𝙴𝚙𝚒́𝚕𝚘𝚐𝚘 (𝚙𝚊𝚛𝚝𝚎 𝚞𝚗𝚘)
Probablemente no había estado en una fiesta de Halloween desde hace mucho tiempo; al menos no desde la fiesta de Halloween del año pasado y aquí estaba hoy, vestida con un vestido rosé gold sin mangas y con una larga abertura desde la mitad del muslo hasta los tobillos. Tenía un par de hermosos tacones brillantes que combinaban y mi cabello estaba recién hecho en simples rizos de playa.
Debía admitirlo, me veía malditamente caliente.
Hoy era mi cumpleaños. TaeHyun estaba actuando como si lo hubiera olvidado por completo. Me llamó desde el trabajo y cuando pensé que lo había hecho para felicitarme, me preguntó si le estaba haciendo su comida favorita esa noche.
Le había colgado a mitad de la frase. ¿Se había olvidado de todos los pasteles de tres pisos que había horneado para él? ¿Se había olvidado de lo lejos que siempre iba para llamar a sus amigos y organizar sus fiestas de cumpleaños? ¿Qué tal de los volúmenes de edición especial de estúpidos cómics que le regalé todo el tiempo?
Y cuando se trataba de felicitar a su hermana por el día de su cumpleaños, se había olvidado. Traté de convencerme de que solo era un pequeño acto para que pudiera sorprenderme más tarde esa noche, pero a medida que avanzaban las horas, comencé a preguntarme si la fiesta solo iba a ocurrir en mi cabeza.
Me senté sola en el bar, vistiendo mi mejor vestida y luciendo como una mujer que había sido plantada por su novio.
¿Qué tan patética era mi vida en este momento?
JiMin me había llamado esa tarde, pensé que sabía lo de mi cumpleaños y que llamaba para felicitarme, pero en cambio me había dicho que quería verme está noche y hablar sobre algo.
Entonces, en lugar de venir vestida de forma casual, me puse mi vestido de cumpleaños. Tal vez estaba buscando cumplidos, tal vez quería que dijera:
"𝑂ℎ, 𝑒𝑠𝑒 𝑒𝑠 𝑢𝑛 𝑣𝑒𝑠𝑡𝑖𝑑𝑜 𝑒𝑛𝑐𝑎𝑛𝑡𝑎𝑑𝑜𝑟, ¿𝑐𝑢𝑎́𝑙 𝑒𝑠 𝑙𝑎 𝑜𝑐𝑎𝑠𝑖𝑜́𝑛 𝑒𝑠𝑝𝑒𝑐𝑖𝑎𝑙?"
Y luego yo decía:
"¿𝑃𝑒𝑟𝑑𝑜́𝑛? 𝐻𝑜𝑦 𝑒𝑠 𝑚𝑖 𝑐𝑢𝑚𝑝𝑙𝑒𝑎𝑛̃𝑜𝑠."
Y luego ella respondería:
"𝑂ℎ, 𝑓𝑒𝑙𝑖𝑧 𝑐𝑢𝑚𝑝𝑙𝑒𝑎𝑛̃𝑜𝑠, 𝑊𝑖𝑛𝑡𝑒𝑟. 𝑌𝑎 𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑠𝑡𝑎 𝑡𝑜𝑑𝑜 𝑎𝑟𝑟𝑒𝑔𝑙𝑎𝑑𝑜, 𝑐𝑒𝑙𝑒𝑏𝑟𝑒𝑚𝑜𝑠."
Ugh.
Sí, lo sé.
Patética.
E incluso la palabra patética no era adecuada para mí en este momento, era algo más como "Desesperada". Incluso estaba lista para celebrar mi cumpleaños con la hermana gemela de mi ex novia.
La llamo ex novia porque no he sabido nada de Karina en seis meses. No había tratado de ponerse en contacto conmigo, no había escrito una carta y nunca le había pasado ninguna otra carta a JiMin que me dijera que había terminado las cosas.
Karina era inteligente.
