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𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐈𝐗

𝟗. 𝐋𝐚𝐬 𝐞𝐬𝐩𝐢𝐧𝐚𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐥𝐚 𝐫𝐨𝐬𝐚 𝐭𝐢𝐞𝐧𝐞.

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Las opciones que tenían eran nulas, no podía dejar de pensar en el hecho de que otra vez tenían que escapar y esconderse era obvio que el Ryodan estaría buscándolos principalmente a Gon y a Ori.

—Es nuestra mejor opción— dijo mirando a su manada—. Sé que las cosas han ido de mal en peor pero no podemos quedarnos aquí.

—Podríamos separarnos— dijo Kurapika dando un paso hacia adelante—. Es mejor estar solos por un tiempo, seremos menos fáciles que encontrar.

—Esa es... Una posibilidad— dijo con amargura—. Sin embargo también podría ser un arma de doble filo.

—¿A dónde iremos exactamente?— Retz preguntó con timidez, Canary la miró como si esta tuviera una segunda cabeza.

—A las tierras de Hai Lin— dijo dando un suspiro dejando el mapa que su hermano le envió sobre una vieja madera—. Es un viaje lejano...

—Pero necesario— Retz asintió varias veces con la cabeza golpeando un dedo en su mentón—. Es justo lo que necesitan Gon y Ori.

—¿Gon y Ori?— Basilius se levantó de la silla en la que estaba para mirar con impaciencia a la joven omega.

—Yo... — la chica dio un gran suspiro sacando de sus ropas un mapa—. Hace un tiempo Gon me dio esto y me pidió que lo ayudará a encontrar este lugar— todos miraron el dibujo sobre la mesa—. Lo encontré cerca de Hai Lin... Tal vez podamos encontrar algo allá que nos ayude con ambos— pero aunque sus palabras tenían un tono esperanzado había una pizca de incredulidad en sus ojos.

—¿Eso es de lo que hablaba Hisoka?— Canary miro a la mujer con rabia—. ¿Tú lo sabias?

—No y si— respondió la omega encogiéndose en su lugar—. Sabía que Gon quería hacerlo sin que ustedes lo supieran pero no sabía que esto había sido por lo que los enviaron a Slunce en primer lugar.

—Esto es increíble— dijo Canary con ironía—. Cada vez que creemos que conocemos a ese tipo, un secreto nuevo aparece— dijo con enfado.

—No es su culpa Canary— la rubia soltó un suspiro cansado, miró a cada uno de los presentes y habló—. No tuvo otra alternativa, no sabemos ni un poco de todo lo que ha sufrido a manos de su país— miró hacia abajo—. Tienen que entender que tanto él y Ori no son como nosotros, y por algo es que Slunce oculta a todo el mundo a sus omegas.

—Lo estas justificando— gruñó la alfa.

—Puede ser— la omega paso su mirada hacia él con una mueca llena de disculpas sin decir—. Pero, si el Ryodan sabía de los solis entonces no falta mucho para que todos los reinos también lo sepan. Y eso haría un cambio muy radical en todos los reinos— la mujer se cruzó de brazos—. No olviden que todos los reinos están esperando para atacar a Slunce.

—¿Son tan..?— Leorio dio un paso a enfrente—. Sé que ha pasado ya un tiempo desde que ocurrió pero... Nadie ha hablado de eso, ni siquiera tu Killua.

Paso saliva cuando todos lo vieron, los recuerdos apareciendo frente a él como un neblina espesa:—Gon tenía poderes y luchaba como un demonio— recordarlo, viéndolo pelear de esa forma tan profesional había generado en él un orgullo que hace tiempo no sentía, al menos fue así hasta que todo se fue al carajo—. Pero él lo controlaba a diferencia de Ori que parecía que lo controlaban a él. Además estaban estos, monstruos... Parecían perros.

—No eran...— Bisky hablo con el rostro pálido, Leorio se quedo igual—. No eran perros Killua...

—¿Qué eran entonces?— preguntó Canary de repente con una mueca asustada.

—Eran personas— dijo Leorio en un susurro. La sala se quedó en silencio por unos segundos, todos miraban estupefactos a los dos sobrevivientes de esas cosas como si estuvieran diciendo mentiras.

—¿Personas?— preguntó con un escalofrío recorriendo su cuerpo.

—Cuando llegamos, el ryodan ya nos estaba esperando. Nos drogaron con un humo y luego vimos como sacaban a esas cosas de un camión— dijo Bisky mirando al suelo—. Ellos mencionaron que los nuevos esclavos habían funcionado mejor.

—Me capturaron cuando ayude a Bisky escaparar— Leorio hablo como si los recuerdos aún generaran pesadillas—. Ellos me dijeron que ese sería mi destino si no cooperaba.

Todo esto estaba muy jodido, ¿qué mierda estaba sucediendo? Algo más grande se estaba cocinando sobre sus narices y ellos ni siquiera se habían dado cuenta. Tenía miedo que en toda esa mierda Gon y Ori se habían envuelto sin darse cuenta.

—Necesitamos escapar— dijo con vehemencia—. No podemos quedarnos aquí, y tampoco podemos separarnos.

—Estoy de acuerdo— Canary hablo con lentitud—. Pero, si todos nos iremos juntos... Entonces tenemos que saber más de lo que sea que le de poderes a Gon y a Ori— dijo mirando a Retz y los dos alfas que estaban a su lado—. Si quieren que ayudemos...— y su rostro se contorsiono en una mueca una complicada—. Tenemos que saber.

Ella tenía razón, por mucho que odiaba la forma en la alfa hablaba de Gon tenía que darle la razón esta vez. No podía irse y viajar a ciegas, debían tener un maldito plan. De inmediato todos miraron a Basilius y a Jingū, ambos alfas se veían contrariados como si no supieran como abordar el tema sin Gon presente. Kurapika estuvo callado todo el tiempo, sujetando su brazo con tanta fuerza que tenía miedo de que se dañara.

