𝚈𝚘... 𝙽𝚘 𝚕𝚘 𝚜𝚎́
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- Momo?? - la azabache se quedó helada - Q-Que haces aquí??... -
Estaba tan absorta en sus pensamientos que ni siquiera se había dado cuenta de que el pecoso estaba frente a ella.
- Por qué pones esa cara??... - Izuku rió al ver la extraña expresión que tenía su amiga.
La mente de Momo seguía procesando lo que pasaba.
Por un lado, quería abrazarlo y no soltarlo en un buen rato; y por el otro quería salir corriendo de ahí.
Una mezcla de emociones la inundó, estaba feliz de verlo, estaba molesta por lo que había pasado hace un par de días, estaba nerviosa por lo que estaba a punto de hacer, estaba triste, sabía la razón, pero aún estaba confundida.
- Momo??... - la llamo preocupado.
Habían sido los 7 segundos más largos de su vida, no sabía que hacer, estaba completamente en blanco; el plan perfecto de Rosse fue olvidado con facilidad.
Y, casi como un mecanismo de defensa, la azabache se había lanzado a abrazarlo; no supo en qué momento lo hizo, pero... ahora ya no quería separarse de el.
Una sensación de felicidad y tranquilidad la inundó.
- P-Pasa algo??... - el peliverde se puso un poco nervioso por la repentina acción de la azabache
La pelinegra no dijo nada, solo negó con la cabeza y puso más fuerza en el abrazo.
El corazón de Izuku se aceleró de golpe, a pesar de haberse vuelto más fuerte, tanto física como sentimentalmente, Momo Yaoyorozu seguía causando una mezcla de emociones muy fuertes dentro de el.
- "Solo... Solo un poco" - pensó el pecoso; solo por esta vez, haría caso a sus sentimientos y se dejaría llevar por el momento.
Izuku la pegó un poco más a el y comenzó a acariciar el cabello de la azabache.
Momo por su parte se estremeció al sentir la fuerza y brusquedad al pegarla más a el.
Su mente por fin quedo en blanco cuando el pecoso comenzó a acariciar su cabello; su piel se erizó al grado de casi temblar, y un poderoso carmín tiñó sus mejillas.
- Estas bien??... te volviste a pelear con tus padres??... quieres que salgamos un rato??... - ayudar al que lo necesite era un defecto de fabricación que Izuku tenía muy marcado, un hermoso defecto a opinión de Momo.
Momo asintió con la cabeza; ella no era muy fan de las mentiras, si bien no era cierto que se peleó con sus padres, si era necesario mentir para recibir los mimos y caricias del pecoso, entonces valía la pena.
El resto del día, Izuku se la pasaría consintiendola y haciéndola sentir mejor.
Se sentía mal al mentirle a su mejor amigo, pero al menos así lo tendría solo para ella por el resto del día.
Una extraña sensación se alojó en su estómago, muy parecida a cuando vas de bajada en la montaña rusa, y su corazón se aceleró.
Nunca había sentido una sensación así, pero tampoco le desagradaba.
Mientras tanto, Izuku estaba pensando en la mejor manera de hacerla sentir mejor.
Tenia un plan, o al menos el comienzo de uno, pero estaba seguro de que funcionaría.
- Espera un minuto - Momo no quería separarse del abrazo, pero tampoco quería ser muy empalagosa.
Izuku se dio un golpe en la frente - Carajo, olvidé que no tengo celular - el peliverde miró a Momo - Me prestas tu teléfono??... - la pelinegra asintió felizmente y le entregó su móvil.
Izuku procedió a marcar el número en el teléfono - Hola Camie... soy yo Izuku... crees que puedas hacerme un favor??... -
- Kyaaaa!!... Izuku, hacerlo en la escuela... eso es tan inapropiado... - grito la chica por el otro lado del teléfono.
Izuku sintió una mirada asesina en su espalda, pero decidió ignorarla - No esa clase de favor... necesito que traigas mis cosas al almacén de deportes... - el peliverde terminó la llamada, no sin antes borrar el registro de llamadas.
Suspiró cansado, las bromas de la castaña eran muy fáciles de malinterpretar.
Momo estaba muy molesta, está vez no lo iba a negar, estaba celosa, pero, por el bien de su tarde, está vez lo dejaría pasar.
Sin embargo, no perdería la oportunidad de marcar territorio - I-ZU-KU... - Momo se le acercó por detrás y lo abrazo; en cualquier otra situación le habría parecido sexy, pero no ahora - por qué no me dijiste que tu amiguita también estudiaba aquí?? - Momo procedió a morder el hombro del peliverde.
En ese momento llegó Camie, haciendo que la castaña mirara la escena; todo había resultado según el plan de Momo, a excepción de la identidad de la susodicha.
