のみ
𝙰𝚖𝚋𝚊𝚜 𝚜𝚘𝚗 𝚕𝚒́𝚍𝚎𝚛𝚎𝚜 𝚎𝚗 𝚜𝚞𝚜 𝚛𝚎𝚜𝚙𝚎𝚌𝚝𝚒𝚟𝚘𝚜 𝚐𝚛𝚞𝚙𝚘𝚜, 𝚙𝚎𝚛𝚘 𝚎𝚜𝚝𝚊𝚗𝚍𝚘 𝚊 𝚜𝚘𝚕𝚊𝚜, 𝚜𝚘𝚕𝚘 𝚞𝚗𝚊 𝚙𝚘𝚍𝚒́𝚊 𝚍𝚊𝚛 𝚘́𝚛𝚍𝚎𝚗𝚎𝚜 𝚢 𝚝𝚘𝚖𝚊𝚛 𝚎𝚕 𝚌𝚘𝚗𝚝𝚛𝚘𝚕.
—𝑪𝒐́𝒎𝒐 𝒐𝒓𝒅𝒆𝒏𝒆, 𝒍𝒊́𝒅𝒆𝒓.
➪ 𝙽𝚎𝚠 𝙹𝚎𝚊𝚗𝚜 𝚡 𝙱𝚊𝚋𝚢 𝙼𝚘𝚗𝚜𝚝𝚎𝚛 𝚜𝚑𝚒𝚙
➪ 𝙺𝚊𝚠𝚊𝚒 𝚁𝚞𝚔𝚊 ♥︎ 𝙺𝚒𝚖 𝙼𝚒𝚗𝙹𝚒.
➪ 𝙾𝚗𝚎 𝚂𝚑𝚘𝚝 / 𝚂𝚖𝚞𝚝.
Al no ver las luces de su departamento prendidas y con la suposición de que su novia estaba dormida, Ruka entró a su hogar con cuidado, dejando sus zapatos en la entrada, su abrigo colgado y las llaves en su lugar. Sin apuros, se dirigió a su habitación, se extrañó al ver cómo un poco de luz se visualizaba por la puerta, se supone que MinJi estaba dormida, según ella claro.
Abrió la puerta tranquilamente, buscando a la pelinegra con la mirada, aunque tapoco tardó mucho en lograr su objetivo. La vió de espaldas, una toalla cubría su delgado cuerpo y las hebras negras de su cabello se veían húmedas, delatando que había tomado un baño recientemente.
—Hola... – saludó despacio, entrando lentmente.
Saliendo de su propia burbuja, la pelinegra se dió vuelta, dedicándole una encantadora sonrisa a la mayor.
—¡Bienvenida! – saludó con alegría, llevaba muchas horas sin verla por culpa de su apretada agenda. — ¿Qué tal tu día?
—Algo agotador, preparar un comeback no es fácil, menos cuando tienes a más personas bajo tu cuidado. – respondió, caminando lentamente hacia su menor, rodeando suavemente su cintura con sus brazos.
—Ser líder no es fácil. – comentó Kim con una pequeña sonrisa.
La pelinegra dejó caer su cabeza en el hombro de Ruka, recordando con algo de pesadez como su adorable maknae había hecho, sin querer, que la regañaran a ella porque no había tapado la marca de un producto que claramente no promocionaban. ¿Era eso una exageración para ser regañada? Para ella claramente lo era, pero no podía hacer mucho al respecto, solo prometer que no volvería a pasar.
—A mí me agrada.
La tranquila voz de la mayor la hizo salir de sus pensamientos, nuevamente.
—¿Sí?
—Claro, me gusta tener que tomar el control siempre que se es necesario, y el cómo obedecen a mis palabras sin protestar.
—Hablas como dictador. – Ruka soltó una pequeña risa ante el comentario. — A ti te gusta que te obedezcan más que otra cosa.
—Tienes razón, ¿a ti no te agrada?
Una pequeña risa salió de los labios de la menor en cuanto los labios de la pelirroja comenzaron a trazar un pequeño camino de su cuello a sus hombros desnudos, le hacían cosquillas.
—¿Que me obedezcan?
