Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Estoy enfermo

Debía ser un error, el peor error de todos, Minho no podía estar enamorado, no después de haberse esforzado tanto por evitarlo.

¿En qué momento sucedió? No estaba ni siquiera al tanto de eso, ¿así funcionaba el amor? Tampoco estaba muy seguro. Quiso negarlo para sí mismo por su propia tranquilidad, negar que lo que sentía por Jisung era amor. Tal vez atracción, no iba a engañarse, Jisung le parecía atractivo, una mezcla de ternura y sensualidad que no podía pasar por alto; también su personalidad, tan extrovertida y al mismo tiempo llena de timidez, hablando de cualquier cosa o simplemente quedándose en silencio, ¿Eso fue suficiente para enamorarlo? Le parecía increíblemente absurdo.

Enamorado de Han Jisung, de sólo pensarlo le generaban más náuseas, concluyendo finalmente que no era una simple atracción, Minho realmente se había enamorado.

No se dio cuenta de cuánto tiempo estuvo dentro del baño tratando de asimilarlo, pero salió rápidamente de su trance cuando escuchó varios toques en la puerta. Se apresuró a tirar la cadena, lavó su rostro y respiró hondo.

—Minho, ¿ya sales?—preguntó Chan desde el exterior al no escuchar respuesta.

—Uhm, si—respondió en voz alta, cerrando el grifo—Ahora voy.

Secó sus manos con una toalla y peinó su cabello hacia atrás, tratando de lucir relajado a pesar que en su interior seguía sintiéndose en medio del caos.

Abrió la puerta y huyó rápidamente de ahí para no ser descubierto, sus ojos seguían un poco rojos al igual que su nariz por haber llorado recientemente.

—¿Estás bien...?

La pregunta quedó en el aire cuando Chan escuchó el portazo en la habitación de Minho. Ladeó la cabeza un poco confundido porque se supone que ya habían arreglado sus problemas. Se encogió de hombros y dejó el tema, Minho solía actuar así la mayoría del tiempo así que aprendió a no tomarlo personal, simplemente estaba siendo él.

Minho cerró la puerta con seguro y se dirigió directamente a su cama, se cubrió con las sábanas y se preparó para mantenerse despierto toda la noche, porque estaba seguro de que no había forma en la que pudiera dormir tranquilo después de darse cuenta de que su vida había empezado a desmoronarse.

[🌷]

Durante los siguientes días, Minho intentó actuar como si nada estuviera pasando, lo que menos quería era actuar sospechoso porque conociendo a Chan, empezaría a hacerle preguntas molestas que solo lograrían enojarlo.

A pesar de su evidente mal humor y preocupación consigo mismo, supo mantener un perfil bajo frente a todos, manteniéndose alejado y comportándose como siempre solía hacerlo con los que incluso podrían llamarse amigos cercanos. Pero ese comportamiento no duraba ni un solo segundo cuando Jisung aparecía en su campo de visión.

Por ejemplo, cuando se lo encontraba ocasionalmente en la universidad no podía evitar sonreír, las comisuras de sus labios se elevaban de manera inconsciente cuando Jisung lo saludaba a lo lejos antes de entrar a su salón de clases, o en esas ocasiones en las que luciendo como un total tonto se quedaba esperándolo a las afueras de su edificio de departamentos, fingiendo que también acababa de llegar cuando él aparecía con tal de pasar un rato juntos en lo que subían el elevador y entraban a sus respectivos hogares, siendo esa su terrible excusa porque se sentía lo suficientemente cobarde como para pedirle salir otra vez.

Vamos, Minho, incluso lo besaste ya, ¿qué tan difícil puede ser pedirle salir?

Su subconsciente se burlaba cruelmente de él, haciéndolo sentir inseguro y como si estuviera cometiendo el más grande error.

Estar enamorado ya era un gran error.

—¡Minho!

El pelinaranja sintió su corazón latir con fuerza al escuchar su voz hablándole, no se dio cuenta en qué momento se quedó parado a la mitad del pasillo de su facultad cuando estaba saliendo de clases, metido en su propio mundo que acababa de ser sacudido con solo escucharlo. Pestañeó varias veces y enfocó su mirada en el sonriente castaño.

—Hola—saludó con una corta sonrisa, olvidando por unos instantes la razón de su aflicción—¿No es muy temprano para que estés afuera de tu salón de clases?

—¿Te sabes mi horario?—preguntó con una ceja alzada, sonriendo de manera burlona.

—Supongo, si—se encogió de hombros, restándole importancia para no verse expuesto—No es la gran cosa.

