver, y claro que no dejaría pasar por alto ese detalle, buscaría información sobre ese tal Jisung, había algo realmente interesante en ese omega que hacía que su hijo reaccionara así por unas simples palabras.
—Nos vemos cuando regrese.
Sin responder, Minho colgó la llamada, pasando por alto que eso le costaría un buen insulto por faltarle al respeto. ¿Por qué todos tenían que insinuar que Jisung lo estaba buscando con otras intenciones? Su alfa estaba muy enfurecido con esa idea porque en ningún momento planeaba aprovecharse, y hasta ese punto, ya no le importaba tener que golpear a los alfas idiotas que se pusieran en su camino, porque ahora que descubrió que era capaz de proteger a ese omega, no dudaría en hacerlo.
Jisung ahora tenía un alfa que podía protegerlo.
🌙
Al fin actualización por aquí, gracias a los que comentan y votan<3
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