𝟏𝟐. 𝐁𝐞𝐧𝐞𝐚𝐭𝐡 𝐭𝐡𝐞 𝐌𝐨𝐨𝐧𝐥𝐢𝐠𝐡𝐭
Sunghoon camina por los oscuros corredores de la biblioteca subterránea, donde el aire está impregnado de antigüedad y misterio.
Los tomos y pergaminos que cubren las paredes cuentan la historia oculta de su linaje y de los secretos más oscuros de su especie. Sin embargo, incluso entre la información que había recopilado durante semanas, el rastro del traidor permanece elusivo.
Los híbridos que aparecen en los territorios humanos no son creación del azar. Las marcas en sus cuerpos, la falta de control sobre su sed y su comportamiento caótico, indican una manipulación meticulosa.
Alguien con un conocimiento profundo sobre los límites de los Vampiros y la alquimia oscura está detrás de esto. Y lo peor, es uno de los suyos. Un Vampiro de Pura Sangre.
Sunghoon cierra con fuerza un libro antiguo y se frota las sienes, frustrado. La investigación le está tomando más tiempo del que había anticipado, pero más allá de la impaciencia por resolver el misterio, hay otra sensación que lo atormenta: Jake. Cada día lejos de él es una batalla interna.
Su cuerpo y su alma lo reclaman, exigiéndole que cumpla la promesa de volver a su lado.
"Dos inviernos," se había dicho a sí mismo. Sin embargo, con cada segundo que pasa, esa promesa parece una tortura autoimpuesta.
El mero pensamiento de Jake, de sus ojos desafiantes y de su espíritu indomable, hace que Sunghoon sienta un vacío insoportable. Necesita verlo, asegurarse de que está a salvo. ¿Y si algo le había pasado? ¿Y si otro peligro lo acechaba en su ausencia? La incertidumbre es un veneno que lo debilita más que cualquier herida.
Sunghoon se levanta de golpe, las botas resonando con fuerza contra el mármol. Los consejeros y sirvientes que lo rodean lo han notado más irritable últimamente, pero nadie se atreve a preguntarle por qué.
Ser un Pura Sangre implica mantener siempre una fachada de control, pero Sunghoon está a punto de quebrarla. El peso del deber y la promesa hecha a Jake tiran en direcciones opuestas.
—¿A qué estamos jugando? —Murmura para sí mismo mientras pasa una mano por su cabello oscuro.
Cierra los ojos e inhala profundamente, esperando encontrar algo de claridad.
En su mente, aparece la imagen de Jake fuerte y orgulloso, con su aro de plata en el labio brillando en la luz del crepúsculo. Un leve dolor atraviesa el pecho de Sunghoon al imaginar que el tiempo que pasa lejos de él solo incrementa la distancia emocional entre ambos.
Finalmente, Sunghoon decide. La investigación debe continuar, pero no puede dejar que sus instintos sean silenciados por más tiempo.
Debe verlo, aunque fuera desde las sombras, para confirmar que está bien. Solo así podrá encontrar la paz necesaria para terminar su misión.
Sin perder más tiempo, Sunghoon se dirige hacia la salida de la biblioteca, ignorando las miradas inquisitivas de los guardias.
Jake es su promesa, su tormento y su salvación. Y por más que intentara resistir, sabe que pronto no habrá fuerza capaz de detenerlo.
Tiene que verlo.
La Luna se alza, brillante y solitaria, iluminando los contornos del bosque donde Jake patrulla en su turno de guardia nocturno.
El aire es frío y húmedo, y cada crujido bajo sus botas resuena en la quietud. Pero a pesar del silencio exterior, su mente no encuentra descanso. La ausencia de Sunghoon lo carcome más de lo que está dispuesto a admitir. Por alguna razón, había llegado a sentirse más seguro con un Vampiro que con su propia Orden.
Sin embargo, esa noche, algo diferente flota en el aire una sensación de peligro latente.
Jake siente cómo los pelos de su nuca se erizan. No estaba solo. Entre las sombras, algo lo observa. Antes de que pudiera reaccionar, el suelo parece estremecerse bajo una horda de híbridos, emergiendo de la oscuridad como espectros hambrientos.
Jake desenvaina su espada con fluidez, preparándose para lo peor. Pero justo cuando el primer híbrido se abalanza sobre él, una ráfaga de movimiento corta el aire.
