
𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐈𝐗
𝟗. 𝐋𝐚𝐬 𝐞𝐬𝐩𝐢𝐧𝐚𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐥𝐚 𝐫𝐨𝐬𝐚 𝐭𝐢𝐞𝐧𝐞.
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Gon siente la mirada de esa mujer, penetrante y severa. Sus manos están totalmente atadas mientras sigue a la alfa musculosa caminan por los senderos de una cueva húmeda y oscura iluminada solo por lámparas de hongos brillosos de color azul eléctrico.
—¿A dónde nos llevan?— pregunta Gon con voz firme mirando a la morena que va delante de ella.
—Nuestra chamana cree que son especiales— responde la mujer con una sonrisa mirándolo por encima del hombro.
Gon frunce el ceño pero no dice nada más. Observa el lugar con interés, sus palmas comienzan a picar de nuevo... La sensación le deja un hormigueo cálido, como si hubiera puesto las manos en las llamas de una fogata. El agua que baja de la cueva es tan cristalina que parece brillar con destellos azules.
Cuando llegan a la salida de la cueva. Gon se cubre ligeramente el rostro al sentir la luz del sol golpear su rostro con fuerza. Pero cuando sus ojos se acostumbran a la repentina luz y observa el lugar se queda maravillado.
Las montañas rodean el lugar cubriéndolo, mientras el bosque con sus colores verdes oscuros funcionan también como brazos que intentaran resguardar el lugar. En el centro del claro se encuentra un círculo de cemento con lo que parecen runas talladas en la piedra. Al rededor de esta hay cinco piedras enormes de tal vez 2 metros de altura incluso puede que quizá sean más altas.
Y en el centro un pozo. Uno con agua tan oscura qué parece comerse la luz del sol, incluso desde donde Gon esta parado se mira casi aterrador.
Un contraste significativo ya que el lugar es todo menos tenebroso, hermoso en una belleza extraña y misteriosa, pero es eso mismo. Tal vez cualquiera podría quedar fascinado con solo verlo, pero Gon... siente que hay algo más aquí, no solo en ese pozo sino en la tierra, es como si algo peligroso durmiera aquí.
Puede observar también omegas recogiendo algunas flores y colocándolas en los altares de piedra que tienen esparcidos por el lugar. El aire fresco se cuela a sus pulmones, dejándolo temblar... es demasiado frío, nunca antes una vestisca le había congelado tanto los pulmones.
Gon ve que el pequeño riachuelo que sale de la cueva fluye hasta parar a ese círculo extraño. En este lugar siente que quién lo mira es el lugar, no al revés.
—Es precioso, ¿no?— la anciana a su lado pregunta con una sonrisa, su voz es suave pero temblorosa por la edad supone.
—Lo es— contesta con Kurapika a su izquierda quien sigue observando el lugar con sorpresa—. ¿Por qué nos trajeron aquí?
—Porque son iluminados, ¿no?— la mujer afirma, viendo a ambos con una sonrisa entre maternal y curiosa—. Son elegidos.
—No sé a que se refiere— miente intentando entender las... razones de esta gente. Mira el círculo con interés, quiere acercarse porque su cuerpo parece pedirlo.
—Sabes muy bien a que me refiero— dice la mujer con una sonrisa divertida—. Puedo ver tu interés por este lugar, incluso cuando tu poder es tan débil... sigue brillando con tanta intensidad.
El omega arruga la frente mirándola con sospecha, esto no le gusta y tal parece que a Kurapika tampoco. La anciana camina hacia enfrente para caminar a la enorme estructura ambos lo siguen:—Es un templo antigüo donde le rendimos tributo a la Diosa Dwii o como ustedes la conozcan.
Gon se acerca mirando la primer pintura en la piedra frente a ellos. Es un bonito mural, de la Diosa Měsíc. Ella siempre varía dependiendo a la zona, a veces la ropa o el cabello es diferente pero lo que nunca cambia es la expresión amable de su rostro y la pose, con los brazos extendidos como si esperara a que la abrazaran.
—Cómo ven solo omegas hay aquí— la mujer dice sonriendo aunque luego mira a la alfa que esta parada en la entrada de la cueva con una pierna apoyada en la pared rugosa, mientras parece tallar algo en un pedazo de madera con un cuchillo grande, los demás guardias que habían venido no estaban en el lugar—. Claro que los alfas pueden entrar, pero este lugar funciona más como un acercamiento de los omegas a nuestra diosa.
—¿Por qué?— repite con las manos apretadas—. ¿Por qué nos trajeron aquí?
Kurapika asiente desviando la mirada de las pinturas preciosas para dirigirla a la anciana que sonríe.
—Ya te lo dije, son iluminados— dice con voz tranquila—. Y nosotros no podemos ignorar a nuestros hermanos...
Kurapika y él se miran, eso quiere decir...
—¿Ustedes también tienen la bendición?— Kurapika pregunta para consternación de Gon.
—Bendición...— la mujer repite—. Es un nombre singular, bastante apropiado— la mujer se aleja caminando hasta una pequeña tienda, ambos la siguen—. Aunque nosotros la llamamos nirvana.
Gon le da una mirada a la mujer cuando está toma un cuchillo y libera las manos de ambos. Al hacerlo nota la marca en la parte interna de su brazo, la luna... por lo que si es un solis debe tener la marca en el hombro.
—Nirvana— Kurapika habla moviendo sus muñecas apreciando la libertad—. ¿Por qué están haciendo esto? Realmente no respondió la pregunta.
