Es mi novio
Jisung estuvo intentándolo, tratar de llamar la atención de Minho era cada vez más y más difícil porque no veía señales de que algo mejorara entre los dos. Cada día lo buscó después de clases, llevando algo de comer o sugiriendo algún plan para pasar el tiempo juntos, pero en cada ocasión recibía la misma respuesta: No.
Minho no sabía cómo quitárselo de encima, tenerlo alrededor lo ponía de los nervios, haciéndolo sentir molesto y a veces, un poco fuera de lugar. Estaba claro que nunca le gustó ser el centro de atención, pero Jisung lo hacía sentir como tal.
Era el centro de su atención.
Hace tiempo eso le habría encantado, eso lo habría hecho muy feliz, ¿por qué ahora Jisung decidía ser así con él? Le parecía injusto y aunque quisiera simplemente ignorarlo, no podía.
Y eso lo jodía totalmente.
Admitía que no podía ignorar su presencia, muy difícilmente podía pasar desapercibido y eso lo sabía perfectamente, Jisung era alguien llamativo de cualquier manera y actuar indiferente se le empezó a hacer cada vez más y más difícil; realmente odiaba siquiera pensar en eso.
La clase terminó antes de tiempo, así que antes de que Jisung apareciera por su salón, decidió irse hacia la cafetería en donde había quedado de verse con Chan y con suerte, Jisung pensaría que se había ido a casa y no tendría que verlo tan pronto, estar cerca de él lo hacía cuestionarse sobre cosas que no quería.
Al entrar a la cafetería logró identificar rápidamente a Chan en una de las mesas, entretenido en su celular. Con aburrimiento se acercó y dejó sus cosas sobre la mesa, sobresaltando al mayor.
—Vámonos a casa—pidió Minho cuando tomó asiento.
—No hasta que termine mi batido—respondió, señalando el vaso—Me pediste que te hiciera compañía, incluso le dije a Félix que no podía almorzar con él hoy, ¿y ya quieres irte?
—Es que no estoy de humor.
—Querías hablar conmigo, así que ahora dime qué pasa. Esta mañana no estabas así—entrecerró los ojos hacia él, lo conocía demasiado bien.
Minho suspiró—Mi mamá me llamó esta mañana—empezó a hablar, Chan lo miró expectante—Quiere que los visite, ¿puedes creerlo? Nunca me piden que los visite y presiento que es algo importante.
—¿Crees que es algo malo?
—No lo sé—se encogió de hombros—Pero mencionó algo sobre mudarme con ellos otra vez... Es decir, dejar la Universidad y continuarla allá.
—Dime que te negaste.
—Claro que lo hice—volvió a suspirar—Pero aún así quiere que vaya.
—Bueno, no tienes más opción entonces, tú solo diles que no aceptarás quedarte y ya.
—Sabes que no es así de fácil—bufó, descansando su mentón sobre su mano—Necesito que me acompañes.
—¿Por?
—Finge ser mi pareja, con suerte terminan odiándome y se les quita esa absurda idea de que me mude con ellos—le sonrió como si fuera la mejor idea.
—Estás loco—rio, dándole un sorbo a su batido—Tus padres me dan miedo, el otro día que vinieron ni siquiera me saludaron.
—No les agradó saber que estoy viviendo con un chico—negó con la cabeza mientras pensaba lo absurdo de la situación—De todas formas, solo será el fin de semana, no planeo que nos besemos frente a ellos así que no te preocupes por Félix—bromeó.
—No es eso—rio cortamente—Tengo planes este fin de semana. Pregúntale a Jeongin, últimamente pasan mucho tiempo juntos, de seguro aceptará.
—Ya le pregunté y tampoco puede.
—Dile a Jisung.
—Ni hablar—se negó de inmediato—No es ni siquiera una opción.
—¿Por qué no? Ya lo han hecho antes.
—Aún así, creo que las cosas entre él y yo están peor que antes.
—Pero yo he visto que se acerca a ti, no parece que no le agrades a pesar de que eres realmente malo con él.
—A eso me refiero—desvió la mirada, apenado—Lo hice sentir muy mal la última vez que hablamos sobre él y yo, me hace sentir un poco culpable que no se aleje porque sé que no se siente bien.
—¿Entonces si te preocupa?—lo vio con interés, elevando una ceja.
—Ese no es el tema ahora—se cruzó de brazos, evitando responder.
Chan simplemente sonrió sin seguir insistiendo, sabía que toda esa actitud tan grosera no duraría mucho tiempo; lo conocía y sabía perfectamente que Minho no era así, sino que se estaba forzando a serlo.
—Como sea, pregúntale a Jisung—finalizó Chan, siendo su única solución.
—¿Preguntarme sobre qué?
Ambos mayores miraron a Jisung quien acababa de llegar a la mesa, tomando asiento a un lado de Chan con una sonrisa tranquila.
—Escuché mi nombre, así que pueden preguntar—los miró, deteniéndose en Minho.
—¡Vienes justo a tiempo!—sonrió Chan—Minho quiere preguntarte algo.
—Chan—lo vio con dureza, advirtiéndole que no siguiera hablando.
—Claro, te escucho—Jisung vio a Minho con atención.
—No es nada, solo no lo escuches—desvió la mirada, evitando los ojos de Jisung sobre él.
—Minho quería saber si podías acompañarlo a visitar a sus padres este fin de semana—dijo Chan por fin, viéndolos con una sonrisa divertida.
—¡Si puedo!—aceptó Jisung de inmediato—Me gustaría.
—¡Perfecto! Ya tienes compañía, Minho, ¿ves como si fue fácil?
Minho vio con seriedad a Jisung sin mostrar otro tipo de emoción. Se cruzó de brazos y suspiró rendido, terminando por aceptar también que Jisung sería su compañía el fin de semana en casa de sus padres. No estaba satisfecho ni totalmente de acuerdo, pero realmente necesitaba llevar a alguien con él.
—Muy bien—asintió Minho finalmente hacia el menor—Pero aceptaré nada más porque ni Jeongin ni Chan pueden acompañarme, ¿está claro?
Jisung asintió varias veces, empujando muy lejos la decepción al escucharlo, esbozando una corta sonrisa en su lugar.
—Entiendo—respondió en voz baja sin lucir afectado.
Minho se levantó y se despidió de Chan, caminando hacia la salida de la cafetería, ignorando a Jisung nuevamente. Jisung suspiró sonoramente y trató de no verse tan avergonzado; es así como se sentía cada vez que Minho le hablaba con tanta frialdad e indiferencia frente a otras personas.
Avergonzado.
—Creo que no debí aceptar—dijo Jisung, viendo a Minho desaparecer tras las puertas—Algo me dice que terminaré muy lastimado.
—Minho no quiere hacerte daño, pero no sabe manejar su resentimiento—lo justificó Chan, sintiendo pena por Jisung.
—Supongo que está bien—se encogió de hombros, agachado la mirada—Yo decidí soportarlo. Veré el lado positivo, tal vez logre hacer que me odie un poco menos si convive conmigo.
—No te odia.
Jisung sonrió, pero era obvio lo que estaba pasando. Se puso de pie y sacó de su mochila una pequeña bolsa con chocolates, poniéndola frente a Chan.
—Son los favoritos de Minho, puedes comértelos... No creo que los acepte hoy—dijo con cierta tristeza y desánimo—Nos vemos—se despidió con la mano antes de darse la vuelta e irse también.
Chan inspeccionó la bolsa un momento y suspiró, guardándola para dársela a Minho más tarde.
Jisung estaba intentándolo.
[🌷]
El fin de semana por fin llegó, Jisung estuvo el resto de los días preparándose a sí mismo para lo que podría pasar en casa de Minho. Tenía un poco de miedo, Minho ya una vez le había dicho que sus padres eran un poco serios y a veces, estrictos; temía no poder comportarse como debía, pero haría lo posible por no causar problemas.
Empacó lo esencial en una pequeña mochila, guardando lo suficiente para una estadía de dos días. Arregló su cabello una vez más y salió de su habitación, casi listo para irse.
—¿Estás seguro de que irás?—Félix le preguntó cuando lo vio salir con sus cosas, sosteniendo una taza de café para su mejor amigo.
—Bueno, son las siete de la mañana y estoy listo para salir, así que creo que si—le dijo con obviedad, recibiendo el café para darle un sorbo.
—Sabes a lo que me refiero.
Jisung borró la corta sonrisa en sus labios y suspiró, jugueteando un poco con la taza entre sus manos.
—No estoy tan seguro, pero no puedo decirle que no ahora. Estuve pensándolo durante estos días y creo que será un poco difícil, pero estoy preparado para cualquier cosa—dijo con más ánimos, esforzándose por mantener una actitud positiva.
—Hmm. Tiene que gustarte mucho para aceptarlo.
—Así de desesperado estoy—hizo una mueca.
—Si es demasiado, solo detente, Minho ha sido un idiota contigo durante este tiempo—sonó molesto. Trataba de no meterse en el medio, pero odiaba la manera en la que Minho avergonzada constantemente a su mejor amigo.
