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𝄈𝄈Dieciséis𝄈𝄈

—Entonces... ¿Hay un omega en celo dentro de tu habitación?

Chan asintió lentamente, terminando de servir la comida que había preparado minutos antes.

Su madre llegó a la hora del almuerzo por unos papeles que necesitaba y había dejado en la mañana antes de irse a trabajar; no esperaba encontrarse con el olor inconfundible de un omega en celo, y aunque el aroma no era tan fuerte, podía percibirlo al ser ella una omega también.

—¿Un omega que no es Jisung?

Volvió a asentir.

—Es un amigo de la universidad, entró en celo en un salón de clases y si lo dejaba ahí, hubiera sido fatal—explicó cortamente—Lo conocerás luego.

—Hijo, ten cuidado, sabes que un cachorro no es algo prudente a tu edad.

Chan suspiró, su madre le vivía diciendo que antes de formar una familia, debía aprender lo necesario para estar al frente de la cadena de restaurantes que habían fundado, no faltaba mucho para que empezara a formar parte de ese negocio, tenía la edad justa para hacerlo.

—No voy a hacer eso, solo lo estoy cuidando... Y puede que se quede unos días aquí hasta que se le pase, no lo sé todavía.

La señora Bang asintió un poco dudosa, el hecho de que su hijo estuviera tan cerca de un omega en celo no le agradaba del todo, no quería que terminara cediendo debido a su instinto para que al final, todos sus planes con él se arruinaran. Es cierto que querían un buen omega para su hijo, pero el asunto de los cachorros no estaba en discusión.

Chan subió las escaleras después de despedirse de su mamá, abrió con cuidado de no hacer ruido, y al entrar, se encontró con que Seungmin ya se encontraba despierto, sentado sobre la cama mientras abrazaba y olisqueaba sus sábanas con las que parecía haber hecho un nido. Le pareció muy tierno verlo de esa forma, era como un pequeño cachorro en busca de atención.

El olor de Seungmin parecía nulo, su alfa no se sentía tan afectado, así que se encontraba más tranquilo también. Dejó la comida en su escritorio, acercándose sutilmente hacia la cama, obteniendo la mirada inmediata del omega.

—¿Cómo te sientes?—preguntó amablemente, sentándose en la orilla.

—Tengo hambre—respondió sin dejar de abrazar las sábanas—También quiero caricias, alfa.

Seungmin seguía siendo dominado por su lado omega, por lo que Chan no podía simplemente negarse a ese tipo de exigencias, porque mientras no fueran sobre tener sexo con él, podría hacerse cargo.

Chan asintió, acercó el plato de comida y empezó a alimentarlo, dándole pequeños bocados que Seungmin recibió muy complacido. Al terminar la comida, Seungmin se acomodó en el pequeño nido que había hecho con las sábanas, almohadas e incluso algunas prendas de ropa de Chan, a la espera del alfa para que le hiciera compañía.

—Seungmin... ¿Quieres regresar a casa?—preguntó en voz baja, acariciando su cabello con suavidad.

El omega negó, pegándose más al cuerpo del mayor, relajado con su agradable aroma.

—¿Puedo saber por qué?

—Después del celo... Iré después del celo—respondió vagamente.

—Está bien-suspiró, nada convencido con esa respuesta que no le explicaba absolutamente nada—Pero debes avisarle a tus padres por lo menos, van a preocuparse si no llegas.

—No, a papá no le interesa.

Chan no habló más del tema porque probablemente no obtendría las respuestas que quería, así que se limitó a seguir acariciándolo con delicadeza mientras el omega se restregaba ocasionalmente con la intención de impregnarse de su olor, de esa forma se sentía seguro y a gusto.

Estuvieron de esa forma el resto del día, Seungmin no permitía que Chan saliera del nido, incluso hacía berrinche cuando debía ir al baño, era como si su omega no quisiera despegarse del alfa protector del castaño. Chan estaba consciente de que tendría que seguir siendo cuidadoso durante esos días, dándole los supresores para tranquilizar su ansia sexual y para que su olor no alterara a su alfa. Era una gran responsabilidad, incluso tendría que faltar a clases hasta que Seungmin pudiera regresar a su casa, pero, a decir verdad, no se quejaba en lo absoluto, cuidar al omega no le molestaba, le agradaba tenerlo cerca para poder apreciarlo por más tiempo antes de que todo volviera a la decepcionante realidad en la que seguía ilusionado con él.

Una realidad que le dolía más de lo que parecía.

🌙

Jisung🐿💞

Min, ¿llegaste al hotel?

Hyunjin está bien, no le hiciste daño

¿Podemos hablar?

Veo que por el momento no quieres, está bien, Min

Buenas noches♡

Minho suspiró y tiró el celular a un lado de su cama con enojo, avergonzado de sí mismo. Cuando llegó a su habitación, todavía se sentía afectado, por lo que tiró algunas de sus cosas mientras caminaba de un lado a otro en un intento de sacar su frustración, sintiéndose ahora más patético. ¿Cómo apartaba esos sentimientos? Odiaba sentirse así, pero no podía evitarlo.

No sabía quién era ese alfa que apareció de la nada diciendo ser amigo de Jisung, hablándole sobre un pasado que él desconocía, un pasado en el que involucraba a Jisung como pareja de ese chico. Recordar la preocupación en los ojos del rubio solo lo hacía sentir más culpable, quizás no debió irse de esa forma, pero su parte racional le decía que, si seguía ahí, se le haría más difícil después contenerse.

Y de verdad no quería decepcionar al omega.

Respiró hondo y exhaló, cambió su ropa y se dispuso a ordenar el desorden que había hecho momentos antes con sus pinturas, topándose con el último dibujo que hizo de Jisung.

Lo observó por un momento, preguntándose si realmente Jisung merecía un alfa como él, ¿es que acaso no podía hacer nada bien? No quería ser un tonto que era incapaz de defenderse, pero tampoco quería asustarlo con sus comportamientos violentos, le daba escalofríos el solo pensar como hubiera sido si Jisung no lo hubiera detenido para hacerlo reaccionar.

De seguro, Jisung no se lo hubiera perdonado.

🌙

La mañana siguiente fue desastrosa.

Para empezar, había despertado tarde. Tomó una ducha rápida y por más que quiso acomodar su cabello, parecía que justo ese día no quería cooperar, así que no le quedó más remedio que dejarlo como estaba. Guardó sus cuadernos y salió de la habitación sin prestarle mucha atención al desorden que había ocasionado. En la recepción, escuchó algunos comentarios en cuanto a su imagen, y se esforzó en gran manera para no prestarles atención.

''Y así dice que tiene un omega.''

''Sigue siendo el mismo descuidado de siempre.''

''Que asco de alfa.''

Las risas nunca faltaban, era como regresar a su niñez en la que siempre se burlaban de él por cualquier cosa que hiciera, aplastando todos sus ánimos hasta que muy rara vez sonreía.

Odiaba pensar en eso.

Condujo hasta la universidad y por suerte pudo pasar a la primera clase a pesar de que entró minutos más tarde de lo debido, tomó asiento en su silla de siempre, dándose cuenta de la ausencia de Seungmin, ya luego hablaría con él.

Por su parte, Jisung se encontraba desanimado, más callado de lo normal y totalmente perdido en su propio mundo. El hecho de que Chan no apareciera fue decepcionante porque antes de entrar a clases quería hablar con él y olvidar por un momento que Minho no había respondido sus mensajes luego de solo irse la noche anterior.

No comprendía las razones por las cuales, Hyunjin estaba de regreso en su vida. Por mucho tiempo creyó que no lo vería de nuevo, y tenerlo de frente otra vez, fue impactante, y lo fue mucho más cuando lo encontró en los pasillos de su facultad.

¿Qué hacía ahí?

El pelirosa se sentó a su lado sin previo aviso, sorprendiendo al omega a quién le llegó de golpe el inconfundible aroma a pinos que recordaba perfectamente.

—¿Qué haces aquí?—fue lo primero que preguntó cuando lo vio.

—¿Así saludas?—rió divertido, abrazándolo por los hombros, tomándolo desprevenido—Estudio aquí ahora.

Jisung no podía dejar de pensar en lo extraño que eso resultaba. ¿Por qué justo ahora?

—Hyunjin, ¿qué haces aquí realmente?—le preguntó con más seriedad.

El alfa ignoró la expresión seria del omega y no se apartó de su lado, manteniendo una sonrisa divertida en sus labios.

