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Tío conejo

Minho recordaba perfectamente que una de las cosas favoritas de Jisung era visitar a su familia, y es por eso que, en ese momento se encontraba conduciendo el auto de Chan junto a Jisung en dirección a las afueras de la ciudad en donde vivían los Han.

Agradeció mil veces que Félix se haya negado a acompañarlo, dejándole el camino completamente libre para un viaje solo de ellos dos. Tuvo que rogarle a Chan para que le prestara el auto por algunos días y así viajar más cómodos; no fue fácil, pero después de ofrecerle muchas cosas a cambio, por fin accedió.

Ciertamente estaba ansioso, emocionado y muy nervioso, conocer a la familia de Jisung sonaba bastante difícil en su cabeza, pero ya no había vuelta atrás, había estado tan emocionado con la idea que olvidó por completo que tendría que convivir con más personas a parte de Jisung.

—Creo que te encantará—habló Jisung, rompiendo el cómodo silencio entre los dos—El clima es bueno y no hay nada molesto a los alrededores.

—¿Vienes a visitarlos seguido?—preguntó sin apartar la mirada del camino.

—No realmente—negó con la cabeza—Es la primera vez que vengo en el año.

—De seguro te hacen mucha falta.

—Muchísima. Al principio mi mamá no estaba de acuerdo con tener que mudarme a un departamento en la ciudad, pero no tenía más opción si quería iniciar la universidad.

—Entendible—asintió.

—¿Y tú? ¿Qué hay de tus padres?

—Uhm...—Minho lo pensó durante unos segundos. ¿Qué podía decir sobre ellos?—Bueno, ellos están bien—respondió con simpleza.

—¿Los visitas a menudo?

—No—dijo a secas—Tenemos vidas separadas. No hay nada familiar, cada quien cumple con su rol dentro de la familia; ellos trabajan, yo estudio—se encogió de hombros—Es todo.

—Ya veo—asintió pensativo—Bueno, mi familia si es muy familiar, espero que no te sientas incómodo, mi papá suele tomar confianza demasiado rápido.
—No te preocupes—lo vio y le sonrió cortamente—Creo que podré manejarlo.

No estaba del todo seguro de cómo iba a hacerlo, pero haría el esfuerzo de llevarse bien con todos a pesar de que le resultara difícil.

El silencio reinó nuevamente entre los dos, pero a ninguno le importó demasiado, el silencio era bastante cómodo y la música hacía el viaje mucho más llevadero.

Después de un largo rato, Jisung se acomodó sobre su asiento y sonrió ampliamente al darse cuenta de que estaba muy cerca. Lo único que podía ver ahora eran los árboles y grandes terrenos verdes; las casas modernas, los altos edificios y el sonido del tráfico se había quedado atrás, dándole paso a un ambiente mucho más tranquilo y en silencio.

Jisung le indicó a Minho hacia donde ir cuando estuvieron lo suficientemente cerca y después de algunas calles, por fin llegaron. Minho vio detenidamente en donde se encontraba y respiró profundamente, llenando sus pulmones del fresco aire que lo rodeaba. Estacionó el auto cerca de una enorme casa, la fachada era bastante rústica y estaba rodeada de frondosos árboles, haciendo el contraste perfecto con el bonito jardín delantero.

—¿Esa es tu casa?—preguntó evidentemente sorprendido cuando detuvo el auto.

—Esa misma—asintió, quitándose el cinturón de seguridad—¿No es linda? Papá se hizo cargo del jardín.

—Es muy bonita—asintió de acuerdo.

Ambos bajaron del auto y sacaron las maletas del maletero, llevándolas a la entrada de la casa. Jisung tocó la puerta varias veces hasta que alguien la abrió desde el interior.

—¡Tío Sunggie!

Un pequeño niño de diez años se acercó rápidamente a los brazos del castaño a darle un fuerte abrazo. Muy sonriente, Jisung respondió el gesto de la misma forma, revolviendo su cabello hasta desordenarlo, haciéndolo reír.

—¿Cómo estás?

