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𝟏𝟏. 𝐔𝐧𝐬𝐩𝐨𝐤𝐞𝐧 𝐋𝐨𝐧𝐠𝐢𝐧𝐠

Jake lleva un par de semanas sin sentir la presencia constante de Sunghoon, y su ausencia lo está volviendo más inquieto de lo que quiere admitir.

Al principio, había sido un alivio no tener esa sombra vigilante, ese peso invisible que lo hacía cuestionar cada paso que daba. Sin embargo, con el tiempo, el silencio se volvió insoportable. No puede explicarlo, pero algo dentro de él anhela esa mirada desde las sombras, esa sensación de que, de algún modo, está siendo protegido incluso por alguien que debe considerar su enemigo.

—Estás distraído, Jake —Comenta Yunho, su amigo y compañero Cazador, mientras afila su espada cerca del fuego. Es una noche tranquila, demasiado tranquila, y la tensión que se acumula en el aire parece aferrarse a cada rincón del campamento.

—¿Te pasa algo? —Añade Hyunjin, que se encuentra cerca, inspeccionando su ballesta con una ceja arqueada. La preocupación en su tono es evidente.

Ambos lo conocen demasiado bien como para dejar pasar su comportamiento. Jake solía ser el primero en planear, en liderar con firmeza, pero en los últimos días lo habían notado distante, perdido en sus pensamientos.

Jake aparta la mirada, fingiendo que revisa la punta de una de sus flechas. —Estoy bien. Solo cansado, eso es todo.

Yunho y Hyunjin intercambian una mirada breve pero significativa. Saben que Jake no es del tipo que se muestra vulnerable fácilmente, y menos cuando algo lo está afectando a nivel personal.

Sin embargo, ni siquiera ellos pueden imaginar que la causa de su inquietud es la ausencia de un Vampiro de Pura Sangre.

—Has estado más raro desde la última batalla —Dice Hyunjin con tono casual, pero directo, como si tratara de sacarle la verdad a empujones. —¿Tiene algo que ver con esos salvajes?

Jake niega con la cabeza, demasiado rápido. —No es eso.

—Entonces, ¿qué es? —Insiste Yunho. —Nosotros te conocemos, Jake. Algo está pasando.

Jake se esfuerza por mantener la calma, pero su mente sigue regresando a Sunghoon.

La última vez que lo había visto fue en aquella batalla. Había esperado que Sunghoon volviera, que se mantuviera cerca como siempre. Pero ahora, el vacío que ha dejado tras de sí lo atormenta más que cualquier amenaza tangible.

Se muerde el interior de la mejilla, frustrado consigo mismo. ¿Qué clase de Cazador extraña la presencia de un Vampiro? ¿Qué sentido tiene desear el regreso de alguien que debe ser su enemigo? Pero no puede engañarse.

Extraña la seguridad, la certeza silenciosa que había sentido bajo la mirada vigilante de Sunghoon. Extraña la promesa que late entre ellos, aunque se niegue a admitirlo en voz alta.

—Solo... no puedo dejar de pensar que algo grande se está gestando —Dice finalmente, en un intento de desviar la conversación. —Todo ha estado demasiado tranquilo desde aquella batalla.

Yunho asiente lentamente, aceptando la explicación a medias. —Sí, también lo he sentido. Algo se está cocinando en las sombras, lo sé.

Hyunjin no parece del todo convencido, pero deja pasar el tema. —Tal vez necesites descansar un poco, Jake. No puedes estar al frente todo el tiempo.

Jake asiente, agradecido por el cambio de tema, aunque sabe que el descanso no le traerá alivio. Porque incluso en el silencio de la noche, con sus compañeros cerca, una parte de él sigue buscando a Sunghoon en cada sombra, esperando una señal, una aparición fugaz que le recuerde que no está solo.

Esa noche, mientras los demás duermen y las llamas del campamento se extinguen lentamente, Jake permanece despierto.

Los árboles susurran con el viento, pero entre las hojas no hay ningún indicio del Vampiro que había marcado su vida de manera irrevocable.

El vacío sigue ahí, pesado e implacable, y Jake se da cuenta de que por más que intentara ignorarlo, no puede negar lo que siente.

Había llegado a desear la presencia de Sunghoon, no solo como un guardián invisible, sino como algo más. Y ese deseo es tan peligroso como cualquier enemigo al que se hubiera enfrentado.

