-Entonces, ¿Pociones es tu favorita?

-Exacto.

-Anotado. - Iza escribió "Pociones" en su cuaderno con rapidez. Mientras Draco seguía comiendo su beicon. - Bueno Draco, creo que debería irme a comer a mi mesa.

Iza se encontraba en la mesa de los Slytherin haciéndole a Draco algunas preguntas para su regalo de Navidad (algo que Draco no sabía). Ella cerró su cuaderno y se disponía a levantarse cuando Draco la tomo de brazo.

- ¿Por qué te vas? - Iza le dio una sonrisa divertida y levanto sus cejas.

- ¿Me vas a extrañar, Draquín? - Draco se sonrojo, dejándose notar por su pálida piel y giró su cabeza bruscamente.

- Que pesada. Si te quieres ir pues vete. - Iza se sorprendió un poco por el tono de voz de Draco, y suspiro. Cada día que pasaba, hacía que Draco se volviera un poco... malhumorado. Pero, no le molestaba mucho a Iza, pensaba que se le quitaría con el tiempo. Así que se volvió a sentar y tomo de las bandejas un muffin con pasas, y jugo de calabazas.

- ¿Qué clase tienes ahora, Draco?

- Tengo Pociones con los canallas de Gryffindor. - Draco lanzó un pequeño gruñido que hizo reír a Iza. Draco la miro con curiosidad, preguntándose si sería buen momento para hablar sobre lo que por algunos días rondaba por su cabeza. - Iza...

- ¿Sí? - Iza dejo de reír para mirar a Draco, con su característica sonrisa y esos grandes ojos verdes nubosos.

Draco se puso nervioso de solo ver directamente la amable mirada de Izaro

- ¿Con quién pasas la navidad? - Iza dejo de sonreír y miro hacia su muffin tensando la mandíbula.

- A veces con mi tía, aunque normalmente está trabajando. Esta navidad la pasaré aquí porque mi tía tiene un asunto en Estados Unidos.

Draco miró a Iza con pena. Aunque el sintiera que su familia no era la más unida, mínimo podía pasar la Navidad con ellos.

- ¿Quieres pasar Navidad en mi casa? - Iza se preguntó si eso sería posible.

- ¿Crees que tu familia quiera? - Draco hizo una mueca, ladeado un poco la cabeza

- Creo que te prefieren a ti que a Crabbe y a Goyle.

Iza sonrió sabiendo a que se refería, los padres de Draco pensaban que Crabbe y Goyle eran muy sosos y no pensaban por sí mismos, lo cual de algún modo era cierto.

-Tendré que preguntar con mi tía, pero no veo por qué no. Hoy mismo le escribiré para que me llegue la respuesta lo antes posible. - Iza empezó a escribir en su cuaderno y Draco solo la observo, dándose cuenta que el amarillo de la hoja de pergamino en su cuaderno hacía que sus ojos verdes grisáceos tomarán un pequeño brillo.

- ¿Qué clase tienes ahora, Iza? - Preguntó Draco con brillo en su mirada. Iza sonrió al verlo, ya que pocas veces se podían ver esos pequeños detalles de Draco.

-Tengo Vuelo. La verdad no soy tan mala montando una escoba. Se acerca un partido de Quidditch ¿no? Creo que escuche decir de Hermione que Harry jugará como buscador por primera vez.

-De seguro se cae de su escoba.

-No creo, hace poco me mandó la maestra McGonagall a dar un recado a Oliver Wood, el capitán del equipo de Gryffindor, y tuve la oportunidad de ver a Harry en acción. Parece ser muy bueno.

Draco no dijo nada y miro con enfado su desayuno, pensando en que tenia de especial Potter.

-Bien Draco, me voy a mi clase. ¿Te veo en algún receso? Podemos enviar nuestras lechuzas juntos.

Draco levanto la mirada para encontrarse con el rostro de aspecto calmado de Iza. Draco sin decir mucho asintió y se levanto de la mesa, para buscar a sus gorilas. Iza se separó viendo a Harry Potter juntó a Hermione y Ron, como de costumbre. Se acercó a ellos.

-Buenos días, trio de travesuras. ¿Qué hacen? - Harry parecía llevar un libro, mientras Hermione y Ron peleaban, como siempre.

-Buenos días Izaro, íbamos a nuestra clase de Pociones. - Dijo Hermione con una sonrisa en el rostro.

Izaro notó que Harry no había dicho nada, y su nariz rosaba las paginas del libro. Iza se acercó a este y bajó el libro con un leve empujón con su dedo índice.

-Hola Harry, ¿puedo ver? - Harry asintió y le paso el libro a Iza. - ¿Jugadas de Quidditch? ¿Estas estudiando para tu gran partido del sábado?

