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𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐕

𝟓. 𝐔𝐧𝐚 𝐟𝐚𝐦𝐢𝐥𝐢𝐚, 𝐮𝐧𝐚 𝐦𝐚𝐧𝐚𝐝𝐚. 𝐔𝐧 𝐧𝐮𝐞𝐯𝐨 𝐢𝐧𝐢𝐜𝐢𝐨.

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Cuando la mañana llegó Gon se sorprendió de que las nubes estuvieran espesas y grises amenazando con llover en cualquier momento. Había salido para saber si Killua y Canary ya habían vuelto, Alluka se empezó a preocupar de más por su hermano así que no tuvo más elección que quedarse con ella.

Aunque Alluka parecía feliz y tranquila, Gon podía ver el miedo en sus ojos a veces era tan sutil que podía pasar desapercibido pero si le ponías atención la chica no mostraba más que miedo. No era de menos, no sabía cuántas cosas debió haber vivido con su manada, además del trauma de Slunce.

Tuvo una pequeña plática hace un tiempo con ella acerca de lo que vió no fue difícil para ella no preguntar por más, simplemente asintio y dijo que no se metería en asuntos que no le correspondían.

Estaba seguro que de no ser ella y ser por ejemplo Canary tendría que dar una explicación, una que creyeran.

Gon suspiro viendo a Alluka dormir en su sillón, la chica era muy dependiente a su hermano. ¿Cuántas veces debió verlo al borde de la desaparición para que estuviera tan preocupada?

Sabía que eran ladrones y por lo visto buenos; si no lo fueran no lograrían estar dos semanas en incógnito en un reino extra vigilado, Gon no sabía a ciencia cierta con quién estaba compartiendo aire, la seguridad de Ori, aunque eran buenas personas y les estaba tomando un poco de confianza no sabía si creerles con los ojos cerrados.

De repente hubo mucho ruido afuera, caballos relinchando y voces fuertes. Gon se levantó para mirar por la ventana, Alluka se levantó de inmediato caminando junto a él.

A las afueras Canary había lanzado al suelo el cuerpo tembloroso de Tompa, sus manos aún sujetadas por varios lazos haciéndole heridas en sus muñecas, la nariz le sangraba y tenía un ojo morado que se cerraba lo hinchado que estaba.

-Guau- silbó Leorio acercándose al hombre con una sonrisa encantada-. Luces bien, amigo.

-Miren- Bisky, levantándose de un tronco se acercó al hombre su figura imponente y su sonrisa divertida-. Es nuestro invitado especial.

Zushi quien estaba sentado en una de las escaleras de las cabañas miro sin mucho remordimiento al tipo, Kurapika veía al hombre con furia en sus ojos, sus nudillos blancos por apretar con tanta fuerza.

Killua bajo de su caballo con mirada oscura, una que se plantaba plenamente en el hombre tirado.

-Le diste bien- se burló Leorio.

-No fui yo- dijo sin interés viendo a Canary-. No quería mancharme las manos.

-¡Ya las tienes!- gritó Tompa con la voz ronca-. ¡Eres un asesino!- le gritó, la saliva saliendo de su boca junto a la sangre haciendo un desastre asqueroso-. Un mons...

-Oh vamos- Bisky se agachó para mirarlo-. ¿No éramos amigos?- tomó de sus cabellos cafés y con un fuerte agarre alzó su rostro robándole un gemido de dolor-. ¿Qué no dijiste que Killua tenía toda tu lealtad?

-Vete a la mierda- le escupió el hombre mirándola con el único ojo que tenía abierto.

-Creo que aún no aprende- Kurapika se movió y le dió un patada a su espalda, luego otra y otra, el grupo miraba como el hombre se retorcía en el suelo mientras escupía sangre y lágrimas.

-Fue suficiente Kurapika- Killua quien había estado viendo todo se agachó para estar a la altura del hombre que era más sangre y moretones ahora-. Te lo advertí ¿no? Que si nos traicionabas iría por ti.

-¡Les di todo lo que tenía!- gritó como pudo furioso, viendo a sus alrededores justo cuando vio a otros dos alfas mirándolo-. Ustedes no entienden como funcionan los negocios.

-Hiciste que Kurapika entrara en celo como una puta distracción para salvar tu culo- gruño el albino enfurecido-. Nos dejaste a nuestra, ¿esos son negocios, para ti?

