𝙸𝙸. 𝙴𝚕 𝚌𝚞𝚖𝚙𝚕𝚎𝚊𝚗̃𝚘𝚜
La tarde se encontraba perfecta, con el sol en su máximo esplendor y la brisa daba lentamente. Los ayudantes de la mansión White, sacaban elegantes mesas al patio, ponían la carpa alrededor de este y preparaban todo para la tarde tan esperada. En la cocina se podía sentir la emoción, una gran cantidad de manjares se preparaban en esta. Izaro se encontraba en su cuarto, que, de un verano a otro, se veía el cambio. Ya no era blanco por completo, aunque aún era el color principal. Encima de su cama, se encontraba una gran foto de Izaro y sus padres, cuando ella era un bebé, antes de la apresurada muerte del matrimonio White. En la cama, podían ver cojines de colores variados. Y principalmente, en el escritorio frente a esta, se veía todo manchado de pintura de diferentes colores, foto sus amigos (como la que tenía con Ernie y Susan, comiendo en el comedor mientras Justin se metía en la nariz unos palillos y fingía ser una foca, o la que tenía con Draco donde él tenía una sonrisa tierna en su rostro) y en un estante vacío en su mayoría, se encontraba el volumen I de su guía de animales fantásticos y plantas creada por ella. La niña escribía con rapidez, pasando la pluma en la tinta a cada tanto. Su atención estaba en escribir quienes había confirmado la invitación a la fiesta de cumpleaños que Izaro realizaba esa misma tarde. Tanto la familia Malfoy como la Weasley habían confirmado su asistencia, la familia Macmillan y Abbott igual y claramente también la Diggory y la Bones. Hermione y sus padres incluso se habían hospedado en la mansión con un día de antelación. Sin embargo, Harry Potter no había dado señales de vida, y eso era algo que a Hermione y a Iza les preocupaba. Así que, Iza había decidido ir a su casa para ver que tal las cosas. Se estaba preparando para salir, peinando su largo cabello en una cola de caballo cuando alguien toco la puerta del cuarto y pasó con rapidez.
- Estoy lista Iza. - Hermione, que llevaba ropa más cómoda, se sentó en la cama de Izaro.
- Bien, tengo su dirección. Me la envió el ministerio por unos cuantos galeones. Abajo nos espera mi chofer. ¿Vamos?
Hermione la miro con una mueca.
- ¿Crees que sus tíos se enojen?
Izaro pensó la pregunta unos momentos.
-No deberían, si tanto lo odian se alegrarán.
Hermione asintió y juntas salieron de cuarto.
Izaro dio con su puño un pequeño golpe en la puerta de la casa numero 4 de Privet Drive junto con la pequeña de pelo alborotado que se encontraba algo nerviosa.
Al no recibir respuesta, Iza volvió a tocar. Minutos después, la puerta se abrió dejando ver a un niño con ropa muy grande y unos bonitos ojos verdes detrás de unos anteojos circulares.
- ¿Izaro? ¿Hermione? ¿Qué hacen aquí? - parecía sorprendido y un poco alarmado, se aferraba con fuerza a la puerta.
- ¿Podemos pasar, Harry? - Preguntó Iza sonriente.
- No creo que...
- ¿Quién esta en la puerta, Harry? - preguntó alguien dentro de la casa
Unos pasos se escucharon, para después ver a señor sin cuello y de bigote detrás de Harry.
- ¿Quiénes son ustedes? ¿Qué quieren? No nos gustan las galletas, niñas.
La frase dejó confundida a Iza, pero Hermione respondió.
- No señor, no somos girl scouts, señor Dursley. Somos compañeras de Harry, venimos a que cumpla su castigo. - Tanto Harry como el señor Dursley e Iza se quedaron confundidos.
- ¿Cómo que castigo? - el señor Dursley frunció el ceño.
- Los tres rompimos una regla de la escuela señor, una muy importante, estaremos varios días ocupados con los castigos que nos pondrán.
Iza entendió que estaba haciendo Hermione y le siguió el juego.
-Si señor, Harry tiene que venir con nosotros, ¿acaso no le dijo?
El señor Dursley la miro con el entrecejo fruncido. Parecía una mezcla aliviado, contento y enojado.
