𝘋𝘶𝘭𝘤𝘦 𝘴𝘢𝘭𝘪𝘥𝘢
No tuvo que poner alarma alguna porque su emoción lo hizo levantarse temprano por si solo.
Algo muy extraño en él, teniendo en cuenta que se le dificultaba despertarse, ya que creía fielmente que dormir era un placer.
- ¿a dónde tan Feliz Nii-chan? - preguntó al verlo sonriente en la mesa del desayuno -
El resto de su familia también lo volteo a ver.
- es verdad ¿estás enfermo? - bromeó Milluki -
- ya quisieras cerdo mutante - respondió sin dejar su sonrisa - hace unas semanas me hice amigo de tres personas geniales y hoy saldré con una de ellas - dijo entusiasta - su nombre es Gon
- ¿amigos? - preguntó sorprendido Illumi - creí que eso era un obstáculo para tus notas perfectas
- no realmente, es agradable tener a alguien que SI te escuche y NO te imponga cosas cuando estás mal - respondió mirándolo con desdén -
Un breve silencio incómodo se instaló en el comedor.
Nadie, ni siquiera los adultos, sabía como romper la tensión.
- espero te vaya bien, hermano - murmuró Kalluto tratando de animar al aludido - es lindo verte feliz por cosas que nunca habías hecho antes
- te ira tan bien que soñaras con salir así más seguido - le siguió Alluka - ¡te lo garantizo!
El albino suavizó su tensa mirada, agradeciendo en silencio.
- entonces ¿no te guardo almuerzo? - preguntó su madre comentando algo al fin -
- correcto, almorzaré con él - explicó levantándose de la mesa - muchas gracias, estaba rico como siempre
- ¿llegas tarde? - hablo por primera vez su estoico padre -
- realmente no sabría decirte, padre - habló con sinceridad - es la primera vez que hago este tipo de cosas después de todo
Justo cuando pensó que sería regañado, las brillantes y alegres sonrisas que adornaron las caras de todos sus familiares lo tomaron por sorpresa.
- cuando puedas, lo invitas a la casa para poder conocerlo - sugirió su madre sin dejar de mirarlo con cariño -
- ¿en serio? - no salía de su impresión -
- ¡Claro que si tesoro! Cualquier amigo tuyo siempre será bienvenido en esta casa
- gracias mamá - soltó recuperando la sonrisa con la que se despertó -
El abrazo familiar que se dieron después, lo lleno de esa calidez que extrañaba desde aquella vez en que seguía siendo un niño con resaltada avives.
- ¿otro amigo aparte de Kurapika y Leorio? - preguntó sorprendida la pelirroja -
- ¡así es! - resaltó con emoción - lo conocí hace unas semanas en la pastelería, se llama Killua y es dueño de una hermosa cabellera blanca en conjunto de unos llamativos ojos marinos
- debe de ser alguien muy agradable para que pongas esa cara embobada - dijo "sutilmente" -
Los colores cubrieron sus acaneladas mejillas, sin embargo, una pequeña sonrisa esbozó.
- si es alguien agradable - afirmó con sus labios plenamente curvados - ¿puedes creer que nunca había salido con amigos? ¡Qué injusticia!
- no sé de qué te quejas - recogió los platos en donde habían desayunado ella y su hijo - si vas a ser tú el primero en darle esa experiencia... ¿Eso no es mejor?
Su ámbar mirada se iluminó con fuerza.
- tienes razón - parecía que la sonrisa se saldría de su cara - quizás no haya tenido amigos antes, pero es un honor ser uno de los primeros
- así se habla - apoyó dirigiéndose a la cocina - ve y arréglate, por esta vez lavaré los platos
- gracias Mito-san
Haciéndole caso a su madre, Gon se bañó y arreglo rápidamente para salir de su casa a las 11:00.
Tal vez y solo tal vez salió muy temprano, no quería dejar esperando al albino por nada del mundo así que poco le importó.
Su idea era sentarse a esperar en uno de los múltiples bancos que se hallaban alrededor del parque.
"Era" porque sus planes cayeron al ver otra persona sentada debajo de un árbol.
- ¿¡Killua!?
El nombrado abrió los ojos y miró en varias direcciones hasta que encontró al dueño de esa vos.
- ¿Gon?
El azabache se acercó y le tendió la mano para ayudarlo a levantarse.
- ¿qué haces aquí? Apenas son las 11 y 15 - preguntó al sentir el tacto cálido de la mano contraria -
- baka - vociferó con vergüenza - eso debería preguntar yo ¿no eres tú el que dice llegar tarde?
- técnicamente, ninguno llego tarde - jaloneo un poco el agarre para que el otro se levantara del pasto - además, no quería hacerte esperar
- a mí tampoco me apetecía dejarte esperando - dijo un poco más calmado - ¿ahora que hacemos? No sé tú, pero yo todavía ando un poco lleno por el desayuno - apretó levemente la mano contraria sin darse cuenta -
- la verdad es que también me sigo sintiendo lleno - dijo pasando por alto el hecho de que él también apretó la blanquecina mano contraria - se me ocurre caminar hacia un restaurante que queda apartado de aquí ¿te parece? Con eso bajamos lo comido
- suena bien para mi
Ambos se sonrieron mutuamente, perdiéndose en la mirada contraria atrapándose en una burbuja imaginaria.