—Ya te lo dije—se encogió de hombros—Soy nuevo, y por suerte también estás aquí, ¿no es genial?

Jisung apartó la mirada al mismo tiempo que se removió en su asiento, soltándose del abrazo del alfa, no debía dejar que su olor se pegara mucho, Minho se pondría mal de nuevo si eso sucedía, y puede que con Chan no existiera mucho problema, pero al ver la reacción que tuvo con Hyunjin, no sabía qué tanto podía acercarse.

Pero... ¿De verdad, Minho era así? Del tipo celoso que no deja que nadie se le acerque. Siempre odió ese tipo de alfas, tan posesivos y molestos, creyendo que pueden tener a los omegas bajo su control, diciéndoles con quiénes podían estar y con quiénes no, siendo esa una de las principales razones por las cuales no deseaba crear lazos con ninguno; pero Minho...

—Supongo que si es bueno—respondió apenas, sintiéndose levemente ansioso, no quería problemas con Minho, no quería que estuviera molesto o triste por incluso hablarle a Hyunjin, sintiéndose tan limitado.

Y ese solo pensamiento lo hacía sentir estúpido porque siempre evitó también ser esa clase de omega temeroso.

Todo se estaba volviendo tan complicado.

—Debo irme—dijo Jisung, levantándose de la banca—Ya casi inicio clases.

—¿Podemos vernos después de clases para almorzar?—preguntó, parándose frente a él—¿O te lo tienen prohibido?—la provocación fue a propósito, si mantenía a Jisung cerca, naturalmente, Minho volvería a reaccionar de la manera en la que estaba esperando.

—No lo tengo prohibido—respondió casi molesto, frunciendo el ceño—Es solo que-

—Entonces vendré a buscarte después, nos vemos—se despidió cortamente y se fue de ahí rápidamente sin esperar respuesta.

Jisung lo vio desaparecer entre las personas, debatiéndose sobre qué debía hacer al respecto. Se sentó en su silla habitual, pensando en como su vida había cambiado de un momento a otro con la llegada de su destinado, volviéndose todo tan diferente para él y su rebelde omega.

Cuando el bloque de clases terminó, se dispuso a recoger sus cosas para guardarlas dentro de su mochila, decidido a buscar a Minho; una sonrisa se formó en sus labios de inmediato cuando el olor del alfa llegó a él, indicándole que estaba cerca. Salió de su salón de clases lo más rápido que pudo y se encontró con el alfa recargado en la pared del pasillo, observando su reloj con mucha concentración.

Tan pronto estuvo cerca lo rodeó con ambos brazos, recargando su mejilla en el pecho del pelinegro. Minho respondió de inmediato al abrazo, también rodeándolo con sus brazos, acariciando su cabello.

—No respondiste mis mensajes—dijo el menor sin apartarse—Creí que estabas molesto conmigo o algo así.

Minho se odió a sí mismo por hacerlo sentir de esa manera, aceptando que su comportamiento no fue el adecuado.

—De seguro estás cansado de escucharme pedir disculpas—la decepción se hizo presente, separándose levemente para mirar al omega a los ojos—Creo que estoy echando todo a perder, ¿no es cierto?

Jisung se apresuró a negar con la cabeza, acercándose a besar su mejilla de manera cariñosa, satisfecho con la sonrisa en los labios del alfa.

—Te ves gracioso, ¿no te peinaste?

—Me levanté tarde—rió Minho, arreglando su propio cabello con las manos—Me puse lo primero que vi y vine lo más rápido que pude.

—Con razón no te vi más temprano—arregló la camisa del mayor y lo ayudó a acomodar su cabello, jugueteando ocasionalmente.

—¿Vamos por algo de comer?

—En cuanto a eso...—recordó que Hyunjin estaba ahí, y lo mejor sería decirle esa noticia a Minho antes de que apareciera y las cosas se complicaran.

—¡Jisung!—el alfa pelirosa se acercó, sonriendo ampliamente.

Demasiado tarde.

—¿Qué hace él aquí?—la voz de Minho bajó, ya no se escuchaba tan suave como al principio.

—Lo encontré más temprano y dijo que vendría después de clases—respondió temeroso el omega, percibiendo la molestia de Minho.

—¿Listo para ir a almorzar?—se dirigió al omega, otra vez, ignorando a Minho.

