𝙸. 𝙴𝚕 𝚌𝚊𝚜𝚝𝚒𝚐𝚘 𝚍𝚎 𝙼𝚊𝚕𝚏𝚘𝚢
- Draco, es imposible que Hagrid tenga un dragón bebé.
- ¡Pero lo vi, Iza! Era un dragón, estoy seguro.
- Los dragones crecen muy rápido. Probablemente ya eche fuego del tamaño de una hoguera. Hagrid no podría mantenerlo en secreto. Tiene la lengua un poco suelta. - Iza dejó ir uno de los libros que dejaba en su lugar. Se encontraba en la biblioteca, junto a Draco. Ella le había vuelto a hablar en el momento que lo vio en el expreso de Hogwarts, agradeciéndole su regalo de Navidad. Izaro nunca se quitaba ese collar, lo que provocaba en sus amigos Gryffindor cierta irritación. Y Draco, le explicaba a Iza todos los días sus nuevos descubrimientos sobre pociones que el aprendía día con día. Presumía con sus compañeros de casa sobre su gran habilidad con las pociones, e incluso Snape se había enterado y le daba pequeñas recomendaciones a Draco para que practicará pociones.
- Tienes que creerme. YO LO VI. - Izaro suspiró divertida y se alejó de la biblioteca, con Draco siguiéndola. Salieron al pasillo, y Draco apresuro el paso para estar al lado suyo
- Corres rápido cuando te lo propones.
- Talento mío. - Dijo entre risas
- ¿A dónde vas? - preguntó aún siguiéndola, pasaron por el Gran comedor y fueron escaleras abajo.
- A mi Sala Común, quedé con Ernie Macmillan y Susan Bones para irnos juntos a mi clase de pociones.
Asintió, y la miró fijamente
- ¿Me crees? - Iza suspiró y se detuvo, para acercarse a el
- Claro que te creo, pero, no es nuestro asunto Draco. Solo... déjalo pasar. Probablemente no sea nada.
- No pueden tener un dragón en la escuela, Iza....
- Eso es lo de menos para ti, solo quieres meter en problemas a Hagrid y a Harry - Draco hizo una mueca, sabiendo que ella había acertado. Iza se acercó más a Draco y al ser del mismo tamaño, no tuvo esfuerzos para darle un beso en la mejilla.
- Si tanto te preocupa, yo les pregunto. Pero prométeme que no harás nada para perjudicarlos.
- ¿Ni un pequeño castigo?
- Nada, Draco
- Esta bien Iza, no haré nada.
- Eres un encanto. - le dio un pequeño roce con su dedo, divertida. - Ahora me voy, que sin mi la clase de Pociones será difícil para Ernie y Susan.
Ahora, espectadores. Yo les preguntó ¿Soy la única que siente la química aquí?
Pasando el día, Iza tuvo sus clases con sus amigos, y pasó su ultimo receso con ellos, comiendo dulces. Al llegar la cena, Iza se despidió de sus amigos Hufflepuff, y se acercó a la mesa de los leones. El fantasma Sir Nicholas, la saludó muy alegremente, mientras platicaba con el Fraile Gordo, que aprovecho la oportunidad para preguntar por el día de Iza, ella contesto amablemente y de buen humor.
Encontró a los caza problemas cerca de la orilla de la mesa y se sentó al lado de Ron.
-Buenas chicos. - Los tres niños la saludaron y ella empezó a agarrar comida de las diferentes bandejas. - Escuche lo del dragón.
Los tres se sorprendieron, Ron soltó su cuchillo y procesó rápido la comida que tenia en la boca. Harry se puso nervioso y Hermione blanca.
- ¿Cómo te enteraste? - preguntó Harry, sin negarlo.
- Me lo dijo un pajarito, no se preocupen. No dirá nada, creo. Ahora díganme ¿Qué trama Hagrid?
Hermione retomo su color de la cara, y le explicó la situación.
-Hagrid quería criarlo, pero ya nos estamos encargando de que cambie de opinión.
