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Terminamos

Minho consideraba a Jeongin como una buena compañía, todavía no lo conocía muy bien, pero el tiempo que llevaba conviviendo con él era suficiente para saber que era entretenido.

Jeongin no era como Jisung, era menos hablador y un poco más serio, pero sin dudas, no era aburrido. Aún así, estar con Jisung era mucho mejor.

Desde que regresaron de la casa de los Han, la tensión entre ambos tuvo un notorio giro. Jisung se quejaba del poco tiempo que ahora Minho le dedicaba, sin embargo, no podía reclamar algo como eso cuando en realidad, no tenía derecho alguno de hacerlo. Ya habían pasado varios días y la sensación de haber perdido su amistad con Minho era horrible.

Aburrido de estar encerrado y como un intento de distraerse, Jisung decidió dar una vuelta en los alrededores para aprovechar el buen clima de la noche. Se puso ropa cómoda y después de arreglar un poco su cabello, salió de su hogar.

—Jisung.

El castaño se giró rápidamente hacia esa voz y sintió su cuerpo tensarse, viendo a Minho también saliendo de su departamento.

—Hola—lo saludó con una corta sonrisa, guardando las llaves en su bolsillo.

Minho sintió su corazón latir con solo verlo, ¿cómo había aguantado tanto tiempo sin cruzar palabras con él? No lo sabía, pero esos días habían sido ciertamente difíciles, incluso en un par de ocasiones se detuvo frente a su puerta con la intención de buscarlo, pero en cada vez se detuvo a sí mismo de hacerlo porque si iba a superarlo, debía dejar de hacer esas cosas.

—Pensé que no estabas en casa—dijo Minho, nervioso.

—Bueno, Félix fue con la familia de Chan así que he estado aquí.

—Cierto, debí suponerlo—asintió y apartó la mirada, molesto consigo al haberlo dejado solo también.

—¿Tienes tiempo ahora?—preguntó luego de un corto silencio—Podemos ir al parque, yo invito el helado—le sonrió, esperando por su respuesta.

—Uhm, ahora mismo no puedo.
La sonrisa de Jisung se borró lentamente, ahora viéndose un poco apenado.

—¿Más tarde, tal vez?—insistió.

Minho lo vio durante unos segundos y antes de dar una respuesta, la puerta del departamento del mayor se abrió, llamando la atención de ambos.

—Estoy listo, vamos—Jeongin interrumpió, deteniéndose al darse cuenta de la presencia de Jisung ahí—Hola, Jisung—lo saludó con una corta sonrisa, incómodo.

—Hola—saludó también, viéndolos a ambos—Creo que me voy ya—dijo en voz baja, caminando hacia el elevador.
Minho y Jeongin lo vieron alejarse en silencio hasta que las puertas del elevador se cerraron.

—Me invitó a un helado y le dije que no—habló Minho después de un rato, viendo hacia sus pies—Yo quería ir, pero no creo que sea buena idea.

—Ve con él—animó—Parecía realmente sorprendido de verme.

—No creo que le importe demasiado, sabes.

Jeongin rodó los ojos y suspiró sonoramente, empujando levemente a Minho para que lo viera.

—Hazme caso, te invitó a un helado y si lo hizo, es porque quiere pasar tiempo contigo.

—No, déjalo así—se negó, viéndolo también—Si paso pegado a él todo el tiempo, nunca dejará de gustarme.

—¿Y crees que es suficiente solo alejarte? Al menos díselo.

Minho evitó su pregunta y simplemente empezó su caminar hacia el elevador, dándole a entender que no seguiría hablando al respecto.

Jeongin suspiró y caminó tras él en silencio. Es cierto que Jisung no le agradaba completamente por todo lo que pasó con Hyunjin, pero aún así, podía ver lo mucho que Minho lo anhelaba. Por un momento se sintió mal por él, preguntándose porqué Jisung no podía notar a Minho, es decir, Minho era atractivo, atento, detallista y muy amable.

A cualquiera podría gustarle, incluso a él.

Jeongin detuvo sus pensamientos en ese instante, alejando esa posibilidad de su cabeza porque de ninguna manera, le podría gustar Minho; eran amigos, si es que podían llamarse así.

—Te llevaré a casa—le avisó el pelinaranja al bajar del elevador.

Jeongin dirigió su mirada hacia él, sintiendo sus mejillas sonrojarse. ¿Por qué ahora estaba pensando tanto en eso? No podía verlo de otra manera, él estaba enamorado todavía de Hyunjin, así que no había forma de que tuviera sentimientos por Minho.

Quiso reírse de la situación, pero sólo terminó por sentirse más confundido.

—¿Qué te pasa?—Minho frunció el ceño hacia él, deteniéndose en la acera, todavía frente de su edificio—Estás rojo—con ambas manos tomó su rostro y revisó su temperatura, pareciéndole normal.

—Nada—respondió apenas, fijándose en su rostro ahora que estaba así de cerca—No es nada.

