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𝄈𝄈Nueve𝄈𝄈

—¿No puedes usar algo que te haga ver menos fácil?

Seungmin rodó los ojos, resignado a nunca dejar de escuchar esos comentarios.

Estaba cansado de los insultos de su padre, siempre haciéndolo de menos por como se vestía, por sus accesorios, por como se peinaba. Por absolutamente todo. Y no es como si fuera mostrando su cuerpo, esos comentarios se los ganaba únicamente por usar ropa ajustada o por usar maquillaje. Al principio, fue muy doloroso soportar que su propio padre le dijera ese tipo de cosas tan hirientes, creyendo siempre que todos lo veían de la misma forma, pero con el tiempo, a pesar de que su autoestima estaba destrozada, empezó a sobrellevarlo a su manera.

Se veía a diario en el espejo de su habitación, su rostro lleno de lágrimas mientras se repetía una y otra vez que él no era alguien fácil mientras analizaba la ropa que se ponía, la mayoría de las ocasiones tapando su cuerpo para no recibir esos comentarios, pero después de un largo tiempo, trabajó en sí mismo para no seguir llorando por eso, trabajó en sí mismo para sentirse satisfecho con su propia ropa y maquillaje, y supo que sería más fácil desde esa vez en su primer año de universidad que un chico le dijo lo bonito que se veía usando pantalones cortos y con el cabello revuelto. Fue sorprendente en las primeras ocasiones, pero con el tiempo, más y más alfas empezaron a notarlo, haciéndolo sentir cada vez más lleno de valor, hasta que, por fin, pudo manejar la situación por completo, manejar su imagen y los provechos que podía sacarle, dándose cuenta de que su padre no tenía más poder sobre él en cuanto a eso.

Pero, ¿por qué no se sentía satisfecho del todo a pesar de tener toda la atención que quería?

Las palabras de Chan resonaron en su cabeza durante toda la noche porque tenía razón, los alfas no lo respetaban, le hablaban con palabras dulces y le regalaban todo lo que pedía, pero todo con la intención de llevarlo a la cama, y el pensamiento de que eso sucediera lo aterraba, porque él no era un omega fácil que accedía fácil entendí a tener sexo con cualquier alfa así como su padre decía, nunca sería como él decía.

—Sube y cámbiate esos pantalones—ordenó el alfa desde el comedor—Usa algo que no demuestre lo necesitado que estás, sé un poco disimulado, no te cuesta.

—Ya me voy—fue lo único que dijo, tomando sus cosas sin prestarle atención.

—¡Cómo quieras, pero cuando salgas preñado ni te atrevas a aparecer!

Seungmin apretó con fuerza las correas de su mochila mientras salía de su hogar, cerrando de un portazo, alejando cualquier sensación de tristeza que amenazara con aparecer, tratando con todas sus fuerzas que eso no lo afectara en lo absoluto a pesar de que muy en el fondo, había tocado algo en su corazón.

Caminó a paso lento hasta la universidad; con la intención de evadir a su padre, salió más temprano, así que tenía el tiempo suficiente para pensar en el rumbo que su vida estaba tomando.

Estaba un poco molesto consigo mismo por prestarle tanta atención a lo que Chan le había dicho, no tenía por qué dudar ahora que tenía lo que deseaba. ¿Qué importaba de todas formas? No necesitaba el amor de ninguno de esos alfas, tener pareja no estaba en sus planes, solo quería tenerlos bajo su manejo.

O al menos trataba de convencerse de ello.

Cuando atravesó las puertas de su facultad, obtuvo la mirada de algunos alfas que voltearon a verlo tan pronto llegó, haciéndolo sonreír con suficiencia y egocentrismo. Los saludó con una sonrisa dulce a cada uno de ellos como solía hacer cada día. Logró ver al fondo del pasillo que Jisung se encontraba hablando con Chan y su corazón empezó a latir un poco más rápido de lo normal, intentó tomar otro camino solo por no tener que verlo, pero fue inútil cuando el alfa se giró a verlo. Quiso sonreír como siempre hacía, pero por alguna razón, no podía cambiar su expresión.

—Seungmin, ¿estás bien?—un chico preguntó a su lado, deteniéndolo de golpe.

—Uhm, si—asintió, apartando su brazo de forma sutil para no ser grosero.

—No te ves bien—comentó otro—¿Necesitas que traiga algo para ti?

