EXTRA
Dentro de la habitación, el doctor y los enfermeros se movieron rápidamente alrededor de Jisung, apresurados por hacer algo en cuanto a sus latidos que acababan de detenerse.
—El desfibrilador, rápido—ordenó el doctor y uno de los enfermeros se acercó, poniendo algunos cables en el pecho de Jisung—¡Uno, dos, tres!—anunció en voz alta, enviando cargas de electricidad hacia el corazón de su paciente. Vio el monitor y todavía no había reacción—¡Uno, dos, tres!—gritó nuevamente, enviando una carga más fuerte.
Todos estaban expectantes, esperando por una mejor reacción de su parte, pero seguía sin responder. La habitación se quedó en un abrumante silencio a excepción del monitor, el doctor dejó el desfibrilador a un lado y soltó un suspiro, viendo que los enfermeros detuvieron sus movimientos.
Los latidos de Jisung volvieron.
—Manténganlo estable, puede que su pulso falle de nuevo porque está demasiado débil y reanimarlo tardará mucho—indicó el doctor—A estas alturas es difícil que sobreviva, pero no lo dejaremos morir sin hacer hasta el último intento.
Los enfermeros asistieron al mismo tiempo, poniendo una mascarilla que estaba conectada a una máquina de oxígeno sobra la nariz y boca de Jisung, asegurándose de esa manera que pudiera tener aire en sus lastimados pulmones.
—¿No es momento para que sus familiares entren?—preguntó una enfermera—Al menos para que se despidan.
Los presentes se vieron entre sí y luego vieron con atención al doctor, esperando una respuesta de su parte.
—Traten de acomodarlo lo mejor que puedan, luego dejen entrar a sus familiares—asintió, sintiéndose un poco triste en sus adentros al ver esa situación en alguien tan joven—Si su pulso se detiene otra vez, hagan todo lo que puedan por regresarlo y si nada funciona, entonces deben estar listos.
Volvieron a asentir hacia las indicaciones del mayor. El doctor empezó a caminar hacia la salida cuando uno de los enfermeros lo detuvo de golpe, haciendo que se quedara un poco más.
—Doctor Joo—lo llamó en voz alta, viendo detenidamente el monitor—El pulso... Está estabilizándose justo ahora—dijo casi en un susurro debido a la sorpresa—Está tomando fuerza... Es rápido.
El doctor Joo caminó a pasos rápidos hacia el monitor que se le estaba señalando, revisando minuciosamente lo que estaba pasando; vio a los enfermeros una vez más antes de terminar viendo a Jisung quién todavía seguía inconsciente, dibujando una muy leve sonrisa en sus labios que lo llenó de alivio.
—Lo lograste, Han Jisung.
[🌷]
La señora Han no podía con la ansiedad que la recorría por completo, había visto a varias personas entrar hace un rato a la habitación de su hijo y nadie salía a decirle nada.
Felix intentó consolar a la señora Han, tomando su mano y tratando de tranquilizarla, pero era muy difícil cuando él tampoco estaba tranquilo. Estaba molesto, triste y muy asustado; Minho había desaparecido al igual que el señor Han, así que si escuchaban alguna noticia, serían los últimos en darse cuenta.
Al cabo de unos minutos, el doctor salió junto a un par de enfermeros, todos se pusieron de pie rápidamente y lo vieron expectantes, esperanzados y de alguna forma, también listos para escuchar lo peor.
—Si algo pasó, dígalo de una vez—habló la señora Han ante su silencio, al borde de las lágrimas—Necesito saber directamente qué pasa con mi hijo.
Apretó con fuerza la mano de Felix debido a su propio miedo, sintiendo que sus piernas empezaban a flaquear sin siquiera estar segura de nada.
—Por un momento el corazón de Jisung se detuvo—empezó el doctor—Hicimos de todo para reanimarlo y después de varios intentos, logramos hacerlo.
La señora Han cerró los ojos y sintió alivio en todo su cuerpo, sin embargo, no podía tener paz al saber que su hijo seguía ahí.
—¿Hay alguna posibilidad de que mejore?—preguntó Felix con miedo de una respuesta negativa. En el fondo sabía que era difícil de conseguir, pero al menos quería tener un poco de esperanza.