Mientras la noche avanza, Jake se permite un susurro apenas audible, un pensamiento que flota entre las sombras como una confesión silenciosa.

—¿Dónde estás, Sunghoon?

Pero la noche no le da respuestas, solo el frío abrazo de la soledad y la promesa de que, tarde o temprano, el Vampiro volverá. Y Jake sabe que, cuando ese momento llegue, ya no habrá vuelta atrás.

Jake permanece despierto, con los ojos fijos en el cielo oscuro que se extiende sobre el campamento.

El viento frío roza su piel, pero ni siquiera el aire helado logra calmar la tormenta que se agita en su interior.

Siente que su corazón está atrapado en una red de emociones que no logra desenredar: la ira por extrañar a un Vampiro, el desconcierto por la calma repentina, y una profunda sensación de abandono que no puede sacudirse, aunque odia admitirlo.

Es absurdo. No puede comprender cómo la presencia de Sunghoon. su enemigo natural, un ser inmortal que debería representar todo lo que odia, ha dejado un vacío tan profundo.

Jake ha vivido toda su vida con la certeza de que los Vampiros son un peligro, criaturas que solo traen destrucción. Pero Sunghoon no es como los demás.

Hay algo más en él, algo que lo diferencia de los monstruos salvajes que Jake caza sin dudar.

Es esa dualidad la que más lo atormenta. Cada vez que recuerda la mirada intensa de Sunghoon, el toque imposible de la mano del Vampiro sobre su rostro, no siente miedo. Sentía calma. Protección. Y eso lo enfurece. ¿Cómo podía sentirse seguro bajo la sombra de un ser tan peligroso? ¿Cómo podía su cuerpo reaccionar con alivio ante la presencia de alguien que debería repudiar?

Jake aprieta los puños con frustración. Nadie puede saber lo que siente; ni Yunho, ni Hyunjin, ni siquiera él mismo está listo para aceptar la verdad en su totalidad.

Pero es imposible negarlo.

Jake extraña a Sunghoon, más de lo que jamás había esperado. Extraña la intensidad de sus ojos, la forma en que lo observa como si cada gesto, cada respiración, tuviera un propósito.

Con cada día que pasa, la promesa del Vampiro resuena más fuerte en su mente: "Vendré por ti en dos inviernos".

Al principio, había tomado esas palabras como una amenaza, una advertencia que debía temer. Pero ahora, cuando el eco de esa promesa vuelve a su mente en la soledad de la noche, Jake se da cuenta de que, muy en el fondo, la desea. Una parte suya, una que ni siquiera entiende del todo, quiere que Sunghoon cumpla su promesa.

El mero pensamiento lo asusta. ¿Qué significa ser reclamado por un Vampiro de Pura Sangre? ¿Qué implica entregarse, permitir que ese vínculo invisible que ya se estaba formando entre ellos se fortalezca hasta ser inquebrantable?

Jake debería resistirse, debería luchar con cada fibra de su ser para no sucumbir. Sin embargo, no puede evitar imaginar cómo sería dejarse llevar. Dejar que Sunghoon lo reclame, lo envuelva en esa oscuridad seductora de la que él mismo no puede escapar.

La confusión lo consume, pero bajo toda esa maraña de emociones contradictorias, hay una certeza silenciosa... Jake ya no está seguro de querer escapar.

Hay algo inquietantemente hermoso en la idea de pertenecerle a alguien tan poderoso. No como una posesión, sino como una elección mutua, una unión que trasciende la lógica y las leyes que había jurado seguir.

Finalmente, Jake cierra los ojos, permitiéndose por primera vez aceptar lo que su corazón le susurraba desde hacía días. Quiere que Sunghoon regrese.

Quiere que el Vampiro cumpla su promesa y lo reclame, sin importar lo que eso signifique.

Un suspiro escapa de sus labios, tan suave como la brisa nocturna. No hay escapatoria, y ahora lo sabe.

No importa cuánto luche, cuánto intente negar lo que siente. una parte de él ya pertenece a Sunghoon, y no hay vuelta atrás.

𝐌𝐚𝐝𝐧𝐞𝐬𝐬
𝟏𝟏. 𝐔𝐧𝐬𝐩𝐨𝐤𝐞𝐧 𝐋𝐨𝐧𝐠𝐢𝐧𝐠
𝟏𝟓/𝟏𝟎/𝟐𝟎𝟐𝟒


Mi niño ya cayó 😩 Vuelve Hoon Jakey te extraña

Gracias por leer la historia 🥰

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