- ¿Killua?
Hasta que aquel llamado la rompió.
- ¡¿A–amai?!
Ambos se soltaron y alejaron levemente con el rostro colorado.
- ¡perdón! No era mi intención interrumpir - se apresuró en contestar - es que me pareció raro verte por aquí con...
- Gon - respondió el azabache sonriendo con nervios - un gusto... Amai?
- si, esa soy yo - se inclinó levemente - es un placer Gon
- el gusto es mío
Una amplia sonrisa apareció en los labios de la fémina.
- bueno, ya causé muchos estragos y me disculpo por ello... - rio levemente al ver las expresiones contrarias - los veré en otra ocasión ¡diviértanse!
- gracias Amai - agradeció Gon -
-... Te veré en la preparatoria - se despidió Killua -
La azabache asintió dedicándoles una última sonrisa antes de irse, estaba muy feliz de ver como el albino convivía con alguien ajeno a su familia al fin.
Y también se había despedido, más razones para emocionarse.
- ¿es compañera tuya? - preguntó con curiosidad -
Ambos comenzaron a caminar hacia la dirección contraria en donde se había ido la fémina.
- así es... Pero no pensé que le agradará de esa manera
- ¿por qué?
Los ojos de Gon alcanzaron a captar una leve mueca asomarse en el rostro blanquecino de su acompañante.
- nunca he sido bueno socializando... Le respondía tan cortante que llegue a pensar que me termino odiando por eso
Su mano se apoyó en el hombro contrario mostrándole su evidente compasión.
- pero ya viste que no es así - animó alegremente - deberías tratar de hablar con ella y así te haces un amigo en el lugar de estudio ¿no crees?
- supongo que tienes razón - musitó recuperando su alegría - por cierto... Nunca te pregunté, pero ¿en dónde estudias?
Cuando sintió que el contrario había apartado la mano, supo que la había cagado.
- deje de estudiar para poder trabajar y ganar dinero, no me iba muy bien en los otros trabajos que tuve, pero llegué aquí y fue la increíble excepción - explicó con su rostro aparentemente sereno -
- puedo preguntar... ¿Por qué?
El repentino cambio de expresión que tuvo Gon asusto demasiado al albino.
- mi estúpido padre nos dejó con una enorme deuda y esos tipos no nos dejarán en paz hasta pagarla - explicó borrando todo rastro de alegría que solía rebosar -
- lo siento... No debí preguntar
- ¡oh! - cambio nuevamente su aura - no te preocupes, no te lo había dicho de todos modos y tú solo preguntaste
Killua trago saliva nervioso, pero quería decirlo.
- ¿Sabes?... Yo podría ayudarte con esa deuda - murmuró - mis padres son bastante adinerados por lo que no tendría problema alguno y—
- me temo que no puedo aceptar eso - interrumpió - aun así, gracias por tu preocupación
- ¿estás seguro? - insistió -
- muy seguro - dijo un poco alterado -
- pero—
- Killua - llamó seriamente - puedo hacer las cosas por mi mismo, en serio no debes preocuparte
- pues el hecho de que no estés estudiando me da la impresión de lo contrario - respondió levemente ofendido al no entender la actitud contraria -
Él solo quería ayudar ¿tan malo era?
- no me lo tienes que recordar - realmente no quería enojarse - pero te aseguro que ya falta poco para lograr completar la deuda así que... No necesito de tu dinero ni tú ayuda
Un incómodo silencio se instaló entre ambos.
Gon al ver que Killua agacho la mirada afligida, no pudo evitar sentirse mal.
- lo siento - susurró suavemente llamando la atención del albino - cuando se trata de este asunto... Suelo alterarme demasiado
- está bien, fue mi culpa por sugerirlo en primer lugar
- no, no - negó con su cabeza - solo querías ayudarme y lo aprecio mucho... Pero realmente no puedo aceptar
Su corazón y valores le decían que no era lo correcto.
- comprendo - dijo dando por finalizado el tema - ¿me recuerdas como se ve el restaurante a donde vamos?
- ¡eso es fácil! - exclamó con su alegría renovada - tiene un enorme gato sonriente en el techo, la entrada esta decorada con brillantes luces y en el letrero se ve su nombre el cual es—
- ¿"pastas del chef gato"?
- ¡si! ¿Cómo es que... - miró hacia al frente - ohhhh ¡llegamos!
¿Realmente el tiempo había pasado tan rápido?
- ¿ya has venido aquí antes? - preguntó Killua al verlo tan emocionado -
- solo una vez que Kurapika me invitó - respondió - ¡pero la comida es tan rica!
- pues entremos - animó agarrando nuevamente su mano -
Sus mejillas se encendieron, pero no se apartó nunca del contacto.
- Buenas tardes - saludó un empleado - ¿mesa para dos?
Ambos se miraron para luego asentir en respuesta.
- muy bien, síganme
En menos de un minuto, ya se encontraban sentados en una bonita mesa rodeada de bellas plantas y luces de película.
- les daré un tiempo para que se decidan y me den su orden - informo dejándoles la carta en la mesa antes de irse a atender más clientes -
Killua miraba asombrado el lugar mientras Gon lo miraba a él.
- debo admitir que es un lindo lugar - al sentir la mirada del contrario se sonrojó de sobremanera - ¿qué sucede? - murmuró mirándolo de regreso -
- estaba pensando... Que tienes unos ojos muy bonitos jeje
- ¡b–baka! - chilló apartando la mirada - no digas eso... Es vergonzoso
Gon parpadeo repetidas veces antes de quedar igual o incluso peor que el contrario.
- ¡p–perdón! - agitó sus manos nerviosamente - ¡s-se me salió! ¡No qui—
- ¿ya tienen su orden lista? - preguntó dándose cuenta de las expresiones contrarias - oh perdón, pensé que habían levantado la mano para pedir
- de hecho... Nos gustaría pedir el especial de parejas - se atrevió a decir el albino -
Gon solo asintió en respuesta.
- ¡buena elección! En unos momentos se los traigo
El azabache esperó a que el camarero se fuera para poder hablar.
-... ¿Por qué el especial de parejas?
- pensé que era una buena opción teniendo en cuenta que todavía nos encontrábamos llenos hace unos momentos... Pero si quieres puedes pedir otra cosa
- es perfecto - afirmó - no sabía como decirte que también estaba pensando lo mismo ¿acaso lees mentes?
- ya quisiera - respondió dejando fluir las cosas - si pudiera leer la mente, créeme que me ahorraría muchas cosas
- ¿a si? ¿Como cuáles?
- como saber que están pensando los maestros cuando te regañan
- ¿te han regañado? - preguntó asombrado -
- no, pero apuesto a que sería interesante
- puff ¿cómo es que ser regañado sería interesante? Jajajá
- no lose, tú dime
Y así, toda tensión que se había formado fue disipada en aquella mesa.
Dándole paso a varias carcajadas y risas que encajaban en perfecta armonía.
Cuando llegó un plato mediano lleno de pasta a la boloñesa, ambos se miraron un poco asombrados.
- no creí que fuera una porción tan grande - sus ojos no dejaban de mirar la comida -
- error de cálculo - se golpeó la frente el albino - era obvio que servirían tanto si se van a alimentar dos personas
- bueno, al menos se ve delicioso - trato de animar al contrario -
- quizás - una sonría socarrona formó - pero llego el momento de calificar el sabor
- ¿qué te creíste? ¿Máster chef? - burló enrollando el tenedor con sus dedos -
- no me tientes que me da por ir y volverme un jurado - imitó la acción contraria -
- ay ajá - probó bocado - oh por dios...
- esto esta...
- ¡MUY BUENO!
Olvidando por completo la conversación, ambos muchachos comían como si no hubiera un mañana.
Ambos estaban tan concentrados en el sabor de la pasta que no se dieron cuenta cuando empezaron a succionar de una misma tira.
Ya cuando sintieron el tierno y cosquilleante contacto entre sus labios fue que se miraron a los ojos y quedaron brevemente petrificados.
- ¡Perdón! - exclamó apartándose de golpe -
- ¡n–no te disculpes! - respondió igual de alterado -
- ¿¡como no!?
Lo he arruinado, lo he arruinado, lo he arruinado.
Pero nunca se esperó nuevamente sentir los acanelados y cálidos labios de Gon sobre los suyos.
-... ¿Ya te calmaste? - murmuró tímido alejándose del contrario -
La cabeza de Killua era un lío en esos momentos.
- yo... Esto... No sé qué decir
- me gustas - susurró para que solo ellos dos escucharán - quizás fueron tus ojos o tal vez la forma en la que te comportas conmigo pero... Realmente me gustas
¿Esto es a lo que se le llama sentir maripositas en el estómago?
Al notar que el azabache comenzó a temblar levemente, Killua se levantó de su asiento.
Lo arruiné se lamentó Gon.
Aunque poco le duró su preocupación, ya que Killua se había sentado a su lado.
-... no sé muy bien lo que es estar enamorado o atraído por alguien
- ya veo... Olvi—
- pero - interrumpió - desde el primer momento en el que te vi... Sentí algo extraño, sentí que... Necesitaba conocerte más y ver esa radiante sonrisa todos los días por el resto de mi vida Gon, dime ¿es eso lo que tú estás sintiendo?
Se hallaba tan nervioso que solo pudo asentir en respuesta.
- entonces... - su sonrojo parecía salir de su rostro - Eso significa que ¿podemos volver a unir nuestros labios?
- ¿¡t–te refieres a besarnos!?
- ¡s–si eso! ¡Pero solo si tú quieres!
Sus tímidas miradas se encontraron, ambos se acercaron lentamente, pero con seguridad, cerrando sus ojos y cortando la distancia un tercer beso habían sellado.
Si alguien pregunta, la imagen de multimedia (a diferencia de las otras) es de mi propiedad y he aquí la prueba:
OwO 💚💙
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