1. Un año y tres meses
Naroa
Termino de preparar las maletas y cojo al pequeño Romeo en brazos.
-Cariño, nos vamos ya -dice mi padre cogiendo las maletas y llevándolas al coche.
-Vamos peque que vamos a celebrar tus 15 mesecitos en casa con toda la familia -digo haciéndole cosquillas a mi hijo.
Hace dos años me enteré de que estaba embarazada, yo no me lo podía creer, cuando me enteré en los primeros meses de embarazo no sabía si tenerlo o no, Unai se estaba entrenando para estar en primera División y yo recién tenía 18 años, al final con la ayuda de mis padres supe salir hacia delante, no se lo he contado a Unai porque tengo miedo a lo que piense, acabamos mal yo diría que muy mal. Además, él lleva un año con su novia y yo me he centrado en cuidar a Romeo, ahora que volvemos a Bilbao mi mejor amiga me ha conseguido trabajo en el bar de su tío, así podre trabajar por las mañanas y cuidar a Romeo por las tardes.
-¿Has decidido algo sobre Unai y el niño? -pregunta mi madre.
-Mamá, me machaco todos los días de mi vida, sobre ello, Romeo se merece un padre, pero ¿sería lo mejor para Unai? Él está muy bien ahora y Romeo se sentiría raro con una figura paterna, apenas sabe hablar mama -algunas lágrimas se derraman sobre mis mejillas.
Tras horas de viaje llegamos a casa, nuestra verdadera casa. Almería ha sido estos dos años nuestra segunda casa, pero ya era hora de volver a Bilbao. Mis padres han llamado a media familia para que les ayuden con la mudanza, yo insisto en ayudar, pero me dicen que vaya a dar un paseo con Romeo y disfrute de los parques Bilbaínos. Cosa que agradezco porque estoy agobiada con tantas horas de viaje, así que cojo el carrito donde está montado Romeo durmiendo y camino hacia el parque en el que conocí a Unai. Los recuerdos recorren mi mente y recuerdo nuestro primer beso en el banco de la estación de Bilbao.
-¿Naroa? -preguntan detrás de mí.
Me giro y visualizo a mi ex suegra Dafne.
-Dafne cuanto tiempo -digo yo dándole un abrazo y dos besos.
-Dos años -dice ella y yo asiento.
La madre de Unai baja la mirada hacia el carrito y se acerca a Romeo.
-Vaya, ¿qué edad tiene esta preciosidad? -dice ella mientras lo mira embobada.
Mierda y ¿ahora que le digo?
-Un año -digo nerviosa.
No se me da bien mentir, nunca se me ha dado bien.
-Estarás en una nube ahora mismo -dice y yo sonrío.
-Es lo mejor que me ha pasado -digo y ella sonríe.
-Que te parece si tomamos un café -dice Dafne.
No me pude negar, ya que Dafne siempre había sido como una segunda madre para mí y llevábamos dos años sin vernos.
-No tengo mucho tiempo, entro a trabajar en una hora -digo recordando que hoy empiezo a trabajar en el bar de mi mejor amiga -pero me apetece mucho aunque no sea por mucho rato -digo y nos sentamos en una mesa del bar que está frente al parque.
-Bueno cariño, cuéntame, ¿quién es el afortunado? -dice mi ex suegra y los nervios se apoderan de mí.
-Bueno... yo... Prefiero no hablar de eso -digo y ella parece captarlo en seguida porque cambia de tema.
-¿Cómo se llama el pequeño? -pregunta volviendo a mirarlo.
-Romeo -digo y ella sonríe.
-Es un nombre precioso -dice Dafne.
-¿Y vosotros qué tal? -pregunto y ella sonríe.
-Muy bien, Iñaki se jubiló hace siete meses y ahora tenemos tiempo de estar todo el día juntos y apoyar a Unai que la semana que viene es su presentación con la selección de fútbol -dice mi ex suegra emocionada.
Yo abro los ojos como platos y ella ríe al ver mi cara.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro