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◇13◇

Yang Jeongin era un chico muy normal de diecinueve años, el hijo menor de una familia muy religiosa de clase media. Todo en la vida de Jeongin estaba bien, a excepción de sus padres y hermanos que lo rechazaron desde el momento en el que se declaró bisexual.

Los padres de Jeongin no podían soportarlo, el tesoro de la familia, el más pequeño y adorado hijo tenía inclinaciones hacia el mismo sexo. Fue difícil para él, cuando tuvo el valor de decirlo, su padre le dio la golpiza de su vida, dejándolo casi en el hospital, su madre no se opuso, ni siquiera cuando su hijo estaba llorando porque no podía ni levantarse. Sus hermanos empezaron a molestarlo, bajando su autoestima constantemente, incluso le daban empujones o lo golpeaban ''accidentalmente''.

Vivía en una familia homofóbica. Cada vez que habían reuniones no lo llevaban y lo obligaban a quedarse encerrado, era la deshonra de los Yang, la oveja negra. Lo que no sabían es que Jeongin aprovechaba cada vez que estaba solo para estar con su amor secreto del que nadie sospechaba, porque mientras sus padres pensaba que estar solo era un castigo para Jeongin, el menor se entregaba en cuerpo y alma a su único amado.

Un sábado por la noche, Yang Jeongin y Kim Seungmin se encontraban dormidos y abrazados bajo las cálidas sábanas del menor, ambos ligeramente sudados por el apasionado momento que tuvieron hace un rato del que solo ellos y su amor fue testigo. Pero no contaron con que la familia Yang llegaría temprano de su cena con los miembros de la iglesia a la que asistían.

Todo pasó tan rápido, el señor Yang entró bruscamente a la habitación en donde Jeonging y Seungmin descansaban al encontrar un par de zapatos que no eran de nadie de la familia en la entrada de la casa. Jeongin despertó de golpe, dejando descubierto su torso desnudo al igual que Seungmin, siendo muy obvio para todos lo que había pasado. La mujer de la familia se echó a llorar con decepción ante tal imagen, su pequeño hijo estaba en la misma cama con otro chico, alguien de su mismo sexo, algo que no estaba bien ante los ojos de Dios. Los hermanos Yang trataban de consolar a su madre que no lloraba de tristeza, sino que de decepción y enojo junto a una sensación deasco y desprecio.

El señor Yang agarró con fuerza a Seungmin tan rápido se terminó de vestir, y lo sacó de su casa bajo la amenaza de que si lo veía cerca lo iba a moler a golpes. Jeongin gritaba con desesperación, quería irse tras su amante, pero tan pronto terminó de vestirse frente a toda su familia, su padre lo golpeó de nuevo, pero esa vez fue mucho peor. 

Un golpe. Dos golpes. Tres golpes. Diez golpes.

Más sangre manchaba el suelo, más golpes se marcaban en su cuerpo.

Al cabo de una media hora, su padre dejó de golpearlo, y con todas sus fuerzas hizo lo posible por levantarse hasta que lo logró, como pudo caminó hacia la puerta, debía ir tras Seungmin, sentía que ese día moriría, la pérdida de sangre fue increíble, tanto que había empezado a marearse.

ㅡSi sales por esa puerta no serás más parte de esta familiaㅡamenazó el señor Yang con voz duraㅡSi sales por esa puerta no serás nadie para nosotros y nos olvidaremos de ti. Aún estás a tiempo de recuperarte y ser normal, solo esta oportunidad te doy.

Jeongin no respondió, simplemente salió de ese infierno sin siquiera pensarlo, hace mucho no se sentía parte de la familia, vivía únicamente por el amor de Kim Seungmin, sin él de seguro hubiera acabado con su propia vida hace mucho. Por eso no podía dejarlo ir, tenía que encontrarlo, decirle lo mucho que lo amaba, lo feliz que lo hacía.

Pero todo estaba en contra del pequeño Yang Jeongin, de un momento a otro todo se volvió negro a su alrededor.

Había dejado de existir en el mundo de los vivos.

((🎈))

No supo cuánto tiempo pasó, pero al abrir sus ojos estaba en ese oscuro y vacío lugar, su cuerpo no dolía, su ropa no estaba manchada con sangre, todo estaba muy extraño.

¿Hola?ㅡhabló, sorprendiéndose también de que su voz siguiera ahí.

Recuerdos llegaron a él de repente, haciéndolo caer por el dolor de cabeza, y el rostro sonriente de Seungmin apareció, haciéndolo sentir desesperado.

¡Seungmin!ㅡgritó, sintiendo sus lágrimas mojar sus mejillas, hasta que alguien apareció frente a él tomándolo por sorpresa, quiso reconocerlo, pero era un rostro nuevo.

Te diré las cosas importantesㅡhabló alguien con el semblante serioㅡAcabas de morir atropellado en medio de una calle principal a las once de la noche, al parecer moriste inmediatamente por el golpe. Es una lástima, solo tienes diecinueve años, toda una vida por delante se esfumó.

No... No puedo estar muertoㅡsusurró con desesperaciónㅡ¡No puedo estar muerto! Tengo que vivir, terminar mis estudios, viajar...

Si, niño, si lo estás, y es mejor que te olvides de todos esos planes. Estás en este lugar al que llamamos el limbo, estás aquí porque hay algo que aún te amarra a los vivos y creo que es el tal Seungmin, él aún no sabe que moriste, pero lo sabrá pronto, justo ahora están reportando tu cuerpo. Por ahora tendremos que esperar a que le avisen.