-Yo... yo ¡Puedo arreglarlo!- el hombre miro a Killua, rogando un poco de misericordia, fue cuando la puerta de una de las cabañas se abrió.

-¿Hermano?- Alluka se acercó temerosa por todos los olores agrios y las emociones agresivas-. ¿Está todo bien?

Detrás de ella Gon también venía tomando a Alluka del hombro y jalandola hacia atrás.

Killua dijo una maldición baja, levantándose para ir con ambos omegas, Basilius y Jingū también se desplazaron cerca de ellos.

-Todo bien- les sonrió a ambos, usando su cuerpo para cubrir a ambos-. Vuelvan a la cabaña.

-Te lo dije Allu- dijo Gon con voz amable sosteniendo a la chica-. Deja que ellos arreglen lo que sea que tengan que arreglar.

El omega vio de Alluka a Killua asintiendo, dando un último vistazo al suelo dónde se podía ver a un hombre tirado rogando por algo. Killua miro a Gon que ya se iba junto a la chica, tomándolo del brazo se acercó a su oído.

-No dejes que Ori salga- susurró para luego alejarse, Gon asintio sin entender viendo al hombre que era más sangre que nada en el suelo, se veía mal, trago saliva ¿Killua le hizo eso?

Justo cuando iba a volver, sus ojos se toparon con los del hombre. Una sonrisa maliciosa apareció en el hombre que se enderezó como pudo.

-No podía esperar menos de ti jefe- el hombre sonrió, Killua lo miro poniendo a ambos omegas detrás de él, Basilius ya empezaba a enojarse con la mirada que ese asqueroso le estaba dando a ambos-. Tienes una carga muy, muy valiosa contigo.

Gon se tenso, ¿quién mierda era este tipo?

-Un omega de Yamatai es muy valioso en el mercado negro- sentenció con una sonrisa enorme-. ¿El Ryodan te lo pidió? Porque yo puedo conseguirte más dinero que ellos- aspiro el aire como si estuviera evaluando algo-. ¿O es para tu consumo? No juzgo, solo digo que puedes hacer un buen negocio con él.

Gon se erizo por completo, ¿cómo? ¿Cómo mierda supo de dónde venía? ¿Mercado negro...? No, la trata ilegal se había acabado hace años. El día de su juicio llegó a su mente, las palabras de la reina golpearon su cabeza como navajas.

La mirada podrida que ese hombre le daba le estaba poniendo los pelos de punta, se cubrió por instinto sintiéndose asqueado y furioso.

-Ese aroma- olió de nuevo-. Hizo una buena elección jefe- se arrastró en sus rodillas, Bisky lo detuvo con una mano en su hombro-. Una vez que ese aroma te vuelve loco no lo olvidas, todos tienen ese mismo olor.

Fue Kurapika quien volvió a golpear al hombre con una furia desenfrenada, Gon pudo ver sorprendido un pequeño cambio de color en sus ojos.

-¡Cállate!- le gritó golpeando su cabeza-. Me das tanto asco.

-Gon entra con Alluka a una de las cabañas- Killua le hablo con una voz tranquila, pero Gon podía ver la forma en que apretaba sus puños y sobre todo el aroma que el alfa desprendía, Killua era un dominante siempre amable y sonrisas tímidas jamás lo vio como una amenaza incluso la vez que peleó en la cantina no se veía tan aterrador. Los dominantes son mucho más altos que los alfas normales, su aroma es mucho más pesado y su gruñido podría someter a cualquiera que lo escuchará. Su instinto le decía que se alejara que estaba en peligro pero su omega que jamás respondía a ningún estímulo se sentía ahora no asustado si no curioso-. No quiero que te vuelva a ver.

Gon sintió una punzada en su pecho, no podía decirle que no, no estaba usando su voz de mando pero ciertamente era una orden, le dió un último vistazo a ese hombre, ¿todos los omegas de Slunce? Quería quedarse, preguntar de qué mierda estaba hablando. Pero lo único que pudo hacer fue asentir, Basilius se quedó con ellos mientras que Jingū los acompañaba a una de las cabañas.

Alluka estaba algo mareada por todas las feromonas que se podía oler.

-Mira Tompa- Killua se volvió a agachar-. Eres un idiota al que quiero asesinar- le dió una sonrisa que helaba cada hueso-. Pero, por tan lamentable que se escuche eres necesario.