- ~Ohhh Izuku!!...~ - gimió la chica - ...hacerlo con dos chicas a la vez... y en la escuela... ~Ahhhh!!~ ...eres un monstruo lujurioso -
Momo seguía en shock, la misma chica que le ayudó a encontrar que Izuku, era Camie; ahora entendía el por qué la ayudó.
Si antes, a pesar de no conocerla, le caía mal, ahora que la conoció, podía decir con total seguridad que la odiaba.
Momo dejó de morder al pecoso, pero no soltó el abrazo.
- Deja de decir estupideces... donde están mis cosas?? - Camie le lanzó su mochila y su chaqueta del uniforme, ya que debido al calor, se la quitó - Gracias... te debo una - Izuku tomo la mano de Momo y procedieron a irse de ahí.
- Me debes muchas Izuku - hablo la castaña cuando pasaron junto a ella.
- Y algún día te pagaré - respondió el pecoso.
Momo le dedicó una mirada de muerte a la castaña, mientras que Camie le sonrió, esto solo irritó más a la azabache.
[•••]
- Donde conseguiste una llave maestra??... - pregunto la azabache preocupada por Izuku, ya que ahora se iba a escapar del colegio por ella; comenzaba a arrepentirse, no quería que lo castigaran por su culpa.
- En internet - respondió con simpleza mientras revisaba que no hubiera nadie.
Izuku abrió el portón que daba a el estacionamiento del personal y ambos salieron.
Ahí lo esperaban los guardaespaldas de la azabache, un pelinegro de unos 27 años, y un moreno calvo de unos 33 años, el azabache fumaba, mientras que el calvo revisaba su celular - Mierda... esto será difícil - susurro el pecoso.
Momo estaba a punto de llamarlos, pero Izuku la tomó desde atrás y le tapó la boca - ~Shhhh~ ellos no nos van a acompañar - susurro -
La azabache solo asintió, para después ser cargada de forma nupcial por el pecoso.
Momo sabía que no era nada liviana, pero la sensación de revoloteo en su estómago la hizo callar.
Izuku comenzó a rodear los autos sin ser percibido por los dos gorilas.
Mientras tanto, Momo observaba atentamente cada detalle de Izuku; su mirada había cambiado, ya no había ni una pizca de timidez o miedo en ella, ahora solo podía sentir determinación en ella, tenía una pequeña cicatriz en la mejilla, casi imperceptible, pero ahí estaba, también se veía un poco demacrado, pero eso solo le daba serenidad, sus pecas le daban un toque infantil, pero lo que más le llamó la atención fueron sus ojos - Hermosos - susurro Momo; jamás había visto con detalle los ojos del pecoso, era como ver un par de esmeraldas, era hipnótico, te trasmitía una sensación de tranquilidad.
La sensación en su estómago se hacía cada vez más fuerte, al igual que el pulso cardíaco de la azabache.
La esencia de Izuku golpeó su nariz, no olía a nada en particular, solo olía a el, y eso ya lo volvía una buena fragancia.
Momo se ruborizó enormemente al darse cuenta de dos cosas; la primera, parecía una pervertida al estar olfateando al pecoso; y la segunda, Izuku la acababa de secuestrar y ella lo estaba disfrutando.
Ni siquiera sabía en donde estaba, y había olvidado su cartera en la limusina, eso era lo que más le preocupaba, no tenía dinero para pagar nada, para una Yaoyorozu esto era el fin del mundo.
Para cuando la realidad la golpeó de nuevo, ya estaba parada frente a un restaurante de comida rápida; ni siquiera se había dado cuenta en que momento la bajó el peliverde.
Ahora si estaba asustada, no sabía si podría contenerse frente a Izuku, en cuanto a comida se refiere ella no sabía medirse.
El problema no era la cantidad de comida que Momo consumía, o la forma de consumirla, el verdadero problema era el precio.
Izuku la había traído a un lugar específicamente caro, sabiendo que la comida de ahí le gustaría a Momo, pero ella no quería causarle un gran gasto al peliverde; por lo tanto, hoy solo ordenaría una hamburguesa y un refresco.
Izuku volvió a tomarla de la mano, esto solo hizo que la piel de la azabache se erizara, y lo siguiera.
Una sensación de calidez la tomó por sorpresa sonrió sin darse cuenta.
Pero todo se fue a la mierda cuando el pecoso la soltó para acercarse a una mesera y susurrarle algo al oído; la mesera le sonrió, e Izuku de igual manera, para que después la chica se fuera.
Los celos se volvieron a apoderar de ella, e ignorando el llamado de Izuku, fue y se sentó en la primera mesa que vio disponible, tomó el menú y lo puso frente a ella; ni siquiera lo estaba leyendo, simplemente no quería que el peliverde viera su expresión, y esto fue notado por el pecoso, ya que, el menú estaba al revés.
El peliverde sonrió al ver el menú, mientras que Momo trataba de ignorarlo, pero, para la desgracia de ella, la sonrisa del pecoso no era algo fácil de ignorar.
Se ruborizó un poco y miro hacia el menú tratando de leerlo, dándose cuenta de que estaba al revés; su rubor solo aumentó más cuando Izuku rió.
- Aquí está su pedido - Hablo la misma mesera de antes, poniendo dos charolas frente a ellos.
Momo se sorprendio por esto, ni siquiera había ordenado y ya le habían servido.
En su charola había una hamburguesa con doble de todo, papas fritas y una malteada de chocolate.
Volteo hacia Izuku, solo para recibir una sonrisa de su parte; revisó la hamburguesa y se dio cuenta de que no tenía tomates, justo como a ella le gustaba.
- Gracias - mencionó Izuku.
El pecoso tomó una papa y la remojo en su malteada - Que pasa??... n-no querías eso??... - pregunto preocupado, ya que había pedido 7 más iguales a esa.
- No... de hecho es exactamente como me gusta... gracias - la azabache le sonrió de manera sincera.
- "No te sonrojes No te sonrojes No te sonrojes... oh mierda" - el peliverde sintió como de a poco su rostro se calentaba.
- D-De nada... "por qué tartamudeas, idiota??... recuerda tu entrenamiento soldado" - el pecoso se daba ánimos a si mismo.
Momo veía el rubor del peliverde como algo lindo, combinado con sus pecas lo hacían ver como un pequeño cachorro perdido.
Una atmósfera bastante romántica se género al rededor de ellos, pero Izuku hizo la pregunta - Por cierto... que hacías ahí... cuando te encontre??... - hablo con la boca llena.
La azabache se quedó callada, recordó el por que estaba ahí el pecoso, una chica se le estaba declarando, no escuchó la respuesta, aunque más bien no quiso escucharla.
Un gran sentimiento de tristeza se apoderó de ella; estos cambios repentinos de ánimo... no los entendía, y no le gustaban.
- Quería v-verte... pero me di cuenta de que estabas ocupado, así que decidí irme... p-pero tu me encontraste primero... - en realidad no se había movido más de 5 metros del lugar.
- Oh, ya veo... - el peliverde le dio una mordida a su hamburguesa.
Momo quería preguntarle más, pero no sabía si eso era lo correcto, Izuku dejó muy en claro que no quería que se metiera demás en su vida, eso era algo que por el momento respetaría.
Aún así, la curiosidad y los celos la mataban - E-Esa chica... se te declaró... que le respondiste??... - pregunto sin más.
Izuku incluso dejó de comer para verla - Estabas escuchando??... - pregunto con un ligero tono de burla.
- So-Solo un poco... pero me fui... y no escuche lo que dijiste... - respondió con un ligero rubor.
Izuku sonrió - La rechacé - respondió con simpleza.
Esto sorprendió mucho a la azabache, pero lo supo disimular - Era bastante linda - argumento.
- Si supongo - respondió de forma desinteresada.
- Entonces por qué no le dijiste que si??... - pregunto curiosa.
El brillo en los ojos del peliverde se apagó, y en cambio ahora solo había un par de orbes vacíos color verde - Por que era una hipócrita... - respondió de forma fría, sorprendiendo a Momo - Ella cree que soy fuerte... y tal vez lo sea... pero no siempre fue asi... y cuando era débil... todos tratan de joderte a como de lugar... ella no era una de ellos, pero era un espectador, y yo detesto a ese tipo de personas - hablo con un ligero tono de molestia.
Momo ya ni siquiera sabía como sentirse, estaba feliz de que la haya rechazado, pero a la vez triste por cuanto había cambiado el peliverde sin ella - Izuku... yo... - ahora era la azabache quien quería hacerlo sentir mejor, quería acercarse para abrazarlo, y tal vez, y solo tal vez se daría cuenta de sus sentimientos por el pecoso, pero... la suerte es una perra.
El fuerte sonido de un disparo resonó por todo el establecimiento, de la nada dos sujetos armados entraron al establecimiento, uno traía una escopeta, el otro una Glock 17, fue la única que pudo identificar el pecoso. Izuku analizaba desde su lugar a los dos sujetos, llegando a la conclusión de que el tipo del arma corta era más peligroso, ya que al otro le temblaban las manos.
- Muévete y pon todo en la bolsa!! - grito el tipo de la Glock; mientras tanto el peliverde ya había creado un plan para detenerlos.
Izuku tomó la copa donde le sirvieron su malteada y se la lanzó al sujeto de la Glock, estrellándose contra su rostro.
Inmediatamente después corrió hacia el tipo de la escopeta, tomándola del cañón, redirigio el disparo hacia el techo, posteriormente le dio un puñetazo en la garganta, y luego otro en la boca del estómago, logrando que soltara el arma.
Utilizando la escopeta como bate de béisbol, golpeó la muñeca de el otro asaltante, tirando la Glock como resultado, para después golpearlo con la culata justo en la zona del diafragma.
El sujeto se arrodilló por el dolor, iba a vomitar, pero el pecoso le dio una patada de hacha justo a un lado de la cabeza; el crujir de un hueso roto resonó por el lugar, el peliverde le había roto la clavícula.
El otro tipo trató de atacarlo por la espalda con un cuchillo, pero Izuku lo sujeto de la muñeca y lo lanzó contra el piso, golpeándolo en el codo, hizo que su brazo estuviera en una posición anatómicamente imposible; el asaltante gritó de dolor, pero bastó con que el peliverde lo tomara del cabello y lo azotará contra el suelo para que callera inconsciente.
Tomando carrera le dio una patada en el rostro al otro tipo, logrando noquearlo como resultado.
Izuku suspiró cansado, pero justo en ese momento, entró otro tipo, pero con una M16, caminando a paso lento le apuntaba al pecoso, quien solo pudo poner las manos sobre la cabeza.
El último asaltante estaba a punto de dispararle al peliverde, pero, contra todo pronóstico, cayó inconsciente, tirándose contra el piso soltó su arma.
Detrás de él estaba una asustada Momo con un bate de Béisbol.
Momo soltó el bate y corrió a abrazarlo mientras lloraba - Estúpido Estúpido Estúpido - Izuku la abrazó fuertemente mientras acariciaba su cabello.
Mientras tanto, una pelirroja, fuera del establecimiento, guardaba su revólver, al parecer no fue necesaria su ayuda.
[•••]
Izuku se encontraba debajo de un árbol, comiendo su tercer hamburguesa; y Momo, estaba frente a el, caminando de un lado a otro sobre el mismo lugar, mientras lo regañaba por lo imprudente que fue y las miles de cosas que le pudieron haber ocurrido.
Después de ese "Pequeño" incidente, el gerente del restaurante quiso recompensarles, y como resultado, ahora Izuku puede ir a comer ahí cuando quiera, y sin tener que pagar.
Intentando evitar a la prensa y la policía, Izuku llevo a Momo a un parque cercano, no sin antes llevarse 15 hamburguesas con el.
- Al menos estás escuchándome??... y no me hables con la boca llena... - hablo de forma autoritaria.
Izuku pasó lo que tenía en la boca para después hablar - Lo tenía todo controlado -
- No... no tenías nada con... - hartó de los regaños de Momo, decidió callarla.
Jalando de la muñeca a la azabache hizo que cayera de rodillas, haciendo que sus rostros quedaran a una distancia peligrosa.
Podía incluso sentir la respiración del pecoso en sus labios - Te preocupas demasiado... deja de pensar en el hubiera... no paso... estoy bien - tomo con delicadeza sus hombros, y posteriormente su cintura, logrando sentarla frente el; pasando sus manos por los costados de la chica, poniendo dos hamburguesas en sus piernas.
En este momento la comida no era importante; puso las hamburguesas a un lado y tomó la mano de Izuku, entrelazando sus dedos con los de el.
Tomando la otra mano del pecoso la puso puso en su estómago, logrando un abrazo cálido y cariñoso.
Izuku sintió como la azabache apretó un poco su agarre, como diciendo "No me sueltes".
Mientras que Momo podía sentir el rápido latir del pecoso en su espalda.
La sensación de revoloteo en su estómago se volvió a hacer presente, su corazón se aceleró a mil.
Lo que estaba haciendo no estaba bien, al menos no como mejores amigos.
Pero, la calida sensación del toque del pecoso la hacia estremecer, la hacia sentir querida, la hacia sentir especial.
No entendía que era lo que le pasaba; hace 10 meses estaba segura de que no sentía nada por el pecoso, al menos no más allá de amistad.
Pero ahora, no estaba del todo segura.
Sintió una presión en el pecho, y su corazón se volvió a acelerar cuando el peliverde reafirmó el abrazo.
Qué sentía realmente por Izuku??... Amor??... o solo era su egoísmo de tenerlo a su lado?? - Yo... No lo sé - susurro para si misma.
Y en verdad que no lo sabía, pero, pronto lo descubriría.
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Hey que tal como estan??... espero que bien.
Por cierto, que les parecería la idea de un Nemuri x Izuku x Momo??...
En fin, no se olviden de votar en la historia, comentar y seguirme.
Adiós y gracias por leer.
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