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𝄈𝄈Diecinueve𝄈𝄈

Minho descubrió que durante el celo, Jisung era insaciable.

No habían salido de la habitación desde que el celo del omega inició, a excepción de una vez por la madrugada en la que Minho tuvo que salir a comprar preservativos a escondidas de Jisung mientras estaba profundamente dormido. La experiencia fue vergonzosa para él, nunca tuvo que ir por preservativos en algún momento de su vida, y a pesar de que la chica al otro lado del mostrador de la farmacia tenía una expresión tranquila en su rostro, Minho no dejaba de tartamudear mientras preguntaba de cuales eran los adecuados y eficaces.

Al final de todo, la compra fue un éxito, salió de ahí luciendo confiado. Entró al hotel y las miradas volvieron a caer sobre él como cuando se fue. Sus compañeros murmuraban cosas, y era obvio que sabían lo que estaba pasando puesto que el olor de Jisung estaba todavía muy impregnado en él a pesar de que ya había tomado una ducha, pero de igual forma, poco le importaba lo que tuvieran que decir sobre él, ahora era diferente. En ese mismo momento, aprovechó a pasar por la cocina para pedir que a la hora de subir la comida, lo hiciera un omega, no iba a dejar que ninguno de esos alfas se acercaran a su omega a sabiendas de su salvaje y vulgar comportamiento, en especial el de los alfas con los que antes trabajaba, no dudaría en golpearlos para alejarlos. Al principio, se negaron a su petición rotundamente, tenía el presentimiento que sería así por el odio y desprecio que todavía le tenían, pero un chico, omega, que parecía ser nuevo ahí, accedió al pedido de Minho sin cuestionar.

Después de dejar todo en orden, subió rápidamente de nuevo hacia su habitación, encontrándose con Jisung todavía durmiendo mientras abrazaba una de sus almohadas, a lo mejor creyendo que era él. Suspiró aliviado al no encontrarlo despierto, había sido difícil lograr que se durmiera a pesar de las otras dos rondas de sexo que le exigió en las que trató de no anudar adentro, cosa que molestó muchísimo a Jisung; creyó que con eso estaría cansado, pero no, el omega siguió despierto por mucho más tiempo, llorando, riendo y quejándose de todo.

Según leyó en la caja de pastillas, Jisung debía tomarla dentro de las veinticuatro horas desde que tuvieron sexo para que fuera más efectiva, pero el omega enloqueció con solo mencionarlo, induciéndolo a tener sexo otra vez para distraerlo de esa idea, cosa que funcionó, Minho parecía no poder controlarlo, sin embargo, estaba decidido a obligarlo nuevamente al despertar, no podía simplemente dejarlo pasar.

Horas más tarde, Jisung despertó demasiado inquieto, hiperactivo y ruidoso. Minho también despertó ante el ruido del omega, se sentía cansado y con mucho sueño por las horas que no logró dormir, pero Jisung se veía demasiado fresco, como si tuviera toda la energía del mundo.

—Alfa, despierta—tocó su mejilla repetidas veces de manera insistente—Tengo hambre y muchas ganas de sexo, despierta~.

Luego de un suave quejido, Minho abrió los ojos, encontrándose con el omega desvistiéndose como si nada con una sonrisa traviesa en sus labios.

—Sung, espera—detuvo al omega, viéndolo ladear la cabeza un poco confundido—Debes tomar la pastilla. Sé que no te gusta la idea, pero por algo las traes en tu mochila, ¿no es así?

Jisung frunció el ceño he hizo un puchero, luciendo inconforme.

—¡No voy a tomar eso!—exclamó, quitando sus pantalones de forma brusca—¡Quiero cachorros!

—Los tendremos—Jisung relajó su expresión, prestándole atención—Pero no ahora, los tendremos después, lo prometo—y otra vez, volvió a su expresión molesta.

—Esa idea es estúpida—se cruzó de brazos, negándose—¿No me quieres? ¿Por eso no quieres que tenga cachorros contigo? De seguro tú pusiste esas estúpidas pastillas en mi mochila y dices que fui yo—se cruzó de brazos, indignado.

Minho volvió a suspirar, entendía que el celo lo hacía comportarse de esa manera, tan terco y emocional con cualquier situación, debía tenerle paciencia si no quería que todo se volviera caótico. Tomó ambas manos del omega y lo miró, dándole una corta sonrisa.

—Creo que deberíamos hablar de esto cuando tu celo termine, tendremos todo el sexo que quieras, pero toma esa pastilla.

Jisung soltó un fuerte suspiro después de unos cuantos segundos, y sin estar de acuerdo, asintió lentamente, tomándola bajo la condición de que no tomaría los supresores, a lo que el alfa estuvo de acuerdo, por el momento, la pastilla de emergencia era más importante.