-Le... Da-dare lo que sea- susurró en el suelo, con lágrimas en los ojos y más sangre cayendo.

-Es lo mínimo que espero-- le dió unas palmadas fuertes en su cabeza-. Mi buen amigo, pronto nos largaremos de aquí- Killua hablaba sin verlo, como si su mera presencia no fuera digna de verse-. Pero, necesitamos varias cosas antes de irnos, tómalo como un castigo por tus estupideces- sin mucho cuidado lo levanto del cuello de su camisa arrastrándolo por el lugar, había una cabaña alejada del claro principal, una fea y destruida-. Te quedarás aquí hasta que consigamos lo que queremos- le dijo mientras le arrastraba, Kurapika y Canary lo seguían por detrás.

-Es nuestra habitación especial para ti- se burló Canary, viendo cómo el hombre chillaba por lo fuerte que lo tomaban.

Al llegar a la cabaña, Killua pateo la puerta lanzando a Tompa hacia las maderas húmedas y llenas de moho. Killua se agachó de nuevo a la altura del hombro y lo tomo por las mejillas haciendo que sus ojos y los de él se vieran fijamente.

-Vas a decirnos dónde guardas tus juguetitos- le dijo apretando sus gordas mejillas con fuerza infligiendo dolor-. Y vas a hablar de muchas cosas.

Killua respiro aire tensandose por completo al oler el aroma de Gon, quiso voltear decirle a Kurapika que se lo llevarán de ahí, pero al ver cómo Tompa parecía buscarlo con la mirada se enfureció. Le dió una cachetada dura:-¿A quién buscas?- inclino su cabeza, sus ojos azules parecían brillar más-. Estás hablando conmigo.

El beta bajo la mirada, haciendo sonreír a Killua, una satisfacción casi enferma corría por sus venas. Esa era una de las tantas ventajas de ser dominante, sus feromonas podían influir en cualquier casta. Volteo para mirar al omega, lo único que encontró fue a Basilius recargado en un árbol.

Su cabeza aún nublada por la furia analizo la situación, era normal que Basilius tuviera el aroma de Gon, vivía con él básicamente era su padre.

Era, curioso que ahora que podía inhalar mejor sin su juicio nublado pudiera oler un pequeño atisbo. Era muy poco y por lo tanto no muchos se darían cuenta de él. ¿Por qué Tompa si? Se supone que es un beta.

Se levantó viendo sus dedos rojos, hizo una mueca:-Mañana vendré para ver si disfrutas tu suite- dejando al hombre mayugado en la cabaña salió cerrando la puerta.

Canary se tapaba la nariz, mientras que Kurapika ya se estaba alejando del lugar.

-Canary, ¿puedes ver si Kurapika está bien?- Basilius le preguntó curioso, sin dejar de ver una figurita de madera.

La alfa no dijo nada, simplemente se movió alejándose.

-¿Qué?- Killua lo vio con los brazos cruzados.

-Cálmate tigre- Basilius se incorporó guardando la madera en su pantalón-. Tienes que tranquilizarte antes de que vayas al claro.

Killua le quiso gruñir, estaba bien:-No, no estas bien niño- el hombre suspiro-. Yo también estoy enojado, ese imbécil vio de una forma tan asquerosa a la pequeña Alluka- dijo con voz seria-. A mi hijo.

Killua lo sabía, lo había visto. Su hermana era la única familia que le quedaba. Mataría a cualquiera que le pusiera un solo dedo, pero ver esa mirada hacia ella, ver qué cualquier imbécil pudiera siquiera pensar de esa forma tan asquerosa le hacía querer cometer veinte asesinatos diferentes.

Gon, ahora sí que iba a gruñir. Tompa se regocijaba con su aroma, como si tuviera el derecho de hacerlo.

-Lo asesinare- la palabra que más odiaba estaba ahí en su paladar lista para que la mencionara porque aunque la odiara también era la más fácil de pronunciar-. No solo por esto, el idiota ya ha cometido muchos errores. No puedo dejarlo ir sin una consecuencia- no puede dejarse ver débil, debe hacerle entender a los demás que con los suyos deben pensarse si quiera mirarlos.

-¿Quién eres Killua Zoldyck?- Basilius no lo miraba con miedo o precaución, simplemente era una mirada sin emoción alguna-. He oído de tu apellido, he escuchado las historias que se hablan de ti.