Negó. Estaba actuando como un idiota, lo tenía claro, y no tener el control de esa reacción lo estaba frustrando sorprendentemente, nunca se imaginó que Chan podría hacerlo sentir tan fuera de su zona de confort.

Y eso era muy malo.

Caminó hasta el baño, dejando atrás a los alfas que seguían ofreciendo su ayuda. Se encerró en uno de los cubículos, avergonzado por su actitud tan desubicada. Y todo por el cuestionamiento de Chan, eso no debió afectarlo tanto, no tuvo que haberlo pensado tanto.

—¿Seungmin?—Chan entró al baño con cierta preocupación luego de unos segundos—¿Estás enfermo?

—N-No—logró decir en voz alta—Estoy bien, no tienes que preocuparte.

No quería salir, no quería llorar y decirle que tenía razón en cuanto a lo insatisfecho que se sentía con tantos alfas a su alrededor, no quería aceptarlo porque eso era lo único que lo hacía sentir bien, que lo hacía tener seguridad en sí mismo y subía su autoestima, su ego, todo lo que su padre destruyó. Aceptarlo significaría que todo era falso, que nunca fue nada de lo que creía y que siempre fue ese chico que lloraba por no sentirse suficiente.

&Sé que no es el mejor lugar para decírtelo... Pero hice pastel de zanahoria para ti—habló el alfa al otro lado del cubículo con un tono tímido—Estaba esperando a que vinieras para dártelo.

Seungmin limpió rápidamente una lágrima que escapó de sus ojos, nunca nadie le había dado algo así y no podía evitar sentirse cálido ante el gesto.

—Perdón si dije algo ayer que no debía, no quise incomodarte.

—Está bien—respondió, luchando porque su voz saliera estable—Olvida eso.

—Bueno... ¿quieres el pastel?

El omega rió cortamente y abrió la puerta levemente, viendo a Chan asomarse sin acercarse tanto.

—Es un mal lugar para darme comida.

—Lo sé—asintió el alfa, sonriendo—Si quieres te lo doy después, allá afuera.

—No, dámelo ahorita—extendió su mano fuera del cubículo y Chan le dio un recipiente muy bien cerrado con el pastel.

—Debo irme, tal vez nos veamos más tarde, Jisung quiere que vayamos con Minho otra vez.

—Si, claro—asintió—Gracias.

Chan volvió a sonreír y asintió, saliendo por fin del baño, dejándolo solo con un montón de sensaciones que apenas y podía explicar. Vio el pastel en sus manos y no pudo evitar sonreír ante el gesto, pareciéndole muy dulce de su parte.

¿Así se sentía disfrutar realmente de un detalle sin intenciones de por medio? Porque si así era, le gustaba mucho más esa sensación.

🌙

Esa mañana, Jisung despertó con mucha más energía de lo normal. Hizo su rutina de siempre, haciendo un poco de énfasis en su aspecto que la mayoría del tiempo era un tanto descuidado, ahora debía de preocuparse un poco más si quería impresionar a Minho. Salió de su habitación rumbo al comedor en donde de seguro, sus padres ya lo esperaban para desayunar.

—¡Buenos días!—saludó con ánimos, buscando un plato para servir su desayuno.

—¿Decidiste arreglarte un poco hoy, eh?—dijo su padre sin apartar la mirada de su celular.

Jisung rodó los ojos y se sentó, revolviendo con la cuchara su cereal sin intenciones de responder.

—Te ves hermoso, Sunggie—dijo su madre con una amplia sonrisa, haciéndolo sonreír a él también—¿Se debe a algo en específico?

Jisung se sonrojó muy levemente mientras dejaba escapar una sonrisa avergonzada.

—Hay un alfa...

El señor Han levantó la mirada tan pronto escuchó a su hijo, atento a lo que estaba por decir.

—¿Qué alfa? ¿Cuál es su apellido? ¿Te está cortejando?—el señor Han empezó a preguntar, curioso. Le interesaba el tema de la familia a la que pertenecía, no podía permitir que su hijo estuviera con cualquier alfa que no le brindara ningún tipo de beneficios.

—Ustedes lo conocen—dijo sin dejar de sonreír, su omega sintiéndose emocionado.

—¿Chan?—preguntó su padre.

