El cuerpo de Jennie se derrumbaba por tercera vez en el escritorio. Chaeyoung estaba detrás de ella, solamente con el torso semidesnudo y con una gran sonrisa llena de orgullo en el rostro.
La menor admiraba el cuerpo sudoroso y completamente desnudo de la mayor, veía como su pecho subía y bajaba de forma rápida, tratando de recuperar el aire perdido debido al esfuerzo que había hecho anteriormente. Sacó su celular de su bolsillo para ver la hora y se dio cuenta de que ya tenían al menos unos 45 minutos allí, y que en 20 minutos volverían a tocar el timbre para anunciar el cambio de clases.
-Tú... - dijo Jennie, tragando saliva, sintiendo la garganta terriblemente seca. - Algún día te devolvere todo esto.
-No tengo ningún problema, Nini. - un escalofrío recorrió la espalda de Jennie al escuchar aquel apodo. - Quedan unos 15 minutos para la próxima campana. - anunció la menor, mintiendo en el proceso. - ¿Quieres otro? - preguntó burlona.
Jennie se quedó en silencio, procesando la pregunta hecha por la menor. Pero cuando lo hizo, ya comenzaba a sentir las manos de Chaeyoung sobre su espalda, dejando suaves caricias hasta llegar a su trasero, donde apretó fuertemente, haciendola gemir.
-Chae... - suspiró Jennie. - Sa-
-Sh... - siseó Chaeyoung, bajando una de sus manos hasta el centro de la mayor, comenzando a jugar con el hinchado botón de Jennie. - Solo uno más.
Jennie tragó saliva y asintió, cumpliendo el capricho de la menor. Ella y su maldito problema de no poder decirle 'no' a Chaeyoung nunca. Pero claro, en aquel momento no le importaba realmente, los dedos de la menor jugando con su centro no la dejaban pensar correctamente.
-Date la vuelta y sientate. - ordenó Chaeyoung, quitando la mano de la vagina de Jennie, haciendola quejarse por haber parado con las atenciones que le estaba dando de repente.
Jennie se volteó, quedando boca arriba, mirando cara a cara a Chaeyoung. La menor tragó saliva ruidosamente, el aspecto de Jennie había hecho que una nueva descarga de humedad se hiciera entre sus piernas. Solo esperaba que aquello no se notara.
Se acercó hasta Jennie, tomando su rostro con delicadeza para dejar un par de besos suaves y cariñosos a lo largo de su rostro, al menos hasta que junto sus labios. Chaeyoung era la única que llevaba el control del beso, controlando hasta el más mínimo contacto entre sus lenguas. Y no era que Jennie no quería darle batalla, era simplemente que se encontraba tremendamente exhausta para siquiera pensarlo.
Luego de unos minutos, la menor se separó del beso, llevándose el labio inferior de la mayor con ella, entre sus dientes, mordiéndolo suavemente y a la hora de soltarlo, chuparlo con lentitud.
Jennie abrió sus ojos, mirando a los de Chaeyoung, encontrandolos aún más oscuros que la mayoría del tiempo, tanto que ella podía ver a la perfección su reflejo.
Chaeyoung bajó su cabeza para comenzar a besar el cuello de la mayor, mordiendo y chupando la suave y blanquecina piel de Jennie. La menor subió sus manos hasta los senos de Jennie, comenzando a amasarlos a su gusto y pellizcando sus pezones suavemente.
Jennie comenzó a mover sus caderas de manera inconsciente, rozando su vagina con la madera del escritorio, comenzando a soltar jadeos y gemidos, con el nombre de Chaeyoung en la mayoría de ellos.
Estaba demasiado sensible, los tres orgasmos anteriores lo habían provocado. Sentía que con el más mínimo toque que Chaeyoung le diera a su centro, sería capaz de llegar a un cuarto y último orgasmo tan devastador que creía que no podría pararse derecha por mucho tiempo durante el resto del día.
Y cuando Chaeyoung metió uno de sus pezones a su boca, no pudo evitar gemir tan alto que podía escucharse fuera del salón. Decidió tomar el rostro de la menor entre sus temblorosas manos y llevarla de nuevo a su rostro para comenzar un nuevo beso, no quería llegar tan pronto.
-Bésame. - pidió, mirando a Chaeyoung a los ojos. Y la menor, incapaz de no cumplir el pedido de la mayor, la besó suavemente, de manera lenta y calmada.
-Preciosa... - susurró Chaeyoung con la respiración entrecortada. Sus ojos escaneaban el rostro de la mayor, quién aún seguía con los ojos cerrados. Las mejillas de Jennie estaban rojas, sus labios hinchados, rojos y brillantes. Su cabello revuelto solo le daba un toque aún más atractico, si aquello era posible. Para Chaeyoung era estar frente a una diosa. - Eres preciosa.
Las mejillas de Jennie se colorearon en un rojo mucho más intenso, haciendo reír a Chaeyoung por lo adorable que se veía.
-Cállate y sigue con lo que estabas haciendo. - ordenó entre risas, evitando mirar a Chaeyoung a los ojos.
La menor rió suavemente. Comenzó a bajar por el torso de la menor, repartiendo besos y mordidas a lo largo de esté.
