𝄈𝄈Dieciocho𝄈𝄈
Los gemidos de Jisung inundaron la habitación, enviándole corrientes de excitación al alfa que lo miraba totalmente ido. Su respiración se volvió agitada, negándose a apartar la vista de tan sorprendente omega buscando su atención.
Y claro que lo atendería.
Con cierta desesperación, Minho quitó su camisa y pantalones, quedando únicamente en ropa interior con una erección muy marcada. Esa acción no pasó desapercibida para el omega que puso total atención, relamiendo sus labios al notar el bulto en la ropa interior del alfa.
Con agilidad, Jisung se giró rápidamente y se recostó de espaldas a la cama, abrió sus piernas y empezó a masturbarse con desesperación sin dejar de ver al alfa. La excitación lo había cegado completamente, en la mente del omega solo estaba el deseo de ser penetrado y marcado, no necesitaba más que eso.
Minho sintió como poco a poco, su alfa empezaba a tomar las riendas de sus acciones; se subió sobre el cuerpo del omega, sacándole un jadeo sorpresivo. Alcanzó sus labios con facilidad, iniciando un beso húmedo y desordenado, mordiendo sus labios al mismo tiempo que movía su pelvis contra la del omega, creando un placentero roce, llevándolos a niveles más altos de excitación y necesidad cuando sus erecciones se rozaron.
—Alfa~—dijo Jisung en un suspiro, sintiendo su piel quemar con cada toque—Te necesito dentro alfa~—suplicó, cerrando con fuerza los ojos.
Jisung no necesitaba seguir esperando, no necesitaba dulzura en ese momento, solo quería sentir a Minho dentro de él hasta saciarlo. Mordisqueó el hombro del mayor sobre él, sacándole un fuerte quejido, frunciendo el ceño por no obtener lo que estaba pidiendo.
—¡Hey!—Minho exclamó al sentir como Jisung se removía inquieto, mordiéndolo por todos lados en señal de disgusto.
—Déjame montarte, alfa, eres muy lento—pidió con una sonrisa juguetona en su rostro, enredado sus brazos alrededor del cuello del pelinegro, atrayéndolo para darle inicio a un nuevo y pasional beso.
Minho no tenía ni siquiera tiempo para reaccionar a las peticiones del omega, no podía ni siquiera pensar claramente sobre qué debía hacer, pero si seguía intentando, se quedaría estancado, por lo que lo mejor era simplemente dejarle todo a su alfa, dejando de lado cualquier traba que él mismo quisiera ponerse, porque a esas alturas, difícilmente, el omega lo dejaría ir.
Jisung soltó un pequeño grito sorpresivo cuando Minho lo giró contra la cama, obligándolo a pegar su mejilla contra las almohadas mientras elevaba instintivamente las caderas para darle un mejor acceso. Su omega estaba encantado, jadeando en respuesta ante las manos del alfa posicionándose en su cintura para luego bajarlas hacia sus piernas, dándole caricias sobre éstas. Movió su trasero de un lado a otro, tentándolo.
Minho gruñó en satisfacción, se alejó un poco para bajar su ropa interior y por fin liberar su miembro erecto. Jisung lo vio por sobre su hombro, deseándolo cada vez más; llevó dos de sus dedos hacia su entrada y los metió sin dificultad debido a la lubricación y dilatación. Gracias a sus anteriores celos, Jisung sabía que no necesitaba demasiada preparación para poder recibir algo, por lo que ahora, sabía que no tardaría mucho en satisfacerse ni sentiría demasiado dolor.
Con un manotazo no tan fuerte, Minho apartó la mano del omega, poniendo ahora una de sus manos en un agarre fuerte en su cintura y la otra en su miembro para alinearlo en su entrada, rozando la punta de manera tortuosa. Tal vez, estando totalmente consciente de sus acciones, no estaría actuando de esa forma en la que parecía que sabía exactamente lo que hacía, el nerviosismo le hubiera ganado sin dudar, pero por el momento, cederle el control a su alfa fue la mejor decisión.
Sin detenerse a pensarlo, empezó a introducirse lentamente para no lastimarlo, siendo gentil y amable, pero un fuerte gruñido salió de su garganta cuando Jisung empujó hacia atrás, terminando de penetrarse, impaciente.
—Mgh, si... así está mejor—sonrió satisfecho al sentirse lleno, moviendo su trasero en círculos en busca de complacerse.
Minho dejó escapar todo el aire que tenía retenido, recién dándose cuenta de lo que estaba haciendo. Gemidos salieron de su boca al sentir lo bien que el omega lo recibía; puso ambas manos a cada lado del menor, deteniendo sus movimientos, provocando un quejido de descontento. Su mirada oscureció cuando los ojos del omega se posaron en él, brillantes y llenos de deseo.