—Slunce... Hace mucho años tenía una reina omega con este poder, la primera de todos— susurró Basilius—. Le llamaban hija de Mêsic, su poder fue tan grande que ella sola derrocó al emperador regente de ese entonces. Hay muchas historias de ella tanto falsas como verdaderas, lo cierto es que... Una sola omega no podía con todo un ejército así que rogó porque Mêsic diera más de su poder a los soldados que se levantaban junto a ella— pasó saliva recordando las imágenes que llego a ver en el reino de Hanako—. Se dice que ella pudo compartir su poder a menor medida eso fue lo que los llevó a ganar— Basilius dio un suspiro—. El tiempo paso y de forma natural comenzaron a nacer niños con marcas en los brazos mismos que con el tiempo terminaron teniendo la marca del sol— el hombre se tocó el hombro—. Realmente nadie sabe como fue que... Empezaron a nacer así.

—Entonces hay más... Como Gon quiero decir— dijo Alluka con un pequeño susurró.

—Tal vez menos de la mitad de los omegas que hay en los palacios tienen la marca— respondió asintiendo—. Pero muchos de ellos ni siquiera son tan poderosos.

—Tengo tantas preguntas— Zushi dijo desde su asiento—. ¿Gon... Es mucho más débil que los demás? Según entiendo todos los omegas con marca son muy poderosos.

—¿Tú como sabes eso?— Bisky le alzó una ceja empujando con su hombro al moreno. Zushi la vio mal para luego ver a Basilius con ojos suplicantes.

—No siempre fue así... Gon... Era tan poderoso— susurró Jingū.

—¿Era?— Bisky le alzó una ceja—. Literalmente vimos como se levantó aún estando en celo.

Pero Basilius negó con la cabeza:—Esas solo fueron cenizas de lo que alguna vez fue— el hombre se paso una de sus manos por sus cabellos—. Él iba a ser el siguiente monarca de Slunce.

Hubo un silencio sepulcral en la habitación, incluso Canary abrió los ojos con sorpresa:—Por eso ¿Slunce lo sigue buscando? ¿Nos robamos literalmente a un príncipe?— Zushi se levantó con un brinco del asiento en el que estaba, incluso él estaba estupefacto.

—En realidad... En Slunce no existen esas cosas de príncipes o princesas— dijo Jingū con un pequeño deje de diversión—. La mayoría de monarcas se han elegido no por su sangre "real" si no por su capacidad con la bendición— la pelirroja los miró a todos como si se debatiera—. Gon... Fue herido dos veces a tal punto de que no ya no podía usar nada de la bendición.

Su corazón se apretó con fuerza, dos veces en las que Gon fue gravemente herido, a tal punto de no poder utilizar su poder.

—¿Dos?— esta vez Retz la miro con el ceño fruncido—. Yo... Él solo mencionó una.

Basilius y Jingū se miraron, había conflicto en ambos rostros:—Gon hizo explotar toda una mitad de un palacio— dijo Basilius—. Fue la primera vez que perdió el control de su bendición.

—¿Y él lo sabe?— preguntó con la voz ronca.

—No. Por supuesto que no— negó—. Él ni siquiera sabe que hizo eso.

—Entonces estas diciendo que tenemos en custodia a alguien así se importante— Leorio tenía una mueca de shock, se sentía igual—. Así se poderoso.

—Ya no lo es...— Retz susurró—. No quería decir nada... Porque no quería que se preocuparan de más— la rubia les dio una mirada triste—. La energía vital de un solis es su núcleo, entre más trabajado este más longeva es la persona— todos miraron a la omega con atención—. Entre mejor lo cuiden la salud del omega será extraordinaria, pero, si esta energía se acaba... Si el omega ya no tiene más de esta en su cuerpo entonces... La muerte es lo único que le espera.

Kurapika miró con horror a la omega, su mente se puso por completo en negro incluso creyó que el suelo debajo de él se movía como si hubiera un temblor. Su lobo aulló con preocupación, sus piernas querían ir y correr para ver a Gon respirar.

—Entonces... Él...— Alluka se llevó sus manos a sus labios.

—Ese es el problema— Retz alzó la voz, entre frustrada y enojada no sabía si era consigo misma o con la situación en general—. Cuando lo vi junto a Ori en serio creí que moriría, la expulsión de energía que hizo... Fue demasiado— miro a todos con duda—. Pero él sigue vivo...

—¿Crees..? Tienes alguna explicación Retz— Kurapika la miro con insistencia.

—Creo que tanto él como Ori están en un estado de hibernacion— dio un suspiro—. Y no creo que despierten a menos de que tengan contacto directo con un solis.

—¿En He Lian, qué hay ahí?— esta vez fue él quien hablo.

—No lo sé. Lo poco que sé es que fue un lugar donde Hanako reposo por varios meses hasta que se fue a Slunce— la rubia dio un suspiro—. Hay leyendas que dicen que es un puerto que conecta nuestro plano terrenal con el de los dioses.

—Retz necesito evidencias reales no rumores o leyendas— dijo moviéndose por la sala para suplicarle con los ojos—. Algo, necesito algo con lo que ayudarlos, por favor.

Los ojos cristalinos de la omega se volvieron acuosos, su cuerpo tembló y apartó la mirada:—No tengo nada más. Solo eso.

La sensación de pesadez en su pecho solo hizo que se sintiera peor de lo que ya se sentía. Las ganas de llorar estaban tocando con insistencia la puerta que las mantenía cerradas, escuchar que posiblemente no despertarían lo tenía tan desquiciado, saber que no podía hacer nada para poder ayudarlos era... Como una especie de castigo: tenerlos ahí pero sin la posibilidad de hacer absolutamente nada era el peor de los castigos. Los dioses seguramente se estaban riendo de él en estos momentos.

Quiso caer en sus rodillas, su mente estaba invadida por tantas emociones horribles que no sabía a cual de ellas ponerle atención. El dolor de cabeza solo se hizo más grande y en serio sentía que se desmayaría del cansancio o el dolor a partes iguales.

—¿Cualquier solis?— Kurapika preguntó de repente mirando a Retz con una mueca contrariada.