—Bueno, terminamos antes la clase y nos dejaron libres por hoy—acomodó la mochila sobre su hombro, empezando a caminar junto al mayor hacia la salida de la facultad—¿Y tú, ya vas a casa?

—También terminé mis clases—asintió, agarrando la mochila de Jisung sin avisarle. Cosa que lo tomó por sorpresa—La llevaré yo—le dijo—¿Por qué traes tantos cuadernos, por cierto?—frunció el ceño, dándose cuenta de lo pesada que estaba su mochila.

—¿Y qué traes tú?—respondió con otra pregunta, arrebatando su mochila así como hizo él anteriormente—No traes nada aquí, Lee—rió sorprendido al sentir que era muchísimo más liviana.

—Estoy en tercero, no necesito más que un par de lapiceros y un cuaderno—respondió como si nada—Ya que me la quitaste, lleva tú mi mochila.

Jisung asintió y la acomodó sobre sus hombros sin mucha dificultad, caminando en silencio a su lado bajo las miradas curiosas y algunas llenas de envidia de muchos de sus compañeros, la mayoría de ellos preguntándose cómo es que Han Jisung había hecho para acercarse a alguien tan complicado como Lee Minho.

Estaban curiosos al respecto porque, ¿quién no quisiera acercarse de esa manera a uno de los chicos más lindos y reservados de la facultad?

—Entonces, Minho, ¿quieres que almorcemos juntos?—sugirió Jisung, deteniéndose frente a la cafetería de su facultad—Puedo invitar el almuerzo si prometes comprarme un postre.

—¿Qué quieres de postre?—le preguntó sin dudar, dispuesto a darle cualquier cosa que le pidiera.

—No lo sé, decidiré eso luego. Vamos—tomó su muñeca y se adentraron a la cafetería—Pide lo que quieras—le dijo en voz alta mientras caminaban hacia la vitrina de comida.

Minho se sentía tímido, la personalidad extrovertida de Jisung lo hacía salir de su zona, la mirada de los demás sobre ellos no le gustaba, pero Jisung parecía ignorarlo muy bien.

Ambos pidieron su almuerzo y tomaron asiento en la primera mesa vacía que encontraron, dejaron sus cosas en las sillas vacías y se dispusieron a comer. Jisung, como usualmente hacía, hablaba sobre su día o sobre cualquier cosa que se le viniera a la mente mientras Minho escuchaba atentamente sin perderse ninguno de sus movimientos, inmerso en la manera en que sus ojos brillaban o se cerraban cuando reía por cualquier cosa, quedándose justo ahí.

Y ahí estaba, sintiendo otra vez esa sensación de querer besarlo hasta cansarse.

—Jisung—habló Minho, llamando su atención.

—¿Si?—terminó de tragar el bocado de comida sin dejar de verlo.

—Termina de comer, vas a ahogarte si hablas y comes a la vez—aconsejó con amabilidad, acercando una servilleta a la comisura de sus labios para limpiarlos.

Jisung sintió sus mejillas enrojecer levemente ante su acción. Asintió y siguió comiendo, sonriendo agradecido hacia él.

—Te toca—le dijo. Minho lo miró confundido—Dime, ¿cómo has estado? Somos vecinos y no nos visitamos mucho, lo cual me hiere, ¿sabes? A veces estoy muy aburrido.

—Llámame cuando estés aburrido, iré a verte.

—Muy bien, lo haré entonces—asintió complacido con una sonrisa—No te arrepientas, puedo llamarte en la madrugada y debes ir—bromeó.

Jisung no sabía que Minho estaba dispuesto a hacerlo, solo que Minho no se lo diría, incluso él sabía que eso sería demasiado obvio.

—He estado bien. Chan y yo nos arreglamos el mismo día que discutimos—respondió a su pregunta, jugueteando con las sobras en su plato de comida. Hablar de su vida o sobre sus cosas no era algo que hiciera a menudo—No me gusta discutir con él, es lo más cercano que tengo a un mejor amigo—admitió, apenado por su propia confesión en voz alta.

—Chan te considera su mejor amigo y estoy seguro de que él cree que es el tuyo.

—¿Cómo podría considerarme como su mejor amigo?—agachó la mirada, pensando en la manera en la que se comportaba todo el tiempo con él.

—¿Por qué no? Según sé, te quiere mucho.

—Seguro que sí—estuvo de acuerdo Minho, sonriendo a medias—De todas formas, es un tonto por considerarme su mejor amigo.