Solo fue cuestión de tiempo para que Minho comenzara con un suave vaivén, echó su cabeza hacia atrás, sorprendido por las sensaciones que su cuerpo estaba experimentando, tan inmerso y cegado por el placer. Los dulces y agudos gemidos del omega simplemente elevaban su excitación, llevándolo a ejercer más fuerza y rapidez en sus embestidas.
—Alfa... lo haces muy bien, alfa~—suspiró con excitación, haciendo puño las sábanas bajo sus manos en un vago intento de sostenerse.
El húmedo sonido de sus pieles chocar llenó la habitación junto a sus feromonas juntándose, creando un ambiente satisfactorio para ambos.
Minho se apartó de manera inesperada, y antes de que Jisung pudiera quejarse, le dio la vuelta y abrió sus piernas de lado a lado, otra vez entrando en él sin detenerse a ser cuidadoso, tomando la posición adecuada para ejercer la fuerza suficiente.
—Muéstrame tu cuello, omega—demandó con voz profunda y ronca.
Jisung obedeció al instante, ladeando la cabeza para mostrar su cuello hacia el alfa. Minho sonrió satisfecho y se inclinó hacia él, pegando sus labios en esa zona en específico en donde su marca iría. Lamió de manera superficial, besando y succionando ocasionalmente sin dejar de embestirlo, golpeando su próstata. Jisung estaba experimentando demasiadas cosas al mismo tiempo, cerró sus piernas alrededor del alfa, llevó sus manos a la parte trasera de la cabeza de Minho, pegándolo más a su cuello, no quería que se apartara.
Sus cuerpos estaban demasiado juntos; Jisung estaba demasiado cerca de su orgasmo, por lo que sus feromonas se dispararon en abundancia, indicándole al alfa que estaba a punto de llegar. Minho dedujo fácilmente de qué se trataba, moviéndose con más rapidez, sosteniendo su fina cintura con firmeza para empujar con más precisión dentro de él.
—Eres mi omega—gruñó Minho cerca de su oído, alejándose solo un poco para besar sus labios con fuerza.
—Solo tuyo—respondió en voz baja al separarse, sosteniéndole la mirada—Márcame alfa, quiero que me marques—pidió casi en tono de súplica, ladeando otra vez la cabeza para mostrarle el cuello, sumiso y complaciente.
Minho lo vio una vez más antes de acercarse a su cuello, sus colmillos se asomaron levemente, causándole un leve dolor que nunca había sentido, como un pinchazo fuerte en sus encías.
—¡Alfa!—Jisung emitió algo parecido a un grito cuando el orgasmo lo golpeó al sentir los dientes de Minho encajándose en su piel.
Todo pasó en poco tiempo, Minho no pudo resistirse a sí mismo de hacerlo, no cuando Jisung estaba tan a su disposición, suplicando por la marca. Sin soltarlo, llegó a su orgasmo también, llenando el interior del omega.
Jisung gimoteó adolorido por el nudo formándose en su interior, mezclado con el dolor de la marca en su cuello. Minho en su intento de distraerlo, dejó cortas lamidas sobre la piel rasguñada, manteniéndose quieto para no dañarlo en lo que el nudo desaparecía.
Ambos sintieron el lazo que se formó automáticamente, sintiéndose demasiado fuerte, incluso percibiendo los sentimientos del otro, uniendo a sus lobos por fin, así como el destino lo predijo.
Minho salió con cuidado del omega, lo vio con cierto temor, pero una sonrisa se dibujó en sus labios al escuchar la corta risita proviniendo de él. Jisung se abrazó al alfa, sintiendo un leve y soportable dolor en su cuello. Su omega corría con alegría de un lado a otro, inquieto e hiperactivo, su propio corazón golpeando contra su pecho debido a lo sucedido.
—Ven, voy a asearnos—dijo Minho en voz baja, separándose del omega que se quejó en disgusto.
—¡No!—exclamó, iniciando otra vez un berrinche—¡Voy a quedarme aquí, contigo! ¡Tenemos que hacer muchos cachorros!—lo atrajo de nuevo, ejerciendo fuerza en su abrazo para que no fuera capaz de soltarse.
Minho suspiró, quedándose en esa posición por unos minutos más hasta que creyó que fue suficiente, no podía quedarse ahí toda la noche; en un descuido, logró alejarse lo suficiente para bajar de la cama, vio al omega hacer un puchero, notando sus ojos llorosos de repente.
¿En serio iba...?
Jisung rompió en llanto de repente, sentado sobre la cama cuando su alfa se alejó de él, lágrimas caían sin control sobre sus mejillas como si algo malo realmente hubiera sucedido.
—¿Es en serio?
—¡Eres el peor! ¡No me quieres!