—Es porque no lo dejo en paz, soy muy molesto, lo sabes—susurró lo último, dejando el resto de su café sobre la mesa sin ánimos de terminarlo—No te preocupes, sabré cuando rendirme—sonrió para tranquilizarlo—Gracias por preocuparte.
Félix simplemente asintió, no muy convencido de su respuesta, pero no había nada más que pudiera hacer para que cambiara de opinión.
—Se te hace tarde, de seguro Minho va a molestarse si lo haces esperar.
—¡Tienes razón!—Jisung revisó su reloj y guardó su celular y billetera—Adiós~—canturreó, acercándose a abrazar a su mejor amigo antes de salir de su departamento.
Félix se despidió de la misma manera, dejándolo ir.
Jisung bajó por el elevador y esperó hasta llegar a la recepción, logró ver a Minho sentando en el área de espera y se acercó con su mejor sonrisa.
—¡Buenos días!—saludó, obteniendo su mirada—¿Esperas desde hace mucho?
—No realmente—respondió a secas, poniéndose de pie—Vamos, el camino hasta allá es largo—empezó a caminar hacia la salida del edificio, siendo seguido por Jisung—Chan no pudo prestarme su auto, así que nos iremos en metro.
—No hay problema—asintió Jisung, caminando a su lado hasta la parada de buses más cercana—Traje algunas cosas para que el camino sea más cómodo.
Minho se mantuvo en silencio, pensando una y otra vez si era una buena idea dejar que lo acompañe. Ya era un poco tarde para arrepentirse, así que no quedaba más que tratar de sobrellevarlo sin ser demasiado duro; se había propuesto a sí mismo no serlo.
"No es necesario ser cruel, Jisung nunca fue malo contigo"
Recordó lo que Chan le dijo y odiaba admitir que tenía razón, así que se propuso llevarlo con calma. No tenía que ser amable o ser su amigo, solo no tenía que ser grosero.
La estación de metro no estaba tan llena, así que tomar un metro no fue tan difícil. El lugar tenía muchos lugares disponibles, así que para no molestar, Jisung tomó asiento en un asiento no tan cerca de Minho. El viaje sería largo y no quería ser una molestia.
Minho vio a Jisung sentado unos asientos lejos de él y se sintió extraño, era como si fueran dos desconocidos. Un poco nervioso, Minho aclaró su garganta y aprovechando de que no habían más personas cerca, habló:
—Jisung—lo llamó. Él lo vio rápidamente, atento—Ven aquí—le indicó, dejando espacio a su derecha para que se sentara.
Un poco sorprendido, Jisung hizo caso sin cuestionar, sentándose a su lado, todavía dejando un pequeño espacio entre los dos en el que ni siquiera sus hombros se juntaron.
—Prometo guardar silencio—dijo Jisung en voz baja con un poco de emoción, sintiéndose mejor.
—Eso espero—respondió sin más, apoyándose sobre el cristal sin dejar de ver el exterior.
Durante el viaje, Jisung se mantuvo en silencio, revisó la hora en su reloj y notó que ya había pasado un poco más de una hora de viaje, lo que lo hizo preguntarse cuánto tiempo más iban a tardar. Vio a Minho a su lado y sonrió levemente al verlo casi dormido, luciendo tan tranquilo y sin esa expresión fría en su rostro. Extrañaba a Minho, lo extrañaba tanto que dolía, se sentía como si verdaderamente lo había perdido; ya no había calidez en su mirada, ya no había amabilidad ni dulzura, ahora lucía vacío... Vacío cuando se trataba de él porque cuando se trataba de Jeongin, era totalmente diferente.
Y eso era doloroso.
Al cabo de un largo rato, Minho despertó al escuchar una voz indicando que estaba cerca de su destino, se removió sobre su asiento para acomodarse mejor y sintió algo suave alrededor de su cuello. Un poco extrañado llevó sus manos hacia ahí y se dio cuenta de qué se trataba: era un cojín para viajes. Se lo quitó y vio a Jisung durmiendo incómodamente a su lado, el metro se había llenado ahora y algunas personas estaban de pie. Con mucho cuidado, se pegó más hacia la ventana y atrajo a Jisung más cerca, dejando que se acomodara sobre su hombro para que estuviera más cómodo.
Se giró un poco para verlo y por alguna razón, sintió calidez en su pecho. No sabía si eran sus mejillas abultadas, el pequeño puchero en sus labios o sus pestañas resaltando en sus ojos cerrados, pero no podía apartar la mirada.
Es atractivo, pensó, convenciéndose de que era solo eso, también es lindo, reafirmó sin despegar la mirada de él, analizando cada detalle de su rostro, detalles que ya había visto antes y que en su momento, lo hicieron sentir muchas cosas que ya no estaban ahí.
La voz avisando que pronto llegarían sonó de nuevo, sacándolo de ese corto trance, regresándolo a la realidad. Movió un poco al castaño hasta que poco a poco, abrió los ojos.
Jisung se percató rápidamente de la posición en la que se encontraban, causando que se moviera rápidamente para tomar distancia de nuevo.
—Perdón—dijo en voz baja—No me di cuenta en qué momento me quedé dormido así—rio apenado, arreglando su cabello con nerviosismo.
—Nos bajamos en la siguiente estación—dijo sin responder a sus disculpas—Gracias por esto—le entregó el cojín, viéndose menos indiferente—Debiste usarlo tú, de seguro tendrás dolor de cuello más tarde.
—Ah, si—lo tomó y lo guardó en su mochila—Te veías un poco cansado e incómodo... Yo solo dormí unos minutos, así que no creo que me duela—sonrió despreocupado.
—Si tú lo dices...
Las puertas del metro se abrieron minutos después, ambos agarraron sus cosas y salieron, por fin en su destino. Caminaron hasta llegar a una calle principal y luego tomaron un taxi que los dejó afuera de una residencial.
—¿Aquí vives?—preguntó Jisung sorprendido, viendo desde afuera el tipo de casas que estaban ahí—Mi casa es grande, pero no es así de increíble.
—A decir verdad, me gusta más tu casa—comentó Minho con sinceridad, llegando a su cabeza esos momentos que compartió con los Han.
A pesar de todo, todavía atesoraba esos días.
—Bueno, puedes ir cuando quieras.
—Lo sé—asintió, recordando la vez que lo acompañó y él mismo pidió ir otra vez con Jisung. Aclaró su garganta para cambiar de tema y se paró frente a él, cambiando a una expresión más seria—Dejando eso de lado, hay algo que debes saber antes de que vayamos con mis padres.
—Si, lo sé, debo comportarme y no hablar demasiado.
—¿Qué? No, no eso, no hay nada de malo con eso—negó varias veces, no quería que Jisung cambiara su personalidad solo por sus padres—Es solo que tendrás que fingir ser mi pareja—soltó directamente, desviando la mirada al decirlo.
—¿Tu... novio?—preguntó tímido, sus mejillas calentándose solo un poco. ¿Por qué no se lo dijo antes? Seguramente se habría negado a ir, no estaba preparado para algo así.
—No estamos en los mejores términos y estoy consciente de ello—lo miró, deteniéndose en su avergonzada expresión—Pero necesito que me ayudes.
—No entiendo porqué—balbuceó nervioso—Es decir... ¿Por qué quieres hacer algo como eso? No creo que sea buena idea.
—No estoy de acuerdo con la idea de que sea contigo tampoco, créeme, por eso mis primeras opciones fueron Jeongin y Chan, con ellos no habría problema alguno—soltó sin pensarlo, viendo perfectamente como su semblante cambió.
Jisung agachó la mirada, tragándose el nudo que se formó rápidamente en su garganta. Carraspeó un poco para hablar:
—Está bien—accedió en voz baja—Puedo ayudarte si eso necesitas—asintió sin mirarlo, sintiéndose herido—Solo dime qué debo hacer y trataré de hacerlo lo mejor posible—sonó más animado, como si no tuviera problema alguno.
Minho sintió una pequeña punzada en su pecho, otra vez con ese sentimiento de culpabilidad. Pero no iba a disculparse, no tenía el valor de hacerlo.
—Solo sígueme la corriente—respondió—Luego te explico todo.
—¡Entendido!—sonrió ampliamente, dispuesto a ayudarlo sin saber de qué se trataba.
Deja de sonreír de esa manera, deja de actuar así... Minho quiso decírselo mientras lo veía, quiso detener todo por un momento y dejar de actuar como un idiota, quiso permitirse ser su amigo otra vez, pero no podía dejar de lado el hecho de que por él, había decidido renunciar a sus propios sentimientos, a algo que nunca había experimentado y que por un momento, lo hicieron sentir genuinamente feliz.
Ya no sentía nada por Jisung, pero tampoco había felicidad en su vida.
Apartando eso de su cabeza, entró a la residencial y caminó a paso rápido hacia la casa de sus padres. Se detuvieron frente a la gran puerta de entrada y Minho tocó un par de veces antes de ser atendido por un hombre.
—Joven Lee, estábamos esperándolo—saludó el hombre con seriedad—No avisó que traía a un acompañante—vio a Jisung de pies a cabeza, inspeccionándolo.
—Buenos días—Jisung hizo una corta reverencia, incómodo, podía sentir que no era bienvenido y había algo en su mirada que le causó escalofríos.
—No es necesario avisar , puedo traer a quien yo quiera a mi casa—dijo seguro, tomando la mano de Jisung.
Jisung se sorprendió, más no reaccionó como tal.
—Sus padres lo esperan adentro—se hizo a un lado, odiando completamente la actitud del hijo de sus jefes—Están en la sala principal—indicó.
Minho entró sin más a la casa, dejó las maletas a un lado de la puerta y caminó en dirección a la sala para encontrarse con sus padres. No soltó la mano de Jisung en ningún momento, manteniéndolo cerca porque algo le decía que no iba a pasarlo bien.
Jisung vio su entorno con sorpresa, la casa de Minho no se veía como la más lujosa, pero era lo suficientemente bonita como para dejarlo sorprendido. Quiso detenerse a inspeccionar un poco más de cerca algunas de las fotos y los cuadros que adornaban las paredes, sin embargo, Minho no lo soltaba todavía, sus manos seguían juntas y no sabía si tenía que alejarse.
Se detuvieron en la entrada de la sala, los Lee dirigieron rápidamente la mirada hacia ellos tan pronto sintieron su presencia. Jisung retrocedió un poco de manera inconsciente, los Lee no dejaban de verlo con seriedad, como si hubiera hecho algo malo.
—Minho, que bueno que decidieras venir—sonrió el señor Lee, deteniendo su mirada en las manos entrelazadas de ambos jóvenes—Creí que vendrías solo, pero trajiste compañía... A un chico.
—Es mi novio, Jisung—dijo sin más, esbozando una divertida sonrisa al ver la mueca en los rostros de sus padres—Aproveché la oportunidad de traerlo para que lo conozcan porque no creo regresar.
—Un gusto conocerlos—Jisung habló con amabilidad, mostrando una cálida sonrisa a pesar de lo increíblemente nervioso que se encontraba—Soy-
—¿Novio?—repitió la señora Lee con disgusto, interrumpiendo al menor, parándose a un lado de su esposo—¿Te vas de casa para conseguir un novio? Esperaba que fuera una linda chica.
—Mira, Jisung, lo siento, pero Minho no debió traerte porque debemos tratar temas familiares—el señor Lee se dirigió esta vez a Jisung con un semblante serio—Así que debes irte.
—Podemos pedir un taxi para ti, pero tienes que irte de nuestra casa—agregó la mujer, cruzándose de brazos.
Jisung no supo que responder, el ambiente se había vuelto muy incómodo y tenso, y a decir verdad, tenía muchas ganas de irse, la sensación de no sentirse bienvenido era horrible.
—Jisung viene conmigo, pueden decirme lo que sea frente a él así que no quiero seguir escuchando que quieren que se vaya, porque si es así, entonces también me iré—dijo decidido, notando el ceño fruncido en su madre y la molestia en su padre, ambos inconformes.
—Está bien—cedió el señor Lee—Pero suéltalo, no se va a perder si lo sueltas—se refirió a sus manos juntas.
Jisung fue el primero en cortar el contacto, intimidado, pero Minho tomó su mano de nuevo, fastidiándolos.
—Si nos permiten, estaremos en mi habitación, queremos descansar un poco—forzó una sonrisa, dándose la vuelta para dirigirse hacia las escaleras.
—¡Tendrán habitaciones separadas!—gritó su madre, deteniéndolos—No voy a permitir este tipo de estupideces en mi casa.
—Mamá, relájate, si quisiera tener sexo con mi novio, definitivamente no sería aquí, ¿está bien?—le sonrió con inocencia, siguiendo su camino hacia la habitación.
La señora Lee abrió los ojos en sorpresa al mismo tiempo que Jisung se sonrojaba ante tales palabras, siendo guiado escaleras arriba.
—¡No debiste decir eso!—Jisung lo regañó cuando entraron a la habitación de Minho, cerrando la puerta tras él—Entiendo que no se lleven bien, pero eso lo hiciste para molestarlos.
—Exactamente—asintió—Eso es lo que quiero.
—¿Por qué?
—Quieren que me quede aquí con ellos, pero eso no va a pasar—dijo seguro, sentándose en la orilla de la cama—Ellos siempre odiaron todo lo que yo hacía, nunca estaban satisfechos y cuando entré a la Universidad, dejó de importarles mi vida—rio con ironía—Pero ahora quieren que vuelva.
—Siguen siendo tus padres... Si te quieren de vuelta, es porque quizás quieren disculparse.
—Claro y por eso hablan así de mi novio—volvió a reír—Mis padres no son como los tuyos, Jisung—dijo con voz suave, agachando la mirada hacia sus manos con cierta tristeza—Por eso no me importa si se molestan porque me gustan los chicos, lo que ellos tengan que decir no es importante.
