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𝄈𝄈Dos𝄈𝄈

Con cortas palabras, Minho le indicó a Jisung por donde debía ir entre los pasillos del hotel, ambos sin saber qué decir. Minho creyó conveniente al principio tratar de iniciar alguna conversación, pero se sentía tan nervioso que prefirió seguir en silencio. Por otra parte, Jisung estaba dentro de una discusión consigo mismo, preguntándose por qué se estaba dejando acompañar por un alfa totalmente desconocido y que además de eso, lo ponía de los nervios, ese definitivamente no era él.

Unos pocos minutos después, por fin llegaron al jardín trasero del hotel. Jisung se encontraba ciertamente encantado debido a lo llamativo que se veía todo en esa noche: las diferentes flores le daban un toque de color a los frondosos arbustos, las luces colgadas en los árboles no permitían la oscuridad de la noche y la fuente en el centro del jardín simplemente era majestuosa para sus ojos, decorada con algunas estatuas de las que también salían cortas cascadas de agua.

—Es aquí… No hay mucho que hacer, pero te aseguro que nadie va a molestarte—habló Minho algunos segundos después.

—¿Cómo sabes?

—Bueno… Esta área está cerrada para los invitados de hoy—sonrió tímidamente, apartando la mirada del menor.

—¿Y aún así me trajiste?

Minho asintió, jugueteando con sus dedos como clara señal de timidez y nerviosismo al encontrarse bajo su mirada sorprendida.

La situación se prestaba para muchos escenarios catastróficos, es decir, Jisung era un omega sin marca con una belleza que no pasaría desapercibida por nadie, y Minho era un alfa totalmente desconocido para él, ambos estaban a solas, alejados de las personas en un lugar que estaba prohibido para los demás. Sin embargo, Jisung se encontraba extrañamente cómodo y seguro, fuera de peligro alguno.

—Te dejaré solo entonces, puedes caminar en los alrededores y regresar por donde vinimos—indicó.

—Quédate conmigo—pidió el omega, confundido por sus propias palabras, pero no podía evitarlo, era como si fuera su instinto hablando por él—Hazme compañía un rato y luego regresamos, ¿qué tal si se me aparece algún alfa y me hace algo?

Minho pensó en esa posibilidad, y definitivamente, no deseaba que algo le pasara estando solo. Asintió.

Jisung tomó asiento en una banca de piedra que se encontraba frente a la fuente, concentrándose en el aroma del alfa a su lado que lo hacía sentir tranquilo, convencido de que efectivamente, ningún otro alfa llegaría a molestarlo si él estaba presente, y eso le daba mucho alivio porque por primera vez, no se sentía a la defensiva en la presencia de alguien desconocido.

Minho se sentó a su lado, manteniendo una distancia prudente en medio de los dos para no hacer sentir incómodo al rubio, menos al ver como trató a aquel alfa de hace un rato, por nada del mundo quería molestarlo.

—Así que te llamas Minho—Jisung rompió el silencio, girándose hacia el pelinegro, encontrándose con su perfil que, a decir verdad, podía aceptar que era muy atractivo.

—S-Si—respondió un tanto cohibido—Y tú te llamas Jisung... Así te llamó tu papá más temprano.

—Así es—asintió, viendo ahora hacia la fuente—Mucho gusto, Minho. Lamento decir eso sobre los alfas allá adentro, pero realmente saben cómo molestarme solo con hablarme.

Minho rió bajito, viendo a sus manos juntas en su regazo.

—Creo que lo comprendo, a veces los alfas somos un poco intensos con los omegas.

—¿Un poco?—rió, enarcando una ceja hacia al mayor que logró ruborizarse ante ese gesto.

—Está bien, muy intensos—asintió, apartando la mirada con timidez.

—¿Y tú? ¿Qué tipo de alfa eres con los omegas?—preguntó, dirigiendo su mirada hacia él.

—No estoy seguro—¿qué tipo de alfa era? No sabía con exactitud puesto que nunca había intentado tener otro tipo de acercamiento con los omegas, el inevitable rechazo le daba mucho miedo—Pero no soy de los idiotas—sonrió cortamente hacia el omega quien imitó su acción.