Killua quiso reír, burlarse. ¿Basilius se iba alejar de ellos? ¿Se llevaría a Gon y a Ori? Quiere ver que lo intente.

-Un asesino-,le contesto sin miedo a lo que podría pasar-. Si conoces lo que dicen de mi, ¿por qué sigues aquí?

Gon estaba sentado en el sillón con Ori en sus brazos, las feromonas aún se podían oler a kilómetros. En Slunce claro que había dominantes, alfas poderosos que eran entrenados para no humillar a quienes debían proteger.

Pero afuera de Slunce, ahora veía que no había restricciones. Era la primera vez que olía las feromonas de un dominante uno que además era de sangre pura.

Y aunque claro podía soportarlas por un largo período seguía siendo incómodo, Alluka estaba descansando en su cuarto, se había mareado tanto que le recomendó dormir.

Ori, estaba acurrucado en sus brazos con la cabeza en su cuello respirando su aroma para tranquilizarse. Su pobre cachorro estaba tan agitado. Y él estaba tan abrumado, su estúpido lobo ahora estaba muy curioso como si el aroma de Killua lo hubiera despertado de su sueño de indiferencia.

Quería olfatear de más.

Abrazo más al niño, esperando que su aroma a miel y leche lo calmara que le hiciera olvidar lo incómodo que ese hombre lo hizo sentir, olvidar lo que dijo de sus hermanos.

-Gon, ¿Killua está bien?- el niño se levantó de su cuello viéndolo con curiosidad-. Estaba muy enojado.

-Él... Esta bien- llevo sus dedos a los cabellos cafés de Ori pasando uno de sus mechones largos detrás de la oreja con cariño-. Tienes el cabello muy largo, deberíamos cortarlo.

-No- negó con la cabeza tocándose sus propios mechones largos-. Me gusta largo, así lo tenía papá y como tú- agarro los mechones negros que descansaban en su hombro en una trenza mal hecha.

-Estaba pensando en cortarlo- tomó sus cabellos y los miro pensando-. Cuando era niño, a mi tía no le gustaba que lo tuviera largo.

-No lo hagas, se ve bien así como lo tienes- Basilius estaba entrando a la cabaña con una sonrisa cansada.

-¡Abuelo!- el niño se bajó de sus piernas y corrió a abrazar la pierna del alfa que con cariño le acaricio sus cabellos-. ¿Cómo está Killua?

-Bien, descansando- el niño parecía feliz con la respuesta pero Gon no, quería preguntar muchas más cosas sobre todo de aquel hombre que estaba a unos metros de ellos-. Y podemos preguntarle al hombre sobre lo que dijo.

-Bien. Mañana iré- dijo serio, Basilius negó con su cabeza.

-Ve con Jingū- el hombre abrió la puerta y dejó al niño salir la pelirroja ya estaba afuera ayudando a Bisky con la comida-. Gon, Killua no quiere que ese tipo te vea.

-Bueno pues bien por él- se desamarro la trenza y la empezó a hacer de nuevo.

-Él habla en serio Gon, dijo que nos dejaría pero que yo lo hiciera no tú- se sentó en el sofá frente a él.

-No, es mi asunto Basilius no el tuyo. No sigo ordenes- lo miro enojado el alfa suspiro-. Además él no tiene derecho a decir quien puede o no verme, no soy un niño Basilius.

-Solo quiere protegerte- suspiro.

-Pues no se lo pedí, puedo cuidarme solo- se cruzo de brazos sin ceder.

Basilius estaba orgulloso de Gon, un omega fuerte que nadie podría someter aunque veinte mil hombres lo intentarán su niño siempre se liberaría de las ataduras. Cuando lo conoció, Gon ya era así un perfecto soldado en ese tiempo creía que un niño de esa edad debería estar preocupado en que juego jugar y no en pensar en las mejores estrategias para derribar un ejército de alfas.

Fue lo mismo que cuando encontró a Aziz un niño inteligente y curioso que debía fingir ser rudo y fuerte para poder llevarse comida a la boca.

A ambos los acogió, a ambos les enseñó que aunque sí debían estar preparados para todo también debían sonreír. Por las pequeñas y grandes cosas, les enseñó a pescar, les enseñó a tallar madera, les contó historias, los perfumo y los abrazo.