-No, no nos lo comento.
- Bien, no hay problema. Probablemente le den estancia a Harry y se quede todas las vacaciones. Reglas son reglas. Harry empaca todo, nos vamos.
- Un segundo niñata... - el señor se puso mas colorado que antes, viendo lo que se venía. Iza sacó su varita, haciendo que el hombre se hiciera hacia atrás.
- Déjeme recordarle, señor Dursley que somos brujas. Y no tenemos ningún problema en hacerle un hechizo inmovilizador o desmemorizante.
Una gota gorda de sudor pasó por la frente sonrojada de señor Dursley, en sus ojos se reflejaba el miedo, aunque aún tenía los labios fruncidos.
-Tomaré eso como una aceptación. Harry, toma tus cosas. - Izaro hablaba con un tono demandante, mientras miraba desafiante al señor Dursley. Harry asintió y minutos después venia bajando su baúl, y la jaula de Hedwig, su búho.
- Entra al auto, Harry, puedes dejar el baúl detrás. - Hermione tomo uno de los extremos del baúl y se fue al coche junto a Harry.
El señor Dursley parecía a punto de estallar de la furia, casi sacando humo por las orejas.
-Muchas gracias por su cooperación, Señor Dursley. Fue un placer conocerlo, espero verlo pronto. - Iza le sonrió amablemente y camino hacia el auto. Entro a este y se sentó al lado de Harry.
- Pff. Eso fue fácil. - Iza le sonrió.
- ¡Estuviste increíble! ¡Parecía un tomate!
Harry rio sonoramente, Hermione lo siguió, aunque sonaba aliviada.
- No fue nada. ¿Por qué no contestaste mis cartas? Digo, ¿nuestras cartas? - dijo Iza con Hermione asintiendo.
- No recibí nada. Pensé... que me habían olvidado. - Harry pasó saliva, parecía algo triste.
Iza puso su mano en su hombro.
- ¿Cómo iba a olvidar a Harry Potter? Te envié unas cuatro cartas, una de ellas era mi invitación a mi fiesta.
- ¿Fiesta? - Harry frunció el ceño.
- ¡Harry! ¿Olvidaste su cumpleaños?
Hermione lo miró sorprendida. Harry abrió los ojos, recordando algo.
- ¡Por Merlín! ¡Lo siento Iza! Feliz cumpleaños.
Iza soltó una risa.
-No hay problema Harry, tienes cosas mas importantes con las que lidiar. Tu tío no parece muy amigable.
- No lo es, lo mantengo a raya por que piensa que en cualquier momento le lanzaré un embrujo.
- Mantelo así, a tus enemigos cerca, pero con rifle en mano. - dijo Hermione con una sonrisa.
-Iza, ¿podemos ir al Callejón Diagon?
Iza miró con curiosidad a Harry y levantó una ceja.
-Vivo cerca de él, pero no creo que este de camino a mi casa, ¿necesitas algo? Aún no nos llega la carta de útiles...
- Quiero comprar tu regalo de cumpleaños.
La White sintió color en las orejas, que oculto con los mechones sueltos de su coleta.
-No es necesario, mientras puedas venir a mi fiesta todo esta bien... cambiando de tema, puedo alojarte unos días en mi casa Harry, pero en una semana, me iré a casa de los Weasley por que mi tía usará nuestra casa para juntas importantes. Pero, ¡estoy segura que Molly te aceptará en su casa, Harry!
A Harry se le ilumino la mirada.
- ¡Eso es genial! ¿Conoceré tu casa, entonces?
- No es la gran cosa...
- ¡Bromeas! Es enorme, Harry. - Hermione sonrió a Iza. - ¡Todo es blanco, y tiene una biblioteca enorme!
- Solo tiene archivos familiares que no se me permiten leer... - Iza desvió la mirada avergonzada.
- Señorita White, ya llegamos. - Mike, el chofer de los White, los miró desde el espejo y salió del carro para abrirle la puerta a Izaro.
- Gracias Mike, puedes irte, quiero enseñarle a Harry el lugar.
Mike cerró la puerta del conductor detrás de él y se dirigió hacia el puente que dividía la mansión en la carretera.
Harry miró el lugar sorprendido.
