CAPÍTULO 43.
Chaeyoung tiró su mochila en donde primero pudo, cerrando la puerta de su habitación con seguro. Se quitó los zapatos y se lanzó a la cama, ignorando los llamados de su madre al otro lado de la puerta.
¿Qué tanto le costaba entender a aquella mujer que no quería ni verla ni escucharla? Ya bastante había hecho, ¿ahora que mierda quería? ¿por qué simplemente no podía dejarla en paz?
Su día en la universidad había sido una reverenda mierda. Y cuando todo parecía mejorar luego de hablar con un par de amigos y pedirles un par de favores, había llegado Lisa a buscarla, diciendo que Jisoo le contaría todo a Jennie. Y para su mala suerte, cuando las había encontrado, ya Jennie sabía todo.
"-Ahora soy yo la que no quiere hablar contigo", había dicho su mejor amiga cuando había intentado explicar porque no le había dicho antes.
"-Tampoco hay nada que explicar, o al menos ya no, ya quedó claro que no eres más que una cobarde", fue lo último que dijo antes de despedirse de Jisoo e irse a quién sabe donde.
Y no podía enojarse con Jisoo, sabía que su mayor no lo había hecho con mala intención. Ella había tenido el tiempo para decirle a Jennie sobre lo que sucedia y no lo había hecho, había dejado que bastante agua pasará por debajo del puente.
Y si Jennie se enojaba, sería su culpa y nada más suya. Todo por ser una jodida cobarde.
Pero no podía evitar sentie miedo, miedo a que Jennie la odiara. Pero aquello había quedado descartado cuando su mejor amiga le había dicho: "Pudiste haberme dicho cuando te pregunte, podríamos haber encontrado una solución, pero decidiste ocultarlo y arruinarlo todo tú sola". O al menos eso había entendido ella, Jennie no la odiaba ni la odiaría.
Salió de sus pensamientos cuando volvieron a tocar la puerta de su habitación. Se llevó las manos a la cara, completamente frustrada y enojada.
-Dije que no quiero nada, madre. - soltó, acostandose boca abajo.
-Soy yo, Chae. - reconoció la voz de su papá. - Abreme, por favor, quiero hablar contigo.
Se levantó lentamente de la cama, y caminó hasta la puerta, arrastrando los pies. Abrió tan solo un poco, lo suficiente para dejar ver su rostro y ver a su padre.
-¿Puedo pasar? - preguntó el hombre, señalando el interior del cuarto de su hija.
La imagen del rostro apagado y ojeroso de su hija, hicieron que el corazón del hombre se estrujara y se volviera pequeño. Estaba completamente seguro de que su hija no había dormido bien esos días. ¿En dónde había quedado aquella niña que era la alegría de su casa?
Chaeyoung se hizo a un lado, dejando entrar a su padre a la habitación. La boca del hombre se abrió debido a la sorpresa. La habitación de su hija era un completo desastre, y eso solo reflejaba el estado de ánimo de su hija. Sabía que cuando Chaeyoung irradiaba felicidad, la habitación de su hija estaba completamente ordenada e iluminada. Pero aquello era completamente distinto, el ánimo de su hija estaba por el subsuelo y aquello era culpa suya, por no tener la suficiente valentía para negarle las cosas a su esposa, y dejar que ella hiciera lo que quisiera con él mismo y su hija.
-¿Sucede algo? - preguntó Chaeyoung, tirándose de nuevo a la cama.
-Tu madre ha comprado tu voleto de avión. - contó, haciendo que Chaeyoung levantara su cabeza para mirarlo.
-¿Para cuando? - preguntó la menor, sentándose en su cama.
-El viernes por la noche, llegarás a Melbourne el sábado por la mañana. - se sentó al lado de su hija, acariciando suavemente su cabello. - ¿Quieres que te cuente algo? - la menor asintió. - A tu edad, yo tenía una amiga, era la mejor de todas, creeme. - rió el hombre, recordando aquellos años de su juventud. - Eramos muy, pero muy unidos, pasabamos todo el tiempo juntos, y con el paso del tiempo, nos fuimos enamorando poco a poco. - Chaeyoung miró sorprendida a su padre, ¿la mujer de la que hablaba era su madre? - Pero tu abuela nunca aceptó mi relación con ella, por lo que decidió mandarme a Sidney, donde conocí a tu madre.
-¿Por qué me cuentas esto? - preguntó la muchacha.
-Porque tu abuela hizo lo posible para separarme de esa chica, y cuando decidió mandarme a Sidney, yo me fui sin despedirme. - aclaró el hombre, riendo sin una pizca de gracia. - No fui lo suficientemente valiente para hacerlo, mi cobardía no me dejó. - él suspiró. - Y para cuando regrese a Melbourne, ella no sentía nada por mí, yo mismo me encargue en matar todo lo que ella sentía por mí.
El mayor se quedo en silencio por un largo tiempo, esperando que su hija dijera algo más, pero no lo hizo. Suspiró suavemente, levántandose de donde estaba para caminar hacia la puerta. Estuvo a punto de salir cuando se giró para ver a su hija.
-No cometas el mismo error que yo, pequeña. - dijo, sonriendo suavemente. - Habla con Jennie, arreglen y aclaren las cosas, no dejes pasar más tiempo. - Chaeyoung lo miró sorprendida cuando nombró a su mejor amiga. - Normalmente finjó que no se nada sobre lo que sucede en esta casa, pero siempre lo sé todo. - sonrió con suficiencia fingida, haciendo sonreír a su hija. - Cuentas con todo mi apoyo, cariño, solo no cometas el mismo error que yo.
Y sin más, salió de la habitación de su hija, rogando a dios porque su hija haya tomado la decisión correcta.
Pa' que vean que Chae también la esta pasando mal.
Es todo por hoy, creo. Probablemente publique uno más, más tarde, no lo sé.
Gus bai.
Gracias por el apoyo.
Los tkm♥♥♥
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