〖☽〗30/12/2024 ~ 05/12/2024【☾】

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La estación de metro estaba llena de gente, pero en medio de la multitud, ella se sentía completamente sola.

Se aferraba a la barra de metal con una mano, mientras que con la otra sostenía un viejo cuaderno desgastado.

Miraba por la ventana de la terminal, observando cómo las luces de los coches se deslizaban rápidamente, como si fueran recuerdos que se desvanecían lentamente.

Cuando se percata  de que aún no tiene el billete necesario para poder comenzar su trayecto, se dirige a una de las muchas máquinas que abundan en la parada.
Sus pasos resuenan en el suelo empedrado de la estación, causando que muchas miradas curiosas se claven en ella.

Lejos de incomodarla, le agrada el sonido que sus botas hacen mientras camina, pues le parece un golpeteo rítmico sumamente relajante, que incluso es capaz de romper el bullicio que parece reinar en la parada.

Se detiene delante de una máquina y comienza a teclear en ella, mientras espera a que sus billetes de ida y vuelta salgan, comienza a pensar en su vida.
O mejor dicho, comienza a plantearse seriamente qué desea hacer después de que el verano haya pasado, cuando todo vuelva a la rutina y todos esperen para preguntarle en qué trabaja o qué estudia.

Y al igual que hace unos meses, se le hiela la sangre en las venas. Pues a día de hoy, le sigue asustando haberse equivocado.

¿Y si lo que comenzó a estudiar no era lo que realmente deseaba?

Era cierto que tenía margen de error, pero aún así, no deseaba continuar gastando dinero y tiempo tontamente.

No deseaba sentirse de nuevo perdida, pues le había costado mucho tiempo volver a encontrarse y no quería pasar por esa experiencia una segunda vez.

De igual manera, no le da tiempo a pensar mucho más porque de pronto, un silbato hace que vuelva a la realidad. Todos sus pensamientos se esfumaron de golpe y, momentáneamente, las preocupaciones que hace un momento le atosigaban, ahora se disuelven en el aire como si nunca hubieran existido.

Gracias a un segundo silbatazo, es capaz de ubicarse y dirigirse al punto exacto dónde se encuentra el tren al que debe subirse.

Instantes después, está cómodamente sentada en uno de los vagones mientras aferra su bolso con fuerza entre las manos.

Viendo la escena desde fuera, podría dar la sensación de que teme que se lo roben, pero lo cierto es que únicamente está perdida de nuevo entre sus reflexiones.

El tren comienza a avanzar con un suave vaivén, pero su corazón late desbocado.

A continuación, el medio de transporte en el que va sentada, hace una parada brusca, y durante un instante, todos los pasajeros pierden el equilibrio.
Ella se aferra con más fuerza, como si eso pudiera evitar que su vida se desmoronase aún más.

Cuando todo ha vuelto a la normalidad, mira a su alrededor con curiosidad: un grupo de amigos ríe, una madre abraza a su hijo y un hombre lee un libro.

Todos parecían tener un propósito, una dirección. Y ella, atrapada en sus pensamientos, se siente como un barco a la deriva.

Angustiada, decide revisar su cuaderno, quién sabe si esta vez es capaz de autoconvencerse de estar haciendo lo correcto.

El único problema es que la libreta no debe opinar lo mismo, porque le muestra unas páginas llenas de sueños y metas.

Aspiraciones y anhelos. Deseos y proyectos que siente como castillos de arena; fácilmente desmoronables con cada ola que llegase.

Había terminado la universidad hacía unos meses, pero las oportunidades parecían escasas.

Había enviado currículums sin cesar, pero las respuestas eran siempre las mismas: "Agradecemos su interés, pero no ha sido seleccionada".

Esa frase resonaba en su mente como un eco interminable.

El metro continuó su trayecto ajeno a todo lo que le rondaba por la cabeza. Y cansada del nudo que atenazaba su garganta, cierra los ojos deseando que al abrirlos, la situación haya cambiado.

Por una vez, desea  sentir la seguridad de un futuro prometedor, el alivio de saber que todo va a estar bien, pero lo único que siente, es una tristeza profunda que la acompaña a donde quiera que vaya.

Las conversaciones a su alrededor son un murmullo distante, risas y charlas que se le antojan ajenas.

La ansiedad aprieta su pecho; la incertidumbre sobre su futuro es una sombra que la sigue a todos lados.

Los susurros de los demás pasajeros provocan que sus párpados acaben cediendo, por lo que finalmente, se echa una pequeña cabezadita.
Nada del otro mundo, solo un breve descanso en su monótona existencia.

Finalmente, después de varias horas, el tren se detiene en el andén, por lo que ella se levanta preparada para salir.

Después de ser empujada en repetidas ocasiones, consigue atravesar la multitud.

Mientras camina por el apeadero, se promete a sí misma que no dejará que el miedo la defina.

A unas calles de distancia, se encuentra su destino: la casa de su hermano. Y a pesar del radiante día que hace, es capaz de sentir como un escalofrío recorre su columna.

Necesita un fuerte abrazo, y no sabe si será capaz de verbalizar su deseo.

Ella cree que esto es lo que sucede cuando te alejas mucho de las personas a las que quieres; se afloja el hilo que los une y se vuelven desconocidos.

✫・。. 𝕯𝖊𝖓𝖓𝖆 ‧ *･༓☾