—Bien~—respondió risueño, apartándose del abrazo—¿Quién es él?—señaló a Minho, viéndolo directamente.

—Él es Minho, un amigo muy cercano que vino a acompañarnos—le explicó rápidamente. El niño asintió y agitó la mano hacia el más alto en forma de saludo.

Minho saludó de la misma manera, pareciéndole increíblemente tierno.

—¡Abuela, tío Sunggie trajo alguien que no es tío Hyunjin!—gritó el menor, corriendo al interior de la casa.

Jisung abrió los ojos en sorpresa y sus mejillas enrojecieron, vio a Minho quien se veía igual de sorprendido, haciéndolo sentir avergonzado.

Sin decir algo al respecto, los dos entraron a la casa con las maletas en mano. Tan pronto estuvieron dentro, la calidez y el olor a comida los recibió.

—Deja las maletas a un lado de las escaleras—indicó Jisung, haciendo él lo mismo—De seguro todos están allá afuera, esperándonos.

—¿Todos?—preguntó en voz baja.

—Mis tíos, mis primos, mis padres... Todos viven juntos—sonrió un poco apenado.

Minho asintió lentamente y sin comentar al respecto. Decir que estaba nervioso era poco, nunca había conocido a la familia de ninguno de sus amigos, solo a los de Jungwoo, pero no eran tantas personas, solo sus padres y un hermano. ¿Cómo iba a lidiar con tantas personas?

Decidido a afrontarlo, caminó junto a Jisung hasta llegar a lo que parecía ser el comedor, encontrándose con algunas personas caminando de un lado a otro, hablando y riendo en voz alta, pero todos guardaron silencio de golpe cuando notaron su presencia.

—¡Sunggie!—se acercó una mujer hacia él, abrazándolo con emoción.

—Tía Taeyeon—respondió, rodeándola con sus brazos.

—Que lindo verte de nuevo—le sonrió cuando se alejó—Y trajiste a un apuesto chico—vio a Minho, sonriéndole de la misma manera.

—Es Minho—lo presentó hacia todos los presentes—Se quedará con nosotros mientras esté aquí.

—Hola—saludó un poco tímido Minho, haciendo una reverencia—Espero no ser una molestia.

—¡Para nada!—respondió un hombre, acercándose a ambos—Los amigos de nuestro Sunggie siempre son bienvenidos. Soy Kibum, tío de Jisung, es un gusto conocerte.

—Igualmente—sonrió cortamente.

—¿En donde está mamá?—preguntó Jisung después de unos segundos.

—Allá afuera con tu papá—respondió una chica pelinegra que parecía ser de la misma edad de ambos—De seguro arreglando la mesa.

—Gracias, Minji—asintió Jisung—Vamos afuera—murmuró hacia Minho quien simplemente asintió.

Minho pudo respirar un poco mejor cuando se alejaron de ahí, sintiéndose igual de nervioso, pero más tranquilo porque ya no habían miradas sobre él.

—Mi familia también es algo ruidosa—comentó Jisung mientras caminaban hacia el patio trasero—Pero te prometo que son muy buenos.

—Lo noté, ahora veo el parecido—rio un cortamente—Parecen muy emocionados con tenerte aquí.

—Soy de los más pequeños de la familia, claro que me extrañan.

Siguieron caminando hasta que salieron al patio trasero de la enorme casa. Lo primero que Minho pudo notar fue el colorido jardín, deduciendo que también era obra del señor Han; después pudo notar una enorme mesa decorada con sillas alrededor, sobre esta ya habían algunos platos y cubiertos que suponía era para ellos. Jisung lo jaló de la muñeca hacia donde sus padres estaban sentados descansando con el pequeño niño jugando alrededor de ellos. Ambos adultos levantaron la vista cuando notaron que estaban ahí, sonrieron y se pusieron de pie.

—¡Por fin estás aquí!—exclamó la mujer, acercándose hacia su hijo para llenarlo de besos y abrazos—Te ves muy delgado, ¿estás comiendo bien?—lo vio preocupada—De seguro en la ciudad solo hay comida procesada—negó con la cabeza—¿Debería enviarte comida todos los días?