Cuando Minho iba a soltarlo, sintió la manos de Jeongin rodear sus muñecas, deteniéndolo para que no se alejara.

—¿Qué haces?—todo le parecía extraño, no entendía porqué, Jeongin estaba actuando así de raro.

Jeongin vio sus labios una vez más y en un impulso, cortó la distancia entre ambos, juntando sus labios sin moverlos, esperando que en algún momento, Minho lo apartara y lo regañara por besarlo sin su permiso; pero eso nunca sucedió.

A Minho jamás se le cruzó por la cabeza que en algún momento, Jeongin quisiera besarlo y mucho menos creyó de sí mismo que iba a dejarse.

La acción lo tomó por sorpresa, más no quiso apartarse. Jeongin cortó el beso lentamente y lo vio directamente a los ojos bajo las luces de la noche, esperando algún tipo de reclamo, pero en su lugar, Minho se acercó nuevamente e inició un beso más profundo, esta vez moviendo sus labios, disfrutando de los ajenos con dedicación y paciencia, moviéndolos en sincronía sin importarles demasiado en donde estaban.

Las manos de Jeongin soltaron las de Minho y dejó caer sus brazos a sus costados, sintiéndose como en una cálida nube mientras era besado con tanta suavidad y lentitud. Su estómago se contrajo y cuando le faltó aire, terminó el beso para calmar su ahora agitada respiración.

—Eso no debió pasar—dijo Jeongin de inmediato cuando sus labios dejaron de tener contacto, todavía muy cerca de él, más confundido que al principio.

—Lo siento—se disculpó Minho sin dejar de verlo, ahora arrepentido de lo que acababa de hacer.

—Yo empecé, no es tu culpa—lo tranquilizó, sin embargo, seguía viéndose igual de preocupado.

Minho se sintió perdido durante un momento, su corazón dolía tanto que sentir ese afecto viniendo de alguien más de manera tan repentina lo hizo ceder ante sus impulsos a pesar de que en su interior, sabía que no sentía nada por Jeongin; lo tomó desprevenido. Estaba sorprendido de sí mismo, él jamás actuaría así cuando sabía que no sentía nada, pero sus sentimientos le hicieron una mala jugada y ahora, de seguro había arruinado también lo que sea que tenía con Jeongin.

Solo amaba a Jisung, solo quería besarlo a él.

—Minho...—Jeongin lo llamó después de un corto silencio—Todavía estoy enamorado de Hyunjin y creo que lo estaré por un largo tiempo más—le explicó—Te aseguro que solo fue un impulso, algo que no pensé.

—Entiendo eso—asintió, todavía un poco ido—¿Podemos solo olvidar que pasó? No quiero hablarlo.

—Perfecto—estuvo de acuerdo, sonriendo con un poco de vergüenza, rogando porque las cosas no se pusieran raras entre ellos.

En silencio, ambos empezaron a caminar por la acera en dirección a la casa del menor, los dos procesando que hace unos minutos, se habían besado como si en realidad, lo estuvieran esperando. Minho no sabía si estaba arrepentido o no, su cabeza daba vueltas y seguía siendo Jisung el centro de todo. Estaba frustrado, ¿por qué le estaba costando tanto? Por un momento sintió una pequeña chispa en su interior cuando Jeongin lo besó, pero no había nada que lo hiciera sentir diferente.

Por su parte, Jeongin estaba preocupado porque con ese beso, confirmó para sí mismo que en realidad, estaba sintiendo algo por Minho, y eso no estaba bien porque todavía amaba a Hyunjin y tenía la esperanza de recuperar lo que algún día fue su relación, así que lo que sea que estaba sintiendo por Minho debía desaparecer.
Ese sentimiento no podía crecer, se negaba a que eso sucediera.

Al otro lado de la calle, frente a la heladería, Jisung se mantuvo quieto en su lugar; su pecho dolió y un nudo se formó en su garganta. Los vio a ambos desaparecer al doblar en la esquina de la calle, todavía inmerso en lo que acaba de ver. No sabía exactamente qué pensar, haciéndose realidad algo que no quería aceptar tan a la ligera porque no tenía las pruebas suficientes para confirmar que entre Minho y Jeongin, estaba pasando algo.

Sus manos cosquillearon y odió completamente la situación. Estaba molesto, celoso y herido, ¿cómo dejó pasar tanto tiempo?

Frustrado y con la decepción presente, entró a la heladería, no tenía nada más qué hacer, a donde ir o con quien hablar, por lo que un tiempo a solar estaría bien mientras tanto.

[🌷]

Entre cortas pláticas sobre cualquier cosa, Minho y Jeongin llegaron a la casa del menor sin darse cuenta de cuánto tiempo había pasado. Se detuvieron en la entrada y con los nervios de punta, Jeongin se giró hasta verlo de frente, un poco tímido bajo su expresión tan en calma.

—Gracias por acompañarme hasta aquí.