—A menos de que conozcas un solis— la rubia le contestó con una sonrisa triste—. Entonces si, cualquiera con la bendición.

Bajo la atenta mirada de todos el rubio descubrió su hombro. En la blanca piel, libre de rasguños o imperfecciones había un relieve como si una quemadura hace años hubiera existido y no tuvo el cuidado necesario; la figura de un sol estaba dibujada en la piel tierna y blanca como la porcelana.

Todos en la sala lo vieron con los ojos abiertos, las palabras se atascaron en su garganta mientras veían como el mismo omega retenía las lágrimas, ¿Cómo, cuándo?

—¡Que mierda! ¡Kurapika!— Leorio se le avanlanzo al omega con mil preguntas saliendo de sus labios.

—¡No lo sabía!— gritó el rubio de repente después de que casi todos comenzarán con las preguntas—. Yo... No sabía porque tenía estas cosas, hace poco descubrí que Gon tenía las mismas marcas— dijo abrazándose a si mismo—. ¡No lo hice deliberadamente!

—Esta bien Kurapika— dijo tomando al omega en sus brazos, el rubio se veía realmente afectado. Años de búsqueda, por saber ¿quiénes fueron sus padres y por qué lo abandonaron? ¿Culminaban ahora? No, al contrario más dudas deben estar emergiendo en Kurapika todas ellas pudiendo ser contestadas por Gon.

—Quiero ayudar— dijo con voz ronca—. Pero... No tengo ni idea de que hacer, jamás sentí nada.

—Eso... Es porque jamás ocupaste tu bendición— explicó Basilius aun con una mueca sorprendida.

—¿Cómo?

—Los solis siempre tienen un núcleo aún jamás lo hayas usado esta ahí, la energía con la que naciste sigue ahí— Retz se movió para caminar frente al omega que no se alejo de Killua—. ¿Puedo?— el rubio asintio con el ceño fruncido, las manos de Retz tocaron el vientre de Kurapika y de el un ligero resplandor brilló—. Ahí esta...

—¿Con esto puedo ayudar a Gon y a Ori?— preguntó esperanzado.

—No— negó con la cabeza—. No puedes, si tu ocuparas esta poca energía morirías.

—¿¡Entonces!?— el rubio la miró con insistencia.

—Tienes que fortalecer tu núcleo, hacer que el mismo genere más de lo que tienes— la alfa pelirroja hablo—. Es la única manera.

—No... No sé como hacer eso— dijo con una mueca frustrada—. No siento nada en realidad.

—Pero nosotros si— ambos alfas le sonrieron como si Kurapika fuera una especie de bendición—. Eres él único que puede traernos de regreso a Ori y a Gon— Basilius tenía una mueca tan cansada, ojeras negras y una tes tan pálida que el bronceado característico del hombre se había desvanecido—. Por favor.

Kurapika no pudo decir nada más. Asintio con los ojos llorosos, Killua quiso abrazarlo con más fuerza para darle las gracias.

—No olviden que esta semana debemos irnos— Canary hablo viendo a Kurapika con una sonrisa tensa—. No podemos quedarnos más tiempo aquí.

—Canary tiene razón, sea lo que sea que ustedes hagan tendrá que ser en movimiento— hablo con voz ronca tragandose el dolor en su garganta—. Comencemos a trabajar.

Yamatai. Slunce
Cuatro años antes de la llegada de los extranjeros.

Cuando trabajas con la bendición tu cuerpo se siente tan tranquilo como si estuvieras en un estanque flotando sin hacer absolutamente nada. Los dolores se desvenecían y tu mente entraba en una especie de limbo blanco. Donde tu mente descansaba; podías sentir con más precisión el aire a tu alrededor, la energía que las flores tenían o los animales que te rodeaban.

Era sentirse completamente conectado a la vida que te rodeaba y a tu propio cuerpo.

Pero ese estado solo podías conseguirlo cuando trabajabas con la bendición en un estado normal de entrenamiento o incluso cuando simplemente jugabas con ella.

Por completo diferente a cuando te encontrabas en un combate real con armas de verdad. Recuerda que su primer combate fue a la edad de trece años.

Luck fue presentado como un posible compañero de armas. Ese día pelearon con espadas de madera mismas que dejaron hematomas oscuros en su espalda, torso y brazos, aún así logro dejar el filo del arma en el cuello del alfa que a diferencia de todos los niños con los que había peleado este lo veía con una sonrisa emocionada y un brillo extasiado en esos ojos infantiles.

No había miedo o furia. Había genuina felicidad, fue ahí que supo que encontró un igual, un alfa que lo atacaría sin miedo a lastimarlo pero que también lo cuidaría después de cada combate.

En todo momento en esos combates la adrenalina y la emoción de lucha se sentían como miel burbujeando en su vientre, sus brazos dolían por el esfuerzo y sentía su cuerpo más vivo con cada golpe, pero, la bendición se sentía como una suave brisa en su piel, agradable.

Sin embargo, cuando cumplió catorce años su primer combate real llegó. Y la sensación de la bendición cambió por completo: era fuerte en sus venas, en su mente era como un torbellino de pensamientos que se sobreponian los unos a los otros sin poderle dar la oportunidad de pensarlos bien.

Al final termino en el suelo con la hoja del arma en su cuello, su cuerpo respiraba con dificultad y Palm lo veía con una sonrisa orgullosa. Un año después termino en el suelo de nuevo pero sus habilidades ya se habían pulido tanto que el combate había durado mucho más que la última vez, para su tercer año creyó haber ganado.

Pero luego se encontró bajo el cuerpo de la mujer con una sonrisa divertida.

—¡Estuviste a nada de ganarle!— dijo Luck con una sonrisa tan enorme que le hizo apartar la mirada avergonzado, odiaba cuando el alfa era tan transparente con su admiración hacia su persona. Incluso cuando Neon o Idril hacían comentarios así le costaba aceptarlos.

—¿Puedes parar?— dijo suspirando vendando las heridas de sus brazos.

