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Minho está molesto

Jisung salió muy sonriente de su última clase, acomodó su mochila sobre su hombro y tras despedirse de Yena, se dirigió hacia el segundo piso del edificio, deteniéndose frente al salón de clases de Minho.

Era la primera vez que iba a buscarlo; Minho siempre esperaba por él, así que no estaba mal si hacía lo mismo. Vio la hora en su celular y suspiró al darse cuenta de que faltaban al menos diez minutos. Esperó pacientemente hasta que la puerta del salón se abrió y todos empezaron a salir uno por uno.

Una sonrisa se asomó en sus labios cuando vio a Minho salir, parecía demasiado serio y con una mirada muy fría sin siquiera ver a sus compañeros, pero tan pronto sus miradas se encontraron, una amplia sonrisa se formó.

—¡Minho!—lo llamó, agitando la mano para llamar su atención.

Minho no dudó en ir hacia él, un poco sorprendido por verlo ahí.

—¿Qué haces aquí?—le preguntó cuando estuvo frente a él.

—Vine a buscarte—respondió con obviedad, acercándose para darle un corto, pero fuerte abrazo—¿Cómo estás hoy?

Un poco nervioso por el inesperado abrazo, Minho aclaró su garganta antes de hablar cuando se alejó.

—Mejor... Mucho mejor ahora que te veo—soltó sin dejar de verlo, sabiendo que eso lo pondría nervioso.

Jisung sintió sus mejillas calentarse levemente, pero intentó disimularlo.

—Eso es bueno—asintió, desviando un poco la mirada—Espero que ahora estés comiendo sanamente.

—No te preocupes por eso—revolvió su castaño cabello, obteniendo una mueca de su parte que lo hizo reír—¿Tienes algún plan? Oficialmente estamos de vacaciones.

Jisung lo pensó durante unos segundos, pero no podía pensar en nada más que quedarse en casa y descansar durante unos días.

—No realmente—respondió mientras negaba con la cabeza—¿Tú si?

—Por ahora sólo se me ocurre salir contigo... Solo si tú quieres.

—¡Claro!—no dudó en responder—¿A dónde vamos?

Ambos empezaron a caminar con rumbo a la salida del edificio, pensando en un buen lugar en donde pasar la tarde del viernes. A Minho no le importaba mucho el lugar, solo le interesaba estar con Jisung todo el tiempo que pudiera, aunque eso significara que inesperadamente, en algún momento los síntomas se hicieran presentes nuevamente y tal vez, con más fuerza.

Pero, ¿qué más daba? A Minho no le interesaba pensar en las consecuencias en ese preciso momento, por ahora lo soportaría, lo soportaría por estar un momento más con Han Jisung.

[🌷]

Por la noche, Minho llegó a su departamento con una enorme sonrisa y con el corazón latiendo emocionado. Chan lo recibió con el ceño levemente fruncido debido a su humor porque justo esa mañana, Minho había salido con total amargura.

—Voy a suponer que acabas de verte con Jisung y por eso vienes así de feliz.

—Supones bien—respondió, dirigiéndose hacia la cocina sin discutir al respecto, no podía seguir negándolo—¿Me dejaste algo de comer?

—Justo acabo de terminar de hacer la cena—señaló, poniéndose de pie también—Ayúdame a poner la mesa.

Minho no se quejó y obedeció, acomodando los platos y cubiertos sobre la mesa limpia con un suave tarareo que hizo sonreír a Chan.

—Pon cuatro de cada cosa—le indicó—Félix y Jisung vienen a cenar.

—¿Los invitaste?

—Invité a Félix y le dije que Jisung también puede venir, así que cenaremos juntos como celebración por las vacaciones.

—¡Que buena idea!

Chan rio por lo bajo ante su evidente alegría, sintiéndose ciertamente conmovido debido a esas emociones que Minho nunca terminaba de expresar totalmente porque siempre tuvo vergüenza de hacerlo. Había notado un crecimiento emocional en él y deseaba poder ver mucho más a pesar de las circunstancias en las que se encontraba; no iba a detenerse a pensar en eso ahora.

Minho corrió a darse una corta ducha y cambió su ropa por algo más cómodo, pero que no lo hiciera ver desarreglado. Se vio en el espejo y se dijo a sí mismo que no dejaría que nada baje sus ánimos, que haría su mayor esfuerzo para que Jisung no se preocupara, para no hacerlo pasar un mal rato.