—Ser líder. – Kawai específico.
—No es que no me agrade, solo que hay veces en las que no puedo dar lo mejor de mí por más que quiera, hay veces que me gustaría tomar un pequeño descanso de mi puesto y volver con más energía para hacerlo bien.
—Estoy segura de que realmente eres una gran líder. – Ruka le sonrió con sutileza, dejando un beso en la mejilla de su novia.
—Eso espero...
Concluyó con una pequeña sonrisa, mientras la mayor le daba vuelta para besar suavemente sus labios.
—Habías mencionado algo sobre tomar un pequeño descanso. – comentó Kawai posando sus manos en la cintura de la menor.
—Así es.
Un pequeño suspiro salió de los labios de la pelinegra, Ruka empezaría a mover sus manos, lo sabía.
—Perfecto.
—¿Qué tienes en mente?
Se atrevió a preguntar.
—Esta noche... seré tu líder.
Respondió con una sonrisa, apretando con fuerza uno de los pechos de la pelinegra.
—𝐶𝑜𝑚𝑜 𝑑𝑒𝑠𝑒𝑒, 𝑙𝑖́𝑑𝑒𝑟.
La toalla fue retirada del cuerpo de la menor, acompañado de un suspiró por lo rápida que había su novia, quién ya se encontraba besándola con firmeza, dejando que sus lenguas se encontrarán rápidamente y empezarán a pelear por el control.
Con cada toque, cada suspiro, las pocas gotas de agua que aún corrían por su cuerpo debido al baño que había tomado no tardaron en ser sustituidas por una fina capa de sudor al sentir su propio cuerpo quemar ante el tacto delicado y a la vez rudo de la mayor sobre sus senos.
Ruka llevó uno de sus pechos a la boca, mordiendo ligeramente, sintiendo el cuerpo de la menor tensarse ante sus acciones y escuchando su respiración cada vez más pesada. Su mano bajó lentamente acariciando suavemente el abdomen de la pelinegra, para luego tener contacto directo con su centro.
MinJi cerró sus ojos con fuerza, suspirando pesadamente mientras sentía los fríos dedos de la mayor acariciar su clítoris, haciendo que la excitación y la humedad en su entrepierna creciera con cada toque.
Ruka devoró sus pechos con entusiasmo, jugando con el pezón, y dejando marcas rojizas que no saldrían en al menos dos días. Con agilidad, dió vuelta a su novia, dejando su torso pegado a la mesita del tocador.
—No te vayas a mover de ahí.
Kim estaba frente al espejo, podía ver claramente como la mayor se separaba de ella y rebuscaba algo en uno de sus cajones. No pudo evitar tragar en seco cuando la vio desnudarse, su mirada pasó desde su perfecto perfil, a sus pechos que podía considerar como grandes y por último, su vista se fijó en el strap on que ya estaba sujeto a su cintura.
La pelirroja la miró con una sonrisa mientras se acercaba a ella, MinJi no pudo evitar jadear ante la vista que su mayor le ofrecía.
—¿Lo recibirás todo? – Ruka preguntó en voz baja, tomando el pene de plástico con una de sus manos. — Te hice una pregunta, MinJi.
—Lo haré. – la mayor la miró fijamente, como si estuviese esperando otra respuesta. — ... Líder.
Finalmente satisfecha con su respuesta, alineó aquel juguete en la entrada de la menor. Empujando sus caderas suavemente, dejando que el miembro se deslizara dentro de las apretadas y húmedas paredes de la pelinegra.
—Más te vale no apartar la vista del espejo.
—¿¡Eh-!?
Kim iba a contestar, pero rápidamente calló cuando la mayor empezó a mover sus caderas más rápido y con más fuerza que antes, las que iban a ser palabras saliendo de la boca de la menor, fueron sustituidos por suspiros pesados que pronto no serían nada más que gemidos y balbuceos.
La pelinegra sentía como sus caderas eran tomadas con tanta posesión que estaba segura de que tendría marcas al terminar. Mientras sus manos trataban de buscar soporte alguno para mantenerse firme, no podría resistir por mucho más tiempo en esa posición. Erróneamente, bajo su mirada un momento y una de las manos de la mayor impactó en su trasero bruscamente, haciéndola gemir con fuerza.