-Si, es mi primera vez así que mejor estar informado. - Harry volvió a tomar el libro, pero esta vez lo puso junto sus demás libros que estaban debajo de su brazo. Iza tomó dos para ayudarlo. - Gracias Iza. ¿Cómo has estado?

-Bien, estoy a nada de acabar mi guía de plantas geniales. - Iza mostró una sonrisa. - También estaba viendo la posibilidad de pasar Navidades con los Malfoy

Los tres chicos hicieron una mueca.

- ¿Con el odioso de Malfoy? - preguntó Ron haciendo cara de fuchi. Iza soltó una risotada

-Es amigo de mi familia, y si no tendré que pasar Navidad aquí en Hogwarts

-Harry y Ron pasaran Navidad aquí. - comentó Hermione. - Un poco de responsabilidad hará que no se metan en problemas mientras no estoy.

- Si no me dan permiso para ir con los Malfoy, me quedaré aquí a vigilar a este par de pillos

Iza paso sus brazos entre los dos chicos, guiñándole el ojo a Ron y a Harry dándole unas palmadas en el hombro. Los tres rieron mientras Hermione solo rodaba los ojos.

-Solo vas a dejar que hagan travesuras ¿verdad? - después de esto ella también rio

-Probablemente los ayude. - asintió Iza separándose de los chicos- Bien, ya que ya están cerca de pociones, los dejó que tengo que ir al patio, tengo Vuelo.

-Suerte Iza

-Ten cuidado con la escoba

-Te vemos después Izaro

-Adiós chicos. - Iza dejó los libros de Harry en su brazo y se acercó a su oído para susurrarle algo.

- No necesitas estudiar el Quidditch, estoy segura de que lo harás genial. - Harry le agradeció con una sonrisa y se despidió de Iza con la mano mientras ella se alejaba corriendo para alcanzar a sus compañeros.

Avanzado el día Draco e Iza fueron a dejar sus cartas en la lechuzería. No platicaron mucho, ya que cada quien tenia diferentes actividades, pero antes de separarse para llegar a sus diferentes destinos, se despidieron con un abrazo. Al día siguiente Iza salió con gran animo de su Sala Común, portando en su cabello dos listones. Uno amarillo y otro rojo. Los colores de la casa de Gryffindor, contrastaban muy bien con la cabellera blanca peinada en una coleta alta de la niña. Camino rápidamente hacia el comedor y se sentó en la mesa de Gryffindor junto al trio de Travesuras.

-Te quedan bien esos colores, Izaro. - Dijeron con unas sonrisas en el rostro los gemelos Weasley. Iza rio

-Bueno, estoy deseosa de que hagan un buen trabajo como golpeadores.

Fred y George se acercaron a ella y apoyaron cada uno un brazo en sus hombros.

- ¿Dudas de nosotros querida? - Dijeron al unisonó, levantando una ceja

- Claro que no, fotocopias.

- Eso pensé. - una vez más lo dijeron juntos

- Eh chicos, ¡un Slytherin de primer año se quedó atascado en nuestra trampa! - se escucho a lo lejos la característica voz de Lee Jordan.

Y de repente ya no había gemelos Weasley a la vista.

-Es verdad Iza, te ves muy bien. - Iza le sonrió a Hermione intentando ocultar su sonrojo.

- Gracias Mione, tu también te ves muy bien hoy. - Como era costumbre, al ser sábado, los alumnos usaban ropa cómoda y de su agrado. Izaro White llevaba unas mallas negras por el aire ventoso que empezaba a formarse, una falda negra y un suéter amarillo de su casa, lo raro de eso, es que era del equipo de Hufflepuff de Quidditch.

- ¿Cómo conseguiste un suéter de estos Iza? ¡¿Tu también juegas en el equipo de Hufflepuff?! - preguntó Ron soltando el tenedor

Harry miró asustado a Iza, pensando si tendría que jugar contra ella alguna vez. Iza negó repetidas veces con la cabeza.

-Me la prestó el buscador de mi casa, Cedric Diggory. Me dijo que hacía frío y yo estaba a punto de regresarme a mi Sala Común por un suéter hasta que me la presto.

-Muy lindo de su parte. - comentó Mione sin prestarle mucha importancia.

- ¿Qué pasa Harry? ¿Te sientes mal? - Iza frunció el ceño preocupada

- Si desayuno vomitaré.

- Tienes que comer Harry. - dijo Mione preocupada

- Si Harry, esto esta delicioso. - Ron seguía comiendo como de costumbre.

Iza se rio fuertemente al ver a Ron de ese modo, ocasionando que los demás se rieran

Al finalizar el desayuno, Iza fue a saludar a Draco, lo buscó entre los Slytherins emocionados por el partido de Quidditch y lo encontró con Pansy Parkinson y Blaise Zabinni

-Hola Draco, hola Pansy y Blaise. - Draco giró hacia la voz de Iza, pero su expresión detonaba asco, Iza bajo su mano algo preocupada.