—Lo hice— la mujer dice sentándose en una pequeña mesa de madera—. Son dos iluminados que poseen el nirvana, algo muy raro en estos lugares.
—¿Raro?— Gon le alza una ceja con los brazos cruzados sobre su pecho—. ¿A que se refiere con eso?
—El nirvana es algo que nosotros hemos protegido, durante siglos nuestra isla fue bendecida con ese poder... este lugar reunía a cada hijo de Dwii, nuestros ancestros tenían la responsabilidad de acoger cada hermano que llegaba aquí, además de registrar su historia— la mujer habla mirando el cielo despejado—. Este lugar había sido bendecido por lo tanto teníamos que respetarlo, fue entonces cuando se nos dieron los primeros iluminados.
Gon alzó una ceja, ¿por qué él no sabía nada de esto? En serio Slunce ocultaba tanta cosas ¿por miedo a qué?
—Sin embargo, a diferencia de ustedes nuestros iluminados no pueden dañar, ni asesinar— ambos omegas abren los ojos estupefactos—. Si un bendecido dañaba entonces el nirvana se le era arrebatado, durante años vivimos así— la mirada de la anciana se oscurece—. Hasta que llegaron esos extrajentos y nos invadieron, fue entonces que nuestros ancestros escondieron todo e incluso destruyeron algunas cosas, los iluminados también dejaron de nacer o tal vez muchos de ellos lo eran y ni siquiera lo supieron.
—Aunque su historia es demasiado interesante— Gon interrumpe sin sarcasmo o ironía en su voz—. Queremos saber la verdad, no creo que alguien como usted solo nos traiga a lo que aparece un templo sagrado solo por ser 'iluminados'.
La mujer sonríe y asiente:—Hace un mes el agua del estanque comenzó a tornarse de un color casi blanco por las noches, aunque no lo crean esta... agua es milagrosa— la mujer se levanta con un suspiro cansado, camina de nuevo a las enormes piedras y se sube en la orilla, con una mirada los invita a que suban también.
Es ahí cuando ven el agua cristalina que refleja el cielo azul, sin embargo al mirar mejor se dan cuenta de lo profundo que le pozo parece llegar. Gon tiene que admitir que incluso le dio un poco de vertigo ver hacia abajo, era como si esa profundidad oscura lo tentara a caer, una atracción magnética y fuerte que lo hace temblar de miedo y algo más. Es ahí cuando las copas de los árboles se mueven, la brisa helada le genera un escalofrío en la espalda.
—¿Lo sienten no?— ambos se miran, la mujer en cambio sigue mirando el agua—. Nuestras leyendas cuentan que cuando el agua se torne dorada por las noches y cristalina por el día... es porque algo grande está por venir.
—¿Y pasó?— Gon alza una ceja apartando la mirada entre curioso e incómodo para ver a la mujer.
—Sucedió hace un mes, un blanco... cristalino... pero ayer...— la mujer se agacha sus manos se sumergen en el agua, ambos la miran con alarma—. Ayer brilló tan intensamente... era un dorado precioso.
—¿Y creen que tiene que ver con nosotros?— Kurapika dice bajando del cemento su expresión pálida y tensa como si el lugar lo estuviera enfermando.
—No— la mujer niega—. Con ustedes directamente. Pero definitivamente ustedes son el primer evento de algo grande— la omega dice con una voz neutral—. Su llegada a estas tierras no es una casualidad.
Gon la mira como si estuviera loca pero luego recuerda las cartas de Aziz las mismas que hablan de algo así, de poderes que van más allá de nuestra capacidad, de recintos donde los hijos de Měsíc se juntaban. Los semidioses que tanto atesoraba.
—Este lugar funciona como un vínculo hacia ese poder que ustedes poseen, puede que sientan mal después de salir de aquí, pero, es normal— la mujer se acerca al borde y baja con dificultad.
—¿Y eso que significa?— Gon pregunta en un susurro sin poder quitar la mirada del pozo enorme—. Me refiero... a que nuestra llegada no es casualidad.
—No lo sé— la mujer dice con sus manos detrás de su espalda pero cuando Gon la voltea a ver la mujer parece decirle algo con la mirada.
El ligero silencio que se acentúa entre ambos hace que Kurapika de un largo suspiro:—Aunque su clase de historia nos ha fascinado— Kurapika le lanza una mirada en reprimienda—. Me temo que nosotros no venimos solo para ver un pozo— el rubio habla con una expresión decidida lo que hace que la mujer de una leve carcajada.
—Lo sabía— asiente—. Vienen a ver a esa niña Kira.
—¿Ella está bien?— Kurapika pregunta, Gon escucha aunque regresa su mirada a la profundidad del pozo—. ¿Podemos verla?
La mujer sonríe:—Pueden hacerlo, después de todo ella no esta secuestrada como ese alcalde dice— es ahí cuando Gon decide bajar y caminar al lado de la mujer que los guía a la salida de la cueva.
Una vez más regresan a lo que parece la pequeña comunidad, los árboles que antes había visto tan enormes que casi parecen tocar el sol ahora muestran con más vividez las casas que se forman a través de ellos.
Cómo si fueran extensiones de los mismos troncos de los árboles, las copas frondosas y verdosas se tocan entre ellas dando sombras y haciendo que los rayos del sol atraviesen las copas. Gon da vueltas en su propio eje mientras camina detrás de la chamana.