Había optado por no enfrentar las cosas.
Esa cobarde.
Es cierto que me pidió que la esperara, pero… ¿puede alguien esperar por seis meses sin saber nada de la otra persona?
Había sido duro.
Esas noches frías, acostada allí sola en la cama, pensando en lo que podría haber sido la vida si Karina hubiera decidido quedarse cerca, y luego llorando en la chaqueta de Karina que seguía oliendo a ella.
Incluso Tae me daba miradas lamentables de vez en cuando.
Y estaban estos pensamientos que seguían corriendo por mi mente.
¿Y si Karina había cambiado de opinión sobre mí? Tal vez pensó que no era lo suficientemente buena, tal vez conoció a alguien (ese pensamiento en particular siempre me hacía llorar), la simple idea de que otra persona tuviera sus manos sobre ella me hacían querer apuñalar a alguien.
Karina había sido de mi liga, así que debía admitir que había tenido una aventura con la chica mala, la más peligrosa y humeante que de alguna manera no funcionó. En el fondo, sabía que no encontraría a alguien como ella porque sabía que compararía a cualquier persona con Yoo Karina.
El zumbido de mi teléfono detuvo el tren de mis pensamientos.
Y me sorprendió ver de quién era el mensaje.
𝘼𝙚𝙧𝙞 𝙐𝙘𝙝𝙞𝙣𝙖𝙜𝙖: ¡𝐻𝑜𝑙𝑎, 𝑒𝑛𝑓𝑒𝑟𝑚𝑒𝑟𝑎 𝑀𝑖𝑛𝐽𝑒𝑜𝑛𝑔! ¡𝐹𝑒𝑙𝑖𝑧 𝑐𝑢𝑚𝑝𝑙𝑒𝑎𝑛̃𝑜𝑠!
¿Cómo es que no estaba recibiendo un feliz cumpleaños de mi hermano o de mi mejor amiga (sí, estoy hablando de ti, Yoo JiMin) pero sí recibí un maldito mensaje de cumpleaños de Aeri Uchinaga?
Tal vez el sol salió en el oeste.
¿También mencioné que desde el momento en que Karina se fue, Aeri estaba actuando muy bien? Lo cual era un comportamiento muy extraño. No me saludaba solo por los pasillos; también se tomaba el tiempo de llevarme café si nos tocaba en los mismos turnos.
Te deja boquiabierto, ¿verdad?
Y comencé a preguntarme si era otra de sus tácticas engañosas para intimidarme.
𝙔𝙤: ¡𝐺𝑟𝑎𝑐𝑖𝑎𝑠!
𝘼𝙚𝙧𝙞 𝙐𝙘𝙝𝙞𝙣𝙖𝙜𝙖: 𝐻𝑎𝑠𝑡𝑎 𝑝𝑟𝑜𝑛𝑡𝑜.
—Lo siento, llego tarde. – escuché la voz de JiMin detrás de mí. Me dió un fuerte abrazo y se apoyó a mi lado en los taburetes de bar. — Estoy tan contenta de que hayas venido.
JiMin se había cortado un poco el cabello, llevaba una simple camisa blanca de botones y unos jeans. Se parecía mucho a Karina, pero las dos hermanas eran muy diferentes.
Mi corazón se hundía cada vez que veía a JiMin porque me recordaba a ella.
—Por supuesto que lo haría. – le dije. — ¿Notaste mi nuevo vestido?
—Sí, te ves tan hermosa. – dijo apenas mirando mi atuendo. — Estoy un poco cegada por todo ese brillo.
Pregúntame anda, ¿cuál es la ocasión especial? ¡Vamos, JiMin!
—¿Puedo pedirte una bebida? – preguntó en su lugar.
—No, estoy bien.
JiMin ordenó un 𝐽𝑎𝑐𝑘 𝐷𝑎𝑛𝑖𝑒𝑙𝑠. La bartender le sonrió con timidez, era linda y con el cabello corto como un chico. Parecía un pequeño duendecillo. JiMin le devolvió la sonrisa y le guiñó un ojo, sosteniendo una pequeña nota entre sus dedos. La leyó y la deslizó de entre sus bolsillos.
Bueno, al menos alguien tendría diversión está noche.
Volvió su atención hacia mí. — Bien, entonces la razón por la que te llame aquí. – dijo JiMin con una cara sería.
—¿Que pasó? – sentí mi estómago revólverse.
JiMin no me llamaría a menos que no fuera importante.
Se inclinó más cerca. — Hubo otro asesinato. Este es bastante similar a los que fueron orquestados por la doctora Hwang YeJi.
La miré en estado de shock.
¡Esto no podría estar sucediendo de nuevo!
—¿Te refieres a un asesino imitador?
—Exactamente.
—¿Por qué crees que alguien quisiera imitar los asesinatos que están relacionados contigo y con Karina?
JiMin sacudió la cabeza. — No lo sé. Sucedió aquí, en uno de los salones privados.
—¿¡Qué!?
—Sí, pero mantén la voz baja, no queremos que la gente se entere. ¿Quieres ver? Tal vez me ayudes si notas alguna pista.
—¿Puedo? – pregunté.
—Sí, estoy contigo, Winter, no tienes nada que temer.
Le di un asentimiento y ella me condujo a través de la multitud de personas.
Me sentía bastante incómoda, ¿por qué estaba pasando esto otra vez?
Pasamos la concurrida fiesta de baile hasta la puerta de manijas doradas.
JiMin abrió la puerta y una explosión de confetti me cegó momentáneamente.
—¡Feliz cumpleaños, MinJeong!
Hubo un fuerte grito unísono de voces familiares.
Además de JiMin, TaeHyun y SeokJin también estaba aquí. Y también Aeri Uchinaga, quién tenía una sonrisa tonta en la cara. Su cabello rojo era más largo y sus pecas parecían más claras. No extrañaba la forma en la que sus ojos se movían de arriba a abajo, literalmente como una máquina de escaneo. Bueno, al menos Aeri sabía que me veía increíble en el vestido. Incluso ella no podía dejar de apreciar lo que tenía enfrente.
—Aw, muchas gracias, chicos. – dije mientras abrazaba a cada uno por la sorpresa que no había visto venir.
Yo debería haber sabido.
JiMin se estaba riendo y la golpeé juguetonamente. — Ustedes deberían de haber visto la expresión de su cara cuando le dije que los asesinatos estaban ocurriendo nuevamente.
Los demás se rieron con ella, haciéndome quedar como una tonta.
—Las expresiones de MinJeong eran totalmente como "No esto otra vez, por favor" – JiMin estaba llorando de la risa.
—Espero que te hayas divertido haciéndome una broma. — dije haciendo un puchero, pero también amando la atención de tantas personas.
El salón era acogedor y me di cuenta de que era uno de los mejores de este club. JiMin se había asegurado de ello.
Estaba decorado con globos dorados y rosados. Mi nombre estaba escrito en diferentes globos en letras individuales.
Una pequeña barra de aperitivos se encontraba en la esquina, repleta de papas fritas y hamburguesas. Y luego ví los pequeños platos vacíos de comida y bebidas en el suelo.
Los traidores habían comenzado a comer y a beber antes de que yo llegara.
Y el pastel…
Bueno, el pastel era una Barbie parecida a mí, vestida con el uniforme de una enfermera, sentada encima de la tarta con un cuchillo ensangrentado.
Me reí y los miré. — ¿En serio, chicos? ¿de quién fue la idea?
Se señalaron el uno al otro.
—Fue idea de TaeHyun. – confesó JiMin.
—Estoy muy conmovida con todos ustedes.
—Vamos a cortar el pastel. – dijo JiMin.
Cantaron la canción de feliz cumpleaños mientras cortaba el pastel y, aunque me recordara a la guardería, todavía sonreía y me hacía feliz. Además, ¿a quién no le gustaba ser el centro de atención?
Solo faltaba una cosa y era la presencia de NingNing.
Extrañaba a mi mejor amiga y estaba deseando con todas mis fuerzas que ella estuviera aquí. Me limpié una lágrima de la mejilla mientras ellos se turnaban para darme el pastel.
Las camareras comenzaron a traer comida que olía fuertemente. Comenzaron a servir tacos, rebanadas de pizza, pollo frito picante y rollos de salchicha.
Y todos atacaron la comida como si acabarán de salir de una isla aislada.
Empecé a preguntarme si mi fiesta de cumpleaños había sido una buena excusa para pasar el rato y pasar un rato juntos.
Traté de cerrar la abertura de mi vestido cuando ví que los ojos de Aeri permanecían allí más tiempo del necesario.
Cuando tocaban música, todos se turnaban para bailar conmigo.
Lo mejor era JiMin bailando salsa; ella me enseñó algunos movimientos increíbles.
Lo peor tenía que ser mi hermano. Él definitivamente no podía bailar para salvar su vida.
Estaba riendo y pasando el mejor momento de mi vida. Casi olvidé lo mucho que extrañaba a Karina.
—Está bien. MinJeong abrirá sus regalos ahora. – anunció JiMin.
Estaría bromeando si dijera que no estaba emocionada por abrir los regalos como si tuviera cuatro años de nuevo.
Primero, encontré una enorme caja cuadrada que era de JiMin. La miré sospechosamente. — ¿Qué hay ahí dentro? – le pregunté.
—Tendrías que averiguarlo. – respondió.
La caja decía "Ábreme". Quite las cintas y el papel brillante y abrí la caja solo para encontrar otra caja envuelta adentro.
—¡No puedes estar hablando en serio!
—Lo estoy. – admitió.
Abrí la segunda caja para encontrar una tercera y luego abrí la tercera solo para encontrar otra más pequeña adentro. Arrojé los envoltorios de regalos en su cara sonriente y todos se rieron a carcajadas.
Finalmente, llegué a la sexta caja, que era la más pequeña. Dentro había una bufanda de Louis Vuitton perfectamente doblada para parecerse a una flor.
—Debe ser realmente costoso. – dije.
JiMin agitó su mano. — No te preocupes por eso, lo obtuve del mercado chino a un muy buen precio. La mujer me dió el cincuenta por ciento de descuento.
—Mentirosa. – le dije sonriendo. — Gracias, JiMin.
Luego, abrí el regalo de SeokJin, que era un hermoso brazalete. Me dijo que su esposa lo ayudó a escogerlo para mí.
Luego abrí el regalo de Aeri, me había dado un ramo de rosas y una caja de chocolates surtidos y caros, le di las gracias.
Por último, abrí el regalo de mi hermano TaeHyun. Era una caja plana y pesada, traté de adivinar lo que había dentro y fallé miserablemente.
Cuando arranqué el envoltorio del regalo, me sorprendió el ver un nuevo iPhone. — Tae, ¿cuánto gastaste en esto? – pregunté.
TaeHyun se encogió de hombros. — Recuerdo como siempre ahorrabas dinero para comprar algo para ti, pero siempre lo gastabas en algo que yo quería comprar. Hiciste demasiados sacrificios por mí, Min, te lo mereces.
—Ni siquiera me di cuenta de cuando mi hermanito creció tan rápido. – abrí los brazos. — Ven, dame un abrazo.
Él vino a mi obedientemente y me dió un fuerte abrazo. — Te quiero mucho, Min, te deseo toda la felicidad del mundo.
—¡Basta! Me vas a hacer llorar y arruinar mi maquillaje, tardé dos horas en esto.
JiMin se aclaró la garganta. — Chicos, solo quería decirle que fue genial conocerlos a todos. A lo largo de todo este caso he logrado hacer algunos amigos y estoy agradecida por…
—¿Por qué hablas como si te fueras a algún lado? – interrumpí el pequeño discurso de JiMin.
JiMin me miró con simpatía y odié esa mirada. Lo que odié aún más fue lo que dijo después.
—Tengo un vuelo mañana por la mañana, a Virginia. – dijo y la sala se llenó de silencio. Tengo que ir a la oficina del FBI en Quantico. El jefe de la oficina necesita discutir un nuevo caso conmigo, y probablemente me estacionarán en otra ciudad para el trabajo.
—Entonces, ¿realmente te vas? – pregunté.
No llores, MinJeong.
No lo hagas.
Me decía a mí misma.
—Vine a ForestVille a ayudar a resolver el caso de Karina. Mi trabajo aquí está hecho. Dado que no tomaré el puesto de DSAC en Washington, tomaré está nueva asignación en otro lugar. – ella explicó. — Lo siento, Winter.
—Ya veo. Entiendo. – dije con una sonrisa mansa y luego me volví hacia los demás. — Chicos, muchas gracias por venir aquí hoy y hacer de mi día algo especial. Fue el mejor cumpleaños que he tenido.
Ya me había levantado. Me disculpé y comencé a salir del salón.
Sabía que JiMin me estaba siguiendo, no podía dejar que me viera llorar.
Tal vez ella pensaría en mí como una amiga egoísta.
Acababa de caminar hacia el bar cuando sentí un tirón en mi mano.
—Te iba a decir que no quería estropear tu cumpleaños.
Sacudí la cabeza. — Es solo que…
Pude sentir su pulgar acariciando mi mejilla.
—No tengo amigos ahora. Me gusta hablar contigo y pasar el rato… simplemente me sentía tan…
—Cerca de ella cuando estabas conmigo. – dijo JiMin en comprensión.
—¿Tiene sentido? – le pregunté.
—Lo tiene. – ella dijo. — Honestamente, si yo fuera tú y me hiciera esperar seis malditos meses, seguiría adelante.
—Ella nunca me pidió que lo hiciera, soy la tonta aquí. – admiti, y luego comencé a sentirme emocional nuevamente pero no lloraría. — Es mi cumpleaños y solo deseo que ella llame, o envié un mensaje de texto o algo… cualquier cosa… No creo que ni siquiera lo recuerde. ¿Crees que estoy equivocada al seguir aferrandome a ella?
—No puedo decirte que está bien y que está mal, lo único que puedo decirte es que te mereces toda la felicidad del mundo después de todo lo que te ha pasado. Y espero que la encuentres muy pronto. – Hubo un destello de sonrisa y esperanza en sus ojos. — Si quieres hablar conmigo sobre algo, siempre estaré aquí para ti.
—Gracias, y te deseo lo mejor para esta nueva tarea. – dije genuinamente.
—Entonces, ¿nos vamos?
—Me gustaría sentarme aquí sola un rato.
—Esta bien, feliz cumpleaños una vez más. Te llamaré antes de irme mañana. – dijo JiMin y se separó con un beso en la mejilla como solía hacerlo.
Me instalé en el taburete, pensando en que había salido mal en mi vida.
La canción de Animal de Maroon 5 comenzó a sonar, y hubo un pequeño grito en el colectivo de bailarines.
Pedí una sangría y solo miraba a la gente, tratando de mantener mis pensamientos felices a pesar de sentirme sola.
Por el rabillo del ojo ví a alguien pasar y sentarse a mi lado, no miré hacia arriba ni hacia los lados. Solo miré al otro lado, si está persona quería coquetear, que se quedará esperando.
—Disculpa si yo estoy equivocada, pero creo que te he visto en algún otro lado.
Esa voz.
Profunda y ronca…
No podía ser…
Me di la vuelta en mi asiento.
Estaba sentada a mi lado, su cabello oscuro más grueso que antes, se veía más saludable y mucho mejor, vestida de mezclilla negra, una chaqueta de cuero negra sobre una camiseta negra, y llevaba botas altas.
Me quedé sin aliento en la garganta, sus ojos esmeralda bailaron con diversión y picardía.
¡Ella estaba aquí!
—Mi nombre es Yoo Karina, pero puedes llamarme Rina, ¿cuál es tu nombre, preciosa?
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