—De hecho...—el doctor revisó algunos de sus papeles y luego volvió a verlos—Creo que va a sanar y saldrá de todo peligro. No ha despertado, pero pueden pasar a verlo mientras sigue en observación, todavía debemos revisar constantemente sus latidos y la sanación de sus pulmones—les sonrió antes de retirarse, todavía pensando en lo que acababa de pasar.
Se miraron entre sí y la señora Han sintió que podía respirar con normalidad, lágrimas de felicidad salieron de sus ojos y mojaron sus mejillas mientras agradecía entre susurros varias veces.
El señor Han apareció segundos después, quitando por completo su expresión de angustia cuando escuchó la noticia. Sonrió ampliamente y lloró de felicidad, abrazando con fuerza a su esposa quien no podía contener las lágrimas tampoco.
—¿En dónde está Minho?—preguntó Chan, buscándolo con la mirada, creyendo que llegaría con el señor Han—Tenemos que decirle.
—Dijo que vendría después... Iré a buscarlo de nuevo, debe saber que Jisung estará bien—dijo el señor Han.
—Lo buscaré yo—Hyunjin se puso de pie—Le avisaré.
El señor Han asintió y le indicó hacia donde debía ir. Hyunjin caminó a paso rápido, buscándolo con atención entre los pasillos hasta que lo encontró sentado en el piso, con la mirada agachada y en total silencio, suspiró y con pasos lentos se acercó hasta tomar asiento a su lado, recostándose contra la fría y blanca pared.
Minho identificó a Hyunjin sin problemas viéndolo apenas de reojo, agachó la mirada otra vez y cerró los ojos con fuerza, escuchando repetidas veces en su cabeza los reclamos. Ya no podía con eso y algo le decía que escucharía esos comentarios por mucho tiempo, sin embargo, no podía ni siquiera levantarse y huir, así que no tenía nada más que hacer que enfrentarlo.
—Dilo, también di que es mi culpa y que soy egoísta—empezó a hablar Minho sin mirarlo—Di lo que quieras, pero hice lo que pude y lamento que no haya sido suficiente—cerró ambas manos en un puño, esforzándose por no volver a quebrarse—Solo yo sé lo que siento por Jisung y aunque al final no pudo ser amor, sé que es lo más cercano y lo más fuerte que he sentido en mi vida por alguien... Lo sé porque ya una vez me enamoré de él—finalizó casi en un susurro, abrazando sus piernas contra su pecho con fuerza.
—Estás enamorado—Hyunjin dijo cortamente, llegando fácilmente a esa conclusión. Sonrió de lado cortamente y vio a Minho quien apenas se movió.
—Ojalá—respondió con la voz quebrada—Quiero que sea eso, no sabes cuánto.
—Estás enamorado—repitió Hyunjin, obteniendo esta vez la mirada herida de Minho sobre él. Hyunjin sostuvo su mirada—Lo que sientes es amor, Minho—le aseguró.
Minho quería gritar, estaba frustrado porque nadie comprendía como se estaba sintiendo y que Hyunjin le dijera justamente eso, lo hizo sentir molesto porque, si así fuera, no estaría al borde de la desesperación por la situación en la que Jisung estaba por su culpa.
—Cállate—dijo entre dientes, apartando la mirada.
—Sientes que Jisung lo es todo para ti, solo piensas en él, quieres estar a su lado, quieres cuidarlo siempre, eres tú mismo solo con él y no te ves con nadie más que no sea él en el futuro, ¿cierto? ¿es así como te sientes?
—Si, es así como me siento—admitió, limpiando bruscamente las lágrimas en sus mejillas—Siento que lo amo, de verdad puedo sentirlo.
Hyunjin asintió y se puso de pie, extendiendo su mano hacia Minho para ayudarlo a hacer lo mismo. Minho lo vio con el ceño fruncido y no se movió.
—Levántate, debes ver a Jisung—le dijo, viendo como su expresión cambiaba a una confundida. Suspiró e insistió—Jisung estará bien, saldrá de peligro dentro de poco y debes quedarte con él, así que ven conmigo.
Ante esa noticia, Minho no dudó en tomar su mano y ponerse de pie con rapidez; no dijo nada, ni siquiera le siguió prestando atención a Hyunjin quien caminaba tras él a paso rápido, sus pies se movían de manera automática en dirección a la habitación de Jisung, queriendo ver con sus propios ojos lo que acababa de escuchar.
