15/06/2023

‘Entonces te vi, y todas las canciones de amor tuvieron sentido.’

Caminando con pasos poco seguros, recorre el pasillo lleno de gente esperando a que le atiendan.

Tras haberlo planteado casi todo con Logan, sabe perfectamente a qué habitación debe ir, a qué hora y qué debe decir para que le dejen entrar para verlo.

En lo que quizás, podrían ser sus últimas horas.

Sube las escaleras lo más rápido que sus piernas pueden, hasta que llega a una puerta cerrada, comprueba el papel que lleva para asegurarse de que debe entrar allí.

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Cuándo se despierta ese día por la mañana, ya tiene claro que es lo que va a hacer, va a verlo.

Lleva dos días en un país extrajero que ha resultado ser más bonito de lo que ella esperaba en un principio.

Con pereza, se levanta de la cama y se dirige al baño para peinarse. Por el camino, mira su móvil para comprobar que efectivamente tiene algún mensaje de su hermano.

Le responde rápidamente y a continuación entra en la ducha.

Con la música a todo volumen - ha comprobado en cuándo cierra la puerta no se escucha nada, de manera que no molesta a nadie - se enjabona el cuerpo, la canción cambia y comienza a sonar una que hace años que no escucha.

Una que un día le dedicó a alguien importante.

Aprovechando que tiene el bote de jabón aún en la mano, lo utiliza como si de un micrófono se tratase. Entre gritos y alguna que otra lágrima canta la canción hasta que esta acaba.

Llena de energía, sale de la ducha con la toalla alrededor del cuerpo.

Se viste con el vestido negro que tenía preparado para ese día, que cada vez intentaba aplazar más y más, hasta que al final ha decido ir, porque al fin y al cabo para eso ha venido.

En la puerta, se calza las botas y se peina los mechones rebeldes de cabello.

Sale de casa con la horrible sensación de que algo malo pasará, y puede que así sea…
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Gira el picaporte de la puerta sin querer abrirla realmente por miedo a lo que podrá encontrar en su interior.

Cuándo entra, la habitación está mejor de lo que esperaba, si no fuese por la cama del centro podría ser hasta acogedora.

Todo está lleno de flores, algunas secas, y de postales preciosas escritas en un idioma un tanto distinto para ella, pese a eso, solo es capaz de entender alguna que otra frase.

Lentamente, como si de una película se tratase, se acerca a Logan, su Logan. Ese chico que lleva tanto tiempo besando y conociendo.

El mismo que le acaricia por las noches, al que le cuenta las cosas más locas que se le pasan por la cabeza y el que le susurra cosas hermosas mientras le abraza, para así poder quedarse dormida.

Y ella no sabe cómo, pero en poco tiempo Logan se ha ganado todo su cariño, de una manera sorprendente.

Con cuidado, le acaricia la fría mejilla mientras le observa con tristeza. No sabe si lo imagina o no, pero al momento comienza a notar un calor proveniente del cuerpo de Logan, como si reconociese su presencia y quisiera tocarla también.

Con un nudo en la garganta, se sienta en una de las sillas vacías más cercanas a la cama, aún sosteniendo la mano - pues no quiere dejar solo a Logan ni aunque sea por un segundo - lo mira.

Observa como sus ojos se mueven bajo sus párpados cerrados que espera un día se abran, el pelo negro azabache le cae por la frente desordenado creando unas sombras sobre su rostro que lo único que hacen es que se vea aún más precioso, por último, se fija en el pequeño tatuaje que está dibujado sobre una de las mejillas de Logan.

El tatuaje consistía en dos simples palos dibujados en una de las mejillas, era tan simple que ella se sorprendió al no haberlo notado antes, los palos representaban en números romanos, el dos. Cohibida por la belleza de los rasgos de Logan - y del tatuaje - se queda unos minutos en silencio, luego cierra los ojos sin querer seguir viendo aquello ya que tiene demasiadas ganas de besarlo para ver si así logra despertarlo, tal y como ocurre en la ‘Bella durmiente’.

Aunque sabe que no ocurrirá nada, se inclina y lo besa.

No es ningún beso romántico, ya que después de todo Logan no puede devolverle el beso, pero aún así ella siente una pequeña presión que provoca que el corazón se le acelere.

Al instante, siente como si unas manos suaves le acariciasen.

Asustada intenta apartarse pero algo en su interior le avisa de que no debe preocuparse.

De golpe, como invocadas por una fuerza invisible, las máquinas que mantienen con vida a Logan, comienza a pitar como locas. Asustada se aparta y se toca los labios sin saber qué hacer.

No le da tiempo a hacer nada cuándo entran en la habitación y se la llevan. Ella le suelta la mano que cada vez está más y más fría, como si la sangre ya no la recorriera.

En silencio se despide, pese a que lo último que desea es irse de allí, por si no vuelve a verlo.

Antes de salir, lo último que ve, es la vida de la persona que quiere debatiéndose entre la vida y la muerte.