ㅡLix, este uniforme me hace ver gordoㅡse quejó el peliazul viéndose en el espejo de cuerpo completo de su habitación.

ㅡEs lo que dices siempreㅡrodó los ojos el rubioㅡ¿Para eso me llamaste? Te recuerdo que nos veremos en unos minutos.

Jisung frunció el ceño y se cruzó de brazos, viendo a Félix a través de la pantalla de su celular que estaba puesto de manera vertical en uno de sus muebles para que pudiera verlo completamente.

ㅡAyúdame a elegir los accesoriosㅡmostró su juego de anillos y aritos de diferentes estilos.

ㅡ¿Cuál es la ocasión?ㅡenarcó una ceja con sospecha.

ㅡEscuché que vienen de intercambio algunos estudiantesㅡrespondió indiferente.

ㅡ¡Ahora entiendo todo!ㅡnegó con la cabeza mientras dejaba escapar una corta risaㅡPonte los negros, te quedan bien.

ㅡ¡Gracias!ㅡcorrió de nuevo hacia el espejo y se puso el par de aritos que Félix había elegidoㅡDe seguro vendrán chicos muy guapos.

ㅡEs lo único que te interesa.

ㅡ¡Jisung, llegarás tarde si no te vas ahora!ㅡgritó su madre desde el primer piso de la casa.

ㅡ¡Voy en seguida!ㅡguardó sus libros en su mochila y peinó su cabello lo mejor que pudoㅡNos vemos, Lix, ¡no se te ocurra entrar al salón sin mí!

ㅡSi, si, como digas, apresúrateㅡy cortó la llamada.

Metió su celular en el bolsillo del pantalón y salió de su habitación con su mochila en su hombro, emocionado por su día en la escuela. Se despidió de sus padres antes de salir por la puerta principal y empezó a caminar por la solitaria calle del vecindario, la escuela quedaba muy cerca por lo que ir caminando no era ningún problema para él, aunque a veces sus padres insistían en ir a dejarlo.

ㅡ¡Hannie!

Jisung se dio la vuelta con una enorme sonrisa rápidamente al escuchar esa maravillosa voz que reconocía perfectamente, pero sus ánimos decayeron tan pronto vio a la misma chica con sus manos rodeando el brazo de Minho, sonriendo con orgullo.

ㅡMinho, holaㅡsonrió forzosamente, incómodo por la presencia de su novia.

Minho quiso acercarse a abrazarlo como forma de saludo, pero la chica a su lado apretó su brazo de manera disimulada, deteniéndolo de golpe. Jisung notó la manera tan forzada en la que esa chica trataba a su mejor amigo, estaba muy molesto, pero no podía meterse, ya en varias ocasiones habían hablado al respecto y Minho se negaba a dejarla, así que ese ya no era su problema por más triste que se sintiera.

ㅡHola a ti también, Ryujinㅡle sonrió de la misma manera.

ㅡMin, vámonos que mi papá nos esperaㅡignoró al peliazul y se llevó a Minho que, sin ninguna protesta, se dejó guiar por la pelinegra.

ㅡVámonos que mi papá nos esperaㅡrepitió para sí mismo con voz aguda mientras hacía una mueca de disgusto. Suspiró triste, viéndolos entrar al brillante carro negro que los esperabaㅡEstúpida engreídaㅡhizo un puchero y siguió su camino hacia la escuela.

Al llegar, se encontró con su rubio y sonriente amigo, lo saludó con un fuerte y cariñoso abrazo antes de entrar a su salón. Tomaron asiento en su escritorio compartido de siempre, pero Jisung notó rápidamente a sus nuevos compañeros, deleitándose con la vista.

ㅡSon muy guapos, Lixㅡmurmuró, Jisung sin despegar la mirada de uno en específico.

ㅡNo seas tan obvio, deja de verloㅡlo golpeó levemente para que reaccionara, pero parecía que seguía sin escucharloㅡ¡Mira, Minho está aquí!

