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𝄈𝄈Cinco𝄈𝄈

Las últimas dos semanas de vacaciones pasaron demasiado rápido, más de lo que a Jisung le hubiera gustado, pero no podía hacer nada para evitarlo cuando se levantó ese lunes por la mañana con mucha pereza y cansancio.

Muy pocas veces se esforzaba por verse realmente bien, lo hacía únicamente cuando la situación lo ameritaba, pero teniendo en cuenta de que ya era su segundo año de universidad y de que vería los mismos rostros en los pasillos de su facultad, decidió que no debía arreglarse tanto, solo lo suficiente para no parecer un vago y sentirse cómodo.

Todavía recordaba su primer año de universidad, su ceño se mantuvo fruncido y su rostro denotaba incomodidad por el montón de alfas desesperados por acercarse a él, buscando su atención con halagos patéticos que sólo causaban disgusto. Sabía que era atractivo, pero odiaba esa atención, en especial cuando de alfas se trataba, poniéndolo de los nervios en lugar de hacerlo sentir querido o impresionado, así como la mayoría de omegas se sentían cuando los alfas les prestaban atención. Chan no estaba en su misma facultad, por lo que debía cuidarse él mismo de cualquier tonto alfa que quisiera molestarlo durante ese tiempo, porque al menos con Chan a su lado, no eran tan intensos y mantenían cierta distancia.

Jisung acomodó la mochila sobre su hombro y se hizo paso dentro de su facultad unosinutos antes de que las clases dieran inicio, manteniendo una expresión calma, distraído, metido en sus propios pensamientos para no darle importancia a las miradas envidiosas de algunos omegas que lo juzgaban y las deseosas de los alfas que solo querían un rato con él, ¿es que acaso los alfas pasaban las veinticuatro horas en celo como para verse tan necesitados siempre?

—Jisung, que gusto verte de nuevo. Las vacaciones te sentaron muy bien—lo analizó muy bien de pies a cabeza, comiéndoselo con la mirada.

El mencionado arrugó la nariz de manera automática cuando el fuerte olor del alfa llegó a sus fosas nasales, reconociéndolo de inmediato. Aún era temprano, no quería ser grosero, pero su reacción fue inconsciente ante ese tono de voz tan sugerente y esa asquerosa mirada.

—Jaechan—le sonrió forzadanente, tratando de controlar sus impulsos para no ser grosero a pesar de que se lo merecía, todavía no olvidaba que hace unos meses atrás, antes de las vacaciones, quiso sobre pasarse con él en la salida, cuando el salón estaba vacío, aprovechando la situación para hacer su acercamiento que terminó en una fea discusión porque Jaechan no contaba con que fuera a defenderse.

—Te ves precioso—se acercó un poco, levantó su mano con la intención de tocar los cabellos que caían sobre el rostro del omega, pero este apartó su mano rápidamente con un suave golpe.

—¿Qué haces?—enarcó una ceja, dando un paso hacia atrás.

—Solo quería ver mejor tu rostro—respondió con normalidad—No es nada malo, tu cabello tapa tus hermosas facciones.

Jisung suspiró sonoramente y rodó los ojos.

—Quítate de mi camino—demandó, haciendo el amago de seguir caminando, pero el alfa se lo impidió, tomando su muñeca con fuerza y posesión, como si tuviera el derecho de hacerlo.

—No seas así, bonito. Te ves precioso, ¿está malo decírtelo?—lo jaloneó para que se mantuviera quieto frente a él, ignorando las feromonas de enojo que había empezado a picar en su nariz.

—No, no es malo solo si te pregunté, pero en esta ocasión, no lo hice, así que no veo por qué tengas que seguir tocándome o hablándome como si fuéramos cercanos.

El alfa apretó la mandíbula ante el descaro de hablarle así, mirándolo con una dura expresión que podría doblegar del miedo a cualquier omega, pero Jisung no podía ceder ante esas actitudes, su rebelde omega se seguía negando a ser sometido por un insignificante alfa que estaba enojado porque le tocaron el orgullo.

Jaechan estuvo a punto de decir algo más, pero su mirada se desvió hacia su próximo objetivo tan pronto lo vio: un omega que acaba de entrar a la facultad y que también era de su total interés, un omega hermoso, delicado, de buena clase social y muy tierno. Soltó a Jisung con brusquedad y se alejó, olvidando por completo el motivo de su mal humor, yendo directamente hacia el omega que ya había empezado a recibir elogios por parte de algunos alfas que enloquecieron solo con sentir su aroma a caramelo.