-Bueno, bienvenido a la mansión White. Donde vive una de las familias prestigiosas del mundo mágico y esas bobadas.
Iza guio a sus amigos hacia el puente de madera, que debajo de él, se veía un hermoso lago de tonalidades verdes.
- ¿Desde cuándo tu familia es dueña de la mansión, Iza? - Hermione observaba todo con atención, como guardando mentalmente todo.
- Según tengo entendido, desde antes del 1800. Creo que algo así. No se demasiado de mi familia. Dice mi tía que ella me lo diría todo pero que no fue criada como los demás White y tampoco tiene esa información.
- ¿Y tus abuelos? - Harry paró a mitad del puente, viendo como fluía el agua.
- Muertos, eran bastante mayores.
- ¿Tus papás? ¿Los voy a conocer?
Hermione hizo una mueca.
-Harry. - Iza giró su cuerpo para dejar de ver al lago y ver a Harry, apoyo sus manos en la baranda del puente. - ¿Recuerdas lo que me dijo Pansy el año pasado? - Harry asintió.
- Mis papas murieron, según dicen accidente automovilístico, pero sus cuerpos no tenían ni rastro de heridas, no usaban auto y no creo que puedas morir, pero saliendo sin heridas de un atropello. Mi tía y yo suponemos que los seguidores de Quien-No-Debe-Ser-Nombrado los mataron.
Harry miró a Iza comprensivamente, le sonaba familiar el caso.
-Lo lamento Iza
Hermione miró al suelo, sin saber que decir, pero Iza sonrió.
-Pero ellos siguen aquí Harry, los veo en cada foto, cada anécdota y, sobre todo, los veo en mí.
Sin decir nada más, Iza siguió caminando, seguida por Harry y Hermione.
-Estos, son los jardines. ¿Ven esas flores moradas? Son flores del mundo muggles, son preciosas ¿a que sí? Se llaman Pensamientos. Son mis favoritas. - dijo Iza al acercarse al jardín. Siguieron caminando hasta llegar a la puerta principal.
Izaro abrió la gran puerta, viendo el cuerpo de una joven mujer que observaba el ajetreo de los cocineros y asistentes de la familia yendo de aquí a allá. La mujer giró hacia los niños, sus ojos oscuros sonrieron ante la presencia de Iza.
- ¡Izaro! Ya llegaste, ¿Quiénes son ellos? - Su tía, señalo a Hary y a Hermione.
- Hola tía, ellos son Harry Potter y Hermione Granger, me tomé la libertad de alojarlos aquí unos días. También los papás de Hermione están aquí.
Emily White sonrió. Miró a Harry de una manera peculiar,
-Bienvenidos sean. Espero se diviertan mucho. Iza, necesito que me pongas al día después de mi viaje a Estados Unidos.
Izaro asintió, y se giró a sus amigos.
-Harry, en la habitación donde se hospedan Hermione y sus padres, hay un gran armario, guarda tus cosas ahí, los Granger se van esta tarde después de la fiesta.
Hermione asintió y miró a Harry
-Mis papás solo tenían este fin de semana libre, mañana siguen consultando.
Izaro se despidió con la mano de ellos y se acercó a su tía, que la tomo con un poco de brusquedad en el hombro y se alejaron del resto.
-Invitaste a una sangre sucia y a sus padres muggles a nuestra casa.
Izaro abrió los ojos como platos.
- ¿Eso te preocupa? - Iza cruzó sus brazos, mirando a su tía, parecía irritada. - Son buenas personas, ella es la mejor de nuestro año, tal vez de todo Hogwarts.
- Estás fraternizando con la clase más baja e impura. ¿Crees que eso le devolverá el poder a nuestra familia
Con un movimiento brusco, Izaro se levanto de su asiento, haciendo que este se hiciera hacia atrás.
-No le vuelvas a decir así a ningún hijo de muggles, de que sirve ser sangre limpia si tienes el corazón más sucio que una alcantarilla.
- A mi no me vas a hablar así, Samay.
Su tía se levantó de su asiento y se acercó peligrosamente a Iza.