Les enseñó que pedir ayuda era símbolo de fortaleza no de debilidad, le enseñó a Gon pensar por si mismo y no creer en todo lo que su reina decía.

Pero luego ese mismo lugar al que todos llaman la gran potencia, el país del sol le arrebato a Aziz, le quito a esa niña Ara y luego sin poder hacer nada vio como poco a poco le quitaban el brillo a Gon, dejando sin padres a Ori. No permitieron que esos cuatro vivieran una vida normal.

Y aquí sentado estaba la muestra de ello. Gon reacio a confiar en él, como la primera vez que lo conoció.

-Gon, hay cosas que con palabras no se pueden sacar- comenzó usando la voz de un padre sabio.

-Lo sé, me entrenaron para eso, lo viví yo mismo- dijo a la defensiva, Basilius entendía que era porque pensaba que no le estaba dando su lugar.

-¿Alguna vez lo hiciste?- Gon quiso hablar pero Basilius lo interrumpió con voz serena-. Jamás lo hiciste, te entrenaron para ser rey Gon, no para ser soldado- suspiro-. Luck, él sabía mancharse las manos de sangre, estaba preparado para eso. Tú no.

-No...

-¿Asesinaste a alguien el día que escapamos?- miro a sus ojos con seriedad Gon negó con la cabeza-. Yo, Jingū incluso Luck hubiéramos estado preparados para eso.

-Puedo hacerlo, déjame mostrarte...

Volvio a negar con la cabeza, tomo sus pequeñas manos entre las suyas:-No quiero que lo hagas, no quiero que te manches las manos de sangre, no ahora- Gon parecía confundido-. El mundo no es como el idealizado en el que te hicieron creer. Afuera los omegas son vistos como nada aún siendo reyes, príncipes o solis- Gon asintió-. Tu búsqueda por ayudar a Ori te enviará a sitios peligrosos donde mancharte de sangre será inevitable- apretó sus manos con cariño-. Pero no ahora, no por ese hombre.

-Pero él...

-Yo hablaré con él, te diré todo lo que dice y averiguaremos si esto tiene que ver con la sentencia de Aziz- Gon respiro aire tembloroso haciéndose pequeño en el sillón, Basilius no pudo verlo así por lo que lo atrajo a él abrazando su delgado cuerpo como años atrás hacía-. Esta bien niño, lo estás haciendo bien.


Habían pasado días desde la llegada de Tompa al claro. Gon pasó sus tardes ayudando con la comida y enseñando a Ori cosas básicas como las sumas y restas, su niño era inteligente ya sabía leer pero las matemáticas eran un plan diferente muy parecido a él.

Cuando menos lo esperaron mayo ya estaba llegando a sus últimos días. Dos meses habían estado varados aquí y sin prevenirlo Alluka cayó en celo. Killua le pidió que se quedara con ella hasta que regresarán porque nuevamente harían sus viajes del tesoro.

Tompa había sido un prisionero aceptable. Según Basilius el hombre fue cooperativo después de dos puñetazos gritando y llorando lo que sabía. Según el hombre hace años omegas sacaban a otros omegas del país ayudados por alfas extranjeros que en el mejor de los casos sólo pedían una buena cantidad de dinero y en el peor los secuestraban.

Cosas que Gon ya medio sabía, Ume había ayudado en su momento a sacar a un omega junto a su bebé, Aziz lo llegó a hacer también varias veces pero a diferencia de Ume que ya no supo nada sobre el paradero de Mei, Aziz si tenía un registro. Cartas de los omegas...

Eso último no lo sabía. Basilius se lo reveló hace unas noches cuando ambos hablaron de los secretos que Aziz guardaba para no meter en problemas a su familia.

Aunque, creía que quien también supo de todo esto era la misma Ara. Esa mujer debió haber ayudado a más omegas que Aziz.

Ahora que lo pensaba cuando un omega desaparecía sus profesores decían que se había transferido a otro palacio, jamás se cuestionaba nada porque ellos siempre decían la verdad. Ahora veía que el hecho de que lo omegas se escaparan era más normal de lo que imagino.

¿Cómo los sacaban? Ellos casi no la contaban, incluso para entrar Killua hizo malabares para hacerlo.

-Lo siento- dijo Gon removiendo la toalla seca de la frente de Alluka para luego remojarla-. ¿Te sientes mejor?