Esta encantado con el lugar, hay estructuras más grandes elaboradas con tablones y troncos pesados, cimientos elaborados de lo que parece cemento y piedra, funcionales para cargar esos pesados muros.
Pero a lo lejos se logran ver casas más pequeñas con madera más clara, rodeados de flores silvestres.
Sube la mirada y sorprendido puede ver que algunas estructuras son conectadas por puentes de madera colgantes pero también con elevadores que esta seguro son impulsados por ruedas de agua. Eso parece parte importante en la tecnología curiosa de la tribu, pues a diferencia de la ciudad...
Aquí tanto las casas, los engranajes, las cadenas y ruedas parecen parte de la naturaleza.
Gon logra divisar en la gran explanada circular, hay un pequeño escenario con una campana supone que aquí se reúnen aquellos que viven cerca, sus ojos se posan en algunos alfas con ropas sucias y lo que parece tierra en sus rostros signo de jornadas de trabajo intenso, aún así ellos ríen despreocupados apoyados en una enorme estatua de Dwii.
Hay faroles que seguramente encenderan cuando la noche caiga, los suelos en vez de ser pavimentados son hechos de piedras redondas y brillantes. Los omegas se pasean con niños a su alrededor, sus vestimentas brillantes con bordados preciosos pero que serían todo un dolor de cabeza elaborarlos; hacen contraste con los colores de la maderas oscuras y claras que los rodean.
Gon vuelve a mirar la estatua grande, esta versión sigue teniendo la mueca amable que le caracteriza pero en vez de tener los brazos extendidos en un abrazo, esta, tiene los brazos cruzados sobre su pecho donde flores parecen brotar de entre ellos, como si abrazara la propia naturaleza.
Ciertamente es impresionante este lugar. Pasa un tiempo mientras caminan hasta llegar a uno de esos elevadores, la anciana los hace entrar con una sonrisa divertida.
—Es un lugar impresionante— Kurapika dice mientras el elevador llega a una pequeña rueda donde hay canastas y una vista preciosa.
—Gracias— la mujer sonríe caminando hacia uno de los puentes colgantes, este es largo y parece perderse entre las hojas y la neblina. Pronto llegan a lo que parece una enorme casa.
—Esta es la casa del hijo del líder de la tribu— explica la mujer tocando la puerta, de ella emerge una beta con el cabello recogido y con una vestimenta con bordados diferentes a los omegas de allá abajo—. Vengo a ver a la niña Kira.
La beta asiente le da una mirada rápida tanto a él como Kurapika pero aún así abre la puerta y las deja pasar. Gon mira la casa, acogedora y grande para ser una casa construida en un árbol, el tronco de hecho se puede ver desde adentro del lugar mismo que sigue subiendo.
Es un lugar casi mágico. No pasan ni tres minutos cuando una muchacha de cabellos rubios cenizos baja de los pequeños peldaños descalza, con un vestido color crema con bordados negros y un corset precioso hecho a mano con algunas joyas preciosas, sus cabellos estaban recogidos en un moño sujetado por un hermosos listones de colores que se veían hechos a mano.
La muchacha corrió a la chamana para abrazarla:—¿Por fin fue mi padre?— para luego echarles una mirada, sus ojos eran de un precioso verde, redondos y de pestañas tupidas—. ¿Quienes son ellos?
—Nos manda su padre, mi lady— Kurapika dice con una sonrisa amable—. Lord Devi esta en realidad muy preocupado.
—Pues no hay nada de que preocuparse— la rubia dice con un tono un poco cortante—. Estoy bien, aquí me tratan bien, además él ya debe saber que estoy a punto de casarme.
Gon y Kurapika se miran como si la chica estuviera loca, Gon notó como el rubio estaba listo para replicar y sabiendo que su amigo es más práctico que emocional decidió hablar primero:—¿Podemos hablar? No queremos llevarte a la fuerza ni nada por el estilo, de hecho solo venimos a hablar.
Kurapika lo ve por unos segundos mal pero luego suspira y se queda callado. La muchacha que debe rondar los dieciocho a veinte años da un ligero suspiro y asiente, los encamina a la sala de estar pequeña pero acojedora, el aroma de las hierbas y la humedad inundan el lugar, es un aroma curioso pero definitivamente no es desagradable.
—Hablen— dice cuando se terminan sentando en los sofás.
—Para empezar tienes que saber que tu padre no está enojado, esta preocupado— la muchacha arruga la frente—. Fue repentino que hayas escapado así de tú casa.
—Él jamás hubiera aceptado mi relación con Pham— dice con una mueca—. Pero él es un alfa excepcional, además este lugar es mágico... Tal vez ustedes no me entiendan, tal vez piensen que soy una niña inmadura pero cuando el amor... es tan fuerte nada importa.
Gon traga saliva hay algo que sus palabras generan en su pecho:—No es que sea un aguafiestas, niña— Kurapika dice con un suspiro—. Pero sabes bien que debiste hablarlo con él o con tu hermana antes de tomar una decisión tan precipitada.
—No lo entiendes— la chica terca niega con la cabeza—. Todo en esa casa son reglas, normas e incluso con escoger pareja debo de seguir un protocolo— dice cansada—. Aquí, soy libre... además tengo un alfa que me proteje, que me quiere...
—Pero debiste hablarlo— Gon susurra sus propios pensamientos un poco confusos—. Escucha, tú padre solo quiere verte, no habrá ataques a la tribu y tampoco te encerrara para que no regreses aquí— el omega dice lentamente, el rubio asiente—. Solo quiere saber si estas bien, eso es todo.