Yo no puedo estar muerto...ㅡrepitió con un enorme vacío generándose en él.

Las horas pasaban y Jeongin seguía sin entender lo de las apariciones y todo eso de romper su conexión para no desaparecer, estaba siendo tan confuso. Dejó de prestar total atención cuando escuchó que debía dejar de aferrarse a Seungmin, ¿pero cómo haría eso si Seungmin fue lo único bueno en su corta vida? Se negaba, no quería hacerlo.

El tiempo pasaba, Jeongin utilizaba sus apariciones para aferrarse más a Seungmin, manteniendo una extraña relación que Seungmin había aceptado con el tiempo, sin tomar en cuenta las consecuencias de lo que eso traía.

Supo que su familia simplemente aceptó su muerte como si nada, aunque no le importó, solo le importaba que Seungmin estuviera ahí para él.

Todo iba de maravilla, fue más de un año de felicidad para ambos, hasta que un día Jeongin no pudo aparecer de nuevo frente a Seungmin como siempre hacía. Entró en pánico, llenándose de desesperación, había prometido reunirse con su novio ese día.

¿¡Por qué no puedo irme de aquí!?ㅡgritó desesperado, esperando una respuesta de aquel ser que lo había recibido hace tiempoㅡ¡Seungmin me está esperando!

Tu tiempo terminó, Yang Jeongin.

No... ¡No! ¡No puede olvidarme, no puede!ㅡempezó a llorar, su corazón partiéndose de nuevoㅡÍbamos a vernos, no puedo dejarlo esperando, ¡tengo que ir!

Te lo advertí cuando moriste, no puedes ignorar las consecuencias así como si nada.

Por favor, no quiero desaparecer, necesito verlo de nuevo, no importa cuánto tiempo tenga que pasar, yo no puedo irme sin verlo y decirle que lo amo por última vezㅡsuplicó, no le importaba si no tenía su paz, tenía que ver a su amado de nuevo.

Chico, eso no puede ser, ¿es que no lo entiendes? Es más complicado y doloroso de lo que crees, la única forma es que él muera.

Por favor, déjenme quedarme aquí hasta que él tenga que irse... Yo solo quiero verlo una vez más antes de desparecer, por favor...

Él a partir de hoy olvidará lo que fuiste en su vida, te recordará únicamente como alguien con quien convivió, la parte de él que se aferró a ti desaparecerá y solo quedarás tú, ¿estarás bien con eso? ¿estarás bien sabiendo que lo verás cuando él muera y no va a reconocerte aunque te vea?

Si... Solo déjenme verlo por última vez antes de desaparecer del todo, solo eso quieroㅡdijo decidido, sería una larga y dolorosa espera, sabía que sería una tortura, pero no podía dejar ir a su gran y único amor.

Quizás no puedan encontrarse de nuevo y reconocerse, pero ya estaba hecho, no podía cambiar su triste destino, iba a desaparecer de todas formas ¿por qué no alargar más la espera si tenía la oportunidad de ver otra vez a Seungmin?

Y de esa forma, Jeongin pasó a tomar el puesto de aquel hombre que lo recibió, siendo él ese ser que recibía a los que llegaban de la misma manera en la que él llegó.

Cada día espera pacientemente por Seungmin, para verlo una última vez, para por fin verlo una última vez antes de desaparecer completamente, pero no le importaba, se iría feliz y tranquilo porque vería al amor de su vida, porque su amor por él no había desaparecido.

ㅡY por eso estoy aquí, sigo esperando por élㅡterminó de explicar Jeongin, sintiéndose ligeramente triste, pero ya no como antes.

ㅡ¿Vas a desaparecer?ㅡpreguntó con miedo y tristeza el pelinaranja.

ㅡSip, ¿no escuchaste mis historia? Por Dios, Minho.

ㅡSi escuché, pero no lo asimilo, ¿cómo estás tan tranquilo?

ㅡYa lo acepté, he pasado muchos años aquí, no tengo por qué tener miedo de eso. Desearía que las cosas fueran diferentes, si hubiera hecho caso cuando tuve la oportunidad todo fuera diferente, la espera sería para verlo y estar con él aunque sea siendo su amigo, ambos descansando en paz. Pero no, aquí el niño prefirió ignorarlo todoㅡrió con amarguraㅡPor eso insisto en que hagas lo posible, no quisiera que nadie pasara por lo mismo que yo, y hasta ahora nadie se ha quedado aquí, todos han sabido como soltarse. Pero tú eres un caso diferente, tu conexión con Jisung es casi como la mía con Seungmin- se acercó a Minho, tomando sus manos entre las suyasㅡPor favor, no desaparezcas, estás a tiempo. Sé fuerte, yo sé que puedes hacerlo y estar realmente feliz por Jisung.

Minho asintió, sintiendo la súplica en las palabras del peliazul. Lo acercó hacia él, dándole un cariñoso abrazo, un abrazo que demostraba lo mucho que lo apreciaba y agradecía su presencia, le dolería cuando su tiempo termine.

ㅡYo no te olvidaré, te lo prometo. Eres Yang Jeongin, mi amigo, el que ama los dulces y mira películas conmigoㅡle dijo en un susurro, sintiendo los sollozos del contrario.

Jeongin le había dado una lección importante, su trabajo con él no sería en vano.

No va a olvidarlo, hizo una promesa. 

((🎈))

Si tienen dudas de algo porque no me doy a entender bien, pregunten❤

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