Jisung negó con la cabeza y suspiró, viendo como Kim Seungmin sonreía complacido al obtener toda esa atención en él tan pronto hizo acto de presencia.

Y es que ambos eran muy diferentes, pero al mismo tiempo muy parecidos. Seungmin era de los pocos omegas que salían de los estándares también, casi como Jisung, pero la diferencia era que a Seungmin le encantaba la atención de los alfas, le gustaba recibir regalos y cumplidos, pero no por eso cedía ante ellos, simplemente amaba tener a los alfas a su disposición para utilizarlos a su conveniencia, él no se mantenía a la defensiva, no los alejaba, no era grosero, pero tampoco era fácilmente sometido. Le gustaba la atención y solo eso, aunque en muchas ocasiones, no era tan sencillo; algunos alfas malinterpretaban todo y creían que si se acercaban de más o intentaban forzarlo, él accedería, y no, Kim Seungmin no quería llegar tan lejos, menos si se sentía incómodo o en peligro, pero hacer que un alfa entienda eso, no era tan sencillo.

"Seungmin, ¿tienes libre hoy después de clases?"

"Eres el omega más hermoso."

"Vamos por algo de tomar, yo invito."

"Déjame ser tu alfa, no te faltará nada."

"¿Puedes darme tu número?"

"¿Cuándo es tu celo? Yo podría encargarme de ti sin problema alguno."

"Tu cuello se vería perfecto con mi marca."

Diferentes comentarios eran muy bien recibidos por el castaño, otros simplemente los ignoraba, y la mayoría sabía que no respondería positivamente, nunca lo hacía, sin embargo, no perdían las esperanzas de que algún día dijera que si, por eso seguían insistiendo.

Jisung se mantuvo recargado contra la pared con sus brazos cruzados, observando con diversión la escena, Kim Seungmin realmente era un chico muy paciente, él no podría con ese montón de tontos rodeándolo todo el tiempo, respirando esas feromonas alfas que soltaban para atraer a los omegas; era realmente difícil para él vivir así.

En cuestión de segundos, sus sentidos se agudizaron de forma repentina al sentir ese característico aroma que trató de ignorar durante esas dos semanas en las que se obligó a olvidar el tema. Su omega empezó a removerse con emoción, corriendo de un lado a otro, dándole cabida a sus instintos y dejando de lado su propia razón para dejarse guiar como si no tuviera consciencia propia. Empezó a caminar hacia donde su omega le exigía desesperadamente, ignorando el hecho de que había empujado accidentalmente a algunos compañeros, solo le interesaba llegar a su destino con desesperación.

¿De qué se trataba todo eso? ¿Una muy extraña coincidencia, tal vez?

Minho miró a Jisung al otro lado del pasillo, viéndose también tan agitado y confundido como él, sus corazones latiendo con fuerza al mismo tiempo, su alfa y omega llamándose a lloriqueos, arañando en su interior para acercarse.

—¡Espera!—Jisung gritó cuando Minho desapareció ente el cúmulo de estudiantes que ya estaban entrando a sus salones, desapareciendo en cuestión de segundos—Tonto alfa—bufó molesto, también debía ir a clases, y aunque pudiera sentir en donde Minho se encontraba, lo mejor sería buscarlo después.

🌙

Minho escondió su rostro entre sus brazos sobre su mesa, sintiendo su respiración agitada y su cabeza dando vueltas. Quería comprender exactamente las razones por las que el aroma de Jisung seguía atrayendo a su alfa de esa manera en la que apenas podía resistirse a pesar de que su lobo lo empujaba a buscarlo, algo que no sea tan estúpido como las historias de los destinados.

Levantó la cabeza segundos después, viendo a sus compañeros entrar al salón, algunos hablando animadamente y otros tan solitarios como él. El bullicio se hizo más fuerte cuando un chico entró seguido de muchas personas, sonriente. Ignoró completamente su presencia y regresó su vista hacia su mesa, jugueteando con sus dedos, pensando en cómo haría para escapar de Jisung ahora que lo había visto.

—Hey.

Minho se mantuvo en su posición, escuchando como el ruido empezaba a disiparse poco a poco conforme los segundos pasaban, seguramente porque las clases estaban por iniciar.

—Te estoy hablando— el chico tocó el hombro del mayor, llamando su atención.

Minho elevó la mirada, encontrándose con un omega, podía confirmarlo por su aroma suave y dulzón.

—¿Si?

—¿Acaso me ignoraste?

—N-No—Minho sentía la pesada mirada de los demás sobre él, en silencio, expectantes a la interacción.

