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𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐕𝐈𝐈

𝟕. 𝐋𝐚 𝐜𝐚𝐥𝐦𝐚 𝐲 𝐬𝐮 𝐨𝐬𝐜𝐮𝐫𝐚 𝐞𝐬𝐩𝐞𝐫𝐚𝐧𝐳𝐚.

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Los días en el barco han sido... Extraños, divertidos suponía que era la mejor palabra para describirlos, Ori jugaba y reía con absolutamente todos en el barco, había una interacción más fuerte con Killua ya no solo buscaba a Basilius para resolver dudas si no también se acercaba a Killua.

Cómo un cachorro que pide la atención del alfa responsable de la manada. Últimamente ha aprendido mucho sobre las manadas, gracias a Alluka, Jingū y Kurapika, los dos omegas le dijeron que Ori se siente seguro con Killua y es por eso que pide su ayuda.

El sentía que aunque si era eso, también era por algo más. Pero no ha querido descubrirlo, sonrió viendo a Zushi tocando la flauta mientras los demás bailaban y cantaban en medio del barco, era una imagen realmente alegre, estar todos juntos en un solo lugar con paradas esporádicas hizo que de alguna forma se hiciera un mayor vínculo entre todos.

Basilius y Leorio comenzaron a beber juntos cada que podían, Leorio comenzó a escuchar los consejos de Basilius como si se tratara de un abuelo o incluso un padre, Jingū y Bisky se hicieron bastante amigas, jugaban retas de fuerzas y solian tomar juntas, Alluka y Jingū estaban más unidas, podías verlas juntas con a veces una pelinegra ruborizada. Era bastante tierno.

Basilius y Killua comenzaron a hablar mucho a solas, de alguna forma el alfa mayor comenzó a representar autoridad y sabiduría dentro de la manada. Killua parecía pedir consejos a Basilius y este no dudaba en darlos, por su parte se acercó bastante a Kurapika.

Hablaban mucho de libros y el rubio le pidió que le enseñará elastial incluso Zushi se incorporó a las clases, era divertido ya que Ori también ayudaba con las clases ya que él también lo hablaba.

Leorio platicaba con él y se mostraba curioso por sus costumbres, Zushi se encantaba cada que contaba leyendas de Slunce y bueno con Alluka había cierto cotilleo más dirigido a chismes o moda, con Canary había respeto implícito.

No se molestaban.

Con Bisky era agradable jugar cartas e incluso beber era divertido. Y por último Killua.

El alfa era... Aún más agradable que antes, a veces suelen mirar las estrellas y escuchar anécdotas de cada uno, por supuesto la mayor parte de las veces es él escuchando a Killua ya que no tiene historias interesantes que contar al menos no que puedan ser contadas.

Habían veces en las que le encantaría hablarle de la primera vez que uso su bendición para curar o las veces en que podía ocuparla como un arma, sin embargo, callaba y prefería contarle sus días siendo entrenado por la milicia.

Se sentía seguro a su lado, su aroma era ciertamente muy tolerable y a él le gustaba cuando lo dejaba salir sin tanta preocupación, solian pasar las tarde junto a Ori jugando o enseñándole cosas que según Killua eran necesarias para un cachorro.

Era todo tan correcto, tan alegre que presentía qué algo malo pasaría. La vida le enseñó a que momentos así se pierden, qué no duran mucho. Los momentos felices en su vida jamás duraron, siempre fueron opacados por algo malo.

-¡Llegamos a Giani!- gritó Basilius-. Nuestra última parada.

Era una ciudad fría, a pesar de que llegaron a una playa se podían ver a lo lejos los árboles y pinos acompañados de enormes montañas.

-En unos cuatro días estaremos en Casiopea- Alluka le sonrió a su lado-. ¿Estas emocionado?

-Lo estoy- le sonrió.

Killua se puso en medio y comenzó a hablar con fuerza:-Es nuestra última parada, si tienen algo que comprar es su momento, consigan dinero- pensó un poco-. Los quiero aquí a media noche.

De inmediato todos comenzaron a bajar del barco, este muelle a diferencia de otros era silencioso sin el ruido de la música y los trausentes, había más el sonido de las máquinas y animales que bajaban como carga.

-Me llevaré a Ori- dijo Basilius acompañado de Jingū y Alluka.

-Por supuesto- le dio un beso en la frente a Ori y los vio alejarse.