Mientras Jisung seguía en lo suyo, Minho empezó a llenar la tina con agua tibia para relajarlo. Escuchó que seguía haciendo berrinche y caminó hacia él, lo tomó en brazos, ignorando sus protestas por soltarlo, y con sumo cuidado, logró meterlo en el agua.
—Eres malo, malo y grosero con tu pobre y débil omega—su voz salió quebrada, jugueteando distraídamente con el agua tibia de la tina, concentrado en las gotas de agua que salpicaban con cada golpecito que daba.
Minho nunca había estado durante el celo de algún omega, por lo que los cambios de humor de Jisung lo seguían desconcertado y sorprendiendo, más no era totalmente ajeno porque durante su formación, le explicaron que el celo de los omegas no eran como el de los alfas; los omegas solían ser más emocionales, mimados, y sexuales. Por otro lado, los alfas se inclinaban más a lo sexual.
Así que sabía que Jisung requeriría de muchísima atención, y todos esos llantos y celos fruncidos significaban que lo necesitaba cerca todo el tiempo.
—¿Quieres que te acompañe?
La mirada de Jisung se iluminó y asintió repetidas veces con ilusión, haciéndose un poco hacia adelante para que Minho pudiera sentarse detrás de él. Minho se acomodó con el omega entre sus piernas, lavando con delicadeza su cuerpo, humedeciendo su cabello y limpiando su marca enrojecida.
—¿Te duele?—preguntó Minho en un susurro a sus espaldas cuando sus dedos tocaron superficialmente la marca.
—Solo un poco—respondió distraídamente, cerrando sus ojos ante el suave tacto—¿Se ve muy mal?
—Sigue un poco rojo porque está reciente.
—Me gusta mi marca—sonrió, todavía emocionado.
Jisung ya no estaba molesto, una sonrisa adornaba su tierno rostro mientras era mimado por su alfa, dejándose hacer totalmente en lo que lo estaban aseando. Minutos después, en completo silencio, Jisung se recostó con su espalda descansando en el pecho del alfa, sintiendo los brazos de este rodeando su cintura.
Minho descansó su mentón sobre el hombro de Jisung, restregando su mejilla en señal de satisfacción.
—Te quiero, alfa—dijo con cierto tono tímido el menor, entrelazando sus manos con las de Minho que estaban en su abdomen.
—Yo también te quiero, Jisung—respondió sin tener que pensarlo.
Podía sentirlo, podía sentir que lo que había entre ambos era más que simple atracción.
El silencio no era incómodo, ambos disfrutaban de las caricias y de su entorno lleno de feromonas suaves, manteniendo a sus lobos contentos.
Cuando fue suficiente, Minho salió de la tina luego de explicarle al omega debían salir y cambiarse para no enfermarse. Al principio, Jisung no estuvo de acuerdo, pero debido a su necesidad de estar junto al alfa, tuvo que salir, no quería estar solo. Minho se puso una bata de baño encima para cubrirse, sacó a Jisung de la tina y le puso ropa limpia y abrigada para hacerlo sentir cómodo.
—Min, tendremos muchas rondas de sexo, ¿cierto?
El alfa se sonrojó fuertemente ante las palabras tan directas del menor, quedándose quiero en su lugar sin ser capaz de mirarlo.
—Uhm, si, lo que tú quieras—respondió apenas, sintiendo a su lobo casi riéndose de él por lo patético que se estaba comportando.
Jisung exclamó con emoción, estirándose sobre toda la cama con total cansancio.
Mientras tanto, Minho se dispuso a buscar entre las cosas del omega los supresores que debió darle a momentos antes. Suspiró aliviado cuando los encontró, pero su sonrisa se borró en ese mismo instante cuando se dio cuenta de que Jisung también cargaba con pastillas de emergencia, recién dándose cuenta de que no se habían protegido y de que había anudado en su interior.
De una u otra manera, debía hacer que Jisung las tomara, sino, estaría en graves problemas porque la culpa era totalmente suya.
🌙
Seungmin decidió irse por su propia cuenta hacia su casa a pesar de que algunos alfas se ofrecieron a llevarlo después de clases. Salió de su facultad lo más rápido que pudo con la esperanza de no encontrarse con Chan en caso de que estuviera cerca, sabía que, aunque se negara, el alfa insistiría en acompañarlo y él no podría negarse. Caminó a paso rápido para salir de la universidad, y al estar fuera, se lo tomó con calma, tardándose en su camino lo más que pudo para retrasar su llegada a casa.
Su padre de seguro estaba muy enojado por desaparecer por una semana sin siquiera avisarle, y no es que fuera por preocupación ya que durante todo ese tiempo no obtuvo ni siquiera un mensaje de su parte preguntando en donde estaba, y no sabía si eso lo aliviaba o lo hacía sentir decepcionado por el poco interés a pesar de ser su hijo.