—Soy Seungmin—se presentó, tomando asiento a su lado con mucha confianza y sin preguntar—Me ignoraste cuando entré.

—Pues… No te conozco—lució confundido, sacando los cuadernos correspondientes.

—Ajá—asintió, imitando sus acciones—Eres raro. Me agradas—le sonrió amablemente—¿Cómo te llamas?

—Lee Minho—respondió de inmediato, sintiéndose demasiado extraño por tener a un omega tan cerca, hablándole con mucha naturalidad y sin ninguna expresión de burla.

—Está bien, Minho, nunca te había visto por aquí.

—Soy nuevo en esta Universidad.

—Ah, entiendo—asintió—Serás mi amigo entonces—dijo como si nada, ojeando su cuaderno hasta encontrar la página vacía en donde escribiría la clase—Necesito un alfa que no esté interesado en mí.

—¿Qué?—se removió incómodo en su silla, escuchando los murmullos de los demás.

—Como escuchaste—se acercó un poco para que solo él pudiera escucharlo—Alfas están a mi alrededor todo el día, entonces necesito alguien a quien no le interese para que me cuide, y como ignoraste mi presencia y belleza, deduzco que no llamé tu atención—murmuró—Pero no importa, no me ofende—le sonrió, viendo disimuladamente a su alrededor—Serás mi amigo, y viendo que eres nuevo, considérate afortunado.

Minho trató de procesar toda esa información, siendo la cosa más extraña que le pasó en su vida. Los murmullos cesaron cuando el catedrático entró al salón, llamando la atención de todos para darle inicio a su clase.

La atención de los demás era algo a lo que no estaba acostumbrado en lo absoluto, las miradas sobre él lo ponían nervioso. No era bueno socializado, y de la nada, aparecía un omega demandando que fuera su amigo. Nada de eso tenía sentido, su primer día de clases estaba siendo más movido de lo que creyó; primero Jisung, y ahora Seungmin quién se había ofrecido a guiarlo dentro de la facultad y de la universidad por si necesitaba algo. Claro que no se negó, su amabilidad lo desconcertaba, pero por sobre todo, lo hacía sentir ligeramente relajado, no estaría mal por fin tener un amigo.

🌙

Jisung movió con impaciencia su pierna derecha mientras su catedrático hablaba sobre algo a lo que realmente no le estaba prestando mucha atención, veía el reloj ocasionalmente, esperando a la hora de salida para ir en busca de Minho. Quizás estaba siendo un tanto insistente e intenso con el tema y probablemente por eso, Minho jamás querría hablarle de nuevo, pero no podía evitarlo, solo debían hablarlo con más calma, no quería que pensara que se estaba burlando de él cuando claramente, era algo muy serio.

—Muy bien, pueden irse ahora, recuerden el informe…

Ignoró por completo las últimas palabras del catedrático y salió del salón a paso rápido, pero su camino fue interrumpido cuando chocó contra un alfa al que no esperaba ver hasta más tarde. Suspiró sonoramente y lo miró mal.

—¿Qué haces aquí?—preguntó, viendo hacia todos lados con la esperanza de encontrar a Minho.

—Vengo a buscar a mi mejor amigo—respondió con obviedad, escuchando una risa provenir del omega que se detuvo y lo miró.

—Ya, en serio, ¿vienes por mí?—rió con sarcasmo.

Chan asintió.

—¿No tiene nada que ver con que Seungmin también anda por estos pasillos?—enarcó una ceja.

—En todo caso, eso no te importa—se cruzó de brazos, aparatando la mirada con indignación—Yo le llamo, aprovechar la situación—le sonrió—¿Tú a quién buscas? Estás inquieto.

—A Minho—respondió cortamente—Lo vi esta mañana, no sabía que también estaba estudiando aquí, ¿puedes creerlo? Es mucha coincidencia.

—Déjame adivinar, lo dices por tu idea de los destinados.

—No te burles, claramente es obra del destino que nuestros caminos se encuentren así—lo empujó, empezando a caminar entre la multitud de estudiantes—Seguiré pensándolo hasta que tenga otra explicación.

Chan suspiró y negó con la cabeza, aún sin creer lo que su mejor amigo hablaba, pero no era para menos, ya nadie creía en eso, los alfas y omegas evolucionados no se dejaban llevar por cosas como el destino, para ellos ya no existía ese tipo de unión creada por la luna para una vida llena de amor y felicidad, y cada vez, la sociedad se volvía cada vez más desinteresada al respecto.

