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𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐕

𝟓. 𝐔𝐧𝐚 𝐟𝐚𝐦𝐢𝐥𝐢𝐚, 𝐮𝐧𝐚 𝐦𝐚𝐧𝐚𝐝𝐚. 𝐔𝐧 𝐧𝐮𝐞𝐯𝐨 𝐢𝐧𝐢𝐜𝐢𝐨.

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Está era su primera vez en una taberna, había escuchado de su padre en su tiempo de ellas de hecho de niño pensaba que debía ser un lugar increíble para que el hombre fuera todas las noches y volviera hasta  tarde a su casa, escuchaba de ellas gracias a los alfas que practicaban con ellos siempre con sonrisas complices y anhelantes como si en esos lugares hubieran encontrado el amor. Luck... No era de los que amaban esos lugares, pero llegó a acompañar a sus compañeros a esos lugares.

Pero ahora viéndolo por si mismo... No podía ser un lugar más soso, las luces eran bajas y en una esquina del gran lugar había un pequeño escenario con músicos que tocaban alegres canciones que eran muy diferentes a las de Slunce, más vivaces. La otra cosa que le sorprendió fueron los muchos omegas que se encontraban en el lugar ya sea bebiendo o como meseros.

Mujeres que mostraban parte de su busto con esas blusas blancas por los hombros y faldas largas llenas de holanes, los omegas masculinos dejaban ver sus cuellos y hombros luciendo sonrisas coquetas a los alfas que les pedían más alcohol y que ellos con gusto daban.

Era... Ciertamente muy diferente.

Una incómoda sensación se poso en su pecho, había escuchado gracias a sus maestros que afuera de Slunce los omegas seguían siendo tratados con humillación y como simples objetos sexuales, Gon vio a los omegas algunos se veían hastiados como si ya quisieran irse limitándose a dejar la comida y bebida, otros más extrovertidos sonreían con los borrachos e incluso bailaban junto a ellos entre risas risueñas y gestos coquetos.

Quiso retener el hilo de pensamientos que tenía en su cabeza, le parecía de mal gusto que los omegas no se respetarán y mucho peor que los alfas vieran el escote pronunciado sin ningún tipo de disimulo. Pero, creía que no podía juzgar lo que sus ojos veían con las propias enseñanzas que le dieron.

—¿Estás bien?— la pregunta vino de su lado izquierdo, Kurapika le veía con preocupación.

—Si— mintió sin dejar de mirar a la omega de ojos verdes y pelos cafés que se dirigía a su mesa.

—Oh, si a mí tampoco me gusta— eso le hizo mirarlo, sinceramente estaba debatiéndose en sus pensamientos. No era quien para juzgar como vivían estas personas; sentía que él al ser un extranjero no tenía derecho a hacerlo—. Pero de esto se vive por aquí, deben aguantar a tanto borracho se le ponga encima— miro a su alrededor, no lo había pensado así—. Si los acosan de más, son protegidos mira— arriba habían cuatro hombres mirando hacia abajo hablaban entre ellos con cigarros en sus manos—. Es su trabajo.

Su trabajo, vio a una omega rubia con una sonrisa que luego paso a un ceño fruncido pues el hombre pareció haberle hecho o dicho algo que la molesto. Sinceramente empezaba a admirarlos él no podría siquiera soportar una mirada llena de deseo en su cuerpo, mucho menos el aliento de los alfas en su oído.

—Buenas noches— hablo la chica con una sonrisa amable—. Oigan este no es lugar para omegas tan lindos— regaño a Killua con una sonrisa coqueta y un golpe leve en su hombro—. Deberían alejarse de ellos una vez saliendo de aquí— les aconsejo con una sonrisa divertida pero sus ojos decían lo contrario ¡Huyan! Como si Bisky y Killua fueran unos pervertidos insensatos que llevaban a sus citas a un lugar lleno de omegas bonitos—. ¿Van a pedir algo?

—Cerveza— dijo Bisky de inmediato—. La más fuerte que tengan.