—¡Es que de verdad te veías impresionante! ¡Mucho mejor que la última vez!— su amigo le sonrió emocionado—. ¿Cuándo pelearas así conmigo?

Dio un resoplido divertido:—Alcánzame y peleare así contigo.

—¿Con todo y bendición?— el chico le paso la vendas que tenía a su lado.

—Sabes que no puedo pelear contigo con ella— le sonrió—. Mañana me darán el nombre de mi contrincante.

—Vas a ganar es obvio— se alzó de hombros—. No importa quien sea.

—En serio me encantaría tener esa confianza— negó con la cabeza—. Por cierto, creo que haré un viaje largo después de mi pelea.

—¿Un viaje?— le alzó una ceja.

—A Mugunghwa— el alfa alzó ahora ambas cejas con sospresa—. Al Palacio Baihu.

—¿Con Ara? ¿Ya termino sus investigaciones?— Luck pregunto con curiosidad.

—Tal parece— sonrió con alegría, hace bastantes meses que no veía a su hermana—. Creo que pasaré mi cumpleaños diecisiete con ella.

—¡Suena bien!— le sonrió levantándose del suelo de madera para comenzar a caminar juntos—. Tenemos que celebrar antes de que te vayas.

—Me parece bien— le sonrió con picardía—. Vayamos a la ciudad.

El alfa hizo una mueca pero suspiro cansado como si supiera que no podría debatir con él—. Bien, te veré en la noche donde siempre.

Sonrió cuando vio al chico salir del salón, con un suspiro cansado fue al jardín y se sentó en posición de loto frente al estanque, cerro los ojos y agudizo su oído, de repente su corazón empezó a palpitar con rapidez, su cuerpo se sintió más caliente que de costumbre; todo su cuerpo fue consciente del césped que tocaban, del sonido de las hojas de los árboles bailando y del chapoteo en el estanque.

Su núcleo se sintió cálido en su vientre, como si agua burbujeara ahí. La marca en su hombro ardió agradablemente, extendió las manos y de ahí una flama de color amarillo del tamaño de una pelota pequeña emergió.

Sonrió sosteniendo con cuidado la luz, luego esta misma explotó en varias flamas más pequeñas. Sus sentidos se apagaron casi de inmediato aún así la sensación de haber estado hiperconciente de su entorno permaneció por unos segundos más hasta que se levantó y decidió ir a descansar.

Tendría un día ocupado.

Actualidad.

Kurapika estaba mejorando o eso fue lo que Retz le había dicho cuando pregunto por el chico y su avance con la mentada bendición.

Veía ahora a su amigo meditar todos los días, llevar una dieta estricta –al menos con lo poco que conseguían– practicar su respiración y sentidos. Toda esta semana había sido estrictamente para preparar las cosas para irse a He Lian.

—Todo está listo— dijo en voz alta en medio de las camas de Gon y Ori—. Partiremos mañana por la noche, deberían ver a los chicos, jamás habíamos hecho un viaje tan rápido y tan alejado— sostuvo la mano de Gon entre la suya, entrelezando sus dedos. La diferencia entre ambas manos era evidente pero aún cuando la mano de Gon era más pequeña y delgada se sentía áspera por los años de entrenamiento—. Están nerviosos porque no tengamos todo para ustedes una vez que estemos en altamar.

Miró a Ori, el niño tenía un rostro pálido ahora, sus cabellos cafés parecían más largos ahora:—Estaremos bien— afirmó aunque sentía que era más una confirmación para si mismo que para el omega inconsciente—. Kurapika esta haciendo todo por ayudarlos— dio una suspiro amargo—. Por favor espérenlo.

Se levantó acariciando por última vez el dorso de la mano de Gon para luego acariciar los cabellos rebeldes del niño con cariño. Alluka entró con un libro en mano:—Perdón si interrumpí algo— dijo con una sonrisa tímida.

—Nada— le sonrió—. ¿Ya les vas a leer?

—Y a cambiar el suero— dijo la pelinegra dejando el libro sobre la cama de Gon—. Leorio me pidió que los cuidara hasta que él subiera todas las cosas al barco.

—Bien— le sonrió, poco después salió de la habitación y se dirigió a la parte trasera de la mansión –abandonada– en la que estaban. Hoy la brisa tropical estaba más calurosa que de costumbre, caminó por las palmeras y árboles hasta llegar a Kurapika que estaba sentado con los ojos cerrados.

—Puedo sentirte— susurró con calma—. ¿Killua?

—Ese soy yo— respondió con alegría acercándose al omega que abrió los ojos con una mirada ligeramente orgullosa.

—Esto... Es increíble— dijo mirándose las manos—. Con la respiración y meditación qué Jingū me explico puedo ser más consciente de mi entorno— alzó la mirada sus ojos eran de un color más rojizo que el que normalmente tiene—. ¿Puedes creerlo? ¿Gon lo mantiene todo el tiempo? Yo no puedo ni siquiera sostenerlo una vez que siento que alguien está cerca de mi.

—Supongo que lo sabrás cuando despierte— dijo con una suave sonrisa—. Hay mucho que que preguntar, me imagino.

—Así es— frunció el ceño abrió la boca un par de veces para luego cerrarla como si no tuviera las palabras correctas—. Pero, creo que Gon no puede contestarme alguna de ellas, supongo que gracias a él puedo  conocer más del país del que soy originario pero... Cosas como mi familia— dio un largo suspiro—. Supongo que jamás sabre la respuesta.

—Al menos ahora tiene un hilo de donde tirar— le dijo esperando calmar un poco de la angustia de su amigo.

—Una pequeña pieza de todo el rompecabezas— sonrió más brillante que nunca.

Poco después se fueron a dormir. Al día siguiente visitó a ambos hermanos que aún dormían en la habitación, Killua cambio las cobijas que los cubrían con movimientos estudiados como todas las mañana que durante más de un mes había hecho.

Había decidido ir a verlos al menos dos veces al día, de alguna forma su acercamiento con ambos hacía que su lobo se sintiera más tranquilo y que de igual forma sus pensamientos ya no volarán a las mil desgracias que podrían ocurrir. Era como un bálsamo que hacía que su mente trabajará de mejor manera.