-No vuelvas a hablar así de mis amigos ni de nadie. ¿Cómo te atreves? Te vas todo el año incluso en vacaciones, y cuando regresas olvidas el cumpleaños de tu sobrina e insultas a sus amigos. Me importa un comino el prestigio familiar, a ti también debería no importarte.
La menor de las White se alejó con rapidez, saliendo de loa habitación sintiendo de repente unas tremendas ganas de vomitar.
- ¿Y se enojó contigo?
- ¡Si! ¿Qué le pasa? No me ha visto en un año. - Harry se encontraba en el cuarto de Iza mientras ella se peinaba para la fiesta. Llevaba un vestido morado que le llegaba a sus muslos, una capa plateada encima y unos bonitos zapatos estilo bailarina morados. - Debería cortarme el pelo, ya es difícil de peinar. - Iza tomó varios mechones de su cabeza, desde que se encontraba sentado en una pequeña mesa donde Iza tomaba té, lo observo con atención.
- ¿Es difícil? - señalo el pelo, Iza rio
- Demasiado, no tanto como peinar el tuyo, pero si es complicado.
- ¿Puedo? - Harry se levanto y se acercó hacia el espejo, hacia Iza.
- Esta bien, tienes que intercalar los mechones de está forma. - Iza le enseñó como para después dejar que Harry lo intentará.
Al cabo de unos minutos, Harry se rindió.
-Es muy complicando. - Iza soltó una risita y continúo peinándose.
- Lo es, pero, al final, se ve hermoso. - al terminar, tomo un lazo y lo ató en la punta de su trenza, haciendo un moño. - ¿Ves?
La puerta se abrió para mostrar a una de las mucamas
-Señorita White, ya están llegando varios invitados.
- Bajo en unos minutos, Flora. - La mujer cerró la puerta. - Ve abajo Harry, pronto llegarán los Weasley.
Harry sonrió y nada más eso basto para convencerlo. Con rapidez, salió del cuarto. Por ultima vez, Iza miró su reflejo.
-Muy morado. - suspiró y se quito el vestido.
Al toque de un timbre, Emily White abrió la puerta, encontrándose detrás, a los Malfoy. Emily sonrió y los dejó pasar.
-Bienvenidos, la fiesta es en nuestro jardín, pero si quieren podemos ir a mi oficina. Draco, Izaro está con los demás en el patio.
El niño asintió y camino hacia el jardín, parecía más alto, su pelo estaba más largo pero engominado hacia atrás.
Cuando llegó a la puerta que dividía la casa de patio, pudo observar por la pequeña ventana quienes asistían a la fiesta.
Algunos de familia pura, unos mestizos, dos sucios y el maldito de Harry Potter.
Pero ahí estaba ella, sonriendo a algún comentario de Granger.
Draco esperó a que Iza mirará a la puerta, y cuando lo hizo ella se levanto de inmediato, le dijo algo a Granger y se metió en la casa.
Sin más, abrazó a Draco, que la envolvió en sus brazos.
- ¿Cómo te pude extrañar si te vi hace dos semanas?
Draco la abrazó con más fuerza a escuchar lo que Izaro acababa de decir. Izaro se asusto al ver que su pulso se aceleraba. Se separó de él, aunque le dolía hacerlo.
- ¿Cómo estas Draco?
Este, que, aunque había crecido, seguía siendo de la misma que Iza, ya que ella no paraba de crecer.
-Eso te debería de preguntar a ti, cumpleañera.
A lo lejos se escucho un estruendo y después unas risas, los gemelos Weasley estaban tirando bombas fétidas.
-Estoy bien, aunque tuve una pelea con mi tía, y olvido mi cumpleaños.
- ¿Qué dijo para que te enojarás?
- Le dijo sangre sucia a Hermione. - Draco se quedó callado e Izaro sabía exactamente por qué.
- Toma, es tu regalo. - Draco le dio una caja verde con listón plateado.
- ¿Puedo? - Iza preguntó, al recibir la aceptación, obvio el regalo. Dentro de la caja, había dos cuadernos negros de buen grosor y un tintero. Iza inspeccionó uno de los cuadernos, parecía viejo, y en la portada, decía "Tom Riddle".
"¿Será la marca?" pensó Iza.
-Gracias Draco, no debiste.