—Déjalo—rió Jisung—Él es feliz así, no lo arruines.

Minho le sostuvo la mirada durante unos segundos en silencio e inconscientemente bajó hacia sus labios con obviedad, subiendo de nuevo a sus ojos. Jisung estrechó los ojos hacia él y se cubrió la boca, notando sus intenciones.

—Ni se te ocurra, Lee, estamos en la universidad—le advirtió y Minho rió divertido—Deja de verme—desvió la mirada, levemente afectado por su linda risa.

—Claro que no voy a besarte aquí—le dijo en voz baja.

—Mejor levántate y trae mi postre, quiero pastel.

Minho no dijo nada y sin dejar de sonreír, se puso de pie en dirección a la vitrina de postres. Jisung lo siguió con la mirada durante unos segundos y trató de tranquilizar su agitado corazón. ¿Por qué ahora se sentía tímido? Hablar sobre las cosas que hacen a solas lo avergonzaba. Apartó esos pensamientos y se fijó en su celular mientras Minho llegaba hasta que alguien más tomó asiento frente a él.

—¿Hola?—dejó el aparato a un lado en la mesa y prestó atención a las personas frente a él.

—¿Estás saliendo con Minho?—preguntó la chica directamente, analizándolo.

—Para empezar, ¿Quiénes son ustedes?

—Cuídate de él, escuché que alguien murió por su culpa—habló el chico esta vez—Últimamente todos hablan de ustedes dos y por como te veo, eres de primer año.

—¿Pueden irse de mi mesa?—Jisung ignoró sus comentarios, incómodo con su presencia.

—Solo tratamos de ayudarte—dijo ella, encogiéndose de hombros—¿Por qué crees que aleja a todo el mundo? Él no es capaz de amar a alguien.

Jisung los miró a ambos y cerró las manos en un puño, enojado por lo que salía de ellos. Se notaba perfectamente que ninguno de ellos conocía a Minho en lo absoluto.

—No necesito de su ayuda, pueden irse—insistió, nervioso por la situación.

—El día que sufras por un amor no correspondido recordarás nuestras palabras—se pusieron de pie, viéndolo con desagrado—Minho no es un buen partido para nadie, trata mal a todos y solo juega con los sentimientos de las personas, ¿realmente quieres eso?

—Es mi problema, ¿no lo creen?—se cruzó de brazos.

Se vieron entre ellos y le dieron una mirada burlona antes de irse. Suspiró cansado y apoyó su mentón sobre la palma de su mano, todavía sin creer que se hayan acercado a él para una estupidez así.

—Yo no juego con los sentimientos de las personas—Minho habló, acercándose para dejar el postre frente a Jisung mientras trataba de esconder la decepción en su mirada—Siempre han dicho cosas así de mi porque rechazo a todos los que se me acercan.

Jisung lo vio atentamente y se puso de pie, acercándose a él antes de que tomara asiento en su silla. No le importó estar en el medio de la cafetería y lo abrazó con fuerza. Pudo sentir la desilusión en las palabras del pelinaranja, ahora seguro de que, aunque no lo demostrara, Minho se sentía afectado de alguna manera con todos los comentarios y rumores que corrían a su alrededor, haciéndolo ver como alguien totalmente diferente a lo que conocía de él. No culpaba totalmente a sus compañeros, pero tampoco podía culpar a Minho.

—Sé que no eres así, Minho—susurró cerca de su oído.

Minho se sintió fuera de lugar, muchas más personas viéndolos esta vez, pero el sentimiento era tan diferente que decidió cerrar los ojos e ignorar por completo esas miradas llenas de preguntas que jamás iba a responder. ¿Qué importaban los demás si Jisung era el que estaba abrazándolo de esa manera? Solo le importaba su opinión, solo le importaba lo que Jisung creyera de él.

Cómodo entre sus brazos, Minho lo rodeó también, formando una corta sonrisa en sus labios sin atreverse a soltarlo.

—¿Podemos comer en otro lugar? Ya no quiero estar aquí—pidió Jisung cuando se alejó.

Minho asintió sin dudar, tomó la mochila de Jisung otra vez y la acomodó en su hombro, saliendo de la cafetería sin fijarse en si alguien seguía viéndolos, simplemente siguiendo a Jisung hacia donde sea que quisiera ir.

¿Así se sentía querer complacer a la persona que te gusta? Recordaba haberse burlado de Chan por comportarse así con Félix, complaciéndolo con tal de hacerlo feliz.

Ahora debía pedirle una disculpa.