—No hay problema, no tenía mucho más que hacer. Era acompañarte o aburrirme en mi sofá—se encogió de hombros, riendo segundos después al ver la expresión indignada del otro.

—¿Dices que soy algo así como tu entretenimiento?—enarcó una ceja, cruzándose de brazos.

—Más o menos—respondió sin dejar de reír.

—Vete—Jeongin le hizo señas con las manos, como si estuviera echándolo—Vete a ver una película o que sé yo.

—Es broma—le dijo, viéndolo solo con una sonrisa divertida—Tu compañía me agrada—fue sincero.

Jeongin sintió otra vez esa sensación en su estómago, generando un corto bloqueo ante algo tan sencillo como eso; estaba conmovido.

—También tu compañía es agradable—respondió de la misma manera—No eres tan aburrido como crees... Me has ayudado mucho en no pensar en Hyunjin y te agradezco por eso.

—Es bueno saberlo—asintió con una pequeña sonrisa, sintiéndose raro al recibir ese tipo de comentarios que solo Jisung le decía.

—Además, no besas nada mal.

Minho frunció el ceño y sus mejillas se calentaron, rompiendo totalmente el ambiente tranquilo en el que estaban.

—Acordamos que eso no pasó—Minho lo señaló, avergonzado.

—Si, pero ahora creo que es divertido molestarte.

—Bueno, me voy antes de que intentes besarme de nuevo en contra de mi voluntad—bromeó también, pero viéndose más serio.

—¡Pero regresaste el beso!

—Detalles—dijo indiferente—Ya, buenas noches—lo empujó levemente antes de darse la vuelta y caminar.

—Buenas noches—se despidió Jeongin también.

Minho solo levantó la mano en respuesta, yendo de regreso por el mismo camino, pero se detuvo cuando un auto se estacionó casi frente de él, tomándolo por sorpresa. Frunció el ceño, intentando ver al conductor.

—¿Qué haces aquí con mi novio?—Hyunjin bajó del auto y cerró la puerta con fuerza, acercándose a Minho.

Minho rodó los ojos y suspiró, dándose cuenta de inmediato de que habrían problemas si el idiota de Hyunjin intentaba si quiera iniciar una absurda pelea en la calle.

—Que te importa—respondió con dureza, odiando completamente el tono tan hostil del más alto.

—Me importa porque es mi novio y tú no tienes nada qué hacer en su jodida casa—entrecerró los ojos hacia él.

—Realmente no vine a su casa como tú piensas—dijo con calma, dándole una sonrisa llena de suficiencia que Hyunjin no comprendió—Solo vine a dejarlo porque viene de mi departamento.

Hyunjin apretó los puños a su costado sin saber qué decir, enojado por si expresión llena de superioridad. ¿Qué quería demostrar exactamente?

—Ya cállense los dos—Jeongin interrumpió, molesto por esa actitud—¿Ya vieron qué hora es? Solo váyanse.

—Eso estaba haciendo y casi me atropella—se defendió Minho.

—No exageres—Hyunjin se cruzó de brazos—Vine a verte y me encuentro con que Minho está aquí también—se dirigió a Jeongin, suavizando su expresión—Quiero hablar contigo.

—Entonces hablemos, pero deja de comportarse así—lo regañó, viéndolo asentir apenado.

—Cualquier cosa, me avisas—le dijo Minho al menor, dándole una mirada de advertencia a Hyunjin.

—Claro—asintió.

Sin decir nada más, Minho se dio la vuelta y siguió con su camino, alejándose de ellos sin pensar demasiado en eso, creyendo firmemente en que Jeongin sabría como manejarlo.

El camino de regreso se sintió más largo en silencio, el clima estaba bastante frío y las luces de las calles seguían encendidas, al igual que algunos locales de comida estaban abiertos. Sin poder evitarlo, sus pensamientos regresaron a Jisung, preguntándose qué estaba haciendo, si estaba solo o si se sentía bien. Pensó en ello un momento y sin darse cuenta, ya se encontraba frente a su edificio; se detuvo y vio a su alrededor, todo se encontraba desolado y por un momento, se preocupó porque Jisung siguiera afuera.

Llamó a su celular tres veces y en ninguna ocasión, Jisung respondió. A paso rápido subió hacia su piso y caminó hacia la puerta de su vecino, deteniéndose a tocar varias veces y otra vez, nadie respondió. Antes de salir con Jeongin, recordó que Jisung le había propuesto ir al parque, por lo que por ahora, esa era su siguiente opción. Apresurado, salió del edificio y se fue en dirección al parque más cercano de la zona, llamando una vez más a su celular sin obtener éxito. Con la respiración un poco agitada, se detuvo en la entrada y de forma rápida, inspeccionó el lugar y sintió alivio cuando lo vio sentado en una de las bancas, abrazándose a sí mismo debido al aire fresco de la noche.

Negó para sí mismo mientras caminaba hacia él y se quitó la sudadera que traía puesta.