ㅡ¿Qué? ¿Dónde?ㅡpreguntó, buscando con la mirada al mencionado, pero su expresión cambió a una más seria al escuchar al rubio reír a su ladoㅡ¡Que idiota!

ㅡIdiota tú, Minho ni siquiera estudia aquí.

ㅡMejor vete y busca otro asiento, el chico lindo no tiene en dónde sentarseㅡlo empujó fuera de su silla, notando que el chico que había estado viendo se estaba acercandoㅡ¡Apúrate!

ㅡEres increíblemente traicionero, Han Jisungㅡfrunció el ceño, tomando sus cosas para buscar un asiento hasta atrás.

Jisung no le hizo caso, sabía que no estaba molesto.

ㅡHola... ¿Está libre este asiento?ㅡhabló el más alto con timidez, sonriéndole de manera amable.

ㅡClaro, puedes sentarteㅡasintió, sonriéndole de la misma manera.

Félix miraba todo desde la parte trasera del salón, murmurando algunos insultos para Jisung.

ㅡAsí que... Es tu primer díaㅡhabló Jisung luego de unos segundos en silencioㅡMe llamo Han Jisung, ¿y tú?

ㅡMe llamo Christopher, pero puedes decirme Chan. Es un gusto, Jisung.

Jisung sentía que iba a derretirse con cada palabra que salía de ese maravilloso chico, no podía dejar de verlo; era alto, con brazos anchos y una sonrisa encantadora, además de que parecía ser muy amable.

ㅡEl gusto es mío.

El resto del día, Jisung no hizo nada más que entablar conversación con Chan, preguntándole sobre su vida, sus gustos o cualquier cosa que lo hiciera hablar para seguir escuchando su melodiosa voz. A la hora de la salida, la sonrisa que Jisung llevaba en el rostro no se podía borrar. Claramente no estaba enamorado, pero sin dudas deseaba pasar mucho más tiempo con él, principalmente porque era demasiado atractivo.

ㅡTierra llamando a Jisung, ¿me escuchas?ㅡhabló Félix, pasando su mano frente a los ojos de Jisung que no dejaban de ver a Chan alejándose entre las personasㅡDios, enfócate, Jisung.

ㅡNo va a resistirse a mis encantos, ya verásㅡmordió su labio inferior, esbozando una sonrisa pícara.

ㅡAjá ¿Y Minho?

ㅡTiene novia, no molestes más con esoㅡse cruzó de brazos e hizo un puchero, empezando a caminar hacia la salida también.

ㅡEso no quita que estés enamorado de élㅡrecalcó, alcanzando a su berrinchudo amigoㅡTú solo estás buscando una excusa para olvidarlo.

Jisung miró de reojo al rubio, aún con el ceño fruncido, molesto porque tenía razón. Decir que otro guapo chico iba a hacer que olvidara a Minho, era demasiado exagerado; sus sentimientos por el castaño eran muy profundos como para olvidarlos de un momento para otro, aunque sabía perfectamente que esos sentimientos estaban quedando en la nada.

ㅡMinho nunca va a corresponderme por muchas razones.

ㅡ¿Sabe que te gusta?

Negó rápidamenteㅡY nunca debe saberlo, no quiero que piense que es esa típica historia del chico gay que se enamora de su mejor amigo heterosexual.

ㅡBueno, jamás sabremos cuál sería su opinión al respectoㅡsoltó un suspiro, jugueteando con un lápiz entre sus dedos. A él no le interesaba con cuántos chicos salía de vez en cuando Jisung, pero le preocupaba que eso podría dañarlo terriblemente por no poder expresar sus sentimientos, porque aunque no lo demostrara, sabía que estaba sufriendo de cierta formaㅡY si me lo preguntas, si es esa típica situación en donde el chico gay se enamora del amigo heterosexualㅡrió, siendo empujado levemente por el otro que había empezado a reír también.