—Te dije claramente que no apartes tu vista del espejo.
—Lo... Lo siento...
—Lo siento ¿qué?
La pelirroja proporcionó otra nalgada.
—Lo siento, líder.
Podía ver claramente la sonrisa burlesca de la mayor en el reflejo del espejo. Y se vió a sí misma, sus mejillas estaban rojas y sus ojos apenas podía mantenerlos abiertos por tanto placer que recibía en poco tiempo.
Aunque Ruka lo sabía, sabía perfectamente que la menor solía cerrar los ojos con fuerza cuando se trataba de ser sometida de esa manera, el que mirase el espejo solo era una excusa más para dejar marcas en el firme y bonito culo de su novia.
—N-no aguanto... ¡Ah!
Ruka aumentó la fuerza de sus embestidas, golpeando consecutivamente ese punto que volvía vulnerable a la gran Kim MinJi.
—Ruka... ¡Ah!
—¿Disculpa?
—¡Lí... Líder!
Con esfuerzo de no apartar la mirada del jodido espejo, Kim gimió alto anunciando que su tan esperado orgasmo había llegado. A este punto ya se encontraba respirando con dificultad, jadeando despacio en cuanto la mayor salió de su interior.
—Acuestate boca arriba con las piernas abiertas.
MinJi se paró derecha y con las piernas temblando levemente, se dejó caer de espaldas en la cama. Como le habían ordenado, abrió las piernas, lugar en donde Kawai ya había enterrado la cabeza y se encontraba lamiendo y succionando su clítoris como si su vida dependiera de aquello, mientras guiaba tres de sus dedos a la entrada de la pelinegra, los cuales no tardaron mucho en empezar a penetrarla con la misma fuerza que antes.
MinJi se removió en la cama, apretando las sábanas con fuerza, su mirada se había empezado a poner borrosa, solo Kawai Ruka la hacía lloriquear de placer.
—¡Ahí! Mierda.
Gimió con fuerza, está vez alcanzaría el orgasmo más rápido que antes y no podía seguir esperando mucho por eso.
La pelirroja aceleró el movimiento de sus dedos y lengua, escuchando los balbuceos de su novia, quién no tardó en tomar con algo de fuerza su largo cabello rojo entre sus dedos en cuanto llegó a su segundo orgasmo.
Nuevamente se encontraba respirando con dificultad, dejando que Ruka pudiese apresar sus muñecas por sobre su cabeza, mientras la mayor se posicionaba con sus piernas a un lado de su cabeza, dejando su húmedo centro a centímetros de su rostro.
—Le darás placer a tu líder, preciosa.
Comprendiendo mejor la situación, la menor obedeció la orden, saboreando gustosa todo lo que tenía a su alcance. La pelirroja suspiró con fuerza, sintiendo como la lengua de su amada hacia maravillas sobre su clítoris.
—¡Ah! Mierda, sigue así... no te detengas.
En busca de más contacto, Ruka empezó a mover sus caderas levemente, dejándole a MinJi un poco más fácil el trabajo de complacerla.
—Ya... Ya casi, preciosa.
Kawai cerró sus ojos con fuerza, apretando las muñecas de la pelinegra bajo ella, dejando que sus fluidos cayeran en la boca de la menor, quien no tardó en degustar con dificultad.
La pelirroja se dejó caer en la cama, abrazando a su novia por la cintura con delicadeza, quién apoyó su cabeza en su pecho, uniéndose en un abrazo.
Pasaron un par de segundos en que solo se podía escuchar cómo las respiraciones volvían a ser más tranquilas, hasta que la pelinegra habló.
—Había dicho que quería tomar un descanso de mi puesto y luego volver para hacer las cosas mejor.
La mayor asintió, claramente lo había escuchado.
—Se puede decir que me tomé el descanso, pero...
—¿Pero...?
—¿Cómo se supone que esto me hará mejor líder?
Ruka se encogió de hombros, besando suavemente los labios de la menor, quien no tardó en corresponder a aquel tan dulce tacto.
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