—Debiste salir con otra ropa, el clima puede enfermarte—le dijo cuando estuvo lo suficientemente cerca, extendiéndole la sudadera.

Jisung se asustó al escuchar su voz, creyendo que estaba solo. Elevó la mirada hacia Minho y otra vez, su pecho se estrujó ante el recuerdo del beso, haciéndolo sentir más confundido.

—No tengo frío—mintió, apartando la mirada, abrazando sus piernas contra su pecho.

Minho suspiró y puso la prenda sobre sus hombros antes de sentarse a su lado en la banca. Al ver hacia el suelo, se dio cuenta de que habían unas cuantas latas de cerveza vacías, suponiendo rápidamente que Jisung había estado bebiendo.

—Creí que comerías helado, no que estarías bebiendo.

—Ni siquiera tomé tanto—respondió sin verlo.

—¿Qué haces aquí tú solo?—preguntó después de un corto silencio.

—No tengo nada más que hacer por ahora—se encogió de hombros—¿Y tú? ¿La pasaste bien con Jeongin?—trató de que su voz sonora neutra, no quería que Minho se diera cuenta de lo afectado que estaba de solo preguntarlo.

—Bueno...

—No importa—negó Jisung, interrumpiéndolo—Perdón, creo que no es importante—se puso de pie también, sintiéndose mareado de repente gracias a la cerveza que había tomado recientemente.

Minho se apresuró a sostenerlo, ayudándolo a no caer. Jisung sintió un cosquilleo recorrer su cuerpo entero ante su toque y sintió la necesidad de estar cerca todo el tiempo, de sentir sus brazos rodeándolo y de tener su compañía.

Odiaba sentirse solo, quería seguir sintiéndose especial.

Sus emociones se mezclaron en ese corto instante, no sabía si era por el alcohol o si era su propia tristeza haciéndose presente, pero sus ojos se llenaron de lágrimas, molesto por su actitud inmadura; se había dicho a sí mismo que dejaría que Minho buscara la felicidad por su cuenta sin entrometerse, pero si era así, ¿por qué seguía odiando la idea de Minho besando y abrazando a Jeongin?

—Parece que si bebiste lo suficiente para no poder pararte correctamente—murmuró Minho más para sí mismo que para que Jisung lo escuchara, sonando más como una queja.

—Minho—lo llamó, captando su mirada—Ya no beses a Jeongin—le pidió en voz baja, casi como una súplica. Minho no supo qué decir—Los vi besarse hace rato—agachó la mirada, alejándose para sostenerse por su propia cuenta—Yo quería pasar el rato contigo, pero tú te quedaste con él... ¿Por qué ya no quieres estar conmigo?—volvió a verlo, casi al borde de las lágrimas.

Minho se sintió culpable, sumamente confundido por sus palabras y por su reacción. Apartó sus ilusiones y quiso convencerse de que Jisung no estaba totalmente consciente de que lo que estaba diciendo, atribuyendo sus palabras a algo sin sentido, porque Jisung le había aclarado ya que no tenía oportunidad.

Pero entonces, ¿por qué Jisung estaba así de dolido?

—Hablemos mañana—pidió con calma, acariciando su mejilla—Ahora no estás del todo bien.

—¿Crees que no sé de lo que hablo?

—Sigues confundiéndome, Jisung—confesó sin dejar de ver sus ojos cristalinos—Necesito que hablemos después de que descanses... Por favor—susurró, sintiendo las manos de Jisung cerrarse en su camisa sin intenciones de alejarse.

Jisung quería convencerlo de que estaba consciente, un poco mareado, pero sabía lo que estaba sintiendo y lo que decía, pero no había manera en la que Minho lo tomara en serio en esas condiciones, así que con todo eso mente, accedió por él.

Inconforme, asintió.

—Ponte mi sudadera y vámonos—le pidió amablemente. Jisung volvió a asentir en silencio.

Resignado, quitó la sudadera de sus hombros y se la puso, aspirando el agradable perfume.

Minho se mantuvo alerta mientras caminaron de regreso a su edificio, atento a que Jisung no tropezara con nada y evitar que se cayera. Subieron el elevador en silencio y al llegar a su piso, ninguno supo qué decir, generando un ambiente tenso.

—¿Puedes dormir conmigo?—se atrevió a preguntar Jisung, haciendo un puchero.

—Puedo esperar a que te duermas—se negó indirectamente, siendo difícil para él no aceptar.

Jisung no quiso insistir, por lo que aceptó conformarse con eso. Usó sus llaves para entrar a su departamento y se fue directamente a su habitación con Minho caminando tras él.

Minho lo ayudó a acomodarse en su cama y se sentó en la orilla de la cama, rodeados de la oscuridad y siendo iluminados únicamente por la tenue luz proveniente del exterior. Jisung bostezó una vez y sus párpados empezaron a sentirse pesados, su cuerpo se relajó y se dejó llevar por la cálida sensación en su cuerpo sin dejar de disfrutar del perfume de Minho. No iba a negar que deseaba dormir entre sus brazos, pero Minho seguía negándose a todo lo que le pedía, así que preguntarle estaba fuera de sus opciones.