- ¿Cómo no? Si tu en mi cumpleaños me diste un pastel hecho a mano.
- Calla, no es lo mismo.
- Si lo es. - Paso una de las cocineras e Iza le pidió que llevará los regalos de Draco a su cuarto. Una vez se fue, Iza volvió a abrazar a Draco, este se extrañó, pero no comento nada.
- De verdad te extrañe. - Draco sonrió de nuevo, sus sonrisas eran más de medio lado que completas, no enseñaba los dientes, ni se le achinaban los ojos. Izaro quería hacerlo sonreír de verdad. - ¿Vamos al jardín?
Draco frunció el ceño.
-No es como que tenga ganas de convivir con Potter y su pandilla.
Izaro quito su sonrisa casi al instante, desvió la mirada y se separó del abrazo de Draco.
Ella entendía, pero quería hablar con ellos, a ellos no los veía cada tanto en vacaciones. Tenia ganas de bromear con los gemelos, platicar de quidditch con Harry, comer con Ron y hablar del plan de estudios con Hermione. Y claro, convivir con sus otros invitados.
-Vamos a mi balcón. - ella le tomo la mano a Draco y recorrieron juntos a la mansión hasta llegar a la habitación de Iza, ella abrió la puerta de la pequeña terraza que tenia y mientras sacaba la mesa de té, Draco observó las fotos que tenían en el espejo.
- ¿Cuándo tomaste esta foto? - preguntó señalando la foto en la que aparecía él.
Iza se sonrojo, y con rapidez despego la foto y la nota que había recibido en Navidad.
-En el gran comedor, pedí de regalo navideño a mi tía, una cámara muggle y una mágica.
- ¿Por qué la quitas? - Con rapidez, Draco le arrebato la foto y la tarjeta de las manos y las volvió a pegar en el espejo. - Para la próxima pídeme la foto. Iza suspiró, fingiendo exasperación y se sentó en la mesa de té.
- Ya ven. - Draco se rio de la expresión de Iza y se sentó a su lado. Pasaron horas hablando antes de tener que bajar a la cena
- ¿Te divertiste?
- Claro.
- Casi no te vi en tu propia fiesta.
- Draco no quería estar solo.
- ¿Y eso tiene que excluirte de tus demás amigos?
- Harry, no empieces.
- Sabes que es verdad. - Izaro suspiró, se encontraban en la puerta de la habitación de Izaro, ya era de noche y Harry se dirigía a su habitación, donde antes estaba durmiendo la familia Granger.
- Lo se Harry, pero no podía dejarlo solo, cuando lleguemos a Hogwarts se irá con Crabbe y Goyle o incluso con Parkinson y ya no me sentiré mal por dejarlo solo.
Harry asintió. Tenía puesta un pijama que Izaro mando a comprar para él.
-Ahora a dormir, buenas noches Harry. - Iza le sonrió con cansancio, había sido muy pesado el día.
- Buenas noches Iza.
Ella cerró la puerta de su cuarto y con paso lento se acercó a su escritorio.
-Probemos la tinta nueva... - sacó el cuaderno viejo y el tintero nuevo y posiciono su pluma en este para empezar escribir.
"Probando" escribió, pero rápidamente desapareció la tinta, confundiendo a Izaro.
-Pero que... - De repente, en la hoja donde había escrito aparecieron unas letras.
"¿Probando que?" Iza saltó de la silla del susto. Su corazón latía fuertemente, respirando entrecortadamente. Cuando se calmó, volvió a escribir.
"¿Qué mierda?" volvió a desaparecer para que aparecieran otras palabras.
"Ese lenguaje"
"Me asustaste, ¿qué esperabas?"
"Un saludo formal, ¿quién eres tú?"
"No, ¿Quién eres tú?"
"Estas escribiendo en mi diario"
Iza miró la portada, comprendiendo la situación.
"Tú eres Tom Riddle"
"Exactamente, ¿Quién eres tú?"
Iza dudó en si decir su nombre o no, pero al final, pensó que no tenia nada de malo decir su nombre a un diario.
"Izaro White" escribió "¿Qué eres?"