Kira hace una mueca como si no lo creyera:—Bueno pues díganle que entonces saque a sus hombres de las tierras de este lado— dice con un mordaz, Gon y Kurapika se miran sin... entender esta nueva información, Kurapika le da una mirada interrogante a la mujer que se limitó a escuchar la platica.
—El trato con la familia Devi y sus allegados fue que cada uno iba a tener parte del territorio y que... por nada del mundo ellos tocarían las minas del lado oeste— la mujer suspira—. Hace seis meses hemos estado recibiendo hombres de ellos, y estamos seguros que se nos está robando.
Gon arruga la frente desconcertado, el señor Devi no dijo nada.
—¿No lo sabían?— la rubia alzó una ceja un poco altiva—. Tiene sentido que nos les hubiera dicho nada— ella con la elegancia de una mujer de sociedad se toca el puente de la nariz estresada—. Díganle que si me quiere volver a ver que entonces respete su parte del tratado, la feria será en poco tiempo no podemos estar peleados los unos con los otros, pero, no voy a aceptar una falta a mi comunidad.
Gon miro sorprendido a la chica, al inicio su aspecto inocente y bastante elegante lo confundió, creyó que en realidad sería una niña inmadura que decidió casarse solo porque si, ahora ve que en realidad no solo se enamoro de un alfa sino de la cultura del mismo. Ella lo respeta y respeta las cosas en las que cree, no solo eso sino lo ayuda a proteger ello... Por amor.
—Le escribire una carta para que él sepa que estoy bien— dice la muchacha con una sonrisa más... suave incluso triste—. Con su permiso.
Kurapika asiente y suspira, sabe muy bien que al rubio le molesta cuando estos... ricos con poder le ocultan cosas fundamentales de las misiones.
—¿Esas minas? ¿Son ricas en minerales preciosos?— Kurapika pregunta aun sentado en el sillón con los brazos apollados en sus muslos, sus manos dando masajes en su cien.
—Digámoslo así— la chamana dice... distraída—. Nosotros nos encargamos del carbón y el cobre... y otro mineral que nosotros ocupamos para nuestra energía eléctrica es más difícil de utilizar pero es menos... cruel para la naturaleza, además, digamos que para nosotros tiene un valor religioso también.
—¿Y el señor Devi sabe de eso?— Gon alza una ceja.
—Sabe que es importante pero no sabe porque. Preferimos que se quede así— les da una sonrisa como advertencia—. Y tal como la niña Kira lo dijo, no se está cumpliendo el trato. Ellos tienen el oro, la plata y los rubís, solo tiene que llevarse sus hombres de aquí.
Mientras ambos hablan Gon decide salir de la casa, la conversación se hace lejana mientras toma un gran respiro, el aire se cuela por su cuerpo hasta llegar a sus pulmones, mira la vista preciosa. Se recarga en la madera, pensando en todo lo ha estado viendo. Su corazón palpita con fuerza e incertidumbre.
Voltea a la puerta cuando escucha a alguien salir, es Kira que lo ve curiosa.
—¿Pasa algo?— pregunta la chica con los sobres en la mano.
—No, solo la vista es impresionante— responde mirando de nuevo hacia el horizonte divisando algunas aves volar. A Ori le encantaría la vista, un nudo se comienza formar en su garganta.
—Lo sé— se acerca para recagarse de espaldas a la madera—. ¿Crees que fui insensata?— pregunta con la voz un poco triste,después de unos minutos de silencio.
—El amor hace que hagas cosas que parezcan insesantas— Gon responde, pensando en lo que él hizo: dejó su Nación y su posible lugar como monarca por amor a Ori, solo espera que haya sido lo correcto a veces tiene pesadillas con ello—. Depende de la persona a quien le preguntes será el nivel de locura en donde te pondrán.
Escucha una risa ligera a su lado:—La vida en casa de mi padre son reglas y más reglas. Eliana las sigue al pie de la letra; supongo que es por ser la mayor. Yo nunca me sentí cómoda fingiendo alguien que no soy yo— sonríe sus manos hacen ligeros dibujos en la madera, Gon gira la cabeza viéndola—. Una rebelde sin causa que no merecía el apellido Devi, pero, entonces lo conocí... Y de alguna forma se enamoró precisamente de eso.
Gon escucha atentamente, sin poder evitarlo habla:—¿No crees que te hace débil?— susurra un miedo suyo compartido a una extraña—. Me refiero a amar.
La chica tal vez nota que esta es una pregunta seria:—Si te soy sincera... me siento más fuerte a su lado. Sí soy su pareja, sí me convertire en su esposa... pero no me pierdo en él; aquí tengo obligaciones, tengo ganas de hacer cosas y él me anima a cumplir todos esos sueños. El amor solo te hace débil cuando te quita cosas que eres, en cambio cuando te anima a crecer ese amor te vuelve más fuerte.
—¿Y no te aterra eso?— Gon se levanta para verla a los ojos—. ¿No te aterra sentir tanto?
Kira sonríe, una cálida acompañada de ojos dulces:—Por supuesto que sí, pero creo que en algún punto nuestra vida en este mundo acabará, somos tan cortos y efímeros como para limitarnos a no sentir.