—Mamá, tranquila—rio suavemente Jisung, tomándola por los hombros—Estoy bien, mírame, tengo buena salud y no me siento enfermo.

—Aún así, debes comer sano siempre—le recordó.

—Hazle caso a tu madre—intervino el hombre, poniéndose a su lado—Se preocupa mucho por ti, no hace más que hablar de ti y sobre si estás bien.

Jisung se acercó esta vez a su padre, dándole un corto, pero fuerte abrazo.

—Lo sé—suspiró, viéndolos con cariño. Se giró hacia Minho e hizo que se acercara—Él es Lee Minho, un amigo cercano de la Universidad.

—¡Pero que chico tan apuesto!—dijo la señora Han, dándole un abrazo también que sorprendió por completo a Minho—Que bueno que nos acompañes.

—Gracias—respondió con una sonrisa—Es un gusto estar aquí con ustedes.

—Espero que nuestro Sunggie no te cause demasiados problemas—comentó esta vez el señor Han—Eso de hablar mucho es de familia—susurró hacia él, viendo a su esposa y a su hijo.

Minho rio ante el comentario, viendo el puchero en los labios de Jisung quién parecía ofendido ante las palabras de su padre.

—La comida estará lista en otro rato, si quieren pueden subir sus cosas a tu habitación, Jisung—le indicó la mujer—Espero que no les moleste compartir habitación, el cuarto de huéspedes fue invadido—suspiró, viendo a su nieto.

—¡Es mi cuarto ahora!

—Sunoo se niega a dormir con nosotros—suspiró el señor Han—Dice que ya es un chico grande y necesita su propia habitación.

—¡Es la verdad! Solo los niños pequeños duermen con sus abuelos—Sunoo hizo una mueca.

—No te preocupes, la habitación es toda tuya—le dijo Jisung, viéndolo sonreír en respuesta con mucha emoción.

Momentos después se dirigieron nuevamente al interior de la casa, tomaron las maletas y subieron en silencio hasta el segundo piso de la casa hasta que se detuvieron en la habitación asignada. Jisung entró primero y justo tras él, Minho hizo lo mismo, prestando atención a los detalles de aquella habitación.

—Bienvenido a mi habitación—dijo Jisung al dejar las maletas a un lado de la cama—No es muy grande, pero es suficiente.

—Es más que suficiente—dijo Minho, también dejando las maletas a un lado—No creí que tu casa fuera tan grande—tomó asiento en la orilla de la cama, estirando sus brazos un poco.

—Vive mucha gente aquí así que es necesario.

—Tiene sentido—asintió—No dijiste que tenías un sobrino, también habla mucho.

—Ah, Sunoo—rio, quitándose los zapatos de manera despreocupada y los tiró—Cuando mi hermano falleció, mis padres decidieron criarlo.

—¿Y la madre?

—No tenemos idea—se encogió de hombros con una expresión triste—Dejó a Sunoo con nosotros y no supimos más de ella.

—Supongo que Sunoo no sabe quién es.

—No lo sabe y no lo sabrá nunca... Ni siquiera pregunta por ella, sabes, creo que ve a mis padres como los suyos.

—Todo parece bajo control, entonces.

—Completamente—asintió, recostándose en su cama con cansancio—¿No quieres dormir un rato? El viaje fue largo.

—¿Tú tienes sueño?

—Mucho—asintió.

Sin perder más el tiempo, Minho se posicionó a su lado para acompañarlo aunque no tuviera tanto sueño como él. Cada vez que estaba así de cerca, su corazón empezaba a latir como loco, pero no podía controlarlo, resignándose a que le pasaría cada vez que tuviera a Jisung de esa manera.

Su plan no era dormir en ese momento, pero después de pasar un rato en silencio admirando a Jisung, pudo quedarse completamente dormido.

[🌷]

Minho arrugó la nariz cuando sintió unos leves toques en su mejilla. Poco a poco abrió los ojos y se encontró con la mirada curiosa de Sunoo frente a él, viéndolo directamente.

—Tus dientes parecen los de un conejo—le dijo en voz baja, viendo que Jisung siguiera dormido.