"¿Eres una White? Recuerdo a dos White que estudiaron en Hogwarts. Tuvieron un escandalo por el color de pelo de uno de ellos" Izaro se sorprendió por eso. "Soy un recuerdo, viviendo en mi diario"
Iza recordó los retratos de directores que tenían en la oficina del director. Ella no se sentía cómoda, sentía una presencia rara. Pero no sabia nada sobre su familia, quería conocer más.
"¿Podrías contarme sobre mis antepasados?"
"¿Y si mejor lo ves?" Izaro estaba nerviosa, pero no dudo al compartir su respuesta.
"Claro"
Rápidamente, las hojas del cuaderno se empezaron a mover, cuando se detuvo, fue en el día 7 de Abril. Iza no pudo hacer gran cosa más que soltar un grito ahogado, cuando vio una pequeña ventanita en la página que cada vez se hacia más grande, se sintió como Alicia al caer en la madriguera del conejo (conocía el cuento por uno de sus amigos en Hogwarts) Cuando se sintió en tierra firme, abrió sus ojos encontrándose en el pasillo al Gran Comedor, solo que había pinturas y estatuas que ella nunca había visto. Las personas pasaban y ella las observaba confundida, no había ninguna cara conocida. Un chico de pelo oscuro, que parecía de la edad de Iza, se quedo justo a su lado, observando junto con otros chicos, como se oían cada ves más fuertes unos gritos que venían de un pasillo cercano al suyo.
Iza abrió los ojos sorprendida al ver a dos adolescentes peleando, los dos de pelo blanco. El que venia al frente era un chico, de pelo corto y ojos verdes claros, estaba enojado y caminaba rápidamente, sostenía a la chica del pelo, que ahora que Iza la veía bien, era mitad negro y mitad blanco. Ella estaba llorando, y gritaba de dolor al jaloneo en su pelo. Su hermano la soltó tan brusco, que dio a parar en el suelo.
-COMO OSAS A MENTIRME Y MENTIRNOS A TODA LA FAMILIA. NO MERECES TU APELLIDO.
La chica lloró más fuerte, tomando su cabeza entre sus manos, parecía desesperada.
-Finnie yo...
- ¿Finnie? ¿FINNIE? NO TIENES DERECHO NI A PONER MI NOMBRE EN TU BOCA TRAICIONERA ¡FARSANTE!
- SOY TU HERMANA FINNEAS ¿CÓMO PUEDES TRATARME ASI?
- ¡MI HERMANA ES UNA WHITE! TU NO LO ERES, ¡ERES UNA LADRONA!, UNA LADORNA DE NUESTROS LUJOS, ¡DE NUESTRO DINERO!
- SOY TU GEMELA, FINNEAS. VENIMOS DE LA MISMA MADRE.
- ¡MI HERMANA ES MEGAN WHITE! TU NO ERES UNA WHITE.
Izaro empezó a sentir cierta presión en el pecho, ver tal pelea se sentía muy cruel, más siendo ella parte de la familia. A cada grito, los brazos de Iza se acercaban más a su pecho, su piel la tenia de gallina.
- ¿Vas a dejar que me... me destierren Fin-nie? - preguntó la chica, temblaba de pies a cabeza, aún en el suelo.
- Dejaría hasta que te ejecuten. Mi hermana no existe, ella murió y tu solo eres su sombra maldecida.
Iza sintió el golpe, aunque no era para ella. Su mirada impresionada iba entre Finneas y Megan, que se había encogido en el suelo, protegiéndose con sus brazos, gritaba de tristeza. Su "hermano" regreso de donde vino, furioso. De ahí mismo, apareció un señor de pelo rojizo, ya algo mayor. Levanto a la chica del suelo, y la llevó hacia el pasillo derecho. A Iza se le hizo conocido el señor, pero, aun sorprendida por todo, no dijo nada. Todo se puso negro y cuando abrió los ojos, se encontraba en su escritorio, con el diario abierto en la mesa.
Lo cerró con rapidez, asustada por lo que vio, que tenía la sensación de que en cualquier momento Finneas se la llevaría por romper una de las tradiciones y seria ejecutada por ser una de las falsas White.
No pudo dormir, ya que, al cerrar los ojos,imaginaba como la ejecutarían por ser Hufflepuff y no Gryffindor. Cuando porfin pegó el ojo, soñó en su destierro.
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