A Gon le caen estas palabras como un balde de agua fría, sabe que tiene ciertos sentimientos por Killua y aunque ha intentado no llevarlos a más porque muy en el fondo de su corazón aun cree que el amor te vuelve débil e irracional. Sabe que Killua tiene acciones con él que no haría con nadie más, y aun con ese conocimiento se esconde en la ingenuidad como un cobarde. Kira parece ver su lucha mental, le da una sonrisa compasiva para luego darle una palmada en el hombro y hacerlos pasar a la casa.
En ese instante la muchacha le entrega una carta a Kurapika y luego otra a él, Gon le da una mueca interrogante:—Esta es para mi hermana, no hagan que la vea mi padre y por favor... no comenten nada de lo que vieron con ese parásito que ayuda a mi padre.
Ambos omegas se vieron de nuevo ¿Milluki? Gon sintió desde el inicio una repulsión por el hermano de Killua que ambas hermanas parezcan enojadas con él... dice mucho.
—No te preocupes, nadie sabrá nada, mucho menos él— le da una sonrisa a la rubia que primero lo ve con los ojos entrecerrados, pero, luego le sonríe contenta.
—Queremos ver a nuestro compañero, para ya irnos— Kurapika dice levantándose y quitando en polvo imaginario de sus pantalones.
—Me temo... que eso no será posible— la rubia habla—. Ustedes entreguen esas cartas, sobre todo la de mi padre, quiero una respuesta para mañana y para saber que lo harán me quedaré con su amigo— Gon abre los ojo, la mira por unos segundos... astuta... ya le cae mejor que la otra chica que vive en la mansión.
—¿Qué?— Kurapika parece confundido.
—A él no le pasara nada, no dañamos a la gente— dice la chamana divertida—. Lo trataremos bien, se los aseguro.
Ambos se vieron, Kurapika dio un suspiro sonoro para luego sacar una hoja toda mal cortada de uno de sus bolsillos un bolígrafo y escribir algo conciso y rápido que le entrego a la anciana:—Solo denle esto.
Unos segundos después, los tras bajaron de nuevo de los arboles y los llevaron a la entrada de la civilización se les dio sus aparatos de nuevo:—¿Cómo llegaremos?
—En el mismo lugar que les encontramos— dice la mujer con calma—. Nosotros ya estaremos ahí, a las seis de la tarde.
—Bien— Kurapika dice colocándose los objetos que le quitaron.
—Tengan— la anciana hace que extiendan la mano y les entrega dos collares con un pequeño cristal de un color blanco opaco—. Es para la buena suerte, dicen que cuando estamos en peligro el cuarzo cambia de color.
—Muchas gracias— esta vez es el rubio el que habla, respetuoso mirando el collar con atención.
—Y toma, este es especial para los niños— le da otro con un acurzo más pulido casi convertido en un círculo perfecto—. Funciona igual, se supone que si ustedes dos tienen un vínculo especial, el cuarzo les avisara cuando el otro esta en peligro.
Gon abre los ojos:—¿Cómo sabes que tengo un niño? ¿El pozo te lo dijo?— dice esta vez con un poquito de sarcasmo.
—En realidad hueles a leche, miel— la mujer luego le sonríe—. Y a alfa, pareces tener una bonita familia.
Kurapika no se guarda la pequeña risa que sale de sus labios mientras que Gon se sonroja:—¿Dije algo malo?— la mujer pregunta parpadeando varias veces.
—No....— da un suspiro—. No dijiste nada malo.
Después de su momento incómodo les volvieron a vendar los ojos y los dejaron justo donde los tomaron como rehenes.
—Tenemos que avisar que estamos bien o Killua se volverá loco— el rubio dice encendiendo los radios, Gon asiente pero su mente sigue perdida en ese pozo, en las sensaciones que le dejaba en su cuerpo.
Después de un rato la voz deBisky se escucho en el aparato:—Por Lunaris, ¿están bien? ¿están heridos? Díganme que Gon esta bien porque aquí el jefe esta por asesinar a alguien.
Gon sonríe ligeramente haciendo que Kurapika le de una sonrisa cómplice, el omega de inmediato borra la sonrisa:—Estamos bien Bisky— Gon dice con una mueca—. Solo... tenemos algunos detalles.
—Comiencen a caminar, les enviaremos un auto— la alfa indica haciendo que Gon y Kurapika comiencen a caminar, hay muchas cosas no dichas entre ellos, es obvio que tienen una charla pendiente. Sin embargo, es verdad que ahora que están lejos de ese lugar se siente mareado.
El tiempo pasa hasta que por fin llegan a la mansión de los Devi de nuevo. Gon tiene la urgencia de ver a Killua y no tiene ni idea de porque tampoco es que pasara mucho tiempo un par de horas y ya.
—Chicos— Zushi los saluda abrazando a cada uno—. ¿Estan bien?
—Si, lo estamos— Kurapika responde, de la casa Killua sale por la enorme puerta con la hermana de Kira detrás de él, la muchacha pareciendo estar más pegada de lo normal a Killua, frunce el ceño ligeramente.
—Chicos— Killua dice, caminando de inmediato a él, se sorprende cuando el alfa lo toma del rostro y lo mueve como si estuviera esperando ver heridas, su lobo ronronea casi por la atención, sonríe levemente—. ¿Estas bien? ¿Te lastimaron?
—Estoy bien, Killua— dice con un tono tranquilo. Por un momento tanto él como su lobo olvidan por completo la sensación incómoda que les dio ver a Killua con esa chica rica.
—¿Dónde está Leorio?— esta vez Zushi pregunta haciendo que ambos suspiren.
—Tenemos que hablar— Kurapika ordena—. Con tu padre, mi lady— el rubio se dirige a Elianna que asiente con rapidez.
Los ve entrar y cuando va a caminar para seguirlo, Killua lo detiene ligeramente:—¿Qué pasa?— Gon le alza una ceja, Killua se ve avergonzado como si las palabras que esta a punto de decir lo enfermaran—. ¿Killua?
—Es una tontería— dice con voz baja—. Pero...— se pasa una de sus manos por los cabellos blancos frustrado, verlo haciendo eso hace que algo se alborote en su pecho—. ¿Puedes quedarte cerca mío?— Gon le alza una ceja con el corazón un poco acelerado—. Sé que suena raro, pero... solo es como si necesitará estar cerca tuyo, es una sensación extraña— baja la mirada avergonzado—. No me escuches solo estoy diciendo estupideces.
Pero Gon pone ligeramente la mano en su quijada y la levanta para verlo a los ojos, Killua parpadea sorprendido pero aún así lo ve.
—Me quedaré contigo— responde porque le nace desde lo más profundo de su pecho, porque hay algo que lo atrae a Killua y...
Esta aterrado. Sinceramente lo está, jamás se había sentido así, jamás había sentido este otro tipo de cariño diferente al que tiene a sus amigos, a Ori o a su familia. Es desconocido y nuevo, pero, Gon nunca se ha caracterizado por ser un cobarde.
Quiere descubrir más de esto, y si Killua a veces da pequeños pasos tambaleantes entonces Gon los hará también.
—No tienes que hacerlo— Killua dice arrepentido.
—Pero quiero hacerlo— Gon dice determinado—. Solo sé que quiero...
Killua le sonríe y parece como si quisiera decirle algo más pero se contiene da un suspiro tembloroso y con una mano en su espalda los hace pasar.
Ya adentro ve como Kurapika le entrega la carta al señor Devi, el hombre la abre de inmediato y la empieza a leer, Eliana al lado de él intenta leer la carta.
Milluki esta sentado en uno de los sofás mientras come pastelillos que las sirvientas han traído.
—¿Las minas?— habla en voz alta, esto hace que Milluki se atragante ligeramente con la comida.
—Eso fue lo que nos dijo— Gon habla sin separarse de Killua—. Ella menciono que si no se llevan a esos hombres entonces no volverán a verla.
El alfa luce totalmente desconcertado:—Yo no he enviado hombres allá— responde con seriedad—. ¿Sabes algo de esto Milluki?
El beta se levanta del sillón con una sonrisa carismática:—Por supuesto que no, mi señor— Milluki dice con calma—. Es obvio que estas personas no hablaron con su hija, ella nunca daría acusaciones si fundamento.
—¿Perdón?— Kurapika dice con el ceño profundamente fruncido—. ¿De qué mierda hablas?
El aroma de Kurapika se vuelve picoso, las especies atacan por completo al beta.
—Qué eso no lo pudo decir la pequeña Kira.
—Tú que conoces de ella— Gon dice con voz segura y harta—. ¿Vamos dímelo? Ella se va a casar, tiene una buena vida. No está lastimada, señor Devi nosotros no ganaríamos nada mintiendo. Además uno de los nuestros se quedo allá... dígame nosotros dejaríamos un integrante de nuestra manada solo ¿Para mentiras?
El alfa mira de Milluki a Gon, su rostro refleja totalmente desconcierto:—Quiero que envíes un grupo grande de personas a esas minas e investigues quien y porque están invadiendo esas tierras— el alcalde habla con un tono autoritario.
—Pero señor...— Milluki intenta lo que hace que las alarmas rojas se enciendan.
—Pero nada, es una orden— dice con determinación—. Mañana iremos por su amigo y... podre hablar con ella— el hombre parece radiante, como si de verdad lo único que le importara fuera ver a su hija—. Muchas gracias, creo que esto es posible— el hombre les sonríe—. Gracias a ustedes, una vez que la feria pase tenga la seguridad de que pueden quedarse aquí junto a esa casa que les preste.
Milluki sonríe pero es una falsa y enojada, los ve como si fueran piedras en su zapato.
—Vere a mi hija— grita emocionado, eso es lo único que le importa—. Veremos a tu hermana Eliana— el hombre ríe y camina hacia la entrada de la habitación para salir de ella acompañado de Milluki que camina más frustrado que con otra cosa. Cuando Gon nota que Eliana también saldrá de la habitación, el moreno se acerca para sujetarla del brazo.
La rubia lo mira con los ojos abiertos y con el ceño ligeramente fruncido:—Tu hermana te manda esto— la carta la mete dentro de las mangas de la blusa de mangas largas de la omega—. Me pidió que no se la mostraras a tu padre.
Eliana le sonríe dando un reverencia:—Gracias por el mensaje.
El sol ya se ha ocultado por completo dejando ver un cielo oscuro y estrellado, sin embargo, los sirvientes de la mansión insistieron en que comieran un banquete hecho solo para ellos.
Sin poder decir que no la manada se quedo a comer, al menos sabían que Leorio no estaría en malos manos. Sin poder controlarlo ese pozo regresó de nuevo a su fracturada mente... La sensación de mareo se intensificó haciendo que la copa que sostenía se le rebalara de las manos; Killua quien estaba a su lado reacciona de inmediato y la atrapa haciendo que unas cuantas gotas caigan en el mantel.