- ¡Si! Charlie va a traer a unos amigos para que se lo lleven - Ron sonaba algo emocionado, lo que la hizo sonreír.
- Charlie hace lo correcto siempre. - comentó Iza comiendo, pero Harry la miraba fijamente, algo que le extraño a Iza.
- ¿Algún problema, Harry?
- Te lo dijo Malfoy, ¿verdad? - Iza suspiró, mirando a Harry con su mirada calmada, como siempre.
- Sabes que... es muy amigo mío, pero le hice prometer que no diría nada ¿ok?
- Es un Slytherin, no lo cumplirá. - comentó Harry con cierto fastidio, eso molesto a Iza
- No todos los Slytherin son malos, como no todos los Gryffindor son valientes, los Hufflepuff trabajadores y los Ravenclaw inteligentes. Draco me lo prometió, y lo cumplirá.
- Le tienes mucha fe. Pero ya lo viste, le avergüenza hablar contigo en público. Ya sabes lo que paso antes de Navidad.
Todos nos quedamos en silencio, sabiendo que ese momento no debía de recordarse, Hermione se aclaró la garganta, mientras Harry lanzaba un pequeño "auch"
- ¿Por qué fue eso? - dijo mirando a Hermione.
- Lo que quiere decir Harry, Iza. Es que después de eso... deberías tener un poco de cuidado. Lo que dices es cierto, pero sabemos que Draco cae en la descripción perfecta de un mal tipo.
Iza quería argumentar algo, pero, sabía que tenían razón. Que con Iza no fuera tan malo, no significaba que con los demás también.
-Lo sé, pero, debo confiar en él, me dio su palabra. - Iza tomó con fuerza su collar, inconscientemente.
La cena transcurrió con normalidad, y al terminar, Iza salió hacia su Sala Común. Se sentó junto a Susan, Hannah y Leanne en uno de los asientos de la Sala Común. Al ser ya algo tarde, quedaban poca gente en esta.
- ¿Es verdad el rumor, Iza? - Iza respiró exageradamente, pensando que Draco había dicho algo.
- ¿Cuál, Susan? En Hogwarts los rumores vuelan
- De que te gusta Malfoy. - Las chicas soltaron risitas, emocionadas. Iza solo se sonrojo algo incomoda.
- Somo amigos desde antes de venir a Hogwarts y le tengo aprecio, pero no me gusta románticamente.
- Eso suena a excusa. - dijo Leanne riendo junto a las demás. Iza infló las mejillas y se levantó, fingiendo un bostezo.
- ¡Que sueño! Me voy a dormir. Descansen chicas.
- Adiós Izaro. - se despidieron las chicas. Iza se iba al túnel que dirigía a los cuartos de chicas, cuando vio a Cedric Diggory dirigirse al otro. Este le sonrió y levanto su mano, saludándola. Ella hizo lo mismo. Entro al túnel de las chicas y buscó su habitación.
Dos días después, Draco salió castigado.
-Me dijiste que no dirías nada Malfoy. - dijo molesta la chica de pelo blanco, ignorando las disculpas de Draco mientras caminaba.
- Pero atentaban a la seguridad de esta escuela. - Iza rio sarcásticamente
- Atentaban a tu pequeña batalla con Harry de "quien es más poderoso que el otro"
- Esa es solo una razón. Pero Hogwarts iba a ser devorada en las llamas de un dragón en poco tiempo.
- Lo que tu digas. - Iza suspiró cansada.
- ¿Estás enojada, Iza?
- No, Draco no estoy enojada. Estoy decepcionada. Di la cara por ti, puse mi confianza en ti. Prácticamente aseguré que no dirías nada. ¿Tan poco te importaba nuestra promesa?
Draco se quedó callado sin saber que contestarle a Iza.
-Odio que te molestes conmigo, Iza. - dijo Draco intentando tocar el corazoncito de ella. Spoiler: No funciono.
- Entonces deja de darme razones para molestarme.
Iza solo miró una vez a Draco, dejándole claro con la mirada que la conversación terminaba ahí.
Una vez más, Draco sintió que lo había arruinado.
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