-¿Vamos juntos?- preguntó Killua a su lado con una capa qué le extendió, llevaba una mochila en su hombro con una expresión alegre. Cuándo conoció a Killua el alfa tenía ojeras oscuras y remarcadas, incluso llegó a pensar que estaba enfermo.

Estos días, el hombre parecía más sano:-Ya no tienes ojeras- dijo caminando haciendo que Killua lo mirara confundido-. Parecías enfermo.

-Oh- sonrió tocando debajo de sus ojos-. Creo que al ser libre por fin, me ha dejado descansar mucho más.

-Me alegro- le dio una pequeña sonrisa, estaba paranoico. Sentía que en cualquier momento la familia podía encontrarlos llevarse a Ori, asesinar a todos-. ¿Podemos ir a caminar?

-Por supuesto- Killua pareció preocupado-. ¿Estás bien?

-Claro- caminó sin mirarlo-. Estoy bien.

El alfa suspiró pero no preguntó nada más. Juntos comenzaron a caminar por lo que parecía una tianguis bastante colorido a diferencia del muelle que era muy gris, las carpas tenían diseños de flores y colores brillantes, había un hombre tocando la guitarra que armonizaba con el atrajeo de la gente.

Se acercaron por curiosidad a un puesto de una mujer mayor, vendía cremas y collares hechos de cuarzo, la misma mujer tenía algunos carteles que hablaban del bosque, como un buen lugar para pasar el rato. Además de un claro que parecía sacado de un cuento de hadas.

La mujer que estaba atendiendolos y que les mostraba las fotos sonrió:-Será bueno para una joven pareja.

Ambos se miraron sorprendidos, su corazón dio un saltó y su lobo se interesó en la respuesta que él alfa daría, la piel pálida pintada de rojo.

-No somos pareja- dijo amablemente y su lobo parecía bastante indignado, qué descarado. Desde hace algunos días había notado como su lobo permanecía en silencio, aburrido incluso, pero cuando estaba Ori como siempre ronroneaba feliz de tener al cachorro cerca, pero, con el alfa era como si estuviera queriendo llamar la atención del lobo interno de Killua.

Y le agradecía a su Diosa porque el alfa de Killua no se veía interesado.

-Oh- la mujer le dio una sonrisa pícara a Killua-. Bueno, aún no sean nada seguirá siendo un buen lugar para hablar.

Killua soltó una risa incómoda y lo miró evitando por completo la sonrisa que le daba la señora, ¿qué... Estaba pasando?:-¿Vamos?- el alfa le miró curioso-. Sé que te gustan... Los bosques.

-Claro- miró a la mujer y le dio las gracias, Killua soltó un suspiro aliviado.

-¿Basilius... Esta con Ori?- preguntó de repente rompiendo el silencio qué se había hecho.

Le regalo una sonrisa leve:-Dijeron que había una feria en el centro de la ciudad- comenzaron a caminar colina arriba-. Tal vez estén ahí.

El alfa asintió comenzando una platica acerca de esta ciudad, le encantaba escucharlo pero ahora estaba distraído. Su lobo se había acostumbrado a ellos, no quería renunciar a lo que tenía en esta manada y sería muy cruel que arrebatarle esta normalidad antes de tiempo.

Pero ya casi llegaban a Casiopea, aunque Killua dijo que ayudaría, no sabía por cuanto tiempo. Este era un viaje incierto donde estarían moviéndose de un lugar a otro, Killua por fin había salido de ese trabajo no creía que quisiera acompañarlo.

Acompañarlos

¿Por qué estaba ese anhelo ahora? Lo confundía muchísimo.

-Gon- el alfa se sentó en un claro que tenía un pequeñísimo acantilado-. He querido hablar de algo contigo.

-Dime- se sentó a su lado con la cabeza apoyada en sus rodillas.

-¿Estás feliz con nosotros?- la pregunta lo tomó por sorpresa. Había comodidad con ellos, Haruki le dijo que el sentimiento era más que nada por necesidad, pero no lo sentía así.

Estaba cometiendo el error de encariñarse.

-Claro- sonrió-. Imagine siempre este viaje como algo cruel y cansado- miro el sol que apenas se veía por las nubes grises-. Le han dado vida a Ori, claro que estoy feliz con ustedes.