—¿Pasa algo?— Killua preocupado se inclina viéndolo con preocupación, el aroma no controlado del alfa lleno sus fosas nasales haciendo que su pecho se agitara.
—Nada— negó con la cabeza apartando la mirada—. Pensaba en cosas.
Killua suelta un suspiro, pero luego le sonríe, posa una mano en su espalda y dibuja líneas imaginarias sobre ella, la sensación es bastante calmante.
—¿En Ori?— pregunta en un susurro sin dejar de mover la mano.
—Ya quiero volver... siento que lo he dejado solo por mucho tiempo.
Dice con una sonrisa ligera, sus corazón tiembla como si hubiera algo creciendo sobre él, como una nube gris que crece y crece hasta convertirse en una tormenta.
—Pronto nos iremos Gon— Killua intenta calmarlo—. Pronto.
Del otro lado de la isla, en el santuario los omegas apagaban el incienso de los pequeños altares con gracia. La noche estaba siendo tranquila, el viento era cálido y suave.
Sin embargo, mientras se disponían a terminar el trabajo el pozo se iluminó de repente.
El agua se torno blanca hasta convertirse en un dorado, fue como si las mismas estrellas salieran del mismo. Los omegas se cubrieron el rostro por la sorprendente iluminación, fue como si hubiera un faro de luz ahí.
Sin embargo, antes de poder sentir emoción o admiración sus corazones se llenaron de miedo.
—¡Llamen a la madre superior!— gritó uno de los omegas con fuerza.
La más joven de ellos soltó la canasta que llevaba para comenzar a correr, fue ahí cuando la tierra debajo de sus pies comenzó a moverse de forma violenta.
Algunos omegas intentaron sostenerse de donde sus manos pudieran aferrarse, otros de ellos cayeron al suelo presos del pánico. La pobre niña también cayó de rodillas en el pasto lastimando sus piernas, con los ojos llenos de lágrimas por el terror.
Los omegas miraron el pozo, la luz parecía intensificarse; una advertencia de que algo o alguien había despertado. Algo que no era un buen presagio.
En la mansión Devi la mayoría salió al patio hasta que el temblor cesara, mientras que en la casa donde la manada se encontraba aunque los empleados salieron Alluka se quedó dentro sosteniendo la cama donde Ori se encontraba aparentemente durmiendo.
Después de unos segundos donde el terror llenó sus corazones, el temblor terminó. El mismo dejó una sensación extraña en el aire, el silencio se convirtió en murmullos asustados. Con las manos temblorosas y el corazón agitado recogió lo que se había caído de las mesas. Alluka terminó levantando los objetos poniéndolos en una bandeja de metal. Cuando la chica se incorporó su respiración se estanco, Alluka abrió los ojos con escepticismo como si no estuviera creyendo lo que veía de la impresión dejo caer el recipiente que hizo un ruido sordo al estrellarse en el suelo.
Ori estaba despierto.
El niño tenía los ojos cansados pero miraba el techo, sus ojitos cafés bajaron como si buscará a alguien.
—¡Ori!— Alluka corrió para abrazarlo con cuidado.
—¿Gon?— susurró con voz ronca casi inaudible—. ¿Y Gon?
Alluka no pudo contener con las emociones que retenía en su pecho, escuchar la voz pequeña del niño de nuevo fue como un bálsamo en su preocupado corazón. Día tras día le pedía a cualquier luna que el niño despertará. Amaba cuidarlo, atesorarlo como si fuera su propio hermano.
Beso sus cabellos y lo acurrucó contra su pecho, marcándolo con su aroma. Ori respiro y abrazo el cuerpo de Alluka, fue ahí cuando escucho pequeños sollozos.
—Shh, no, no llores— Alluka siempre emocional comenzó a llorar también—. Estas bien, estas bien.
La puerta se abrió de repente con un sonido sordo, Jingū entró corriendo echa una fiera como si algo hubiera pasado, detrás de él Basilius también llegó. Ambos se quedaron en la puerta la alfa se cubrió la boca con sus manos, mientras que el hombre se acercó a la cama.
Alluka pudo ver como un hombre que siempre se veía tan recto, tan fuerte no solo física sino también mental ahora parecía vulnerable, con cuidado se acercó para tocar la cabeza del niño. Era curioso como esas manos, callosas y brucas tocaban a Ori con tanto cuidado.
Ori había despertado y eso era lo único que realmente importaba.
A los veinte minutos Gon entraba en la casa apresurado, después del terremoto el omega solo quería llegar para supervisar que todos estuvieran bien, que Ori siguiera durmiendo.
Pero cuando llegó se encontró con las sirvientas corriendo y llegando sábanas y comidas:—¿Paso algo?— preguntó a una de ellas, Killua iba detrás suyo.
—Mi señor, no tenemos idea... Lady Alluka pidió estas cosas— dijo la mujer, Gon corrió al escucharla. Su corazón dolía, había un nudo en garganta que le quemaba hasta llegar a sus pulmones, sus dedos picaban y el temblor en todo su cuerpo no paraba.
Abrió la puerta con cuidado olvidándose incluso de que Killua lo seguía, al entrar encontró a Ori con el cabello más largo medio sentado en la cama, sus ojos aunque brillaban lo hacían con cansancio, su tes era pálida e incluso parecía que sus mejillas se habían desinflado. El niño era alimentado por Alluka que tenía los ojos rojos e hinchado en una de las paredes recargado estaba Basilius sonriendo pero se podía ver el ligero temblor en su cuerpo.