—Puedo notarlo—le sonrió, sonrojándose un poco.

Jisung siguió quejándose mientras Minho escuchaba atentamente sin interrumpirlo, viéndolo con atención para no perderse ninguna de sus expresiones al hablar, limitándose a reír algunas veces por todo lo que el rubio decía sobre los alfas y sobre lo mucho que los detestaba. Él no tenía mucho que decir, veía la forma en la que los alfas se comportaban y comprendía su molestia, la mayoría del tiempo, eran un dolor de cabeza y demasiado molestos cuando iban tras un omega, pero a excepción de los demás omegas, Jisung no cayó tan rápido, lo cual, era impresionante. No quería generalizar, pero siempre había visto como los omegas aceptaban cuando los alfas se mostraban imponentes, egocéntricos y presumidos en cuanto a su posición económica y otras cosas de interés, incluso llegando al punto de tocar el tema del sexo, haciéndolos creer muchas veces que era la forma más fácil de atraer pareja.

El momento se había tornado agradable, Jisung estaba a gusto con la compañía que Minho le brindaba, sin embargo, todo ese ambiente se arruinó totalmente cuando una voz a lo lejos interrumpió su conversación.

—¡Minho!

El mencionado se levantó de la banca rápidamente y automáticamente agachó la cabeza al escuchar la voz de su superior, sus mejillas se sonrojaron y sus manos se removieron con nerviosismo. Sabía que recibiría un gran castigo por no estar en su puesto en el salón, por estar con uno de los invitados y por dejarlo entrar a una zona que se encontraba privada por el momento.

Jisung notó cada gesto y no pudo evitar preocuparse por el alfa, aunque no debería ya que los alfas podían defenderse por ellos mismos, pero algo le decía que Minho estaba en serios problemas. Ese comportamiento automático en él lo hizo ponerse alerta.

—Hasta que te encuentro, idiota—alzó la voz el mayor, deteniéndose frente a Minho quien solo quería desaparecer de ahí, no quería ni saber con qué cara, Jisung lo estaba viendo justo en ese momento—¿Por qué no estás en tu puesto? ¡Te dije que no quería quejas sobre ti!

—Lo siento—habló en voz baja, humillado.

—Oye, tranquilo, no es necesario que le hables así—intervino Jisung sin dudarlo, su omega gruñendo en señal de advertencia.

El alfa mayor se giró a verlo, esbozando una sonrisa forzada y un poco apenada por haberse comportarse así frente a un invitado.

—Lamento el inconveniente, joven Han, sus padres han estado buscándolo desde hace un rato y me indicaron que-

—Si, pero eso no tiene nada que ver con la forma en la que lo tratas—interrumpió con el ceño fruncido, preguntándose por qué, Minho no decía nada y se dejaba tratar de esa manera—Yo le pedí que me trajera aquí, es culpa mía, así que, si vas a decir algo, que sea a mi—levantó el mentón en señal de seguridad, cruzándose de brazos—Adelante, hazlo.

El mayor tensó la mandíbula, esforzándose por no actuar como un verdadero alfa frente a un simple omega que le estaba alzando la voz, y sabía que no podía hacer ningún movimiento fuera de lugar porque si ponía queja con su jefe, sin problemas sería removido de su puesto por discutir con un invitado. Suspiró sonoramente en un intento de relajarse, extrañado por la altanería del menor.

—No se preocupe, usted no tiene nada que ver con esto, así que le pido por favor que regrese al hotel-—habló lo más amable que pudo, pero la expresión del omega no cambiaba, y eso estaba empezando a frustrarlo—Por favor, regrese al hotel—repitió.

—Quiero que Minho me lleve—se mantuvo firme, sin flaquear en ningún momento—Es el mesero que me está atendiendo hoy, quiero que él vaya conmigo.

—Tranquilo, joven Han, llegaré en otro momento a terminar mi trabajo—le dijo con suavidad, viéndolo con tranquilidad, como si no estuviera en medio de una casi pelea con su jefe.