Minho se levantó apresuradamente para conseguir una botella con agua y las pastillas, se sentó frente a Jisung y se quedó ahí hasta que el omega se la tomó. Jisung no estaba feliz con eso, pero ya no podía decir nada más.

Luego de eso, los demás días fueron demasiado movidos para ambos, Minho trataba de darle cariño y de satisfacerlo cada vez que se lo pedía, solo que ahora si que se estuvo cuidando lo mejor que pudo. Jisung no volvió a hacer berrinches en cuanto a eso, lo cual fue un alivio para el alfa, porque Jisung enojado era realmente difícil de mantener tranquilo.

El celo duró poco más de una semana, Jisung logró comunicarse con su madre un día de esos, asegurándole que se encontraba bien y que pronto regresaría, omitiendo totalmente que ya había sido marcado. No se iba a poner a pensar en ese momento sobre como reaccionarían sus padres, no le importaba mucho a decir verdad, ya luego se encargaría de eso.

El domingo por la mañana, Minho despertó gracias a un cosquilleo en su mejilla, escuchando una suave risa al fondo, se quejó por lo bajo y abrió los ojos, encontrándose con Jisung demasiado sonriente, acariciando su rostro con sus dedos. Una sonrisa perezosa se formó en sus labios y volvió a cerrar los ojos, encantado con el tacto del omega.

Podía sentir que el celo había terminado, el olor atrayente de Jisung disminuyó en gran medida, además, el omega parecía estar más calmado que los días anteriores, no estaba siendo ruidoso ni exigente, solo estaba ahí, sonriéndole en silencio.

—Buenos días—dijo Minho todavía medio dormido.

—Buenos días, Min—Jisung se sentía muy tranquilo, y al mismo tiempo, ansioso.

Ahora que estaba totalmente consciente, lo sucedido empezó a aclararse poco a poco en su cabeza. Llevó su mano hacia su marca ahora levemente visible, no había dolor ni nada por el estilo, solo un leve cosquilleo que lo hizo sentir el fuerte lazo entre los dos. Se sentía un poco extraño ahora poder percibir casi como suyos parte de los sentimientos del alfa, sin embargo, no le desagradaba en lo absoluto, es más, amaba mucho esa sensación de estar unido a Minho, jamás creyó que se sentiría de esa forma con alguien.

—¿Ya te sientes mejor?

—Perfectamente bien—respondió con ánimos—Siempre he estado bien.

Minho no dijo nada más, ignorando el hecho de que se encontraban sin ropa bajo las sábanas, atrajo a Jisung hacia su cuerpo, rodeándolo con uno de sus brazos hasta que la cabeza del omega descansó en su pecho descubierto, dejando escapar una corta sonrisa.

Estaba feliz, demasiado feliz, y Jisung podía sentirlo también.

—Minho, todavía me gusta mi marca, no estoy arrepentido.

—A mi también me gusta—respondió de inmediato, acariciando su cabello con lentitud y delicadeza, enredando sus dedos entre las hebras despeinadas.

—Pero sabes qué significa, ¿cierto?

—Uhm... ¿Que estamos saliendo oficialmente?

—Aparte de eso—rió levemente.

—No lo sé, ¿qué más podría significar?

Jisung se alejó y vio al alfa.

—Que le debemos una explicación a mis padres—dijo con más seriedad, notando la preocupación en los ojos del pelinegro—Una marca significa también que debemos estar más tiempo juntos y tal vez...

—Vivir juntos—terminó Minho, recién cayendo en cuenta de todo lo que la marca conllevaba, las responsabilidades de solo ese acto de marcarlo.

Jisung asintió, mordiendo su labio interior con duda, cruzándosele por la mente que, tal vez, Minho estaría arrepentido de haberlo marcado al saber que la vida de ambos cambiaría en muchos aspectos. Odiaba esa idea de ser rechazado y ser hecho a un lado por su alfa, eso le rompería el corazón y dejaría devastado a su lobo.

—Está bien—siguió hablando Minho, asintiendo—Debemos hablar con tus padres. Conociendo a mi padre, muy pronto lo sabrá también, así que está bien, debo hablarlo con él personalmente.

—Si no te parece la idea de vivir juntos todavía, no te preocupes, no debe ser así si no quieres o crees que es muy pronto—dijo con timidez el omega.

Al ser destinados, de por sí sentían la necesidad de estar juntos, y ahora con una marca de por medio, era más una exigencia y obligación que una simple necesidad. Claro que todavía estaban muy jóvenes, ambos estaban casi en sus veintes, no habían terminado sus estudios y ninguno estaba trabajando todavía, pero no podían simplemente hacer como si nada estuviera ocurriendo, la etapa del cortejo terminó para darle paso al siguiente nivel, debían enfrentarlo.

—No he dicho eso—negó Minho—Lo vamos a resolver.

Jisung asintió un poco dudoso, sus inquietudes no estaban resueltas completamente, pero no le quedaba más opción que esperar a todo lo que vendría.

🌙

Después de clases, Seungmin suspiró aburrido, preguntándose qué hacer. De cierta forma, extrañaba la presencia de Minho, supo por medio de Chan que Jisung había entrado en celo, así que solo debía esperar. Sin él, se sentía un poco desprotegido en el salón de clases, pero sabía que pronto volvería, ya había pasado una semana, de seguro el celo de Jisung estaba por finalizar; recogió sus cosas y salió de ahí, encontrándose con Chan esperando en el pasillo, distraído mientras revisaba algo en su celular. Sonrió inconscientemente, el alfa se veía demasiado atractivo con los brazos descubierto y su cabello castaño desordenado, dándole un aspecto varonil que lograba llamar totalmente su atención. Caminó a paso lento hacia él hasta que estuvo de frente, manteniendo una corta sonrisa.

—¡Hola!—lo saludó con ánimos—¿Qué haces por aquí?—preguntó de manera juguetona, sabiendo la respuesta.

Chan guardó el celular en su bolsillo y puso toda su atención en el omega, sintiéndose cálido con el dulce aroma que provenía de él

—Ya sabes, de paso—respondió, encogiéndose de hombros.

—¿De paso?—elevó una ceja, esbozando una media sonrisa—Bueno, entonces debo irme, me están esperando.

Chan dejó de sonreír automáticamente, tomando con suavidad la muñeca del menor para detenerlo.

—¿De verdad tienes otras cosas que hacer?—sonó un poco decepcionado.

Seungmin soltó una corta risa y lo miró.

—¿Por qué?

—Mentí, no vengo de paso, Jisung no está así que eres la única razón por la que vendría—dijo un poco apenado, apartando la mirada de los bonitos ojos del omega.

—Eres un alfa muy tierno—dijo Seungmin, poniendo ambas manos en sus mejillas, haciendo un poco de presión hasta que se vieran ligeramente abultadas—Vamos, acepto salir contigo.

—¿En serio?—Chan se llenó de ilusión, sintiendo su propio corazón golpear contra su pecho por las acciones del pelirrojo.

Seungmin asintió con seguridad, quitó las manos de su rostro y enganchó su brazo con el del alfa, sorprendido consigo mismo por su propia iniciativa, pero al mismo tiempo, satisfecho por la gran sonrisa que Chan llevaba en su rostro.

Le gustaba verlo sonreír.

Alejó todos los pensamientos negativos que llegaron a su cabeza, pensar en su padre solo arruinaría por completo la sensación de calma que lo había llenado con solo la presencia del castaño, y definitivamente, no quería arruinar ese momento.

Esperaba que eso le durara al menos todo ese tiempo estando fuera de casa.

Chan no tenía planes de apartarse, era la primera vez que Seungmin agarraba su brazo de esa forma, sintiéndose tan especial a pesar de solo estar a su lado, otra vez actuando como si el omega solo tuviera interés en él, como si tuviera la oportunidad de ser su alfa.

A lo mejor, estaba siendo un tonto por dejarse llevar con eso, por seguir ilusionándose cuando en algunas ocasiones, Seungmin seguía haciéndolo a un lado, como si no lo conociera, como si prefiriera estar con muchos alfas que no sean él, pero no podía evitar seguir sintiéndose atraído hacia el omega, era tan perfecto que fácilmente podía ignorar lo demás.

Sin haberse dado cuenta, Seungmin tenía un gran poder sobre él.

Decidieron entrar a una heladería a las afueras de la universidad. A Chan le gustaba mucho ese lugar, era tranquilo, alegre y de muy buena calidad, así que de seguro, Seungmin estaría cómodo. Ambos tomaron asiento en una de las mesas del local, actuando tímidamente, como si no supieran cómo comportarse frente al otro.

—¿Por qué nunca había venido a este lugar?—dijo Seungmin antes de empezar a comer su helado.

—Porque no me conocías—respondió divertido el mayor, acomodándose mejor en su silla.

—Creo que vendré más seguido.

—¿Puedo venir contigo?

—¿Quieres venir conmigo?

Chan asintió de inmediato, emocionado con la idea de estar cerca por más tiempo, demostrándole que no necesitaba a nadie más que no fuera él, porque sin importar qué, seguía siendo la mejor opción, y aunque él no lo supiera, Seungmin ya estaba consciente de eso.

—Está bien, dejaré que me acompañes cada vez que quieras—sonrió, notando la expresión llena de ilusión del alfa, preguntándose cómo es que él podía causar ese tipo de cosas en alguien como Bang Chan.