-Podrían quedarse con nosotros ¿sabes?- el alfa lo miraba esperanzado, era tierno incluso verlo así-. Todos, yo siempre velare por ustedes y mi gente los cuidara, podemos buscar a la familia de Ori.

Le estaba dando demasiado, y el tenía la culpa atorada en el cuello.

-En realidad quiero que te quedes con nosotros- el alfa le sonrió-. No solo eres una maravillosa persona, también eres hábil y necesitamos a alguien así, tu gente es poderosa y fiel- el alfa tomó una rama qué fue rompiendo con los dedos-. Y Ori ha hechizado a todos, es un buen niño.

Su omega se sentía tranquilo, su corazón se sentía seguro. Necesitaba alguien fuerte a su lado, porque cuándo el no pudiera no podía dejarle el peso a Ori. Aún faltaba mucho por conocer de Killua, pero... Sentía que podía confiar en él, su lobo estúpido ya lo había hecho.

-Creo que nos vendría bien- sonrió, haciendo que Killua también brillará intensamente-. Me encantaría hacerlo. Y mis alfas también estarían de acuerdo.

El alfa sonrió nuevamente pero con una alegría tan real que lo abrumo:-Eso es genial, cuando lleguemos a Casiopea y veamos a Retz podemos ir a buscar lo que necesites...

De repente sintió la necesidad de contar ciertas cosas, una familia no era lo que estaban buscado. Sería más peligroso de lo que en realidad parecía, sin embargo antes de que pudiera decir algo vio unas alas rojas sobrevolar los árboles cercanos.

Se levantó curioso, de pronto esa ave se poso en una rama. Era un fénix, se maravillo al ver sus alas largas y rojas, sus ojos amarillos qué parecía gotas de ora. Siempre le gustaron, jamás se pudo convertir en uno, sabía que podía pero no le daba curiosidad le gustaba más verlos, acariciarlos.

-Guau- Killua estaba detrás suyo-. Jamás vi a uno aquí.

-Es hermoso- sus ojos que brillaban lo miraban con tanta intensidad, se sintió por un momento hechizado-. Son aves muy inteligentes pero agresivas.

El ave voló adentrandose en el bosque sin pensarlo corrió para perseguirlo, los llevo a otro claro el ave se posaba en una piedra en el suelo, sus ojos aún lo miraban. Sintió la necesidad de acercarse, pero antes de poder hacerlo Killua lo tomo del brazo y lo jalo hacia atrás.

Frotó sus ojos, el fénix lo había hechizado pero eso solo lo podían hacer los solis, un ave normal no lo haría. Abrió los ojos con fuerza tomando de la mano a Killua para hacerlos correr.

-¿Qué paso?- el albino lo miro con seriedad.

Era imposible, ni siquiera era tan importante en Slunce, si tenía el visto bueno para ser entrenado como monarca pero después de su condena paso a ser un simple soldado. ¿Por qué estaban aquí? Palm aunque estuviera obsesionada con él no... Rompería las reglas.

El cielo comenzó a ponerse de un color gris oscuro y la lluvia comenzó a caer, ¿sabrán de Ori? Miró hacia atrás habían tres fénix sobrevolando el bosque, y en los árboles la túnica roja brillante junto a esos ojos dorados se veían.

-Hay un hombre ahí- dijo Killua mirándolo.

Pasó saliva, ella mataría a Killua, si eran los viajeros harían cualquier cosa por llevárselo. Dio una mirada de soslayo viendo que la mujer apuntaba un arma de un color blanco y diseños en dorado, su corazón palpito con fuerza, desbordado. Sus manos temblaron y por su mente un solo pensamiento lo embriagaba.

Le disparara a Killua.

Al llegar a un acantilado, Killua miro hacia atrás gruñendo, ambos miraron enfrente, no solo estaba él, habían tres más a su lado. Los habían rodeado.

El aura de Killua cambió radicalmente, se veía mucho más grande de lo que en realidad era, sus ojos eran de un azul oscuro tan frío que podría aterrorizar a cualquiera, él estaba listo para pelear.

-Quiero vivo al omega- el hombre de cabellos rubios y ojos dorados hablo en elastial-. Yo me encargo del alfa.

Sus pies rozaron con la tierra que se caía, Killua dio un paso adelante, estaba listo para pelear, sus manos temblaron y un dolor horrible se plantó en su vientre, las heridas en su espalda ardieron mientras que su marca en el hombro pico.