Salió de su habitación y tan pronto llegó nuevamente a la mesa, la puerta sonó con suaves toques que lo hicieron sentir nervioso. Se regañó mentalmente, diciéndose que no debía sentirse de esa manera puesto que no había pasado mucho tiempo desde que dejó a Jisung en su departamento, pero siendo honesto consigo mismo, tampoco podía evitarlo.

—¡Hola!—Félix lo saludó cuando lo vio al otro lado de la puerta—Espero que la cena esté lista, muero de hambre.

—Chan tiene todo listo, pasa—se hizo a un lado, dejando pasar al menor—Hola, otra vez—su voz cambió por completo cuando Jisung se detuvo frente a él.

—Hola, Min—Jisung sonrió cortamente—Escuché que estoy invitado a una cena gratis.

—Chan me lo dijo recién entré—empezó a explicar—Prometo que si hubiera sabido antes, te lo habría dicho.

—Lo sé—rio, balanceándose ansioso sobre sus pies—Tú siempre piensas en mi, así que no lo dudo.

—Pasa—le animó, dándole espacio para que entrara—Si necesitas algo solo dime.

Jisung asintió y tras darle una corta mirada, se hizo paso dentro del departamento, yendo directamente hacia la mesa en donde la comida ya estaba siendo servida.

—Creí que debía llevarles la comida a la puerta—bromeó Chan cuando ambos tomaron asiento.

—No exageres—respondió Minho en voz baja, viendo a Jisung de reojo quien solo soltó una corta risa ante el comentario.

—Chan, deja de molestarlos—regañó Félix—Mejor empecemos a comer, de seguro sabe increíble.

Chan sonrió ante el halago y lo vio con ojos brillantes a pesar de ser solo un comentario, tomando su mano con cariño de manera disimulada por debajo de la mesa.

Minho los vio a ambos y en lugar de sentirse asqueado, simplemente sonrió para sí mismo ante la felicidad de ambos, deseando brevemente estar en una posición así, pero sabía que eso no iba a suceder, dejándolo con una amarga sensación en el pecho.

—Entonces—Jisung habló, interrumpiendo al par—¿Cuándo van a oficializar su relación?

—Creo que es bastante obvio que oficialmente somos algo—respondió Chan, sobando el dorso de la mano del menor.

—Si somos—habló Félix esta vez—Creo que tenemos muy claro lo que queremos, al menos entre nosotros.

—Eso es lindo—comentó Jisung—Me alegro mucho por ustedes, Félix había estado sufriendo porque no conseguía novio—dijo en tono de broma, dándole un bocado a su comida.

Félix lo empujó sin ser brusco.

—¿Y ustedes?—Félix preguntó, desviando el tema de ese comentario, viéndolos a los dos con intriga.

—¿Qué pasa con nosotros?—preguntó Minho, empezando a sentirse incómodo.

—No lo sé—se encogió de hombros—También se ven lindos juntos y parece que pasan mucho tiempo entre ustedes, ¿no hay algo ahí que quieran contarnos?—les dijo sin malas intenciones, todavía sonriendo.

—No hay nada entre nosotros—aclaró Jisung con seriedad—Somos buenos amigos nada más, ¿no es así, Minho?

—Si, solo amigos—recalcó Minho en voz baja, agachando la mirada hacia su plato de comida sin lucir demasiado afectado por la seriedad con la que Jisung lo dijo, como si estuviera molesto—No existe un "nosotros" más que de un par de buenos amigos.

—Es una lástima—hizo un puchero—Creo que serían una pareja muy bonita.

—Sabes que eso no es posible, Félix. Minho y yo somos grandes amigos y no hay forma de que eso suceda... Tú sabes porqué.

—Perdón—Félix se disculpó rápidamente al notar la expresión en el rostro de Jisung, entendiendo que había tocado un tema delicado.

—Dejemos eso—intervino Chan, dándole un apretón en la mano a Félix.

Félix asintió e intentó mejorar el ambiente que había arruinado con sus comentarios imprudentes, haciéndolo sentir muy culpable.

Minho se mantuvo ajeno a la conversación, simplemente sonreía ocasionalmente y asentía o negaba ante las preguntas que le hacían de vez en cuando, metiéndose en sus propios pensamientos a pesar de que sabía que eso solo terminaría por lastimarlo.

