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CAPÍTULO 44.

Luego de hablar con su mamá, Jennie había decidido salir de su apartamento. Aquella noche de miércoles era muy bonita para no disfrutarla, y ella no desperdiciaría una oportunidad para divertirse.

No sabía cuanto tiempo llevaba ya en aquel bar, ni cuantos tragos llevaba ya encima. Solo había salido a disfrutar y a divertirse como solo ella sabía hacerlo. Desde que había llegado al bar, había bebido, bailado y hablado con personas que estaba segura de que volvería a ver el resto de su vida.

Pero había alguien en especial.

Una linda rubia que no le quitaba la mirada de encima desde que había entrado en aquel lugar. Incluso le había invitado una bebida, pero aún así no tenía la suficiente valentía para acercarse.

Jennie, quién tenía la mente nublada gracias a los tragos que había bebido, se levantó de su asiento en la barra y comenzó a caminar decidida hacia la pista de baile. Una sonrisa de suficiencia apareció en su rostro cuando vio que aquella rubia la miraba de arriba a abajo con notable deseo en el rostro.

Comenzó a bailar de manera provocativa dejándose llevar por el ambiente y el lento y sensual ritmo de la música. Sabía que tenía varias miradas posadas en su cuerpo, haciendo que su ego subiera por las nubes. Pero la mirada de aquella rubia en su cuerpo la hacia sentir caliente. Definitivamente estaba jugando con fuego y aquello no le molestaba.

No sabía cuanto tiempo había pasado mientras bailaba sola, pero cuando quiso darse cuenta, ya la canción había cambiado a una con el mismo ritmo. Unas manos se posaron en su cintura e hicieron que su espalda se pegara contra el pecho de un chico.

Jennie se giró, encontrándose con un chico alto, de cabello negro y uno que otro tatuaje a la vista. Traía una chaqueta de cuero puesta, dándole aquella apariciencia de ser un bad boy. Jennie rió entre dientes.

-¿Bailas conmigo? - preguntó el chico, sonriendo con fingida inocencia, haciéndolo lucir aún más atractivo.

-Mala suerte, chico. - escuchó la voz de una chica. Jennie se giró, encontrándose con la rubia, que miraba al chico como si fuera un ser insignificante comparado a ella. - Ella baila conmigo.

Una de las manos de la rubia se enredaron en el brazo de Jennie, jalandola suavemente a sí misma hasta separarla del pecho del chico.

El chico solo bufó con fastidio, dio media vuelta y se fue. Jennie soltó una risita mientras se daba la vuelta para mirar a la chica, quién la miraba con el ceño fruncido y con molestia reflejada en su rostro.

-¿Acaso eso fue una escena de celos? - preguntó Jennie de manera juguetona, comenzando a mover sus caderas al ritmo de la música.

-¿Tendría que haber sido una? - devolvió la rubia, siguiendo los movimientos de Jennie. - Digo, ese chico no sería capaz de hacerte pasar un buen momento, ni siquiera bailando.

-¿Y tú sí? - la rubia asintió con suficiencia. Ambas se quedaron mirando por un largo tiempo, sintiendo como sus cuerpos comenzaban a calentarse debido a los roces, para nada inocentes, entre sus cuerpos. La rubia comenzó a acercar su rostro al de Jennie con la notable intención de besarla, solo que sus labios fueron a parar en la mejilla de la chica. - Espera~... - dijo Jennie, llevando sus manos al rostro contrario. - ¿Me dices tu nombre primero?

-Allyson. - respondió la rubia. Los ojos de Jennie brillaron. - Allyson Park, ¿y el tuyo?

-Ruby, un gusto. - dijo, antes de unir sus labios con los de la rubia.

Ambas chicas comenzaron a comerse la boca en medio de aquel lugar lleno de gente, aprovechando que nadie les estaba prestando ni siquiera un poco de atención.

Jennie enrolló sus brazos en el cuello de la rubia, comenzando a halar los pequeños cabellos de su nuca, mandando descargas satisfactorias por todo su cuerpo, y a la vez, pegándola más a su cuerpo. Las manos de la rubia fueron a parar en la cintura contraria, acariciando a su antojo aquel lugar, deleitándose con los pequeños jadeos que salían de los labios de Jennie.

Ambas chicas se separaron debido a la falta de aire, compartiendo una mirada que dejaba en claro lo que querían que pasara aquella noche.