Siguieron hablando por un corto tiempo más hasta que tuvieron que separar sus caminos. El día no estaba tan soleado como solía estar, siendo un alivio ya que Jisung odiaba caminar bajo el sol. Cuando llegó a su hogar, se giró a ver la casa de los Lee, todo estaba cerrado a excepción de la ventana de Minho, las cortinas estaban abiertas, lo que significaba que estaba ahí. Quiso tocar la puerta y proponerle hacer tarea juntos, pero se detuvo ante tal pensamiento, de seguro estaba con su novia y no estaba de ánimos para encontrarse con escenas que no deseaba ver, porque, aunque Minho le jurara que nunca había tocado a su novia, no terminaba de creerlo; un chico de diecisiete que no toca a su novia era algo muy difícil de creer, menos si estaban a solas en esa enorme casa. Quería creer que había una posibilidad de que estuviera diciendo la verdad por la manera en la que fue criado, tan sumiso a las reglas de sus padres y sus creencias, tal vez, solo tal vez estaba diciendo la verdad.

Bufó molesto y entró a su solitaria casa, sus padres trabajaban y era hijo único, así que no había nadie que pudiera molestarlo durante toda la tarde. Subió a su habitación y dejó sus cosas tiradas en el suelo, procedió a desvestirse para tomar una larga y relajante ducha, quería apartar cualquier triste pensamiento en cuanto al castaño de la casa de enfrente. Mientras sentía el agua fría en su piel, pensaba en lo idiota que había sido al enamorarse de Minho, a su alrededor siempre habían chicos guapos con familias menos complicadas, pero no, él debía enamorarse justo del imposible con familia homofóbica y venenosa. Apartó esos pensamientos y trató de pensar en otras cosas referentes a la serie que estaba viendo, sacando teorías sobre cómo terminaría; al menos eso lo mantenía distraído.

Salió del baño usando su bata y se dirigió hacia su tocador, eligió una crema con olor a frutos rojos para ponerla sobre su piel, dándole suavidad. Le gustaba mimarse cada vez que podía, lo hacía sentir bonito; usar productos para cuidar su cabello y piel era casi un pasatiempo, siempre se tomaba el tiempo de elegir y buscar los mejores productos.

Abrió una de sus gavetas en busca de su ropa interior, y mientras revolvía entre sus cosas, encontró uno de sus juguetes favoritos, pensando en que esa gaveta no era un lugar seguro para esconderlo. Mordió su labio inferior con duda, debatiéndose sobre si pasaba su tarde jugando o haciendo tareas, pero el pene de goma y su calor repentino ganaron casi automáticamente. Cerró la gaveta de su mueble y acomodó unas cuantas almohadas en el respaldo de la cama, sacó un pequeño bote de lubricante que siempre guardaba en la mesita de noche a un lado de su cama y se recostó sobre la pila de almohadas.

No se consideraba una persona tan necesitada cuando de sexo se trataba, pero últimamente se había estado sintiendo muy solo, empezó a rechazar a distintos chicos porque ya no se sentía con muchos ánimos para seguir con esa vida, aún estaba muy joven y no quería que su vida girara en torno a eso, así que de vez en cuando recurría a sus preciados juguetes que logró comprar a través de algunos contactos, ya que, al ser menor de edad, no lo dejarían hacer la compra.

Desató el nudo de la bata y dejó su piel expuesta, sintiendo como el aire que entraba por la ventana le daban escalofríos. Para esas ocasiones, su mente era muy poderosa y creativa, era el único momento en el que podía fantasear como quisiera con la imagen de su guapo vecino, ese era su pequeño momento, imaginándose hasta sus más oscuros deseos con el castaño. No podía evitarlo, pasar sus manos por su cuerpo e imaginar que eran las de Minho, hacía que el placer aumentara en demasía.

Porque Minho era su más grande deseo.

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ㅡRyu, en serio debo hacer tareasㅡdijo por tercera vez, Minho ante la insistencia de la pelinegra por quedarse con él.

Justo ese día, los padres de Minho habían salido a una importante reunión, por lo que la casa estaba sola, así que quería aprovechar para pasar la tarde con su mejor amigo que hace mucho no visitaba, y cuando lo vio llegar a su casa, las ansias porque su novia se fuera, aumentaron.

ㅡPero podemos hacer tarea juntosㅡse pegó más a él, hablándole de manera cariñosa.

ㅡNo creo que mis padres aprueben que estemos aquí nosotros solosㅡle dijo con seguridad, viéndola con frustración. Estaba cansado de pasar todo el día escuchándola hablar de sus cosas, no quería ser grosero, pero ella ni siquiera le preguntaba cómo estaba, tampoco lo dejaba hablar mucho, todo solo giraba en torno a ella.

ㅡLo séㅡsuspiró derrotada. Sabía que Minho tenía razón, que dos adolescentes de diecisiete años estuvieran solos en una habitación no estaba bien, se podrían ver tentados en algún momentoㅡMe iré entonces, Min, gracias por hacerme entrar en razónㅡle sonrió, tomando sus cosas para irseㅡLlamaré un taxi y te avisaré cuando regrese.

ㅡMe parece bienㅡasintió, acompañándola hasta la entrada de la casaㅡNos vemos mañanaㅡse despidió con la mano.

Ryujin se despidió de la misma manera y se fue, dejándolo solo por fin. Corrió escaleras arriba y tomó una corta ducha, tenía planeado pasar la tarde con su mejor amigo y ver algunas películas, ya había incluso seleccionado las opciones. Salió del baño, se puso ropa casual para estar en casa y se dirigió a la casa de los Han. Tocó la puerta unas cuántas veces y no hubo respuesta, volvió a tocar y aún nadie llegaba a atenderlo; pensó en la posibilidad de que estaba dormido o tomando una ducha como siempre hacía, así que decidió esperar un momento, pero el tiempo seguía pasando y él no podía regresar tan tarde a su casa, así que optó por subir por la parte trasera de la casa hasta la ventana del peliazul. Habían descubierto que podían entrar sin ser descubiertos desde ahí. Vio hacia la ventana de la habitación y efectivamente estaba abierta, aunque las cortinas estaban cerradas. Subió con cuidado utilizando como soporte las barandas de las ventanas de abajo hasta que por fin llegó al balcón de la habitación. Limpió sus manos en su pantalón y caminó hacia la enorme ventana corrediza, cuando estuvo a punto de apartar las cortinas, algo lo detuvo de golpe, causando que retrocediera un paso hacia atrás.

ㅡMinho~... Uhm si... Hazlo más fuerteㅡgimió con voz aguda el peliazulㅡNo te detengasㅡvolvió a hablar, sus ojos cerrados con fuerzas y sus manos sobre su cuerpo.

Minho sintió un extraño revoltijo en su estómago y se acercó de nuevo, sintiendo la curiosidad de saber por qué su mejor amigo lo había mencionado. Apartó un poco las cortinas, lo suficiente para ver qué pasaba dentro de la habitación y no ser descubierto; grande fue su sorpresa al presenciar con sus propios ojos aquella escena que, por alguna razón, no podía dejar de ver.

Jisung estaba con sus piernas abiertas introduciendo un consolador en su entrada mientras con su otra mano, masturbaba su propia erección, gimiendo como loco, nombrando a Minho con cada vez que su juguete entraba en él. De un momento a otro, se puso en cuatro y empezó a penetrarse él mismo de esa manera, sintiendo el placer recorrer todo su cuerpo, su piel brillando por el sudor y su mano doliendo por el esfuerzo.

El castaño seguía viéndolo, sintiéndose cada vez más atraído. Sin darse cuenta, su entrepierna empezó a doler, sintiéndose ajustada en su ropa interior. Una sensación de incomodidad lo invadió, siendo algo tan nuevo y diferente para él.