—Ew, no—negó rápidamente—Les he dicho muchas veces que Chan jamás será mi alfa—se cruzó de brazos, cambiando su expresión—Se llama Minho.

—Espera, ¿Minho?—el señor Han deseaba que todo eso fuera una muy mala broma—¿El mesero? ¿Ese Minho?

Claro que todavía recordaba al chico que había sacado del hotel a su hijo sin avisarles, gracias eso, Jisung no pudo convivir con más alfas, dejándolo sin la oportunidad de conseguir a alguien de una familia importante como tenía planeado.

—Si, él mismo—asintió con seguridad. No le avergonzaba en lo absoluto, a él no le interesaba lo que Minho hacía, le interesaba el tipo de alfa que era, además de ese fuerte deseo de estar a su lado que su omega exigía—¿Algún problema con eso?

—Es un mesero—dijo el señor Han como si eso fuera suficiente para hacerlo cambiar de opinión, pero Jisung no era superficial como él.

—Por eso no les cuento nada—murmuró, viendo hacia su plato sin apetito.

—¿Y tú le gustas?—preguntó la señora Han, ignorando las quejas de su esposo al respecto.

—Creo que si... Es decir, espero gustarle en algún momento.

La señora Han asintió con una cálida sonrisa. Animándolo a desayunar para no tener que irse sin algo en el estómago.

—Como siempre, alentándolo a que tome las peores decisiones—el señor Han negó con la cabeza, levantándose de la mesa, yéndose hacia el segundo piso para terminar de prepararse para ir a trabajar.

—No le prestes atención, sabes cómo se pone cuando tocan el tema sobre que tú tengas un alfa.

—Lo sé, el jamás va a comprender que no soy algo que puede intercambiar en sus negocios.

—No hables así... El no cree que sea así.

Jisung suspiró, claro que así era, toda esa obsesión por emparejarlo con alguien de una buena clase social solo por la imagen y los beneficios. Estaba harto.

—En todo caso, por más que odie la idea, no pienso en tener a otro alfa que no sea Minho—dijo con total seguridad, viendo a su madre sin dudar en lo absoluto.

—¿Estás seguro?

—Muy seguro.

—Muy bien—asintió la señora Han. Sabía que lidiar con su esposo sería un poco difícil, pero en algún momento tendría que aceptarlo.

El rubio terminó su desayuno en silencio luego de esa corta conversación, cepilló sus dientes y salió rumbo a la universidad. Pensar en su padre lo ponía de muy mal humor, todo ese control que quería tener sobre él lo tenía cansado, pero estaba seguro que de ninguna forma iba a ceder a sus estupideces.

Al llegar a la universidad se encontró con Chan quien otra vez, estaba ahí de 'casualidad', visitando a su mejor amigo, pero era obvio que estaba esperando a Seungmin. No le molestaba, le gustaba que por fin se animara a hablarle a su amor platónico, y si eso lo hacía feliz, no iba a quitarle esa felicidad de ninguna manera.

El día transcurrió con normalidad, sus clases no le parecieron aburridas del todo y trató de prestar toda su atención, no quería empezar a atrasarse por no prestar atención. Dejó de lado cualquier preocupación y se limitó a pensar en que vería a Minho al terminar, y ese pensamiento lo ponía un tanto ansioso.

Guardó todas sus cosas con rapidez cuando la clase por fin finalizó, le dejó un mensaje a Chan indicándole que estaría en la cafetería de siempre que quedaba fuera de la universidad y que se reunieran ahí. Caminó a paso rápido hasta llegar al lugar, deleitándose con el agradable aroma de los postres recién hechos y el café. Se acercó al mostrador y agradeció enormemente que fuera un omega el que lo atendió, de esa forma se sentía más seguro de que no iba a comportarse como un tonto con él.

Terminó comprando diferentes pastelillos de colores y dos trozos de pastel, obviamente para él y Minho nada más, sabía que podía comprar algo en el hotel, pero lidiar con los empleados de ahí no estaba en sus planes, además de que, de seguro, Minho estaba harto de esa comida. Sonrió al imaginar la reacción que tendría el alfa cuando se los diera, de seguro iba a sonrojarse, y eso no hacía más que darle ternura ante su inexperiencia y timidez.

—¿Qué hacías ahí?—preguntó Chan al verlo salir de la cafetería con una caja y dos bebidas.