-Tú y Ori me están ayudando mucho- suspiro abrazando un cojín que pertenecía a su cachorro-. Y gracias por la camisa de Jingū- esto último lo susurro apenada sonrojándose por completo.

-Será nuestro secretito Allu- respondió divertido poniendo la toalla mojada.

-¿Haces nidos cuando entras en celo?- pregunto curiosa.

-No estoy acostumbrado- coloco sus manos en sus piernas viendo a la omega acurrucarse entre toda la ropa de Killua, los cojines de Ori y la camisa de Jingū-. Cuando estaba en celo iba a ya sabes, entrenar.

-No me sorprende- dió una risita.

-Jamás super hacer uno- se sentía un poco incómodo con la platica pero Alluka era como Neon, hablar con ella era sencillo y le gustaba.

-Mis padres me prohibieron hacerlos- Alluka tenía su cabeza recargada en su mano viéndolo, era la primera vez que escuchaba sobre los padres de los hermanos-. Decían que eran para débiles.

-Si, también mis profesores decían lo mismo.

-En nuestro país, las cosas de omegas siempre son débiles, tontas, cursis, estúpidas- su aroma se agrio-. Como si lo "femenino" y lo "delicado" fueran cosas malas.

Gon lo pensó, en Slunce verse delicado y bonito de hecho era bien visto. Sakura era preciosa, de labios naturalmente rojizos, ojos rasgados y pequeños, cuerpo elegante y voz tierna. Le gustaba la moda, aunque era de usar kimonos o hanfus varias veces la cacho con revistas como las que Neon leía, jamás fue señalada por eso.

Obviando su belleza, era inteligente una mujer que algún día sería una increíble médico. Y eso era lo que los profesores festejaban de ella, le decían lo hermosa que era pero también le felicitaban lo inteligente que era.

Porque en Slunce ser bonito e inteligente iban de la mano. No eran antónimos.

Él por su parte era fuerte, más grande que los demás omegas, más musculoso, hábil con cualquier arma que le pusieran encima. Nunca se creyó bonito no como Neon o Sakura pero Palm y Luck siempre le dijeron que si en algún momento él tomaría el reinado entonces seria el rey más hermoso.

No lo creía. Habían bellezas mejores que él tal vez tan hábiles y prodigiosas no pero lo demás si.

-Creí que en tu país festejaban la belleza.

-Lo hacen, pero tu belleza siempre debe ser condicionada por tu alfa- se recostó por completo suspirando-. Ellos eligen por ti.

-Pues es una mierda- dijo asqueado al mundo en el que se encontrará.

-Si, aunque ahora ya hay más omegas que se "rebelan" - miro a Gon con emoción-. Se hacen llamar las flores del futuro, salen y hablan sobre los derechos de los omegas, escriben libros y marchan pacíficamente.

Gon abrió los ojos sorprendido curioso:-¿Y los escuchan?

-De a poco a poco- sonrió- Tal vez en un tiempo seamos como tu reino.

-Oh, tomando lo bueno de mi reino entonces espero que si- le sonrió haciendo que Alluka soltara una risa.

Hubo un silencio cómodo, su corazón sintiéndose tranquilo sin preocupaciones, sintiéndose por primera vez libre. Aziz estaría feliz por esto.

Cuando Alluka terminó por completo dormida salió de la cabaña para ver el cielo en colores rosados justo con la llegada de Killua. Canary bajo con una sonrisa plasmada en sus ojos era raro ver a la mujer sonriendo, Leorio también bajo del caballo luciendo cansados.

-Bienvenidos- dijo Gon acercándose.

-Que lindo de tu parte venir a recibirnos Gon- Leorio se acerco a él dándole unas palmadas en su hombros-. ¡Acérquense el jefe va a hablar!

Gon quiso taparse los oídos ante el repentino ruido fuerte, Killua rodó los ojos acercándose a ellos.

-¿Ella está bien?- le preguntó preocupado.

-Claro, se quedó dormida.

Killua dio un suspiro aliviado para luego ver a todos aquellos que se acercaban, incluso Ori tenía ese ceño fruncido en curiosidad aún cuando estaba en brazos de Basilius.