—Vamos—agarró la muñeca del alfa y lo guió en dirección a los pasillos, dejándose llevar de nuevo por su omega—Sé cuál es su salón, y creo que no se ha ido.

El alfa se resignó y se dejó jalonear por el más bajo, atrayendo las miradas de algunos que pasaban a su alrededor.

Jisung se detuvo de golpe en la entrada del salón vacío, viendo como Minho guardaba apresuradamente sus cuadernos dentro de la mochila, ansioso por salir de ahí.

—Minho—lo llamó, causando que el alfa se tensara y detuviera sus movimientos.

—¿Eres amigo de Jisung?—preguntó Seungmin con expresión confusa y en voz baja.

—No somos amigos—le susurró, pasando por alto el llamado del omega.

—Minho, deja de ignorarme, hablemos, solo será un momento—pidió, acercándose sigilosamente. Minho suspiró derrotado y lo vio.

Una intensa corriente recorrió su cuerpo entero al sentirlo cerca, estaba siendo atraído inevitablemente, su alfa removiéndose con emoción y satisfacción ante la presencia del omega, y mientras más segundos pasaban, más atraído se sentía.

—Está bien, hablemos—accedió, viendo la gran sonrisa que apareció en los labios del omega con su respuesta.

Jisung le hizo una seña a Chan con la cabeza para que se fuera y los dejara solos. Y como era de esperarse, Chan aprovechó la situación y salió justo detrás de Seungmin quién también había entendido la indirecta de dejarlos solos.

—¿Y bien?—Minho se dirigió al menor, cruzándose de brazos y con expresión cansada cuando estuvieron solos.

—Lamento lo del otro día—empezó a hablar, jugueteando con sus dedos, nervioso de nuevo. Considerando que era una persona bastante segura, tener ese tipo de sentimientos lo hacían sentir fuera de lugar, pero la presencia de Minho lo hacía sentir diferente y fuera de sí—No me estaba burlando de ti, lo que dije no fue una broma, pero entiendo que te parezca absurdo.

Minho simplemente asintió, apartando la mirada de vez en cuando para no tener que enfrentar los ojos del omega.

—Entiendo que no creas en eso de los destinados, suena un poco fantasioso—rió nervioso, balanceándose sobre sus pies—Pero de verdad quisiera entender qué es lo que pasa entre los dos, ¿no sientes tú lo mismo? ¿no tienes curiosidad?

—No nos conocemos, Jisung—habló por fin, un poco cohibido—No puede existir algo que de alguna manera nos una así como si nada sin siquiera haber interactuado lo suficiente, puede que en la cena hayamos congeniado, pero eso no es suficiente para crear un lazo de ningún tipo.

—Esta mañana mi omega te estaba buscando, ni siquiera yo pude detenerlo, solo seguí caminando hasta donde me guiaba y terminé encontrándote, exactamente como cuando nos conocimos, y cuando nos vimos en la cafetería, tu olor parece gustarle mucho a mi omega y te reclama como suyo...

—A lo mejor… A lo mejor nuestros lobos están equivocados—razonó inseguro.

—No lo creo...—negó—Y si hay algo que no puedo ignorar, es a mi omega—lo miró, seguro de sus palabras—Y si mi omega te busca, es por algo.

—¿Qué tal si está confundido?—insistió, tomando su mochila para acomodarla sobre sus hombros con la intención de irse al darse cuenta de que esa conversación no estaba llegando a ningún lado—Mi alfa y yo no sabemos cómo es estar cerca de un omega, ¿está bien? Ese tipo de acercamiento no es común para mi y no lo comprendo del todo, por eso no puedo aceptarlo como si nada—se avergonzó, sus mejillas sonrojándose por lo tonto que se sentía—No soy bueno con eso, y tal vez, mi solitario y rechazado alfa se encaprichó contigo cuando te vi.

—¿Pero por qué conmigo?

—Porque eres lindo… Diferente a otros omegas, y creo que eso llamó nuestra atención—soltó sin pensarlo, dándose cuenta de su propio error al decir algo como eso, recordando lo mucho que Jisung odiaba que los alfas dijeran ese tipo de cosas sobre él—Lo siento, no quise decir eso, es decir…—se detuvo cuando notó una sonrisa en su rostro y no una expresión molesta.

—No te disculpes—le dijio con voz suave—No me molesta que tú digas eso, me gusta.

Minho no supo hacer más que sonrojarse.

El silencio se hizo presente en el salón por un rato, los dos demasiado tranquilos con la presencia del otro a pesar de la inexplicable situación, con sus lobos más en calma por sentirse cerca, cómodos y relajados.