[🌷]

Jisung mordió suavemente el labio inferior de Minho antes de besarlo otra vez, enredando sus dedos en el cabello que caía en su nuca, haciendo más presión para profundizar el beso. Minho jadeó suave cuando la lengua de Jisung se encontró con la suya y no pudo evitar pegarse a su cuerpo, aplastándolo contra el sofá.

Minho se sentía en el mismísimo cielo, cuando Jisung le pidió ir a su departamento creyó que realmente solo comerían su postre, pero después de un largo rato, Minho no pudo contenerse cuando un poco del turrón del pastel se quedó en la comisura de los labios del menor, siendo la excusa perfecta para acercarse y tal vez solo debió pasarle una servilleta para que se limpiara, pero estaba claro que no estaba pensando correctamente cuando su primera idea fue hacerlo con su propia lengua. No dudó en seguir cuando Jisung no se negó, reaccionando casi de inmediato a su provocación.

Las manos de Minho estaban cada vez mas inquietas, siempre entrando en ese debate en el que no sabía en dónde debía ponerlas, pero su incertidumbre terminó cuando el mismo Jisung las llevó bajo su camisa, permitiéndole explorar todo su abdomen, torso y cintura. Para Minho, eso era más que suficiente, descubrir poco a poco su cuerpo parecía ser mucho más emocionante.

Jisung se elevó un poco para poder hacer fricción contra su erección, sacándole un fuerte gemido que Minho no pasaría por alto, bajando sus besos desde sus labios, pasando por su mentón hasta llegar a su cuello, besándolo sensualmente en esa zona que parecía ponerlo sensible.

El ambiente de complicidad y deseo que se había formado fue interrumpido abruptamente por el sonido de un celular. Jisung abrió los ojos, tardándose un poco en reconocer que se trataba del suyo.

—Es el mío...—gimió, recibiendo una muy leve mordida en su cuello—Minho...

—Solo deja que suene—susurró cerca de sus labios antes de besarlo otra vez. Jisung no se opuso, cediendo hasta que otra vez eran solo sus suaves gemidos.

Pero de nuevo, el celular sonó.

Con un bufido, Minho se apartó, haciéndose a un lado para ayudarlo a sentarse en el sofá. Jisung aclaró su garganta y tomó el celular, sintiendo su estómago contraerse al ver el nombre de la persona que estaba llamándolo.

—No respondas—sugirió Minho al ver de quien se trataba, pero fue totalmente ignorado.

Jisung se puso de pie y respondió la llamada.

—Hyunjin—dijo, respirando hondo para calmar su acelerado corazón—¿En dónde estás?... Es muy temprano para que estés ahí... No, avísale a Jeongin... Hyunjin, suenas terrible... Está bien, solo quédate en donde estás—y colgó.

—¿Irás a buscarlo?—preguntó Minho en voz baja sin dejar de ver sus manos.

—Él no está muy bien.

—Jeongin debería ir a buscarlo, no tú.

—Lo sé...—suspiró, peinando su cabello hacia atrás—Pero dijo que no podía ahora... Por eso me llamó.

—¿Acaso no tiene mas amigos?—lo vio, pero Jisung apartó la mirada de inmediato.

—Debo ir por él—fue lo único que dijo, mordiendo su labio inferior—No puedo dejarlo solo.

—Porque lo amas—asintió Minho, su propia afirmación doliendo—Siempre es así porque lo amas.

Jisung guardó silencio.

Odiaba mucho estar en esa situación, se sentía muy avergonzado de su propio comportamiento, pero no podía ignorar a Hyunjin cada vez que aparecía en su vida, aunque en cada ocasión, terminaba enojado y con el corazón más roto.

Minho regresó la vista hacia sus manos y negó con la cabeza, sintiéndose patético. Tras un sonoro suspiro se puso de pie, arregló su ropa y caminó hacia la puerta.

—Está bien. Ve con él, parece que en serio te necesita—trató de sonar calmado, no buscaba discutir por algo así porque al final, no le quedaba de otras más que solo aceptarlo—Háblame si estás aburrido—le dijo antes de salir.

Jisung sintió su pecho doler, estaba decepcionado de sí mismo, pero ahora poco podía hacer al respecto. Se dirigió a su habitación, cambió de ropa y fue hacia la dirección en la que su ex novio le dijo que estaba.

Iba a arrepentirse, siempre lo hacía.

[🌷]

Minho cerró la puerta de su departamento y se quedó ahí, en la oscuridad. Odiaba sentirse tan mal, su corazón dolía y sus manos hormigueaban, enojado y muy desilusionado.