Cuando Jisung empezó a quedarse dormido, Minho se recostó suavemente a su lado sin dejar de verlo, acarició su cabello un rato, peinándolo con sus dedos sin dejar de pensar en lo mucho que le gustaba. ¿Cómo fue que pasó? No supo en qué momento, Jisung entró de esa manera en su corazón, pero poco podía hacer ahora que ya estaba enamorado.

—No quise besar a Jeongin—dijo en voz baja, viéndolo dormir por fin—Pero quisiera recibir un poco de atención a veces... Estar enamorado de ti es difícil porque no sabes qué quieres o qué sientes—siguió acariciando su cabello con cariño. Suspiró—Solo quiero un poco de amor y tú no puedes dármelo...  Puede que alguien más si, pero para eso, debo dejar de amarte.

Sintió sus propios ojos cristalizarse al escucharse a sí mismo, confirmando una vez más lo miserable que estaba siendo.
Se mantuvo en esa posición durante un rato, acariciando su cabello hasta que sintió sus propios ojos cerrarse debido al suelo, por fin teniendo un descanso de su herido corazón.

[🌷]

—¿Puedes dejar de decir que somos novios?

—Pero seguimos siéndolo—Hyunjin tomó su mano—¿Cuánto tiempo más necesitas?

—Tú cuánto más tiempo necesitas.

—Yo estoy seguro de que quiero estar contigo—le dijo con decisión.

—No, Hyunjin, ¿cuánto tiempo más necesitas para estar seguro de que ya no quieres a Jisung?

—No sé de qué hablas—negó con la cabeza, un poco descolocado por su pregunta tan directa.

—Si sabes... Y lo hablamos antes, pero parece que todavía no tienes una respuesta—se soltó de su agarre, agachado la mirada con un nudo en la garganta que no desaparecía—Seguirás buscándolo porque no estás seguro de tus propios sentimientos, porque te sientes culpable de lo que le hiciste, ¿no es así?

Hyunjin guardó silencio sin tener una respuesta inmediata, siendo ese silencio suficiente para que Jeongin entendiera que no había nada que pudiera hacer por ahora porque su amado Hyunjin, seguía pensando en su ex novio.

Jeongin rio sin gracia, limpiando con brusquedad las lágrimas que salieron sin haberse dado cuenta; Hyunjin no podía verlo llorar una vez más.

—Innie...

—Terminamos—dijo finalmente con firmeza—Esto de darnos un tiempo no funcionó, debimos terminar desde el principio.

—No... Jeongin, no hagas esto—intentó acercarse, pero Jeongin retrocedió un poco, evitándolo—¿Minho tiene algo que ver en esto? ¿Me estás dejando por él, cierto?

—No digas tonterías, Hyunjin—Jeongin se molestó, queriendo reír—Sabes que tengo razón, pero no vas a admitirlo.

—Por favor, Innie, piensa bien lo que estás diciendo—relamió sus labios, desesperado sin saber cómo hacerlo cambiar de opinión—Sabes que te amo y sé que me amas, no tienes que hacer esto.

—Tengo que hacerlo—asintió, desviando la mirada para no caer ante su expresión herida—No me gusta estar en el medio.

—Prometo que voy a arreglarlo, solo dame un poco más de tiempo, pero no me dejes—le pidió, sintiendo su cuerpo helado y una fuerte presión en el pecho.

—Solo vete ya, Hyunjin—suspiró cansado, dándose la vuelta para entrar a su casa.
Totalmente ido, Hyunjin lo vio cerrar la puerta sin siquiera dejarlo decir algo más. Sintió sus manos temblar y las lágrimas cayeron sin poder evitarlas, quedándose con un vacío insoportable.

¿Es así como Jisung se sintió cuando terminó con él? Quizás fue peor y ahora podía sentirlo también, podía sentir esa amarga sensación de que nada sería como antes, de que no podría besarlo, abrazarlo o hablar con él. Simplemente ya no estaba.

Sin procesar completamente la ruptura, caminó a paso lento hasta su auto y se apoyó contra el volante, dejando escapar un fuerte sollozo que salió desde su pecho, odiándose a sí mismo por haber hecho las cosas mal desde el principio, por no haber pensando en nadie más que en sí mismo a pesar de que amaba a Jisung, a pesar de que también estaba amando a Jeongin.

Cargaba con la culpa de haber lastimado a dos personas que lo amaron a pesar de todo y ahora, estaba completamente solo.