—¿Qué?—preguntó somnoliento, restregando sus ojos para verlo mejor—¿Me dijiste que parezco un conejo?—frunció el ceño.

Sunoo asintió con obviedad.

—Te ves muy gracioso—se burló, señalando su boca—¿Eres mi nuevo tío?

Minho se sentó sobre la cama y vio al menor sin lucir demasiado serio, comprendiendo que a su edad, era normal que fuera así de imprudente.

—No lo soy—negó, bostezando—No soy tío de los niños que se burlan de mis dientes.

—¡No me estoy burlando!—se defendió, cruzándose de brazos.

—No grites, Jisung sigue dormido—le hizo señas para guardara silencio.

—Hay que despertarlo, la abuela dice que ya es hora de comer—sonrió ansioso, sintiendo su estómago rugir con hambre—Apúrate, tío conejo—lo vio una vez con maldad antes de salir corriendo de la habitación.

Minho iba a decir algo, pero el niño desapareció de su campo de visión demasiado rápido. Suspiró y sonrió para sí mismo.

—Jisung, la comida está lista—lo movió un poco para despertarlo.

Jisung se quejó en voz baja y abrió los ojos lentamente, todavía sintiéndose cansado.

—¿Cuánto dormimos?

—Menos de una hora—respondió Minho viendo el reloj.
Jisung simplemente asintió y se puso los zapatos con calma.

—Sunoo dice que parezco un conejo, ¿de verdad mis dientes son así de grandes?—le preguntó preocupado.

—¿En serio dijo eso?—preguntó entre risas. Minho asintió—No le hagas caso, le gusta molestar a la gente.

—Aún así, no respondiste mi pregunta.

El castaño lo miró detenidamente y más allá de fijarse en sus dientes, su mirada terminó en sus labios, enviando pensamientos a su cabeza que no deberían estar ahí, pero que muy difícilmente podía ignorar. Sintió sus mejillas un poco calientes y fijó de nuevo su vista a sus ojos, intentando mantener la compostura.

—Bueno, solo un poco—respondió casi en voz baja.

—Genial—murmuró Minho.

—Pero te ves muy lindo, así que no te preocupes mucho por eso.

—¿Tú crees?

Jisung asintió con timidez, dándose cuenta de lo que había dicho en voz alta. Carraspeó un poco antes de seguir hablando.

—Bajemos ya—desvió la mirada y salió de la habitación.

Minho sonrió halagado y caminó a paso rápido tras él.

Ambos salieron al patio trasero en donde todos estaban esperándolos, hablando animadamente mientras servían los platos de comida frente a cada uno. Jisung tomó asiento rápidamente y Minho se sentó a su lado, increíblemente abrumado por la cantidad de personas en la mesa; estaba acostumbrado a solo estar él y Chan, estaba acostumbrado a las mesas vacías.

—Si todos están listos, pueden empezar a comer—dijo la señora Han en voz alta.

Nadie lo pensó ni dos veces antes de iniciar a comer, Minho se sorprendió ante la dedicación con la que todos comían de sus platos, sin embargo, no le incómodo en lo absoluto, era divertido ver a una familia tan parecida en todos los sentidos.

—Jisung no suele traer muchos amigos—empezó a hablar Yuna con la boca llena, una de sus primas—Solo Félix y Hyunjin. ¿Desde cuando se conocen?

—Desde el primer día de clases—respondió Minho, tratando de lucir natural en lugar de intimidado—De hecho, ese día iba tarde y terminé empujándolo por error en las escaleras del edificio.

La mayoría rio, haciendo el ambiente más sencillo para Minho.

—Los reflejos de Jisung son muy malos—agregó otro de sus primos, Jonho—Nunca sabe mantenerse estable sobre sus pies.

—La verdad es que lo empujé muy fuerte—rio también Minho.

—Es cierto, ¿cómo pude evitar caerme? Se nota que es más fuerte que yo—se defendió Jisung, frunciendo el ceño ante sus risas.

—Ya lo creo—dijo Minji con una sonrisa coqueta hacia Minho, poniéndolo nervioso.