Minho inhaló y exhaló con lentitud, esforzándose por tranquilizar a su alfa que gruñía en señal de advertencia.

—Hyunjin... Iré con Minho.

—Ah—miró al alfa con una sonrisa engreída—¿No te da permiso de ir conmigo?

—¿Qué...?

—Él debe ir conmigo, idiota, es mi omega, mío, ¿no lo entiendes?—habló Minho, luciendo lo más tranquilo que pudo—Solo conmigo.

Jisung frunció el ceño ante esa respuesta, ¿de qué estaba hablando? ¿en serio se pondría en ese papel de alfa posesivo?

—Está bien—rió Hyunjin, viendo a Jisung—El día que tengas permiso de ir por algo de comer por unos minutos, me avisas—se dio la vuelta y se fue, sabiendo que eso había sido suficiente para provocarlo.

Minho sintió como poco a poco sus celos bajaron considerablemente, manteniéndose en silencio al igual que el omega que seguía viendo hacia donde Hyunjin se fue.

—¿Qué fue eso?—preguntó.

—Él no me agrada en lo absoluto—respondió con normalidad.

—No, me refiero a qué fue eso de que solo debo salir contigo—lo miró por fin, sorprendido con ese comportamiento otra vez—No debo pedirte permiso para esas cosas, Minho. Hyunjin no es malo, lo conozco.

—No es eso... Es solo que-

—Desde que nos conocimos sabes como soy... No me gusta esto, Minho—su expresión se suavizó, ahora con una expresión llena de decepción.

¿En qué momento, Minho se empezó a comportar así? Cuando lo conoció, su comportamiento llamó mucho su atención, sintiéndose seguro a su lado a pesar de que Minho repetía que no era un buen alfa, porque para él si lo era sin necesidad de comportarse como un idiota.

Idiota como todos los alfas que conocía.

No quería llegar a esos extremos, Minho no entraba en esa horrible clasificación, quería convencerse de que no era así, de que ese comportamiento sería pasajero y que volvería a ser el lindo chico que conoció. A lo mejor, solo se estaba adelantando, Minho definitivamente no será nunca como esos alfas que siempre odió.

Minho guardó silencio, sintiendo su pecho oprimirse ante esas palabras y ante esa expresión, debía encontrar la manera de controlar a su alfa en ese tipo de situaciones, sino, terminaría perdiendo al único omega que creyó en él.

—Intentaré... Intentaré conocer a Hyunjin—tomó sus manos, luciendo arrepentido—No eres de mi propiedad, lo sé, y perdón si te hice creer eso—sonrió débilmente, ignorando las quejas de su alfa molesto—Hay algunas emociones que no puedo controlar, pero aprenderé a hacerlo, te lo prometo.

Jisung le dio una sonrisa y se acercó a dejar un corto beso en sus labios, satisfecho con las palabras del alfa, sintiéndose cálido con su sinceridad, porque tal vez, Minho cometió un pequeño error con su comportamiento, pero al menos estaba consciente de ello.

—No es necesario que lo prometas, te creo—entrelazó sus dedos, dirigiéndose a la salida de la facultad—¿Quieres ir a un lugar en especial? Mi lindo alfa puede elegir cualquier lugar.

El corazón de Minho palpitó con emoción, sintiéndose satisfecho y orgulloso consigo mismo por su propia promesa.

No iba a decepcionar a Jisung, no iba a convertirse en un alfa detestable, solo en el alfa perfecto para el omega.

🌙

Yang Jeongin no tuvo el privilegio de nacer en una familia acomodada, sus padres siempre debían trabajar incluso horas extras para poder mantenerlo a él y a sus otros cuatro hermanos menores. Nunca se quejó, pero no significaba que no quisiera una mejor vida.

A los catorce años empezó a trabajar para ayudar a sus padres con los gastos, haciéndose cargo de los estudios de sus hermanos, siendo él el encargado de comprar sus libros, uniformes y cualquier material que necesitaran. El gobierno había prometido ayudarlos al ser una familia de escasos recursos, pero luego de la visita de servicio social para el estudio socioeconómico, llegaron a la conclusión de que no estaban en las peores condiciones de vida, por lo que tuvieron que seguir con el mismo estilo de vida.