—Uhm, no lo sé, Chan, tal vez comprando sushi—dijo con sarcasmo.

Seungmin quien se encontraba a un lado de Chan, soltó una corta risa ante la respuesta, viendo con diversión al alfa.

—Ugh—rodó los ojos, escuchando a los omegas reírse—Al menos me compraste un frappé, muy amable de tu parte, dame—hizo el amago de agarrar una de las bebidas, pero Jisung se hizo hacia atrás y las alejó de él.

—Es para Minho, aléjate.

—Ni quería—rodó los ojos e hizo un puchero.

Jisung rió por el comportamiento del alfa y negó con la cabeza. Los tres caminaron hacia el auto de Chan y Jisung se metió en los asientos traseros bajo la excusa de que iría más cómodo ahí, dejándole el asiento de copiloto a Seungmin.

Chan sonrió para sí mismo y se puso en marcha hacia el hotel con una bonita sensación en su pecho.

🌙

Esa mañana en particular, Minho se levantó más temprano de lo habitual. Se fue directo al baño con la intención de tomar una buena ducha, no podía dejar que Jisung lo viera otra vez con un mal aspecto, le deba vergüenza el solo pensar que el día anterior, el omega se había acercado a él e incluso lo había abrazado a pesar de que llevaba un par de días sin bañarse apropiadamente; su estado de ánimo no lo había sacado de la cama por sí mismo, hasta hoy.

Se tomó el tiempo necesario para asearse lo más que pudo, incluso trató él mismo sus golpes para que Jisung no se preocupara y para que se diera cuenta de que podía cuidarse. La necesidad de darle una buena impresión estaba latente, por eso arregló su cabello con dedicación, se puso ropa cómoda sin llegar a verse descuidado, y a pesar de que su rostro todavía se veía lastimado, se dio cuenta de que no estaba mal velar por su bienestar, sintió la satisfacción en cada cosa que hacía, hace mucho que no se preocupaba por sí mismo, y a decir verdad, se sentía muy bien.

Aseó la habitación, tratando de alejar lo ansioso que empezó a sentirse al recordar que también llegaría Seungmin, ¿lo verá mal por los golpes que todavía eran visibles? ¿va a reírse de él? ¿va a preguntarle sobre lo que había pasado? Se detuvo un momento, quitándose esos pensamientos negativos que solo lo llevarían a ese pozo de inseguridades del que deseaba salir.

No era momento para eso, tenía que mentalizarse eso.

El aroma de Jisung llegó profundamente por sus fosas nasales, aspirando el olor de forma automática, anunciando que el omega estaba cerca. Era increíble lo rápido que podía identificarlo entre los demás aromas que se mezclaban levemente, llamándolo únicamente a él. Todavía no se explicaba esos detalles, pero de seguro, algún día sabría las verdaderas razones.

Abrió la puerta justo cuando Jisung iba a tocar, sus miradas se cruzaron y pareció que el mundo de ambos se detuvo en ese instante. Minho se mantuvo en un tipo de trance mientras Jisung le sonreía con timidez, olvidándose por completo de que no se encontraban solo ellos dos.

—Entonces... ¿Entramos o qué?—Chan interrumpió el momento de ambos, causando que apartaran la mirada.

Seungmin lo empujó levemente, regañándolo en voz baja por su imprudencia; el alfa se encogió de hombros, confundido.

—Eh, si, si—Minho se hizo a un lado para abrir más la puerta y darles espacio para entrar—Pueden pasar.

Jisung mordió su labio inferior en su intento de no seguir sonriendo, pero era inevitable, Minho realmente se miraba muy lindo con la frente descubierta y con las mejillas sonrojadas.

—¡Alfa tonto!—Seungmin se dirigió a Minho con el ceño fruncido—Te dije que seríamos amigos y solo desapareces—le reclamó, tomando asiento en la orilla de la cama, cruzándose de brazos—Nos tenías preocupados—suavizó su expresión, haciendo su mayor esfuerzo por no mirar fijamente los golpes en su rostro y brazos. No debía preguntar, tal vez, si llegaban a ser cercanos, algún día se lo diría.

Minho no sabía cómo responder a los comentarios del omega pelirrojo, no tenía idea de que en algún momento, Seungmin se sentiría preocupado por él puesto que se acababan de conocer. No sabía exactamente como funcionaba el hecho de socializar con otras personas, y a lo mejor, por eso se sentía fuera de lugar.