A Jisung no le gustó.

—Ya, dejen de reírse de mi pequeño—intervino la señora Han, causando que todos volvieran a comer. Esta vez vio a Minho directamente—Es bueno saber que Jisung tiene más amigos.

—No soy tan antisocial, saben—se quejó el mencionado—Tengo más amigos.

—Claro, menciona al menos cinco—Yuna retó, sonriendo triunfante al saber que no podría responder.

—De todas formas, cinco ya es mucho, ¿por qué quieres tantos amigos?—le respondió, estrechando la mirada hacia ella.

—Tienes razón, no los necesitas—habló esta vez la tía Taeyeon—No les hagas caso, cariño, solo quieren molestarte.

—¡Si, molestar al tío Jisung!—aplaudió Sunoo con una risa divertida.

—Tú mejor no hables, mocoso—señaló Jisung—Porque puedo molestarte también.

—Es un niño—rio Minho, llamando su atención.

—¿Lo ves? El tío conejo está de mi parte—Sunoo le enseñó la lengua.

La mesa se quedó en silencio ante el apodo del menor de la familia, estallando en risas segundos después. Minho lo miró con seriedad y se cruzó de brazos, encogiéndose en su silla.

—Una comida tranquila, es lo que pido—suspiró Jongho mientras negaba con la cabeza.

Minho sonrió tiempo después, sumándose a la risa y a la extraña conversación de los presentes, agradeciendo mentalmente poder experimentar un momento así, un momento familiar que nunca tuvo en su hogar.

Lo guardaría para siempre en su corazón como uno de sus mejores recuerdos. Todo gracias a Jisung.

[🌷]

Minho sintió una corriente recorrer su cuerpo, causando que su piel se erizara debido a la fresca brisa de la noche. Caminó a paso lento, disfrutando de la luz de la luna sobre él y el sonido del río que no parecía estar tan lejos.

Toda su vida la vivió en la ciudad, rodeado del humo de los carros, el ruido de una mañana movida en la calle, con los altos edificios y el bullicio de la gente molesta; permitirse disfrutar de la naturaleza le resultaba bastante alentador, alejando por un momento todo aquello que lo hacía sentir triste.

Podía soñar con que su vida era diferente ahí donde nadie lo conocía, donde nadie sabía quién era.

—Aquí estás.

Minho se giró sobre sus pies sin sacar las manos de sus bolsillos, encontrándose con la brillante mirada de Jisung.

—Le dije a tu mamá que saldría a caminar.

—Me hubieras avisado para acompañarte—hizo un puchero con falsa molestia. Minho rio suave—Toma—le extendió un suéter—Se lo quité a papá, de seguro te queda.

Jisung sabía que muy probablemente, Minho había salido sin nada que lo cubriera del frío, y tal y como lo supuso, no llevaba nada más que su camisa y pantalón de dormir, como si eso fuera suficiente para cubrirlo del frío de la noche ahí.

Minho aceptó el suéter y se lo puso, sintiéndose ahora un poco más cálido.

—No dijiste que había un río cerca.

—Olvidé hacerlo—respondió sincero—¿Quieres ir? Creo que todavía recuerdo el camino.

Minho asintió varias veces y empezó a caminar a su lado.

—¿Te sientes cómodo aquí?—preguntó Jisung.

—¿Hablas de tu familia?—Jisung asintió—Son increíbles, parecen quererse mucho.

—Hyunjin decía que a veces eran sofocantes—hizo una mueca, recordando como sus padres eran con él.

—Hyunjin es un imbécil en todas las maneras posibles.

—Ahora lo veo—rio, dejando escapar un corto suspiro después—Mi familia es muy importante para mí, estar con ellos me hace sentir muy feliz.

—Deberíamos venir seguido—comentó—Solo si me dejas venir contigo, claro.

—¡Por su puesto!—exclamó emocionado.

Minho sonrió ante su alegría, sintiéndose bien con solo verlo así de feliz. Amaba eso de Jisung, amaba que apreciara las cosas que tenía a su alrededor y que fuera así de amoroso.