Observó el rostro del omega, sus ojos cerrados, las pestañas negras y abundantes tocando la piel debajo de sus ojos, aunque su tonalidad morena siempre irradiaba vida ahora mismo estaba totalmente pálida.

No tenía mucho que las cicatrices en su espalda dejaron de sangrar tal y como lo dijo Retz estas no se curaban de hecho solían colocar a Gon de lado en varios momentos del día para que estas no se abrieran del todo. Leorio tenía un serio cuidado en esas cicatrices para que no se infectaran, Ori por otro lado ya no tenía esas marcas oscuras en su rostro habían dejado cicatrices pero ya no se veían como al inicio.

Como la hiedra que se aferra a las paredes, esas ramas negras se habían aferrado a la piel del niño. Ahora solo quedaban los rastros de estas.

Para cuando la noche llegó, el barco zarpó.

La luna llena brillaba con tanta intensidad en el cielo oscuro que lo hizo suspirar seguramente Gon encontraría la belleza en el astro. Después de unos segundos caminó al camarote más grande del barco, donde los cuerpos del omega y cachorro se encontraban descansando.

Kurapika estaba sentado en el suelo tomando la mano de Gon en la suya, con los ojos cerrados frunciendo el ceño.

—Puedo... — movió una de sus manos al vientre del moreno y dejo la palma de su mano ahí sin tocar pero lo suficientemente cerca—. Comenzar a sentir... La energía de Gon.

—¿Y..?— pregunto entrando más al camarote, esperando una respuesta positiva algo que le dijera que Gon y Ori volverían a abrir los ojos.

—Todos se sienten diferentes— dijo en un susurro abriendo los ojos con un deje de frustración en ellos—. Pero la de Gon... Aunque es débil es la más intensa que he sentido— luego miró a Ori y le dio una mueca triste—. Pero por alguna razón no puedo sentir la de Ori.

Trago saliva, se acercó a su amigo que lo veía como si en cualquier momento lloraría:—Aun falta tiempo— le sonrió—. Tal vez es porque todavía no la controlas bien, no te preocupes.

Kurapika asintio sin estar del todo convencido:—Iré a dormir— se alejó con cuidado—. Deberías descansar también Killua.

Se despidió de Kurapika con un asentimiento justo cuando decidió mirar por las ventanas del camarote solo para ver la luna reluciente. Miró de nuevo ambos cuerpos y dio un suspiro tembloroso, tenían que despertar.

Volvió a mirar la luz de la luna, la misma que le recordó aquellas noches en vela que pasaba cazando a sus siguientes víctimas. O las veces en que sus padres lo encerraron de niño en las frías celdas donde lo único que podía ver era la radiante luz de la luna.

Miró a Gon de nuevo, si de verdad era su destinado ¿por qué los dioses habían encadenado una alma tan pura como la del omega a una como la de él? Una que arrastraba sangre, una que para empezar ni siquiera merecía un destinado.

Su cuerpo se sentía pesado. No podía mover ninguna extremidad pero podía escuchar algunas cosas, había alguien moviendo objetos en la habitación era extraño porque todo estaba en completa oscuridad pero aún así podía distinguir el canto ronco de Jingū, la voz tranquila de Alluka narrando historias, podía sentir el cálido cariño fraternal en sus cabellos de Basilius y también la calidez en sus manos.

Esa que era otro tipo calidez, cariñosa y tan cuidadosa que a veces sentía que era un simple roce. No solo era ese suave roce si no también la voz dulce de Killua hablando de cualquier cosa, no puede decir con exactitud que es lo que le dice pero sabe que es él.

Habían momentos en los que sabía que estaba de alguna forma atrapado en su cuerpo y otras donde parecía soñar, donde los rostros de sus fantasmas lo atormentaban en bucle. Hace poco las imágenes de sus primeros entrenamientos habían golpeado sus párpados y ahora tras una fina capa de neblina podía ver un momento de su vida que esperaba jamás recordar.

Había comenzado con la llegada del invierno y con él la enorme emoción de reencontrarse con Ara. Después de la boda de su hermana pocas veces la vio, sabía por las cartas que le mandó que había estado enferma por muchos meses y que después de su recuperación fue a hacer unas investigaciones al palacio Baihu.

Como omegas no podían salir de los palacios en los que residían pero a veces habían excepciones como estas. Además de que Ara era una de las mujeres más amadas al menos en el palacio Fénix, también era sumamente inteligente. Ya que ella era una leuks podía escoger en que ámbito especializarse.

Cada palacio tenía como prioridad una cosa, por el ejemplo el Fénix era conocido por tener a los guerreros más aptos para defender al país, el palacio Xíng se encarga de tener a los más grandiosos ingenieros, el palacio Qilin guardaba omegas demasiado inteligentes en cuestión de filosofía, poesía y estrategia militar. Mientras que el palacio Baihu era aquel donde la ciencia era lo fundamental.

El palacio más apartado, escondido tras muros de piedra y bajo un invierno eterno.

Jamás había viajado allá pero Ara si que lo había hecho muchas veces. Recuerda haber bajado del barco con un hanfu blanco con tonos verdes claros la mitad de su rostro también había sido cubierto con un velo del mismo color de su hanfu. Al ser alguien considerado como posible monarca ya debía comenzar a tapar su rostro para que también así la gente comenzará a saber que un nuevo rey sería escogido.

Recuerda las noches que paso hablando con ella, se veía tan feliz y radiante. Hablaron de su matrimonio, de como seguía estando entrenando y siguiendo cada una de las lecciones para futuro monarca.

La tercer noche en el palacio helado. El ataque comenzó.

Recuerda que su tranquila noche se convirtió en una sangrienta cuando la alarma del palacio comenzó a sonar. El palacio estaba sobre ataque, su primer instinto fue buscar a Ara y sacarla del palacio. Corrió por las habitaciones ayudando a los leuks que corrían por los pasillos asustados, ignorando por completo las ordenes de los profesores y guardianes que decían que debía alejarse y escapar del lugar.

Él sería muy posible el nuevo rey de Slunce no podían permitir que los terroristas lo tomarán como rehén aunque fuera un solis aun era un niño que todavía no tenía una buena condición a la hora de controlar a la bendición.

Pero siempre se caracterizó por no hacer caso a lo que otros mandaran mucho menos  cuando su mente ya tenía un objetivo. Corrió por los fríos pasillos buscando a Ara en una de las tantas bibliotecas del palacio.

Ara estaba ahí incendiando hojas y hojas con la ropa desarreglada, los cabellos tenían tirones en todos lados y tenía una mirada perdida. A partir de aquí las memorias son borrosas. Hay gritos, incluso el aroma del humo aún se filtraba por sus narices como un tatuaje, un recordatorio. Recuerda haber peleado con alguien fuerte mientras Ara seguía deshaciéndose de esa investigación en la que había trabajado durante meses.

Recuerda la sensación infernal de la bendición en sus venas, recuerda el dolor en cada parte de su cuerpo así como en el vientre. Recuerda la bilis subiendo por su garganta, la sensación agonizante de la sangre que se acumulaba en su boca. Hay imágenes difusas de Ara llorando abrazándolo en la habitación con cadáveres alrededor de ellos.

Sabe que Ara le dice algo, puede ver sus labios moverse pero no puede escuchar nada. Recuerda su mirada preocupada cuando la puerta se abrió de golpe y dejó ver a varios hombres con armas apuntando listos para matarlos, recuerda ver como los ojos de Ara se volvían de un brillante color dorado, recuerda haberla visto ocupar con gracia la bendición.

Cuando se suponía que ella era una leuks.

Recuerda haber peleado a su lado, pero nada de eso fue suficiente. Puede recordar la mano cálida de Ara en su vientre pasando toda su energía a la fuerza, ¿no fue eso lo mismo que hizo con Ori? Suspensamientos quedaron en un segundo plano al sentir el mismo dolor agonizante en su vientre y también el como fue que toda esa energía que no pudo controlar explotó de él.

Fue tanto poder que ni siquiera pudo conseguir estar de pie, recuerda haber escuchado el enorme estruendo de paredes rompiéndose en millones de pedazos; mientras su propio cuerpo intentaba funcionar con la poca energía que le quedaba. Lo último que recuerda fue haber visto la mirada orgullosa y triste de Ara.

Cuando regreso en si mismo y abrió los ojos vio con terror como toda esa parte del palacio estaba destruida. Los siguientes días a ese suceso son confusos, es como si su cuerpo y mente decidieron olvidar todo lo que ocurrió esa noche para de alguna manera protegerlo.

Recuerda que después de esa noche no pudo volver a ocupar su bendición. Sabía que habían muchas cosas que se le escapaban pero su mente prefirió ignorarlas hasta este punto. ¿Cuánto tiempo pasó de lo de Ara hasta cuando despertó? ¿En verdad él la mató? ¿Qué fue lo que Ara le dijo?

Quiso moverse de nuevo, pero la oscuridad gobernó de nuevo sus sentidos. Pronto sus músculos comenzaron a sentirse cansados y pesados, su conciencia se estaba desvaneciendo otra vez... Eso quiere decir ¿qué vera de nuevo los recuerdos que ya lo tenían harto?

Ya habían pasado casi dos semanas en altamar, Kurapika había podido hacer pequeños avances cada vez más fuertes. Desde la pequeña luz que sus manos encendieron hasta el cambio de color en sus ojos por mucho más tiempo.

Ambos estaban en el camarote donde ambos hermanos descansaban, Alluka ya había cambiado los sueros y las cobijas.

—Retz cree que eres el destinado de Gon— dijo con sus manos sosteniendo las morenas del omega.

—Esta en duda todavía— dijo esperando cambiar el tema.

—Creo que ambos sabemos que eso no es cierto— el ceño fruncido que llevaba el rubio solo se profundizó más—. Mientras su cuerpo estaba en celo... Te llamó, ¿no es así?

Hizo una mueca, tenía razón. Gon hizo que el aroma dulce de la canela, la suavidad de las brisa veraniega se colaran en su mente como un tipo de baile tentador. Y lo peor fue que ese aroma solo lo dañó a él, ningún alfa de la manada fue tentado.

El cuerpo de Gon lo llamó. Solo a él.

—Tu punto Kurapika...

—No lo entiendo... ¿Por qué antes no se dieron cuenta?— lo miro con una ceja alzada—. ¿Crees que Gon sabía de ello?

—No— negó casi de inmediato—. Y espero que sea así por mucho tiempo más.

—Me estas jodiendo, ¿verdad?— lo vio con el ceño fruncido y al no recibir respuesta alguna negó con la cabeza—. Killua sé... Que te culpas por muchas cosas pero el hombre que fuiste quedo en el pasado... No eres esa maquina en la que tus padres te convirtieron.

—Cambiar no traerá a todas las personas a las que asesine— respondió con voz baja casi en un susurro como si tuviera miedo de que Gon lo escuchara.

—Y sentir lástima por ti mismo tampoco— se toco el puente de la nariz como si esta platica le diera una migraña de la que no se recuperaría en meses—. Solo creo que si Gon hubiera sentido rechazo de ti o de nosotros nos hubiera alejado desde hace mucho— negó con la cabeza—. Y él jamás lo hizo— ambos miraron al omega en la cama—. Además creo que si legítimamente él no sabe, lo ideal es que se lo digas. Merece saberlo.

Después de unos segundos y de que Kurapika saliera de la habitación se quedo mirando al suelo. Habían dudas en su mente claro, pero si Gon despertaba y él las hacía entonces esto despertaría conversaciones que no estaba seguro de querer tener.

Tres semanas más y se encontraron en el puerto de He Lían, los árboles eran frondosos a la distancia, había neblina cubriendo las montañas casi parecía una pintura de Slunce. En la madera mojada se encontraba el estúpido de su hermano, traje blanco y una sonrisa estúpida en sus labios.