¿Por qué Jisung se veía tan molesto al respecto? Saber su reacción solo lo hizo sentir peor, ¿qué había de malo en él como para molestarse?

—Iré a la tienda de conveniencia de la otra calle—se puso de pie Minho, interrumpiendo abruptamente la conversación.

Los demás lo vieron confundidos por su repentina acción, guardando silencio.

—¿Por qué? Hicimos las compras hace poco—preguntó Chan, viéndolo con extrañeza—Termina de cenar al menos, apenas comiste.

—Solo iré por algo de beber—respondió con simpleza, yendo directamente hacia la puerta sin esperar una respuesta—No tardo—y salió.

El departamento se quedó en silencio por un rato hasta que Jisung suspiró sonoramente, dejando los cubiertos a un lado.

—Minho está molesto—empezó a hablar—No le gusta hablar del tema de él y yo porque me confesó que le gusto y yo lo rechacé porque no puedo corresponderle.

—¿Cuándo pasó eso?—preguntó Félix, sorprendido—¿Por qué no me lo dijiste?—sonó preocupado, entendiendo ahora su reacción.

—No creí que a Minho le gustaría que hablara sobre eso porque se trata de un tema personal para él—suspiró rendido—Supongo que no le gustó mi respuesta... Creo que fui muy duro.

—No está molesto—habló Chan esta vez—Está dolido. Minho está un poco sensible al respecto—omitió por completo el enamoramiento de su mejor amigo, no era algo que él debía decir—Nunca había sentido ese tipo de cosas por alguien más y hablarlo lo hace sentir emocional.

—Es mi culpa—Jisung desvió la mirada—No tuve que responder de esa manera, pero pensé que no querría que tocáramos el tema e intenté dejar en claro que no había nada nada entre nosotros para que nadie bromeara al respecto.

—Bueno, creo que él no lo tomó de esa manera—agregó Chan casi en voz baja, lo suficientemente audible para ellos—Solo espero que regrese a dormir.

—¿Por qué no lo haría?—preguntó Jisung curioso.

—Últimamente sale por las noches diciendo que va a la tienda de conveniencia y regresa en la madrugada o simplemente no duerme en su habitación... Espero que regrese porque estás aquí.

Eso llamó la atención de Jisung, sintiéndose preocupado. ¿En donde duerme si no es en su departamento? Sabía que no debía saber absolutamente todo sobre Minho, no era obligación de Minho contarle su vida entera y todo lo que hacía, sin embargo, le preocupaba que nadie supiera a donde iba, en especial porque parecía que era algo constante.

—Iré a buscarlo—movió su silla y se puso de pie—Intentaré traerlo.

Chan asintió y tras pedirle que tuviera cuidado, lo vio salir del departamento, ahora dejándolo a solas con Félix.

—No tuve que haber dicho nada—Félix agachó la mirada, triste—No quise que se pusiera así, no sabía nada.

—No es tu culpa—acarició su mejilla y lo hizo elevar la mirada, hablándole con suavidad—Su situación es complicada... Mucho más de lo que crees. Además, tú mismo lo has dicho, no sabías nada y no lo dijiste con mala intención.

Félix acercó la silla hacia el mayor y se recostó en su hombro, abrazándose a él.

—Aún así. Ahora los dos están allá afuera y quien sabe, tal vez y terminen peleados.

Chan respondió el abrazo y sobó su cabello, tratando de darle un poco de calma.

—Dejemos que ellos resuelvan sus problemas, ¿si?—se alejó un poco para mirarlo—¿Quieres que veamos una película mientras regresan?

Félix sonrió emocionado y asintió varias veces, dejando un corto beso en sus labios antes de apartarse por completo para ponerse de pie y arreglar la mesa, sumidos en un silencio cómodo que lo hizo olvidar en poco tiempo lo sucedido.

[🌷]

Minho caminó a paso rápido hacia la tienda de conveniencia más cercana. Últimamente iba más seguido de lo que le gustaría, pero no había otro lugar al que pudiera ir en la noche. Caminó durante algunos minutos hasta que llegó, empujó la puerta de entrada y se dirigió al mismo pasillo de siempre, tomó unas cuantas bebidas y pagó por ellas en la caja de enfrente.

—Hola, ¿solo sería esto?—la chica de la caja le preguntó de manera amable. Minho asintió—Siempre llevas de estas, ¿has probado de otro sabor?—intentó ser amable, tratando de entablar una corta conversación con el que parecía ser un cliente frecuente que llegaba seguido en su turno.