La mesera apunto en una libreta asintiendo:—¿Para ustedes?— les miro a ambos omegas Kurapika se adelantó.

—Refresco y... La mejor comida de la casa para todos— sonrió alegre.

—Anotado— miro a Killua que había estado viendo a los músicos—. ¿Y para ti guapo?, ¿Quieres una canción?— la chica tenía una mano en su cintura viendo a los músicos que reían entre ellos.

—Estaba esperando ver a una cantante de hecho— contesto Killua, sonriéndole con picardía—. Dicen que es la más hermosa de todas.

Gon estudio con atención la expresión de la mujer que le dió una sonrisa cómplice como si supiera de quién hablaba.

—Oh— miro hacia los músicos—. Me temo que hoy no vendrá, mala suerte para ti— le hizo un puchero—. Hoy vendrá un nuevo chico, si es música lo que buscas él te gustará también.

Dicho esto la mujer se alejo con la libreta, Killua dejo el semblante coqueto y miro con seriedad en la mesa.

—No creo que sea la mujer de la que Aziz habla—dijo el alfa a lo que Gon asintio—. No creo que la músico trabaje aquí.

—Tienes razón— Bisky contesto viendo a Gon pensando.

—Aziz dijo que la conoció en una taberna aquí, ¿Hay más?— preguntó a todos en la mesa.

—Que sepa no— dijo Killua viendo a los borrachos—. Por algo está lleno aquí.

—Tal vez podamos rastrearla con la última carta que le envío a Aziz— dijo Gon sacando el papel de su mochila y dejándolo en la mesa, Kurapika lo tomo con una aprobación del moreno para leerla.

—Podemos ir a los correos— dijo Bisky viendo a la barra buscando algo.

—Pero ya debe estar cerrada— dijo Killua—. ¿Mañana será?

—Sigamos preguntando— Kurapika dijo dándole el sobre a Gon, la carta no decía nada raro más que las ganas de verse, que se cuidara a él y al niño y que esperaba se encontraran de nuevo—. Ponte a hacer tu trabajo— el rubio le señaló con la mirada a un mesero de tes morena y cabellos negros como la tinta.

—¿Y yo por qué?— Killua estudio con rapidez al mesero y vio a Kurapika como un niño berrinchudo. La risa divertida de la alfa se escuchó en la mesa.

—¿Cómo que por qué? No eres tú quien los engatuza para sacarles la sopa— dijo con obviedad, Gon miro a Killua sorprendido bueno... Tenía sentido Killua era atractivo y se veía a leguas que sabía que lugares tocar para que la gente hablara aunque sinceramente pensó que ese trabajo lo tenía Kurapika al ser omega sería más sencillo sacar información así.

—Bisky...— el chico parecía no querer aceptar su parte del trabajo—. Puedes hacerlo tú hoy— le señalo—. Eres guapa y fuerte definitivamente tendrás a varios omegas colgados de tus grandes brazos.

—Obviamente— dijo la mujer sin reparos—. Pero no me apetece.

—Podría hacerlo yo— dijo Gon con cuidado, era curiosidad más que nada jamás había hecho algo como esto, era su primera vez en una taberna y ¿No podía ser difícil no?

—No— sentenció Killua de inmediato—. Está gente es impredecible, en cualquier momento o te tocan o te golpean— dijo alarmado.

—Podemos cuidarnos solos— dijo Kurapika con una sonrisa divertida o esto sería muy curioso, por lo general a él no le gustaba hacer este tipo de trabajos porque los alfas son unos idiotas y los odia por lo que al primer atrevimiento sabía que sangre habría en sus dedos pero Gon era otro omega al final de cuentas había una conexión además quería probar algo—. Si ustedes no quieren podemos hacerlo nosotros.

—¿¡Kurapika!?— la alfa le miro alarmada y sonriente.

—Creo que lo mejor sería hacerlo con los músicos— señaló Gon a los alfas y betas que tocaban—. El Erhu es un instrumento de mi reino.