—¡Hermanito!— gritó el hombre con ironía—. Hace mucho no nos veíamos— pero luego le dio una mirada un tanto asqueada—. Luces como la mierda.

—Si bueno hemos estado casi un puto mes en altamar— dijo con sarcasmo, Alluka bajo también del barco caminando con rapidez para encontrarse con ambos.

—¿Qué mierda hace la mocosa aquí? Luce igual que tu, Killua— Milluki preguntó con los ojos abiertos—. Ya no tienes la belleza que te caracterizaba Alluka.

—Milluki, es un gusto verte también— dijo la pelinegra con los brazos cruzados y el ceño fruncido.

El beta dio una carcajada:—Esto... Es un grandioso ¡encuentro familiar!— rodó los ojos con los brazos cruzados—. Mírense tienen incluso la misma pose— ambos hermanos se vieron bajando los brazos casi de inmediato—. Veo que Alluka ya es toda una perra, a diferencia de como era cuando  se ocultaba detrás de ti.

—No me digas así— gruñó la chica haciendo que Milluki sonriera y se alzara de hombros.

—¿Vienes con toda tu manada? ¿Por fin te acostaste con Canary? Al menos dale ese beneficio— dijo con un sonrisa de comemierda—. ¿O ya tienes omega?

—Si ellos están aquí y créeme ha sido un viaje horrible, ¿tienes dónde podemos quedarnos o tengo que buscar?— ignoro por completo las preguntas.

—Jamás fuiste divertido— suspiro dándose golpecitos en su gran barriga—. Y claro que tengo un lugar— le sonrió a Killua—. Es una gran mansión, el hombre de la casa está emocionado de conocerlos y ponerlos al tanto de toda la mierda que esta pasando aquí.

—Claro— Alluka lo miro con una mueca—. Escucha... Tenemos dos heridos en el barco.

—¿Qué? ¿Peleaste antes de llegar aquí?— el pelinegro frunció el ceño—. Killua especifique que no hicieras ruido.

—Esto ya tiene imbecil— dijo enfadado—. Están en coma.

—¿En coma? ¿Y por qué mierda los traes?— dijo el beta rodando los ojos y con un tono de voz ácido.

—Eso a ti no te importa Milluki— dijo Alluka de repente enojada—. Consigue una habitación grande para ellos.

—Oye mocosa de mierda te recuerdo quien es más grande que ustedes dos— le dijo Milluki rojo del coraje queriendo acercarse a Alluka.

—No olvides que estamos aquí porque tu me rogaste que viniera— puso una mano en el pecho de su hermano y empujó hacia atrás—. Y no le hables así.

Milluki dio un gruñido pero asintio:—El señor Devi tiene varias propiedades al rededor de la isla— dijo sacando unas llaves de su pantalón—. Quédense con esta— tomó las llaves mirando el llavero de una pequeña flor de loto—. ¡Stirling!— dio un gritó y un hombre muy pequeño corrió de inmediato, quiso regañar a Milluki ¿en serio? Incluso en otros lugares tenía sus propios sirvientes—. Lleva a mi hermano y a su manada a su casa, luego en la noche lo llevas a la mansión principal.

—Si señor— dijo el hombrecito.

—Mi trabajo aquí termino, acomódense— frotó sus manos la una a la otra con una emoción que se convirtió en un mal presagio—. Tienen mucho trabajo por delante.

Su hermano subió a un reluciente carro negro, dejándolos ahí con el hombrecito que los miraba con una sonrisa tensa:—¿Crees que hicimos lo correcto en venir?— Alluka preguntó enganchado su brazo al suyo.

—Ya no hay vuelta atrás— le dio un apretón al brazo de su hermana—. ¿Stirling?— el hombre lo miro con una sonrisa tan incómoda que verla le generaba la misma emoción—. Creo que vas a tener que hacer varios viajes, lo siento.

—¡No se preocupe señor!— dijo el hombre—. ¿Comenzamos?

Horas después, la manada se encontraba en la enorme propiedad ¿qué mierda? Milluki había encontrado un excelente benefactor si ese tal Devi le daba una casa así como así.

Kurapika que sostenía una caja con varias cosas silbo al ver la entrada:—Parece de esas mansiones tenebrosas.

—Al menos ya no estamos en una casa sin ventanas y puertas— dijo alzándose de hombros.

—Ni siquiera entra en el rango de lugares horribles en los que nos hemos quedado— dijo con una sonrisa, Stirling estaba a su lado como una sombra muy pequeña.

—¿Stirling? No es necesario que me sigas a todos lados— dijo con una sonrisa viendo que el hombre negaba con la cabeza.

—El señor Devi me dijo que estuviera atento a cualquier orden que usted diera— luego miro al omega—. Cualquier orden de su gente también.

—Solo ayuda a Leorio a bajar las cosas— dijo haciendo que el hombre caminara fuera de la mansión—. ¿Estas listo?

—No... — Kurapika dejo la caja en el sueño mirándose las manos—. Pero en serio espero que esto ayude a Gon y a Ori.

Retz entro con una caja llena de cosas que solo ella sabe que son, Basilius se acercó a ellos para subir a la habitación en la que los hermanos habían sido llevados.

La habitación estaba iluminada por luz naranja, la madera oscura resaltaba la tez pálida de ambos chicos que se encontraban en la cama. Cerraron la puerta con seguro y Kurapika camino a la cama de Ori.

—No, hazlo con Gon primero— dijo Retz.

Kurapika la vio con una ceja alzada:—No sabemos que tan fuerte fue el golpe con Ori, si una energía que no conoce entra a su cuerpo no sabemos que podría pasar.

El rubio asintio pasando a la cama de Gon, cerró los ojos y colocó una mano sobre el vientre de Gon, vio que frunció el ceño. Su propia respiración de quedo estancada como si esperara que un solo ruido hiciera a Kurapika cometer un error.