—Déjame cortejarte—Jisung dijo con seguridad sin apartar la mirada del alfa luego de pensarlo unos segundos, sintiendo su corazón golpetear contra su pecho por su propio atrevimiento.

—N-No puedes hacer eso—respondió nervioso, negando con la cabeza repetidas veces—Eres un omega, Jisung.

—No veo el problema—sonrió, encogiéndose de hombros, rechazando su naturaleza de ser el que debe de recibir el cortejo—Déjame cortejarte como se debe—repitió sin dudar, seguro de que estaba haciendo lo correcto al hacerle caso a su omega.

—Los omegas no cortejan a los alfas—volvió a negar—Apenas nos conocemos, eso sería muy extraño y-

—Solo te estás excusando, ¿a qué le tienes miedo?

Lo único que sabes hacer bien es poner excusas, las palabras de su papá hicieron un eco interminable en su cabeza, y quizás, tenía razón, siempre tenía excusas para todo con tal de no hacerle frente a las situaciones que lo rodeaban, pero ¿cómo hacerlo? No quería terminar humillado, salir de su propia zona no era algo que lo emocionara en lo absoluto, su propio mundo era mucho más seguro que tener que enfrentar a ese omega atrevido que le pedía cortejarlo, como si eso fuera normal, como si eso no solo remarcara su incompetencia al no saber ni siquiera cómo comportarse frente a un omega tan llamativo como lo era Jisung.

Inseguridades, muchas inseguridades se hacían paso mientras Jisung le sonreía con toda la seguridad del mundo, ¿cómo es que fue a terminar en una situación así? Nunca pasaba nada bueno en su vida, y ahora que un omega estaba dispuesto a sacarlo de su mundo, seguía poniendo excusas para quedarse ahí, solo, rechazado y alejado de todo; era difícil, pero si nunca daba el paso, ¿de qué otra forma sabría si hizo lo correcto o no?

—No soy un gran alfa, soy patético y pronto te darás cuenta de eso—dijo con decepción, dejando a flote esas inseguridades que lo atormentaban día a día—¿Por qué querrías un alfa así? Nadie quisiera un alfa que no sabe ser uno.

—No hay nada malo en ti, eres agradable, guapo y tierno, solo no estás dentro de los estándares de un alfa común, así como yo no lo estoy dentro de los de un omega, ¿crees que los alfas quieren un omega maleducado que no se somete? La mayoría por aquí solo quieren acostarse conmigo porque no les sirvo como pareja.

—Jisung…

—Di que sí, Minho—pidió, viéndolo a los ojos—Puedo mostrarte que no está mal ser diferente. Puedo demostrarte que los destinados todavía existimos y que no son solo historias.

Minho mordió su labio inferior con duda, solo tenía dos opciones: aceptar y arriesgarse a que todo terminara mal, o negarse y seguir en su propia zona segura en donde nada le pasaría.

Se detuvo en los brillantes ojos del menor, causando que una sensación de calidez lo llenara al notar la ilusión en estos. No tenía sentido que quisiera ser su omega, nadie nunca quiso serlo antes porque nunca fue lo suficiente bueno para merecer uno, sin embargo, Jisung le estaba ofreciendo todo aquello que tanto había deseado alguna vez.

Un omega, un hermoso omega quería cortejarlo, jamás imaginó algo así, ni siquiera en sus sueños más descabellados, y es por eso que, estaba empezando a comprender porqué su alfa lo deseaba tanto.

—Está bien, Jisung—respondió luego de un largo silencio, notando el brillo en los ojos del omega—P-Puedes cortejarme… Pero si termino decepcionándote, recuerda que te lo advertí.

La sonrisa de Jisung se ensanchó, seguro de que estaba haciendo lo correcto con él mismo y su omega que se encontraba más que satisfecho con su decisión, porque si Minho no creía en los destinados, se lo demostraría. Tenía claro de que no sentía amor por él, pero tenía una muy fuerte necesidad de estar a su lado, por lo que se había mentalizando que, eventualmente, terminaría enamorado. Su lobo estaba cediendo muy rápido ante un alfa, y aunque eso lo desconcertaba porque era la primera vez, no podía negarse a ese llamado.

Minho sonrió apenas, llenándose de un sentimiento diferente al ver al omega tan feliz con su respuesta, pensando en que si todo llegaba a fracasar por su propio desastre emocional, al menos tendría la oportunidad de vivir algo que creyó que jamás le pasaría.

La oportunidad de sentirse especial.

🌙

Ojalá les guste♡

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