Los tres miraron a la alfa que lo tocaba, Killua había visto varias veces ese instrumento en esa isla no sabía de dónde venía pero podía tocar cosas tan tranquilas como alegres. Así que era de Slunce.

—Aziz mencionó que Melody sabe tocar la mayoría de instrumentos que hay en Slunce— señaló a la alfa de cabellos rubios que lo tocaba—. Ella es la única que lo toca y no parece oriental, tal vez sepa de ella.

Killua sonrió, Gon era muy inteligente podían usar eso a su favor pero no sabía porque la idea no le gustaba. En general que Kurapika también tuviera que lidiar con alfas estúpidos no era de su agrado.

—Ahí está— sonrió Kurapika, viendo la negativa que el alfa iba a darles.

Pero entonces la mujer que los atendió volvió con dos tarros enormes de cerveza y los refrescos:—En un momento les traigo su comida.

Asintieron con sonrisas, Bisky decidió darle un trago enorme a la cerveza gustosa:—Los dioses me perdonaran, pero está cerveza en la mejor.

—¿Puedo probarla?— preguntó Gon curiosos al sentir el aroma que salía del tarro, Bisky le sonrió asintiendo le acercó el tarro.

—Eres un conejillo muy curioso— dijo Bisky, Killua rodó los ojos bebiendo de la suya y mirando que Gon también lo hacía—. ¿Qué tal, te gustó?

—Que extraño— dijo Gon saboreando la cerveza de un toque amargo pero dulce, era la misma que se hacía en Slunce—. Es idéntica a la que sirven en Slunce.

—¿Qué?— Kurapika le miro sorprendido—. Tu reino produce bastante alcohol y yo lo he probado, son vinos más que nada jamás ví que comercializaran cervezas.

—Es que no lo hacen— respondió Gon—. Es una bebida del pueblo, suelen servirla en tabernas— dijo mirando el color amarillo.

—¿Y tú cómo sabes Gon?— preguntó Bisky curiosa—. ¿Acaso estoy ante mi verdadero compañero de bebida?

—Oh no— nego varias veces con la cabeza y manos—. La tome de contrabando porque...— se paró en seco al casi decir lo de los núcleos de forma rápida dijo otra cosa—. Soy omega y está mal visto— dijo aunque eso no era cierto, leuks podían tomar alcohol cuando habían fiestas, ceremonias o reuniones en cambio los solis no podían por sus núcleos, debían cuidarlos lo más que pudieran y eso prohibía el alcohol, pero la curiosidad le ganó y cuando cumplió quince años se emborracho con Idril y Luck.

—Lástima— se lamento la alfa.

—Bueno, entonces estamos de acuerdo en que Gon y yo iremos— le tomo de los brazos dándole un apretón.

—Esto es una mala idea— dijo Killua de nuevo—. Pero está bien, nosotros los cuidaremos desde aquí.

Kurapika sonrió, comieron lo que les llegó mientras veían como Bisky tomaba tarro tras tarro como si fuera agua. Entonces la misión de ambos omegas comenzó, cuando comenzaron a acercarse a los músicos Kurapika le susurró al oído.

—Solo sé bonito y sumiso— y eso no le gusto, pero, entendía que era necesario fingir para sacar provecho.

Los músicos guardaban sus instrumentos mientras que el lugar se llenaba de música por medio de las bocinas. Gon suspiro, podía hacerlo.

—Hola— saludo Kurapika con una sonrisa—. Ustedes de verdad tocan bien.

—Es la primera vez que vemos dos omegas aquí— un hombre alfa de cabellos cafés y barba en su mentón le sonrió al rubio—. Bueno, sin que trabajen aquí.

—Mi amigo y yo experimentabamos— contesto Kurapika alzandose de hombros.

Gon le sonrió alfa siguiendo su ejemplo, notando que la alfa que llevaba el erhu lo veía con curiosidad, eso mordió el anzuelo. El moreno la volteo a ver y fingiendo emoción dijo:—Hace mucho no escucho que alguien toque tan bien el erhu— le felicito nervioso, la alfa de aspecto amable pero coqueto le sonrió.

—Me costo— le dijo viendo el instrumento aún en sus manos—. ¿Lo tocas?

—Un poco— dijo mintiendo, obviamente lo había tocado—. No tan bien como tú, obvio.

La alfa sonrió con altivez, le extendió su mano en forma de saludo:—Soy Lyla, ¿y tú, bonito?

Bueno el apodo lo hizo tensarce, nadie en su vida le había llamado así, bueno no es que le importará pero escucho muchos adjetivos para su persona: altanero, increíble, disciplinado, terco, poderoso, impulsivo la mayoría de alfas, pero nunca en su vida uno así.

Se sintió cohibido un poco.

—Gon— le estrecho la mano, recuperándose.

—¿Y no eres de por aquí? ¿Verdad?— preguntó la mujer aún sentada en el banquillo—. Definitivamente siendo tan lindo ya te hubiera visto.

Mierda, tal vez esto era demasiado. Él no sabía coquetear, nunca tuvo la necesidad de hacerlo no como los leuks que muchas veces lo hacían con diversión sonrisas nerviosas y pequeñas, ojos grandes y voces más agudas de lo normal.

Pero eso los solis no lo hacían, demasiado ocupados en practicar que en ver si podían divertirse un poco, mucho menos él. Tan absorto en su propia depresión para siquiera pensar que alguien pudiera fijarse en él de esa forma aunque fuera algo prohibido. Y esta mujer, estaba muy interesada en él, su aroma era meloso no lo tocaba pero era obvio que sus especias apuntaban a él.

Era alagador, pero incómodo. Por inercia miro a la mesa donde Bisky y Killua estaba, la alfa estaba platicando animadamente con la omega que les atendió, no había insinuaciones solo ellas hablando y Killua los estaba viendo, a él y a Kurapika le alzó un dedo mandado ánimos, Gon suspiro y contesto.

—Llegamos antier— dijo sonriendo—. Nos divertimos un poco antes de partir— mintió viendo la comprensión el la mirada verde. La alfa era muy atractiva, ojos verdes e intensos con cabellos rubios que le llegaban hasta la cintura se veía alta,  como la mayoría de alfas femeninas, tenía muchas pecas por todo su rostro. Era guapa.

—Pues llegaste a la mujer indicada— le sonrió coqueta—. Si quieres podemos divertirnos más.

Oh

Oh.

La implicacion era directa, se sonrojo un poco porque como ya ha dicho nadie en su vida le había coqueteado tan directamente en realidad nunca lo habían hecho, mucho menos con implicaciones así.

La alfa sonrió enternecida, suponía por su sonrojo... Esto ya empezaba a incomodarlo más. Nunca había recibido ese tipo de mirada en su cuerpo y no le gustaba.

—No eres mi tipo— dijo la mujer—. Pero tienes una belleza algo rara.

Oh bueno, pues gracias.

—¿Así?— preguntó fingiendo curiosidad.

—Soy más de mujeres— le contesto—. Pero tú eres lindo.

—Volviendo a tu erhu— cambio el tema, la alfa sonrió divertida—. ¿Aprendiste tu sola?

—No, me enseñaron— dijo acariciando el instrumento con cariño—. Una omega, de hecho.

—Suena interesante, ¿tu tipo?— preguntó con una sonrisa divertida, la alfa sonrió asintiendo.

—Unos años más grande que yo, pero si— la mujer parecía estar pensando en ella—. Solia tocar el erhu aquí, un año después me acerque para que me enseñará y lo hizo.

—Pues es una maravillosa profesora— le sonrió—. Tocas muy bien.

La alfa dió una risa:—Si, Melody es una graciosa profesora.

¡Ahí estaba! Lo logro, ahora solo tenía que saber más de ella.

—¿Melody?— preguntó—. Bonito y gracioso nombre para ser una músico.

—No es su nombre, nadie lo sabe pero siempre se presenta así— explico—. Toda esta banda de hecho fue entrenada por ella.

—Guau— dijo asombrado, todos en esa banda de músicos tocaban diferentes instrumentos—. ¿Y ella toca?

—Ya no, se retiró hace un año y medio— dijo luciendo triste—. La última vez que la vi fue hace unos meses ayudando a unos ancianos en la clínica, también ya sabes de lejos por estás calles— suspiro—. Ella en serio es la mejor persona que he conocido, lástima que sea tan ella— un nuevo suspiro luego dió una sonrisa incómoda—. Perdona, se supone que estaba coqueteando contigo.

—No hay problema— le resto importancia con una de sus manos, era mejor así—. Pero gracias por hablar de eso, se ve que no es fácil.

—Lo es, es más fácil hablar con desconocidos que no volverás a ver nunca— le sonrió, sacando un papel arrugado y escribiendo algo, le dió el papel levantándose. Gon lo tomo por pura cordialidad—. Aunque eso podría cambiar, llámame si quieres volver a verme.

Y así la mujer se despidió con un guiño y salió de la taberna volteo para ver a Kurapika que estaba ocupado con el alfa que parecía ser un idiota, bueno al menos Lyla no lo fue. Vio a Killua que ahora estaba hablando con otra omega suponía que amiga de la mesera que los atendió.

Un poco feliz por haber logrado su cometido, cuando estaba de regreso a su mesa dos alfas una mujer y un hombre se acercaron a él borrachos hasta la médula.

—Oh que lindo eres— dijo atropelladamente la mujer—. Buscamos a un omega— un hipo—. Para divertirnos.

—No estoy interesado— dijo rodando los ojos, en serio que le daba gracias a Leorio por haberle dado ayer esos supresores y jabones para el olor porque así el aroma de su celo ya no era tan notorio. Que de hecho su aroma ya no era fuerte pero aún así hubiera sido problemático.

—Oh vamos— el alfa dijo con el ceño fruncido—. Te gustará.

Que asco.

Rodó los ojos, no podía hacer un numerito aquí, así que solamente esquivo a los tipos que lo seguían. Vio a Killua levantarse inmediato con la mirada de Bisky también oscurecida. Por eso mismo no quería hacer el problema más grande, los alfas eran territoriales mucho más cuando eras parte de su familia o manada, cualquier estímulo violiento hacia sus integrantes era la excusa perfecta para irse a los golpes.

Pero y como si se tratara de una burla, el alfa golpeó por accidente a un beta de gran tamaño que sin dudarlo y por el alcohol en sus sistema tiro al alfa golpeándolo la mujer gruño pero antes de ponerle un golpe al beta otro alfa se le adelantó y empezó una pelea.

Una gran pelea.

Gon evadió varios cuerpos caerse los unos a los otros, viendo que Killua caminaba a su lado para sacarlo de ahí.

—¡He suelta a la chica!— el grito de Bisky los alertó, junto al chillido asustado de la omega que estaba a su lado.

—Mierda— Killua gruño, viendo cómo la alfa se levantaba y se iba a los golpes también con el hombre.

Gon dió un suspiro cansado, Kurapika se puso a su lado sobándose sus nudillos que estaban rojos, miro de soslayo al alfa que estaba sangrando por la nariz. Ambos estaban ahí, como una comedia parados en medio de alfas y betas que gruñían entre todos mientras los omegas corrían de un lugar a otro escondiéndose y llorando, incluso la música cambio a un piano con notas rápidas... Casi cómicas. 

Killua y Bisky peleando también.

—Alfas— dijeron al unisono, se vieron y compartieron sonrisas cómplices. Aburridos y Kurapika ya un poco aturdido por tantos aromas decidieron salir de la cantina y esperar afuera.

Unos minutos después Killua salió con un moretón en su pómulo y Bisky riendo a carcajadas.

—No es gracioso Bisky— reprendió el albino.

—Lo es, lo es— dijo—. Debieron ver la cara de la chica, pobrecita.