Jisung no quería irse, no quería que regañaran a Minho por su culpa, pero también entendía que, si no se iba por su cuenta, terminarían obligándolo de alguna manera, tal vez usando la fuerza o imponiéndose con voz de alfa, así que asintió dudosamente y empezó a caminar en dirección contraria a los alfas, girándose de vez en cuando hasta que ya no los vio más.

—¿Quién te crees que eres? Tienes que arruinarlo siempre, actuando como si fueras un estúpido niño que no sabe captar indicaciones, ¿en qué estabas pensando? ¿No te quedó claro que aquí estaba cerrado? ¿O es que quieres pasar sobre mis órdenes?

—N-Nada de eso, es solo que él m-me pidió salir de ahí y yo solo-

—¡Deja las excusas!—golpeó la parte trasera de su cabeza, haciéndolo callar inmediatamente—No hay justificación, tu deber era negarte, no traerlo. Los padres de ese chico me hicieron pasar vergüenza por tu culpa, así que ni creas que vas a salir tan fácil de esta—lo agarró con fuerza del cuello de la camisa de vestir y lo tiró hacia el suelo con facilidad, viéndolo con superioridad.

Minho sabía lo que venía a continuación, no sería primera ni última vez, y también sabía que, si trataba de defenderse o de incluso responder de alguna manera, la situación solo empeoraría. Aguantó las lágrimas un poco más y en cuestión de minutos, ya se encontraba quejándose del dolor por los golpes furiosos del alfa. Era inteligente, lo golpeaba en zonas en donde no se notara para que nadie hiciera preguntas, además, sabía que no le diría a nadie porque para empezar, no tenía a quién contarle. Muchas veces intentó hablar con su papá sobre los abusos que sufría en el trabajo en el que él mismo lo metió, sin embargo, no intervenía de ninguna manera porque le decía que lo merecía por ser un alfa inútil, dándole la única solución de regresar los golpes también si quería darse su lugar, pero Minho no quería eso, no sentía que debía hacerlo o que al menos tuviera el valor; así que, una vez más, era tratado como si no fuera nadie.

🌙

Jisung llegó al salón principal, una mezcla de enojo y preocupación lo llenó mientras caminaba hacia su mesa a pasos rápidos. Arrastró la silla con fuerza y tomó asiento, cruzándose de brazos sin apartar la mirada de la entrada a la espera de que Minho apareciera pronto.

Sus padres lo miraron un tanto confundidos por su repentina llegada, al igual que los demás invitados, mirándolos curiosamente.

—¿En donde estabas?

—Afuera—respondió cortante, moviendo su pierna derecha con impaciencia.

—¿Sabes cuantos alfas se me acercaron diciendo que no te encontraban por ningún lado? Ellos querían conocerte, en eso quedamos—regañó en voz baja para no llamar la atención.

—No entiendo por qué eso debería de importarme—entrecerró los ojos, al fin viéndolo a él—Solo bastó un estúpido alfa para que tuviera ganas de irme, por eso salí, necesitaba aire—trató de no hablar en voz alta, pero su padre se empeñaba en siempre decirle las peores cosas en los momentos indicados, y no podía evitar reaccionar diferente.

—El hijo de los Park dijo que lo rechazaste para nada amable sin siquiera conocerlo, y recuerdo haberte dicho que les dieras la oportunidad. ¡Son los Park, Jisung!

—¡De verdad lo intenté!—exclamó exasperado, harto de esa inútil conversación—Lo intenté y lo único que logré fue tener enfrente a un estúpido alfa queriendo pasarse de listo, ¿a eso quieres que me someta?

El señor Han respiró profundo y se relajó, no era el lugar ni el momento para armar una discusión con su terco hijo, y supo que, si seguía insistiendo, lo único que iba a conseguir era que todas las miradas estuvieran sobre ellos, armando un escándalo.

—Está bien, tranquilos los dos—intervino la señora Han, viéndolos a ambos—Es mejor que nos vayamos ya, las personas están empezando a murmurar—sugirió, acomodando algunas cosas dentro de su elegante bolso.