Sunghoon.
Como una sombra entre sombras, el Vampiro Pura Sangre aparece a su lado, anulando al atacante con una precisión letal.
Jake apenas tiene tiempo de procesarlo. Los híbridos siguen llegando, pero él y Sunghoon se mueven juntos en una coreografía perfecta, como si nunca se hubieran separado.
Cada golpe y cada esquiva fluye entre ellos, sincronizados en un baile violento pero hermoso. Las garras y colmillos de los híbridos no son rivales para la furia contenida de ambos. Jake puede sentir la seguridad en cada movimiento de Sunghoon, protegiéndolo sin necesidad de palabras.
Cuando el último de los híbridos cae y el aire vuelve a llenarse con la calma del bosque nocturno, Jake se queda inmóvil por un instante, respirando con dificultad.
Sin pensarlo, se gira hacia Sunghoon y lo abraza con fuerza, como si temiera que pudiera desvanecerse de nuevo.
—Volviste —Susurra, sus ojos brillando bajo la luz plateada de la luna. Sin esperar respuesta, Jake lo toma del rostro y lo besa, desesperado, como si hubiera esperado ese momento toda su vida.
Sunghoon se queda inmóvil al principio, sorprendido por la intensidad del beso, pero pronto sus brazos rodean la cintura de Jake, atrayéndolo más cerca. Por un instante, todo desaparece las sombras, las batallas, el peligro. Solo quedan ellos dos bajo la luna.
Cuando Jake finalmente se separa, su voz es un susurro urgente. —¿Te quedas? ¿Me llevarás? Por favor, dime que viniste para quedarte o para llevarme.
Sunghoon acaricia con suavidad la mejilla de Jake, su expresión suavizándose. Podría haberle prometido el mundo en ese momento, pero la realidad es otra.
—Jake... quiero quedarme, llevarte, desaparecer contigo, pero no puedo. No aún. —La voz de Sunghoon es baja, cargada de emociones reprimidas. Sus ojos dorados lo miran con una sinceridad que pocas veces dejaba ver. —Estoy tras el rastro de los híbridos. Debo encontrar al traidor que los está creando, y hasta que no lo haga, tu vida estará en peligro.
Jake niega con la cabeza, frustrado. —¿Por qué siempre estás tan cerca y a la vez tan lejos?
Sunghoon baja la mirada por un segundo, como si buscara las palabras correctas. No es fácil expresar todo lo que siente.
Finalmente, toma la mano de Jake entre las suyas y la lleva a su pecho, donde su corazón no late, pero donde todo lo que él es pertenece ahora al hombre frente a él.
—Desde que llegaste a este mundo, mi vida ya no tiene sentido si no estás a salvo. Lo hago por ti, Jake. Todo esto... es por ti.
Jake aprieta los labios, indeciso. Sabe que Sunghoon dice la verdad, pero eso no hacía que doliera menos. Sin embargo, hay algo en esa promesa, en la devoción absoluta de Sunghoon que lo hace querer creer.
—Entonces prométeme una cosa. —La voz de Jake tiembla un poco, traicionando la fragilidad que trataba de ocultar. —Cuando todo esto termine... quédate conmigo.
Sunghoon lo mira con una intensidad que roba el aliento. Su expresión es solemne, pero llena de amor incondicional.
—Lo haré, estamos entrando al primero de los dos inviernos que te prometí, pero es inútil esperar por uno más—Promete, inclinando su frente contra la de Jake—. Resolveré este problema y nunca volveré a dejarte.
Por primera vez en semanas, Jake siente que algo se acomoda en su interior. La promesa de Sunghoon es la única certeza que necesita para seguir adelante.
Ambos se quedan así por un momento, sin moverse, sin decir nada más. La luna los envuelve en su luz plateada, como si bendijera este instante efímero de paz en medio del caos.
𝐌𝐚𝐝𝐧𝐞𝐬𝐬
𝟏𝟐. 𝐁𝐞𝐧𝐞𝐚𝐭𝐡 𝐭𝐡𝐞 𝐌𝐨𝐨𝐧𝐥𝐢𝐠𝐡𝐭
𝟐𝟐/𝟏𝟎/𝟐𝟎𝟐𝟒
Amo que ambos acepten que se aman😭
Gracias por leer la historia ❤️
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