Su mano derecha bajó hasta la altura de la rodilla derecha de la mayor, comenzando a subirla suavemente, acariciando la piel suave del muslo de Jennie. Y cuando su mano llegó hasta el centro de la entrepierna de la mayor, Jennie comenzó a mover las caderas en busca de más contacto, haciendo a Chaeyoung sonreír burlona por lo ansiosa que se encontraba.
-Deja el juego, ardilla idiota. - gruñó Jennie, sintiendo los dedos de Chaeyoung rozar sus labios vaginales.
-Tan impaciente. - se burló.
Un gemido gutural salió de la garganta de Jennie cuando Chaeyoung comenzó a jugar con su clitorís directamente. La menor comenzó a bajar por el cuerpo de la menor, dejando besos y mordidas a su paso, y cuando llegó hasta quedar frente a la vagina de la mayor, tomó ambas piernas y se las pusó en el hombro. Comenzó a silbar una canción del momento cuando se dio que estaba lo suficientemente cerca del humedo centro de la mayor.
Jennie jadeó, sintiendo escalofríos recorrerle todo el cuerpo con tan solo sentir el aire que Chaeyoung soplaba al silvar.
La mayor, ya harta de los juegos por parte de Chaeyoung, bajó una de sus manos hasta la cabeza de la menor y tomó algunos mechones de cabello entre su mano. Un jadeo ahogado salió de Chaeyoung al sentir su curo cabelludo arder por el tan repentino y bruto trato.
-Hazlo, maldita sea. - ordenó Jennie cuando hicieron contacto visual. Y sin soltar el cabello de Chaeyoung, la pegó a su cuerpo. - Oh, mierda. - gimió cuando la menor comenzó a chupar su clitorís, uniendo su lengua y un par de dedos al juego de vez en cuando.
La presión en su vientre comenzaba a sentirse cada vez más con el paso de los segundos, y tan solo había pasado unos minutos desde que Chaeyoung había comenzado a hacerle el oral. Definitivamente estaba actuando como una hormonal.
-¡Mierda! - exclamó Jennie cuando sintió que Chaeyoung metía tres dedos de la nada en su interior, incorporandose en el proceso.
La menor metía sus dedos de forma rapida y precisa, curvandolos de vez en cuando, buscando el punto g de Jennie.
Las caderas de la mayor comenzaron a moverse cada vez más, a la vez que movía su torso de un lado a otro, respirando con dificultad y gimiendo ruidosamente. Chaeyoung había tocado aquel punto en su interior que la hacia sentirse como si estuviera en el cielo y el infierno.
-Voy a... - trató de decir Jennie entre gemidos, pero su garganta ardía.
-Hazlo. - ordenó Chaeyoung, comenzando a besar el cuello de la menor. - Toca el cielo por mí.
Y así lo hizo. Un orgasmo arrasador hizo temblar el cuerpo de Jennie. Los dedos de Chaeyoung no se detuvieron en ningún momento, incluso el pulgar de la menor había comenzado a acariciar aquel botón rosado e hinchado. Chaeyoung curvó sus dedos en el interior de Jennie, tocando el punto g de la mayor, causando que tuviera otro orgasmo en medio del que estaba teniendo en ese momento. Aquello solo hizo que su orgullo se elevara por las nubes.
Bien hecho, Chaeyoung.
El timbre resonó por todo el campus, anunciando el cambio de clases para algunos y el final del día escolar para otros.
Chaeyoung pasaba su sudadera por la cabeza de Jennie, quién estaba con la mirada perdida y una sonrisa tonta en su rostro. Buscó en la mochila de la mayor el peine que ella siempre llevaba consigo, comenzando a acomodar el cabello de Jennie lo más que podía.
Cuando terminó de arreglar a Jennie lo máximo que pudo, dejó un pequeño beso en los labios de la mayor, llamando su atención luego de muchos intentos.
-¿Todo bien? - preguntó con una sonrisa enternecida en el rostro. Jennie asintió suavemente y se sonrojó de la nada. - Ya es hora de irnos, ¿estás segura de que quieres seguir con las clases?
-No puedo faltar más. - respondió, haciendo un adorable puchero que se borró de inmediato al sentir los labios de Chaeyoung sobre los suyos en un adorable beso. - Tú también debes ir a las tuyas.
-Vamos entonces.
Chaeyoung se incorporó, tomando la mano de Jennie, ayudándola a levantarse de la silla. La mayor sentía sus piernas como gelatina.
-¿Todo bien? - preguntó la menor al ver la extraña forma de caminar de Jennie.
-Sí. - respondió de forma cortante, sintiéndose tremendamente avergonzada.
Una carcajada salió desde lo más profundo de la garganta de Chaeyoung, avergonzando aún más a Jennie que comenzaba a golpearla en los brazos, repitiéndole una y otra vez que se callará.
La menor notó a Jennie mucho más relajada y radiante mientras que la acompañaba a su salón de clases y estaba tremendamente feliz por eso.
Nota mental: Agradecerle a Jisoo y a Lisa.
03/03
Espero que este mini-maratón les haya gustado.
Lo sigo diciendo, soy un tremendo asco para el smut, dah.
Gracias por el apoyo que le dan a esta historia.
Voten y comenten, mi gente.
Los tkm♥♥♥
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