-Sé que había dicho que el tiempo aquí sería pequeño- comenzó a hablar-. Claro que tengo que disculparme por ello, pero ahora con todo listo podemos partir a Oberón- hubieron gritos de felicidad, por su parte el dio un suspiro aliviado viendo a Ori reírse-. En cuatro días por fin nos iremos de aquí. Después de terminar nuestros pendientes Casiopea será nuestra próxima parada.

-¡Esto merece una celebración!- gritó Leorio con diversión-. ¡Look how the lights of the town, the lights for the town are shining now!

Kurapika rodo los ojos con cariño, Ori veía al hombre alto con una sonrisa emocionada aunque no entendiera el idioma en el que el hombre cantaba la canción parecía alegre y divertida.

Bisky se acerco con un tarro en su mano y siguió la canción abrazando por lo hombros al hombre más alto.

-¡Téir abhaile riú, téir abhaile riú
téir abhaile riú, a Mhéaraí!- Gon sonrió con diversión al ver que incluso Kurapika se unía lanzado una flauta a Zushi que ya había empezado a tocar.

Pronto bajo la iluminacion naranja de la fogata, se encontraban bailando y cantando. Kurapika enganchando su brazo al de Gon y dando vueltas con risas junto a los aplausos de Ori.

Killua se encontraba sentando frente a ellos, sonriendo al ver a su manada faltaba su hermana pero sabía que la chica no querría salir, sus ojos se enfocaron en Gon intentando seguirle el ritmo a Leorio quien le enseñaba a bailar de forma más movida y juguetona llevándolo de un lago a otro mientras Gon reía con timidez bajando su mirada constantemente a sus pies analizando cada paso.

A su lado Canary se sentó con su tarro lleno de cerveza, viendo con cariño a su gente. Le acerco el vaso a Killua que negó con la cabeza.

-Siempre has sido malo con el alcohol- se burlo la alfa viendo a Gon reír junto a Zushi por algo que Leorio había dicho.

-Y no tengo ganas- aseguró viéndola, hace tiempo no tenían una discusión o silencios incómodos entre ellos-. ¿Cómo estás?

-Feliz- se sincero con una sonrisa leve-. He estado pensando en Gon y aunque me sigue dando desconfianza y no me gusta- lo miro cargando a Ori simulando que bailaban-. Ustedes lo aceptan no me queda de otra que hacerlo también.

-Gracias- dijo Killua con sinceridad.

-Con que no me obliguen a formar una amistad todo bien- se alzó de hombros-. Yo también no le caigo bien, pero estar tranquilos es lo mejor.

-Aún no sé si se quedará con nosotros- dijo viendo la mueca desinteresada de Canary.

-No importa, para ustedes ya es parte de la manada- se recogió su esponjoso cabello en una coleta-. Y por lo tanto lo trataré como un miembro.

-Lo sé- le dio un apretón fraternal a su hombro para luego volver a mirar hacia enfrente. Gon cargaba a Ori meciendolo como si lo arrullara, Jingū acariciaba los cabellos largos del niño pareciendo que tarareaba una canción.

-Antes pensé que... Jingū y Gon eran pareja- dijo dando el último trago a su bebida-. Ahora, la veo a ella como una tía sobreprotectora.

-Lo es, debe ser difícil criar a un niño si sus padres- miro a Ori adormilado y su pecho se apretó, ¿a qué edad se quedó huérfano? Los niños pequeños debían ser perfumados constantemente por sus padres hasta la edad de los diez esto era para que el niño se sintiera protegido por el aroma alfa y alegre por el aroma omega. Igualmente los aromas de los padres ayudan a que el niño no tenga complicaciones a la hora de que la presentación de olor llegué. Cuando un niño nace, el cachorro ya sabe cuál es el olor de sus padres, sobre todo el del padre o madre omega por lo que es más fácil tranquilizarlo.

A diferencia de los niños que son abandonados, al no conocer aromas que lo hagan sentir protegidos y amados son más propensos a no presentar un aroma fuerte aún sean alfas u omegas.

Incluso al momento en el que un niño recién nacido será adoptado lo primordial es que el niño se adapte y entienda lo que los nuevos aromas quieren para él. Por eso es recomendable que el niño sea perfumado con frecuencia.

Una vez pasada esa parte, el niño es marcado por sus nuevos padres.

Un niño nacido en el ceno de una familia sabe que esas personas son su sangre, son sus padres, abuelos y hermanos. Ya hay una vinculación de por medio.