-¿¡Qué mierda quieren!?- gritó en elastial, Killua lo miró, analizando la escena-. ¿Cómo me encontraron?

Pero los omegas ignoraron sus palabras comenzando a caminar. Dio un vistazo de nuevo hacia abajo. El omega líder del grupo lo miró, con ojos fríos subiendo el arma para disparar. Esas armas eran solo para la bendición, sin sus poderes de curación no podría ayudar a Killua si esa cosa le daba.

Su mente estaba nublada por el miedo, no sabía que hacer. Lo querían a él. No hablaban de nadie más, no tenían idea de Ori. Con fuerza jalo el brazo de Killua hacia atrás, el alfa era obviamente pesado aun así el albino volteo para mirarlo desconcertado.

-¿Confías en mí?- le preguntó, viendo el acantilado, unos pasos más atrás y su plan sería ejecutado de la mejor forma.

-¿Qué?- cuándo vio que el omega de la derecha sacaba una arma en forma de lanza supo lo que tenía que hacer, con toda la fuerza que pudo reunir aventó a Killua qué estaba un poco desprevenido por su pregunta, lo último que vio fueron sus ojos azules preocupados.

Los omegas vieron los acontecimientos sin mostrar nada en sus expresiones, el omega líder bajo el arma con una sonrisa.

-Vaya giro de acontecimientos- salió de los árboles con el arma recargada en su hombro-. Debo reconocer que eres un poco impredecible.

-Es un don- aguantar el dolor que surcaba su cuerpo, era espantoso. Pero si algo le enseñaron era soportarlo.

-¿Te entregaras por un alfa? Uno que acabas de conocer- apretó la quijada, no era tanto por eso, si algo le pasaba quería creer que Killua ayudaría a Ori, quiso burlarse de si mismo, había pasado más de un mes desde que conocía a la manada, no podía confiar tan ciegamente. Pero aquí estaba, esperando no equivocarse-. Para hacer esto más rápido, ¿dónde están?- el hombre camino frente a él.

-No sé de qué hablas- su vientre dolió haciendo que casi doble las piernas.

-Los objetos y la persona- se tensó al escuchar lo último.

-Descubrimos que no saliste solo- y con una sonrisa divertida siguió-. Dinos dónde está y yo con gusto lo llevaré con su familia.

Le quitarían a Ori, su mente solo procesaba esas palabras, le quitarían a Ori. Sus ojos ni siquiera enfocaban al omega qué caminaba hacia el, por sus ojos solo pasaban escenas de su vida, el dolor que Slunce a generado en él. Y ahora querían arrebatarle a su niño, lo único que lo tenía todavía de pie.

La furia y la adrenalina surcaba sus dedos como un recuerdo agrio, sintió la luz por sus venas y aunque dolía demasiado en su mente, su lobo y su pecho solo había un sentimiento.

Proteger a Ori, cueste lo que cueste.

Sus oídos se taparon por completo cuando la luz amarilla y dorada salió de sus manos, de su cuerpo como una explosión, los omegas que estaban a los lados salieron volando unos cuantos metros mientras que el omega líder recibió de lleno el primer rayo de poder. Como un mal presagio, llegó la voz de Melody a su cabeza.

"Si la última gota se termina, morirás"

Soltó un alarido de dolor, cuando su vientre parecía tener fuego que quemaba todo a su paso, cayó de rodillas con la cabeza palpitando y sintiendo nada más que dolor.

No supo cuando fue que quedo inconsciente.

Hubo una enorme explosión de luz amarilla y dorada, cuando cayó el dolor de la caída no fue tanto como la preocupación que cegaba su mente. Todo lo que podía pensar era en Gon allá arriba.

Maldijo cuando no hubo más movimientos, subió como pudo la colina y cuando llego tropezó con sus pies al ver el bosque totalmente destruido, había sangre y la tierra estaba oscura como si hubiera sucedido un incendio.

Había sido una explosión de tal vez unos veinte metros de diámetro, bajo la mirada buscando a Gon que estaba tirado en el suelo hecho un ovillo. Dejó de respirar acercándose a él, lo tomó del rostro con cuidado. Sus propios demonios salieron a apuñarlo cuando vio vestigios de su pasado en Gon.

-Gon, hey- no reconoció su voz temblorosa, con alarma se apresuró a poner su oreja en su pecho, suspiro aliviado cuando escuchó el lento palpitar del omega. Pasando sus manos debajo de sus rodillas y con un brazo en su espalda lo cargo-. Resiste, Gon.