[🌷]

Jisung sintió un leve dolor de cabeza al despertar, nada grave debido a que no se había embriagado lo suficiente la noche anterior. Intentó moverse, pero algo se lo impidió; se giró un poco y pudo darse de que Minho estaba ahí, durmiendo plácidamente con un brazo rodeando su cintura. Sonrió, pegándose más a su cuerpo con tal de acomodarse mejor entre sus brazos, sintiéndose cómodo en esa posición mientras escuchaba los lentos latidos de su corazón.

Dejó transcurrir un poco más de tiempo de esa forma sin conciliar el sueño otra vez, hasta que Minho se movió, dándole la señal de que estaba despertando.

Cuando Minho abrió los ojos se dio cuenta rápidamente de que no se encontraba en su habitación como debió ser. Vio la posición en la que se encontraba y deseó quedarse así por mucho más tiempo, pero no quería que Jisung despertara y creyera que solo era una forma para acercarse, así que con mucho cuidado, levantó su brazo para romper el abrazo, pero inesperadamente, Jisung lo detuvo, llevando su mano nuevamente hacia donde estaba.

—¿Tienes que irte ya?—preguntó Jisung en voz baja contra su pecho.

—Dije que no podíamos dormir juntos.

—Aún así te quedaste.

—Perdón, no me di cuenta en qué momento me quedé dormido—dijo con sinceridad y aunque Jisung quiso creer que se había quedado por él, pudo notar que estaba diciendo la verdad.

Eso lo decepcionó un poco.

—Quédate un poco más—pidió, aferrándose a él.

Minho no respondió, simplemente hizo caso a su petición.

Su cabeza era un total lío, ¿por qué Jisung se comportaba como si quisiera algo más de él? Ya no sabía cómo comportarse, no sabía si solo debía ser un amigo y guardar distancia o si Jisung quería algo más.

Estaba frustrado y muy confundido.

—¿Te gusta Jeongin?—preguntó de repente Jisung, rompiendo el silencio.

—No—respondió suave, queriendo evitar el tema del beso que sabía que Jisung iba a mencionar—Al menos no por ahora.

—Los vi besándose anoche—suspiró—Por eso creí que te gustaba.

—¿Podemos no hablar de eso?—le pidió, buscando alejarse.

Jisung supo que se había equivocado con su comentario cuando Minho intentó apartarse, rompiendo cualquier tipo de contacto entre los dos. Minho se puso de pie y Jisung se sentó en la cama, avergonzado.

—No diré nada más, lo siento—se disculpó con evidente timidez.

—Jisung, dime qué es lo que quieres—preguntó directamente, odiando la incertidumbre—No estoy jugando, realmente quiero que me digas qué pasa.

—Es que... No lo sé, Min—mordió su labio inferior, siendo consciente de que su respuesta no fue la mejor, pero no tenía algo más concreto para decir.

—¿Por qué me pides entonces que no bese a Jeongin? Dijiste que estaba bien si intentaba ver a otras personas... ¿Por qué te comportas así?

—¡Jeongin ni siquiera es tan especial!—exclamó dolido, sintiendo como otra vez, Jeongin estaba en el medio—Primero con Hyunjin y ahora contigo.

Minho sintió decepción con esa respuesta. Suspiró con tristeza, otra vez sintiendo que en lugar de avanzar, seguía retrocediendo, aplastando cada vez más sus ilusiones.

—¿Es eso?—Minho rio a secas—¿Estás molesto porque Hyunjin se enamoró de Jeongin y no quieres que yo haga lo mismo?

—No... No quiero que suene así—intentó arreglarlo, pero no sabía que decir—Es decir... Yo también quiero ser especial y por Jeongin estoy perdiendo todo otra vez.

—Y lo eres, te lo he dicho antes, te lo he demostrado—estaba herido, no quería creer que a Jisung solo le importaba no ser hecho a un lado por Jeongin.

—¿Por qué Jeongin? ¿Por qué tiene que ser él de tantas personas?

—¿No te importaría si se trataba de alguien más? Si me hubiera besado con otra persona, ¿eso te habría molestado?

Minho rogaba por obtener una respuesta que aliviara el dolor en su pecho, rogaba por obtener la respuesta que quería escuchar, quería que Jisung pudiera decirle que le importaba aunque sea un poco, que iba a intentar quererlo, que no todo tenía que girar alrededor de Hyunjin y Jeongin.

Él también quería atención, también quería sentirse especial.

Jisung no pudo responder, las palabras simplemente no salían y no sabía cómo explicar lo que estaba sintiendo, pero verlo al borde de las lágrimas lo hizo reaccionar, dándose cuenta de lo mucho que lo estaba lastimando con su egoísmo y su orgullo.

Tuvo que haber dicho que no quería verlo con nadie así, tuvo que haber dicho que no era por Jeongin, tuvo que haber dicho que también le gustaba y que iba a intentarlo, pero en su lugar, se mantuvo en silencio porque en su interior, tenía miedo de no poder dar todo por Minho, de que un día, Hyunjin apareciera y no tuviera todo claro.