Había perdido las esperanzas, estaba casi seguro de que escucharía lo peor, pero ahora, no podía controlar el latido de su corazón, ansioso por verlo.
Después de un corto tiempo llegó por fin al pasillo, yendo directamente hacia la habitación de la que los padres de Jisung estaban saliendo. Tal vez fue un poco grosero de su parte entrar sin pedir permiso, pero a esas alturas ya no podía seguir esperando.
Cerró la puerta tras él y respiró hondo al verlo todavía inconsciente en la camilla, caminó lentamente hasta llegar a su lado y observó con atención el monitor que reflejaba su estable pulso. No había escuchado ninguna explicación de como era su estado ahora, pero saber que no estaba en riesgo le había dado el alivio que estuvo necesitando.
—Jisung...—susurró con la voz quebrada, tomando su fría y pálida mano—Jisung, por favor despierta.
Se quedó en esa posición durante un rato sin dejar de verlo, acariciando su mano con delicadeza hasta que lo sintió moverse. Estuvo atento a cualquier otro movimiento y avisó a los enfermeros cuando notó que sus dedos empezaron a moverse alrededor de su agarre.
Una enfermera llegó y revisó a Jisung, haciendo algunas anotaciones; seguramente para el doctor.
Mientras tanto, Jisung sintió pesadez en sus párpados tan pronto hizo el primer intento por despertar después de escuchar la voz de Minho, en el segundo intento frunció un poco el ceño y trató de moverse, otra vez sintiendo como si tuviera un enorme peso sobre todo su cuerpo hasta que finalmente, sus ojos empezaron a abrirse muy lentamente. Todo se veía bastante borroso, podía escuchar suaves voces a su alrededor y la cabeza empezó a doler. Poco a poco su visión fue mejorando, sintiéndose un poco afectado por la luz, pero luego de unos segundos, por fin pudo ver un poco mejor su entorno sin poder reconocerlo.
—En dónde...—dijo en un hilo de voz—¿En dónde estoy?—apenas pudo pronunciar, dándose cuenta de que las voces desaparecieron.
Minho vio a la enfermera salir y luego puso atención a Jisung, tomando su mano con un poco más de fuerza debido a la emoción que llenó su pecho en ese momento.
—Estoy aquí, Jisung, no me he ido, sigo aquí—dijo todavía sorprendido, acariciando su cabello con gentileza.
Jisung vio a Minho y pudo recordar en dónde se encontraba, sin embargo, ya no se sentía desconsolado, la sensación en su pecho era diferente, más en calma.
—¿Estuve inconsciente?
—Si, por mucho tiempo—mordió su labio inferior con fuerza, evitando llorar—Pero el doctor dice que ya no estás en peligro—esbozó una sonrisa temblorosa—Vas a estar bien, voy a cuidarte y jamás pasarás por esto otra vez, te lo juro, Han Jisung, te haré feliz por el resto de mis días. No pienso perderte y no dejaré que eso pase—prometió casi entre lágrimas—Ahora entiendo que estaba cerrado inconscientemente a la idea de amarte porque creí que no era posible, pero si es posible porque estoy seguro de que te amo, te amo tanto que ni siquiera puedo explicarlo y no pretendo hacerlo, voy a demostrarte cada día lo mucho que significas para mi... No voy a arriesgarme a perderte de nuevo—se permitió llorar en ese momento bajo los ojos cristalinos del menor.
Esas lágrimas no dolían.
A lo mejor, Jisung no estaba entendiendo mucho y todavía estaba un poco desorientado, pero Minho necesitaba hacerle saber que no volvería a fallarle, prometiéndose a sí mismo que se aferraría con fuerza al amor que sentía ahora por Jisung.
No tenía tiempo para analizar como funcionaba, pero si eso había salvado a Jisung, nunca más iba a dudar de lo que sentía por él, confirmado así que, lo que sentía por Jisung no sólo era cariño, amistad o algo pasajero; no, Minho estaba enamorado.
Enamorado de Han Jisung y esta vez, era para siempre.
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Holaaa, ahora si, este es el extra sobre lo que pasó y cómo se salvó :3 es cortito, pero con esto llegamos oficialmente al final de la historia. Muchas gracias por llegar hasta aquí, los tqm a todos ❤️
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