Cuando el niño escuchó la puerta y volteo para verlo sus piernas casi cedian, su pulso aumentó y sentía que si no se movía se quedaría ahí parado sin saber como moverse, cuando al fin puso sentir fuerza en sus piernas se acercó para abrazarlo. El niño hizo un ruido de sorpresa pero pronto sus pequeños brazos se aferraron a su cuello, las lágrimas del niño mojaron su camisa.
—Gon, y-yo no quería— el niño hipaba—. P-pero cuando vi c-como te l-lastimaban.
Gon se traga o el nudo en su garganta, sabe que el niño también debe haber tenido las mismas pesadillas de aquella noche. Es como si la mente te metiera en un bucle interminable:—Estoy bien— le susurra cariñoso, con la voz rota—. Me salvaste— eso hace que el niño llore más. Porque es la verdad Ori lo ha salvado, siempre lo ha hecho... cada vez que siente que no puede más llega Ori y su sonrisa para recordarle que puede—. Lo hiciste bien, eres mi buen niño.
Siente la mano de Killua en su hombro lo que hace que su parte las vulnerable de sí mismo salga. Abraza al niño con más fuerza perfumándolo sin importarle que Killua este ahí o que todos lo vean, sin embargo lo único que consigue es que el alfa le dé caricias en su espalda y alborote los cabellos cafés de Ori. Ahora mismo no logra ver su expresión al estar tan concentrado en su cachorro.
Por un momento es todo lo que importa, estar con quienes se convirtieron en su familia, en su manada, estar acompañado de un hombre que solo ha demostrado cariño por ambos. De tener a Ori en sus brazos de nuevo; despierto y sonriente.
Eso es lo único que necesita. Lo único que quiere, lo único por lo que pelearía.
Y OMGGGGG
Este fue un capítulo difícil de escribir JAJAJAJAJAJA, tantas narraciones que tuve que hacer, recortar, palabras que quite y volví a poner.
Omggg espero que las narraciones hayan sido de su agrado pq cuando las leí por última vez me gustaron como quedaron, deben saber que ando practicando y este capítulo fue uno de mis conejillos de indias JAJAJAJAJ.
Ahora Omggg mi niño Ori estaaaa despiertoooo. La familia está unida de nuevoooo.
Este capítulo aunque Killua y Gon no hayan tenido tanta interacción la que tuvieron fue poderosa, ahora que Gon esta dispuesto a pelear por lo que tiene y lo que desea... Bueno ese alfa no se le va a escapar JAJAJAJAJ.
Ahora, ¿les gustó? ¿No les gustó? ¿Criticas (constructivas)?
Una pregunta más JAJAJAJA: ¿les gusta el boypussy? ¿O no? ¿O se les hace raro cuando el omega tiene ambos aparatos reproductores? Lo digo pq como saben se vienen cosillas, y yo puedo escribir cualquier cosa la verdad, pero, quiero que ustedes estén cómodos también.
Pq si bien es mi historia, ustedes también la leen, ustedes la disfrutan y quiero que este espacio sea uno donde todos disfrutemos. Me encantaría leerlos.
Ahora MUAJAJAJAJ. Como ya dije, mi obsesión ahora es el Akaren jiji y me gustaría enseñarles la posible sinopsis de este nuevo fanfic y él nombre del mismo.
"Rengoku Kyojuro fue criado para ser el omega perfecto: elegante, digno de miradas y con la intensidad que siempre le caracterizó. Mientras su padre intentaba moldearlo para que cumpliera con los estándares de su clase, su madre lo inspiró a creer en el amor como la base de un matrimonio y una familia.
Pero Kyojuro nunca soñó con bodas grandiosas, hijos o un alfa que lo protegiera. Anhelaba libertad, un futuro plenamente suyo. Hasta que la desgracia golpeó a su familia. Con su hogar en ruinas y el peso de la responsabilidad sobre sus hombros, Kyojuro tiene que decidir entre dos líneas que definirán por completo su vida: aceptar un matrimonio ventajoso con un alfa desconocido o confiar en uno que le promete una salida.
Ambas decisiones traerán consecuencias. Una marcará su destino para siempre."
¿Y cómo se llamara? Tentativamente jajajajsjs así:
"Show me the places where the others gave you scars."
En español es algo como: "muéstrame los lugares donde otros te dejaron cicatrices"
El nombre re largo pq soy fan de lana del rey. Pero, la canción es de Taylor JAJAJAJ se llama willow vayan a escucharla pq es literalmente la canción principal del fic
AAAAAAH, amigos aunque la sinopsis parece que tendrá un triángulo amoroso o será uno: NO LO ES, pero por tema de trama digamos que hay un alfa más en la ecuación (alguien muy unilateral).
Pero el fanfic será totalmente Akaren, nada de terceros involucrados, ya saben yo odio ese cliché JAJAJAJA.
Ay no saben lo emocionada que estoy porque por fin ya esté escribiendo bien sobre el Akaren y no sean solo borradores y pq bueno la Nación del sol casa vez se pone más buenaaaa.
Además ya voy a salir de vacaciones lo que significa que tendré más tiempo para escribir AAAAAAAAh.
Estoy muy feliz. ¿Cómo están ustedes?
Sin nada más que comentar, los adoro gracias por su paciencia, nos seguimos leyendo la siguiente actu. 😽
Bye Bye.
-Annie ☾-
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