Estaba siendo un completo idiota, poner a Minho en esa situación no era su intención, tampoco quería que pensara que no era importante porque Minho era más especial para él de lo que creía.

—Muy bien—dijo Minho en un susurro ante su silencio, dándose por vencido.

Minho no dijo nada más y antes de seguir en esa tortura, decidió salir de la habitación e irse a su departamento, sintiéndose tan enfermo de repente que creyó que en cualquier momento, podría desmayarse.

Su cuerpo se sintió débil y como pudo, llegó a su hogar, dejándose caer de inmediato en el sofá. Estaba mareado, su corazón latía con fuerza contra su pecho y sintió frío.

No sabía qué estaba pasando o porqué todo estaba pasando tan rápido, pero necesitaba descansar. Sintió náuseas y corrió hacia el baño, otra vez vomitando mientras lloraba. Limpió de manera agresiva sus propias lágrimas y despeinó su cabello al ver que en el inodoro la sangre predominaba sobre los pocos pétalos de flores que salieron de su boca.

A lo mejor significaba que pronto iba a morir.

Cuando se puso de pie nuevamente para enjuagarse el rostro y relajarse, un fuerte mareo lo hizo detenerse, perdiendo el equilibrio en cuestión de segundos hasta que lo hizo caer. Su respiración se tornó agitada y sin darse cuenta, todo se volvió negro a su alrededor, cayendo finalmente en la inconsciencia.

[🌷]

Una tenue luz fue lo primero que Minho vio cuando abrió los ojos, no era demasiado fuerte, pero si lo suficiente para molestarlo. Se quejó en voz baja e intentó cubrirse, pero siseó adolorido cuando se movió, obligándose a acostumbrarse a la luz que tenía alrededor.

—¡Minho!—Chan se acercó lo más rápido que pudo hacia su mejor amigo y al ver que estaba despertando, corrió hacia el exterior de la habitación en busca de un doctor.

Confundido, Minho vio en donde se encontraba, por fin cayendo en cuenta de que se encontraba en el hospital.

—¿Qué hago aquí?—susurró, otra vez tratando de moverse pero el catéter en su mano se lo impedía, manteniéndose quieto sobre la camilla.

Dos enfermeros entraron y se acercaron hacia él, revisando que todo estuviera bien y tras ellos, el doctor Jeon apareció.

—Despertaste—se acercó, acomodando sus lentes—Han pasado algunas horas.

—¿Qué pasó?—preguntó, sintiendo un leve e incómodo dolor de cabeza.

—Te desmayaste, tu amigo Chan te trajo—le explicó brevemente—¿Recuerdas algo antes de que te desmayaras?

—Me sentí muy mal—asintió—Sentí muchas náuseas, vomité y después me sentí mareado... Es todo lo que recuerdo.

El doctor asintió, revisando las páginas en sus manos con atención.

—Verás, Minho... Hicimos algunos estudios y parece que empeoraste—le dijo directamente. Minho se tensó—Las raíces en tus pulmones son mucho más visibles y dentro de poco, ya no serán pétalos los que saldrán de tu boca, sino que varias raíces y mucha más sangre.

—¿No hay manera en la que ahora eso se revierta, cierto?—preguntó con temor de la respuesta, sin embargo, necesitaba saberlo.

—Sin intervención, me temo que no—negó, soltando un suspiro—La enfermedad avanzó rápido y en unos meses no habrá nada más que hacer.

—Entonces voy a morir—soltó sin más, tratando de asimilarlo, pero, ¿cómo podía fácilmente aceptar algo como eso?

En su garganta se formó un nudo que no le permitió hablar, manteniendo la mirada fija en un punto de la habitación sin dejar de pensar en que fue tan idiota como para dejar que eso pasara y ahora, no podía enmendarlo.

—Todavía tienes una opción...—siguió hablando el doctor ante su silencio—Todavía puedes hacer algo por tu vida, Minho, pero es decisión tuya.

—Aún no sé qué hacer—respondió en voz baja y con la voz quebrada, haciendo su mayor esfuerzo por no seguir llorando.

—Piénsalo—animó—Dejaré que tu amigo entre y si tienes una respuesta, me avisas y empezamos con el procedimiento, ¿está bien?

—¿Cuánto tiempo tengo para considerarlo?

—No estoy seguro, pero debe ser pronto porque mientras más empeores, más difícil será salvarte si decides hacer la cirugía—respondió, dirigiéndose a la puerta junto a los enfermeros—Descansa por hoy, ya hablaremos después.

Minho asintió en silencio, quedándose a solas durante un momento antes de que Chan apareciera demasiado preocupado.

—¿Qué te dijeron?—fue lo primero que preguntó al cerrar la puerta después de entrar—¿Qué fue lo que pasó?

—Moriré pronto—respondió a secas y sin darle vueltas—Estoy tan enfermo que puedo morir pronto.

—¿Morir pronto?—su voz salió más baja, sin poder creerlo—¿De verdad no hay manera de hacer algo?—lo vio esperanzado, sintiéndose mareado de repente.