ㅡ¡Ah! Si, así me gusta, Minhoㅡvolvió a gemir con fuerza, poniéndose de nuevo en su posición inicial para poder masturbarse.

Una corriente recorrió todo el cuerpo de Minho, sintiendo sus mejillas arder de vergüenza ante la manera en la que seguía gimiendo su nombre, tan necesitado y excitado.

ㅡ¡Oh, Dios, si! ¡Minho!ㅡgimió fuerte cuando su ansiado orgasmo por fin llegó, haciéndolo temblar por tanto placer.

Minho se alejó rápidamente luego de verlo terminar, escondiéndose para que Jisung no lo viera, no debía darse cuenta de que estaba ahí, debía esperar al menos unos cuantos minutos para dejarlo vestirse de nuevo y que su incómoda erección bajara.

Cuando escuchó la puerta del baño cerrarse, pudo respirar con más tranquilidad. Escondió su rostro entre sus manos sintiendo vergüenza y pensó en qué hacer, ¿debía irse o quedarse? Una parte de él quería salir huyendo de ahí y encerrarse en su habitación para pensar bien en lo que acababa de ver, pero la otra parte le seguía exigiendo que se quedara a pasar el tiempo con su mejor amigo, al que había dejado de lado desde hace un tiempo.

La puerta del baño volvió a cerrarse, quedándose sin tiempo para analizar la situación y decidirse, así que hizo lo primero que pensó.

ㅡJisung, ¿puedo entrar?ㅡpreguntó desde el balcón, empezando a sentirse nervioso.

Jisung se quedó quieto unos segundos al escucharlo hablar, reaccionando tiempo después. Vio su habitación y estaba hecha un asco, las sábanas sucias y desordenadas, su juguete y lubricante tirados en el suelo. Definitivamente no podía dejarlo pasar todavía.

ㅡEh, si, pero espera un momentoㅡle dijo antes de empezar a arreglar todo. Metió las sábanas al cesto de ropa sucia y lo demás lo escondió bajo su cama, ya después buscaría un mejor lugar para guardarloㅡ¡Ya puedes pasar!

Minho entró por fin a la habitación, encontrándose con Jisung con el en medio de esta con una gran e inocente sonrisa, como si hace unos minutos no hubiera estado masturbándose, lo cuál lo hizo preguntarse cuántas veces, Jisung había hecho eso antes de verlo.

ㅡ¡Minho!ㅡcorrió hacia él con alegría, tirándose a sus brazos como siempre hacía cuando se saludaban, porque a Minho le gustaba abrazarlo y sentirlo cerca. Él cariño físico que le demostraba parecía ser algo normal para él, había visto a muchos chicos en su escuela ser cariñosos entre sí sin necesidad de ser una pareja, por lo que llenar de besos y abrazos a su mejor amigo, no estaba mal, siempre se convenció de eso como una excusa para no dejar de hacerlo.

ㅡHolaㅡsonrió, abrazando con fuerzas al más bajo. Trató de apartar de su mente todo lo sucedido hace unos momentos, enfocándose solamente en lo mucho que lo había extrañadoㅡTengo algo de tiempo, mis padres no están en casaㅡdijo al separarse, pero aún estaban muy cerca; ya estaban acostumbrados a ser de esa manera.

ㅡ¿Y tu novia?ㅡhizo un puchero, sintiéndose cálido con los brazos de Minho rodeando su cintura

ㅡAcaba de irse, así que ¿vemos algunas películas?

Jisung asintió emocionado y se soltó del agarre, bajando a la cocina entre pequeños saltitos por algo de comer.

Minho lo miró irse, esbozando una sonrisa en su rostro, preguntándose qué era ese nuevo y diferente sentimiento en él.

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Le dedico este cap a mi hermana menor porque mucho molesta con que quiere que le dedique un cap🙄 me tenés harta, Rocío, pero aquí está n-n

Espero que les guste🥺