- ¿Draco?

- ¿Vas a apoyar a Gryffindor en el partido? ¿De quién es ese suéter, White?

"White" resonó en la mente de Iza, confundida

-Ey, es solo un partido, el próximo apoyo a Slytherin. - Iza le puso la mano en el hombro, pero Draco la aparto rápidamente

- No me toques. - Iza abrió los ojos con sorpresa, sentía un pequeño dolor en el pecho.

- Pobrecilla, busca que la quieran. ¿Qué White, tus padres no lo hicieron?

Draco pasó saliva notoriamente, dándose cuenta de que Pansy se había sobrepasado. Blaise se sorprendió, dejándolo notar en su mirada. Iza no se movió de su lugar, no hablo, no parpadeo y no dio expresión alguna. Rápidamente, llegaron los tres chicos que Iza necesitaba.

- Eres un idiota, Malfoy. - Harry se puso delante de Iza, para encarar a Malfoy, con obvio enojo en su cara. Detrás de él, iba Ron igual de enojado y haciéndose notar por su gran altura. Y Hermione, se acercó a Iza, para comprobar que estuviera bien.

- Ignóralo, Iza. No vale la pena.

Iza no respondió, empujó levemente a Hermione y paso entre Ron y Harry para mirar directamente al chico rubio y sus ojos grises.

-Si vas a tratarme así, para la próxima no se te ocurra invitarme a tu casa por Navidades Malfoy. No vuelvas a hablarme.

Iza se dio la vuelta con una rapidez impresionante y empezó a caminar con su característica calma fuera del Gran Comedor. Dejando a Draco sorprendido y herido.

No se presentó al partido, no se le vio en la comida, ni en la cena. No se le encontró en su sala hasta el día siguiente.

La mansión White estaba más blanca que nunca, llena de nieve blanda que helaba el ambiente. Y dentro de ella, se encontraba Iza White, junto su ama de llaves y su jardinero, compartiendo un desayuno de Navidad estupendo.

Al final, Iza decidió ir a su casa para pasar navidades con los trabajadores de la mansión. Que ella ya consideraba sus amigos. Nunca había pasado una Navidad tan alegre, y llena de risas. Iza supo que tomo la mejor decisión.

Al terminar el desayuno, Iza recibió a las lechuzas que venían de regreso de entregar los múltiplos regalos de Navidad que Iza hizo. Incluyendo a Harry con unos caramelos y un pequeño set de aceites para el cuidado de su escoba, a Ron con muchas golosinas y un poster de su equipo favorito, a Hermione con un libro sobre plantas mágicas (que era el favorito de Iza), a los gemelos con varios objetos de bromas de Zonko, dulces a sus compañeros de casa y por último algo que a ella le hubiera gustado no comprar más sin embargo se vio tentada a hacerlo, fue un set de ingredientes exóticos para pociones a Draco.

Su relación con Draco se había vuelto muy complicada, ella lo evitaba, el intentaba disculparse en vano y ella solo quería olvidarse de la existencia del chico. Aunque ella le dolía hacerlo, ya que era muy cercana a él.

No sabía por qué había comprado ese set de pociones, porque lo había envuelto y por qué lo había enviado con remitente a la mansión Malfoy, pero le nació del corazón. Una corazonada le dijo que era lo correcto.

Pasó el resto de la tarde en la biblioteca, mirando una y otra vez las fotos de sus padres, deseando que estuvieran ahí.

Al anochecer, una majestuosa lechuza se acercó a su ventana, con una caja pequeña en su pequeña bolsa. Iza recibió a la lechuza, y le dio de comer. Tenia a otras 5 más de parte de los regalos de sus amigos, así que la dejo junto a estas y se sentó en uno de los sillones de su habitación, sorprendida por el nombre Malfoy en la envoltura. Desenvolvió ansiosa el regalo, encontrándose con una fina caja de terciopelo, la abrió y encontró un hermoso medallón con una gema verde. Se le hicieron agua los ojos, y giro el medallón encontrándose con un "Lo siento" grabado en este. La sonrisa de Iza se agrandó encantada y se puso inmediatamente el collar. Corrió hacia su espejo más cercano y miró su reflejo en ese, contenta de lo hermoso del regalo.

Antes de dejar ir a las lechuzas para que se encontrarán con sus respectivos dueños, encontró otra cosa en el bolsillo de la lechuza de los Malfoy. Miró la pequeña nota soltando una carcajada. Dejó ir a la lechuza y con un poco de cinta muggle, pegó a su espejo la nota con una perfecta caligrafía.

"Te queda mejor el verde"