—No, todavía no—se negó el rubio—Aún no veo a Minho por ningún lado.

—¿El mesero?—preguntó incrédulo el mayor—Escuché que él te llevó fuera de aquí, ¿es cierto?

—Si, es cierto—respondió sin dudar—Lo regañaron por mi culpa y ya no apareció.

—De seguro no volverá por esta noche—comentó su madre, tomando su mano—Además, no es tan importante, no lo conoces.

Jisung negó con la cabeza, negándose a simplemente irse sin saber qué le había hecho ese grosero alfa que llegó a interrumpirlos. Tal vez no conocía a Minho, pero había algo en él que no permitía que simplemente le diera igual; a pesar de que era un alfa, se veía muy inofensivo y tranquilo, como si no pudiera defenderse, y eso solo le preocupaba más.

—No me digas que ese mesero te llamó la atención—rió con sarcasmo el señor Han, obteniendo una dura mirada del rubio—No creo que seas así de inconsciente teniendo tanto de donde escoger.

—Pueden adelantarse si quieren, puedo llegar solo a casa.

—No, nos iremos todos juntos de aquí, y nos iremos ya si no quieres que empiece a presentarte a todos los alfas que se supone que conocerías hoy, ¿es eso lo que quieres? No nos iremos hasta que hables con ellos frente a mí.

Jisung no daba crédito a lo que estaba escuchando, su padre no podía estarlo amenazando con eso solo para que obedeciera, pero al observar su semblante serio y decidido, no le quedó más opción que aceptar; desafiar a su papá en esas circunstancias era un riesgo, y no porque fuera a causarle daño, sino que lo obligaría a ver a todos esos alfas sin darle permiso de quejarse usando su voz de mando para doblegarlo, porque esa era la única forma en la que él hacía caso debido a su instinto de omega.

Se quejó entre dientes mientras se levantaba de su silla, caminando hacia una de las salidas del enorme salón bajo la curiosa mirada de las demás familias. No saber de Minho solo le generaba ansiedad, por lo que con cada paso que daba, seguía viendo a su alrededor con la esperanza de encontrarlo antes de irse. Recorrieron el lobby del hotel, sus padres deteniéndose a despedirse de algunos compañeros mientras él se mantenía atrás, simplemente guardando silencio y sonriendo forzadamente cuando alguien lo miraba, porque a pesar de todo, debía mantener una buena imagen para no arruinar la reputación de sus padres.

Cuando toda su esperanza había desaparecido, otra vez ese fuerte aroma inundó sus fosas nasales, causando que respirara hondo de manera automática. Su omega se removió ansioso, haciéndolo girar su mirada hacia diferentes puntos a la espera de encontrarse de nuevo con él, pero su padre lo haló del brazo al ver que no se movía porque al parecer, hace un rato que lo estaba llamando.

A lo lejos, Minho también sintió su olor, y aunque su alfa se encontraba emocionado, se negaba a darse la vuelta para que Jisung lo viera así de lastimado, porque esta vez, su superior no fue cuidadoso y le dejó algunos golpes en el rostro que, de seguro, ya se empezaban a ver mal. Su alfa lloriqueó ante el olor del omega, pero Minho no iba a ceder, porque prefería eso antes de que los ojos de Jisung lo vieran con burla por la manera en la que fue tratado y golpeado por otro alfa.  

Jisung salió del hotel siendo guiado por su padre, siendo la espalda de Minho lo único que vio de él antes de que desapareciera por uno de los pasillos. No comprendía por qué se estaba sintiendo tan abatido, teniendo esa necesidad de buscarlo y ayudarlo.

El olor de Minho se hizo cada vez más lejano, haciéndole entender que ya había perdido su rastro. Subió al auto de sus padres, suspiró sonoramente e intentó calmar a su omega, desconectándose de su realidad, ignorando los regaños de su padre y dejándose llevar hasta que no sintió más ese olor a chocolate amargo que lo había cautivado.

De una u otra forma debía encontrarlo de nuevo.

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Gracias por leer esta historia, estoy muy agradecida por los lindos comentarios💖 espero que les haya gustado el cap.

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