-¿Nos vamos? - preguntó Jennie, pasando su lengua por sus labios, aprovechando que la rubia tenía la mirada fija en ellos. - Puedo llevarte si quieres. - ofreció.

-¿A dónde?

-A conocer las estrellas, el cielo y toda la puta galaxia, si quieres.

Ambos chicas entraron al apartamento de Jennie, sin dejar de besarse. Tan pronto como estuvieron en la seguridad de la casa de Jennie, comenzaron a arrancarse, literalmente, la ropa, sin importar si esta podría salir dañada en el proceso.

-¿Allyson? - se burló Jennie, mordiendo en labio inferior de la rubia. - ¿No se te ocurrió nada mejor, ardilla idiota?

-Mira quién lo dice. - soltó Chaeyoung, rompiendo la blusa que Jennie llevaba en ese momento. - Usaste tu segundo nombre, eso es falta de creatividad, maldito gato rabioso.

Ambas unieron sus labios en una nuevo y desenfrenado beso. Sus lenguas comenzaron a luchar por el control de este. Ninguna quería perder, ninguna quería dar un paso atrás.

Con dificultad, comenzaron a caminar hasta la habitación de Jennie, dejando un rastro de prendas de ropa rota tirado en el suelo.

La primera en caer en el colchón fue Chaeyoung con Jennie sobre su cuerpo, besando y mordiendo a su antojo, arrancándole gemidos y maldiciones a la menor.

-Sh... - siseo Jennie, separándose de la piel rojiza del cuello de Chaeyoung. - Calladita te ves más bonita, Chaeng-Chaeng. - rió entre dientes, chupando el punto de pulso en el cuello de la menor.

-Vete a la mierda. - gruñó la menor, causando que Jennie le mordiera el hombro con fuerza excesiva.

-Ve tú primero, cobarde. - soltó Jennie, comenzando a bajar cada vez más con sus besos.

Tan solo unos cinco minutos después, ya el blanquecino cuerpo de Chaeyoung estaba lleno de chupetones que pronto pasarían a ser de color morado, y una que otra rojiza marca de mordida.

La menor estaba hecha un manojo de nervios, ansiosa porque Jennie tocara en donde más lo necesitaba, pero ella parecía bastante entretenida en hacerla sufrir con su lentitud.

Sus caderas se movieron hacia arriba cuando el rostro de Jennie quedó frente a su zona sensible, dando uno que otro lenguetazo o mordida.

-Jennie... - gruñó, moviendo sus caderas una vez más en busca de contacto. - Déjate de los jodidos juegos.

-Uh, la niña de mami se enojo. - provocó Jennie, soplando suavemente sobre la zona sensible de Chaeyoung. - Creo que ya es hora de cumplirte tu sueño de tocar el cielo por ti misma. - murmuró, lanzándose a darle la atención merecida en aquella parte del cuerpo de su mejor amiga.

Y aún les quedaba una larga noche por delante.

Eran las 03:15 de la mañana. La habitación levemente iluminada por la luz de la luna que entrana por la ventana.

-¿Estás despierta? - preguntó Jennie, acabando con aquel silencio que había inundado la habitación luego de que Chaeyoung soltara su último jadeo.

-Ajá. - respondió la menor, mirando la espalda desnuda de Jennie.

-Quiero pedirte un favor. - dijo, sentándose en la cama, sin girarse a ver a Chaeyoung.

-Lo que tú quieras.

-No quiero que vengas a despedirte el día que te vayas a Australia. - pidió, levantándose de la cama completamente desnuda y tomando una toalla.

Aquello tomó a Chaeyoung por sorpresa, se sentó de inmediato en la cama, lista para decir cualquier cosa para hacer que Jennie cambiara su opinión. Pero la mayor la cortó, levantando la mano mientras caminada en dirección al baño.

-Entre mi ropa debe haber prendas tuyas, y si no, puedes tomar lo que quieras. - dijo, mirando por fin a Chaeyoung. - Solo asegurate de cerrar bien la puerta cuando te vayas.

Y sin más, entró al baño, dejando a Chaeyoung tremendamente confundida.

Ahora , todo por hoy porque me estoy quedando dormida.

Lamento si hay más errores de lo normal, voy a corregir esto mañana, tal vez.

En fin, gracias por el.apoyo.

Los tkm♥♥♥,

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