Bajo el bosque, se comenzaron a escuchar sirenas por todos lados, la gente corría o rezaba en sus puestos con los ojos llenos de terror. Era como ver una escena pasada, como recordar el mal que generó y que aún lo persigue.

Llego al barco Leorio estaba allí con las manos en su cabeza, nervioso:-¡Leorio!

El alto volteo de inmediato, reteniendo la respiración al verlo con Gon inconsciente en brazos.

-¿Qué mierda paso?- ambos subieron al barco dejando al omega en una mesa-. ¡Killua!

-Nos atacaron- dijo con la cabeza punzando, vio a Leorio revisar a Gon con sus instrumentos-. Eran de Slunce.

-¿Qué?- suspiro aterrado, tanteo el cuerpo de Gon para verificar que no se hubiera rotó algo, al alzar la manga de su camisa ambos vieron un tatuaje de un sol, que más que un tatuaje parecía una quemadura en la muñeca, era idéntico al que Kurapika tenía. Ambos se miraron-. No tiene heridas externas. De hecho luce bien.

-Revisalo otra vez- dijo con el dolor en su cabeza-. Hazlo.

-Killua, ya lo hice. No tiene nada- subió la camisa hasta su pecho mostrando sus costillas-. Mira, costillas bien- bajo la camisa-. Ninguno de sus brazos esta rotó...

-No lo viste Leorio- se levantó mareado por las emociones y el dolor-. Gon estuvo dentro del rango de una puta explosión de veinte metros.

-Lo vi- dijo Leorio tartamudeando-. Se vio por todo el muelle.

-Entonces entenderás mi preocupación- Leorio soltó un gruñido frustrado, tomándolo por los brazos.

-Siéntate.

-Estoy bien- le quito la mano con agresividad.

-No, no lo estas. Tienes una contusión- a regañadientes el alfa se sentó, queriendo gruñir pero sabía que entonces no estaría siendo lógico.

A los treinta minutos todos ya estaban de vuelta en el barco, Ori estaba alado de Gon con los ojos humedecidos en lágrimas pero sin soltar alguna.

-Eran de Slunce- dijo Killua viendo a su equipo, Basilius ya había comenzado a navegar el barco.

-¿Será por los objetos?- preguntó Kurapika estresado.

-Yo supongo- soltó un suspiro-. Gon hablo con ellos.

-¿Gon?- Canary le alzó una ceja.

-En su idioma- Alluka estaba a su lado con las manos en sus hombros emitiendo un aroma tranquilizador en la habitación-. Algo dijeron que lo puso nervioso fue cuando me lanzó.

Canary hizo una mueca, más no dijo nada:-No creo que ir a Casiopea sea la mejor opción- dijo con una suspiro.

-Debemos ir- suspiro-. Necesitamos hablar con Retz.

-Creo que sería mejor escondernos- suspiro Bisky-. No sabemos como fue que encontraron a Gon, lo harán de nuevo.

-Casiopea es un lugar grande- Zushi señaló-. Además a donde iríamos- miró el mapa que estaba en la mesa-. Todos los lugares seguros están lejos y ellos nos están pisando los talones, si nos atacan será mejor que sea en tierra y no en agua.

-Tienes un punto- dijo Killua-. Por ahora seguiremos con el rumbo a Casiopea al menos hasta que Gon despierte.

Miro al niño en la habitación continua, el pobre agarraba la mano de Gon hablando en elastial en susurros, hipaba pero en ningún momento soltó una lágrima. Quiso acercarse, hacerle ver que no estaba solo que Gon estaría bien.

Las dudas aumentaron, la energía que había estallado no se parecía a nada que antes había visto. Era más a... Eso que le sucedió a la reina el día del eclipse.

Miro el rostro de Gon, debía despertar.

Yamatai.

2 años antes de la llegada de los extranjeros.

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Cuando Ara falleció muchos dijeron que no importaba cuán lejos se podía ver, ella siempre estaría con él. Cuándo Aziz le presentó a Ori, tuvo una razón por la que seguir.

Porque ese niño estaba muriendo y no merecía hacerlo tan joven, sin conocer nada. Pero a veces, en sus días malos le rogaba a Mêsic qué le hiciera entender por que Ara había decidido tenerlo si iba a sufrir tanto.