¿Es que acaso podría dejar enamorarse?

Le asustaba pensar en que no.

—Llegamos—avisó el menor, extendiendo sus brazos para enseñarle el lugar—¡Solo mira que lindo es!

Minho asintió sin dejar de ver el paisaje frente a él y luego vio a Jisung, luciendo como si estuviera en el medio de un sueño, tan en calma y con sus sentimientos a flor de piel.

—¿Por qué me miras así?—Jisung preguntó con una risa de por medio.

—Porque me gustas y me gusta verte—respondió directamente, dejando escapar un pequeño suspiro de alivio al poder decirlo de nuevo en voz alta.

La sonrisa de Jisung se desvaneció poco a poco, dándole paso a una expresión apenada en su rostro. Desvió la mirada sin saber qué responder, porque hasta ese punto, no podía asegurar si en realidad no sentía nada por él.

—Minho...

—No tienes que decir nada sobre eso, puedes ignorarlo si quieres si eso te hace sentir mejor. No importa en lo absoluto—se encogió de hombros y respiró hondo, apartando la mirada hacia el río de nuevo—Es solo que ya no quiero guardármelo... Decirlo en voz alta es como quitarme un peso de encima.

—Lamento hacer las cosas más difíciles—dijo casi en voz baja, agachando la mirada—Tal vez mis acciones pueden malinterpretarse, pero soy realmente sincero cuando digo que me gusta pasar tiempo contigo y que me siento muy cómodo.

—No es tu culpa—Minho le sonrió, levantando su rostro con sus manos para que lo viera—Supongo que solo no pude evitarlo contigo—sintió sus ojos cristalizarse y rápidamente se alejó, Jisung no debía verlo así. Volvió a respirar hondo y exhaló, volviendo a sonreír—Hyunjin es un idiota con mucha suerte.

—Hyunjin ya no es importante.

—¿Ya no lo amas?—lo vio con ilusión a pesar de que en el fondo sabía que no duraría.

—No estoy muy seguro, no lo sé...—respondió apenas, sintiendo un nudo en la garganta—No he vuelto a enfermarme, ¿no es esa una buena señal?

—Si lo es—asintió—Te dije que te ayudaría a recuperarte... No importa si no te gusto, con que dejes de sufrir por él me basta.

Jisung guardó silencio por un momento, conmovido por sus palabras y agradecido por seguir con él a pesar de que las cosas habían cambiado un poco entre ellos.

Ahora no podía verse a sí mismo sin Minho acompañándolo.

—Todavía me pregunto cómo nunca nadie se enamoró de ti.

—Tal vez debería intentarlo—se giró hacia el río, caminando cerca de la orilla, un poco pensativo.

—¿Enamorarte?—preguntó, alcanzándolo.

—Pero no de tí—se apresuró a aclarar—No tengo oportunidades contigo—soltó sin verlo—Así que debería superarlo y dejar de cerrarme a la idea del amor, ¿no lo crees?—Jisung asintió lentamente, atento—Gracias a ti descubrí un lado de mi que no sabía que tenía, así que dejaré mis miedos atrás y lo intentaré, ¿tú qué dices?—se detuvo y lo miró.

—Yo... Creo que es una buena idea—respondió inseguro—Debes intentarlo.

Por alguna razón, decirlo fue más difícil de lo que creyó, su estómago se cerró y su cuerpo se tensó con la idea de Minho enamorándose de alguien más. Por otro lado, Minho solo asintió de acuerdo y en silencio.

 ¿Qué estaba esperando? ¿Que le dijera que no? Era ciertamente decepcionante, pero de alguna forma, lo sabía, muy en el fondo sabía que Jisung no se opondría, ¿con qué motivos lo haría?

Qué más daba, Minho lo tenía claro ahora, su amor por Jisung nunca sería correspondido a pesar de sus intentos. Debía dejar atrás toda esa conquista y comportarse nada más como un amigo, como el amigo que Jisung veía en él y por más que doliera, era lo único que obtendría.

Nunca obtendría de regreso todo el amor que sentía.

[🌷]

Ojalá les guste :3

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