16/06/2023 - 17/06/2023 ❤️🖤

'Son esas cosas que no tienen vuelta atrás, pero que te marcan y de golpe te cambian la vida para siempre. '

Continúa cayendo envuelta en una negrura absoluta. La cabeza le palpita y los dedos se le entumecen.

Intenta inspirar una bocanada de aire pero se le hace imposible, le duelen mucho los pulmones.

Abre los ojos con temor a lo que pueda encontrarse, pero por suerte para ella, la oscuridad ha sido sustituida por lo que parecen las luces de unos edificios que divisa a lo lejos.

Su pelo cobrizo se mueve a cause del aire mientras ella desciende.

La muerte se siente en el ambiente, la suya, la de Logan.

Intenta aferrarse a las fuerzas invisibles que comienza a ver por el nerviosismo del momento.

Cuándo se da cuenta de que no puede cambiar lo inevitable, que su destino ya está decidido, cierra los ojos y se deja llevar...

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Lo primero que siente cuándo abre los ojos, es un frío lacerante que recorre todo su cuerpo.

- Ariadne, agarra mi mano de una vez. - Dice una voz conocida con un tono desesperado.

Ella desconcertada se queda mirando la mano que se encuentra a pocos centímetros de su rostro. Abonada mira hacia arriba y allí descubre a Logan.

Mira a su alrededor sorprendida, se encuentran en el tejado de un edificio.

Por alguna extraña razón, ella había acabado enganchada en la barandilla del edificio más alto, y Logan intentaba ayudarla.

Logan, el que por cierto se encontraba flotando a varios metros del suelo. Logan, el que estaba a punto de irse para siempre sin haberle dicho su nombre, el que le hacía sentir tanto.

- No tengo todo el día, por favor Ari agarra mi mano. - La mueve para que ella la vea. - Por favor.

Después de un breve instante de duda, ella la coge con delicadeza, cómo si temiese que todo se esfumase de golpe.

- Por fin, ya comenzaba a ponerme nervioso. - Suelta todo el aire de golpe mientras se acerca para abrazarla. - ¿Qué bien hemos comenzado la noche eh?

La broma queda suspendida en el aire, igual que ellos.

Como tantas otras veces la distancia entre ellos se acorta, hasta quedar en la imaginación, pero esta vez, no se besan. Ninguno hace nada.

El deseo es palpable en el ambiente, pero aún así ninguno hace nada.

Lo único en lo que Ari puede pensar es que se podría cortar el aire con un cuchillo. Intenta relajarse porque está tensa, tiene todos los músculos contraídos esperando un beso que no sucede.

Como si quisiese torturarla más, Logan se acerca más a ella y le susurra al oído :

- Jay. Me llamo Jay, no es un nombre tan bonito como el tuyo pero es lo que hay. - Sonríe tan tenso como ella e intenta explicar. - Después de tanto misterio he decido decírtelo porque siento que mejoro, gracias a ti, pero cuándo te vas es horrible.

Todo se oscurece y solo deseo seguir así, viviendo sin vivir, durmiendo sin descansar. Añorándote.

Me gustaría decirte que nos veremos, pero no quiero mentirte. No quiero que por mi culpa ya no quieras estar con nadie más, por eso no te dije mi nombre.

Logan - Jay - se revuelve las manos por el cabello intentando encontrar las palabras para continuar, pero estas no quieren salir de su garganta.

- Me gustaste desde el principio, tu voz fue la que me salvó. La que hizo que nos conociésemos, no sé cómo conseguiste encontrarme, pero gracias a ti sigo aquí, intentando despertar por ti. Porque te quiero muchísimo Ari.

No quise decirte el nombre porque sabía que esto pasaría y no deseaba decepcionarte.

- ¿Decepcionarte? - Repite ella sin poder creer lo que escucha.

- Hacerte daño, darte falsas esperanzas para luego herirte. Supuse que si te daba un nombre falso no confiarías en mi, no te enamorarías de mí.

Lo siento, lo siento tanto...

- No, no. Ven aquí Jay - El nombre se desliza co'y facilidad por su lengua, con delicadeza. - No te diré que debes luchar, porque si ni siquiera yo puedo. Solo quiero decirte que estaré a tu lado, pase lo que pasa.

No debes lamentar nada, porque para mí y espero que para ti también, han sido unos momentos preciosos acompañada de la mejor persona que puede existir, tú amor.

Te quiero, te quiero tanto que a veces duele admitirlo. Pese a eso, estaremos bien, ¿vale Jay?

En respuesta, él la besa. Y ninguno quiere admitir o tan siquiera pensar, que ese podría ser su último beso juntos.