—Lo siento—fue lo único que pudo decir al respecto, escuchando al omega emitir un sonido de aprobación.

—Traje todos los apuntes de estos días, son muchos, así que ponte a trabajar—demandó, sacando los cuadernos y libros en los que se había tomado el tiempo para resaltar lo más importante y que sea de utilidad para Minho.

El alfa asintió un poco confundido por la actitud de su nuevo amigo, ¿era así de demandante siempre? Porque si era así, entonces ya le daba un poco de miedo.

—Bueno, como que hace un poco de hambre, ¿no?—Chan habló desde el sofá de la habitación, llamando la atención de todos los presentes que lo miraron con seriedad—¿Qué?

Minho no sabía que Chan también estaría ahí, recordaba haberse sentido un poco amenazado la otra vez en la que sintió el olor de Jisung en él, y eso le generaba cierto conflicto porque no le agradaba en lo absoluto el olor de Jisung en otra persona.

A Chan le gusto yo, recordó que Seungmin le dijo, sin embargo, su alfa no podía solo pasarlo por alto, comportándose como un lobo territorial, y eso ya no le estaba gustando porque tampoco quería tratar de esa manera a Jisung. Así que hizo su mayor esfuerzo por prestarle atención a los cuadernos frente a él y no al alfa que susurraba con Jisung al otro lado de la habitación.

—¡Dame de lo que compraste!—exclamó en un susurro Chan hacia Jisung quien trataba de alejar la caja de él.

—¡Son para Minho!—respondió, gruñéndole.

—¡Le compraste como veinte!

—¡Y eso qué te importa, pulgoso!

Jisung y Chan no solían discutir seguido, pero cuando Chan se ponía intenso por culpa del hambre, lograba sacarlo de sus casillas y terminaba frustrado, pero de ninguna manera le daría uno de los postres que había comprado para Minho, no le daría sin importar cuanto lo estuviera molestando.

Parte de la tarde pasó con tranquilidad, Chan consiguió algo de comer de la refrigeradora de Minho con su permiso, así que su irritación había bajado en gran manera. Cuando el reloj marcó las tres de la tarde, ya habían pasado un poco más de dos horas desde que llegaron, así que debían irse. Minho le agradeció a Seungmin el detalle de ayudarlo y dejarle varios de sus apuntes, prometiéndole que no volvería a descuidarse.

Jisung dijo que se quedaría un rato más con Minho, quería pasar un tiempo con él a solas, y aunque no lo dijo de esa manera, era obvio, así que Chan y Seungmin recogieron sus cosas y salieron de la habitación con sonrisas cómplices y silenciosas burlas hacia el omega por lo nervioso que se había puesto de repente.

—¿No se te hace muy tarde si te quedas más tiempo?—preguntó Minho segundos después de cerrar la puerta.

—Claro que no—sonrió—Traje todo esto para ti—le extendió la caja con los pastelillos y los trozos de pastel—Aunque ahora que veo, si fue mucho, pero no importa, yo tengo mucha hambre.

—Gracias—Minho aceptó gustoso el detalle—¿Quieres ver una película o algo así?

Jisung asintió repetidas veces y se acomodó sin vergüenza alguna en la cama del alfa, reteniéndose a sí mismo de no restregarse contra el olor del alfa que se encontraba en todos lados de esa espaciosa cama, atrayéndolo con fuerza. Se limitó a tomar una de las almohadas para abrazarla contra su pecho bajo la juguetona mirada del alfa, disimulando muy bien la repentina necesidad que tenía de llenarse del fuerte aroma de Minho, su omega tomando el control poco a poco sin siquiera darse cuenta, poniéndolo en una situación que ya no podía controlar.

Minho se acomodó a su lado, sintiéndose más nervioso que nunca. No tenía la intención de sobrepasarse, pero era su cama, Jisung estaba a su lado, demasiado cerca, y sin poder evitarlo, su alfa reaccionó ante el omega que buscaba desesperadamente llenarse su olor, ya no solo con su almohada, sino que con sus sábanas también. Su cuerpo se estremeció y un cosquilleo se instaló de forma repentina en su vientre al escuchar un leve jadeo.

Por primera vez en su vida, sintió la necesidad de tomar a un omega.

🌙

Holi😋ojalá les guste♡

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