Gon se acercó al albino tomándolo del mentón y viendo de cerca el rasguño  la piel morada se veía más por el color de piel del alfa:—¿Pues que te paso?— dijo el moreno sacando un pedazo de tela y limpiando la herida del albino.

Ambos rubios se vieron entre ellos para luego ver cómo Killua dejaba que le curarán un pequeño rasguño que a palabras del jefe sería algo así como "no es nada", "y para que quieren ayudar con un simple rasguño", "es problema mío".

Si bien Killua no era agresivo con nadie del grupo, si que lo era cuando se trataba de sus emociones y heridas, si Killua era fuerte. Un alfa dominante, pero no es que fuera invencible y a veces a Killua se le olvidaba eso. Era curioso ver qué no alejo al omega cuando si lo hubiera hecho si se trataba de Kurapika o Canary. Tal vez los únicos que no alejarían sería a su hermana y a Retz.

Bueno algo era cierto ahora, Gon se sumaba a esa lista. Y luego tras un asentimiento el omega paso ahora con Bisky que también tenía su pómulo sangrante, iba a haber lo mismo pero la rubia solo sonrió.

—Estoy bien— una ceja alzada y una mirada impaciente fue lo único que necesito para dejar hacerse por el moreno.

—Cualquier herida es grave— le dijo a la rubia—. No importa el tamaño, se deben tratar con la misma urgencia.

Kurapika le dió una mirada a Killua una que decía ya ves, escucha y déjate cuidar de vez en cuando pasaron unos segundos en los que los chicos decidieron irse a un pequeño motel que encontraron cerca de la cantina.

Killua llegó con dos llaves:—Unas para nosotros— señalo a Bisky y luego lanzo otras al rubio—. Otras para ustedes.

Ambos omegas se dirigieron a la habitación, dos camas y un pequeño baño perfecto para pasar un par de días. El moreno estaba acostado en la cama viendo el techo, hasta acá podía sentir su mente maquinando.

—¿Pasa algo Gon?— preguntó curioso, el mencionado se sentó mejor en la cama recostando su espalda en la cabecera de madera.

—¿Ese tipo te dijo algo?

—Si, dijo que era la mujer más hermosa que había pisado estás tierras— le contesto con sarcasmo—. Que era tan difícil cortejarla.

—¿En serio te dijo eso?— el moreno parecía frustrado con la respuesta.

—También dijo, que la mujer siempre está por estás calles ayudando a la gente— se alzó de hombros—. Cabellos rojos y que siempre usa un velo en el rostro.

Esto pareció sorprender al chico, por lo que enarco una ceja y siguió hablando:—Y usa ¿cómo me dijo que se llamaban? ¿han...?

—¿Hanfu?

—Ajá eso, uno blanco— vio la expresión del chico era... Extraño.

—Creo que ya la conocí— Kurapika alzó una ceja esperando a que siguiera—. Ayer en la mañana, estábamos en un pequeño arrollo y una mujer apareció idéntica a lo que me estás describiendo.

—¿Te dijo algo?— preguntó sentandose en la orilla de la cama.

—No, dijo que buscaba algunas hiervas— Gon parecía estar pensando en algo más—. ¿Debe estar aquí? ¿Ya?

—El idiota dijo que no desaparece por mucho tiempo— se alzó de hombros.

—Si es que ayuda en la clínica de esta ciudad tendrá pacientes que atender— divagó el omega—. Mañana vamos a ese lugar.

—Le diré a Killua que vaya a la oficina de correos mañana— el chico le asentía levemente con la cabeza—. Tal vez encuentren una dirección.

La habitación quedó en completo, Kurapika pensó que este era el mejor momento para hablar a solas con el chico. De omega a omega.

—Creo que tengo que disculparme por lo de ayer— empezó por primera vez indeciso—. Supongo que Killua ya lo hizo pero...

—No— el chico estaba ahora con las piernas cruzadas de frente negando con la cabeza.

—¿No... lo hizo?

—No quiero tus disculpas, ni las de Killua— suspiró—. Ni las tuyas, no son su responsabilidad. Las aceptaré de ella, solo de ella.