—La cirugía—asintió, todavía viendo hacia un punto fijo de la habitación—Si hago la cirugía podré vivir...

—Pero no podrás amar otra vez—terminó Chan, sabiendo muy bien como eso funcionaba.

—A Jisung no... El doctor Jeon dijo que había una gran posibilidad de que no sintiera algo otra vez por él.

—¿Eso quieres? Está bien si es así, nadie va a juzgarte por eso.

Minho no pudo sostenerlo más, dejando que las lágrimas salieran sin detenerse con el pensamiento de que Jisung se iba a convertir en un desconocido si accedía, pero al mismo tiempo, tenía miedo de morir lentamente sin ser amado.

Con un nudo en la garganta, Chan se acercó y se sentó a su lado en la camilla, acercándolo a sus brazos para darle el consuelo que sabía que estaba necesitando. Se dijo a sí mismo que debía ser fuerte, pero estaba siendo difícil con Minho llorando con tanta tristeza.

Minutos después, la puerta de la habitación se abrió, dejando a ver a Félix quien se quedó quieto unos segundos antes de acercarse, sintiéndose triste por la escena frente a sus ojos.

Minho levantó la mirada y vio a Félix; por un momento sintió un poco de ilusión creyendo que tal vez, Jisung también estaba ahí, pero en ningún momento, Jisung entró por esa puerta.

—¿En donde está Jisung?—preguntó Minho, limpiando las lágrimas de sus mejillas sin dejar de ver a Félix—¿Vino contigo?

—No... Él no vino—negó en voz baja, dejando una pequeña maleta con ropa que consiguió para él—Pero creo que iba a verse con Hyunjin, me dejó un mensaje antes de que llegáramos—dijo después de pensar muy bien si debía decirles o no, pero debido a la situación que Chan le había explicado, creía que tenía que saberlo—Dijo que debía hablar con él.

—¿Sabe que estoy aquí?—siguió cuestionando, otra vez sintiéndose mal, mareado y con náuseas. Tuvo que recostarse en la camilla.

—No creo—respondió esta vez Chan—Cuando llegué a nuestro departamento no sé cuánto tiempo tenías de estar ahí—explicó, viéndolo con preocupación—Te traje de inmediato, no he podido decirle.

—Yo intenté llamarle, pero no responde—agregó Félix, preocupado también.

Minho simplemente asentía, respirando pausadamente sin agitarse demasiado, tratando de sobrellevar todo lo que estaba sintiendo en ese momento.

El silencio predominó durante un raro, Minho sintió su estómago cerrarse y sus manos cosquillear, llegando a la conclusión de que no quería morir, que no era capaz de hacerle frente a la muerte por algo así. Otra vez las ganas de llorar aparecieron y esta vez, no hizo nada por evitarlo. Sabía lo que tenía que hacer, dándose por vencido y dejando atrás todos sus intentos o ilusiones por recibir el amor de Jisung. Una parte de él le decía que había avanzado significativamente con Jisung, que todavía había una posibilidad, pero otra parte de él tenía tanto miedo que no quería arriesgarse a esperar más tiempo del que realmente tenía.

Cerró los ojos con fuerza y dejó escapar un sonoro suspiro, llegando a una conclusión sobre lo que quería hacer. Tragó una vez más el nudo en su garganta y vio a sus amigos, luciendo triste y herido.

—Voy a hacerlo... Dejaré que hagan la cirugía—decidió finalmente entre el silencio—No tengo mucho tiempo y solo seguiré empeorando.

—¿Estás seguro?—preguntó Chan, tomando su mano en señal de apoyo.

Minho lo vio a los ojos y con todo el dolor de su corazón asintió, sintiendo su mundo desmoronándose.

—Estoy seguro.

Chan asintió también, bajándose de la camilla.

—Le avisaremos al doctor que quieres hablar con él—le avisó, abriendo la puerta para que ambos pudieran salir.

Minho no respondió, en su lugar cerró los ojos otra vez, dejándose envolver por toda esa tristeza que estaba en él, permitiéndose pensar en Jisung una vez más, permitiéndose amarlo un poco más... Permitiéndose sentir.

El doctor Jeon entró nuevamente, viendo a Minho con atención.

—Lo haré—Minho dijo en voz alta cuando notó su presencia—Haré la cirugía, no quiero morir—sonó seguro y sin dudar.

—Si es lo que quieres, está bien, tenemos que preparar todo y tienes que firmar un formulario de consentimiento antes—explicó sin dejar de verlo—Descansa un poco más, lo haremos hoy mismo para que puedas descansar por la noche, ¿te parece bien?

—Si—respondió con simplicidad—Solo quiero pedirle un favor.

—Claro, lo que necesites.

—Si Han Jisung viene, no lo dejen entrar a verme.

[🌷]

Dramaaaa, como amo el drama. Espero que les esté gustando, gracias por comentar y votar uwu


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