—No—respondió a secas, sin mirarla y sin expresión alguna, buscando el dinero en su billetera.

—Podrías intentarlo—dijo con más seriedad, tomando el dinero que Minho le dio—Buenas noches, te veo luego.

Minho solo asintió, ignorando a la chica totalmente porque no tenía ánimos de siquiera platicar. Mientras se dirigía hacia la salida, se detuvo de golpe al ver a alguien conocido dentro de la tienda y sin pensarlo caminó hacia él. Dejó las bolsas sobre la mesa y se sentó a su lado sin decir nada, viendo hacia el exterior de la tienda a través de la gran ventana.

—¿Minho?

El mencionado lo vio y luego sacó de su bolsa dos de sus bebidas, ofreciéndole una antes de hablar.

—¿Vives por aquí?—preguntó curioso el pelinaranja y sin mirarlo.

—Algo así—respondió un poco dudoso—¿Y tú?

—Si—asintió, dándole un corto sorbo a la lata—En la otra calle, de hecho.

Jeongin asintió más para sí mismo que para Minho porque ni siquiera lo estaba viendo, dirigiendo la mirada hacia el exterior también. Agarró la bebida que le ofreció y la abrió, sintiéndose más tranquilo con alguien conocido cerca.

—No he podido dormir—Jeongin rompió el silencio, llamando la atención de Minho—Me preocupa saber cómo está Hyunjin.

—¿Pasó algo otra vez?

—Le pedí un tiempo—suspiró, agachando la mirada—Pero más bien parece como si nuestra relación ya no existiera... Este tiempo es indefinido y quien sabe, tal vez sea permanente.

—Así que decidiste dejarlo—asintió, viendo la bebida en sus manos—Supongo que no fue fácil.

—En lo absoluto—sonrió débilmente, recordando ese día—Pero no había algo más que pudiera hacer. Estar lejos de él tanto tiempo se siente demasiado extraño.

—Se lo merece.

—Probablemente—rio—A veces siento la necesidad de llamarle y decirle que creo en él, que quiero que regresemos... Pero pensar en lo que me hizo hace que todos esos deseos desaparezcan de inmediato.

—Suena complicado. Amar, ser amado... A veces odio todo eso.

—¿Lo odias? Pensé que estabas saliendo con Jisung, que se amaban y todo eso.

—No estamos saliendo, nunca estuvimos saliendo, en realidad—respondió con honestidad, soltando una risa amarga—Lo amo, si, pero él no a mi.

—Espera... ¿Estás enfermo?—Jeongin frunció el ceño y lo vio, sorprendido por su respuesta al verlo asentir.

¿Por qué habría dicho Jisung entonces que estaban saliendo la vez que se conocieron? Incluso los había visto tomados de la mano y besándose, ¿nada de eso fue real tampoco?

A no ser...

—Jisung inventó que estaban saliendo porque Hyunjin estaba conmigo, ¿no es así?—su tristeza fue evidente cuando concluyó en voz alta lo que estaba pasando en su cabeza y Minho deseó no haber dicho nada al notarlo herido.

—Lo siento, Jeongin... Yo acepté ser parte de esto también y tampoco medí las consecuencias, no pensé en ti como su pareja y en lo mucho que podría afectarte.

—Me siento como un gran idiota—recargó el mentón en la palma de su mano, soltando un suave bufido—No debes preocuparte por mi, apenas nos conocemos así que está bien.

Jeongin se mantuvo ido en sus pensamientos, su cabeza siendo un total desastre.

—¿Quieres ir al parque?—sugirió de repente Minho en el medio del silencio entre los dos—Tal vez es un poco tarde, pero el parque sigue iluminado y creo que es mejor que estar en esta tienda.

—Uhm, suena bien—aceptó y le sonrió agradecido. Minho hizo lo mismo—Vamos, el clima allá afuera está muy bien.

Jeongin no conocía muy bien a Minho, sin embargo, había algo en él que le inspiraba confianza, sentía que podía hablar abiertamente con él y siempre estaría escuchándolo, especialmente ahora que estaba en el medio de un corazón roto; probablemente era por eso, porque no se conocían y un desconocido siempre es el mejor confidente.

No pudo evitar sentirse ciertamente molesto con Jisung, porque, ¿qué se supone que estaba esperando con mentir así? El haber utilizado a Minho para darle celos a Hyunjin era realmente sorprendente y decepcionante viniendo de alguien como él quien parecía ser amable y empático.

Pero era aún más decepcionante saber que de alguna manera, Hyunjin se sintió afectado por eso.

—¿No hay problema si llegas tarde a casa?

—Mis padres creen que pasaré la noche con Hyunjin, así que no tengo hora de llegada.

—¿Y pensabas quedarte en esa tienda toda la noche?—Minho preguntó sorprendido.

—No sería la primera vez—se encogió de hombros—Además, no es tan malo, ¿lo has pensado? Una tienda de conveniencia tiene todo lo que necesitas; vivir en una no se me hace tan loco, sabes.

—Eres un poco raro, Jeongin. Por ahora diré que me agradas—dijo Minho con una apenas audible risa, adelantándose para abrir la puerta y dejarlo salir.

—Gracias, supongo—rio también.

Ambos salieron de la tienda, caminando hombro a hombro mientras hablaban sobre cualquier cosa con tal de olvidar por completo las razones por las cuales se encontraban solos a esa hora.

Al otro lado de la calle, Jisung observó a Minho y Jeongin caminando juntos fuera de aquella tienda. Un incómodo nudo se formó en su estómago y se preguntó desde cuando ellos eran así de cercanos.

¿Minho se había estado quedando con Jeongin? Incluso la pregunta le parecía increíblemente estúpida porque Jeongin era el novio de Hyunjin, pero no podía descartar la posibilidad por completo, sino, ¿qué hacían juntos?

Sin perderlos de vista, Jisung marcó el número de Minho para hablar con él, rogando en su cabeza que respondiera, sin embargo, logró ver que Minho rechazó la llamada en el primer timbre y luego guardó el celular en el bolsillo de su pantalón para luego dirigir  la mirada de nuevo hacia Jeongin quien parecía muy entusiasmado contándole algo.

Después de unos segundos, ambos desaparecieron de su campo de visión.

Mordió su labio inferior y sin nada más que hacer, se dio la vuelta y caminó de regreso hacia su edificio con un horrible nudo ena boca del estómago. No iba a insistir, tenía claro que Minho no quería hablar con él y que después de todo, tenía razón de no querer hacerlo.

Suspiró, negándose a admitir que se sentía un poco dolido, tal vez celoso, aunque no tenía ningún derecho de sentirse de esa manera porque así como él mismo dijo, ellos solo eran amigos.

Nada más que eso.

[🌷]

Horas más tarde, Minho decidió que era hora de regresar. Vio la hora en su reloj y no podía creer que ya pasaba de la media noche, pero a decir verdad, ni siquiera se dio cuenta de lo rápido que el tiempo pasó mientras estuvo en ese parque junto a Jeongin.

Nunca se consideró alguien sociable, el simple hecho de entablar conversación con otras personas le resultaba difícil y un poco aterrador, pero había algo en Jeongin que lo hacía más fácil y podía admitir que había sido de mucha ayuda en ese momento en el que su corazón dolía.

—Es hora de irnos—le avisó, deteniéndose bajo uno de los postes de luz que iluminaban el parque a esa hora—Es tarde y no creo que debamos amanecer aquí.

Jeongin asintió de acuerdo a pesar de que no tenía ganas de irse.

—Bueno, te acompaño a tu edificio—sugirió el menor, empezando a caminar.

—¿No quieres que mejor te acompañe yo?

—¿Por qué? ¿Crees que no puedo irme solo?—bromeó, notando que Minho se veía bastante serio.

—No es por eso. Tengo el presentimiento de que irás de nuevo a la tienda de conveniencia.

—Es lo de menos—golpeó de manera despreocupada una pequeña piedra en el camino, viendo hacia sus pies.

—Puedes hacer lo que quieras—Minho se encogió de hombros, metiendo ambas manos en sus bolsillos.

—Te haré caso—suspiró, viendo hacia el frente ahora—Iré a casa después de acompañarte a la tuya.

Minho asintió, manteniéndose en silencio durante todo el camino de regreso, cada uno metido en sus propios pensamientos que de alguna manera, no los dejaba en paz, los dos en busca de un poco de calma.

Luego de un rato se detuvieron en la entrada del edificio de departamentos de Minho. Jeongin lo vio directamente y le sonrió, obteniendo un ceño fruncido por parte de Minho.

—Eres buena compañía, Minho—empezó a hablar sin dejar de verlo—Lamento mucho que estés pasando por tanto, pero espero que encuentres la manera de sobrellevarlo y de que seas genuinamente feliz.

—Lo mismo digo—respondió sin saber muy bien qué decirle al respecto, inexplicablemente afectado por sus palabras.

—Bueno, nos vemos en otra ocasión... Si quieres hablarme podemos vernos en la tienda de convivencia—agitó la mano, despidiéndose de esa forma antes de darse la vuelta para dirigirse hacia su destino.

Minho levantó la mano también y la agitó en forma de despida a pesar de que Jeongin no pudo verlo porque ya se había ido.

—Gracias—susurró para sí mismo cuando estuvo totalmente solo.

Tuvo que habérselo dicho de frente, tuvo que agradecerle por haberle dado su compañía y evitar otra noche llorando a  un lado de la lápida de su mejor amigo, pero las palabras simplemente no salieron. Con una media sonrisa entró al edificio y subió por las escaleras, tomándose todo el tiempo necesario antes de llegar a su departamento. Cuando subió el último escalón se detuvo en el pasillo, viendo hacia la puerta de Jisung, sintiendo sus manos cosquillear debido a las ganas que tenía de ir y buscarlo, pero decidió no hacerlo, no iba a molestarlo, mucho menos a esas horas.

Usando sus llaves entró a su hogar y se encontró en lugar en completa oscuridad y silencio. Se sintió un poco mal por haber dejado la cena a medias que Chan preparó, pero no pudo quedarse mucho más tiempo frente a ellos cuando un nudo se formaba en su garganta.

Odiaba ese tipo de comportamiento en él, más no sabía todavía como controlarlo, como hacer que no afecte.

Caminó hacia su habitación con sigilo hasta que se percató de que Jisung estaba ahí, durmiendo incómodamente en su sofá. Negó con la cabeza y se acercó, preguntándose qué seguía haciendo ahí.

—Jisung—lo llamó en voz baja, moviéndolo suavemente para despertarlo—Jisung, debes ir a tu departamento a dormir—le susurró, notando que sus ojos se abrieron poco a poco.

—Estaba esperándote—respondió apenas audible y somnoliento, todavía sin despertar completamente—Pero ya estás aquí.

—No debiste hacerlo—lo reprochó, ayudándolo a tomar asiento mientras terminaba de despertar.

—Chan dijo que últimamente sales y regresas muy tarde—le dijo, viéndolo directamente esta vez, poniéndose de pie—¿Por qué lo haces?

Minho apartó la mirada y dio unos cuántos pasos hacia atrás, buscando en su cabeza algo qué responder porque no iba a decirle la verdad.

—Solo porque si—se encogió de hombros, restándole importancia.

—No te creo—no podía hacerlo cuando lo vio con Jeongin hace unas horas.

—No lo hagas—respondió a secas—No tengo más explicaciones para darte.

Jisung pudo notar que Minho estaba empezando a molestarse, su tono tan afilado lo delataba, por lo que decidió retroceder también y dejar el tema porque de igual forma, no le diría la verdad.

—Perdón por quedarme—suspiró rendido—Solo quería asegurarme de que regresaras.

—Regresé bien, nada me pasó.

—Eso veo—su tono de voz bajó, luciendo herido por su forma de actuar.

Minho relajó su expresión, recién dándose cuenta de lo que estaba ocasionando con su actitud a la defensiva. Arrepentido, se acercó a Jisung y puso ambas manos en sus hombros, causando que éste elevara la mirada hacia él.

—Lamento actuar como un idiota contigo, Jisung—se disculpó, sosteniéndole la mirada—Mi cabeza es un total desastre ahora mismo y no sé qué debo hacer.

—¿Puedo ayudar en algo?

—No puedes—negó con la cabeza, sintiendo nuevamente un nudo formándose en su garganta—Nadie puede ayudarme.

—Déjame intentarlo—pidió, sintiendo su corazón latir contra su pecho—Tal vez puedo ayudarte si me dices qué pasa, podemos encontrar una solución.

Minho mordió su labio inferior, cerró los ojos con fuerzas y antes de si quiera detenerse a pensarlo, se acercó lo suficiente a su rostro antes de romper la distancia entre los dos, fundiéndose una vez más en un cálido beso que lo hizo suspirar con nostalgia.

Ya había pasado tiempo desde la última vez que lo besó, desde el día en el que le confesó sus sentimientos no se atrevió a siquiera acercarse de otra manera que no fuera como un amigo nnormal con tal de no incomodarlo, pero ahora simplemente no podía negarse a hacerlo, no cuando su corazón latía tan emocionado por él y su dulzura.

Sin oponerse en lo absoluto, Jisung rodeó los hombros de Minho con ambos brazos, respondiendo el beso con total necesidad, como si hubiera estado esperándolo tan desesperadamente. Su respiración se agitó y su estómago cosquilleó gracias a las sensaciones que la boca de Minho provocaba en él, en sus labios.

—Te necesito a ti, Jisung—murmuró Minho en el medio del beso, succionando su labio inferior sin dejarlo hablar, sin permitirle detenerse.

Jisung gimió suave, permitiendo que la lengua de Minho jugueteara con la suya con lujuria, embriagándolo profundamente. Si Minho dijo algo, no lo escuchó en lo absoluto, su cabeza solo pensaba en lo bien que se sentían sus manos sobre su cuerpo, tocándolo con delicadeza y suavidad, con cariño. Estaba consciente de que debía detenerlo, que debía apartarse por el bien de ambos, pero al mismo tiempo, deseaba quedarse ahí y sentirse así de especial, solo como Minho podía hacerlo.

Minho rompió el beso con mucha dificultad después de unos segundos más, quitó sus manos lentamente y acunó el rostro de Jisung entre sus manos, sobando sus mejillas con sus pulgares. No podía explicar el dolor acumulado en su corazón con tan solo verlo y saber que no significaba nada. Apoyó su frente contra la del menor y cerró los ojos, disfrutando de ese íntimo y silencioso momento entre los dos.

—No debes aceptar esto—susurró, manteniéndose en la misma posición sin dejar de acariciar su rostro.

—¿De qué hablas?—respondió de la misma manera, cerrando sus manos alrededor de la cintura de Minho, aferrándose.

—Que te bese, que te toque... No debes aceptarlo.

—No me molesta si tú lo haces—sonrió cortamente, a gusto con las caricias.

Minho también sonrió y se alejó un poco, apreciando su rostro; sus mejillas enrojecidas, sus labios levemente hinchados y sus ojos brillantes, convenciéndose una vez más de lo enamorado que estaba y que a pesar de todo, el sentimiento no era tan malo.

Al menos hasta que los síntomas aparecían y le daban un fuerte golpe de realidad.

—Es mejor que vayas a dormir—se alejó completamente, dejando caer sus brazos a sus costados.

—Chan y Félix están durmiendo juntos... No quiero dormir solo—dijo con timidez.

—Puedes dormir en mi habitación, yo dormiré aquí—señaló el sofá.

—No voy a quitarte tu habitación—se negó.

—Tampoco vas a dormir conmigo—le avisó, viéndolo fruncir el ceño.

—¿No quieres?

—No es eso—rio por lo bajo—Solo creo que no es una buena idea—respondió sin explicar demasiado, guardándose para sí mismo las razones.

—Bueno...—apartó la mirada, resignándose a dormir solo.

—Pero puedo hacerte compañía hasta que duermas, si eso te hace sentir mejor—sugirió, agarrando nuevamente sus llaves.

—Está bien—aceptó Jisung sin tener más opciones.

Ambos se dirigieron hasta el departamento de Jisung y entraron, caminaron en silencio hasta su habitación y luego de cambiarse por ropa más cómoda, se metió a su cama, haciendo un espacio para que Minho hiciera lo mismo, pero volvió a negarse a su propuesta, insistiendo en solo quedarse ahí hasta que pudiera conciliar el sueño.

Jisung creyó que duraría más tiempo despierto, sin embargo, momentos después de acomodarse en su cama, logró quedarse dormido en poco tiempo. Minho sonrió enternecido por su vano intento por mantenerse despierto y tras dejar un beso en su frente, salió de la habitación.

Sintiéndose perdido, optó por sentarse en el sofá en el medio de la oscuridad.

Sus labios todavía hormigueaban y el deseo de estar a su lado seguía latente, pero no podía seguir cediendo a su amor no correspondido, no cuando eso estaba terminando con su vida.

[🌷]

¿Se imaginan que Jeongin se enamore de Minho? JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA imagínenlo.

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