Ella ya sabía que sería un alfa, sabía que el niño moriría.

¿Entonces, por qué?

¿Cuál era la necesidad?

Suspiro lanzando una piedra al estanque haciendo que los peces se asustaran y comenzarán a nadar lejos del impacto. Su marca en la palma de su mano brillo, por lo que sabía Luck estaba cerca no fue tanto tiempo cuando el alfa se sentó a su lado.

-¿Por qué esa cara larga?- preguntó con una voz tranquila.

-Mañana Aziz volverá a salir- dijo sabiendo que nadie escucharía, era de madrugada, el palacio estaba en silencio y por este estanque jamás pasaban los profesores.

-Mmh- hubo un silencio-. Él estará bien, debe volver por su hijo y por ti.

Dejo salir una sonrisa:-Sé que cuando el momento llegue debo partir- lo miró con terror-. ¿Estas seguro que no quieres venir?

-Gon aunque quisiera no puedo- se alzó de hombros-. El plan es que yo distraiga- le sonrió dándole un golpe amistoso en su hombro-. Estaré bien, lo importante es que ustedes logren salir.

-Es difícil sabiendo que Palm no me quita los ojos de encima- rodó los ojos.

-Bueno esta encaprichada para volverte monarca- le sonrió juguetón-. Serías un buen rey.

-Es lo más estúpido que has dicho en mucho tiempo- se quejó, luego dio una sonrisa torpe-. A veces imagino perder la bendición, tal vez así podría pasar más tiempo con Ori, ser profesor.

-Al ser tu hermano de armas, me encomendarian estar contigo- Luck sonrió-. Sería el mejor tío, ¿te imaginas?

Soltó una risa:-Serías tan patético.

Antes de que Luck pudiera decir otra palabra, los sonidos pesados de unas botas resonaron por los pasillos del palacio, ambos se levantaron con cuidado para escuchar lo que decían.

-Hemos estado recibiendo reportes de personas sospechosas en los muelles- era un solis, un general-. Parece que los alfas jamás entenderán.

-No los culpo- pararon en seco.

-Hey, no digas eso estando en el palacio, idiota- el sonido de las ropas moviéndose-. Mañana iremos a buscar al alfa líder- un suspiro prolongado-. Según nuestros informantes, el tipo planea algo muy grande.

-Ya veremos- la voz de esa solis sonaba cansada-. De todas formas ya sabemos como va a terminar esto.

Las voces cada vez se hicieron más pequeñas, miro a Luck qué también lo veía con una mueca complicada:- Le avisaré a Aziz qué tenga más cuidado, antes de que suceda otra cosa.

-Si- suspiró-. Cuídense mucho, mañana.

Con esa despedida, ambos se alejaron. Gon pensó en lo poco que sabía de la bendición en niños alfas, en su habitación y con sus palmas abiertas dejo salir la luz amarilla en forma de pequeños soles, los vio flotar en la habitación mientras que sus manos seguían remarcando sus venas de un color dorado, su núcleo se sentía cálido, burbujeante.

Cerró los ojos sintiendo que su cuerpo se calentaba cada vez más, si algo te enseñaban primero era jamás, sentir placer usando la bendición. Porque así como ayudaba también podía hacerte caer en la perdición, según muchos, la desertora como le solían decir por los pasillos del palacio había sido una de las tantas que se maravillaron con el poder, que sintieron el placer de saber que tenían el poder para hacer cualquier cosa.

Su marca en el hombro le dolió habiendo que abriera los ojos y dejara de ocupar la bendición, los soles desaparecieron.

Suspiro. Acostandose en la cama para dormir.

Al día siguiente, en el comedor. La música instrumental se interrumpió para que las pantallas sobrevolaran el comedor dando un mensaje. Neon e Idril bajaron sus cubiertos y dejaron la revista que veían para ver la televisión que flotaba en sus mesas.

Era la reina, vestida con un hanfu rojo y un velo del mismo color.

-Hijos míos- saludo con una voz maternal que le erizaba los cabellos, recordando el día en que Ume fue castigada-. He estado, sufriendo decepción tras decepción. La gente piensa que mi reinado es brusco, violento- alzó la mirada hacia la televisión-. Pero yo lo veo, necesario. Hay un nuevo traidor de mi nación, de nuestro hogar- dio un suspiro-. Un hombre del que jamás pensé ver estos atroces actos.

La sala comenzó a susurrar, Sakura estaba en la mesa de alado temblando, su corazón comenzó a palpitar con mucha fuerza. Nervioso de las palabras que la reina diría.

-Aziz Nakamura- y su mundo se fue para abajo-. Esta transmisión esta pasando por cada uno de los hogares de esta nación. Si alguien reconoce a este sujeto no se acerque es en extremo peligroso- fotos de Aziz aparecieron en la televisión-. No olviden que cualquier persona que esté aliado a este traidor será juzgado con la misma severidad.

La televisión se apago, Neón e Idril lo miraron preocupadas, mientras el parecía tener un ataque de pánico. Cómo...

¿Cómo lo supieron?

No dejo que sus amigas hablaran con él, se fue del comedor pensando en la mirada de Sakura llena de comprensión. Entro a su habitación queriendo romper todo, con las manos picando y su bendición queriendo explotar de nuevo. Una hoja de papel estaba envuelta en un lazo café qué no dudo en abrir.

"Ya saben de Aziz, los planes se adelantan por completo, esta noche escapa, nos encontraremos con él junto a Basilius.

Att: L."

Cuando despertó primero sintió las blandas cobijas sobre él, había un maravilloso olor a jazmines y algo mucho más pequeño lo abrazaba. Frotó sus ojos con sus manos moviéndose en la cama. El pequeño bulto a su lado se separó de inmediato.

-¡Leorio! ¡Leorio!- era Ori, quiso abrir los ojos pero la luz molestaba-. ¡Gon despertó!

Se escucharon pasos apresurados, pero su mente y cuerpo estaba tan cansado que realmente no podía si quiera levantarse.

-Ori ven- fue la voz calmada de Kirapika-. Deja que Leorio lo revise.

Su mente estaba muy confusa. No sabía que estaba pasando ni como fue que había llegado aquí. Su espalda dolió como si las heridas de los azotes estuvieran abiertas de nuevo.

-¿Gon, me escuchas?- preguntó Leorio a lo que asintió levemente.

-No... No puedo abrir los ojos.

-Esta bien- su voz era paciente-. Tómate tu tiempo.

Después de unos minutos pudo abrir los ojos:-¿Cuánto tiempo llevo así?

-Casi una semana- Leorio suspiro-. Nos diste un buen susto, Gon.

Se miro las manos, si no estaba muerto eso quiere decir que la bendición sigue en él. Suponía que su cuerpo inverno para recuperar un poco de la energía perdida, se sentía de la mierda pero su núcleo no dolía y su marca en el hombro tampoco lo hacía.

Ori se acercó con ojos lloroso, de inmediato lo sentaron cerca de él para su pudiera abrazarlo:-No hagas eso- dijo el niño-. Pensé que también me dejarias.

Se hizo un nudo en su garganta, por supuesto que no. Jamás lo dejaría:-Lo siento- su propia voz se rompió-. Lo siento tanto Ori.

A la habitación llegó Killua agitado:-Me alegro que estés bien Gon- se acercó no mucho para dejar intimidad ente él y Ori que aún se aferraba a su cuerpo.

-¿La caída...?

-No me lastimó- le sonrió-. Todos estamos bien.

Pero no por mucho tiempo, los viajeros los encontrarán de nuevo... Ellos:-¿Dónde estamos?

-En Casiopea- sonrió el albino-. Por fin llegamos.

Trago saliva, había muchas cosas de que hablar. Pero por ahora, lo único que le importaba es que Ori seguía con él, Killua estaba bien y tal parecía que toda la manada se encontraba en perfectas condiciones.

Era lo único que importaba, por ahora.

Holaaa y felizzzz año nuevooooo.

Me alegro mucho que esta historia siga adelante con tan bonitos comentarios y votos, les doy las gracias por ser realmente pacientes y por dejar esos comentarios que me encanta leer.

¡Un año más juntos! Y en serio estoy agradecida por tan bonito fandom que se creo, de verdad gracias por seguir apoyándome. No hay forma de demostrar lo agradecida que estoy con cada uno de ustedes.

Les deseo un maravilloso año nuevo. Un año de triunfos y felicidad, son increíbles y pueden con todo lo que la vida les ponga.

Nuevamente gracias y nos leemos el próximo año. ❤️

Bye bye.

-Annie ☾-

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