—Esta bien— le gustaba lo directo que podía ser—. Pero espero que tú también nos comprendas un poco, en nuestro camino confiar es un arma de doble filo.

—¿Y tú crees que no lo sé?— se veía desesperado—. Tu y Killua me han pedido que pusiera de mi parte, lo he hecho pero tampoco confío ciegamente en ustedes.

—Estamos en la misma página entonces— miro a Gon que asentía—. Es solo que... No sé que esperar de alguien como Slunce.

—Pues yo tampoco sé que esperar de ladrones que se nota han hecho esto más de una vez— acusó—. Mucho menos cuando su amiga se la pasa gritándome y casi usando su voz conmigo.

—Gon...

—¿Qué? ¿Debo poner más de mi parte? Lo siento pero tú amiga está siendo irracional e infantil— dijo con recriminación, enfadado.

—No la conoces— quiso defenderla pero Gon tenía parte de la razón—. No sabes su verdadera persona.

—Pues ya dejó una mala impresión— rebatió el chico hastiado. Ambos sin dejar la pelea de miradas.

Kurapika sonrió:—Me gusta eso de ti— el moreno le vio confundido—. No te callas lo que piensas, eres directo. Al menos así nos vamos a entender bien.

—Solo, espero llegar a Casiopea si ustedes ya no desean que yo esté con ustedes no me quejaré— la mirada decidida del omega le hizo pensar que había algo más ahí—. Yo tengo una misión y la tengo que cumplir.

—Y nosostros también— suspiró—. Solo quiero que entiendas que protegere a mi manada con todo Gon.

El omega dió un suspiro aburrido:—Kurapika tengo más cosas en que pensar que en dañar a una manada que no conozco— sus ojos parecieron tener un brillo inusual, como si en serio en esos ámbar se estuviera fundiendo oro—. Pero ya que me estás amenazando, también protegeré a los míos, a Ori, Basilius y Jingū. No importa el precio o la consecuencia.

Un omega defendiendo a dos alfas de una forma tan decidida, Gon solo le causaba más curiosidad. Habían muchas cosas que Kurapika aún quería saber de Slunce, de Yamatai pero decidió por hoy era mejor dejar la plática hasta acá. Había una tensión en ambos pero también una comprensión que lo alivio, era mejor dejar las cosas claras. Si la confianza florecía entre ellos, al menos sabía que sería una real.

Y entonces la mañana llegó, ambas parejas fueron a hacer sus respectivos trabajos. Kurapika y él habían amanecido con una tensión no... Negativa. Las cosas se pusieron sobre la mesa, las aceptaron y a diferencia de lo que se podía pensar, Gon estaba feliz de que no hubiera una subestimación a los ojos contrarios.

Gon sabía que Kurapika hablaba en serio.

Kurapika sabía que Gon hablaba en serio.

Tal vez por eso mismo ahora era más fácil hablar con el otro cuando se sabían las verdaderas intenciones. Llegaron a una pequeña clínica, si se supone que este lugar no era de ningún reino la tecnología era escasa, apenas trabajaban con lo que podían.

Aunque era grande se veía que le faltaba mantenimiento, un beta se acercó a ellos con lo que parecían varias carpetas en los brazos.

—¿Vienen por consulta?— preguntó apresurado.

—En realidad buscamos a alguien— contesto Kurapika.

—Una mujer— complementó—. Se hace llamar Melody.

—¿Melody?— el hombre pareció buscar en su cabeza—. Oh, Peng.

—¿La conoces?— indagó Kurapika.

—¡Claro! Es una maravillosa mujer— les sonrió—. Pero lamento decirles que no está aquí, hace unos días salió y no ha llegado— suspiro—. Lo cual es horrible, ella esta tratando con una enfermedad que está atacando a los ancianos.

Gon y Kurapika se miraron:—¿Sabe dónde encontrarla?

—Si supiera yo mismo la estaría buscando— dijo hablando con rapidez lleno de estrés. Ambos omegas lo siguieron mientras el hombre llevaba varios artilugios médicos en sus manos.

—¿No tiene algún número, nada?

—¡Ya le dije que no!— les gritó estresado—. Perdón, perdón— se disculpó—. Pero la gente está muriendo.

Una tos hizo que el hombre caminara corriendo al anciano, Gon miro las erupciones cutáneas que tenía por toda el rostro y la cara... Vio a los otros ancianos ojos rojos y llorosos, algunos sudaban parecían tener temperatura.

—¿Con que los están tratando?— preguntó Gon curioso.

—Medicamentos para el dolor y la temperatura, pero hace días que no llegan los barcos con esas medicinas— suspiro poniendo trapos mojados en las frentes de los ancianos—. Infusiones para abrir los bronquios— el pequeño hombre paso de un anciano a otro—. Y un jarabe que Zhou hace.

¿Zhou? ¿Melody?

—¿Puedo verlo?— preguntó, el hombre indico los papeles, Kurapika lo veía extrañado. Esta enfermedad era bastante frecuente en Slunce, aunque habían omegas que estudiaban por completo medicina y que eran llevados a las aguas heladas para que ahí estudiarán mejor, los solis tenían que saber un poco de todo sobre todo aquellos que vigilaban los cielos de los pueblos, tenían que saber a qué enfermedades se enfrentaban para poder mandar alfas y omegas que pudieran generar un antídoto. Y esta era una de esas.

¿Pero por qué había una enfermedad de Slunce atacando Hammer?

Vio la receta era la misma que utilizaban en Yamatai, pero falta a algo. Una flor que solía florecer por las noches y que sus tallos debían ser cortados al primer instante en que sus pétalos se abrieran.

Escribió varias plantas y un procedimiento para un jarabe que funcionaba como analgésico.

—Encontraremos a Melody— dijo Gon—. Por ahora preparen esto, ayudará con el dolor.

El hombre asintio, tal vez en su desesperación por ayudar no dijo más y salió corriendo para decirles a las demás enfermeras. Kurapika le veía curioso, aún así no dijo nada.

—Vamos a buscar a Killua— ambos salieron de la clínica su sorpresa fue grande cuando vieron a los dos alfas ahí parados.

—Tenemos una dirección— Bisky alzó el papel con orgullo.

—Vamos rápido— ambos iban en caballos, Gon se acercó de inmediato al de Killua que lo ayudo a subir el animal empezó a galopar seguidos de Bisky y Kurapika.

Llegaron a las afueras de la ciudad, un bosque que rodeaba un claro en el que una pequeña casa de dos plantas se veía. Killua vio el lugar sorprendido, era parecida al hogar de Retz. Miraron la chimenea que sacaba humo y además un corcel albino se encontraba comiendo del pasto.

Los cuatro caminaron por las piedras hasta la puerta, Gon la toco con fuerza y pocos minutos después se abrió. La misma mujer de hace unos días, le vio sus ojos no mostraban sorpresa, solo comprensión.

—¿Melody?

—La misma— la mujer parecía sonreír tras el velo.

Gon supo que había algo en ella, algo diferente. Al menos ya la habían encontrado solo faltaba hablar con ella.

—Pasen

Gon dió un suspiro, está era el primer paso para irse de aquí.

Erhu:

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Holaaa, ¿cómo están?

Hoy vengo con storytime JAAJAJ mientras escribía este capítulo mi hermano jugaba el Xbox JAJAJJA y mientras escribía la parte de la cantina y la pelea mi hermano también se estaba peleando en una cantina.

Fue divertido porque ni siquiera fue a propósito.

¿Oigan el ritmo está bien? ¿O es muy lento? Espero que no, pero acepto sugerencias.

Hoy vengo a recomendarles dos canciones con las que ando muy obsesionada: París, Texas. Lana del Rey y I can see you. Taylor Swift.

Sin nadamás que decir, me despido. Cuídense y tomen agua. Bye bye. 💗

-Annie ☾-

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