Jisung sintió tristeza por él, no podía imaginar cómo sería tener una relación así de mala con sus padres, estaba tan acostumbrado a su cariño y amor que pensar en algo diferente, lo hacía sentir triste.
—Lamento mucho que hayas vivido de esa manera—se sentó a su lado, girando un poco la cabeza para verlo.
—Ahora no tiene caso—dijo indiferente—Dormiré un poco, si quieres dormir ahí está el sofá—señaló el sofá vacío al otro lado de la habitación, acomodándose sobre su cama.
—Claro—suspiró rendido, dirigiéndose hacia donde le indicó.
Sería un fin de semana largo.
[🌷]
Jisung despertó cuando intentó acomodarse en ese estrechó sofá, estiró sus brazos y su espalda dolió levemente, haciéndolo quejarse en voz baja. Vio que Minho seguía dormido, así que con sigilo se levantó y salió de la habitación. No sabía hacia donde ir, con suerte podría llegar al jardín sin problemas así que bajó las escaleras y el silencio en toda la casa lo hizo sentir extraño porque estaba acostumbrado a que todo fuera suizos en su casa. Vio todo el lugar con atención, deteniéndose en cada una de las fotos enmarcadas.
—Lindo—murmuró cuando tomó una de las fotos, viendo a Minho con una sonrisa.
En las fotografías, Minho parecía ser un niño bastante sonriente, no había una sola foto en la que se viera serio o enojado; al igual que los Lee. Le parecía curioso como todo eso pudo cambiar entre ellos, volviéndolos personas tan serias y estrictas.
—¿Eres un empleado nuevo?
Jisung casi deja caer la foto de sus manos cuando escuchó esa voz tan cerca de su oído, haciéndolo sobresaltarse. Se giró rápidamente y se encontró con un chico bastante alto, viéndolo con curiosidad.
—Uhm, no—respondió dudoso, creyendo que sería regañado.
—¿Por qué dudas, entonces?—cuestionó, un poco confundido porque nunca había visto a ese chico en la casa de sus tíos.
—Lo siento, solo estoy un poco nervioso—rio—Soy Jisung... Novio de Minho—se presentó con amabilidad.
—¿Cómo es que estás saliendo con ese idiota? Aquí entre nosotros, él no es una buena opción—susurró, acercándose un poco.
—¿Y tú si lo eres?—frunció levemente el ceño, ofendido—Minho no es idiota, pero parece que tú si.
—Claro, soy mejor opción—asintió, mostrándole una sonrisa arrogante—Soy Mingi, por cierto—se presentó, viéndolo atentamente—Es una lástima que Minho te haya visto primero, pero lo entiendo, eres muy lindo.
—Gracias, supongo—respondió en voz baja con las mejillas calientes, desviando la mirada.
—¿En dónde está él? Que mala manera de atender a sus invitados—negó con la cabeza, decepcionado de los malos modales de su primo.
—Está dormido en su habitación.
—Perfecto, vamos—agarró su muñeca, pero Jisung se soltó de inmediato cuando intentó moverlo.
—No iré contigo a ninguna parte—respondió con molestia—No te conozco.
—Tranquilo, solo vamos a tomar algo en el jardín—dijo con simpleza—Parece que estás aburrido y si me preguntas, no es como que haya algo más interesante que hacer en esta casa. Lo sé porque vengo todo el tiempo.
Jisung lo pensó por unos segundos y vio a Mingi quien no dejaba de sonreírle, pensando en que podría ser una buena idea para distraerse porque, de todas formas, Minho de seguro no iba a querer pasar más tiempo con él a menos que sus padres estuvieran cerca. Mingi no se veía como alguien malo, solo un poco engreído.
—Solo si prometes no volver a agarrarme así—lo señaló, sonando serio, pero a Mingi solo le causó ternura.
—Lo prometo—elevó su mano derecha, mostrándole que cumpliría con su palabra—Ahora vamos, quiero conocerte.
Jisung caminó junto al primo de Minho, siguiéndolo hasta el jardín trasero de la casa. Mingi deslizó la puerta de cristal y salió, sonriendo al ver a Jisung tan maravillado.
—¿No conocías el jardín?
—Es primera vez que vengo—respondió con una leve sonrisa, encantado con las coloridas flores—Es realmente hermoso.
—Seguro—estuvo de acuerdo—Les diré a los empleados que nos lleven algo de tomar, ¿quieres algo en especial?
—Uhm, una limonada estaría bien.
—Una limonada será. Ve hacia esas mesas en el fondo, llegaré en seguida.
Jisung asintió y empezó a caminar hacia donde le indicó, deteniéndose un poco entre las flores para apreciarlas un poco más.
Las flores eran hermosas a su parecer, los colores, el aroma, todo le gustaba, sin embargo, no podía evitar tener una amarga sensación con solo verlas, recordándole lo mucho que odió verlas mientras estuvo enfermo. ¿Cómo algo tan hermoso podía dañar tanto? No dejó de pensar en eso, en lo letal que era enamorarse, en lo doloroso que era ver pétalos de flores cuando sabía que estaba sufriendo.
No quería pasar por eso otra vez.
[🌷]
Cuando Minho despertó y no vio a Jisung en la habitación salió de inmediato. Esperaba que sus padres no estuvieran interrogándolo o hablando con él, conocía a Jisung, en una situación como esa podría hacer dos cosas: llorar o decir cosas al azar para disimular que estaba nervioso.
Solo que esta vez, creía que tal vez podría ser la primera opción.
Buscó por todos lados y no había nada más que la servidumbre, ¿es que acaso se fue sin decirle?
Al acercarse al jardín escuchó algunas voces y decidió acercarse, deslizó la puerta y al salir, pudo escuchar con claridad la peculiar risa de Jisung. Se sintió aliviado por un momento, pero apretó la mandíbula cuando reconoció también a su primo.
Caminó decidido hacia el área de mesas de su jardín y tal como esperaba, ambos estaban ahí. Mingi elevó la mirada cuando lo vio a lo lejos, extendiendo su mano en forma de saludo para llamar su atención. Jisung se giró un poco y vio a Minho también, caminando hacia ellos.
—Min, me encontré con tu primo hace rato—dijo Jisung con una sonrisa, pero Minho no parecía estar emocionado con verlo ahí.
—Al fin puedo verte de nuevo—el más alto se puso de pie con una sonrisa, sabiendo perfectamente que había logrado molestarlo con solo estar ahí con su novio—No sabía que habías venido de visita y no traje nada para darte la bienvenida.
—¿Qué haces en mi casa?
—Mmm, no lo sé, mis papás están en la oficina con los tuyos—se encogió de hombros—Yo solo vine porque no tenía nada más qué hacer y veo que fue buena idea venir—comentó esto último con la mirada puesta en Jisung.
—Jisung, quiero hablar contigo, vamos adentro—pidió con voz demandante, notando las malas intenciones de su primo.
—¿Es así como le hablas a tu novio?—fingió sorpresa—Esa no es manera de pedir las cosas, Minho.
—No pasa nada—Jisung le sonrió apenado, poniéndose de pie—No suele ser así—mintió, viendo a Minho con desaprobación.
—Bueno, no lo parece—se cruzó de brazos, viendo al pelinaranja con superioridad.
—No te metas—dijo entre dientes y se fue, haciéndole señas a Jisung una vez más para que lo siguiera.
Jisung no tuvo más opción que obedecer, caminando justo tras él. Mingi los vio entrar a la casa y sonrió victorioso, pensando en lo fácil que sería molestar a Minho, aunque de igual manera, creía que Jisung merecía algo mucho mejor.
—Si sigues así, nadie creerá que somos pareja—habló Jisung al encontrarse solos en la cocina.
—¿Qué hacías con él?—preguntó, apoyándose en el mueble de la cocina, cruzando sus brazos sobre su pecho—Mingi no tiene buenas intenciones y todo lo que te diga o haga es para molestarme.
—Creo que le gusto—hizo una mueca. No era tonto, pudo notar cada acción y palabra que lo hizo entender que estaba coqueteando—Dijo que soy lindo y que quería conocerme, pero le dije que estamos saliendo, no estoy aceptando nada.
—No le creas—negó con la cabeza—Lo dice solo porque dijiste que estamos saliendo, no es que le gustes en realidad.
—Auch—rio sin gracia—Entiendo, no puedo gustarle porque de seguro hay algo malo conmigo.
—¿Por qué hablas de eso ahora? No me refiero a que haya algo malo contigo, ¿es que no me estás escuchando?
—¿Qué tal si no es así?
—¡Lo conozco! No es del tipo de chicos que quieran algo serio o que se interesen en alguien como tú.
—¿Y cómo soy yo, exactamente?—preguntó directamente, cruzándose de brazos también.
—Ingenuo, inocente, sensible, que está todo el día detrás de las personas, hablando y siendo ruidoso todo el tiempo—respondió con dureza, viéndolo suavizar su expresión. Ya no se veía molesto, pero si muy dolido—Espera... No quiero decir que eso sea malo.
Jisung sintió sus ojos cristalizarse, sintiéndose tan apenado que no sabía cómo responder. Estaba consciente de su propia personalidad, algunas veces Hyunjin lo regañó por eso, pero Minho nunca lo hizo sentir como si eso fuera un problema, incluso le repitió varias veces que le gustaba eso de él. Ser fuerte estaba siendo difícil cuando constantemente había cosas que lo debilitaban, que lo hacían sentir como si fuera un error.
Sin poder siquiera hablar, salió de la cocina y se dirigió escaleras arriba, huyendo de Minho porque se odiaría a sí mismo si lo veía llorar de esa manera.
Minho maldijo en voz baja y fue tras él sin pensarlo, sabiendo muy bien que había sido muy grosero e impulsivo, como alguien sin sentimientos. Entró a su habitación y no lo encontró ahí, pero si logró escucharlo dentro del baño. Cerró la puerta de su habitación y se acercó a la del baño que había adentro, tocó un par de veces y los sollozos se detuvieron.
—Sal de ahí—pidió con tranquilidad—No quise decir eso.
—Pero lo dijiste—respondió Jisung desde el otro lado con la voz quebrada después de unos segundos—Solo dame unos minutos y saldré, olvidaré todo esto, pero déjame tranquilo un momento, ¿si?
—No quiero dejarlo así—sonó arrepentido. Cerró los ojos con fuerza y suspiró—¿Puedes salir? De verdad quiero hablarlo.
Unos segundos pasaron y Jisung le quitó el seguro a la puerta, abriéndola con lentitud.
Minho vio a Jisung asomarse un poco y sintió una leve punzada en el pecho al verlo con los ojos llenos de lágrimas y la nariz roja; no le gustaba verlo llorar.
—No tienes que disculparte—empezó a hablar el menor, agachando la mirada para que no siguiera viéndolo—Entiendo que odies que yo esté aquí o que esté cerca de ti... Puedo entender que pienses eso de mí ahora y que creas que cualquiera es mejor opción para pasar el tiempo que yo.
—No elegí bien mis palabras... Fue mi error—habló en voz baja, sintiéndose demasiado extraño al no ser tan cortante con él—Sabes que no creo que haya algo malo contigo.
—Pero de todas formas sigues odiándome—limpió las lágrimas de sus mejillas, tratando de recomponerse—Yo solo quería ser tu amigo.
—No te odio.
—Si lo admites no pasa nada, sé que tus tratos no son porque te caiga bien—rio cortamente, todavía sin poder verlo—Además, yo acepté, ¿recuerdas?
Minho lo agarró de la muñeca y lo sacó del baño. Jisung se detuvo de golpe frente a él, obligándose a mirarlo.
—No te odio—repitió firme, sosteniéndole la mirada—Es que tengo miedo, por eso quiero alejarte—admitió, bajando la guardia.
—¿De qué?—preguntó en un hilo de voz.
—De amarte otra vez.
Jisung sintió los latidos de su corazón acelerarse, inmóvil ante su mirada.
—Eso no va a pasar—negó Jisung, doliéndole cada parte de su corazón—Decidiste dejar de hacerlo y según sé, eso no puede pasar—sus ojos volvieron a llenarse de lágrimas.
Minho sintió una corriente recorrer su cuerpo entero, apenas dándose cuenta de la cercanía entre ambos. Jisung tenía razón, el doctor le dijo que no lo amaría otra vez.
No, dijo que había una alta posibilidad de que no pasaría de nuevo, más no le aseguró al cien por ciento que no volvería a amarlo en algún momento, y es por eso que temía, por esa pequeña posibilidad casi inexistente.
Jisung sintió sus propias manos sudar, escuchando sus propios latidos en sus oídos. ¿Por qué Minho no dejaba de verlo? ¿Por qué no soltaba su mano? Quería preguntarle, pero al mismo tiempo no quería que lo dejara ir porque si es eso lo único que podría obtener de su parte, lo aceptaría y lo apreciaría.
—No puedo correr ese riesgo, Jisung... Pero parece que no vas a rendirte y eso arruina todo.
Sin dejarlo decir algo más, Minho se acercó lo suficiente a su rostro levemente enrojecido y alcanzó sus labios, atrapándolos en un inesperado, pero deseado beso. Jisung sintió que su corazón saldría de su pecho, sus manos se cerraron al igual que sus ojos, respondiendo rápidamente a ese tipo de contacto que había añorado tanto durante todo ese tiempo.
No iba a detenerlo, si Minho quería besarlo, no iba a detenerlo en lo absoluto aunque eso significaba que habrían consecuencias.
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Regresé de mis vacaciones😸gracias por la espera, ojalá que les haya gustado el cap.
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