El tiempo pasó realmente rápido, estaban tan metidos en su propio mundo que no notaron que la hora de almuerzo había terminado. Mientras Chan le hablaba sobre la graciosa manera en la que conoció a Jisung, una notificación vibró en su celular. Sin dejar de prestar atención, revisó apenas de qué se trataba, y al leer el mensaje proveniente de su padre, supo que todo su buen ánimo no regresaría.

Su atención se perdió totalmente, la voz de Chan sonaba lejana y él empezó a sentirse ajeno a ese momento. Desde que regresó a casa después de su celo, su padre lo tenía mucho más controlado que antes, se había vuelto más agresivo e incluso lo amenazó con utilizarlo para ganar dinero con otros alfas bajo la suposición de que eso era lo que estaba buscando. ¿Cómo podía amenazarlo con algo así si era su hijo? Ni siquiera necesitaban dinero, vivían perfectamente bien, y esa amenaza iba directamente con la intención de dañarlo.

Estaba cansado, debía salir de esa casa, pero no sabía a donde ir, ni siquiera había algún familiar que pudiera recibirlo; vivir solo era demasiado costoso, y conociendo a su padre, no tendría problemas con dejarlo en la calle sin dinero. La idea de trabajar siempre fue una buena opción, pero le tomaría mucho tiempo reunir lo necesario para empezar a vivir por su propia cuenta, agregando el hecho de que también debía pagar la universidad.

No había forma en la que él pudiera escapar de manera inmediata.

A no ser...

—Chan.

El alfa interrumpió su historia y guardó silencio, viéndolo atentamente.

—Lo siento, a veces hablo mucho—dijo con una sonrisa apenada en sus labios y con un leve rosa en sus mejillas—¿Ya quieres irte?

—No, no—se apresuró a negar, sintiéndose culpable por no haberle prestado atención, pero su mente no podía mantenerse en un solo lugar cuando tenía mucho en qué pensar—Tú... ¿Has pensando en qué hacer si marcas a un omega?

La pregunta tomó por sorpresa al alfa siendo que el tema era algo personal. No sabía como responder de manera inmediata, incluso no se detuvo en algún momento a analizarlo mucho puesto que nunca estuvo tan interesado antes en alguien como con Seungmin. Por un momento, creyó que planear algo como eso era ilusionarse mucho, pero ahora que el omega estaba preguntando, no podía hacer en su mente otro escenario que no fuera con él, dándose cuenta de cuán profundos eran sus sentimientos.

Sus mejillas volvieron a calentarse bajo la curiosa mirada del pelirrojo, respiró hondo y tuvo que responder.

—Me haría cargo completamente—no dudó, poniendo una expresión más seria—Si tú fueras ese omega, haría todo lo posible por tenerte conmigo todo el tiempo.

Sorprendido por la respuesta y por la confesión indirecta, Seungmin sintió su corazón acelerarse. Sabía que le gustaba a Chan, pero ¿incluso lo suficiente para marcarlo? Era obvio que, muchos alfas se lo propusieron, todos iban detrás de él en busca de hacerlo cargar con una marca solo para hacerlos sentir más poderosos y egocéntricos, solo porque era Kim Seungmin, el omega inalcanzable. Pero había algo en Chan que iba más allá que solo desearlo y tenerlo como un trofeo que ganó, sus sentimientos eran puros, reales, lo confirmó desde el momento en el que no se aprovechó y no se atrevió a tocarlo durante su celo a pesar de haberse visto afectado, y eso era demasiado admirable para un alfa que tenía sentimientos por él.

—Si yo fuera ese omega... —dijo en voz baja, asimilando esa posibilidad.

—Tendrías que vivir conmigo para cuidarte, para hacerme cargo de todo lo que sea necesario, y no lo digo porque sea una obligación, sé que podrías vivir independientemente, pero no podría dejar que otros se te acerquen y te hagan daño porque... Porque serías mi omega, y yo debo cuidar a mi omega.

Comprendía las palabras de Chan, sabía que nada de eso iba en torno a ser posesivo, sino que, al tener un lazo, todo se volvería más íntimo, sus lobos necesitarían estar juntos todo el tiempo, esa urgencia se crearía de manera inmediata e inevitable, no tendría sentido tener una marca y no tener a su alfa cerca, sería como si fuera algo superficial, y no, era algo mucho más serio, con responsabilidades a futuro como era el de tener una familia.

La idea era perfecta en su cabeza, obtener una marca era un pase de salida directo y sin obstáculos, su padre no lo detendría y al menos tendría algo de estabilidad en otro lugar, se preocuparía solo por trabajar y pagar sus estudios, y de esa forma, rompería lazos y contacto con él, ya no tendría motivos para verlo ni para escucharlo, dejaría atrás todo ese ambiente que lo estaba destruyendo y empezaría desde cero por sí mismo.

Solo necesitaba eso, la marca de Chan en su cuello y todo estaría resuelto.

🌙

O

jalá les guste♡ recuerden que este libro tendrá drama ok? ok🥰

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