Sin darse cuenta, se encontraba ya parado frente a la puerta principal de su casa debatiéndose sobre entrar o esperar más tiempo. La idea darse la vuelta e irse sonaba demasiado bien en su cabeza, sin embargo, no podía seguir huyendo de algo que de todas formas tendría que enfrentar en algún momento, no tenía otro lugar en donde quedarse. Respiró hondo y exhaló, sacó las llaves y abrió la puerta con sigilo, con suerte encontraría a su padre dormido y tendría tiempo para escabullirse y encerrarse en su habitación sin tener que verlo.
Ojalá fuera así de sencillo.
—Al fin apareces—el señor Kim se acercó a la entrada cuando escuchó que la puerta fue cerrada—Pensé que ya no regresarías.
—Ya estoy aquí... Fueron solo unos días_respondió en voz baja, agachando la mirada—Iré a mi habitación...—se apresuró a subir las escaleras creyendo que podría escapar en ese momento, pero su padre sostuvo con fuerza su muñeca, deteniéndolo de un tirón.
—¿Eso es todo? ¿No hay algo más que debas decirme?
—N-No, yo solo-
Fue interrumpido por un fuerte empujón, haciéndolo caer sobre los primeros escalones. Su respiración se agitó debido al miedo sin saber cómo reaccionar, ignorando el dolor que el golpe había ocasionado, llenándose de pánico.
—¡Eres igual de sucio que todos los omegas! ¡De seguro te revolcaste con cualquier alfa como el fácil que eres!
Para Seungmin, la época de celo era la más difícil de sobrellevar dentro de casa. Desde que se presentó como un omega al aparecer su primer celo con tan solo doce años, su padre se decepcionó tanto que en lugar de ayudarlo y apoyarlo, lo golpeó mientras le gritaba que no quería criar a una prostituta necesitada de alfas, dándole inicio así a su tortura con ese hombre. Su madre huyó de él en cuanto pudo al ser descubierta por segunda vez en medio de una infidelidad, dejándolo a su suerte con un alfa desagradable que solo desquitaba su enojo y resentimiento con él.
—Todos los jodidos omegas son unos fáciles. Eres igual a tu estúpida madre—espetó con rencor—Usando esa ropa provocativa y ese maquillaje que solo te hace ver como un idiota que busca sexo, y de seguro aprovechaste el maldito celo para atraerlos y que te usen, ¿no es así?
Cada vez que Seungmin entraba en celo, el señor Kim enfurecía, haciéndole saber el asco que le causaba con solo sentir su intenso olor, incluso llegó a golpearlo en algunas ocasiones como si así pudiera desaparecer el celo. Con el tiempo, aprendió a utilizar supresores para no tener que someterse esos tratos, sin embargo, en algunas ocasiones su celo se adelantaba sin planearlo, poniéndolo en una situación que se escapaba de sus manos, así como cuando Chan lo encontró en medio del salón de clases.
—Ya, levántate de ahí, ¡levántate!—gritó, tomándolo con fuerza del brazo—Te lo juro, Seungmin, si llegas a estar preñado por tu urgencia de revolcarte con alfas, yo mismo voy a sacarte a ese maldito cachorro, ¿entendido?
Su voz sonó tan segura y amenazante que a Seungmin lo hizo temblar levemente. Asintió despacio, sintiendo alivio cuando el alfa lo soltó y regresó a la sala principal a retomar su trabajo. Corrió escaleras arriba como pudo y se encerró con seguro dentro de su habitación, presionando con fuerza su pecho debido al dolor creciente dentro de él, tan lleno de miedo y tristeza.
Caminó hacia el espejo, analizándose como siempre hacía, notando sus ojos hinchados, sus mejillas marcadas por las lágrimas y su nariz roja por el llanto.
—No soy fácil, no son fácil—negó con la cabeza, tratando de respirar profundo para tranquilizarse y dejar de llorar—Él se equivoca... No soy fácil—repitió, limpiando bruscamente las lágrimas con el dorso de sus manos.
El sonido de su celular llamó su atención, caminó hacia la cama y se dispuso a revisar los mensajes entrantes, dejando escapar suaves sollozos.
Channie☘
💬: ¿Te fuiste a casa? Quería invitarte a almorzar🤗
💬: Tal vez podríamos ir al centro comercial también.
Lo siento, ya estoy en casa.
💬: Está bien, la invitación todavía es valida mañana😋✋🏼
💬: Y todos los días que quieras😌
💬: Descansa y haz tareas, ¡nos vemos!
Seungmin sonrió débilmente mientras leía los cortos mensajes, confirmando que Chan era de esos alfas que muy difícilmente se encontraría de nuevo.
Tal vez debería empezar a arriesgarse.
🌙
Hola~ espero que les guste el cap♡ les agradezco por sus comentarios lindos en los caps, los amo mucho😭♡
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