Poco a poco vio con sospresa como energía dorada comenzaba a salir de las manos de Kurapika, Retz sonrió:—Kurapika no olvides que si te empieza a doler el vientre tienes que parar— el rubio asintio. Poco a poco esa energía parecía viva como si supiera que era lo que tenia que hacer por cuenta propia, vieron sorprendidos como el cuerpo de Gon parecía estar iluminado, sus venas se marcaron de un color blanco casi amarillo brillante.

Para sorpresa de todos Gon no abrió los ojos, Kurapika apartó la mano, tenía sudor cayendo de su frente y cuando abrió los ojos miro al omega con frustración, cerró el puño con fuerza.

Retz dio un suspiro grande. Mirándolo con tristeza.

Basilius se veía igual de devastado, sin embargo antes de que pudieran decir algo más, los ojos del omega se abrieron.

Pero sus ojos estaban casi blancos, brillantes, las manos brillaron tan intensamente que era como si tuviera bombillas en ellas. Se incorporó rompiendo la aguja que lo conectaba al suero y cayó de rodillas frente a Kurapika.

Un lamento se escuchó en la habitación, era Gon. Sus propios instintos se alarmaron corriendo al omega, queriendo aliviar cada dolor que tenía.

—¡No me toquen!— gritó en el suelo extendiendo una mano temblorosa, Kurapika apartó la manos casi de inmediato—. Por favor... No me toquen.

—¿Gon?— Retz intento llamarlo pero el omega nego con la cabeza—. Queremos ayudar, en serio.

—Duele— dijo ahora con ambas manos en el suelo, las heridas en la espalda se abrieron dejando correr la sangre por la tela blanca—. Duele mucho.

—Gon...— dijo comenzando a acercarse pero un solo movimiento hizo que los ojos de Gon se vieran más brillosos y que su mano se alzara apuntándole. Retz le negó con la cabeza con lágrimas en los ojos—. ¿Sabes quién soy? ¿Me recuerdas?

El ceño fruncido del omega se volvió más profundo, pero de repente la revelación surco sus expresiones:—¿Ki-Killua?

—Asi es, escucha me voy a acercar a ti ¿si?— dio un paso vacilante pero el omega nego con fuerza—. ¿No?

—¡No! Yo... Voy a lastimarte— dijo con lagrimas bajando de sus ojos que no volvían a la normalidad, soltó jadeos y gemidos de completo dolor que solo hicieron que su lobo se volviera más desquiciado—. ¿Ori? ¿Dónde esta? No puedo ver nada.

—Gon... Necesitas calmarte.

Kurapika a su lado se arrodilló frente al omega, que alzó la mirada como si supiera donde estaba pero sin poder ver nada:—¿Gon? Quiero ayudarte. Todos queremos— sostuvo las manos del omega entre la suyas.

Basilius también estaba en un posición defensiva como si esto le trajera muy malos recuerdos:—Creo que puedes pasarme energía, yo la recibire.

—No— nego aferrándose a las manos del rubio—. Voy... A lastimarte.

—No lo harás— le dio un apretón—. Confío en ti.

El omega aun con lágrimas en los ojos sorbio su nariz y dio leves asentimientos tocando apretando las manos de Kurapika:—Tienes, tienes que hacer que la energía se quede en tu núcleo— dijo entre sollozos—. Perdón si duele.

Poco a poco vio como Kurapika abrió los ojos sorprendido, aferrandose a las manos del moreno que cada vez parecía estar apunto de desmayarse, el ceño del rubio se frunció en una mueca dolorosa, lo vio morder su labio inferior hasta que este se rompió. Momentos después, Gon se cayó hacia enfrente siendo sostenido por Kurapika que respiraba con dificultad.

—Ve por Leorio— le dijo a Retz acercándose a Gon que intentaba con todas sus fuerzas no cerrar los ojos, sus ojos volvieron a ese dorado que tanto extrañaba y las lágrimas comenzaron a acumularse en la esquina de sus ojos.

Estaba despierto. Gon había despertado.

Ahora si me pase.

Creo que es el capítulo más largo que he escrito JAJAJAJA, pero es que no quería alargar lo de Gon xd.

Era justo y necesario para mi que despertará en este capítulo. Espero no se sienta ¿apresurado?

Solo porque en algún momento vi un comentario preguntando si le habían hecho algo a Gon supongo en cuestión de abuso les respondo para que no tengan dudas: Nop, Gon jamás ha sufrido ese tipo de abuso.

Otra pregunta que vi fue la altura de Gon y Killua.

De Killua es más o menos 1.90 al ser un dominante y un alfa pues es normal esa altura.

(Dato curioso Basilius es más alto que Killua y ni siquiera es un dominante.)

Gon es mucho más alto que los omegas promedio, mide 1.75 aun así la diferencia entre Gon y Killua es abismal JAJAJAJA (más que nada porque a mi me gusta la diferencia extrema de alturas)

Los más pequeños del grupo son Zushi con 1.60 y Alluka con unos poderosos 1.56 (eso mido yo ajajajjaj)

Volviendo del corte comercial aun quedan incógnitas que serán resueltas el próximo capítulo. ¿Les está gustando hacia donde va la historia? ¿Tienen alguna idea de por qué Milluki les pidió su ayuda?

Este capítulo fue más que nada para que también ustedes supieran más sobre la bendición y algunos secretos que aún aguarda la misma.

Y por el bien de la trama tuve que nerfear a Gon JAJAJAJA.

En algún momento hable del los palacios, recuerden que teníamos mapita entonces para que se ubiquen un poco:


¿Cómo están?

Solo como dato jajajaj me he estado poniendo al corriente con soulmates y me encanta que todo allá sea: 💕🌟🙈

Y aquí todo es: 💀💀💀

JAJAJAJAJAJA

(es spoiler para que sepan que Soulmates en cualquier momento vuelve)

Volviendo con kimetsu JAJAJA Dios mio. Las ganas de hacerle un fanfic a Akaza y Kyojuro me están poniendo de nervios, no se sorprendan si un día si lo hago JAJAJAJAJ.

Sin nada más que contarles y gracias por leer toda esta perorata, nos leemos la siguiente actualización. 💕

-Annie ☾-

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