Al cumplir los dieciocho, Jeongin entró a la universidad, motivado y dispuesto a terminar su carrera para así tener un mejor trabajo que fuera lo suficientemente bueno para mantener a su familia, especialmente porque sus padres llegarían a un punto en el que ya no podrían seguir trabajando y sería responsable de más gastos.

Una tarde, después de sus clases, salió corriendo hacia su trabajo de medio tiempo como asistente de fotografía, un trabajo que había conseguido casi por accidente por medio de uno de sus hermanos, y realmente no esperaba ser aceptado a pesar de su inexperiencia. Empezó ordenando papeles en una pequeña y sucia oficina, pero con el tiempo, llegó a estar incluso en las sesiones de fotos de algunos modelos del país. No tenía un puesto importante, pero le pagaban lo suficiente para cubrir los gastos necesarios.

Ese día había estado estresado, más de la cuenta gracias a su jefe que no paraba de quejarse y de maldecir porque el modelo que habían contratado para esa tarde no aparecía por ningún lado. Jeongin suspiró cansado por tercera vez, dirigiéndose hacia los pasillos de aquel gran edificio con la intención de huir de su jefe.

Mientras caminaba hacia una de las oficinas, se encontró con un chico a las afueras, percibiéndolo como alfa por su fuerte olor a pinos. No iba a mentir, era realmente guapo, alto y con una sonrisa muy bonita, fácilmente podría ser un modelo.

—¿Buscas a alguien?—preguntó Jeongin un poco tímido cuando se acercó.

—Uhm, si—el alfa se enderezó y le sonrió tímidamente—Verás, llevo media hora de retraso y no sé hacia donde debo ir—rascó su nuca, mostrándole los papeles que llevaba en la mano.

Jeongin leyó tales papeles y abrió los ojos en sorpresa.

—¡Tú eres a quién estamos esperando!—exclamó con una sonrisa—¡Vamos!

Hyunjin sonrió también por la expresión del menor a quién rápido pudo identificar como omega por su dulce olor a cereza.

Lo siguió por los pasillos hasta que llegaron al salón de fotografías, Jeongin hizo lo posible por tranquilizar a su jefe para que no regañara al chico nuevo, lo cual funcionó, teniendo una amena sesión de fotos.

Más tarde, al terminar, Hyunjin—como se presentó anteriormente el alfa—lo invitó a comer en agradecimiento por haberlo ayudado más temprano, dándole así inicio a una amistad que duró al menos un año y medio hasta que el alfa empezó a desarrollar sentimientos más profundos por el omega, importándole muy poco la posición social en la que se encontraba, porque Hyunjin sabía la situación económica de los Yang.

Con el paso del tiempo, Hyunjin se propuso a cortejar al omega, a lo que éste aceptó luego de mucha insistencia con la condición de que se mantuviera todo en secreto para no perjudicar a Hyunjin y su familia, Jeongin sabía de antemano que no sería aceptado en la familia de los Hwang, y por eso mismo se esforzaba mucho más en su trabajo para ahorrar y poder irse con su futuro alfa, así podría ser feliz a su lado y tendría mayor oportunidad para ayudar a sus hermanos, para darles una mejor vida.

Jeongin no tenía problemas con Hyunjin, el alfa solía ser muy atento, comprensivo y cariñoso, no lo presionaba con el tema de la marca hasta que estuvieran establecidos y pudieran salir libremente, pero últimamente, Jeongin empezó a observar acciones en Hyunjin que no eran muy propias de él; por ejemplo, se notaba más decaído, se la pasaba más ocupado de lo normal, y apenas se veían o se hablaban, es como si de repente, una brecha se estaba abriendo entre los dos, haciéndolo sentir desilusionado y extrañado.

Tenía miedo de perderlo, temía que fuera otro omega lo que estuviera causando esa lejanía, y pensar en eso causaba un enorme dolor en su pecho, porque no saber lo que Hyunjin estaba haciendo, solo reforzaba sus tontas ideas.

Pero no esperó que todas sus ilusiones se vinieran abajo cuando se vieron por la noche y sintió un fuerte olor a otro omega impregnado en su ropa, un olor dulce que jamás había sentido antes.

Duraznos.

🌙

Hola~ no voy a enfocarme mucho en la historia del HyunIn, eso fue solo para que medio conozcan al personaje😌 gracias por comentar y votar<3

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