Pero en niños abandonados, en bebés que son adoptados se genera un vínculo. Los padres marcan al niño y luego este puede hacerlo también cuando sus colmillos sean fuertes. Es una unión, te tomo como mi hijo esperando que tú me tomes como tu padre.

Pero en el caso de Gon, ¿cómo funcionará?

-Y por eso tiene mi respeto- Canary dijo dejando pasmado a Killua-. ¿Qué? Siempre he pensado que críar a un niño es crear un adulto y no es fácil hacer que hayan adultos empaticos y amables- Gon se movió a un tronco con el niño en brazos-. Y ese niño crecerá bien.

Killua le sonrió, tenía razón. Canary bostezo cansada.

-Me iré a dormir, descansa jefe.

Killua rodó los ojos, al ver que la mujer se fue camino junto a Gon sentándose a su lado las piernas de Ori colgaban de las propias del omega, sin pensarlo mucho tomo con cuidado las frágiles piernas y las acomodo en las suyas. Gon no dijo nada, sonrió agradecido y siguió viendo la danza entre Kurapika y Jingū.

Killua vio a ambos hermanos, no sabía si Gon lograría su objetivo pero si el podía ayudar lo haría.

El día había llegado.

Ori estaba dando brincos emocionados en la carreta que lo llevaba, Gon iba en el caballo que jalaba el automóvil.

Killua y Basilius se habían ido desde la mañana para verificar que todo estuviera bien, en serio quiso ir pero Gon pidió que le ayudara a guardar las pertenencias que fueron acumulando con los días y aunque de verdad quiso decir que no tuvo que sonreír y decir que si.

Porque era un niño obediente y tenía que ayudar a Gon. Vio a las personas caminar por el puerto con el ceño fruncido habían muchos perros acostados en el lodo y también gente que parecía vender cosas. Incluso habían jaulas con gallinas.

-¡Ya vamos a llegar!- dijo Gon, sabía que ya llegarían porque el sonido del mar y el aroma a sal ya estaban picando sus sentidos.

Cuando llegaron Alluka lo ayudó a bajar y vio impresionado el enorme barco, se emociono porque era incluso mejor a los que aparecían en los libros y mejor aún él era nieto del capitán.

Cuando corrió a la rampa para subir al barco Gon grito algo a lo que no le puso atención de todas formas su abuelo y Killua ya estaban arriba y ellos no dejarían que algo malo le pasara.

-¡Abuelo!- gritó corriendo al gran hombre que de inmediato lo alzó en sus hombros-. ¡Tu barco esta genial!

El hombre soltó una carcajada ronca, como la de un pirata, pero uno bueno.

-Oh mi niño, como es tu primera vez- lo llevo hasta el timón del barco-sin riesgo de daños dejare que conduzcas a mi preciosa perla ¿Te gusta la idea?

-¡Si!- entonces vio como todos empezaban a subir junto a las maletas, la tía Jingū se acerco con una sonrisa sus cabellos de fuego estaban sujetados en una coleta y su camisa blanca estaba arremangada hasta los codos.

-¿Debería empezar a llamarte Capitán Ori?- preguntó poniéndole el sombrero enorme de su abuelo.

-No- negó con la cabeza-. Ese es mi abuelo.

-Entonces, ¿podrías ser el grandioso timonel Ori?- la mujer sonrió haciendo que asintiera varias veces con la cabeza aunque no sabía que significaba eso.

A la hora, las anclas fueron levantadas y Ori pudo observar con fascinación como su abuelo comenzaba a navegar el enorme barco, Gon estaba ahí con él sonriendo.

Su hermano ya casi no sonreía, pero estos meses lo había visto con mucha más alegría, mucha no como en casa con su abuela que jamás sonreía al menos no de verdad.

Tomo su mano, dándole un apretón viendo el azul cristalino del mar y azul puro del cielo.

Y un nuevo capítulo a terminado.

Estoy tan emocionada con lo que viene.

Me gustó explorar el lado un poco oscuro de Killua. Y oh si 🫦 lo seguiremos viendo más. Nuevos enfrentamientos se vienen.

Así como también la exploración más a detalle de Casiopea. Estoy emocionada porque mientras que Yamatai era más fantasiosa y con vegetación Casiopea es más tecnológica espero poder hacer buenas descripciones.

¡Nos seguimos leyendo! ¡Cuídense! 💗

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