Cada vez que estaba con Jisung se sentía como en una nube, pero tan pronto se daba cuenta de la realidad, todo eso caía con fuerza. Ahora que estaba consciente de su absurdo enamoramiento, lo único que deseaba era llorar. ¿Llorar también era parte de estar enamorado? Porque si así era, entonces no podía encontrar nada bueno de estarlo. No entendía como es que Jungwoon había soportado tanto y decir que era feliz, simplemente no podía comprenderlo porque lo único que sentía era tristeza.

Jisung nunca iba a fijarse en él.

Con un nudo en la garganta, Minho fue hacia su habitación, se puso ropa cómoda y se encerró en el baño, previniendo desde antes las ganas de vomitar que sabía que muy pronto aparecerían. Se sentó sobre las baldosas y suspiró, llenándose la cabeza de pensamientos estúpidos que solo le causaban nauseas.

¿Hyunjin querrá regresar con Jisung? Esperaba que no.

¿Jisung aceptará de nuevo a Hyunjin? Probablemente, estaba seguro de que lo haría.

Enamorarse de alguien más habría sido menos complicado, pero justo terminó enamorándose de alguien imposible.

Vomitó, era la segunda vez que le pasaba y le causó la misma tristeza que cuando se enteró. Empezó a llorar, dejando escapar fuertes sollozos que no se molestó en silenciar porque estaba enojado.

—¿Minho?—Chan se asomó preocupado después de escuchar los sollozos cuando entró.

—¡Vete de aquí!—le gritó sin dejar de llorar, agachado frente al inodoro.

No era solo estar enamorado de Jisung, era el hecho de que había sido tan estúpido de ceder a sus sentimientos después de tanto tiempo cuidándose, después de tanto tiempo negándose a eso que sabía que iba a destruirlo porque algo muy dentro de él le decía una y otra vez que jamás obtendría un amor verdadero, que su destino era sufrir o hacer sufrir.

Chan ignoró completamente sus palabras, arriesgándose a que Minho se enojara de nuevo con él, pero no podía solo dejarlo ahí. Se acercó con sigilo para no alterarlo y se agachó a su lado.

—Minho—volvió a llamarlo.

—¡Te dije que te fueras!—lo empujó, haciéndolo caer.

Pero Chan no iba a hacerle caso. Se acercó nuevamente después de darse cuenta de lo que estaba pasando. Se puso tras él y lo abrazó con fuerza, evitando que se zafara de su agarre.

—¿¡Qué es lo que te pasa!?—forcejeó Minho, intentando liberarse, pero Chan se mantuvo firme.

—Por favor, tranquilízate—le pidió con calma—Solo deja que pase.

Minho se rindió y siguió llorando con la cabeza agachada, dejando que Chan lo abrazara.

—No me quiero morir—dijo en un sollozo—No quiero esto, ¿cómo hago que se quite?

—No vas a morir, Minho—le aseguró el mayor—No te pasará nada.

—Claro que si—volvió a sollozar—Estoy enfermo, tengo esta maldita enfermedad.

—Lo resolveremos.

Minho limpió las lágrimas de sus ojos y se mantuvo quieto por un rato, su mente estaba en blanco y su mirada fija en el suelo. De una u otra forma debía asimilar lo que le estaba pasando, insultarse y regañarse a sí mismo no era la solución porque, de todas formas, no iba a cambiar nada.

Chan lo ayudó a ponerse de pie, tiró de la cadena del inodoro hasta que todos los pétalos desaparecieron y esperó a que terminara de lavarse el rostro.

—¿Quieres que haga algo para cenar?—preguntó cuando salieron del baño.

—Iré a dormir—fue su respuesta.

—Hablaremos de esto mañana, ¿está bien?

—Está bien—accedió Minho, aceptando que debía afrontarlo—Gracias.

Minho cerró la puerta sin esperar una respuesta. Chan asintió aunque no lo vio y se sentó en una de las sillas del comedor, pensando en qué debía hacer ahora para ayudarlo porque no iba a dejar que nada le pasara a Minho.

Era una promesa.

[🌷]

Holi, solo quiero explicar brevemente que Minho se encuentra en crisis porque tiene miedo, porque está enojado y triste; va más allá de no ser correspondido, es parte de todo el esfuerzo que hizo porque no sucediera y que al final, dejó que pasara a pesar de saber las consecuencias. Y pues eso. No odien mucho a Jisung porfas. Ojalá les guste c:

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro